Akatsuki no Yona pertenece a Mizuho Kusanagi. Ella dibuja bonito, yo no.


Pαrticipαnte del 'Ritual de Iniciación', del foro 'El Reino de Kouka'.

Personαje: Soo-Won.

Vαriαble: le gusta la corona.

Cαntidαd de pαlαbrαs: 500, según Word.


Reconstructor de reinos

I

El peso de lα coronα

La corona que reposaba en un delicado cojín de terciopelo rojo era hermosa.

Oro, aguamarina, jade, esmeraldas, lapislázuli y ópalos trabajados de forma magnífica por el mejor orfebre de su tiempo, ya olvidado con el paso de los siglos. Empero su obra seguía ahí, eterna, con el oro tallado y las gemas que representaban a cada tribu del reino.

La corona que simbolizaba la unión del reino de Kouka. Los reyes encarnaban la paz y la unidad en el reino y sus tribus.

Hubo un tiempo, cuando era apenas un niño, en el que Soo-Won vio a aquella corona ceñida sobre la cabeza cenicienta de su abuelo y le pareció fastuosa. Así se lo dijo a su padre.

El general Yu-Hon, sin embargo, tenía una opinión muy diferente.

—Algún día —le dijo— llegará el día en el que verás esa bonita corona como lo que realmente es, hijo.

Su padre no agregó ninguna palabra más, y el asunto quedó zanjado hasta el día en el que el viejo rey Joo-Nam abdicó en favor de su hijo pequeño, Il.

—Entre la espada y la corona, prefiero el filo del acero —le explicó el general a su vástago—. Es más fácil de llevar. La corona es muy pesada. Pelearé con gusto para que mi hermano la conserve.

Soo-Won no pudo estar más orgulloso de su padre. Alguna vez sería como él, se juró.

El tiempo y las batallas fueron sucediendo con demasiada rapidez. El pequeño que antes había visto a la corona con admiración, ahora la veía con desconfianza.

El rey Il no volvió a ser el mismo desde que la reina fue encontrada muerta, asesinada por rebeldes.

Soo-Won tampoco volvió a ser el mismo desde el día en el que la espada del Rey se encontró clavada a traición en la espalda de su padre.

La corona fue perdiendo la magnificencia legendaria de otros tiempos, mancillada por un rey cobarde que prefería ceder antes de dar pelea por aquello que pertenecía al reino por derecho.

Kouka se moría, agonizaba. Alguien debía salvarla.

La espada fue entonces, otra vez, el instrumento. Soo-Won no dudó en usarla.

Y la corona de Kouka estaba ahí, frente a él, reposando serena sobre su lecho de terciopelo.

Era su deber. El que dicta sentencia debe blandir la espada, le dijeron un día, muchos años atrás. Soo-Won lo hizo, y ahora su deber era cuidar aquello que Il había olvidado.

Kye-Sook lo ayudó a ceñirse la corona.

—Está hecho, Alteza —dijo mientras daba una reverencia.

—No —lo contradijo el Rey—. Acaba de empezar, señor Kye-Sook.

La corona pesaba mucho. Pesaba tanto como el deber por cumplir y las esperanzas del pueblo en su nuevo Rey. Soo-Won comprendió entonces las palabras de su padre.

Tal vez el primer rey de Kouka, el legendario Hiryū, la mandó forjar de aquella manera para que ningún rey jamás se sintiese cómodo con ella.

Soo-Won sonrió.

El peso de la corona le gustaba. Y también el pensamiento del rey Hiryū.

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¿Se merece un review?


Bitácorα de Jαz: Yo sé que el 85% del fandom (estadísticas sacadas de la manga) odia a Soo-Won. Yo (contrera, pues) lo considero uno de mis personajes favoritos de AnY. Es imperdonable lo que hizo, cierto, pero no se puede negar que es un gran rey.

Tres referencias descaradas a la saga de Canción de Hielo y Fuego: a) Stannis Baratheon considera que gobernar Poniente no es su derecho, sino su deber. b) Los Stark de Invernalia creían que el que dicta la sentencia debe ser el ejecutor de la misma. Soo-Won decidió matar al rey Il y lo hizo él mismo, y después se encargó de limpiar el desastre. c) Aegon el Conquistador forjó su Trono de Hierro con las diez mil espadas que doblaron la rodilla y se aseguró que estas se mantengan con filo para que ningún rey se sintiera cómodo sentado ahí. No me odien, no lo pude evitar (?).

Espero que les haya gustado.

¡Jajohecha pevê!

30 de diciembre de 2015, miércoles.