Mierda.
La nieve...tan pura tan blanca. Siempre lo describían así. Sus ojos eran azules como un cielo cristalizo, y su tez era tan pálida. Muchas mujeres alegaban que parecía un ángel, un ser puro e inocente. Shinya no podía más que reír ante esos elogios. Él no era para nada eso.
Más bien se le podría comparar con las palomas; igual de blancas con esa apariencia de belleza, pero en realidad no era más que una rata con alas, dejando tras de sí un rastro de cagadas ácidas que destruían todo a su paso. Había matado a tantas personas inocentes, destrozado tantas vidas...¿Y para qué? Se alimentó de los deseos de los demás para darles falsas ilusiones y venderles un amor que no era más que un mero engaño para luego apuñalarles por detrás, así adquiriendo el apellido Hiragi. Acosó y molestó a Guren hasta ser amigos solo para saber que era lo que Mahiru veía en alguien como él, aparte del físico ¿Y como acabo? Por su culpa Guren perdió a la chica que amaba, se interpuso entre un amor de verdad, y no lo que él creía que era. Es cierto que si ella no hubiera muerto él sería ahora un fiambre más. Pero como parásito seguía ahí.
Suspiró mientras veía como los reclutas de la Compañía del Demonio Lunar salían a jugar en la nieve como los niños que eran. Aunque bueno debían de disfrutar de aquellos momentos, pues el futuro que les aguardaba eran demonios y baños de sangre, a veces del enemigo, otras de amigos. Por lo que necesitarían recuerdos alegres como estos para su salud mental. Más él no había venido a ver a niños jugar como si de un pederasta se tratase, no. Él había ido a recogerle a él.
Y con él se refería a Guren, el cual se veía sorprendentemente calmado cuando se suponía que odiaba ir a las clases, claro que en realidad solo estaba en su despacho mientras Sayuri hacía su trabajo. Más la tranquilidad de el teniente desapareció en el momento en el que vio al de pelo gris.
-¿Que cojones haces aquí, Shinya?- Gruñó el otro molesto.
-¿Qué voy a hacer? Te voy a llevar a cenar a mi casa.- Y sin esperar a su permiso enganchó su brazos al suyo, produciendo una mirada de desconcierto en los niños.- Chicos no os preocupéis, solo hacemos cosas de adultos.- Canturreó para que les mirasen todavía más confusos.
-¡IDIOTA!¿Qué clase de imagen quieres que tengan de mi?.- Bramó el secuestrado.
-Vamos vamos, no te pongas así.- Con agilidad metió al moreno dentro de su deportivo azul oscuro, metiéndose él en el asiento de piloto.- ¿No quieres ver como funciona la última maravilla que encontré?-
-Joder pégame un tiro y me matarás antes.-
Y no estaba equivocado. El maldito Shinya conducía como si estuviera en una de esas películas de acción y detrás estuviera el malo malísimo. Rezando porque no se estrellasen, se puso bien el cinturón, aferrándose a su asiento. Él no había pedido esto. El General encendió el motor, haciéndolo sonar antes de darle al acelerador y comenzar su carrera. Por si no era poco ir a doscientos por hora, iba haciendo zig-zag, derrapando y dejando marcas. Guren solo estaba pidiendo a cualquier tipo de dios que le protegiera de morir en ese montón de chatarra junto al loco ese que no paraba de tararear una cancioncilla estúpida entre risas. El cabrón estaba disfrutando de su sufrimiento ¿Por qué él?¿Por qué semejante grano en el culo? Milagrosamente pararon tras ir derrapando hasta una plaza del garaje de Shinya. Y sí, el jodido tenía un montón de coches que recogía, y por supuesto todos eran de marcas caras. A veces era un niño tan pijo y mimado que le apetecía darle una colleja, más luego recordaba que ese pijo podría darle una paliza perfectamente. Claro que él nunca peleaba totalmente enserio desde su "entrenamiento" para ser un Hiragi... Pocas eran las ocasiones en las que pensaba en el pasado por el que tuvo que pasar el albino, y las veces que lo hacía le hervía la sangre.
-Ya hemos llegado a casa.- Canturreó.
Una vez aparcó delante del edificio donde vivía, el teniente coronel suspiró; por suerte se había salvado de morir aquel día. Si tan solo supiera que pasaba por la cabeza de ese loco cuando decidió secuestrarle "Nee-nee-nee Vamos a tocar las pelotas a Guren y si vomita en mi coche lo grabaré para luego abochornare ante todos" y de fondo se imaginó unos rayos tenebrosos mientras Shinya se frotaba las manos. Sí. Ese capullo era su amigo.
De nuevo volvió a soltar un suspiro mientras subían al fabuloso ático donde el otro vivía. Podría ser el fin del mundo; más no por ello dejaban de ser Hiragis, por lo que tenían que vivir en una casa impresionante. Es más el vecino de enfrente no era otro que Kureto Hiragi, Teniente General del Ejército Imperial Japonés Demonio y el mayor capullo de la existencia, al cual Shinya se refería como "Kureto-Niisan". Como le gustaría raparle las malditas cejas a ese puto prepotente. Bueno si podía hacer ruido y fastidiarle la siesta de la tarde al cabrón estaría más que contento, era una de las cosas buenas de ir a su casa.
Mientras tanto su anfitrión cantaba alguna canción popera de esas tan horribles que solía haber con un montón de chicas o chicos haciendo bailecitos. Necesitaba urgentemente otra sesión de jazz para volverle a recordar que era la música de verdad ¿Cómo algo con un ritmo electrónico hecho a ordenador, más una voz normalilla retocada y unos acordes que hasta un pelele podría hacerlo se podía considerar música? Pero tampoco iba a enfadarse, pues conociéndole solo quería provocarle cantando una irritante canción. Una vez llegaron a su casa los dos se quitaron sus abrigos y bufandas. De forma burlona Shinya hizo una reverencia.
-Me honra con su presencia, su majestad Guren el furioso.-
-Vete a la mierda.- Gruñó mientras luchaba para quitarse las botas de invierno que Sayuri le había obligado a ponerse para que no pillase frío. Iba a insultarle cuando se fijó en que algo había cambiado. Los Hiragi controlaban casi hasta la decoración de la casa, por lo que aunque todo estuviera lujosamente puesto, Shinya tenía la casa con colores monocromáticos; ya que no quería esos rojos y azules con dorado como si viviese en un palacio del siglo XVII. Más en la pared del salón y la cocina había un nuevo papel pintado morado con motivos florales de estilo victoriano,. ¿Cuando has cambiado eso?-
-Oh ¿Te gusta?- Preguntó el albino mientras se metía en la cocina a sacar dios sabe que.- Lo encontré en una tienda abandonada cuando salí a patrullar. Es como el color de tus ojos.- Canturreó mientras le guiñaba el ojo.-
-No empieces con tus tonterías de Stalker.- De cuando en cuando Shinya soltaba el típico comentario coqueto, como hacía con las chicas; claro que era solo para molestarle, como siempre.- Y eso da igual ¿Qué piensa tu querido padre de esto?-
-Hay cosas más importantes que la pared de mi casa. Además Kureto-Niisan no parece molesto por ello, así que no me preocipo por eso.- Explicó sin darle más importancia.
El de cabellos plateados comenzó a preparar su chocolate caliente con caramelo. En un mundo post-apocalíptico como en el que vivían eran unos productos muy caros, pero una vez más debía recodar que para la familia principal todo era poco; por tanto su amigo podía disponer de todos los productos que quisiese. Antes le tenía cierta manía por ser un niño mimado, más al final vio que no era así; además tenía ventajas como poder disfrutar de aquellas delicias. Por lo que ya acomodado en uno de sus sofás se quitó las dichosas botas a la espera de su bebida caliente y a saber cuantos dulces.
-Mira mira Guren.- Llamó Shinya a la vez que sonaba un pitido típico de un microondas.- he logrado hacer croassaint con relleno de mermelada de fresa.- Le explicó mientras le mostraba la cesta que acaba de llenar con los susodichos dulces.-Prueba antes de que se enfrien.-
-Ya voy, Mamá. Solo te falta el delantal y los rulos.- Se burló el otro.
-Si fuera tu mamá te gritaría que no pusieras tus pies sobre mi mesita; pero como no lo soy...-Dio un leve empujón a sus piernas mientras le daba con el trapo que llevaba para no quemarse en la cabeza.- Guren Malo. Eso es caca.- Le devolvió la broma mientras dejaba la cesta.
- ¿Tu quieres mor...¡HMPH!- No pido terminar su amenaza pues el de ojos azules le había metido a traición un bollo en la boca.-
-¿Y? ¿Cómo está? Si quieres puedo darte algunos para que se los lleves a Yuu-chan.- Canturreó mientras recogía las dos humeantes tazas de chocolate sobre la encima.
-Eres un capullo.-
-Pero..-Se agachó mientras dejaba la frase en el aire, ofreciéndole la taza.- Me amas.- Y con toda la satisfacción del mundo se sentó en el sillón de al lado, disfrutando tanto de haber dejado mal a Guren como de sus dulces. Más no pudo evitar preguntarse ¿Lo amaba? No. Era su molestó amigo, afirmó para sí Shinya, un molesto amigo que aún así tenía a su lado dado que conseguía que se olvidase un poco de sus problemas, sus penas y los pesares por los que el de ojos morados tenía que pasar. Con eso era suficiente; ya que el que el quisiera o dejase de querer daba igual. Se contentaría con serle útil ¿Verdad? Sopló sobre su chocolate antes de darle otro buen sorbo, terminándose después su croassaint- Con este tiempo nada mejor que esto. Y no hay nada mejor que cualquier cosa con mermelada. No hay nada mejor.- Alabó el otro feliz.
-Tal vez lo mejor que hayas experimentado.- Dijo el otro con excepticismo.- Existen más cosas que los dulces. Además no se como con tanta mierda no te pones gordo.-
-Cada mañana recorro la muralla corriendo, luego ayudo llevando cajas con suministres, después voy a entrenar.- Cortó el otro.- Y no debes olvidar que yo también soy un soldado Guren.-
-Pff ya claro. Seguro que te no te levantas hasta...-
-Las cinco. A las siete Kureto-niisan y yo practicamos.- Lo dijo como si no fuera nada.
-¿Cómo?- Se quedó a cuatros.- ¿Desde cuando? Si pensaba que no te soportaba.-
-Ahora parece querer ver que sigo en forma. Ya sabes...-Le miró con una sonrisa ladina.- paso demasiado tiempo con una mala compañía.-
-Pues empieza a traerte a chicas, ya verá que son malas compañías. Quien sabe, tal vez hasta te deja en paz.- Se recostó en el sofá, comentándolo con una pequeña sonrisa divertida.
-¿Me traigo a Aoi?-
Shinya estaba mirando a la nada al decir aquello, apunto de darle otro trago a la taza. Ambos hombres recrearon exactamente la misma escena; la cara del mayor de los Hiragi al verle llevarse a su secretaria a su casa, para luego observar como volvía al trabajo tras pasar la noche con su hermano adoptivo. Simultáneamente comenzaron a reírse a carcajadas, casi atragantarse con su bebida.
-La cara de Kureto sería un poema.- Soltó entre risas Guren, dejando la taza por miedo a derramarla sobre sí mismo.- ¡Pagaría por ello!- Exclamó.
-¿Hm? Ya veo.- Shinya dejó de reírse para esbozar su típica sonrisa calmada.- Pagarías por darle mi flor a alguien, que cruel eres.-
-Bueno no te pongas así, yo tampoco querría tirarme a la putita de...Espera.- En ese momento cayó en lo que le dijo, levantando su espalda del respaldo del sofá, centrándose en el otro.- ¿Eres virgen?- Preguntó con incredulidad.
-Cómo Madonna.- Evadió bastante hablar de ello, pues le parecía que ponerse ciego a bollos era más interesante.
-Venga, ahora en serio ¿Nunca lo has hecho?- El otro no respondió, ya que había empezado a tararear "Like a Virgin"- ¡Shinya!- Le llamó la atención, irritado.- No te has el sueco y contesta.-
-¿Y qué si lo soy?- Ni siquiera le miraba, pasando bastante del tema.
-Pero...¿Cómo?
-Pues no se.- Se encogió de hombros.- Simplemente no he estado con nadie.-
Fue entonces cuando Guren se percató de que nunca hablaban de chicas, tampoco es que fueran unos amigos convenientes; cosas de que te tires a la prometida de tu amigo, aunque no se amen. Era cierto que de cuando en cuando salía con Goshi para ayudarle a ligar con mujeres, y según el rubio se le daba muy bien hablar con éstas, claro que eso ya lo sabía de verlo en el instituto. Pero nunca se llevaba a nadie, a diferencia de Norito, haciendo que día tras día Mito se ponía de un humor de perros. Podía entender que tras su experiencia con Mahiru no le interesase el tema, más le seguía pareciendo raro. No parecía ese tipo de persona reservando aquel momento, era un hombre atractivo, divertido (Por los serafines que Shinya no oyese eso de su boca) y que en general caía bien. Jamás había tenido la oportunidad para saber de ello, por lo que movido por la curiosidad siguió indagando en el tema.
-Pero...Te has besado con alguien ¿No?-
-Yeaah you make me feel ¡Shiny and new!- Cantó el otro, como si en todo este rato solo hubiera estado cantando en su cabeza la dichosa cancioncita.
-¡SHINYA!- Gritó exasperado el teniente coronel, pues parecía que el mayor general no estaba por la labor de contestar a sus preguntas.- ¡Arg! Normal que nadie quisiera echar un polvo contigo, eres insoportable.- Le soltó sin pensar en lo que decía, y joder si se arrepentía. Shinya dejó de cantar y miró hacia otro lado, claramente no le había sentado bien.- Oye... No iba a malas..-
-No. Tienes razón.- Respondió el otro rápidamente.- Aunque me da igual, no me interesa ese tema. Existen cosas más divertidas.-
De nuevo evasivas...¿Por qué se cerraba tanto? Normalmente era Guren el que se callaba las cosas, o al menos lo intentaba, mientras que Shinya soltaba todo sin más.
-¿Más divertido? No sabes lo que te pierdes.-
-Y me lo dice el que no se acerca a nadie desde que Mahiru murió.-
Explotó el otro, aunque no le gritaba, simplemente se lo soltó con la mayor de cantidad de veneno posible. Eso había sido un golpe bajo. Era cierto que le estaba tocando mucho las narices que le recordase lo solo que estaba en el fondo, más no había motivo alguno para decirle eso.
El moreno se puso las botas sin decirle nada, una expresión fría en la cara y ni una palabra salía de sus labios. Sin más se levantó.
-Guren...-Le llamó con un tono de arrepentimiento.- No paré en pensar sí..-
-No, es lo justo. No soy quien para decirte nada.- Contestó con un tono seco mientras iba a por su abrigo.- Y sí, los croassaint estaban deliciosos.- Añadió finalmente antes de irse dando un portazo.
Shinya miró a sus manos sintiéndose la peor persona del mundo. Se suponía que iban a pasar un buen rato, y no gritarse cosas a traición. Guren no había tenido mala intención ¿Cómo iba a saber que le sentaba tan mal el hecho de que le resultase imposible acercarse? Ni él sabía si era por miedo al dolor, una especie de desinterés hacia las relaciones amorosas que nació de Mahiru o tal vez que todo el amor que había visto fueron ella y Guren. Quien sabe.
Pero lo que importaba es que había herido los sentimientos del Ichinose, ahora se sentía como la última mierda. Como antes había pensado, era como las palomas, cuando su mierda caía sobre obras de artes, como era Guren, buena gente que merecía la pena, solo las fastidiaban con ácido.
Ciertamente era de lo peor.
Con este final tan dramático acaba la primera parte de este Two-Shot ¿No queréis abrazar al pobre Shinya infravalorandose? Mi marido es demasiado tonto, pero le amamos (L) Me encanta escribir cosas con Shinya por el mero hecho de fastidiar a Guren.
Espero que os haya gustado, y ahora a por la segunda parte~
Bueno y también con este fic ya he logrado publicar 50 fics, de los cuales la mayoría son de estos. Se que son de otros fandoms y tal vez no os interesa (lo entiendo xD)pero para mi es muy importante. Nunca creí que valdría para escribir y bueno, comparado con lo que hacía antes esto es muchísimo mejor, realmente estoy orgullosa de lo que hecho. Ya veré si el año que viene consigo 80 porque 100 ya es demasiado Jajaja Pero de verdad que me alegra mucho haber llegado a tantos y más que sea con un fic de Owari que a sido un anime que me ha sorprendido gratamente.
Solo quería dar gracias a todos los que me leen ^^
Att: FeuerImHerz