Disclaimer: Tanto los personajes como el mundo mágico de Harry Potter pertenecen a la escritora J. K. Rowling.
La canción "Lejos estamos mejor" es del grupo "Motel".
POV Severus
Hoy rompo en llanto,
pues sé que todo está decidido,
te quiero tanto,
pero no es suficiente sentirlo.
Hermione, mi Hermione. Espero que puedas perdonarme, soy un maldito cobarde, al final siempre lo he sido. No puedo decirte la verdad, no soy capaz de mirarte a los ojos y decirte lo que haré. No soportaría ver como ese amor que emana tu mirada al verme se convierte en odio. Te mereces la verdad pero simplemente no puedo. No soporto siquiera pensar en lo que sentirás cuando todo ocurra, te destrozará, lo sé. Al final de cuentas ni todo el amor que nos profesamos será suficiente para salvarnos.
Hemos intentado seguir por seguir,
sin reconocer que ya no hay más por hacer.
Y hemos aceptado sufrir por sufrir,
sin querer creer que hay vida después de romper.
Recuerdo todas y cada una de las veces que intenté terminar con nuestra relación, siempre estaba decidido pero apenas llegabas con tu sonrisa perfecta, tu mirada limpia y tus palabras certeras y echaba todo por la borda, esperando que las cosas cambiarán, rogando, quizás, por un milagro. Debí saber que todo lo que te hice pasar no valdría la pena. Las lágrimas cuando me veías herido, los enojos cuando no podía más con las culpas y los remordimientos, y el sufrimiento cuando mi lado oscuro me ganaba, todo fue en vano.
Te mereces más, mucho más. Por eso sé que esta decisión es la correcta. Me olvidarás Herms, no significaré nada en tu vida aunque tú lo seas absolutamente todo en la mía. Tendrás una vida hermosa, larga y libre de mí y mi inmundicia. Si sobrevivo cuando todo terminé sé que me moriré al verte seguir adelante sin mí, sin todos esos proyectos que hemos hecho juntos porque esa es la vida que deseo, tú y yo juntos, trabajando codo con codo, viviendo en un lugar apartado de todo y de todos, criando una familia, nuestra familia. La insufrible sabelotodo y el miserable murciélago de Las Mazmorras. Pero a estas alturas ni todo el Felix felicis me ayudaría a obtener mi deseo.
Aunque no soporte perderte es inevitable nuestra separación,
y este no es momento para entender,
sólo hay que aceptarlo pues lejos estamos mejor.
La puerta de mi despacho se abre, tu delicioso aroma a vainilla inunda mis fosas nasales incluso antes de que atravieses el umbral. No sé cómo lograré vivir cada día sin percibirlo, sin poder mirarme en tus ojos, sin sentir tus manos en mi cuerpo. No sé cómo demonios seré capaz de vivir sin tu amor. Eso ya no importa, tengo que hacerlo, si me detengo a pensar un segundo más en el futuro que me espera sin ti sé que mandaré todo al demonio.
Cierras la puerta tras de ti y te acercas sonriéndome de oreja a oreja, cuando estás lo suficientemente cerca, me besas en los labios de esa forma tan dulce y llena de amor que sólo tú conoces. Me permito responderte el beso, será el último, memorizo la textura, el sabor, cada movimiento de tus labios. Recorro hasta el más pequeño trozo de piel en tu rostro porque a partir de ahora sólo existirás en mis recuerdos.
Nos separamos, la eternidad dura tan poco. Nos miramos fijamente, tu mirada se oscurece, has visto lo que hay en la mía, dolor y desolación. No dejaré que digas nada, no puedo escucharte, no puedo dejar que me derrotes esta vez. Alzo mi varita y te apunto con ella , acercas tu mano a la tuya en un acto reflejo pero te quedas estupefacta, puedo percibir la duda en ti. Después de unos segundos me sorprendes porque no la tomas, dejas el único objeto que podría protegerte justo donde estaba. ¿Por qué no intentarás luchar? Si lo hicieras ganarías porque jamás te lastimaría, al menos no físicamente. Tú lo sabes, me respondes con la mirada, confías en mí, eso termina de romperme el corazón.
Debo hacerlo, tengo que, es por tú bien, es necesario. Si algo te pasara por mi culpa no podría soportarlo. Lágrimas comienzan a caer por mis mejillas esto está matándome, ningún dolor se puede comparar con este. Tus ojos también están repletos de dolor y el odio hacia mí mismo alcanza niveles inimaginables. Respiro hondo, saco fuerzas del único lugar que puedo, de aquel que ocupas tú en mi corazón. Decido que es el momento, ahora o nunca. Lo único que me atrevo a decirte es:
Lejos estamos mejor.-
Lanzas un lastimero sollozo antes escucharme pronunciar "Obliviate"