Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y a la Saga Crepúsculo, sólo me adjudico la historia.

Este fic participa del Reto Anual "Te proponemos un longfic" del foro "Sol de Medianoche"


Capítulo 1: ¿No serás marica, no?

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Para Aristóteles, «amar es querer el bien de alguien». Y yo malditamente quiero el bien para ella. ¿Sabremos algún día de lo que hablamos cuando hablamos de amor? No lo creo.

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—Hey, Jake. —Saludo a mi mejor amigo.

Él me sonríe sin ánimos y suspira.

—Me he quedado en banca para esta temporada —musita con pena.

Oh, mierda.

Ambos pertenecemos al equipo de fútbol americano de la secundaria, pero Jake ha tenido algunos problemas en cuanto a técnicas de juego, por lo que el entrenador decidió dejarlo por fuera y yo, fui nombrado quarterback. Para mi orgullo y para la desgracia de Jacob.

Le aseguro que todo estará bien y vamos a la cafetería en busca de algún snack.

—¡Edward! —me grita Alice, mi madre.

La miro y me quito los audífonos. Vamos camino a casa y ella ha estado platicándome sobre cosas de sus amigas, pero no le he prestado mucha atención que digamos.

—¿Me has escuchado? —pregunta furiosa.

Ruedo los ojos y asiento, aun sabiendo que eso le enfurecerá más.

—Eres igual de mentiroso que tu padre… —Comienza.

Yo me río, y ella me fulmina con la mirada. Cada vez que está enojada conmigo me compara con él. Es una buena costumbre, ¿no?

—Tienes 17 malditos años. ¡Crece ya! —exclama exasperada, da un frenazo y gruñe, estuvimos cerca —a punto— de chocar con otro coche.

Sip, mi madre es una loca manejando.

—Oye, Alice, ¿podrías comportarte como una mamá normal? —me burlo.

Y es que definitivamente ella no es una mamá normal, ella y mi padre al parecer no tuvieron televisión, ni videojuegos, ni nada tecnológico. Alice me tuvo a los 16 años y mi padre tenía mi edad. ¿No existirían condones en esa época?

—Cariño, no soy una mamá normal. —Suspira con tristeza.

Pero muy dentro de sí, sigue siendo como las mamás cuarentonas de mis amigos, siempre queriendo darnos lástima para que nos disculpemos y las consolemos con un "Te amo mami". Todas son iguales.

Chasqueo la lengua y le doy un sonoro beso en la mejilla, que la hace reír y desviarse del carril, por lo que —de nuevo— casi impactamos con un coche.

El chico que conduce el otro coche le grita obscenidades y ella baja el vidrio y le saca la lengua, y el dedo medio. El chico se sorprende y luego le lanza un beso. Siempre es así. Chicos menores y mayores que Alice, se enamoran de ella. Nunca nos creen que somos madre e hijo, muchos han llegado a preguntar si somos pareja. Puaj.

—Ese chico estaba caliente —comenta con una sonrisa.

—Mamá… —le advierto.

—Que yo esté a dieta no quiere decir que no pueda ver pasteles. —Me guiña un ojo.

Mis padres se han separado y han vuelto de nuevo desde que tengo uso de razón, la historia siempre es la misma, ella lo corre de la casa, él se lleva sus cosas a casa de la abuela Esme, y mamá lo llama después de un mes, y él regresa.

Digamos que durante ese mes, las cosas son muy deprimentes, mamá llorando, mamá quemando la comida, mamá saliendo a fiestas y emborrachándose y… Papá, papá llevándome a partidos de fútbol, papá llevándome a fiestas, papá comprándome pizza y haciendo quizás qué otras cosas.

Varias veces al año hacen esto, y yo creo que es para darse un respiro, puede que ésa sea la razón por la que han durado tanto tiempo juntos. Su noviazgo comenzó cuando tenían apenas 13 años, debo decir que los admiro.

—Al menos busca pasteles de tu edad, ¿OK? —bromeo.

—¿Qué jodido problema tienes con la edad, Edward?

Sí, Edward, ¿qué jodido problema tienes con la edad? Replica mi conciencia.

Okay. No sé cuál sea el problema, pero me resulta indescriptible una pareja con mucha diferencia de edad, es decir, van por caminos distintos, en diferentes épocas, cuando uno sea viejo, el otro seguirá joven, ¿no sería difícil mantener el ritmo?

—Ninguno, má. Es sólo que no tiene sentido para mí.

Ella suspira y detiene el auto frente a nuestra casa.

—Espero que no lo tenga, al menos no pronto, pero debes entender que el amor es tan sólo querer el bien de alguien —responde, colocando una mano sobre mi pierna.

—Mary Alice, estuviste leyendo mis jodidas notas —le acuso enfurecido.

Ella baja la cabeza apenada y con una mueca de tristeza.

—¡No hagas esa maldita expresión, señorita! —inquiero.

—Oh, cállate, papá —bromea y se ríe—. Tú me hiciste engordar durante nueve meses, y yo nunca te he reprochado nada.

—¡Era un maldito bebé! —replico—. ¡No! ¡Era un maldito feto irracional! —corrijo de inmediato. Ella vuelve a reírse y niega con la cabeza.

Entrecierro los ojos en su dirección y Alice chasquea la lengua.

—Me debes 15 dólares, tienes que lavar los trastos de la cena y, sabes que me encantan todas esas novelas cursis que escribes. —Se baja del coche y me hace señas desde la entrada para que me apresure.

Es definitivo, mi madre es de otro planeta. Quizá del planeta de las madres geniales.

Tenemos una clase de regla, si yo digo una mala palabra debo darle cinco dólares, y no sé qué cantidad dije, pero me cobró apenas tres palabras. Lo segundo es que si digo más de dos en una hora, me toca hacer cualquier deber que a Alice le desagrade hacer, y a mí me desagrade aún más.

Por otro lado, soy un escritor nocturno, acostumbraba a escribir en mi laptop, pero mamá siempre encuentra la manera de revisar mis archivos, así que —no muy inteligente de mi parte— decidí escribir en un cuaderno, que reposa bajo mis bóxers y que por supuesto, ya Alice consiguió leer, aun cuando le coloqué candado, es como una especie de diario para chicos.

Saludo a papá al entrar y me observa preocupado desde el comedor.

—¿No serás marica, no? —me pregunta nervioso.

—¿Qué mierdas… ¡Alice! —vocifero.

Ella entra sonriente, le da un beso a un papá muy atónito y me mira.

—Le has mostrado la novela a papá. Y no papá, no soy marica.

Él suspira aliviado y ella se ríe a carcajadas.

—Deberías estar orgulloso de tu hijo, no pensando que es gay.

—Oh, y lo estoy, eres grandioso. Pero sigue ocultándolo así como lo hacías… —Levanta las palmas de las manos y se levanta, huyendo.

—Déjalo, tu padre es homofóbico —dice Alice.

—¡Que no lo soy! —profiere desde las escalaras.

Es una situación bastante divertida a decir verdad.

—Creo que él no está preparado para esto, Alice, un día me consigue follando con una rubia y al día siguiente, me gustan los hombres. ¡Entiéndelo, mujer! —Todo lo digo en voz alta, a sabiendas de que papá nos está oyendo desde algún lugar.

Y lo de la rubia es cierto, fue a finales de las vacaciones de verano, traje a una chica linda a la piscina de mi casa, mis padres estaban de viaje e hice lo que todo adolescente haría en una situación así: coger. Pero lo peor fue cuando papá nos encontró haciéndolo y a pesar de ser muy vergonzoso para ambos, me levantó un dedo en señal de aprobación. En su familia son muy machistas y por lo tanto, homofóbicos, aunque no lo acepten. Creo que es su peor miedo, el que yo sea gay. Afortunadamente para él, no lo soy. Aunque muchas veces bromee con ello. Me gustaría intentar algo como la bisexualidad, pero todo lo que tenga coño y tetas, me pone, así que sería imposible.

Papá se desaparece de la faz de la tierra, y Alice y yo nos burlamos en secreto. Ella dice que va a ir por él, y yo aprovecho y almuerzo por segunda vez.

Me doy un baño, me afeito, y adelanto algunas tareas.

—¿Qué hay, Jake? —contesto mi celular.

Ayuda, mi madre llegó hoy, no quiero estar solo. —Habla tan rápido que por poco no le entiendo.

—Vale, ¿es buena idea si esta vez planeamos una cena con nuestros padres?

La mamá de Jake sólo viene a verlo un par de veces al mes, él convive más con su papá y ella por cuestiones de trabajo se mantiene fuera. Pero a Jacob le incomoda de sobremanera pasar tiempo a solas con ella, por lo que yo siempre le ayudo a organizar algo para desviar su atención. Lamentablemente siempre que acordamos algo, ella llega al día siguiente o no llega sino hasta después de una semana, sorprendiéndolo y arruinando el plan por completo.

—¡Estupendo, Ed! Ya ella llegó. —Suspira—. Salió con papá y volverán para la cena.

—Ahí estaremos, Jake. No te preocupes.

Él murmura algo como "Eso espero" y cuelga.

Yo nunca he visto a su madre, sólo sé que trabaja en Los Ángeles con el medio periodístico y que su nombre es Bella. En cambio, conozco a Sam, su padre, un hombre bastante amigable y comprensivo. Siempre hizo de mediador con mis padres para poder salir con Jacob. Y a veces mis padres lo invitan a cenar aquí, así que no sería extraño ir a cenar en su casa, lo hemos hecho unas cuantas veces en el pasado.

Según sé, Sam y Bella ya no mantienen ningún tipo de relación, son civilmente divorciados, cosa que entristeció a Sam en primera instancia, pero ahora él está saliendo con una chica llamada Leah y eso parece haber sanado un poco su corazón. Es decir, es ese tipo de relación con diferencia de edad que tanto aborrezco, pero ellos parecen realmente felices y es lo que importa.

Leah está en la universidad cursando literatura, fue amiga de Jake y mía cuando estábamos en la primaria, y ella ya estaba en secundaria. Debe tener unos 19, máximo 20 años. Y el padre de Jake es contemporáneo con mis padres. Nada más y nada menos que 13 años de diferencia. Whoa.

Olvido el tema y les aviso a mis padres acerca de la cena, para entonces ya papá está más recuperado y me golpea por jugar con él de esa manera.

Diario de Edward

"El esplendor de su castaño cabello contrastaba con el brillo especial en sus ojos color chocolate. Era una chica perfecta.

—Dylan… —habló, parecía acariciar mi nombre.

Mi vista se fue directa a sus labios y quise besarlos de inmediato."

N/A: ¡Hola, chic s! Gracias por leerme, acá estoy de nuevo. Quisiera saber qué les ha parecido este capítulo. Esto se me ocurrió a último momento, y aunque no debería decirles aún, la historia no es totalmente ficticia, me estoy basando en algo que sucedió realmente, pero exagerando —como siempre— algunas cosas. Ah, y por si no se dieron cuenta, ¡esta es la historia de "My bff's son", de aquella me desconecté totalmente y se me hizo imposible escribir algo más, así que, esta será muy parecida, pero con una trama, y con sentido. Aquella dejémosla como lo que es: un two shot. Espero les guste. Los capítulos no van a ser muy largos, voy a actualizar todos los domingos y con la corta cantidad de tiempo que poseo para escribir, me entenderían.

¡A dejar reviews!

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Este fic está participando en el concurso "Te proponemos un longfic" del foro "Sol de Medianoche". Así que, ya saben, deberá estar terminado para el 1 de julio del presente año, cuando se acerque la fecha, las mantendré informadas acerca de las votaciones. (Si es que les llega a gustar esta locura).

Sin más, gracias. Y nos leeremos en PSD, más temprano que tarde.

A x.