Por: Escarlata
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Le sorprendió bastante revisar el correo y, entre recibos, cuentas a pagar y publicidad; encontrar una carta sin remitente ni estampilla postal. Lo cierto es que el sobre era de un papel aterciopelado y blanco, blanco como la nieve. Estaba cerrada por un vistoso sello de cera, con el emblema de una luna creciente llena de detalles alrededor. Despedía un aroma que, si bien no era desagradable, le resultaba extraño y nuevo. Olía a nada que conociera, y sin embargo aspiró el aroma raro con cierta emoción.
Pudo haber pensado que era una broma, quizá un error... pero no... Lo único que le decía que la carta era para ella, era haber leído su nombre como destinatario de la misiva.
Habiendo terminado sus quehaceres desde hacía rato, y estando sola en la casa, fue a la sala y se dispuso a leer la carta. Le dio algo de pena romper el sello.
Dentro del sobre había un solo papel perfectamente doblado en tres partes, papel plateado y brillante. En las esquinas tenía el mismo emblema que el sello de cera. Pero, contrastante al precioso papel y al sobre, la letra era francamente horrenda.
Aquella letra le pareció muy familiar...
Comenzó a leer la carta.
...
... y al terminar de hacerlo sintió partirse su corazón en pedazos. Infinitas e incontables lágrimas caían de sus ojos y corrían la tinta de las letras de araña.
Lloró en silencio... lloro quedito... apretando y arrugando un poco el papel sobre su pecho...
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A Ikuko Tsukino.
Querida madre:
Te escribo desde una realidad que sé que no conoces y de la cuál no tardarás en conocer.
Sé que ésta carta te parecerá extraña, pero mi corazón sintió la necesidad de confesarte ese secreto del que estoy segura tú sospechas. Y lo hago desde aquí, donde estoy, y no estando a tu lado por que temo a tus lágrimas. Por favor, no me digas nada cuando me veas llegar de la escuela con mis cómplices, sólo has lo de siempre... pregúntame cómo me fue, qué calificaciones saqué, deme qué comeremos, regáñame por los treinta puntos de mis exámenes, abrázame y sólo dime que todo está bien... y yo entenderé el mensaje...
Por ahora esto te parecerá extraño, pero sé que ya no cuando leas lo que sigue...
Te escribo desde el futuro. Desde el Reino de Tokio de Cristal, donde soy la reina y vivo al lado de mi rey y ahora esposo, Mamo-chan. Si, mamá, me casaré con él, ya lo sabes, pero los dos gobernaremos Tokio y todo el mundo.
¿Te preguntas de dónde saqué ese cuento?
Mamá, yo soy Sailor Moon. La heroína que admiras. Soy Sailor Moon, y mis amigas, las Sailors Senshi. Chibi-Usa es mi hija en el futuro, tú nieta. Luna, nuestra gata, mi mentor y consejera.
Te lo confieso por que tú me diste la vida y por que no quiero que te preocupes o te mortifiques por lo que llegase a suceder en nuestra ciudad. Ten por seguro que siempre pelearemos por tu bienestar y el de la gente. Siempre ganaremos, mami.
...
Por favor, ya no llores.
...
En Tokio de Cristal tendremos vida y felicidad eternas. Y para construir ese futuro necesito de tu amor, apoyo y comprensión.
Muchas gracias por tu tiempo, mamá.
Te amo. Los quiero a ti, a papá y a Shingo.
Atte. Usagi Tsukino, Reina Serenity de Tokio de Cristal.
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Un maullido a sus pies le sobresaltó. Era Luna, que le miraba fijamente.
Se puso de pie y limpió sus lágrimas. Dobló la carta con inmenso cuidado para meterla al sobre de nuevo. Cargó al felino y lo estrechó entre sus brazos...
"Cuida de Usagi" le dijo al oído, antes de bajarla e ir a la cocina para prepararle un postre a su querida hija.
FIN