Ya estoy por terminar Maestro del amor (no me vayan a matar tienen que estar conscientes de que todo inicio tiene un final) y como se supone que al acabar ese iniciaré con otro, pues como que a mi cerebro le quiso dar una perdida de imaginación a esos dos y darle forma a este que estuve pensando en navidad antes de que me entumiera el brazo. No tengo idea si lo voy a seguir (yo creo que si) por lo cual lo único que queda decir es:

Deseenme suerte e inspiración que tengo 3 que realizar ahora.

Nuevamente ignorar el título random que apenas se me vino a la cabeza pero soy yo, creo que no hay mucho de que esperar y por si acaso tampoco se cuando lo voy actualizar,

Y si me preguntan la época tampoco se.


Tan solo leyendas

"Cuenta la leyenda que existe un poder absoluto que solo será concedido a la persona que tenga un corazón puro, decidido, merecedor de la fuerza absoluta. Aquel que proteja el preciado tesoro será el único quien podrá decidir a quién brindar aquel don divino; la prueba es dura, ha dejado tantas víctimas en el camino, muchos se cuestionan de que verdad exista algo así pues muy pocos han llegado tan lejos y han fracasado.

Nadie está seguro de cómo sea el final, pero sin duda aún no se tiene idea alguna de si alguien sea merecedor de esta."


-Esto es tonto- exclamo el pequeño rubio, quien no dudo en tomar el libro –La fuerza no es algo que se regala- corrigió antes de tener que explicarle a su padre que eso tomaba tiempo, dedicación no solo por arte de magia se conseguía

-Son leyendas, son parte de nuestras historias y a pesar de contener algo fantástico también tiene verdades- no dudo en arrebatar el libro para poder cargarlo en brazos –Es una lección para ti quien en un futuro te volverás rey-

-¿Qué lección trata de dar?-

-Que de verdad debes quererlo por las razones correctas no por un sentimiento dañino-

Los años pasaron para transformar el sitio de una forma drástica, el rey y la reina murieron cuando apenas el joven heredero era un adolescente, el mundo cuestionaba el liderazgo de alguien tan joven. Era lamentable ver como un reino terminaba en manos de aquella tragedia pero fue sorprendente como el joven de ojos como el oro se alzaba aún con las heridas reclamando las tierras que se heredaron a su nombre, prometiendo y jurando con su vida ante cada uno de sus súbditos que viviría para tomar justicia en un futuro, que sería capaz de tomar la responsabilidad en sus manos y hacer que la justicia se cumpliera.

Con daños y heridas el joven rey se alzó para brindarles fe a su reino.

Todo mundo creyó en el joven que sobrevivió.

-Joven alteza no olvide que hoy tiene una conferencia sobre los últimos avances con el trato del reino F-

Escucho claramente a uno de sus consejeros logrando hacer que soltara un quejido leve, simplemente no le encontraba el sentido de anunciar algo de lo que simplemente no estaba seguro en un futuro, solo era dueño de una parte, los demás reinos tenían todo el derecho de no compartir sus ideales –Lo tendré en cuenta, pero no creo que exista la necesidad de tener que anunciar eso, tenemos que tomar en cuenta que hoy son las diferentes inauguraciones de hospitales y orfanatos debemos concentrarnos por ahora en una sola cosa-

-Pero recuerde que aún así tiene diferentes obligaciones, como recibir a los nuevos aspirantes que quieren ser caballeros, visitar al gran sabio para sus lecciones, ir con el doctor que lo mantiene estable, practicar la lucha cuerpo a cuerpo, con espada- nombraba al paso en que el lápiz se deslizaba en las múltiples tareas que hoy debía realizar

Dejo caer suavemente sus hombros, antes de llevar su mano al pecho y escuchar a su corazón latir con lentitud, era difícil a veces las batallas en las que el participaba cuando empezaba a descender o acelerarse como para torturarlo, milagrosamente las otras heridas pudieron sanar incluso siendo complicado pero era lamentable que a su corazón no le fuera tan bien como lo demás. Oprimió con leve fuerza solo teniendo que alentarse y pensar nuevamente que eso no era impedimento para vengar todo lo que le fue arrebatado de forma injusta.

Ladeo la cabeza intentando que el desanimo deje de estar acampando en su mente.

-Lo entiendo, no tienes que preocuparte, haré todas mis responsabilidades no ha cambiado desde hace años, nunca he hecho nada fuera de mi lista-

-Y no olvide que hoy es su cumpleaños número 19, al final del día recibirá una sorpresa-

-No es una sorpresa si estoy enterado además han sido las mismas fiestas desde que tengo 15 años ¿Qué tiene de nuevo? Preferiría pasar el día batallando con algo- pidió amablemente pero al escuchar como el otro reclamaba su presencia en el típico baile no le quedo más que aceptar

Frente en alto y una sonrisa, aspecto limpio y perfecto y una actitud sería y adecuada, ser el rey no era cosa de disfrute, por momentos no dudo en pensar en su padre y la forma en la que de alguna manera siempre le hacía ver que todo era tan fácil si tan solo se ignoraba el hecho de que eso abarcaba todo el día. Deseaba bastante que estuviera junto consigo para verlo en lo que es ahora.

Solo quedaba la esperanza de que se sintiera orgulloso de todo lo que ha hecho.

-¿Tiene preparado el discurso? Porque si no es así yo podría escribirlo inmediatamente abordando los temas importantes que sean un interés en común para cada ciudadano del pueblo-

-No te preocupes lo tengo preparado-

-Bien señor, tiene 20 minutos antes de darlo espero que se arregle y lo estudie solo por si acaso-

-De acuerdo, no tienes de que preocuparte-

Cuando el pasillo se llenó de pisadas y una leve reverencia solo tuvo que detenerse cuando se aseguro que aquel largo pasillo se encontrara solo, tomo aire y elevó la vista para mirar los cuadros colgados con orgullo y cariño, tuvo que hacer una sonrisa suave y contener el dolor que su corazón provocaba por los recuerdos. El retrato de su familia siempre le pareció bello, algo que le motivaba a ser el gran rey que alguna vez fue su padre. Negó con la cabeza y continúo caminando. No había tiempo de seguir admirando el pasado.

La corona y la capa de tonos intensos y hermosos resaltaban en el esbelto cuerpo que adornaban, los pasos tranquilos y decididos marcaban antes de que una mano gentil saludara a todo aquel que lo viese, su rostro era apacible, sin rastro de temor alguno pero sus ojos solo mostraban obligación ante eso, no es como si no quisiera reinar pero no dejaba atrás la idea de mostrarle a cada uno de ellos que había un progreso, que fueron vengados, pero en vez de eso debía encubrir aquella falta de victoria con noticias por lo menos positivas. Era bastante pesado, su cabeza exigía tener ya algo de información, ser permitido luchar y hacer que la sangre real no fuera derramada sin antes haber hecho justicia.

Pero un rey no puede pelear cuando tiene un reino que atender.

-Se que se han rumorado diferentes cosas sobre nuestro reinado junto al F y quiero decirles que no deben preocuparse, las cosas están siendo planeadas para vuestro bien, se que tienen demasiadas dudas al respecto pero puedo asegurar que todo está saliendo de una forma muy gratificante no tienen que temer por eso- al ver que las masas parecían complacidas supo que necesitaba seguir hablando sobre los avances –Falta poco para un tratado, ambos sabemos que no estamos en condiciones para luchar entre nosotros pero si para apoyarnos, dentro de poco seremos un reino unido y más fuerte contra aquellos que solo anhelan el poder ¡Unificaremos nuestras fuerzas para asegurar la seguridad de nuestros reinos!-

Dejo que los gritos alegres fueran el furor de ese momento, tomando un tiempo para pensar tranquilamente teniendo en cuenta que, si ese tratado de paz se iba por el desagüe estarían en una guerra increíble, Amai Mask llegaba a ser un soberano cuando se le beneficiaba pero un tirano si alguien se osaba a salir de las reglas que establecía.

El no era muy agradable de tratar en temas de guerra.

-Pero dejando ese tema a un lado quisiera decirles que me voy a sentir orgulloso de visitar cada uno de los hospitales y orfanatos que abren para evitar que los niños se encuentren sin hogar o con alguna enfermedad que los dañe, ellos son una parte muy importante y quiero que sepan que estaré dándoles mi apoyo siempre que lo necesiten-

Los agradecimientos no se hicieron esperar, el lugar se consumió en alegría que se escuchaba incluso cuando el mismo de retiro del balcón y cerró las puertas, teniendo que dejar de lado su corona y la capa, retirándose todo aquel lujo que le parecía innecesario teniendo que pedir permiso para retirarse y cumplir su palabra de visitarlo como si fuera una persona común y corriente.

Hubo dos respuestas:

O iba con lo que le caracterizaba como rey.

O iba con guardias.

De una forma respetuosa tuvo que retomar la corona y la capa, milagro alguno no le obligaban a usar aquel bastón bastante innecesario pero estaba bien, mientras pudiera ir solo podría estar con esas cosas después de todo el lado del reino donde poseía poder era común la magia y los monstruos que solo buscaban dominar sin intereses de riqueza, fuera de eso el lugar era normal, problemático por aquellas cosas, pero tranquilo y más en la parte donde se supone que la leyenda crecía:

El bosque abandonado.

No iba a negar que aprovechara aquellas visitas para echar un vistazo a ese curioso lugar.

La gente danzaba y reía, los vestidos coloridos se movían al ritmo en la que la banda tocaba, trajes elegantes se presumían entre si entre millones de mascaras de fiesta, todos bebiendo y alzando copas felicitando al joven rey quien cumplía años. Todo mundo se encontraba alegre, despreocupada de alrededor pero el solo se encontraba de pie en una parte del salón retirado de los demás, cansado, sin ganas de estar en ese lugar, no era muy alegre si se cuestionaba que dejaban de ser importantes cuando su familia no estaba; costaba bastante socializar cuando lo único que pasaba por su cabeza es que necesitaba encontrar la forma de no ser derrotado y encontrar al causante de ese vacío.

Tal vez debería hacerle caso a Bang, el sabio del lugar y dejar escapar todos esos pensamientos que tal vez ni siquiera deberían existir en ese lugar.

-Mi rey-

Tuvo que mirar a quien lo solicitaba para observar a un par de caballeros quienes posaban sus armaduras como si dependiera de sus vidas.

-¿Puedo ayudarles en algo caballeros?-

-Venimos a llevarlo a su regalo- anunció King al momento en que se inclino en signo de respeto

-Después de todo no creo que le moleste retirarse en silencio sir- hablo Atomic Samurai quien aparte de ser un leal peleador era uno de los mejores espadachines que existían (y quien sin duda no le costaba nada ayudar a quien en su opinión era "enseñable")

A Genos no le era agradable tenerlos, no es como si su compañía fuera mala pero casi siempre cuando se encontraba con ellos actuaban como niños que buscaban resaltar entre otros o dar prioridad a alguno de los problemas a los cuales se les llamaba.

-¿Puedo saber que regalo?- les pregunto con calma, prestando atención a lo que iban a decir

-Tatsumaki ha dicho que en una parte del bosque se encuentra alguien quien puede conceder deseos, en especial uno que todo mundo ha querido-

Alzo una ceja dándose a entender que prosiguieran.

-Ella y su hermana Fubuki han encontrado el camino que cuenta la leyenda, nos han asegurado que existe en realidad-

No supo si confiar en aquellas adivinas siendo que una era tan poderosa que podría hacer lo que quisiera y la otra tenía tantos contactos que casi aseguraba que tenía incluso en su propio reino pero ¿Qué perdía? En el bosque se ocultaban criaturas hermosas como las que se describen en libros e inclusive las que solo podían estar en su cabeza.

-¿Y por qué estamos perdiendo tiempo? Alisten los caballos que salir en coche será llamativo, tenemos que asegurarnos de que no sea un peligro para los del reino-

Adulto o no, rey o súbdito, era la oportunidad de saber si lo que contaba su padre era real si con eso podría vengar aquel oscuro día.

El camino era casi invisible, las sombras consumían alrededor, los pequeños seres de luz que se adaptaban en formas humanas flotantes en ocasiones hacían presencia, alguna que otra hada se despertaba al escuchar sus pasos y se alejaban de sus árboles vestidos con hojas, algunos de los animales apenas eran sombras con cuerpo que escapaban velozmente.

Costaba bastante decir cuánto tiempo llevaban dentro de aquel lugar pero al momento de ver un cierto brillo amarillento supieron que era el final del camino pues, creyendo las palabras de aquellas adivinas, se suponía que ese sitio era el indicado pero que tan solo uno tenía el derecho de entrar y saber si era digno de recibir dicho poder.

Abandono su espada y parte de la armadura al momento en que ordenaba que se quedaran afuera, solo pidiéndoles que resguardaran de cualquier peligro mientras el resolvía cuentas pendientes.

Sus pulmones se expandieron por el aire que tomo antes de ingresar a ese sitio y quedarse momentáneamente ciego por aquel resplandor.

-¿Tú eres quien se supone que concede deseos?-

-Veo que no eres mucho de modales, permíteme-

La bola de luz no dudo en transformar aquella esfera en una figura alta, masculina, de un atractivo enorme, de cabello pelirrojo casi a rubio, portando colores dorados que cambiaban de color hasta de tonos similares al ocaso, parecía vestir de gala, de alta costura.

-¿Le parece bien esta apariencia majestad?- pregunto antes de alzar un dedo y mirarlo -¿Prefiere que le diga Genos?-

-Eso no responde a mi pregunta-

-Para ser rey tienes una pésima actitud- se quejo teniendo que hacer un ademan con la mano y mostrar un espejo que reflejaba al otro –Eres joven, una persona atractiva para las personas, su reino lo ama y es un buen descendiente pero hay algo que deja intranquilo a tu corazón, ansias la venganza, quieres que la sangre del perpetrador caiga sin piedad alguna-

Hizo una mueca sin dejar en ningún momento que su postura atenta cambiara –Sigues sin contestarme-

No pudo evitar de nuevo en transformar en luz, casi un polvo reluciente, para flotar alrededor y terminar detrás de él –Soy Wish y si sigues insistiendo soy aquel que tanto escuchabas en las historias de tu padre-

Iba a reclamar pero al darse la vuelta y no lo miro, solo pudo hacer un bufido para cuando este toco su hombro.

-Y lamento decirte que no tienes el precio a pagar- no evitó reírse de forma inocente antes de volver a mover su mano mostrando ahora a una persona en particular –Solo corazones puros como los de él pueden conseguir lo que tanto desean-

Esta vez no huyo pues estaba seguro que le presumía que había llegado tarde. Volvió sus manos un par de puños molesto ante el trato pero tuvo que contenerse al ver a esa persona –Imposible- musito al ver a un hombre tan común –No puede ser que sea el más fuerte de este lugar-

-Aún cuando las leyendas te parezcan una mentira siempre tendrán una realidad joven rey, no siempre los de "sangre azul" conseguirán todo, tal vez puedas aprender un poco de el-

-Quiero saber su nombre- exigió con una mirada profunda y decidida a encontrarlo

-Saitama-

-¿Saitama?-

-Lo encontraras en la parte más profunda del bosque, suerte sobreviviendo-

Y tal cual la luz llego esta se desvaneció.