NOTA: Esta historia está basada en la canción "No es lo que yo llamo diversión" de la película La Princesa Cisne. Los personajes pertenecen a la maravillosa Rowling, salvo algún que otro, que si es mío. La historia me pertenece y no acepto ninguna copia o adaptación. ¡Dí no al plagio!


Once años. Primero curso de Hogwarts.

—¡Liliane Potter!— se escuchó el grito por todo el pasillo del gran castillo de Hogwarts causando que todas las personas que se encontraban por allí miraran a la chica. Una niña paró de andar y curiosa se giró para buscar a la causante de tal voz. Colocó uno de sus mechones pelirrojos tras su oreja y sus ojos verdes brillaron cuando la encontró.

—Denise, dime, qué ocurre— le dijo cuando la niña llegó a su lado. Denise se tiró a los brazos de su amigas mientras reía de felicidad. Lily tuvo que apartarse un pelo rubio de su cara y sonrió sin saber muy bien que pasaba.

—¡Eres tu! ¡Eres tu, eres tu, eres tu!—chilló Denise con felicidad.

Lily alzó una de sus cejas y separandose de su amiga, la observó.

—¿Qué dices, loca?— dijo riendo.

Denise cogió ambas manos de Lily y a la vez que hablaba pegaba pequeños saltitos.

—Todo ha pasado hace poco. Estaba tan tranquila caminando hacia fuera para encontrarme con Peter cuando se me cruzaron la profesora McGonagall y la profesora Trelawney. Y tu sabes que a mi no me gusta ser cotilla ni nada de eso, pero esta vez no pude evitar escuchar, y, ¿a que no sabes? ¡Eres la elegida! ¡Me quedé a cuadros cuando me enteré amiga, pero me alegro muuucho por ti! ¡Te lo mereces! ¡Seguro que te vendrá muy bien y te lo pasarás genial! ¡Y por supuesto tendrás que invitarm...!

Hubo un momento en el que Lily tuvo que topar la boca de Denisa ya que no entendía nada de los que decía.

—¡Denise Halminton, para! ¡Empieza desde el principio porque no se de lo que hablas!— la pelirroja cogió aire y quitando su mano, volvió a hablar— A ver, ¿en qué, supuestamente, soy la elegida?

—Pues en qué va ha ser, tonta. ¡En el Programa de Convivencia Mágica!— exclamó la castaña.

Lily por un momento sintió como su corazón se paralizaba, para después volver a latir desbocadamente.

—¿En serio?—susurró sin poder creérselo.

Denise asintió enérgica.

Cuando la información fue entrando poco a poco en la mente de Lily, sintió como sus ojos se abrían y una enorme sonrisa se extendía por todo su rostro. Era imposible... ¡le había tocado a ella! ¡Entre todas las niñas que había, la afortunada había sido ella! Desde el primer día de clases, cuando Dumbledore anunció ese nuevo programa del Ministerio, Lily deseó con todas sus ganas que le tocara a ella. En el Programa de Convivencia Mágica o PCM se cogía un mago de descendencia muggle y durante los veranos (o mejor dicho, mitad de julio y agosto entero) el ganador vive en una casa de magos, para así poder ver como era su vida y, por supuesto, podías practicar con una pequeñísima libertad mas que si estuviera viviendo con muggle. Para eso, el brujo debía ser aplicado y estudioso y debía tomarselo en serio.

Lily amaba a su familia, eso no hacía falta decirlo. Y si al final ella salía, sabía que los echaría de menos. Era menos tiempo para estar con ellos por las vacaciones de veranos, pero según dijeron, el brujo podía visitar a sus padres siempre que quisiera. Además, nada mas que se lo contara a sus padres, Lily estaba segura que sus padres aunque se entristecerían, por otro lado estarían muy felices por ella.

—¡Pelirroja, rubia!— escuchó una voz Lily a su espalda sacándola de sus pensamientos. Su sonrisa se resintió un poco al reconocer quien era, pero no se marchó de su rostro.

Lentamente se dio la vuelta y enfrente suya se encontró a tres muchachitos. El primero y autor de la llamada, se encontraba sonriéndole socarrón mientras la miraba con sus ojos grises un poco tapados por su mata de pelo negra rizada. El segundo mostraba una sonrisa serena y tranquila con sus ojos ámbar fijos en las dos chicas. Y el tercero se encontraba apoyado en el chico de los pelos rizados con pose divertida, sin apartar su vista de la pelirroja. Su mano no dejaba de acomodar su melena azabache.

—¡Hey, hola, Sirius!—exclamó Denise abrazando a su buen amigo Sirius Black.

Para Lily, la relación de amistad de su amiga Denise con Sirius era un completo enigma.

Lily Evans conoció a Denise justo antes de entrar en el Andén 9 y 3/4. Como era su primera vez que iba a esa gran estación, hubo un momento en el que se perdió entre tanta gente (muggles y magos). No sabía donde dirigirse ni que hacer, pero cuando escuchó a una niña hablar de Hogwarts, rápidamente encontró su salvación. Denise la ayudó a traspasar la barrera y llegar a sus preocupados padres. En el tren se sentaron juntas y justo a medio camino aparecieron Sirius, James, Remus y Peter. Y, por un momento, Lily pensó que lo de Denise y Sirius fue... a primera vista. A ver, pero no amor. No. Sino lo que le decía ella. Complicidad. Una sensación bienestar con él... Bueno, rápidamente se hicieron muy amigos para molestia de Lily. ¡¿Cómo podía ser una amiga de Sirius y James?! ¡Eran idiotas! A Lily Evans raramente le caía alguien mal... pero con ellos fue simplemente... ¿no leyó una vez por ahí un libro que le dejó su hermana la frase esa de "amor a primera vista"? Pues bien, para ella fue "odio a primera vista"

—Y tuvieron que llegar— dijo Lily rondando los ojos ante la escena del abrazo.

—Oh, vamos, pelirroja, no te pongas celosa. ¿Quieres tú también uno?— comentó Sirius riendo.

Lily bufó e ignorando lo que dijo se giró a Remus.

—No sé como puedes juntarte con ellos— replicó con la confusión escrita en su cara. Como respuesta obtuvo la risa de Remus.

—Llega un momento en el que uno se acostumbra.

—No sé si sería yo capaz— confesó gruñendo. ¿Por qué su humor había tenido que decaer con la simple presencia de ellos? Y eso que James todavía no había abierto la boca.

—Buenos días, Lily— y hablando de eso...

—Te he dicho que no me llames por mi nombre, Potter— exclamó mirando con el ceño fruncido a James.

Una sonrisa se extendió por los labios del chico.

—Y yo te he dicho que no me importa. Yo te llamo como quiero, Lily.

—¡Potter!

—¡Lily!

—¡Aaaaggg! ¡Idiota!

—¡Quejica!

—¡Niñato!

—¡Odiosa!

—Hey, hey, hey. Vamos, no os peléis— se interpuso Remus en la discusión al ver como esto no paraban. Eran peores que el perro y el gato— James, deja de molestar a Lily y tú, Lily, deja a este idiota.

—¡Oye!

Lily soltó un suspiro mientras intentaba calmarse.

—Vale.

—Oye, pelirroja— la llamó entonces Sirius que había seguido toda la discusión junto con Denise con una sonrisa. Lily lo miró mal— Antes estabas muy sonriente, ¿se puede saber el motivo?

—No. No se puede. ¿A ti que te importa?— respondió Lily.

—Oh, vamos, Lily, no te hagas la interesante— dijo Denise riendo. Lily miró a su amiga fulminándola con la mirada, pero no tuvo tiempo de anticiparse cuando Denise ya había abierto la boca de nuevo— Resulta de que me enterado de una grandiosa noticia sobre Lily.

Los tres niños miraron con curiosidad a Denise.

—¡Lily es la ganadora del PCM!—exclamó feliz. Como respuesta, James, Sirius y Remus abrieron sus ojos impactados con la noticias.

—Oh...—murmuró Remus.

—James...—lo llamó con un hilo de voz Sirius sin apartar sus ojos Denise.

—Imposible—musitó James.

Denise y Lily se miraron entre ellas mostrando su confusión y extrañeza ante la actitud de los chicos.

—¿Qué pasa?—se atrevió a preguntar Lily. Aún no habiendo quererselo dicho a ellos, la pelirrojo no se había esperado para nada ese resultado.

Sirius parpadeó varias veces antes de volver en sí. Unas sonoras carcajadas salieron desde su gargantas. Remus lo siguió, como si Denis les hubiera contado el mejor chiste de su vida, mientras que James fruncía el ceño como si se hubiera dado cuenta de una cosa muy importante.

La confusión de las niñas fue en aumento. ¿Qué estaba pasando?

Lily frunció el ceño y cruzó sus brazos. En nombre de Merlín, ¿qué les pasaba?

Poco a poco los chicos fueron tranquilizándose bajo la mirada molesta de Lily.

—Por Merlín—comentó James— ¿Contigo? ¿Justamente tenías que ser tú?

Los ojos verdes de la niña fulminaron al chico.

—Me importa un comino lo que parezca a ti, Potter—espetó.

—Oh, sí, pelirroja. Créeme que debería importarte—rió Sirius. Esta vez la mirada de confusión fue la de Denise que fue acompañada por la mencionada.

—¿Qué quieres decir, Sirius?—preguntó Denise en portavoz de las dos chicas.

El que respondió fue James, apretando los labios firmemente.

—Ya me lo comentó mi madre antes de que empezara el curso. Y pensé: estará bien. Pero ahora...

El instinto de Lily le avisó que algo no andaba bien. Algo malo se iba anunciar...

Muy malo.

James achicó los ojos y fulminó con la mirada a la pelirroja.

—¿Sabes a qué casa irás?—inquirió Remus de forma pacífica.

Lily negó. Un peso se había instalado en su estómago.

—Pues te presento a un integrante de ellos— exclamó Sirius con una sonriendo, divirtiéndole toda esa situación. Y ante la atención completa de la niña, con la mano derecha señaló a su amigo.

James Potter.

Lily sintió como si le hubieran pegado.