N/A: aclaración espacio temporal #7. Pensamientos de B&B antes de su primer caso. B&B no están juntos. Estoy haciendo trampa lo sé y pido disculpas, pero solo he conseguido usar la palabra FROST a través de un poema de Robert Frost que me ha inspirado a este breve capítulo.
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"(…) Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia." -Robert Frost
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OFICINAS DEL FBI:
"Temperance Brennan".
No. No podía dar crédito al nombre que acababa de salir por los labios de su mejor amiga. No. De ninguna manera. Simplemente, no.
Cam acababa de sugerirle buscarse un compañero. Y lo que era aún peor. No le había insinuado empezar a trabajar con otro agente. Sino con una doctora, una científica, una cerebrito.
Espero que las puertas del ascensor se cerraran, y entonces se liberó. "¡Diablos!" Él no necesitaba de ningún compañero. "No muchas gracias, así estoy perfecto". Podía resolver este caso él solo, como siempre. No necesitaba estar dependiendo de nadie más.
Sin embargo, la idea no se apartaba de su mente. Pero… ¿por qué tenía que ser esa persona y no cualquier otro agente del FBI? "¡Basta. No. Ni de broma!". No tenía por qué seguir el consejo de Camile.
Además, trabajar con cerebritos era un dolor de cabeza. Ya había tenido su buena dosis de ellos. Alguna vez había tenido que recurrir a los laboratorios del FBI e interactuar con ellos directamente. Eran gente extraña. Lo hacían sentir incómodo. Y eso no le gustaba.
Aunque, no podía negar que se trataba de una coincidencia extraña. Le había dado un nombre que reconoció al instante. Después de todo, él no era un principiante. Los resultados de los laboratorios del FBI a veces tardaban demasiado y no eran lo suficientemente precisos. Así que él había hecho su tarea y había buscado gente a la que pudiera recurrir, si las cosas se ponían más difíciles.
El primer nombre en su lista era el de ella. ¿Quién podría olvidar un nombre como ese? Solo Dios sabía cómo pudo sobrevivir a la secundaria con un nombrecito así. Pero, aun así…
"Charlie, consígueme el correo electrónico de Temperance Brennan necesito comunicarme con ella de forma oficial". Pidió a uno de los muchachos del equipo, mientras atravesaba el área de asistentes.
"¿Dónde la busco, señor?". Preguntó el joven agente. Poniéndose de pie y dando unos pasos en dirección a su superior.
"Esa es parte de tu trabajo muchacho, trabajas en el FBI". Respondió Booth, ingresando a su oficina y cerrando la puerta tras él.
La idea no terminaba de agradarle. Aunque… quizás… quizás era lo que estaba escrito en su destino.
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INSTITUTO JEFFERSONIAN:
Acababa de recibir, leer y escribir la respuesta al correo más petulante que había llegado a su bandeja en mucho tiempo.
CIA, FBI, NSA, etc., etc. Todos eran más de lo mismo. La necesitaban y entonces recurrían a ella. Se creían con el derecho de disponer de su tiempo y eso era lo que más la enfurecía. Lo que era peor, se creían con el derecho de obligarla a trabajar para ellos.
"Bueno, ya está… Enviar… Listo". Miró el reloj en la barra de tareas de su laptop. Eran casi las 3 de la mañana. Sonrió frente a la pantalla. Solo imaginar la mirada de sorpresa del agente especial Seeley Booth cuando leyera su respuesta, le provocaba una agradable sensación de revancha.
Estaba cansada. Le había llevado años de sacrificio ser la mejor antropóloga forense del mundo. Y no estaba dispuesta a someterse a las órdenes de nadie. Ella era su propio jefe. Bueno, jerárquicamente dependía del Dr. Goodman. Pero ambos habían llegado a un claro entendimiento. Y, hasta ahora, ella siempre tuvo la última palabra.
Pero, algo le decía que este agente Booth era diferente. "Basta Temperance. Tienes que ser objetiva. Pruebas. Evidencias. Si le das la oportunidad descubrirás que es igual a todos los demás".
Lo que más la había sorprendido fue que el hombre del FBI no había intentado forzarla a trabajar para él a través del Dr. Goodman. Como solían hacer todos. Él se había comunicado directamente con ella. Y eso la intrigaba.
Bueno. Ya era suficiente. Lo mejor era dar por terminado el día. Necesitaba descansar aunque fuera poco. En unas horas recibiría los huesos de un hombre de la edad de bronce descubiertos en China y tenía que validar el hallazgo. Además, por la tarde tenía una conferencia sobre técnicas de descarnamiento en la American University.
Apagó su laptop. Metió algunas cosas en su bolso y se lo puso al hombro. Apagó las luces de su oficina. Mientras manejaba hacia su departamento no podía evitar preguntarse si algún día conocería al agente Booth.