Kagami y Kuroko llevaban juntos desde hacía ya algunas semanas, aunque si le preguntaran alguien que no lo supiera les diría que no, ya que los gestos cariñosos típicos de las parejas entre ellos no eran demasiado visibles. Ya salían solos antes de empezar a llamar a lo suyo un noviazgo, típica salida de amigos para ir a comer algo o a comprar un par de deportivas nuevas, así que nadie se extrañaba cuando alguno de los dos se excusaba diciendo que ya tenía un compromiso con el otro.

Un día como otro de los muchos que ambos iban a cenar juntos a Maji Burguer después del entrenamiento Kuroko, que siempre solía estar callado o conversando sobre algún tema escolar o del club, hizo una pregunta totalmente repentina e inesperada para el otro.

- Kagami-kun, ¿qué piensas cuando me miras?

- ¿Eh?- Musitó confundido dejando su décima hamburguesa a un lado.

- ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando me miras?- Preguntó de nuevo en tono tranquilo.

- Mm... Kuroko.- Este levantó una ceja.

- Algo que no sea mi nombre...- El pelirrojo pensó algunos segundos más levantando la vista al techo.

- Adorable.- Respondió sorpresivamente.

Kuroko le miró totalmente descolocado por esa respuesta, ya que se esperaba cualquier cosa menos eso, sabía que no era tan grande y masculino como la mayoría de los otros chicos, pero eso... Kagami se puso de pie y movió su silla del otro lado de la mesa hasta sentarse junto a Kuroko, este le miró extrañado y con las mejillas algo cálidas por el adjetivo que el otro había elegido para describirle.

- Mira, me gusta que tengas los ojos tan grandes.- Empezó mirando estos.- Me gusta que tengas manos muy pequeñas y bonitas.- Dijo cogiéndole ambas manos logrando que un pequeño rubor se hiciera notar en las mejillas del menor.- Aunque seas silencioso me gustas, y también me gusta que seas pequeño comparado conmigo, me gusta que me protejas de Nigou cuando me asusta y me gusta que ahora mismo te estés poniendo cada vez más rojo mientras hablo.- Kuroko apartó la vista un segundo algo avergonzado de que se hubiese dado cuenta.- Por eso cuando te miro la primera palabra que se me viene a la mente es adorable.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos y, al notar que Kuroko no decía nada y solo permanecía quieto y sonrojado, Kagami empezó a ponerse un poco nervioso al no saber cuál era su reacción ante todo lo dicho.

- ¿En qué piensas cuando me miras?- Preguntó el mayor queriendo saber cuál era el adjetivo con el que su novio le describiría, este le miró de reojo y le besó una mejilla haciendo a Kagami levantar ambas cejas algo confundido.

- Amor.- Respondió Kuroko al instante.

- ¿Amor?

- No puedo pensar en otra palabra al mirarte.- Dijo sonriendo levemente logrando solo con esa frase que el corazón de Kagami empezase a latir a mil y que los colores se le subieran a la cara.

Aún sujetándole una de las manos, el pelirrojo tiró un poco de Kuroko hacia él y tomándole una mejilla le besó apretando los ojos intentando disimular la vergüenza, a lo que Kuroko respondió sonriendo levemente de nuevo y apretándole un poco la mano correspondiendo al beso. Al separarse ambos se miraron totalmente rojos, tanto por el beso como por los cumplidos que antes se habían hecho el uno al otro.

- Kagami-kun.- Le llamó Kuroko cogiéndole de nuevo la mano con la que segundos atrás él sujetaba su mejilla, él le miró indicando que le escuchaba.- Te quiero.- Dijo besándole de nuevo la mejilla, el color de la cara de Kagami era incluso más rojo que el color de su propio pelo, tras lograr calmarse un poco (Ya que tartamudeó varias veces intentando responder) también le dio un beso en la mejilla y se acercó a su oído.

- Eres adorable.