Majin Tantei Nougami Neuro - Fanfiction

Buenas :DD

adoro con toda mi alma este anime/manga. Neuro me parece uno de los personajes más bien diseñados que he visto en mucho tiempo.

me encantaría que hubiera algo más entre los dos protas jejjeje mi mente perversa lo desea jajaja

MIL GRACIAS A YUSEI MATSUI POR CREAR ESTE MANGA.


Me he inspirado en una imagen de internet. ¿Que pasaría si Neuro y Yako fueran a pasar unos días a un ryokan?

Con kimonos y aguas termales. ¿Habrá animales de Neuro por medio?

espero que os guste.

NEURO X YAKO FANFICTION


VACACIONES DEMONÍACAS

CAPITULO 13


Él la invadió de una sola estocada, tomándola entera y robándose su misterio. Sintió como ella le arañaba la espalda y gemía su nombre de manera sumamente erótica junto a su oído. Neuro apretó la mandíbula sintiendo como ella lo apretaba de una manera sinuosa y aumentando el movimiento de sus caderas, él también comenzó a gemir.

Yako nunca olvidaría aquella vez. Las horas que él estuvo estimulándola, moviendo sus caderas para que llegase al orgasmo, como sus labios la besaban hasta hacer que se hinchasen y como su mirada parecía ver en su interior, descubriendo todos sus secretos.

Así era Neuro y así era hacer el amor con él.

Yako olvidó cuantas veces se vino entre sus brazos, lo único que supo con claridad fueron sus brazos fuertes sujetándola contra su pecho, llevándola hacia el futón.

Ella cerró los ojos, dejándose llevar.


Yako se despertó a la mañana siguiente sintiendo un pequeño dolor en su zona intima, como una quemadura, cada vez que movía sus piernas. Parpadeó varias veces, e intentó mover su cuerpo pero el brazo de su "asistente" le impedía cualquier movimiento.

"Es cierto, en verdad paso. Con Neuro..."

Pensó Yako volteando el rostro encontrando la cara dormida del demonio, más cerca de lo que ella esperaba y no pudo evitar quedarse observando aquel apacible rostro. No más misterios, no frentes arrugadas ni pelos en movimiento en busca de casos,...simplemente el rostro relajado de un hombre dormido.

"Es muuy guapo"

La chica no pudo evitar quedarse viendo en detalle aquel rostro de ensueño, aquellos labios llenos y que la habían besado de aquella manera tan...indescriptible. Sus manos querían tocarle pero no podía moverse y tampoco quería hacerlo demasiado pues aún sentía ese pequeño dolor en...aquella zona.

No por nada Neuro había estado estimulándola hasta que lloró.

Sus mejillas se sonrojaron a un tono rojo intenso, recordando aquel encuentro, con las caderas del demonio meciéndose sin descanso sobre ella. Con aquel potente miembro...
Otro sonrojo.

Se apretó contra aquel pecho cálido y se dijo a si misma que no se movería demasiado, al menos no antes que Neuro.

Lo que ella no sabía es que el demonio estaba perfectamente consciente de su intento fallido de levantarse y que estaba muy despierto en esos momentos. Pero permaneció sin moverse, guardando aquel calor que le transmitía su piojo, no siendo consciente del dolor de ella y su incomodidad.
El demonio tenía su brazo rodeándola, sin posibilidad de que aquel pequeño cuerpo escapase de la cárcel de sus brazos, no lo iba a permitir. No después de haber degustado su misterio. Para Neuro aquello había llenado su cuerpo como ningún otro misterio había hecho, sentía la energía corriendo por sus venas y desde luego iba a volver a degustarlo en cuanto pudiera.
Arrugó la nariz al notar como ella se acercaba a su pecho y se hacía una bolita, el olor de su pelo colándose en sus fosas nasales. Podía notar sus pechos y como su cuerpo se amoldaba al suyo, más grande y poderoso que su cuerpo humano y débil.

Pero Neuro no era alguien que pasase mucho tiempo durmiendo, no lo necesitaba, así que abrió los ojos y tomó la cabeza de su esclavo para levantarlo también.

-¿Dormías, esclavo?

Yako negó con la cabeza, sonrojada. Intentó tapar su cuerpo desnudo pero él no se lo dejó.

-¿Que intentas hacer? No hay nada que no haya visto ya

El sonrojó de ella subió a un nivel superior.

-Es que...me

-Se clara, esclavo

-Aún me...duele

La cara del demonio se curvó en una duda.

-¿Doler? ¿Tu cuerpo?

Yako sentía una mayor verguenza aún. Obviamente Neuro no entendía a que se refería, no solamente por ser demonio. ¿Como le explicaba lo que ocurría?

-Si..es que ayer

-¿Las relaciones intimas entre humanos duelen?

-L-La primera vez duele...

Neuro la observóun momento, tomando en consideración lo que había dicho su piojo. Lo cierto es que no se había parado a pensar en su condición humana cuando la tomó en la barandilla y desde luego no entendía a que se refería cuando decía doler. ¿Donde le dolía? ¿Por que era normal?

-Es..algo normal-Dijo Yako, volviendo a captar la atención de Neuro-C-Cuando eres v-v-virgen, se sangra...

-¿Sangre?-Sus ojos verdes buscaron sus muslos, sin tener en cuenta el grito de la chica cuando se posicionó sobre ella para abrirle las piernas. Efectivamente encontró unos pequeños restos de sangre seca y volvió a mirarla-¿Sangraste ayer?

-Si

-¿Por que?

Yako suspiró y cuando Neuro dejó de avergonzarla con aquella posición le relató rápidamente lo que ocurría cuando una mujer es virgen. Los ojos de Neuro se iluminaron cuando entendió aquel "nuevo misterio" de la anatomía femenina y Yako agradeció que no volviera a preguntar.
La ayudó a levantarse y le pasó un cambio de yukata para que se lo pusiera y fuera a lavarse al onsen. Yako asintió, agradecida por los cuidados de Neuro y caminando de una forma bastante graciosa se alejó de la habitación.

Neuro quedó en la habitación, tomando algunas ropas se fue a correr por el monte. Necesitaba algo de ejercicio después de la ingesta de aquellos poderosos misterios. Quizá sacase algún juguete demoníaco para divertirse mientras el piojo se relajaba. Riendo malefícamente, corrió hacia las montañas.

Yako se lavó a conciencia antes de entrar en las cálidas aguas del onsen. A diferencia de la anterior vez, había entrado desnuda, llevando una pequeña toalla en la mano, que había dejado sobre una roca. Cerró los ojos, intentando que su cuerpo entrase en calor y se relajase en las pacificas aguas. A esa hora no había casi nadie en las aguas, cosa que ella agradecía, pues su mente era un caos y necesitaba tiempo para pensar tranquilamente. Que Neuro se hubiera quedado en la habitación la estaba ayudando pues su mayor problema tenía que ver con él. Estuvo un buen rato pensando bajo el agua un buen rato, sentía los dedos arrugados.

Vale. Empecemos.
-Había hecho el amor con Neuro.
-Había amado a su jefe demoníaco. Y sádico, y malvado, y torturador, y arrogante, y que la valoraba como un piojo.
-Había perdido su virginidad con Neuro.
-Neuro le había dicho que la amaba.
-Neuro le había dicho que la amaba. Amor. Amor demoníaco.
-Ella se le había confesado.
-Había explicado su primera vez a Neuro. Con detalle, viendo como sus ojos se encendían a medida que ella hablaba.

¿Que había hecho? ¿En que nos dejaba todo? ¿Eran novios? ¿Amantes? ¿Todo cambiaría una vez volvieran a la agencia? ¿Podría ser que se hubiera dado un golpe en la cabeza y todo fuera un sueño?

Sus ojos se centraron en el movimiento del agua, como se colaba entre sus dedos. Como sus manos se movían para tocar su cuerpo, tocando sus pechos. Aun podía sentir las manos enguantadas de Neuro jugando con ellos. Le había dejado unas marquitas oscuras cerca del pezón.
Marcas de dientes.

Yako se sujetó los pechos y los masajeó con las manos, pensando que eran otras manos quienes la tocaban. Se frotó los pezones, endureciéndose bajo su toque tembloroso. Yako soltó un pequeño gemido, una de sus manos abandonando su pecho y tocando su intimidad, que había parado de dolerle.
No podía creer que estuviera haciendo aquello, pero se sentía bien.

-N-Neuro..-Susurró entre gemidos, moviendo los dedos sobre su entrada. Sus labios entreabiertos y sus dedos desplegados entre su pecho derecho y sus dos dedos jugando en su interior-Neuro..

Otro gemido salió de sus labios cuando encontró sus punto sensible.

-Neuro!

Yako echó la cabeza hacia atrás.
Gritó al encontrar un par de ojos verdes mirándola, junto con una sonrisa demoniacamente seductora. El corazón de Yako se paró, al igual que sus movimientos.

-¿Me llamabas, piojo?-Su sonrisa era de fabula, no por nada la había encontrado masturbándose pensando en él.

-N-N-E-U-R-O...-Los ojos de Yako estaban muy abiertos, aun no pudiendo creer que él estuviera ahí también-¿Cuanto llevas...? ¿Viste...?

-¿Si vi a mi esclavo buscando su propio placer manualmente?-Sonrió-No llegaste al orgasmo, Yako

Definitivamente LO HABÍA VISTO TODO. Yako quiso desaparecer.

O/ / /O

-No voy a permitir que mi esclavo pase hambre-Su sonrisa se ensanchó más al ver el rostro incrédulo de Yako. Como su jefe demoníaco no iba a permitir que su esclavo pensara que no tenía en cuenta sus necesidades. Además del echo de que podría volver a probarla-Déjame darte placer, Yako

Yako se perdió en aquella mirada, viendo con entraba en el agua, equipado con una pequeña toalla en la cintura. Neuro se colocó detrás de ella, tomándola de la cintura para sentarse y colocarla sobre sus piernas. Le pasó un brazo por la cintura aprovechando para abrirle las piernas y dejarla a su merced. Sus manos deseaban tocarla, volver a sentir sus paredes húmedas y su interior cálido. Le echó la cabeza hacia atrás para besar sus labios mientras su otra mano, que se encontraba libre, buscaba su entrada para tocarla.

-Neuro...-Gimió entre beso y beso, gimiendo cuando él entró con dos dedos en su interior. Sus dedos eran más largos, más grandes que los suyos y sentirlos moviéndose era totalmente diferente a cuando ella se tocó minutos antes. Soltó otro gemido. A Neuro le gustaban aquellos pequeños gemidos. Se movió más rápido, con pequeños movimientos de entrada y salida, alternándolo con pequeños estímulos en sus pezones ya endurecidos.

-Estas receptiva, pequeño piojo-Le volvió a besar los labios, jugando con su lengua sin dejar de mover sus dedos-¿Ya no te duele?

Yako le observó a los ojos, sorprendida por aquella pregunta viniendo de él. Asintió, respondiendo a su beso.

-Te deseo en mi interior, Neuro

"Lo he dicho. Le he dicho que lo deseo..." Pensó Yako, perdida en las pozas verdes como única salida hacia un éxtasis mayor.

-Me gusta que digas lo que piensas, esclavo-La premió con otro dedo moviéndose en su interior- Pero, ¿Como se deben pedir las cosas? Di "Hágame el amor, amo"

Yako torció la cara al ver la cara arrogante de su demonio. No podía dejar de ser cruel, no podía dejar de ser Neuro.


Pero ella lo amaba.

Ella quería sus toques.

Ella lo quería de nuevo.

Quería sentir aquel cuerpo musculoso sobre el suyo.

Quería sentir sus manos enguantadas por su cuerpo.

Quería sentir sus manos enguantadas en sus pechos.

Quería ver su sonrisa masculina cuando ella lo miraba.

Quería ver brillar sus hermosos ojos verdes.

Quería tirar de su cabello cuando la volviese a penetrar.

Quería juntar sus labios de nuevo.

Quería morder su cuello.

Quería todo de Neuro.

Quería amarlo y que la amara.


Yako cerró los ojos y los volvió a abrir, encontrándose el rostro tranquilo de Neuro. Aun esperando su respuesta.

-Neuro...-Acercó su boca a la suya, siendo recibida por él-Quiero que resuelvas el misterio de nuevo-Lo volvió a besar.

Sintió como Neuro sonreía contra su boca.

-Este misterio esta en la punta de la lengua

Yako dejó que la besara y que la llevase con otro de sus múltiples poderes demoníacos a la habitación.

-En la barandilla de nuevo no...-Se quejó, antes de que pudiera decir nada.

El demonio sonrió de nuevo.

La dejó sobre el futón desordenado de la mañana, colocándose sobre ella.

-¿Como se pide, esclavo?

-Me rindo a ti, Neuro-La joven detective le agarró el rostro al demonio, besandole con fervor-Quiero que me poseas de nuevo, Neuro

-Buena respuesta, Yako

Yako amaba escuchar su nombre de los labios de Neuro.

-Te amo Neuro-Le mordió el labio inferior-Di mi nombre de nuevo, Neuro

-Yako

-Neuro

-Tu misterio es el mejor, Yako-Juntó sus frentes-Voy a degustarte de nuevo, compañera


Espero que os haya gustado

Gracias por los reviews