N.A: Feliz Sam Va Lentín. No era plan hacer secuela de este one shot pero, bueno, nunca digas nunca. Al más viejo puro estilo.
De sueños para arriba
La necesidad de verte cada vez es más grande, Rey.
Rey miraba el nítido reflejo de Kylo Ren a través del río. No sabía si él la podía ver, deseaba que no. La tristeza había opacado el brillante color de sus ojos. Cada despedida se notaba como gran cuchillo contra el corazón. Veía al resto de su gente feliz, disfrutando, pero ella no sentía esa alegría. Todo el precioso paraje del nuevo mundo. La alta arboleda y el sonoro y limpio río los había acogido con gran cariño le resultaban sombríos y lejanos.
Ella estaba sola intentando olvidar la pequeña petición que le había hecho. Necesitaba olvidar la oscura petición de Kylo Ren.
Por mucho que ambos, con cada noche se sintieran cada vez más cercanos, cada beso que solo se podían dar en cada noche, cada vez estaba más oscuro. Se sentía cada vez más atrapada y no podía salir. No quería decirle no, sabía que ambos estaban enamorados, pero no podían caer en la tentación y la pasión que salía del lado oscuro. Sabía que Ben Solo nunca iba a regresar, Kylo Ren se iba a quedar para siempre, por lo que el lado luminoso era la última de sus opciones. Aquellos susurros del caballero se mezclaban con los oscuros ecos del lado negativo de la fuerza. Ya no sabía si era él o la tentación.
A veces ansiaba caer en esa tentación.
Pero no podía. Sabía que no podía dejar atrás a sus amigos. Con fuerza y anhelo guardó cada buen recuerdo de luz en su corazón para poder hacer frente a todo lo que caía cada noche. Cada vez estaba más cerca la batalla final y sabía que en cualquier momento se iban a enfrentar.
No quería.
Ella solo quería encerrarse en sus sueños y estar pasando la gran eternidad con su amado Kylo Ren. Que luz y oscuridad se borraran del panorama para que ellos dos solo estuvieran en sus extraños pero locos sueños. Moldearlos a todo lo que quisieran y poder hacer cada locura que querían. Dejarse llevar por lo mas hondo de sus sentimientos y crear situaciones en los que podían ser felices y ellos mismos. Nada más. No pedían nada más. Lo mejor de ambos mundos. Desde moldear pequeños sitios llenos de estrellas a alocadas ciudades donde podían hacer lo que quisieran.
Quiso acariciar con ese amor escondido el reflejo de Kylo Ren, pero la corriente del río borro su amado y serio rostro de una forma que llegaba a hacer daño. De la misma forma que se habían marchado sus esperanzas. Completamente descorazonada, volvió a la base secreto donde toda la gente la esperaba con mirada ansiosa para terminar de hablar de un nuevo asalto. Completamente cansada, escuchó cada palabra como si fueran susurros lejanos. Sabía que le tocaría hacer de Jedi Salvavidas, como si la fuerza en verdad fuera la respuesta a cada problema que un loco había formado con un ejercito y litros de odio.
Al terminar aquella reunión, completamente cansada, Rey se dejó guiar por su maestro hacía su nuevo entrenamiento. Podía ver la mirada de desaprobación de Luke Skywalker ante cada fallo que ella cometía. Era la primera vez que sentía tan poca importancia hacia el juicio de su maestro. Solo podía pensar en Kylo Ren y sabía que lo había sentido. Sin mediar palabra, dejó aquella situación tan caótica y se marchó al río, esperando volver a encontrarse con el rostro de Kylo Ren, pero no aparecían más que las sombras de los pececillos. Podía escuchar al fondo las quejas de los hermanos al no comprender que ocurría. Una vez más, se sentía la gran incomprendida.
¿Es que no veían amor?
- ¿Rey?- escuchó detrás de ella y vio que sus dos amigos y un enfadado BB-8 buscaban respuestas a su extraño comportamiento. Finn iba a la cabeza, completamente asustado - ¿Estás bien?
- Creo que si – dijo ella en un hilo de voz
- Serán los nervios de ir a por los lacayos del líder – dijo Poe con un tono de querer animar por completo la situación apagada que se había formado, acompañado de enfadados pitidos de BB-8.- les romperemos hasta la antena más pequeña.
Rey sonrió ante los buenos amigos que tenía a su lado. Los abrazó con sumo cariño antes de agacharse para arreglar las antenas de su droide. Atesoró ese momento de luz con mucho cariño para poder hacer frente a la oscuridad que iba a enfrentar. Ambos la llevaron a comer a la cantina, donde la cocinera le sirvió un gran plato de carne de res mientras le repasaban los nuevos planes a seguir por la general Organa. Acompañada de una ensalada de patatas repasó su gran papel dando fin al líder supremo Snoke. Con él se encendería la oscuridad a una luz violácea con la que Kylo Ren se iría con ella. Estaba segura, quería confiar en sus planes.
Volvió a acostarse para soñar con el caballero Ren. Con una sonrisa se imaginó en un campo de margaritas, donde Kylo Ren estaría observando unas extrañas nubes. Ella se tumbó a su lado, esperando su roce de labios a modo de saludo. Pero ese día no iba a ser así. Una vez más, Kylo Ren la esperaría con un apasionado beso en el que sus manos se iban a perder por debajo de su camiseta aunque fuera sin su permiso. Una vez más se mostraba ansioso de que se fuera con él al lado oscuro. Una vez más, ese joven que lo quería y tenía todo había hurgado en su mente para averiguar los planes de la resistencia y se los guardaría para él.
- No, Kylo – pidió ella separando aquel ansiado contacto. Una vez más le quería dar el trato de silencio, pero entraba en antagonismo con sus deseos más profundos.- he dicho que no.
-Tenemos un camino
Nada más decir aquello, sintió que unos horribles tentáculos negros la arrastraban a lo más hondo y oscuro de sus sueños bajo la aterrorizada mirada de Kylo Ren. Sin dudarlo, intento buscar ayuda en la tierra o las flores, quiso imaginar unas enredaderas que la ayudara, pero solo recibió silencio. Una vez más estaba cayendo y no sabía a que agarrarse. Despertó completamente sudada por ese extraño y profundo sueño en el que una vez más se quedaba suspendida y sola. Preocupada de si misma salió a ver las estrellas, topándose con un Chewbacca haciendo guardia. Le sonrió y buscó con la mirada la tienda donde se quedaban Finn, Poe y el droide naranja. Llamó antes de entrar, despertándolos. Ellos vieron el pálido rostro de Rey, a lo que le hicieron hueco para que los cuatro compartieran la cama. En compañía de ellos, los oscuros sueños se disipaban en una densa niebla donde el reflejo de ella se veía una y otra vez hasta poder ver el de Kylo Ren queriendo dar su mano. Ella siempre lo quería aceptar pero sabía que la niebla y ella misma no la iban a dejar, que iba a ser la perdición de la misma galaxia donde esclavizarían a todo el mundo solo para tener el poder en la punta de los dedos.
- Despierta, dormilona – escuchó a Finn- Es el gran día.
Perezosa, Rey se fue moviendo de la cama hasta llegar a el baño, donde en el espejo más cercano revisó que fuera como una persona decente. Salió a donde estaba el resto del equipo para ir en el Halcón Milenario con el maestro Skywaker y su gran copiloto Chewbacca, quien gruñó en busca de la aprendiz. Rey apareció entre la multitud con el pelo más revuelto que de costumbre.
- Que la fuerza os acompañe- llegó a escuchar de la general Organa.
Rey sonrió en dirección de la general y siguió los pasos de su maestro hasta entrar en la nave. Vio como el maestro se sentaba esperando que ambos fueran los pilotos de la nave mientras que R2 lo invitaba a jugar contra él. La joven suspiró y le dio a los botones deseando que aquel pedazo de chatarra de verdad despegara. Dentro de ella sintió unas enormes ganas de poder confesar su mayor secreto y ambos poder hacer algo por Kylo Ren. Era el momento perfecto, estaban ellos solos en el espacio, pero sabía que no era lo correcto. Debía aguantar.
- Noto una inquietud dentro de ti y no me deja concentrar – finalmente el viejo Skywalker rompió el silencio que se había formado dentro de la nave. Rey suspiró - ¿Es mi sobrino?
- Maestro, sigo pensando que se puede rescatar a Kylo Ren – confesó finalmente – No he dejado de soñar con esa posibilidad
- Aleja esas locas ideas tuyas de la pantalla – respondió con cierto tono agrio.
Rey suspiró y siguió haciendo de piloto hasta llegar a Craig. Se notaba la dura sal a pesar de las nuevas botas y el aire se sentía pesado. El manto blanco y las huellas rojas hizo que Rey se quedara maravillada por un momento por aquella visión tan pulida. Miró a todos lados y vio que tanto el droide como el maestro habían desaparecido. Siguiendo con el extremo plan de la general, Rey buscó entre viejas comunicaciones alguna señal de vida. No lo notaba, solo un extraño escalofrío alertando de que algo no debía estar ahí. Pensó una vez más antes de ir por libre para descubrir que no debía estar en aquel lugar. Todo material, ya fuera militar o minero, estaba completamente oxidado roto, pero los paneles seguían emitiendo señales de comunicación y visionado de que algo estaba cerca. Desde sucias ventanas blancas se podía ver el blanco páramo lleno de rojas huellas recientes. Por un momento se asustó de los cristalinos zorros pululando libres entre rotas o entreabiertas puertas. Curiosa, la joven aprendiz se dejó llevar hasta la puerta principal. Había algo detrás de él que le pedía salir del lugar.
- ¡No lo hagas! - escuchó gritar a su maestro.
Ella hizo, topándose con puntos enemigos queriendo entrar. Su maestro intentó ayudarla pero en una confusa ola, Rey lo apartó hasta una sala vacía. Sabía que iba a ser duramente juzgada, pero Rey se dejó capturar. Sabía que era la única forma de dejarse ver por Kylo Ren y su maldito maestro Snoke. Completamente sumisa se dejó llevar hasta la nave principal. No sabía porque, quiso verse en un espejo para poder retocar su apariencia, pero sabía que ninguno de esos stormtroopers iba a tener un objeto así.
La nave enemiga era mucho más fea y fría de lo que jamás había soñado. Se veía gris y apagada, completamente carente de vida a pesar de los tantos soldados que desfilaban y servían al líder supremo. Nada más bajar de la nave vio el serio rostro de Kylo Ren. Por un momento pensó ver la ansiada sombra de una sonrisa, un reflejo que solo ella pudo ver. Esposada de mala manera, la empujaron al suelo para que se arrodillara ante el caballero Ren, quien con su mueca de enfado dio a entender que había odiado aquel gesto. Con una alzada de mano, aquel soldado voló por los aires hasta caer en el frío espacio, logrando que el resto de soldados ayudaran a levantar a la joven Rey.
Kylo Ren comenzó a anda sala a dentro y obligaron a la sumisa capturada seguir sus pasos. Un tanto dolida ello lo hizo. No dejaba de ver su ancha y negra espalda, aquella desnuda nuca y, sobre todo, su melena negra. Era mucho mejor que verlo en uno de sus sueños. Se giró y los soldados la obligaron a girarse, dándose cuenta de que estaban en un ascensor. Los troopers se marcharon, dejándolos solos en un pequeño ascensor que cerró en un seco pero preciso golpe.
- Por fin solos – puntualizó el joven caballero ayudando a la joven a girar para que por fin estuvieran frente a frente
No estaba como en sus sueños, en mundos de algodón y libertad, era un apretado ascensor con cegadoras luces las cuales deseaba no volver a ver. Era la vida real y ambas miradas por fin chocaban en ese mundo. Vio como la mirada del caballero bajaba hasta sus mordidos labios, los cuales Rey ansiaba que el mordiera. Pero no pasaba, solo estaban chocando miradas, ansiando que fuera el otro quien diera ese primer y muy esperado paso fuera del mundo de los sueños. Pero no podía ser, iban a ver al líder supremo y en cualquier momento iban a abrirse aquellas puertas al infierno.
- ¿Cuándo lo estaremos de verdad?- preguntó Rey sin apartar su intensa y apagada mirada.
Las puertas se abrieron y ambos miraron al frente. El líder supremo Snoke los esperaba con varios guardias rojos los cuales a Rey impresionaron. Kylo Ren, en su papel de aprendiz, obligó a la joven a estar parada en frente del líder, quien con cierta desagradable mirada desaprobaba aquella persona. El líder lo notaba y no dejó de reír, perdidamente loco. Rey intentó encararse a él con fuertes palabras pero Snoke no dejaba de reír ante la valentía de ella. Se sentía humillada ante el control de la fuerza del líder, notaba ese punzante dolor de la fuerza contra ella. Gritó y miró buscando ayuda en Kylo Ren, pero este seguía sin mover un solo músculo por ella, miraba toda la escena con desaprobación pero, sobre todas las cosas, con odio. Aun tenía esperanza de que la salvara.
El líder supremo Snoke ordenó al joven Kylo Ren matar a Rey al ver el brillo de esperanza en sus ojos. Con movimientos semejantes a los de un autómata, empuñó su sable láser apuntando hacia ella. Rey observó todo aquello sin perder aquella misma esperanza, seguía creyendo en él. Sin apartar la mirada siguió observando los movimientos de su amado.
Se escuchó el sonido del sable láser encendiendo.
Pero no era contra ella.
Era contra Snoke.
Kylo Ren había asesinado a Snoke.
Los guardias saltaron en contra de la extraña pareja. Pero habían sido unos ilusos de pensar que, de verdad, iban a poder con una pareja tan bien sincronizada. Para sorpresa de Kylo Ren, vio como sin miedo alguno la joven Rey se encaraba a ellos a pesar de estar en clara desventaja. Con una furia fuera de lo común, podía ver como les daba violentos manotazos con los que caían bajo sus pies. Al ver como cada uno de ellos cayó en el suelo, ambos tiraron sus sables al suelo y se abrazaron. Habían ansiado ese momento con un cariño especial. No era un campo de margaritas o una noche estrellada desde Takodana, pero con una sala prendida fuego y llenos de los cadáveres de sus enemigos les bastaba.
Rey no dudó en agarrar las frías mejillas de Kylo Ren y besar aquellos labios reales como tantas veces el se había apresurado a hacer primero. Él siguió aquel ansiado beso, poniendo de su parte una pasión y un fuego con el que Rey solo sabía derretir. Era mucho mejor que cualquier sueño que ambos hubieran vivido. Con ayuda de la fuerza tiraron el partido cadáver del viejo líder y se sentaron para disfrutar de su momento, de sus labios y abrazos.
- Huyamos – propuso ella cortando con la lluvia de besos que estaban dejando – lejos de todos
- Por fin cumplo mi sueño – dijo él recuperando el aliento. Rey se fijo que era el negro trono de Snoke, por lo que era completamente normal que pasara aquello. Rey suspiró sonrojada al notar las traviesas manos del caballero Ren. - Y podemos cumplir muchas más, preciosa.
Ante aquellas palabras Rey no pudo reprimir sus más bajos instintos. Sonrojada ante la violencia con la que ocurría todo, se quitó su camiseta y dejó que el negro caballero explorase su realidad, su cuerpo lejos de todo lo puro que había aprendido con Luke Skywalker. Ansiaba caer en la tentación con el caballero Kylo Ren.
- Lejos de la Luz, ¿podremos estar juntos de verdad?- preguntó Rey finalmente al ver como los ojos de Kylo Ren la devoraban sin contemplaciones
- Y lejos de la oscuridad viviremos bien en paz – completó él mientras se quitaba los guantes para acariciar hasta el último hueco de su amada.
- Pues disfrutemos luego, ¿no?
AL ver que ella tenía razón, la ayudó a poner esa camiseta y agarró su mano para poder salir de lúgubre lugar. Se olvidaron de sus maestros y droides, de sus orígenes y sus supuestos destinos para poder centrarse en cumplir cada uno de los sueños que habían compartido. Agarrados de la mano y en dirección a la nave de Kylo Ren, la pareja no soltó en ningún momento hasta coger los mandos de la nave. Huirían bien lejos de cada persona y bando, buscarían el planeta no explorado más verde y lleno de flores del que jamás se escaparían. Se dirían te quiero y se reencontrarían en otros sueños que más tarde querrían cumplir juntos más adelante. Le daba igual tener poco dinero, si había guerra o cualquier otro inconveniente, por fin habían podido abrir la puerta para estar juntos en la realidad.
Porque ya no había nada más real que aquello que habían soñado juntos.