En co-autoría con Demian.

La Era Dorada Saiyajin II

El Principio del Fin

CAPÍTULO 1

LOS INVASORES

Por el corredor que conducía al majestuoso salón del trono del Palacio Imperial de Vegetasei se podían escuchar unos sonoros pasos que llamaban la atención de los guardias que custodiaban tan importante lugar.

En menos de un mes la suerte del Imperio había cambiado vertiginosamente. Los sucesos eran desconcertantes, no por la situación en sí, sino por la incertidumbre de quiénes podrían ser sus malditos causantes. Los registros sobre dichos acontecimientos se encontraban recopilados en un informe cuyo portador no podía dejar de pensar en los datos que él mismo había tenido qué organizar para preparar dicho reporte.

Tan sumergido estaba el General en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya estaba frente a las majestuosas puertas de oro con la enorme insignia del imperio saiyajin, detrás de las cuales se encontraba la sala del trono.

El General respiró profundamente y dudó un segundo antes de abrir aquellas emblemáticas puertas, sin embargo, esto era algo que debía ser tratado con urgencia. Finalmente ingresó y caminó por aquella alfombra roja. El camino hacia el trono donde los reyes estaban siempre había sido de una longitud considerable ya que dicho salón era bastante grande, pero hoy particularmente, aquella larga alfombra parecía extenderse aún más –Rey Vegeta, Reina Odette- dijo respetuosamente una vez que llegó al inicio de la escalinata que conducía al trono de los reyes saiyajin, al tiempo que se arrodillaba e inclinaba su cabeza con respeto.

-Levántate, Kratos- dijo Vegeta, Rey de todos los saiyajin -¿Qué novedades tienes?-

Obedeciendo la orden de su rey, el general se levantó y ascendió por la escalinata hasta llegar ante ambos monarcas. Sacó un dispositivo similar a una tablet y lo activó, proyectando una pequeña imagen holográfica -Hemos perdido todo tipo de contacto con el planeta Deggial; el Cónsul de Asuntos Coloniales cree que las redes de comunicación del planeta han sido completamente destruidas…- fue interrumpido.

-¡Diablos!- exclamó la reina al tiempo que apretaba su mano sobre el descansabrazos de su trono –¡Es la onceava colonia que atacan este mes! ¡¿Quién demonios está haciendo esto?!-

El rostro del General se ensombreció, ciertamente no era agradable rendir semejante informe a los reyes –El escuadrón del Príncipe Vegeta (IV) reporta que en las próximas 2 horas estarán llegando a Deggial, estamos en espera de la información que pueda recabar, así también el escuadrón de Tar…- se detuvo antes de pronunciar de un modo tan impropio y fuera de protocolo el nombre de su esposa –quiero decir, el escuadrón de la Princesa Tárria estará también llegando pronto a su destino-

-Kratos, Tárria es tu esposa, no importa si llamas a mi sobrina por su nombre- dijo la reina entre risas.

-¡Bah! Es mejor que así sea, aunque sea tu mujer, Tárria es una princesa eso jamás lo olvides Kratos, ¿He hablado claro, insecto?- espetó el rey al tiempo que sus dedos tamborileaban impacientemente en el descansabrazos del trono mientras que el condecorado general se sonrojaba ante la reprimenda del monarca.

-Como sea- intervino Odette para terminar con la tensión del momento -Quiero que nos mantengas al tanto de cualquier novedad, y que me notifiquen inmediatamente cuando mi hijo llegue a Deggial-

-Así lo haré reina Odette- respondió el general -Si me disculpan, debo retirarme, majestades- Kratos se retiró de la sala del trono después de hacer una reverencia con la cabeza.

Ambos hermanos se encontraban en sus tronos, pensativos y en silencio -Iré a ver a Bulma- Vegeta se levantó de su trono y bajó la escalinata con rumbo a la salida.

-Yo iré al centro de mando a esperar noticias de Vegeta (IV)- La reina también se levantó de su trono para de igual modo, retirarse de dicho salón.

Vegeta se dirigió hacia el departamento de Investigación, Ciencia y Tecnología del imperio saiyajin, su capa se ondeaba con aristocráticos movimientos a cada paso que daba a través de los majestuosos pasillos del palacio. Después de pasar los diversos filtros de seguridad que restringían el acceso a dicha área reservada sólo para personal autorizado y claro, la familia imperial; el rey llegó a la oficina principal donde su mujer, quien era la directora de dicho departamento, se encontraba en su computadora intentando investigar sobre los ataques al imperio.

-¡No puede ser!- exclamó Bulma mientras, irritada, ingresaba datos a la computadora, después de horas de trabajo, investigación y análisis de variables se encontraba tan frustrada que no se percató que la llegada de su esposo.

-¿Lograste descubrir algo, mujer?-

-Nada- respondió con fastidio –He estado analizando los datos que alcanzó a enviar el canciller de Qliphot antes del exterminio, pero no hay nada. He estado buscando en registros de antiguas purgas, e incluso en los archivos de la Organización de comercio interplanetaria, o por lo menos lo que se pudo rescatar después de haber vencido a King Cold, pero no hay nada que nos dé una sola pista de lo que sucede en las colonias desaparecidas- era visible no sólo la frustración de la científica, también su preocupación pues en esos momentos, sus 2 hijos y sus sobrinos mayores se encontraban fuera del planeta tratando de investigar aquellos sucesos, al igual que sus suegros.

-Ya veremos lo que el escuadrón de Vegeta (IV) y el de Trunks logran averiguar en sus misiones si es que no les da por distraerse como es la costumbre de esos dos- dijo el rey con cierto sarcasmo.

El comentario de su marido logró distraer un poco a la científica –me tranquiliza que estén en misiones por separado, cuando Vegeta (IV) y Trunks están juntos ¡Son terribles!- dijo entre risas.

-¡Hmp! Como sea, ese par debería pasar más tiempo entrenando y menos metiéndose en problemas- cruzó los brazos –Por cierto, Kratos dijo que Tárria y Bra van a llegar pronto a Vegetasei-

Bulma se levantó con alegría –¡Qué bien! No volveré a dejar que mi princesa vuelva a ir a una de esas misiones tan peligrosas-

-¡Bra es una princesa guerrera, mujer! Esas peligrosas misiones como tú dices son parte de sus funciones y de su herencia- reclamó el monarca.

Bulma ladeó el rostro en actitud arrogante –¡Precisamente! Es una princesa y una princesa debería estar protegida en su palacio, ¡No afuera peleando! ¡Yo ni siquiera quería que mi pequeña entrenara! De no ser porque ella insistió en ello, ¡Jamás hubiera permitido que Bra fuera guerrera!-

-¡¿Qué diablos dices mujer?! ¡Bra es una saiyajin! ¡Tiene sangre de guerrera en las venas!-

-¡También es humana!-cruzó los brazos e hizo una mueca –Ella no debería estarse arriesgando en estas misiones ¡¿Y si le pasa algo?!-

-Bra está perfectamente entrenada para esto y mucho más ¡Yo mismo la he entrenado! Igual mis hermanas- Se dibujó una media sonrisa en sus labios –Su potencial es enorme ¡Por algo es mi hija! Si tan sólo se dedicara más a entrenar y menos a estar perdiendo el tiempo en esas estupideces de moda, ¡Trunks igual! ¡Bah! Ese mocoso se la vive persiguiendo mujeres junto con Vegeta, la diferencia es que Vegeta entrena más que Trunks- espetó con frustración.

Ante eso, Bulma sonrió pícaramente –Vegeta, no seas así, Bra es una bella princesa y Trunks es muy fuerte y apuesto- abrazó el brazo de su esposo y guiñó un ojo –igual que su padre… y ambos son bastante inteligentes, no en vano son mis hijos también, somos una gran combinación ¿No crees?-

El rostro de Vegeta estaba rojo ante aquel gesto de su mujer, aclaró su garganta –como sea, Bra debe estar por aterrizar, supongo que querrás ir al puerto espacial- intentó desviar el tema.

La científica asintió con la cabeza –Por supuesto, ¿Nos vamos?-

Vegeta dio la media vuelta hacia la puerta de aquella oficina –las veré en el Palacio más tarde, tengo una reunión con mis Generales en diez minutos-

-La desventaja de ser el rey- dijo Bulma en tono de broma y resignación a la vez.

-No hay desventaja ninguna en ser el rey- dijo Vegeta con su media sonrisa para entonces salir de aquel lugar.

Por su parte, Bulma apagó su computadora y salió de su oficina para dirigirse al Puerto Espacial para recibir a su hija y sobrina quienes regresaban al planeta luego de una misión de investigación sobre los ataques a los planetas del imperio saiyajin. Caminó por los pasillos hasta llegar al jardín de palacio donde sacó una cápsula de su bolsillo y la activó, apareciendo ante ella un lujoso vehículo volador compacto, con espacio máximo para 2 pasajeros. Abordó el mismo y despegó con rumbo al puerto espacial de Vegetasei.

-¡Tía Bulma!- una pequeña y aguda vocecilla seguida de los bracitos pertenecientes a una niña de 4 años recibieron a la princesa Cosorte del imperio con alegría y efusividad.

Bulma no pudo sino sonreír ante el gesto de la más pequeña de sus sobrinos, correspondió al gesto de la niña acariciando la cabecita de la pequeña –¡Hola Carrote! Supongo que viniste a recibir a Tárria- la pequeña sólo asintió con la cabeza.

-¿Hay alguna novedad, Bulma?- preguntó Vilandra quien también se encontraba en el lugar con su hija menor para recibir a su primogénita.

Bulma suspiró y negó con la cabeza –Justo acabo de ver a Vegeta y estábamos hablando sobre todo eso y por más que analizamos la información, las variables, las constantes… ¡Nada!-

Vilandra se cruzó de brazos y desvió la mirada, intentando contener tanto su incertidumbre como su frustración -esperemos a ver qué pudieron encontrar Tárria y Bra-

Una alarma sonó en la sala de espera -La nave espacial imperial Vegeta II ha llegado a Vegetasei- dijo una voz femenina por el altavoz.

En la plataforma de despeje-aterrizaje, un pequeño grupo de soldados saiyajin de élite descendían de la nave imperial, a su vez que el personal del puerto espacial ingresaba a la nave para realizar labores de limpieza y revisión de la misma.

-¡Por fin en casa!- dijo la princesa de cabellos azules.

-Pude habernos teletransportado y habríamos llegado hace horas Bra, pero te quedaste dormida-

-Ya sé pero ¡Estaba muerta! Éstas expediciones son muy agotadoras- dijo con fastidio.

Ante eso, Tárria llevó sus manos a sus caderas –Bra, esto es parte de ser princesa del Imperio Saiyajin, las conquistas, las misiones, la diplomacia, incluso la guerra, todo es parte de nuestras obligaciones; tienes 13 años y pronto se te asignarán más misiones y cada vez serán más y más complejas, Bra-

-Lo sé- suspiró, y se dirigió hacia la puerta de la habitación que ocupaba en la nave.

En ese momento y con delicadeza, Tárria posó su mano derecha en el hombro de su prima –¿Qué te parece si nos adelantamos un poco?- sonrió, y debido a que ya había detectado los ki tanto de su madre, hermana y tía; ambas princesas desaparecieron de la nave imperial, reapareciendo en la sala de espera donde sus familiares se encontraban.

-¡Tárria! ¡Bra!- exclamó la pequeña princesa de 4 años al sentir y posterior, ver a su hermana mayor y prima aparecer en aquella sala de espera. Tanta fue su emoción que incluso corrió a abrazar a las princesas recién llegadas.

-¡Bra!- al ver a su hija, Bulma tampoco pudo contener la emoción, corriendo a abrazar a su pequeña de 13 años –¡Oh Bra! ¡Qué bueno que ya estás de regreso!-

La princesa de cabellos azules correspondió efusivamente al abrazo de su madre –¡Mamá! ¡Te extrañé tanto!- después de unos instantes en los cuales madre e hija se reencontraron luego de 3 semanas, Bra interrumpió el abrazo y volteó para ver a su alrededor –¿Y papá y Trunks?-

-Vegeta está en una reunión con los Generales- respondió la saiyajin de cola blanca quien, si bien internamente estaba feliz de ver nuevamente a su hija y sobrina, no hacía demostraciones tan efusivas.

-Sí, sentí a Kratos y a papá junto con mis tíos Vegeta y Zorn, además de los otros generales, por eso no nos teletransporté con ellos- dijo Tárria quien sostenía en brazos a su pequeña hermana.

El rostro de Bulma fue de la alegría a la seriedad al momento que su hija mencionó justamente a su primogénito –Tu hermano está también en otra misión de exploración- suspiró –estos ataques siguen y siguen-

Por su parte, Vilandra se acercó a sus hijas –¿Lograron descubrir algo?-

Tárria bajó a su hermana menor y negó con la cabeza, a la vez que su rostro se tornó serio –Nada, cuando llegamos…- hizo una pausa.

-¡Todos estaban muertos! ¡Todo estaba destruido!- interrumpió Bra, apretando sus puños con rabia mientras de sus ojos brotaban lágrimas de impotencia.

Al ver la reacción de su hija, Bulma la abrazó presionando la cabeza de su princesa contra su pecho de un modo protector –Ya pasó- miró con enojo a su sobrina –¡Tárria! ¿Cómo dejas que Bra vea algo tan horrible? ¡Sólo tiene 13 años!-

-Bra es lo suficientemente grande como para enfrentar eso y más, ¡Somos saiyajin! Atestiguar, enfrentar e incluso, provocar la muerte es parte de nuestra naturaleza, ¡Incluso Carrote a sus 4 años ha visto gente muerta o a punto de morir!- intervino Vilandra.

En un intento de evitar un debate sobre crianza, tradiciones saiyajin, maternidad, etc; Bra se separó de su madre y sonrió –Estoy bien mamá, no te preocupes… es sólo que fue triste ver todo así-

Ignorando la ofuscación anterior de su tía, Tárria extendió un dispositivo simillar a un iPhone hacia la científica –Aquí está toda la información que logramos recolectar-

Bulma tomó el dispositivo –Lo analizaré inmediatamente- dijo con determinación.

-¡Pero mamá!- reclamó Bra –¡Acabo de llegar luego de 3 semanas! ¿No puedes hacerlo mañana?-

Quizá en circunstancias normales no permitiría que alguno de sus hijos se impusiera sobre ella, pero considerando que tenía tanto tiempo sin ver a su hija, y además que su primogénito también había partido a una misión hacía 10 días, para Bulma era muy especial este reencuentro, sobretodo tomando en cuenta que si bien, eran misiones de exploración a planetas devastados, eso no dejaba de preocuparla, ¿Y si quedaban enemigos ahí? ¿Y si sus hijos y/o sobrinos eran atacados por quien fuera que estuviera detrás de aquellos trágicos sucesos para el imperio de su esposo? Si bien quería mantenerse optimista, la incertidumbre se respiraba por doquier -tienes razón Bra, creo que todos merecemos un descanso al menos por hoy- sonrió.

-Será mejor volver al palacio- dijo Vilandra.

Carrote tomó la mano de su madre –Mami, ¿Crees que mi papá ya esté en el palacio?- preguntó con inocencia.

Vilandra se agachó para tomar a su pequeña en brazos –Tu padre está en una importante reunión con tus tíos Vegeta y Zorn y el resto de los Generales, pero llegará en cuanto pueda-

Tárria por su parte cerró un momento los ojos para concentrarse en el ki de su esposo –De hecho ya terminaron, puedo sentir a papá y tío Vegeta solos en el centro de mando, Kratos está en el palacio- su rostro se tornó completamente rojo al pensar en su marido a quien no veía en 3 semanas –si me disculpan debo irme, tía, madre- hizo una pequeña reverencia con la cabeza en respeto hacia su madre y llevó sus dedos medio e índice hacia su frente, desapareciendo de aquella sala de espera.

Mientras tanto y luego de haberse reunido con todos sus generales, el centro de mando donde la reunión se había llevado a cabo había quedado completamente vacío salvo por el Rey de los saiyajin que se había quedado para discutir estrategias con el General de más alto rango en todo el ejército saiyajin, quien a su vez era Príncipe Consorte del imperio –¡Bah! ¡Maldición!- exclamó Vegeta al tiempo que golpeaba la mesa con su puño donde se proyectaba una imagen holográfica de las colonias de su imperio, y que con color rojo estaban resaltados aquellos planetas que habían sido víctimas de aquellos terribles ataques.

-Vegeta, ¡Relájate! Ya verás que descubriremos a los responsables de esto-

Irritado por la tranquilidad de su cuñado, el rey tomó al General de las ropas a la altura del pecho –¡Cierra la boca, Kakaroto! ¡Esos malditos insectos siguen atacando mi imperio y nadie sabe un carajo de quiénes son!- soltó al guerrero y apretó su puño derecho –¡Juro que quien quiera que sea que está atacando MI imperio va a pagar con sangre y sufrimiento por todo esto! ¡Lamentará el día de haberse metido con el Rey de los Saiyajin!-

Gokú se quedó pensativo –En todos los planetas, todos los registros están destruidos y se aseguran de matar a todos para que no haya testigos ni errores… Quien quiera que esté detrás de esto se está asegurando que no lo podamos rastrear-

Vegeta rodó los ojos con fastidio –¿Tú crees, Kakaroto? ¡Vaya! ¡El genio ha hablado!- dijo con sarcasmo.

Un sonoro rugido se escuchó en aquella sala –¡Me estoy muriendo de hambre! ¿Qué dices si vamos a comer algo, Vegeta?- dijo Gokú entre risas y con su mano detrás de la cabeza.

-¡Eres un insecto!- su estómago también rugió, provocando el sonrojo del Rey –¡Vamos de una maldita vez!- dijo a la vez que avanzaba hacia la puerta de salida siendo seguido por su cuñado.

Mientras eso sucedía entre el ahora Rey del Imperio saiyajin y su cuñado, en las habitaciones de la familia real cierto General iba caminando para dirigirse a la habitación que compartía con su esposa desde hacía 4 años, cuando unas manos femeninas cubrieron sus ojos a lo cual, no pudo sino sonreír –Tárria-

La princesa dio la vuelta para quedar frente a él –Quería sorprenderte- lo abrazó efusivamente.

Por su parte, Kratos rodeó la cintura de su mujer para entonces besarla profundamente, disfrutando los labios de ella, robándole el aliento, deseando con ese beso recuperar esas 3 semanas en que no se habían visto, en que no se habían besado, en que no se habían sentido. Era un diálogo en silencio entre ambos esposos, amantes, compañeros; un diálogo silencioso en el cual se profesaban el amor y pasión que había entre ellos.

-yo también te extrañé- dijo la princesa cuando tuvieron que hacer una pausa para respirar.

El general se despojó de su armadura –ahora no es tiempo de hablar- dijo en susurro para entonces continuar besando a su esposa, tocándola, amándola.

En el Planeta Vegeta sucedían muchas cosas, reencuentros, festejos, preocupación por los ataques, reuniones familiares, pero justo en esos momentos la nave Imperial Odette II, nombrada así en honor de la actual reina saiyajin y reservada para uso exclusivo de la familia imperial y sus respectivos escuadrones, había aterrizado en Deggial, Planeta que recién había sido atacado. De aquella lujosa nave color negro con el símbolo de la casa Real de Vegetasei en rojo descendió un grupo de 6 saiyajin de élite quienes rápidamente se desplazaron por el planeta para explorarlo, posterior a eso, una joven de 12 años de cabello azul oscuro casi negro también descendió de la nave, seguida por un apuesto joven saiyajin de 21 años de edad, alto de piel morena y cabello encrespado sujeto en una cola baja. Ambos hermanos volaron a través de aquel lúgubre escenario, casas destruidas, cadáveres por todos lados, prendas tiradsa por ahí que al parecer habían sido portadas hacía poco tiempo por alguna persona al momento de ser asesinado.

Aquellas imágenes afectaron a los príncipes, si bien ambos habían ya estado en escenarios similares en conquistas dirigidas por ellos, o donde fueron parte del escuadrón de sus padres y/o tíos, ahora no eran ellos los verdugos sino las víctimas, ahora era su gente la afectada, sus súbditos, su pueblo. Continuaron su vuelo hasta una lujosa y amplia residencia localizada en lo que, hasta hace poco, fue la ciudad capital de aquel Planeta Colonia.

-Iré a la oficina del canciller, tú busca por algún sobreviviente, Sarah- dijo el príncipe.

La princesa sólo asintió en respuesta a su hermano mayor y comenzó a caminar entre las ruinas de aquella gran mansión. Había una gran cantidad de daño en aquel recinto, señales de combate, daños en la estructura, algunos escombros. Encontró a un soldado saiyajin que había sido asesinado, tenía los ojos abiertos y en blanco y estaba en una posición boca abajo, en su nuca se apreciaba un pequeño orificio cauterizado como si lo hubieran atacado con un picahielos al rojo vivo, o bien con una barra de energía (como cuando Freezer asesina a Vegeta en Namek).

Se agachó juntó al soldado e intentó cerrar sus ojos, pero ya estaban tiesos y por más que intentó no pudo hacerlo. Siguió su camino topándose con más cadáveres en similares circunstancias –Es como si los hubieran tomado por sorpresa- dijo para sí misma.

Escuchó un ruido detrás de ella lo que la hizo voltear extendiendo su brazo derecho –¿Quién está ahí? ¡Identifíquese!- tal fue su sorpresa que de un armario cayó frente a ella un soldado saiyajin con muchas heridas visibles. Corrió hacia él al escuchar que intentaba hablar y se arrodilló al lado del soldado, con mucho cuidado lo volteó para que quedara boca arriba y recostó la cabeza de él en su regazo –Soy la Princesa Sarah, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Quién te hizo esto?-

Con dificultad podía mantener los ojos abiertos –p..princesa… ellos… perdóneme- balbuceaba.

-¡¿Quiénes son ellos?!-

-rep… rept…- tosió sangre e intentó respirar –no los sentimos, no los vimos…- volvió a toser sangre.

-Los tomaron por sorpresa, entiendo- dijo, intentando calmar al soldado para que no se desgastara hablando, buscó entre sus ropas –¿Dónde dejé la cápsula del tanque?- preguntó desesperada, intentando salvar a quien al parecer, era el único sobreviviente de aquella masacre.

-no protegí su imperio… perdón, princesa- sus ojos se tornaron blancos y en ese momento, el soldado dejó de existir.

En un último acto de misericordia, la princesa cerró los ojos del soldado y colocó la cabeza con cuidado en el suelo para ella poder incorporarse y seguir explorando aquel lugar, cuando otro ruido la puso en alerta. Avanzó despacio hasta una pared, colocándose sigilosamente de espaldas a la misma… observó una sombra acercarse hacia ella, más cuando la sombra se detuvo e hizo un movimiento como si volteara, la princesa aprovechó la oportunidad –¡Ha!- gritó al disparar un potente cañón de energía.

-¡¿Qué diablos?!- gritó un pequeño saiyajin de 13 años que casi es alcanzado por aquel ataque, de no ser porque justo en ese momento tropezó, y el cañón lo hizo caer al suelo –Sarah ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué me atacas?!-

Estupefacta por ver a su primo que, se suponía debería de estar en una misión similar pero en otro planeta, se acercó al joven –¿Dahda? ¡¿Qué diablos haces aquí?! ¡¿No deberías estar con Trunks explorando el Planeta Görk?!-

El chico se levantó y sacudió el polvo de su ropa y armadura –Terminamos antes, todos están muertos igual que aquí ya no tenía caso seguir en ese lugar- volteó al suelo donde los cadáveres de una mucama y quizá otro sirviente yacían.

-Encontré un sobreviviente, pero murió hace unos instantes-

-¿De verdad?- la voz del mayor de los príncipes del imperio sonó en aquel lugar, llamando la atención de sus primos –¿Te dijo algo? ¿Quiénes hicieron esto?-

-¡Trunks!- dijo la joven, sorprendida –No tuvo tiempo de decirme nada- se quedó pensativa por unos instantes –aunque… dijo… Rep, pero no sé qué signifique rep-

Trunks se quedó pensativo unos instantes –No tengo idea de qué pueda significar-

Los 3 príncipes se quedaron en silencio, intentando procesar la nueva información, que se sumaba al montón de datos inútiles que seguían sin indicar una pista de los responsables de aquellas masacres.

-¡Es el ki de Vegeta!- exclamó la pequeña, quien inmediatamente corrió hasta donde detectó la energía de su hermano mayor siendo seguida por sus primos –¡Vegeta! ¿encontraste algo?-

El joven príncipe estaba en la oficina en la cual, el cadáver del canciller se encontraba tirado en el piso en medio de aquella habitación. Estaba buscando en un armario donde había documentos y dispositivos con información, cuando volteó hacia la entrada, observando la llegada tanto de su hermana como de sus primos –¿No podías llegar más rápido, enana?- bromeó –Trunks, Dahda, llegan tarde, pero al menos pueden ayudar a buscar entre los registros a ver si hay algo útil-

-¿Acaso tú no puedes sólo, Vegeta?- bromeó Trunks al tiempo que entraba a la oficina, seguido por los menores.

El joven de 21 años sonrió a medias, tal y como su abuelo materno, tíos y madre acostumbran –No digas tonterías Trunks, pero sin duda será más rápido si todos buscamos, ya quiero largarme de este lugar, es otra búsqueda inútil- dijo con fastidio.

-Yo buscaré en esos archivos- dijo la princesa, quien se dirigió a lo que antes era un lujoso archivero, ahora bastante dañado.

-¿Por qué buscamos en viejos archivos? ¡Ahí no hay nada! Deberíamos ver si aquí hay grabaciones de seguridad que sean útiles, no como en Görk- dijo el otro adolescente.

-Ya busqué las grabaciones, están destruidas- respondió Vegeta IV.

-Como en todos los planetas afectados- dijo Dahda.

Mientras sus primos buscaban o discutían, Trunks se acercó al cuerpo del fallecido canciller quien yacía en un charco de sangre, tenía heridas de batalla y también tenía los ojos abiertos. Volteó el cuerpo boca arriba y desvió la mirada. Si, quizá Trunks al contrario de sus contrapartes en otros universos también había dado muerte a otros al conquistar algún planeta como cualquier otro saiyajin, más aún siendo un adulto de 22 años; pero siendo ahora las víctimas los súbditos de su padre, ¡Sus súbditos! Quienes se suponían debían respetarlo, obedecerlo y rendirle tributo una vez que él se convirtiera en el rey de los saiyajin ahora estaban muertos, ya no podría protegerlos, ya no iban a verlo convertirse en rey y suceder a su padre.

Llamó su atención algo verdoso que sobresalía del apretado puño del canciller, intentó abrir la mano del difunto con precaución, pero el crujir de los huesos al romperse llamaron la atención de sus primos –¡Trunks! ¡¿Qué haces?!- exclamó Sarah.

-Hay algo en su mano- respondió Trunks, observando el contenido de la mano del saiyajin difunto.

Todos se quedaron en silencio, Vegeta IV se acercó y tomó un trozo verdoso cubierto con una baba de color azul –esto… parece ser… ¡Piel!-

Trunks tomó algo negro y pequeño que estaba cubierto por la misma baba –¡Es un chip!- exclamó con alegría, y sacó de entre sus ropas un dispositivo similar a un iPod, limpió el chip y lo insertó en dicho aparato.

En ese momento, el rastreador color verde de Vegeta IV comenzó a sonar, por lo que respondió al llamado al ver de quién era la transmisión –Madre-

-¡Vegeta! ¿Por qué diablos tú y tu hermana no se comunican conmigo o con tu padre cuando llegan a sus misiones? ¿Cuántas veces no hemos hablado de lo mismo? ¿Acaso siempre tengo que enterarme de cuándo llegan por medio del personal?- reclamaba Odette, quien en esos momentos se encontraba con su esposo en el centro de mando.

Vegeta IV tragó saliva, podía ser ya un adulto de 21 años, podía ser un poderoso saiyajin, pero Odette era su madre y además la reina del Imperio saiyajin, si había una hembra en el universo que podía hacerlo titubear, esa era su madre –ma… mamá, es que estábamos ocupados- intentó excusarse.

-Sabes que tu madre no acepta pretextos estúpidos, Vegeta- dijo Zorn, quien tomó el rastreador de su esposa para hablar con el primogénito de ambos.

-Si… si… lo sé… padre- respondió el príncipe.

Mientras tanto, los dos pre adolescentes y Trunks se encontraban atónitos, observando un video que el finado canciller había protegido con su vida –Vegeta… dile a mi tía Odette que encontramos algo… al fin- dijo Trunks, con una mezcla de satisfacción, alivio pero a la vez, tristeza, impotencia y enojo por lo sucedido al imperio de su padre, su futuro imperio que hoy caía poco a poco.

-CONTINUARÁ-

¡Estoy viva! Jajaja, perdonen mi ausencia, he estado tan saturada de trabajo que no he podido escribir, apenas he estado pensando, y pensando, y eso gracias tanto a mi novio Josh 3 que es un escritor fabuloso, de hecho él está escribiendo un crossover de Bleach y Dragon Ball Z y en verdad es un genio! El crossover está en inglés por cierto, así que si les interesa leerlo… mándeme un PM aquí o escríbanme a mi página de Facebook "Vilandra y Odete" y ya veré cómo le hago para enseñárselos, porque de hecho no está publicado en ningún lado. En fin, gracias también a varios amigos que tengo con quienes hago juegos de rol que me han dado inspiraciones varias, en especial a Calaphor the ancient saiyan, Kensai the saiyan warrior y al administrador de una página de Vegeta, así como al administrador de General Kakarot y otros roleplayers que han aportado uno u otro granito de arena.

Obvio! No puedo olvidar a Demian quien es un fiel lector mío y co-autor de este fic, de hecho fue idea suya el realizar esta historia y en verdad, no habría podido hacer este primer capítulo si él no me hubiera dado las ideas.

Lamento si esperaban un lemon, PERO! No es mi costumbre incluir lemons en el primer capítulo, esperen lemons más adelante XDDDD

Ahora mis reflexiones, ¿Quiénes están detrás de los ataques al Imperio saiyajin? ¿De verdad encontraron pistas Trunks y sus primos? Descúbranlo en el próximo capítulo de La Era dorada Saiyajin II: El Principio del Fin.

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