Prólogo
Antesala al Infierno
-¡Ben! ¡Ben!
Una gran pradera de dorada hierba se avistaba en el horizonte, mientras las nubes silenciosas de un cielo azul avanzaban como atrapadas en un lento universo. Una cabecita pelinegra corría entre la vegetación, pero al escuchar los llamados se detuvo.
-Ben hijo, ¿Qué sucede contigo? Ya te he dicho que no puedes salir corriendo de la base así como así, es peligroso- La voz entrecortada de un hombre tomando aire luego de una persecución, se oyó detrás del niño, de escasos cinco años.
-Pero papá... estoy aburrido de estar dentro... Mamá y tu están ocupados y Chewie no está, me aburro solo- Se quejó el pequeño de cabello alborotado color oscuro como su madre.
El hombre alto de piel ligeramente tostada y atuendo característico de botas y chaqueta de cuero, miró a su hijo suspirando y preguntándose si realmente se había adelantado en formar una familia. El padre se inclinó frente a su hijo y palmeó su cabeza con delicadeza.
-Vamos Ben, ya hemos hablado sobre ésto- Exclamó con un tono cansado -Hay gente mala que desea hacernos daño y nos están buscando siempre. Mamá y yo no queremos que te pase nada malo.
El niño miró al suelo decepcionado.
-Hey niño. No pongas esa cara. Estaremos mejor, lo promete papá. ¿De acuerdo?
Ben miró a su padre y éste le tendió la mano.
-Esta bien- contestó el pequeño dándole también la mano, sonriendo esperanzado y juntos caminaron hacia la entrada de la base secreta en donde, por los siguientes dos meses se resguardaría la Rebelión para luego establecerse en otro lejano lugar, para despistar a los remanentes del Imperio.
Los ojos negros de Kylo Ren se abrieron lentamente, viendo todo a su alrededor de un color acuoso azul, debido a que estaba sumergido en una cápsula de recuperación.
-Señor se ha levantado por fin- La voz pesada y estoica de la Capitana Phasma se escuchó y el joven miró hacia allí.
-¿Cuánto tiempo he dormido?- Preguntó el jedi oscuro mediante el respirador que tenia en su boca y nariz.
-Cuatro horas- Contestó la mujer de armadura plateada para luego dirigirse al Stormtrooper que estaba a su derecha.
-Vaya y avise al General Hux que Kylo Ren a despertado.
El soldado obedeció la orden inmediatamente.
Kylo volvió a cerrar los ojos. Aquellas memorias que pensó había olvidado, volvían a reaparecer de a poco y aquello le fastidiaba. Ben era un nombre demasiado desagradable para él y al parecer el reencuentro con su progenitor había detonado aquellos recuerdos reprimidos.
-Así que Han Solo ha....
En verdad lo había hecho.
Otra vez estaba allí. En ese momento, cuando se encontró con su padre y miraba fijamente a sus ojos, la había sentido y estuvo a punto de dejarse dominar por ella. Era luz, esa pizca de conciencia que no le dejaba en paz. Pero la oscuridad en su corazón había vencido contra ella. Han Solo se había ido... Para siempre.
-Para siempre. Han Solo... ese hombre... mi padre... se fue para siempre...
-...Ren
La voz del General Hux hizo que el joven otra vez abriera los ojos.
-En treinta minutos aterrizaremos. Tenemos una conferencia importante con El Líder Supremo Snoke- Informó el hombre de tez blanca, cabello rojo y uniforme color gris, de la Primera Orden.
Algo en la mirada de Hux hizo que Kylo se irritara, al recordar su derrota en la reciente pelea con aquella chica chatarrera.
El General suspiró.
- Debo acudir otros asuntos. Capitana Phasma, queda al servicio de Ren- Exclamó y salió de la estación médica de la nave, con un gesto severo que sugería estar guardándose muchos reclamos para más tarde.
El ardor de las heridas del muchacho que se curaban casi mágicamente con el suero en el que estaba suspendido, era poco comparado con la humillación e indignación que sentía al haber sido derrotado por una sucia
-...Jedi.
Luego de algunos minutos, el joven aprendiz fue sacado de la cápsula de curación, para dirigirse a su habitación y cambiarse. Un bombardeo de amarga rabia se apoderó del él, cuando entró al baño a ducharse, pasando frente al espejo. Por un momento se detuvo y se quedó mirando fijamente su imagen. Cuerpo trabajado, no de manera ostentosa pero de apariencia fuerte y firme. Su torso mostraba algunas cicatrices a causa de entrenamientos y anteriores batallas, añadiéndose la mediana cicatriz que le había dejado el disparo de Chewbacca, después que el cuerpo inerte de Han Solo cayera por el precipicio, en la oscuridad.
Su escrutinio terminó al ver su rostro. Esto hizo que su ira aumentara aún más, al ver la cicatriz que aquella chica le había dejado, cruzando su cara desde la mejilla derecha hasta el lado izquierdo de su frente... aquella marca le recordaría siempre su derrota en ese primer encuentro y aquellas palabras que ella le había dicho tiempo atrás:
-"Tienes miedo de no llegar a ser tan fuerte como Darth Vader"
Un quejido de furor se escuchó y el estruendo de vidrios rompiéndose en pedazos.
-Lograste ver dentro de mí... Pero, yo también vi dentro de ti- Pensaba el joven con ira, mientras recordaba el rostro de la mujer que lo humilló y gotitas de sangre roja caían al suelo de azulejo negro.
-Rey... prepárate para vivir el infierno.
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