Extraño pero cierto: este año no hay fics fluffy por estas fechas. Es más, os vengo de nuevo con un tema muy cliché, aka la independencia de Estados Unidos. No obstante, esta sorpresa contiene un "regalo" para los lectores. Se comentará al final del capítulo.
¡Disfrutad de la lectura!
Y por primera vez, en mucho tiempo, su mano se encontró con la enguantada contraria. Sus dedos resbalaron por la palma ajena, de forma que finalizaron por entrelazarse con los de él. Aquel primer gesto de unión, fue el desencadenante de que suprimieran la escasa distancia entre ambos cuerpos. La fina cortina de agua dejaría de ejercer de barrera invisible, para ayudarles a llevar a cabo unos pasos, fuera de los planes bélicos, reuniendo a dos corazones en una noche fría.
América extendió un brazo hacia la cadera de su contrincante, dirigiendo así su mano a la baja espalda de él, donde la dejaría reposar. Inglaterra, por el contrario, cerró en un primer momento sus dedos entorno el hombro del contrario, tenso. Sin embargo, apoyó por completo su correspondiente mano.
Aún se contemplaban mutuamente.
Los ojos esmeraldas del inglés no cesaban de sumergirse en los azules de él, y los zafiros del americano no cesaban de sumergirse en los verdes de él.
Y, entonces, sin importar el color de sus casacas, las cuales portaban consigo unos ideales diferentes entre sí, propias de un bando u otro, se juntaron.
Se juntaron con un propósito muy diferente al de arremeter contra el enemigo portando un arma.
Tan pronto como ambos pechos se tocaron, Inglaterra retrocedió un pie, mientras que América, avanzaba un paso hacia el frente. Sus pies se hundieron en el fango, ralentizando su marcha y dificultando, entorpeciendo, sus movimientos. No obstante, América volvió a la posición inicial, y ayudó a su compañero, dedicándole un suave tirón.
Así fue cómo dieron comienzo a su pequeño baile.
Primero, con parsimonia, con delicadeza. El americano contempló no sólo esos ojos tan verdes, sino también esas facciones que eran acariciadas por las gélidas gotas de agua. Esos mechones rubios que se adherían a su frente. Se preguntó a sí mismo a quién dirigía en aquel peculiar baile, cuyo traje era rojo, rojo como la sangre. Ah, era el Imperio Británico.
El inglés admiró esos ojos azules capaces de brillas con tanta intensidad en un día tan oscuro. Centró su atención en esas doradas pestañas, en esos labios cerrados en una dura expresión. Se preguntó a sí mismo con quién estaba tratando en aquel peculiar baile, cuyo traje era azul, azul como la libertad que procuraba representar. Ah, era el América revolucionario.
Sus pasos adquirieron mayor rapidez, y la delicadeza fue sustituida hasta por la violencia de un tira y afloja; un tira y afloja durante una guerra; un tira y afloja entre el orgullo y la compasión; un tira y afloja entre el odio y el amor.
Los dos hombres permitieron que su aliento chocara contra el aire gélido, convirtiéndose en vaho al golpear contra éste.
Sus corazones se acompasaron en un único y acelerado ritmo, produciendo incluso un dolor insano dentro de sus pechos. Un dolor que, del mismo modo que reconcomía todas y cada una de sus entrañas, devorándolas a su paso, destrozándolas, les llenaba por completo, brindándoles una sensación de sosiego.
Experimentaban una paz interior, a la vez que eran consumidos por dicho dolor.
Convirtieron el campo de batalla en su escenario, en su pista de baile, dirigido por el compás de la lluvia y sus alocados corazones, junto a ambos alientos que escapaban de forma irregular de entre sus labios.
Inglaterra se inclinó hacia atrás, siendo consciente en todo momento de que América le sostendría, evitando a toda costa dejarle caer. Los dedos de él se crisparon en su propia mano, y, aferrándose al hombro de su compañero, el inglés permitió que su cabeza cayera presa de la gravedad.
Llegando a este punto, ambos realizaron sus pasos de manera automática. Adelante, atrás, hacia el lado. Adelante, atrás, hacia el lado…
Sus mentes ya no procesaban dolor ni paz alguna, no asociaban al individuo que tenían enfrente con el representante de una agitada colonia o un poderoso imperio. No analizaban o entendía la situación. No sabían que más sangre podría estar derramándose sobre el mismo suelo que antaño cuidaron juntos y que, no obstante, ahora destruían. No eran conscientes de qué era la guerra. Su sentido de la razón había caído en un letargo.
Pasaron de serlo todo, a no ser nada.
Mi proyecto más ambicioso consiste en realizar un long fic sobre la independencia. Bien. Como voy a tardar media vida en documentarme y ponerme a ello, he decido plasmar algunas escenas random (no necesariamente unidas a un momento en concreto de la historia) que en su día imaginé y que me gustaría que aparecieran en dicho long fic.
¿En qué consiste el "regalo" para los lectores? Los lectores disponen de la libertad para proponer ideas que les gustaría ver en este futuro conjunto de drabbles. Deben ser de la misma temática, es decir, dentro de la independencia. Es el único requisito a cumplir. Se admiten desde ideas angst hasta parodias y smut. Yo no me corto a la hora de escribir. O al menos casi nunca.
Agradecería también vuestra participación. El objetivo que pretende alcanzar esto, más que nada, es el de obligarme a escribir y salir poco a poco de un dichoso bloqueo que me crea demasiada frustración e incluso ansiedad a la hora de escribir. Espero que con relatos cortos pueda más adelante escribir one-shots más largos y proseguir con algunos long fics.
Gracias de antemano y ¡feliz año nuevo!