Hola a todos! He estado ocupada en estos días por mis clases, las cuales no me dejan en paz. Muchos proyectos grupales han llegado a mí :( Bueno, hemos llegado al último capítulo de este fic y comenzamos de nuevo con mis aburridas introducciones que todos se saltan XD XD

Agradezco mucho a todos los que han leído, comentado e, incluso, me enviaron mensajes privados :D Me entusiasma mucho entrar a mi cuenta y ver que les gusta lo que escribo.

Desde el año pasado quería regresar a Fanfiction, pero no sabía de qué escribir. Si bien sabía que quería hacer una historia sobre mi pareja favorita, no tenía ideas. Después de volver a disfrutar de FMAB y releer el manga, comencé a imaginarme qué hubiera podido pasar después del término del manga. De verdad que me quedé con las ganas de ver a Roy convertido en Führer y de saber cómo terminaría la relación que tenía con Riza, ya que ella prometió que lo protegería hasta que se convirtiera en Führer. Siempre me pregunté qué pasaría después de que él llegara a la cima. Me encantaría que Arakawa terminara la historia del alquimista de fuego, la cual no tuvo un final tan claro en el manga, porque, claro está, la historia se centró en los hermanos Elric.

Sin más preámbulos, les traigo el último capítulo de esta historia.

Capítulo final: Estaba escondido debajo del guante

Los trenes llegaban a la estación de Central como cualquier otro día. Los pasajeros bajaban con sus pertenencias para poder seguir con su viaje. En algunos casos, sus familiares o amigos los esperaban en la estación para recibirlos; sin embargo, cierto muchacho bajó del tren sabiendo que nadie lo estaría esperando. Él había viajado a Central sin anunciarse, debido a que se trataba de una visita sorpresa.

Lanzó un suspiro al ver a tanta gente a su alrededor hablando sin parar. Se había alejado de la tranquilidad de su pueblo natal solo para poder cumplir una promesa que había hecho años atrás. Debía cumplir con su palabra, así que revisó su bolsillo. Allí tenía los 520 centavos que debía devolverle al actual Führer de Amestris.

Meses atrás, había escuchado por la radio que Mustang había alcanzado la cima. Winry también quería ir a visitarlo; sin embargo, alguien tenía que cuidar a los niños, ya que Pinako ya no se encontraba con tanta energía.

Caminó por la ciudad a paso lento mientras observaba cómo había cambiado en los últimos años que no había pasado por allí. Para comenzar se habían reconstruido muchos edificios que había quedado arruinados en El Día Prometido. Además, había más personas caminando por la calle, parecía que la población había crecido.

Sin tomarle importancia a los detalles, llegó hasta el cuartel central e ingresó. Varios soldados los reconocieron inmediatamente, por lo que lo saludaron y lo dejaron pasar sin problema. Les indicó que quería hablar con el Führer, así que ellos mandaron a llamar a la persona más cercana al Jefe de Estado.

- Hola, jefe de acero. Ha pasado mucho tiempo – lo saludó

Edward se sorprendió cuando vio a Havoc, quien ahora tenía el rango de mayor. Lo saludó mientras lanzaba una pequeña risa. Edward admitió que pensó que vería a la teniente Hawkeye por allí, ya que le habían dicho que llamarían a la persona más cercana al Führer.

- La teniente coronel Hawkeye ya no labora en la milicia.

- ¿Cómo? Pensé que estaría cuidando las espaldas de ese bastardo por más tiempo.

- Todos lo pensábamos, pero estábamos equivocados. Pasaron muchas cosas…

- ¿Y ahora donde está ella?

- Bueno, después de que dejó la milicia, regresó a su pueblo natal. Después… - Havoc se quedó en silencio unos segundos antes de continuar – es algo que el Führer me dijo que no te dijera si regresabas algún día, pero te lo contaré. Estando allí, ella se comprometió con un viejo conocido suyo. Poco después, se casaron y ahora ambos viven en Central.

- Ya veo… entiendo por qué ese idiota no quería que me lo contaran.

- Podrás hablar con él. Tiene un par de horas libres ahora.

Edward llegó hasta el despacho del Führer. Lo encontró poniéndose los guantes blancos. No entendía por qué se los colocaba si sabía que no estaba allí para una pelea. Dejó ese detalle de lado y se acercó para saludarlo.

- Así que ahora el coronel idiota es el Führer de Amestris. Vaya sorpresa…

- Así que ahora no eres tan bajo como un frejol, acero.

El ex alquimista sacó de su bolsillo los 520 centavos que tenía en el bolsillo y dejó las monedas encima del escritorio.

- Así que lo recordaste… - comentó mientras cogía el dinero

- Claro, no podría olvidar una promesa. Ahora, necesito que me preste más dinero…

- Es verdad, me había olvidado de ese detalle – respondió riéndose - ¿cuánto será esta vez?

- 740 centavos serán suficientes… se los devolveré cuando establezca una democracia.

Mustang sacó de su bolsillo el dinero y se lo entregó a Edward. Aseguró que haría lo posible e imposible para recuperar el dinero. Luego, le preguntó cómo le había ido y si sabía cómo estaba Alphonse.

Edward le comentó que todo estaba tranquilo en Rizenbul y que vivía un poco ajetreado por los dos niños que siempre provocaban alboroto por todo el pueblo. Tenían tanta energía que no sabía qué hacer para que se cansaran y se fueran a dormir. Eran idénticos a él en ese aspecto. Además, a su hijo mayor tampoco le gustaba la leche. El Führer no pudo contener la risa al escuchar dicho comentario.

Alphonse se comunicaba con su hermano cada semana por medio de cartas. Disfrutaba mucho su vida en Xing al lado de su esposa, quien ya estaba pensando en tener hijos. Ambos pensaban visitarlos en un par de meses.

Después de relatarle todo aquello a Mustang, Edward no pudo contener las ganas de preguntarle a Roy en dónde estaba la teniente coronel Hawkeye, a quien no había visto desde hace tiempo. Como se suponía que Havoc no le había comentado nada acerca de ella, no dudó en preguntarle.

Roy se quedó en silencio durante unos segundos y giró su silla para que quedara en dirección a la ventana.

- Ella ya no pertenece a la milicia. Ahora es una mujer felizmente casada y vive en Central con su esposo. Si quieres visitarla, puedo llevarte al lugar en donde se encuentra. A esta hora debe estar regresando a su casa.

- Si es algo que lo incomoda…

- No te preocupes, también quiero saludarla – interrumpió mientras se levantaba de su asiento.

Mustang llamó a Havoc para que condujera el auto. Le indicó que iban a ver a su antigua asistente, así que él solo asintió con la cabeza. Roy quería que fuera una visita modesta, así que no quería que todo el ejército lo acompañara. Edward subió al carro en silencio preocupado por la cara que tenía el alquimista de fuego. Parecía incómodo con esa situación. En ese momento, se sintió culpable por haber preguntado por ella.

Mientras tanto, Roy no podía dejar de mirar por la ventana a la calle. Quería evitar la mirada de Edward a toda costa. Pocos minutos después, Havoc detuvo el auto. Habían llegado.

Cuando bajaron del vehículo, Edward reconoció que se trataba del hospital de Central. Antes de preguntar por qué se encontraban allí, pudo reconocer a la rubia saliendo por la puerta. Se acercó a ella rápidamente para saludarla. No pudo evitar llamarla por su título militar, debido a la costumbre.

Al verlo, ella le sonrió y lo saludó con gentileza. Edward se quedó muy sorprendido al percatarse de cierto detalle que había ignorado los primeros instantes en que había saludado a Riza: Ella estaba embarazada.

- ¿Puedo tocarlo? – preguntó refiriéndose a la panza

- Claro, puedes sentirlo. Ya tiene 4 meses – le respondió cogiéndole la mano y colocándola encima de su vientre. En ese momento. Edward pudo ver el anillo de casada que ella usaba.

- La felicito, teniente coronel. Espero que sea un hijo sano.

- Gracias, será una niña. Al parecer todo va por buen camino. Espero que nazca sana y llena de vitalidad.

- También la felicito por su matrimonio.

- Muchas gracias. Se trató de algo repentino, así que no pudimos invitar a mucha gente. Todo fue organizado en una semana, así que fue imposible que la invitación llegara a tiempo.

- No se preocupe…

Roy se acercó en silencio hacia donde se encontraban. Saludó a Riza por su nombre y le comunicó que Edward quería ver cómo se encontraba y, por ello, lo había llevado hasta allí.

Edward seguía sintiéndose culpable por haber pedido visitar a Hawkeye. No podía imaginarse lo incómodo que debían sentirse los dos, aunque sabían fingir que todo se encontraba bien.

Después de la salida de Riza del ejército, ambos tuvieron más tiempo para pensar en qué clase de relación tenían realmente. El hecho de estar trabajando juntos no los había dejado pensar con claridad. Con el trabajo dejado a un lado, podían ignorar cualquier otro factor. Ella ya no pertenecía a la milicia, así que no había leyes de por medio.

Había transcurrido un mes y el Führer se había mantenido ocupado con varios pendientes que Grumman había dejado. Debía organizar su agenda con cuidado si no quería que alguna tarea se le pasara por alto. Aún mantenía la vieja costumbre de acumular su trabajo; sin embargo, ya no procrastinaba tanto como antes. Dicho detalle no fue pasado por alto por sus subordinados. Todos se percataron de lo duro que trabajaba Mustang.

Cierta tarde, el Führer terminó de revisar ciertos documentos importantes y mandó a llamar a Havoc para que los archivara. Cuando el mayor Havoc llegó, pudo ver al Jefe de Estado parado frente a la ventana mirando la calle en silencio. Se había cumplido un mes desde que Riza Hawkeye había regresado a su pueblo natal. No habían tenido información nueva sobre ella. Solo sabía que se encontraba bien y que había ordenado algunas cosas en su casa, y solo sabía aquello por una carta que Riza le había enviado a Rebeca.

Aún podía verla irse por la puerta principal. Su mente siempre le traía recuerdos de ella, lo cual no lo dejaba tranquilo. Quería verla una vez más, solo pedía eso. El simple hecho de poder verla lo calmaría lo suficiente.

- ¿Qué tareas tengo en mi agenda para los próximos días? – le preguntó al mayor Havoc

- Bueno, en realidad no mucho.

- De acuerdo. Puede retirarse.

Sin hacer más preguntas al respecto, el mayor se retiró del despacho llevándose los papeles. Todos sabían que Mustang había cambiado mucho desde que su fiel asistente había decidido salir de la milicia, así que pensó que su comportamiento se debía a ello y no le tomó mayor importancia.

- Soy un idiota… debí darme cuenta de lo que estaba planeando… - se dijo a sí mismo al día siguiente cuando nadie podía encontrar al Führer por ninguna parte de Central.

- ¿Dónde se habrá metido? – preguntó el mayor Breda mientras rebuscaba el escritorio de Mustang. Trataba de encontrar alguna pista que le dijera en dónde podría estar.

Todos en el cuartel buscaron al Führer en cada rincón de la ciudad. Nadie podía localizarlo. Lo peor resultaba ser que no podían dejar que la gente supiera que el Jefe de Estado estaba desaparecido. Aquella noticia podría causar alboroto.

Cerca del mediodía, Havoc, Breda y Falman, quien también tenía el rango de mayor, se reunieron en el despacho del Führer tratando de averiguar qué había ocurrido con él. De pronto, el capitán Fuery llegó con algunas noticias. Al parecer, algunas personas creían haber visto al Führer tomar un tren por la noche. Al parecer, se dirigía al este.

Aquella novedad sorprendió a todos. No tenían idea de por qué su superior viajaría al este repentinamente sin avisarle a ninguno de ellos. Si se trataba de una emergencia familiar o de algún amigo enfermo, no hubiera tenido por qué ocultarlo.

Si bien sabían que debían viajar al este para buscar a Mustang, no sabían por dónde podrían empezar. Nada les aseguraba que se encontraría en Ciudad del Este.

- ¿Se acuerdan de la última vez que desapareció? – preguntó Falman mientras caminaban hacia la estación.

- Eso pasó hace algunos años – respondió Breda -. Recuerdo que lo encontramos…

- ¿Ustedes creen que…? – agregó Havoc

Alguien golpeó la puerta de la casa en donde se encontraba. No esperaba tener visita ese día, así que se sorprendió por el visitante. Aunque la casa se encontraba limpia y ordenada, no tenía deseos de recibir a alguien ese día en particular; sin embargo, caminó hacia la puerta y la abrió. La sorpresa que se llevó Riza no podía ser expresada con otras palabras.

- Hola, teniente…perdón, usted ya no pertenece a la milicia.

- ¿Qué hace usted aquí? ¿Acaso se escapó del trabajo?

Roy había llegado a la casa de Riza para visitarla. Conocía el camino, ya que había estudiado alquimia allí cuando joven. Aún podía recordar las calles del pequeño pueblo, aunque debía admitir que casi se pierde debido a lo mucho que había cambiado aquel lugar.

Sin saber qué más decirle, Riza lo invitó a pasar cortésmente. Le sirvió un poco de té y le preguntó cómo iba su nuevo puesto como Jefe de Estado. Roy le comentó lo atareado que estaba y que no tenía tanto tiempo para descansar como antes. Riza no pudo evitar llamarle la atención por haberse escapado aun teniendo tareas importantes por cumplir.

- Hace un mes que no sé nada sobre usted – comentó colocando la taza encima de la mesa -. Solo quería asegurarme de que se encontrara bien… quería verla una vez más. Creo que no es mucho pedir.

- Ya cumplió su deseo… debería regresar a Central. Ahora usted es el Führer, así que no puede estar escapando como cuando era coronel.

Ambos se levantaron y caminaron hacia la puerta. Se despidieron allí con un apretón de manos y Roy salió de la casa a paso lento. De pronto, volteó hacia ella y le pidió un minuto de su tiempo. Solo quería decirle unas cuantas cosas antes de que regresara a Central.

- Tengo una misión especial para usted… es libre de aceptarla o no.

- ¿De qué se trata?

- Yo… quisiera que usted continuara a mi lado.

- Ya fui dada de baja en la milicia…

- No me refiero a eso… quiero que esté a mi lado, pero no como mi asistente, sino como otro tipo de compañera.

- ¿Qué es lo que está tratando de decir?

- ¡Cásese conmigo! – exclamó. Ya no tenía otras palabras en su mente.

Riza se quedó en total silencio. No podía moverse de su lugar, ni siquiera pestañear. Tan solo miraba a Roy soprendida.

- ¿Está seguro de lo que dice, señor? Sabe muy bien que el matrimonio conlleva a un compromiso mucho mayor…

- Nunca he estado tan seguro como ahora. He tenido tiempo de ordenar mis sentimientos y he llegado a la conclusión de que no quiero seguir sin que usted esté a mi lado. Es todo lo que puedo decir.

- Yo… yo… nunca pensé que una asesina como yo podría tener este tipo de oportunidades – respondió agachando la cabeza lentamente; sin embargo, Roy pudo reconocer una pequeña sonrisa en su rostro-. De acuerdo, acepto.

Sin esperar ni un segundo más, Roy corrió hacia ella y la envolvió en sus brazos con fuerza. No podía contener su alegría, así que la cargó en el aire y la besó. Por su parte, ella correspondió al beso y se también lo abrazó.

Después de tanto tiempo trabajando juntos, por fin eran libres de los impedimentos que las leyes de la milicia colocaban frente a ellos. Por fin podrían estar juntos sin temer por poner en peligro el sueño que cada uno tenía.

Esa noche, Roy tomaría el último tren a Central para regresar a cumplir con sus deberes; sin embargo, no volvería solo. Su fiel compañera estaría a su lado y también regresaría. Ninguno de los dos tenía intenciones de volverse a separar.

A pocos pasos de la puerta de la estación, los subordinados de Mustang lo encontraron. Al ver que se encontraba de regreso, se calmaron; ya que no tendrían que convencerlo para que volviera. Se sorprendieron al ver que Riza también tenía listo su equipaje y, sobre todo, cuando Roy les dio la noticia de su compromiso.

No dudaron en cargar a su superior y lanzarlo un par de veces en el aire para felicitarlo. Aunque primero se molestó por el acto de celebración de sus subordinados, luego comenzó a disfrutarlo. Riza no paraba de reír al verlos tan contentos.

De pronto, un miembro de la milicia se acercó a Riza a paso rápido. Se trataba de Rebeca Catalina, quien ahora tenía el rango de mayor. Estaba buscando a Riza para poder llevarla de regreso a su casa, como se lo habían ordenado.

Riza le dijo que no tenía que preocuparse por ella, ya que se encontraba bien. Unos pocos meses de embarazo no la pondrían en peligro. Ante eso, Rebeca le recordó que era su trabajo cuidarla cuando salía a la calle.

Sin entender nada, Edward solo observaba la situación.

- Harás que me despidan si sigues con esa actitud. Sabes que me encargaron ser tu guardiana porque pensaron que me harías caso por ser tu amiga.

- Lo siento, pero aún no me acostumbro a tener tantos cuidados- respondió Riza

- Disculpen, pero no entiendo nada. Pensé que usted ya no pertenecía a la milicia – comentó Edward.

- Así es, pero… ¿acaso nadie te lo dijo?

- Estás hablando con la flamante primera dama de Amestris – agregó Roy mientras se paraba al lado de Riza. Luego, se sacó el guante de la mano derecha para mostrarle su anillo de casado -. Obvié ese pequeño detalle en mi relato.

Edward comenzó a reírse a carcajadas frente a ellos. Había sido engañado por Mustang. Debía haberse imaginado que él no se hubiera quedado sentado sin hacer algo al respecto si se trataba de su asistente.

Horas más tarde, Roy y Riza despidieron a Edward en la estación del tren. Le mandaron saludos a su familia y lo invitaron a regresar cuando quisiera. Por su parte, Edward se despidió con una gran sonrisa.

- Deja de mirarla o me pondré celoso – comentó Roy en tono de broma, cuando notó que no podía dejar de dirigir su mirada hacia el vientre de Riza.

- Hasta ahora me admiro de cómo las mujeres pueden crear vida, mientras que los alquimistas aún no lo logran – respondió antes de partir.

Cuando el tren desapareció en la distancia, ambos se retiraron de allí. Ver a Edward les trajo a la mente miles de recuerdos. Antes tan solo tenían una relación que no podía sobrepasar los límites laborales. Ahora, podían estar juntos y comenzar una familia; sin embargo, aún tenían mucho trabajo por realizar. Al final de cuentas, establecer una democracia no sería tarea sencilla.

Aquí terminó la historia :D

PD: Para más información sobre la promesa de los 520 centavos, vean el Episodio 31 de FMAB. En lo personal, es uno de mis episodios favoritos.

Me siento muy feliz de haber terminado este fic y que lo hayan disfrutado. No se olviden de comentar :D

Agradecimientos!

Arann: Gracias por comentar :D Muchas gracias por darte el tiempo de leer mi fic, también estoy a la espera del nuevo episodio de tu historia. No me considero alguien con mucha imaginación, pero gracias :) También considero que tienes mucha imaginación.

Arashiyume: Gracias por comentar :D ¿Fanática novata? Entonces, bienvenida al fandom royai! Lo amarás :) Sí, yo primero vi la versión 2003 y la verdad es que Roy y Riza me agradaban como personajes, pero no era tan fan de ellos como cuando vi Brotherhood. La verdad es que FMA 2003 ni siquiera llegó a colocarse en mi top 10 de animes, pero FMAB llegó al primer lugar rápidamente.

Butterfly of the life: Gracias por comentar :D Muchas gracias, la escena en la que Riza se va fue la primera que vino a mi mente cuando pensé de qué se trataría el fic. Sabía que en algún momento ella se tendría que ir. Lo que me costó mucho es decidirme en cómo terminar la historia. Tenía dos alternativas y estaba tentada en terminar con otro final.

Bueno, como les mencioné anteriormente, ahora comenzaré con otro fic. Esta vez sí demoraré más tiempo en escribirlo, no solo por mis clases. Lo que pasa es que, en mi tiempo libre, me encanta leer, ver anime y escribir. Más que fanfics, me encanta escribir historias originales. Tengo tantos borradores que decidí pasarlos a computadora mientras los voy arreglando. Ahora estoy un poco más centrada en las historias originales que en los fanfics; sin embargo, sí o sí continuaré escribiendo fanfics.

Quizá publique algún one-shot mientras sigo preparando la siguiente historia. Quiero tener ideas suficientes como para comenzar el nuevo fic con ganas. Si publico algún one-shot, tengan por seguro que será Royai :D

Pueden comunicarse conmigo vía PM o hacerme preguntas al Ask, el cual acabo de estrenar :D Pueden preguntarme sobre cualquier tema. Algunas personas me han estado preguntando sobre cómo mejorar la ortografía en las historias, sobre FMA, sobre animes… siempre trato de responder lo más pronto posible.

Muchas gracias por leer este fic, que simboliza mi regreso a fanfiction después de varios años. Aún me sigo paseando por aquí leyendo uno que otro fic, sobre todo royai :D

Eso es todo por ahora, nos vemos en el próximo fic.

Bye bye

Como siempre, viva el Royai!