Los personajes de esta historia no me pertenecen y me encantaría tanto que lo hicieran.


Tsunayoshi Sawada era alguien débil por naturaleza, nunca fue el mejor en ningún sentido, siempre fue un inútil y sin embargo un día, un pequeño bebe se presentó en su casa diciéndole que sería el sucesor a jefe de una familia importante de la mafia.

Con el modo Hyper activado era alguien completamente diferente, capaz de vencer a personas que estaban a niveles muy altos en cuando a fuerza, pero sin este, seguía siendo un inútil, no quería sentirse de ese modo, en especial por aquella persona que lo hizo cambiar un poco su forma de ver las cosas.

"Es el cielo el que permite que la nube vuele libremente" Tsuna nunca pensó que esas palabras se llegaran a clavar profundo en su mente, ni mucho menos la persona quien las pronuncio.

Hibari Kyoya era alguien completamente distinto a Tsuna, con todas esas diferencias el logro hacerlo reaccionar en un momento donde él estaba completamente confundido sobre sus pensamientos, podía haber pasado ya bastante desde ese entonces, pero nunca se olvidó de las palabras que le menciono y como lo ayudo a saber exactamente cuál era su orgullo, le debía que hubiera recuperado la voluntad de luchar.

Al principio su mente pensó que buscaba su presencia en cada lugar para evitar problemas que pudieran surgir, también que cada vez que se ponía nervioso ante su presencia era porque le daba miedo y que evitaba su mirada por el mismo motivo, estaba convencido de ello y aunque Hibari le inspirara muchas cosas también lo admiraba y ahora sabía que después de la breve ausencia de Reborn lo débil que podía llegar a ser, tenía que hacer algo.

Se plantó en frente de su tutor, con el riesgo de que este lo mandara volando de un golpe.

–¿Quieres que te golpee Tsuna? Estoy a punto de tomar mi siesta –Reborn le dijo.

–Entréname –su voz le salió firme –quiero que lo hagas sin que yo use el modo Hyper, no importa si me rompes un hueso o dos.

–Ya era hora de que hablaras como un hombre –Reborn le sonrió sádicamente, cosa que lo asusto, aunque no se echó para atrás, estaba convencido de querer entrenar, aunque eso implicara visitas continuas al hospital.

–¿Entonces lo harás?

–No seas idiota Tsuna –Reborn lo pateo tirándolo al suelo de su habitación –soy tu tutor y estoy aquí para convertirte en el mejor Jefe que los Vongolas hayan tenido.

Tsuna sonrió un poco y asintió ante sus palabras, él bebe mostro sorpresa, porque por primera vez él parecía aceptar que se convertiría en Jefe de los Vongola, Tsunayoshi sabía que no podía escapar de eso y ahora que estaba metido en el fondo a la mafia, no se podía salir así como así, tenía que cumplir la voluntad de Vongola Primo y sabía que solo lo haría si se volviera Jefe, contaba con ayuda de sus guardianes, porque sabía que en el fondo, muy en el fondo, Hibari y Mukuro apreciaban a los Vongola, no lo demostrarían y usarían escusas, pero Tsuna tenía una intuición bastante acertada.

–¿Ya has aceptado que serás el Neo Vongola Primo? –le pregunto Reborn.

–No he aceptado que seré un mafioso, sino que protegeré a mi familia, la que he formado –respondió rápidamente, tal vez dijo eso por costumbre –nunca me convertiría en alguien que mata por matar.

–Primer paso de que estas demostrando avanzar –Reborn comenzó a caminar a la salida de su habitación, se detuvo y giro a mirarlo –¿Qué esperas? ¿Una invitación?

–¿Eh? No, por supuesto que no.

–Entonces camina Tsuna inútil.

Él camino detrás de su tutor, confiaba en que no lo llevaría a la muerte tan rápido, sabía que en el algún punto del entrenamiento Reborn podría hacer algo que hiciera que su vida pendiera de un hilo, Reborn era así después de todo y aunque no lo pareciera eso funcionaba, las bombas y cientos de patadas habían servido para que las calificaciones de Tsuna mejoraran un poco, paso de estar reprobado a calificaciones bajas y no reprobatorias.

Reborn se detuvo en el viejo lugar donde entrenaron para la pelea por los anillos Vongola, lo recordaba perfectamente.

–¿Tus guantes los tienes? –le pregunto Reborn, Tsuna asintió –Bien, entrégamelas.

–¿Y si ocurre un problema? –replico preocupado, siempre podrían surgir los problemas, el mismo Reborn lo había dicho.

–Te los entregare, soy lo suficientemente rápido para hacerlo, ahora dámelos.

–Está bien –le paso los guantes –¿Contento? –Tsuna fue derribado de un golpe, solo que este le ocasiono mucho más daño que alguno de los que alguna vez le dio su tutor, se tocó la mejilla, este golpe en definitiva se inflamaría.

–Primera regla, nunca bajes la guardia.

–Pero…

–Ni siquiera porque yo te haya solicitado los guantes me los entregaras tan fácilmente Tsuna –le dijo Reborn –y siempre tienes que estar listo para recibir un golpe o alejarte.

–Está bien –suspiro, se había metido en la boca del lobo.

Al día siguiente tenía un par de moretones en el cuerpo y su cara estaba hinchada en la mejilla por un golpe que le dio su tutor, mentía si decía que no dolía, antes le habían pateado y de peor forma, pero las ultimas peleas que lucho fueron en su modo Hyper y en cierto modo no dolieron tanto, estas sin embargo fueron sin ayuda de sus guantes la bala de la última voluntad, solo Tsuna.

Se le estaba haciendo tarde como de costumbre, ¿Por qué todas las mañanas era lo mismo?

–Tsuna iré por ti después de la escuela, más te vale estar ahí y no escapar –lo amenazo Reborn –o me asegurare de lanzarte una buena explosión.

–¡Lo sé! –grito en respuesta, tomo un pedazo de pan tostado –¡Me voy!

Salió corriendo de su casa, probablemente se encontraría a Gokudera en la esquina de su vecindario, siempre lo solía esperar, argumentando que era su deber como mano derecha, independientemente de eso a Tsuna le gustaba la compañía de él, sin miedo a mentir, consideraba a Gokudera su mejor amigo junto a Yamamoto.

De lejos vio el cabello plateado de su amigo, lo saludó efusivamente y él le respondió de la misma forma, se le acerco lo más rápido posible.

–¡Decimo! ¿Qué le ha pasado en el rostro? –Gokudera lo mirada preocupado.

–Nada importante –le sonrió intentando restarle importancia –llegaremos tarde.

–Tiene razón, pero si alguien le hizo esto solo dígame y le doy su merecido.

–En serio estoy bien –no entendió exactamente porque no le respondió que estaba entrenado con Reborn voluntariamente, por ahora sentía que eso estaba mejor en secreto.

Conversaron un poco más, en especial a Tsuna le llamo la atención el repentino interés que Gokudera tenía por Haru, con muy mala disimulación preguntaba por ella, intentaba aparentar que era algo casual, pero nadie se lo creería, ni siquiera el pequeño Lambo, que por pura suerte no hizo ningún desastre esta mañana.

Al llegar todo estaba completamente vacío, maldición, otra vez tarde, rogaba porque Reborn no se enterará o tendría un ojo muy hinchado para mañana, Gokudera pareció darse cuenta de su preocupación.

–¿En serio está seguro que no pasa nada? Soy su mano derecha y le ayudare en todo lo que quiera.

–No es muy importante, te lo diré con el tiempo –respondió –ahora corramos o nos encontraremos con Hibari.

–Muy tarde para eso herbívoro –tembló al escuchar la voz del presidente del comité de disciplina de Namimori, se giró y lo encontró con sus dos tonfas, estaba listo para atacar, aunque siempre era de ese modo.

–No hemos dañado Namimori –le grito Gokudera –así que deja de jodernos, vete a golpear a otros que si estén haciendo destrozos a la escuela.

–Han denigrado a Namimori por llegar tarde, no se lo perdonare a nadie.

No entendió como pudo leer los movimientos de Hibari, solo sabía dónde aterrizaría el primer golpe, alzo el brazo para protegerse justo a tiempo, una tonfa se estrelló contra esta y alzo justo su otro brazo para lanzar la otra de la mano de Hibari, tan rápido como ocurrió eso se apartó de un salto. Eso fue arriesgado, se atrevió a mirar a Hibari y volvió a estremecerse, antes había recibido ese tipo de miradas, pero solo en su modo Hyper, ahora sabía que Hibari lo quería morder a golpes en su forma normal y con una intensidad bastante fuerte, comparada con la que sentía cuando veía a Mukuro cerca.

–Nos vamos –señalo Tsuna y se lanzó a correr, le importaba bien poco si parecía cobarde, él en primer lugar no quería armar una pelea con Hibari.

–¡Espere decimo! –lo sentía por Gokudera, pero si no se adelantaba Hibari lo alcanzaría, llego hasta su salón y abrió la puerta sin anunciarse.

–¡Siento la demora! –Hizo una reverencia.

–Está bien, toma asiento –el profesor le indico con la cabeza que pasara, sus amigos lo miraban preocupados, hasta los guardianes de Enma, ignoro todo eso y se sentó en su lugar de siempre, esperaba que Gokudera se encontrara bien. Unos minutos después su amigo apareció por la puerta con un ojo morado, además se veía claramente molesto, no pidió permiso y paso como si nada, así era Gokudera, se paró enfrente de su lugar.

–El idiota de Hibari quiere verlo Decimo, pero le he dejado bien en claro que no puede golpearlo –todos miraban impresionados, hasta el profesor, Tsuna estaba odiando esto.

–Siéntate Gokudera, hablaremos sobre eso más tarde –murmuro un poco sonrojado.

–Como diga Decimo.

El resto de la clase transcurrió normal, evito las preguntas de sus amigos y obviamente salir del salón, no quería peleas con Hibari en este momento, de hecho, en ningún momento le parecía conveniente luchar con él, estaba esperando a que Reborn apareciera a salvarlo de esta situación y llevarlo a su entrenamiento, tenía que estar muy loco a preferir eso, pero en estos últimos meses no había sido la persona más normal del mundo.

–¿Podemos ir a comer Ramen? –pregunto Enma en dirección de todos.

–Eso sería estupendo –se rio Yamamoto –hace mucho que no nos reunimos.

–¡Cuenten conmigo! ¡Comeré al extremo! –su hermano mayor, como lo llamaba, grito fuertemente, todos comenzaron a asentir gustosos con la idea, de hecho, a Tsuna le gustaría pasar un momento con ellos.

–Lo siento –de repente el buen humor se esfumo, lo miraban –tengo que ir con Reborn, si no probablemente me asesine.

–Entonces más tarde vamos a su casa Decimo –agradecía el apoyo y preocupación de Gokudera.

–Podríamos estudiar juntos –Yamamoto le revolvió el cabello –eso sería bueno para nosotros, ya que nosotros dos estamos entre los peores de la clase.

–Tienes razón y ustedes no me lanzan bombas, patadas o comida venenosa –hizo una mueca.

Al final todos menos Tsuna irían a comer Ramen, solo Yamamoto y Gokudera irían más tarde a su casa para estudiar, sería bueno verlos después del entrenamiento con Reborn, esperaba no acabar más golpeado de lo necesario. Sujetó su mochila y salió a toda prisa, había visto por la ventana a su tutor, se encontraba en la entrada de Namimori, a su alrededor un par de chicas hablaban con él, no importaba si Reborn fuera un bebe, siempre tendía a llamar la atención del género femenino.

–Ya estoy aquí Reborn –tuvo que apartar a algunas chicas para acercarse al arcobaleno.

–Te estabas tardando Tsuna inútil, vámonos.

–Ven cuando quieras bebe –una chica castaña le sonrió a su tutor.

–Nos alegraría verte –dijo otra, la cual ignoro por completo la presencia de Tsuna.

–Claro –Reborn asintió, se posó sobre su hombro y comenzó a caminar –¿algo que reportar? ¿has llegado tarde?

–Sí y me he encontrado con Hibari, la peor parte es que me quería morder a golpes –dijo cansado.

–¿Por qué?

–Evite un golpe suyo con mi brazo y lance una de sus tonfas –Tsuna suspiro –estoy seguro que quiere matarme, tuve que huir de él.

–Es interesante, aprendes rápido Tsuna –Reborn sonrió –creo que subiremos de nivel un poco más, ¿estás listo para golpes, moretones y huesos rotos voluntariamente?

–Créeme que la idea no es tentadora.

Ni un día había pasado y Reborn lo mando a una misión suicida, termino con más golpes y arañazos, por suerte ningún hueso roto.

Reborn le dijo que tenía que ir a recuperar un paquete que fue robado de la familia Vongola, también le mintió diciéndole que los ladrones eran principiantes y la peor mentira de todas fue que le daría sus guantes. Los ladrones eran Yakuzas y Reborn en ningún momento le dio sus guantes, su sádico tutor solo se quedó mirando mientras Tsuna hacia todo lo posible por escapar de esos diez Yakuzas, al menos no fue el único herido y el paquete robado fue recuperado, los golpes valieron la pena.

–Has noqueado a cuatro y herido al otro par, no saliste mal librado –dijo Reborn tranquilamente –estas mejorando muy rápido Tsuna, tal vez se deba a tu súper intuición.

–Y ahora mismo está me dice que si sigo con tu entrenamiento moriré –exclamo –¡todo por un estúpido paquete!

–El cual recuperaste sin tu modo Hyper –señalo Reborn –te dejare descansar mañana, solo mañana, aprovéchalo.

–Dos días y en el segundo casi me matas.

–No exageres –su tutor lo golpeo en la cabeza, no fue tan fuerte como otros que le había dado.

–Eso dices porque a ti no te golpearon Yakuzas –bufo molesto, abrió la puerta de su casa y se quitó los zapatos, al fin un lugar tranquilo –¡Estoy en casa!

–¡Decimo!

–¡Tsuna!

–¿Gokudera? ¿Yamamoto? –habían llegado más temprano de lo normal, Reborn bajo de su hombro de un salto.

–Tsuna me dijo que vendrían a estudiar, por favor hagan que algo de los libros entre en esa cabeza vacía –Dijo Reborn mirando a los otros dos.

–¡Deja de molestar Reborn! ¡mis calificaciones han mejorado! –grito molesto, luego se percató de las miradas de sus dos amigos y suspiro –ignoren los golpes, son solo parte de mi ahora.

–Tsuna está muy mal pelear, tu rostro está bastante morado –lo regaño su mamá que había aparecido desde la cocina.

–No he peleado –Reborn no hizo ningún comentario, Tsuna le había dicho que no quería que nadie se enterara de su entrenamiento ahora, seria secreto.

–¿Bueno que estamos esperando? –rompió la tensión Yamamoto, sonreía como siempre –nuestro genio de Gokudera tiene que ayudarnos.

–Solo lo hare por el Décimo idiota –le grito Gokudera.

Tsuna sonrió, esperaba que el entrenamiento diera sus frutos, que no dependiera de nadie si podía evitarlo, en su mente sin que se diera cuenta se imaginó a cierto pelinegro bastante obsesionado con la seguridad de Namimori, lo reprimió con todas sus fuerzas, tenía que estudiar.


Si alguien no se dio cuenta si tiene 1827, tal vez incluya algunas parejas mas, que quede claro que no sera una historia tan larga, a lo sumo unos diez capítulos, porque no la quiero hacer tan grande.