Descargo de responsabilidad: Nosotros (Kyubi1, PepeFernandez, Víctor, María, Ellis, Carmen y yo, KanadeSilver) no somos dueños de Date A Live ni nada relacionado con él, solo la historia y los OCs.


Capítulo Especial. Parte 11: El refugio de Kanade.

Así que ya era la hora de apagar las luces y dormir tranquilamente en el apartamento de los espíritus, y por esa razón, todo estaba en calma por los pasillos y habitaciones; pero en esta ocasión, nos centramos en la habitación de una chica que todavía no se había ido a dormir, pero nadie podía haberse dado cuenta de eso, ya que su cuarto estaba medianamente en silencio.

―C-Copo de Nieve, no saltes, ¿entendido? ―Kanade estaba sobre la mesita circular de su cuarto, tambaleándose ligeramente en algunas ocasiones, con el pequeño gato blanco que dormía junto con ella, mirando hacia su cama que parecía todo un desastre, estaba asustada.

―¡Miau! ―El gato intentaba liberarse y volver a dormir, pero su dueña no lo dejaba, intentó unas cuantas veces más, pero el agarre de ella era muy fuerte, por lo que se rindió.

―Y-Ya no puedo verla… ―Agudizó su mirada hacia la cama, con las sabanas tiradas al suelo, por lo que, una pequeña mancha negra se movía lentamente―. ¡Ahh!

Así es, la pequeña mancha en realidad era una araña que misteriosamente vino a perturbar su sueño, por lo que ella dio un pequeño brinco y gracias a eso casi se cae de la mesa, pero pudo sostenerse de algo y no se cayó, aunque no dejaba de vigilar al insecto, no importa cuánto asco o terror le tuviera, si se movía y se acercaba a ella, sin duda se desmayaría ahí mismo.

―Tengo miedo, Copo de Nieve, no me dejes…

―M-Miau…

―¡A-Ah, se acerca! ―dejó salir un chillido suave, mientras iba retrocediendo, aunque se cayó al estar en la mera esquina de la mesa―. ¡Hya!

No esperó ni un segundo más y salió corriendo como si no hubiera un mañana fuera de su habitación, por lo que corrió unos cuantos pasillos más, tocando ligeramente en cada puerta, aunque todas las habitaciones en las que tocó, no respondieron, por lo que intentó tocar en la única habitación que le faltaba.

―Me pregunto si tendré que… Dormir en la sala… ―murmuró derrotada, con el gato en brazos, mientras tocaba ligeramente la puerta, sin muchas esperanzas―. Copo de Nieve, ¿qué opinas?

El gato solo bostezó, intentando liberarse de nuevo, aunque no pudo, por lo que esperó otra oportunidad para dormir tranquilamente.

―Que malo, Copo de Nieve, y yo que quiero protegerte de la araña…

Ella esperó unos momentos más, por lo que lloró al estilo anime al ver que no habían respondido; se dio por vencida y aflojó el cuerpo, ahí fue cuando el gato aprovechó y salió corriendo como rayo.

―¡Ah!

Ella vio cómo su gato se alejaba hasta ya no poder seguirlo con la mirada, por lo que cayó de rodillas al suelo, atónita, aun sin poder creerse que su gato la había abandonado, aunque de cierta forma se lo esperaba.

―C-Copo de Nieve… ―Frunció el ceño un poco molesta y confundida, además de sentirse decepcionada de su propio gato―. ¡Bien, ya no te dejaré dormir en mi cama! ¡Nunca más, nunca!

―¿Kanade? ―La puerta de la habitación fue abierta, mostrando a un Hikari cansado detrás de ella, con una interrogante en su cabeza al ver a la chica en el suelo, pero eso no fue en lo único en lo que se fijó, vio que ella estaba usando un camisón algo grande para ser de su talla, dejándole ver gran parte de su pecho, por lo que desvió ligeramente la mirada―. ¿P-Por qué no estás en tu habitación?

―¡Hikari!

―¿Qué pasa?

―Ahh… Eres mi salvación. ―Ella se paró de nuevo y lo miró fijamente a los ojos―. ¿Me dejarías dormir contigo?

―¿Disculpa? ―El chico creyó haber oído mal, por lo que no terminó por creérselo, creía que su mente le estaba jugando una broma por ser tan tarde, por lo que no le dio mucha importancia.

―¿Puedo dormir contigo?

―Ah, claro… ¡No, espera! ¡¿Qué?! ―Pasó de estar relajado a entrar en pánico de repente, con las mejillas ligeramente más coloradas.

―Dije que si podía…

―¡Está bien está bien, lo escuché perfectamente ahora! ¡No lo digas! ―Le tapó la boca antes de que ella pudiera seguir, por lo que esperó unos momentos antes de soltarla, ahora él ya estaba bien, de cierta forma.

―Que malo, ¿por qué no me dejaste hablar?

―Espera, ¿por qué me preguntas de repente si puedes dormir conmigo?

―Porque había una araña en mi cuarto.

―¿Ajá? —preguntó sin creérsela.

―Y bueno… Pensé que podría dormir con alguna de las chicas si estaban aún despiertas, pero… Nadie respondía la puerta…

―¿Solo por una araña? ―preguntó estupefacto, mientras ella hacia un puchero en su contra.

―¡Son malvadas!

―Ya, ya, cálmate, pero… ―La miró seriamente, mientras ella lo veía inocentemente.

―¿Qué?

―N-No, nada, olvídalo…

―Espera, ¡no me has contestado! ―Dio una mirada acusadora, mientras el chico desvió la mirada sutilmente―. ¿Puedo o no?

Ella le miró tiernamente, como si fuera a llorar en cualquier momento, pero Kanade no tenía esa intención, Hikari lo sabía muy bien, ella no era de esas personas que con hacerte una carita adorable sabían que uno no les podía decir que no, ya que ella, a pesar de ser linda, nunca ha usado esa estrategia en contra de alguien.

Y eso fue más que suficiente para que Hikari no pudiera decirle que no, por lo que miró para otro lado y mejor decidió quedarse callado.

―¡No te quedes callado!

―E-Está bien, pero deja de alzar la voz, despertarás a las demás…

―¿Entonces es un sí?

Hikari se la pensó mucho, estaba entre el sí y el no, ya que del solo pensar en lo que dirían los demás si lo encontraran a él con Kanade en la misma cama, sabía que no se libraría de los regaños de la comandante tan fácilmente, por lo que eso lo incitaba a decirle que no, pero al volver a ver su carita suplicante, estaba entre la espada y la pared, no iba a librarse tan fácilmente de esta.

―Pues… Supongo que no tengo opción… ―murmuró, derrotado, mientras a ella le brillaban los ojos.

―¡Sabía que podía confiar en ti, Hikari!

―Te dije que no alzaras la voz. ―La tomó de la muñeca y la jaló hacia adentro, cerrando la puerta detrás de él, con seguro. «Si Kotori llega a saber de esto… No quiero ni pensarlo». Un escalofrío recorrió su espalda, mientras suspiraba con cansancio. «Tal vez me cuelgue… O algo peor».

―¿Hikari?

―N-No te preocupes, por el momento… Bueno, ¿a dormir? ―No estaba muy seguro de qué hacer ahora, por lo que, dormir fue lo primero que se le vino a la mente, y ya que estaba cansado, eso era lo mejor. «No creo poder dormir con ella tan… Cerca». Se sonrojó repentinamente, por lo que la soltó y se fue rápidamente a la cama.

―¿Qué te pasa, Hikari? Estás muy raro.

―¡N-No importa, solo ven a dormir! ―Se sentía raro, él no lo entendía, y no quería hacerlo en este momento, se tapó hasta el cuello y rodó hasta la esquina, mientras ella aun lo veía con una interrogante.

―Bueno… ―Ella caminó hacia la cama con una carita sonriente, acostándose también―. Buenas noches, Hikari.

―Sí… Buenas… Noches… ―Se volteó para verla una última vez antes de dormir, pero al hacerlo, notó que gran parte de su pecho podía verse, eso era más que suficiente para hacer sonrojar al chico, volviendo a desviar la mirada.

―Vuelves a ponerte raro…

―S-Solo duerme… —dijo un poco molesto, esta situación era incómoda.

―Está bien, está bien… —susurró para no volver a alzar la voz.

Hikari intentó dormir, pero por alguna extraña razón, no podía, maldijo a su suerte por haber visto lo que vio antes de dormir, pero no se arrepentía, aunque eso nunca lo admitiría, ni siquiera para él mismo, por lo que cerró los ojos e intentó dormir, pero…

―Tan cálido…

Sintió su cuerpo ser rodeado por los brazos de ella, por lo que entró en pánico al sentir una sensación muy suave en su espalda, cada vez haciendo presión contra él, por lo que, en cuanto ella lo abrazó completamente como si fuera su almohada y se quedó dormida.

«¡Esto no está bien!» Ahora no podía dormir, incluso cuando lo intentó, después de cerrar los ojos nada pasaba, pero cada vez que sentía que ella se movía, un escalofrío recorría su espalda, y un mensaje siempre aparecía dentro de su mente: "No te muevas".

Al final, después de que las cosas se calmaran, logró dormirse, no supo ni cómo ni cuándo, pero lo importante para él fue que logró dormirse.


En la mañana, cuando los rayos del sol penetraban en su ventana, llegando a molestarle en los ojos, se sentó y se los talló ligeramente, y fue ahí en cuanto se dio la vuelta para ver si ella seguía ahí, pero lo raro es que no estaba en la cama.

―¿Kanade? ―Se asomó del otro lado de la cama, y ahí pudo visualizarla. Ella estaba tirada en el suelo abrazando una almohada en posición fetal, y de paso se había traído unas cuantas cobijas al suelo con ella. «¿Acaso el suelo está cómodo? ¿Por qué siempre se cae?»

Ella comenzó a rodar en el suelo y no paró hasta que se dio un buen golpe en la cabeza con la pared.

―¡Ah! ―Se levantó de golpe y se sobó la frente, mientras abrazaba a la almohada más fuerte. «Últimamente me estoy golpeando mucho… Esto es mala suerte». Pensó con dolor, mientras recordaba todos esos momentos en los que se pegaba con algo o la tiraban de algún lugar, o simplemente ella sola.

―Bueno, se ve que estás bien ―comentó el chico, mientras la veía aun sobándose con cierto dolor.

―Claro que estoy bien, solo me pegué con la pared ―murmuró, mientras lo veía con el ceño fruncido y la frente de un tono rojizo, por lo que ella se levantó con todo y almohada.

―Por cierto… ¿Cómo es que pudiste caerte? ―preguntó con cierta curiosidad, mientras ella le veía con una interrogante―. ¡Yo no fui! Yo estaba completamente del otro lado en la esquina, no pude haber sido yo.

―Cálmate, ya sé que tú no fuiste. ―Comenzó a poner todo lo que había traído consigo al suelo de nuevo en la cama―. De vez en cuando me caigo…

―¿Y "de vez en cuando" es muy seguido? ―preguntó, con cierto tono burlón en su voz, mientras ella le veía con una venita al estilo anime en su cabeza.

―¡No, no me caigo muy seguido!

―Está bien, está bien ―dijo, mientras intentaba que se calmara, no quería empezar una discusión tan temprano y menos despertar a alguien, recordó que Kanade estaba en su habitación y no quería que nadie supiera que durmió con él―. Por cierto… ¿Ya no estás asustada?

―N-No estaba asustada… Simplemente fue… Eh…. ¡Sorpresa! ―respondió, sin estar muy segura de lo primero que se le ocurrió.

―Claro, claro.

―¡Es la verdad!

―Bueno, está bien, no te enojes…. Niña pequeña. ―Lo ultimó lo murmuró muy despacio, pero ella lo escuchó aun con la distancia, por lo que esa venita al estilo anime en su cabeza volvió a resurgir, dándole una mirada fulminante, y en cuanto le iba a decir algo, él interrumpió―. Por otro lado, creo que es mejor que vuelvas a tu cuarto… Ya sabes, cambiarte y esas cosas…

―¿Estás loco? ¡Esa cosa sigue ahí!

―¿Entonces que harás?

―Bueno… Iré con Reine, no creo que esté dormida… Ella nunca duerme, así que creo que estará en el Fraxinus.

―¡Oye! Si ya sabes eso, ¿por qué no le pediste que si podías dormir ahí cuando pasó todo eso de anoche?

―Ella dijo que estaría ocupada y que tenía cosas que hacer, no iba a molestarla tan noche ―dijo, como si fuera algo obvio, por lo que él suspiró al escuchar su respuesta, pensando en que ella había perturbado su tranquila noche discutiendo con su gato al otro lado de su puerta y que al final la dejó sola. Pero al pensar en eso, recordó algo―. Oye, Kanade, ¿y tú gato?

―¿Copo de Nieve? ¡Ah! ―Se dio cuenta de eso a pocos momentos después, por lo que recogió todo rápidamente y salió de la habitación sin esperar, no sin antes despedirse del chico y agradecerle―. ¡Gracias Hikari, te devolveré este favor luego, nos vemos!

Después de eso, corrió por todos los pasillos y no pararía hasta encontrarlo. «¡Tengo que encontrarlo!». Pensó con determinación, y no fue que paró hasta que vio que en su cuarto se encontraba su gato, encima de su cama, donde había visto a esa horrible criatura de cuatro ojos.

―Miau…

―¡¿Copo de Nieve?! ―Ella vio como el gato había estado jugando con una pequeña araña en su cama, al parecer estaba muerta, por lo que a ella le dio un escalofrió de solo verla; pero cuando el gato la vio a ella, tomó a su presa y comenzó a caminar hasta su dueña―. E-Espera… N-No…

Ella dio unos cuantos pasos hacia atrás, hasta que topó con la pared del pasillo, aun así, el gato seguía acercándose, con esa cosa en la boca.

―A-Alto… ―Se puso pálida de solo ver a su gato con esa monstruosidad en la boca, por lo que comenzó a asustarse en cuanto vio que él estaba a punto de tocarle una de sus piernas con esa cosa en la boca. «¿Ya paró?» Pensó con alivio, mientras miraba a su gato, y quiso acariciarlo, pero en cuanto se acercó…

―¡Miau! ―La araña que estaba en su boca se movió un poco de repente cuando ella estaba acercando su mano y se asustó como nunca.

―¡Ahhhhh! ―Se puso pálida de un momento para otro, incluso más que antes, como si hubiera visto un fantasma, su mente se quedó en blanco y se desmayó, recargándose en la pared.

El gato, al ver esto, soltó a la araña y la aplastó con su patita, pero ya era muy tarde, ella ya estaba inconsciente, por lo que su mascota se acostó junto a ella y tomó una pequeña siesta.

―¡¿Kanade?! ―Tohka, quien pasaba por ahí casualmente y había visto casi todo, corrió hacia ella y la sacudió un par de veces, intentando que despertara.

―T-Tan horrible…. ―murmuró cosas sin sentido al estar recuperando la consciencia, aunque parecía que estaba en otro lugar completamente diferente, por lo que no se dio cuenta de que Tohka estaba ahí―. C-Copo de Nieve… M-Malvado…

―¿Kanade? ―Tohka la llamó de nuevo, haciendo que ella reaccionara de repente, viéndola con cierta impresión.

―¿Tohka? ¿Esa cosa ya se fue?

―Sí, ya se fue, es mejor que te levantes, te vas a enfermar si estás mucho en el suelo, y descalza ―advirtió, mientras la ayudaba a pararse, por lo que vio a su gato, quién dormía como si nada hubiera pasado, pero Kanade en cuanto vio a esa cosa aplastada en el suelo, le dio un escalofrió que la hizo huir de ahí.

―¡Ya no más! ―gritó, a pasos apresurados, mientras el gato se lamia una de sus patitas.

―Eres lindo… ―Tohka se agachó e intentó tocarlo, pero como otras veces, el gato la intentó rasguñar para que no se acercara.

―¡Malvado! Pero algún día lograré tocarte ―murmuró, mientras pensaba en ir a buscar a Kanade, a donde quiera que se haya ido.


Regresando al auditorio, las luces de las butacas se apagaron, así que solo Shidou y Diva estaban con una sonrisa en los labios al ver el capítulo proyectado, parte a parte, por ayuda de un proyector del Fraxinus. Tenían pura comida de alto gourmet y tomando vino para celebrar.

—Es mejor verlo en la televisión… —susurró Diva y se limpió una lágrima.

—No sabía que tenía miedo de las arañas.

—¡Ni yo! —dijo Kotori, apareciendo en la pantalla, Shidou casi pega un brinco—. ¿¡Qué haces bebiendo alcohol?! ¿¡No sabes que estamos en vivo?!

—¿¡Qué?! ¡Pero si es vino solamente! —Shidou tiró la botella y su bebida, retomó la compostura rápido—. ¡Hemos regresado! Como ven, Diva sigue aquí.

—He dejado mi imperio atrás… —dijo con tristeza, el capítulo duró mucho más que una hora y su evento terminó antes—. ¡Pero valió la pena!

—Bueno, ¿qué pasará ahora con todo el mundo? ¿Cómo continuará esta historia? ¿Mana empezará a vivir conmigo? ¿Se llevará bien con Kotori? ¿Sobreviviré? ¿Hikari le dirá a Kanade que la quiere? ¿Miku y Satou tendrán una mejor relación ahora? ¿Kanade dejará de tenerle miedo a las arañas? ¡Esperemos que sí! —dijo con una sonrisa, pero Diva lo interrumpió.

—¿Shidou dejará de tener sueños sucios? —Él se puso todo rojo—. ¡Descúbranlo en el siguiente corte!

—¡Eso fue un error, Diva! ¡Ni lo menciones! ¡No le hagan caso!

—Jejeje… —Sonrió con malicia—. ¡Pervertido! ¡Hentai!

—Uhh… —Shidou tenía un aura morada—. Diva… Mala…

—¡Bueno! Lo sabrán en el próximo corte con las partes que faltan del especial, les aseguramos que no se van a arrepentir, ¡muchas gracias y nos vemos en el siguiente! ¡Bye-bye!

Y así, las luces se apagan.