Gravity Rises

Historia basada en el universo alterno (AU en ingles) creado por sorophora en tumblr en donde las personalidades principales de Mabel y Dipper están intercambiadas (Mabel es mas seria y lista, y Dipper es despreocupado y energético)

Cuando les mencionaron las vacaciones de invierno, los gemelos Mabel y Dipper Pines tenían visiones muy diferentes de cómo disfrutarlas. Mabel se imaginaba a si misma sentada tranquilamente leyendo sus novelas de detectives mientras tomaba chocolate caliente, viendo sus series de televisión favoritas de misterios e inventando sus propias teorías de que pasaría en el siguiente episodio. Dipper, por su parte, estaba impaciente por salir a hacer guerras de bolas de nieve con todo el que pasara frente a la casa (lo que hacia que los vecinos se quejaran con sus padres cada año), hacer ángeles de nieve y de pasar horas y horas jugando videojuegos mientras tomaba litros y litros de Dipper-Jugo (Mabel jamás entenderá como es que su hermano puede beber eso ya que un día su padre descubrió que esa "bebida" es un excelente substituto de la gasolina). Sus ropas para la ocasión también eran muy diferentes: Mabel llevaba una cinta de cabello de color rojo, una chaqueta de invierno marrón claro, una camiseta rosa algo grande para ella (le llegaba hasta las rodillas) pantalones negros y unas botas para la nieve; Dipper, por su parte, usaba un suéter negro con el diseño de la Osa Mayor, unas camisetas que cambian de diseño a diario, unos shorts de gimnasio (a pesar del frio) y unos tenis deportivos.

Pero NINGUNO de los gemelos se esperaba la noticia de que sus padres los mandarían a pasar sus vacaciones de invierno en el pueblito de Gravity Falls, junto a su tío abuelo Stanford Pines, ya que lo veían como una gran oportunidad para todos: el solitario tío Ford pasaría las fiestas con miembros de la familia y los señores Pines tendrían un invierno sin los vecinos golpeando su puerta a diario para quejarse de que a Dipper y a Mabel le haría bien el salir de casa para algo que no sea solo la escuela, así que prepararon sus maletas y, antes de que se dieran cuenta, estaban en un autobús con destino a Gravity Falls. Si bien Dipper se veía muy emocionado por el nuevo ambiente, Mabel estaba muchísimo más interesada en conocer a su ermitaño tío Ford, quien, según sus padres, era un investigador de lo paranormal; quizás por fin tendría a alguien con quien hablar de esas cosas que tanto le gustaban, las cuales aburrían a Dipper, y su emoción solo aumento más (hasta el punto de que Dipper tuvo que sostenerla para que no se desmayara) cuando se dio cuenta del edificio del que su tío era dueño…

El Museo del Misterio

El museo del misterio era una atracción turística que se encuentraba en el bosque a las afueras de Gravity Falls. Fue construida por el reconocido científico-investigador del pueblo Stanford Pines, el cual era in-famoso en el pueblo debido a su actitud ermitaña y paranoica (aunque reconocen que es muy brillante). En el museo se exhibían todo tipo de cosas relacionadas con lo paranormal, ya fueran criaturas disecadas o en frascos, fotos de avistamientos extraños y artefactos de aspecto futurísticos o extraños. Originalmente, Stanford construyó el museo para ayudar a la gente del pueblo a entender los extraños fenómenos que los rodean, pero por alguna extraña razón, estos parecían preferir la ignorancia antes que el conocimiento. Sin embargo el museo resulto ser un enorme éxito entre los turistas, cosa que Ford no había planeado pero igual empezó a sacarle provecho.

—Pasen por aquí, damas y caballeros —Stanford le estaba dando un tour a un grupo de turistas—Les presento… ¡La única foto de la 'Sombra Hombre! ¡La sombra que parece un hombre!

—¿Entonces…parece una sombra? —preguntó uno de los turistas.

—No, parece un hombre —lo corrigió Stanford

—¿Es un hombre? —preguntó una mujer.

—¡Es una sombra que PARECE un hombre!

Su personal era bastante reducido, ya que solo contaba con dos empleados: Soos Ramirez, el cual hacia casi todo el trabajo técnico en el museo y Robbie Valentino, quien se encargaba de la caja registradora de la tienda de recuerdos y de supervisar la mercancía del museo. Pero ahora que sus sobrinos Dipper y Mabel venían a visitarlo durante sus vacaciones de invierno, tenía otros dos semi-empleados que podían ayudarlo en el museo.

Tratando de sacarle provecho a su situación, Dipper hacia todos los intentos posibles para tratar de conseguirse una novia, y tener (en sus palabras) un breve pero épico romance, pero hasta ahora esta estrategia demostraba ser muy ineficiente…

—Esta leyéndola, ¡esta leyéndola! —Susurraba un emocionado Dipper, mientras una chica rubia con el pelo amarrado en dos coletas leía un avión de papel que Dipper a escondidas le arrojo (y le dio en el ojo)

'Yo te gusto?' decía la carta, y entre las opciones a responder estaban las opciones: ¡Si!, ¡Por supuesto! Y ¡Absolutamente!

La chica buscó con la mirada de donde había venido el avión (pero con solo un ojo le estaba costando algo de trabajo), pero no logró ver a nadie que pudiera habérsela arrojado.

—Oye… Dipper —dijo Mabel mientras acomodaba algunos frascos de los estantes—. Se que estás en tu fase de estar loco por las chicas…pero creo que estás tomando muy en serio la parte de "loco"

—¡JA! ¡Si claro! —se rió Dipper, mientras inflaba su pecho tratando de mostrar confianza —. Ya verás Mabel ¡en estas vacaciones lejos de casa tengo la oportunidad de ser todo un rompe-corazones!"

Mabel se lo quedó mirando, incrédula. Un par de días atrás, Dipper se le acercó a una chica de pelo negro y piel morena con una jarra llena de Dipper-jugo y se lo había ofrecido. La chica se había quedado viendo el líquido de origen dudoso con algo de miedo, pero Dipper ya le estaba sirviendo un vaso. Accidentalmente, una gota de jugo cayó al suelo, el cual empezó a burbujear y a echar humo. En cuestión de segundos, la gota había formado un agujero en el suelo. De más estaba decir que la chica había salido corriendo hacia la salida antes de que Dipper pudiera reaccionar.

Y no mucho después de ese incidente, intentó impresionar a una chica de cabello castaño amarrado en una gran trenza, que estaba viendo una exhibición sobre unos frascos que contenían las cabezas de diferentes criaturas, cuando uno de los frascos en particular llamó su atención ya que la cabeza que había dentro este parecía humana. Cuando la chica se acercó al frasco para observarlo con más cuidado, la cabeza la saludó con un fuerte "¡Hola!" para revelar que era Dipper del otro lado de la mesa. La chica había pegado un fuerte grito y salido corriendo, empujando a varios turistas en el camino.

—Pues, si sigues así definitivamente les romperás algo, pero no será el corazón —le respondió Mabel mientras volvía a enfocarse en su tarea.

—Pfff, solo estás celosa —bufó Dipper.

Luego de despedir al último grupo de turistas, Stanford regresó a la tienda de regalos en donde se encontraban sus empleados y sus sobrinos.

—Muy bien, chicos, necesito que uno de ustedes vaya al sótano a cambiar las luces —dijo mientras sostenía una caja de bombillas nuevas y una linterna.

—Yo no —dijeron Mabel y Dipper al mismo tiempo.

—Yo puedo hacerlo, señor Pines! —dijo Soos, emocionado.

—A ti ya te di un trabajo, Soos —lo regaño Stanford—. ¡Robbie! ¿Puedes hacerlo tú?"

Robbie se encontraba detrás de la caja registradora ajustando su guitarra y no podría parecer más desinteresado.

—Podria pero… ehh… estoy en mi descanso de quince minutos.

—Debería despedirlos a todos —refunfuñó Stanford, pero sabía que eso no era buena idea porque nadie más en todo el pueblo estaba interesado en trabajar en su "magnifico" museo—. Muy bien, Mabel, tu lo harás —le dijo a la niña mientras le entregaba la caja y la linterna.

—¡¿Qué?! Pero tío Ford, ¡ese sótano tuyo da miedo! —se quejó Mabel

—Oh, vamos niña, creí que te gustaban este tipo de cosas.

—Que me gusten no significa que quiera vivirlas. Ese sótano tuyo es demasiado tétrico aun para una fanática de lo paranormal como yo —le reprochó Mabel —Además, ¿no dijiste que habías inventado una super-bombilla que duraría mil años?

—No olvides que la luz que emana también te deja la piel más suave —le recordó Dipper mientras se frotaba sus mejillas para probar su punto.

—Si, lo hice, pero hacer solo uno sale demasiado costoso… Eso y el hecho de que descubrí que no es nada ahorradora, ya que el recibo de luz casi se duplicó desde que la puse.

Al ver que su hermana no estaba nada feliz con su tarea, Dipper sintió que era su deber como hermano apoyarla así que trato de convencer a su tío.

—Oye, tío, si Mabel no quiere, yo puedo hacerlo.

Mabel miró a su hermano y le dio una sonrisa, pero el breve momento fue arruinado por Ford.

—No, tú también tienes trabajo. Quiero que vayas a la parte trasera del museo y cortes un poco de leña

—¡¿QUE?! ¡Pero hace mucho frio afuera!

—Y el museo estará aun más frio en la noche si no lo haces, así que deja de quejarte, ¡y ponte a trabajar! ¡Eso fue para ambos! —le dijo Ford a los gemelos mientras los empujaba fuera de la sección de la tienda de regalos.

—Viejo cascarrabias —susurró Mabel—. Bueno, Dipper, si nos apresuramos puede que terminemos antes de que empiece el episodio de Patotective.

—¡Wow, es cierto! ¡Había olvidado que hoy hay un nuevo episodio! —recordó Dipper, cambiando por completo su modo a uno mucho más entusiasta, lo que hizo que saliera corriendo a tomar el hacha que estaba al lado de la puerta trasera— ¡Será mejor que nos apresuremos!

Mabel sonrió al ver que su hermano volvió a su modo tan alegre de siempre y, sintiéndose satisfecha por hacer su trabajo de hermana de mantener a Dipper feliz, decidió ponerse a hacer su trabajo, el cual seguía poniéndola bastante nerviosa. La sola idea de tener que bajar a ese horrible agujero en donde su tío guardaba las exhibiciones menos exitosas (o demasiado peligrosas) de su museo hacia que se le revolviera el estomago. Sin embargo, una vez que llegó a las escaleras que dan al sótano, Mabel trató de calmarse enfocando su mente en otras cosas así que encendió la linterna y bajo por las escaleras. Una vez abajo, se encontró con todo tipo de cosas que pueden perturbar a una niña de doce años: estatuas y esculturas de aspecto macabro, pinturas y fotos de esas que dan la ilusión de que siempre te están viendo y cajas de todos los tamaños que parece que no habían sido abiertas en unos treinta años.

—Es aun peor de lo que recuerdo —susurró Mabel—. Bueno, entre más pronto ponga estas estúpidas bombillas, menos aterrador será este lugar…al menos eso espero —Mabel arrastró una caja que parecía lo suficientemente dura como para soportar su peso, la colocó debajo de una de las lámparas y cambio la desgastada bombilla por una nueva. Repitió este proceso otras siete veces hasta que había cambiado las bombillas de todas las lámparas— Muy bien, creo que son todas —se dijo a sí misma. Se bajó de la caja y se acercó a las escaleras buscando el interruptor. Una vez que lo encontró, encendió las luces y el sótano ahora parecía un lugar totalmente diferente, ya que ahora que había mucha más luz que las que podía dar una linterna. El lugar no parecía TAN malo (las estatuas aun daban miedo pero ya no tanto). Sintiendo un gran alivio, Mabel se disponía a regresar arriba y salir de una vez por todas de ese lugar, pero su victoria fue algo corta cuando se dio cuenta de que la lámpara que estaba más al fondo no encendía.

—Oh, no… Seguro está floja o algo así. —Ya que no estaba dispuesta a volver a apagar las luces, Mabel se acercó a la lámpara y volvió a subirse a la caja que había estado usando de soporte, ajustó un poco la bombilla y esta se encendió perfectamente, pero la luz fue más intensa de lo que Mabel esperaba, lo que provoco que cayera hacia atrás y que varias de las cajas que estaban recostadas de la pared le cayeran encima. Afortunadamente, ninguna de las cajas tenían algo que fuera pesado, si no que en su mayoría estaban llenas de plástico burbuja, así que no se lastimó —. Uf…que susto. —Mabel se disponía a levantarse pero, al verse rodeada de todo ese plástico burbuja, no pudo evitar la irresistible tentación de reventar algunas — Boop, boop —decía cada vez que reventaba una —. Boop, boop. Esto es genial, subiré algunas para jugar con Dipper mas tarde. — Dijo mientras empezaba a recoger todo el plástico que pudiera cargar y lo puso a un costado. Una vez terminado, apoyó una mano contra la pared de ladrillo, mientras se enjuagaba la frente con la otra. Uno de los ladrillos se hundió y, a unos pocos centímetros, parte de la pared se levantó, mostrando una puerta oculta.

Mabel no pudo resistirse a su curiosidad y, usando la linterna, apuntó adentro de la nueva habitación y ahí descubrió que era como un armario muy pequeño. Lo que había dentro era una pequeña mesa con unas velas muy desgastadas y unas pirámides de cristal encima, pero lo que capto su total atención fue lo que había en el centro de la mesa, un diario.

El diario parecía antiguo y desgastado, de color rojo y tenía el símbolo de una mano de seis dedos color dorado con el número uno en su centro en la portada.

La obsesión natural de Mabel por los libros hizo que lo tomara sin pensarlo dos veces. Salió del armario sin darse cuenta de que, ahora que no estaba el diario, se podía ver que en el medio de la tabla de la mesa había un símbolo muy raro con forma de un triangulo isósceles con un solo ojo, unos pequeños brazos y piernas en la parte de abajo y lo que parecía ser un sombrero en la punta de arriba.

Mabel se sentó nuevamente en la misma caja que estuvo usando como soporte para cambiar las bombillas y empezó a leer el contenido del diario

—¿Pero que es esto? —se preguntó Mabel mientras ojeaba las páginas del diario. Contenía información bastante extraña relacionada con criaturas místicas como gnomos y hadas, rituales para invocar criaturas o artefactos místicos… Sea quien sea, el que había escrito el diario era una persona muy especial, sin embargo una página hizo que se detuviera abruptamente debido a su mensaje, el cual decía "Recuerda, en Gravity Falls no hay NADIE EN QUIEN CONFIAR".

—Nadie en quien confiar —repitió Mabel para sí misma mientras se guardaba el diario dentro de su chaqueta. Se disponía a subir a su habitación en el ático a leer el resto del diario con más calma seguramente podría…

—¡HOLA!

—¡AAAAHHHH! —del susto Mabel volvió a caer donde estaban las cajas (pero como ya no tenían el plástico burbuja esta vez sí le dolió un poco) y varias le cayeron encima. Cuando se quitó la que le cubría los ojos vio a su hermano parado frente a ella. Se notaba que el trabajo de cortar leña lo hizo sudar mucho, pero aun parecía tener mucha energía.

—¿Que estabas leyendo, cerebrito? —le pregunto burlonamente Dipper

—Eh…uh-ah, ¡nada! —le respondió nerviosamente.

—Oh, vamos Mabel, sabes que le puedes decir todo a tu hermano Dip —le dijo Dipper mientras la ayudaba a levantarse y ponía una mano en su hombro como gesto de confianza.

Si bien a Mabel siempre le hacía sentir muy bien el que su hermano le dijera eso, en esta ocasión le estaba entrando la duda, pero al ver el sincero rostro de Dipper hizo que se sintiera lo suficientemente segura como para decirle.

—Muy bien…pero que sea en un lugar más privado.

Asegurándose de que nadie los viera subir a su habitación, Mabel cerró la puerta detrás de ella y bajó las cortinas, esto alarmó un poco a Dipper porque, si bien ya estaba acostumbrado a que Mabel fuera un poco paranoica esta vez estaba alcanzando un nuevo nivel (lo que ya es decir algo). Sin embargo una vez que le explicó lo que le pasó en el sótano la comprendió un poco más. Mabel le prestó el diario y él también decidió darle una ojeada (puede que no sea tan fanático de los libros como Mabel, pero eso no significa que a Dipper no le guste leer).

—Esto es…increíble —decía Dipper mientras pasaba las hojas—. Criaturas, rituales mágicos, artefactos místicos… ¡Mensajes encriptados! ¡Mabel, esta cosa es increíble!

—¡L o se!, ¡¿verdad?! —Mabel apenas podía contener su entusiasmo, las manos le temblaban, se movía de un lado a otro en la habitación. Por fin, después de tanto tiempo, finalmente tenía algo para probarle a sus padres y (pocos) amigos en California que no estaba (tan) loca por creer en estas cosas —. Esto explica toda esta extraña vibra que rodea al pueblo y nos puede ayudar a responder muchas cosas más

—¡Si! —la apoyó Dipper—. Y fíjate, varias de las paginas tienen cosas que el tío Ford tiene aquí en el museo —le comentó, mientras sostenía el diario para que Mabel viera una página que hablaba sobre unos cristales que tenían propiedades de cambiar el tamaño de las cosas.

—Mmm… —Mabel puso una cara muy pensativa— ¿Crees que el tío Ford haya usado este diario para conseguir todas sus atracciones?

—No lo sé, hacer de detective es tu departamento hermana, no el mío —le dijo Dipper mientras le devolvía el diario—. ¿Piensas mostrárselo al tío Ford?

—Pues…considerando lo que acabas de decir y el hecho de que lo encontré en su sótano, lo más seguro es que tarde o temprano se dé cuenta de que ya no está en esa mesa —dijo Mabel mientras continuaba leyendo el diario y lentamente volvía a subir su emoción—. Pero me lo quedaré un poco más, ¡solo piensa en todas las preguntas que podríamos responder con esto! Cosas como… ¡el significado del universo!

—¡O porque los gatos siempre caen de pie! —continuó Dipper.

—¡Si es posible crear una piedra filosofal!

—¡Por qué los hombres tienen pezones!

—¡Si los OVNIS realmente existen!

—¡Si es posible lamerte el codo!

—¡Por qué aun no tengo novio!

—O si se pue- Espera, ¿que fue lo último? —le pregunto Dipper arqueando una ceja

—Hmm… ¡nada! —tosió nerviosamente Mabel, un poco sonrojada.

Antes de que Dipper pudiera indagar mas en el tema, su tío lo llama desde la parte de abajo

—¡Dipper, baja! ¡Hay una chica que está preguntando por ti!

Fiu, salvada por el tío Ford, pensó Mabel aliviada, pero luego se tomo un momento para procesar mejor lo que dijo—. ¿Espera, una chica?

Dipper empezó a sonreír aun más de lo normal e inflo su pecho para responderle:

—Así es, hermana, ¡este galán se consiguió una cita!—

—¿Cuando paso eso? Creí que estabas cortando leña—

—Así era. La chica se acercó a mi mientras lo hacía y acordamos que cuando terminara iríamos a visitar el pueblo —dijo Dipper mientras tomaba su chaqueta de la Osa Mayor. Antes de ponérsela hizo un pose en la que flexionaba sus (flacuchos) brazos—. Supongo que no se pudo resistir al ver a ESTOS en acción. ¡Hey! ¿Por qué no bajas conmigo para que la conozcas?

—Pero yo quería… —antes de que Mabel dijera que quería seguir leyendo el diario, Dipper tomó una de sus muñecas y la llevó con él a la entrada principal para que conociera a su cita.

La chica era un poco más baja que Dipper, tenía un largo cabello negro que llegaba hasta su cintura y le cubría uno de sus ojos, su cara era muy pálida y sus ojos (u 'ojo' en este caso) tenían un curioso color de marrón rojizo. Su ropa era una chaqueta negra, una falda negra y unas botas de cuero que le llegaban hasta las rodillas.

Mabel no pudo evitar que su paranoia se disparara en cuanto vio a la chica. Su aspecto no le daba nada de confianza y el hecho de que Dipper le dijera que la chica básicamente salió del bosque no le estaba ayudando a sentirse más calmada.

Ford, que también estaba presente, estaba teniendo pensamientos similares, pero de algún modo sintió que quizás era algún nuevo tipo de moda entre los jóvenes (cosa que el ya no era) el parecer un muerto viviente

—¡Familia, ella es Dora! La conocí en la parte de atrás del museo.

—Mucho gusto —la saludo formalmente Ford.

"Es un…emmm…placer —le dijo Mabel, frotándose las manos nerviosamente.

—Hola —saludó simplemente la chica para volver a dirigir su atención a Dipper —Entonce ¿quieres salir ya? O…

—¡Entre más pronto mejor! —dijo Dipper mientras la tomaba de la mano y salieron del museo—. ¡Adios, chicos! ¡Nos vemos en un par de horas! —le gritó a su familia mientras se iba al pueblo, dejando solos a Mabel y Ford.

—Vaya, quién lo diría… —dijo Robbie acercándose al dúo mientras tomaba una lata de Pitt Cola—. Al final el chico si logró algo con una chica…supongo que me equivoqué con él.

—Y tú que decías que jamás conseguiría una chica si seguía con sus métodos —dijo Soos también uniéndose a la conversación— ¡Quizás deba probar algunos yo mismo!

—No lo sé chicos… —dijo Mabel, aún viendo la dirección en la que se fueron Dipper y Dora—. No creo que haya sido eso… Esa chica tiene algo raro, ¿nadie más lo pensó?

Ford se encogió los hombros y dijo:

—Niña, cuando pasas treinta años investigando lo paranormal como yo, la línea de diferencia entre "normal" y "raro" tiene un significado muy diferente.

Robbie arqueó una ceja y sonrió un poco

—¿No será que solo estás celosa de que tu hermano logró salir con alguien?

Al ver que ninguno del grupo estaba dispuesto a apoyarla, Mabel decidió subir a su habitación para tratar de encontrar una respuesta. Una vez que cerró la puerta Mabel utilizó su memoria para recordar el aspecto de la chica y no pudo evitar el pensar que esto era algo paranormal, así que, aprovechando esta situación para utilizar su nuevo diario, Mabel se sentó en su cama y empezó a buscar entre las paginas algo que pudiera servirle de referencia. Pasado un rato Mabel finalmente encontró un artículo que parecía tener exactamente la información que buscaba.

Estos demonios suelen tomar la apariencia de mujeres y se alimentan de la fuerza de vida de humanos (principalmente de hombres). Harán todo lo posible para parecer irresistibles ante su víctima y lentamente sin que esta se dé cuenta empezará a robarle su energía mediante el áas mínimo contacto, hasta que esta muer'.

Cuidado con las Súcubos de Gravity Falls.

¡SÚCUBOOOOOO! —chilló Mabel con tanta fuerza que pareciera que el cristal de su ventana se rompería.

Mientras tanto Ford, quien estaba en su baño a punto de prenderse fuego la cara (ya que es más rápido que afeitarse) se detuvo cuando escucho a alguien gritar

—Alguien dijo, ¿cucuvo? —se preguntó, ya que no pudo oírlo bien porque la puerta estaba cerrada—. Hmm, no significa nada, debo estar oyendo cosas —dijo mientras volvía a acercarse un fosforo encendido a su barbilla.

Soos, quien se encontraba cerca, fue a la habitación y golpeó la puerta

—Oye Mabel, ¡¿estás bien!? —le preguntó muy preocupado por el grito que dio la chica. Casi de inmediato la puerta se abrió y apareció Mabel con una mirada de loca (aun más de lo normal), quien se abalanzó sobre él y lo tumbo al suelo, lo agarró del cuello de su playera y acercó su cara

—¡¿TIENES ALGUNA IDEA DE ADONDE IBAN DIPPER Y DORA?!

Sintiéndose bastante nervioso por el repentino comportamiento tan agresivo de la usualmente tímida pero dulce chica, Soos hizo memoria de cuando escuchó a Dipper y Dora hablando cuando estaban en el patio trasero mientras el paleaba un poco de nieve

—Emmm… creo que los oí hablar sobre pasear por el cementerio.

—¡Eso es!

Mabel bajó las escaleras lo más rápido que pudo y salió por la puerta principal, tratando de encontrar algo que la lleve al pueblo lo más rápido posible. Tuvo la fortuna de que apareciera Robbie manejando la moto de nieve que usaba el tío Ford durante el invierno (para todas las demás épocas utiliza un carrito de golf)

—¡ROBBIE! —gritó Mabel acercándose a él lo más rápido posible, asustándolo un poco.

—Wow, chica, tranquila —trató de calmarla.

—¡NecesitoiralcementerioparasalvaramihermanodeDoraquienesenrealidadunaSucuboylevaarobartodasuenergiadevida! — dijo Mabel demasiado rápido mientras movía sus brazos frenéticamente.

Ya que no le entendió absolutamente nada, Robbie puso una mano en su hombro y le dijo:

—Muy bien niña, ahora cálmate, respira hondo y dime lo que te pasa. Esta vez utilizando signos de puntuación si es posible —agregó.

Siguiendo el consejo del adolescente, Mabel respiró hondo y trato de bajar su ritmo cardiaco al de un humano normal, una vez que (más o menos) lo logró fue más simple y dijo

—¡Necesito ir al cementerio, y rápido! Pasó algo muy importante!

—Si tanto quieres ir yo puedo llevarte, conozco un atajo —le respondió Robbie.

—¿En serio?

—Sí, mis padres trabajan ahí, conozco ese lugar mejor que nadie en este pueblo —le aseguró Robbie mientras encendía de nuevo la moto—. Sube

Una vez que Mabel se subió, Robbie se puso en marcha. No quería ir muy rápido pero al ver lo preocupada que estaba la niña decidió acelerar más de lo que a él usualmente le gustaba, ya que sea lo que sea que estuviera pasando en el cementerio debía ser grande para poner así a una chica tan tranquila como Mabel y si algo estaba pasando ahí, sus padres podrían verse afectados.

—¡Vaya Dora! —exclamó Dipper— ¡Este lugar es mucho más genial de lo que creí! —ambos estaban sentados en una banca de piedra dentro del cementerio contemplando el paisaje.

—Jeje…si —se rió nerviosamente Dora—. Oye, Dipper tengo algo que mostrarte asi que…

—Que coincidencia, ¡Yo también! —la interrumpió Dipper— ¡Mira esto! —dijo mientras se recogía el cabello de su frente revelando una extraña marca de nacimiento con forma de la Osa Mayor.

—Oh, que…interesante, eso explica algunas cosas —expresó Dora—. Pero en serio Dipper, necesito mostrarte algo, necesito que me sigas —le dijo mientras se levantaba de la banca y empezó a caminar, con Dipper siguiéndola muy de cerca.

—Em…de acuerdo —dijo Dipper un poco inseguro, mientras Dora lo llevaba a una parte que parecía más o menos abandonada, pero a él le preocupaban otras cosas… Muy bien Dipper, se dijo a sí mismo en su mente. Has visto esto en las películas muchas veces, solo actúa tranquilo, seguro, y cuando llegue el momento, pon tu brazo en su hombro.

Mientras Dipper seguía fantaseando, Dora aprovecho para empezar a desabotonarse su chaqueta mientras se acercaban a una tumba que aun no había sido llenada, ahora solo tenía que…

—¡DIPPER!

Ambos se voltearon para ver a Mabel corriendo hacia ellos a una velocidad impresionante considerando la nieve y a Robbie detrás de ella obviamente haciendo un gran esfuerzo para seguirle el paso.

Antes de que Dipper pudiera preguntar que hacían ahí Mabel empujo a Dora dentro de la tumba

—¡¿PERO QUE DEMONIOS MABEL?! —preguntó Dipper por el comportamiento tan extraño (aun para sus estándares) de Mabel.

—Dipper, ¿estás bien? —le pregunto Mabel mientras lo sujetaba de los hombros con una mirada de preocupación

—¡Lo estaba, hasta que te apareciste! —le dijo molesto mientras se apartaba de ella— ¡¿Me puedes explicar por qué acabas de hacer eso?!

Mabel se asustó un poco por la forma en la que Dipper le estaba hablando ya que él era un chico al que es difícil hacerlo enojar, y si bien ellos suelen tener sus discusiones de hermanos, muy pocas veces estas son tan serias como para que él se enoje con ella de esta manera.

—Mira, p-puedo explicarlo —trató de explicarse Mabel mientras se sacaba el diario uno de su chaqueta—. Estuve revisando el diario y descubrí que Dora no es lo que parece, ¡mira! —le dijo mientras le mostraba el libro a Dipper.

—¿Una…zombi? —dijo Dipper mientras leía las paginas—. Mabel, ¿es en serio?

—¿Qué? —dijo Mabel mientras volteaba el diario solo para darse cuenta de que era la pagina equivocada—. ¡NO!, se supone que es una…

De la tumba en donde cayó Dora salió una mano esquelética y un horrible gemido, lo que provocó que Dipper y Mabel se abrazaran del miedo, del resto de la tumba empezó a surgir Dora, pero esta ya no tenía su chaqueta, revelando un cuerpo demasiado pálido y delgado, unos ojos totalmente blancos y a su cabeza le faltaba gran parte del cabello. Esta estaba tratando de alcanzarlos estirando su otro brazo mientras mostraba unos horribles dientes, pero antes de que esta pudiera alcanzarlos, Robbie pasó entre los gemelos cargando una gran roca y la lanzó directamente a la cabeza de Dora, lo que provocó que volviera a caer dentro de la tumba.

—¿Se encuentran bien chicos? —se volteó para revisarlos.

—S-si, estamos bien —le respondió Mabel quien aun estaba abrazada a Dipper, una vez que se calmo soltó a su hermano y volvió a sacar el diario— . Eh, quien lo diría, al final resulto ser una zombi

—Oh vaya —dijo Dipper bastante decepcionado—. La primera cita que logro aquí y resulta que quiere matarme.

—Relájate hermano —lo apoyó Mabel poniendo un brazo en su hombro—. ¡Al menos sigues vivo para hacer otro intento! —lo golpeó levemente en el hombro—. Además, hay que agradecer que solo era una…

Como si alguien la hubiera escuchado, en cuanto Mabel dijo eso el suelo empezó a temblar y se empezaron a asomar varias cabezas y manos en diferentes partes de la zona más abandonada del cementerio.

Sin dudarlo ni un momento más, el trío empezó a correr hacia la moto de nieve lo más rápido que podía, mientras lo hacían Mabel, revisaba el diario con la esperanza de encontrar algo que pudiera ayudarlos.

"Debido a la fragilidad de sus cuerpos descompuestos, los zombies siempre prefieren cazar en grupos. Suelen atraer a sus presas enviando al miembro del grupo cuyo cerebro esté relativamente más intacto (lo que aun le permite comunicarse, aunque en una forma muy básica) para que este lleve a la presa a una trampa. Aparte de la decapitación, no se conocen otros métodos para efectivamente eliminar a un zombie"

—¡OH, POR FAVOR! —gritó frustrada Mabel al leer la información, ya que no resulto ser muy reveladora si eres alguien que se la pasa viendo películas de horror como ella. Se dio la vuelta y vio como unos doce zombies los perseguían, pero les llevaban mucha ventaja.

Una vez que lograron llegar a la moto Robbie se subió de inmediato y ayudó a los gemelos a subirse. Se dispuso a encender el motor…solo para que este pareciera que no quería encender

—Robbie, ¡¿que ocurre?!L—le pregunto asustado Dipper quien veía que los zombies empezaban a acercarse.

Robbie trató de ver con más detalle a ver si podía encontrar que andaba mal con la moto, solo para darse cuenta de que el problema era mucho mas simple de lo que creía, pero no pudo evitar ponerse pálido mientras lo anunciaba.

—No hay combustible

—¡¿QUE?! —gritaron los gemelos

—¡¿Como es eso posible?! —gritó Mabel.

—Uhm…

Robbie estaba tocando su guitarra mientras estaba en su (verdadero) descanso, cosa que a Stanford no le gustaba porque eso hacía que los turistas lo confundieran con una especie de artista callejero y le dieran dinero cuando terminaba de tocar, dinero que bien podrían invertir en su 'hermoso' museo.

Robbie, ¿llenaste el tanque de la moto de nieve como te lo pedí? le preguntó su jefe.

Sí, seguro, señor Pines" le respondió Robbie como si apenas hubiera puesto atención a lo que le pregunto.

—Seguro Soos se olvido de hacerlo, ya saben cuánto trabajo tiene que hacer al mismo tiempo el pobre" dijo nerviosamente.

—Pero creí que ese era tu…

—¡CHICOS AHÍ VIENEN! —les advirtió Dipper.

Al darse cuenta de que los zombies se habían acercado demasiado, el grupo decidió bajarse de la moto, pero ya no tenían mucho espacio a donde ir debido a que ya habían alcanzado las cercas que rodeaban el cementerio. Viendo que estaban acorralados, Robbie se puso enfrente de los gemelos y arrancó una rama de un árbol marchito que tenían cerca.

Mabel, por su parte, seguía buscando alguna respuesta en el diario, y ya que la sección de zombies no le estaba ayudando, decidió revisar la sección de conjuros a ver si había algo más útil. Sin embargo Mabel estaba tan enfocada en leer que no se dio cuenta de que un zombi se le estaba acercando.

—¡Mabel, cuidado! —le dijo Dipper mientras la hacía a un lado y le lanzara un gancho derecho a la cabeza del monstruo, haciendo que esta saliera volando y cayera en la nieve — ¡Ja! ¡Y pensar que mamá dijo que esas clases de boxeo serian un desperdicio!

Robbie estaba haciendo todo lo posible para mantener a raya al resto de los zombies con su arma improvisada, pero cada vez le estaba costando más trabajo

—¡Chicos, si tienen una idea, me gustaría oírla ya!

Finalmente, Mabel logro encontrar algo que parecía útil, un encantamiento que decía que al ser recitado correctamente este haría que todo ser mágico que haya sido invocado volviera a su lugar de origen, así que de inmediato recitó el conjuro en voz alta.

—¡Mali spiritus requiem restituerent retro unde venerunt!

Nuevamente, la tierra empezó a temblar y como si de arenas movedizas se tratase, esta se empezó a tragar a los zombies lentamente.

—¡Si! ¡Funciona! ¡Jajaja! ¡Y pensar que papa dijo que jamás sería útil el aprender latín! —celebró Mabel, pero su victoria se vio interrumpida cuando sintió un fuerte tirón en su camisa y se dio cuenta de que un zombi la estaba tratando de arrastrar, pero no era cualquier zombi, era Dora —. ¡AUXILIO!

—¡Deja en paz a mi hermana! —gritó Dipper pateando a Dora en la cabeza, lo que provocó que soltara la camisa de Mabel y finalmente se la terminara de tragar la tierra.

Respirando aliviados de que la horrible experiencia terminara, Robbie ofreció llevarlos a su casa, la cual estaba relativamente cerca de ahí. Una vez que llegaron, Robbie le pidió a su padre (ocultando muy bien el porqué se veían tan estropeados) si podía llevar a los niños al museo del misterio a lo cual este dijo que no tenia problema.

Ya estaba empezando a atardecer para cuando el Sr Valentino los dejo frente al museo del misterio.

—Gracias Señor Valentino —dijeron los dos al mismo tiempo.

—No hay problema niños, ¡cuídense! —se despidió amablemente mientras se iba de regreso a su casa.

Antes de que entraran Dipper se detuvo un momento.

—Oye, Mabel, yo…lamento haberte gritado así, no estuvo bien.

Mabel se volteó para ver a su hermano

—Si, bueno, tampoco es que no esperaba que reaccionaras así luego de haber empujado a tu cita en un agujero.

—Oh, cierto… —dijo Dipper sonando aun mas decepcionado—. Mi primera novia resulta ser una zombi, je, suena a algo sacado de una película.

A Mabel no le gustaba ver a su usualmente feliz hermano tan deprimido, así que trato de animarlo.

—Tienes que verle el lado positivo Dip, quizás la próxima sea algo genial, como… ¡una chica-lobo!

Dipper sonrió sintiéndose mucho mejor al saber que su hermana intentaba animarlo

—Gracias, Mabel —le dijo para luego extender sus brazos—. ¿Un penoso abrazo de hermanos?

Mabel imitó el gesto y afirmó

—Un penoso abrazo de hermanos

Los dos hermanos se abrazaron y se dieron unas palmaditas simultáneamente.

—Palmada —dijeron al unísono.

Una vez dentro del museo, los niños encontraron a su tío escribiendo algunas cosas en una tableta. Éste, cuando los vio, no pudo evitar preguntarles porque el aspecto tan maltratado.

—Wow, chicos, ¿qué les paso? parece que pelearon con un grupo de aproximadamente doce zombies.

Intercambiando una nerviosa mirada, los hermanos trataron de pensar en una excusa.

—Uhm… —comenzó Mabel—. Bueno, verás, a nosotros…

—¡Nos golpeó un autobús! —continuó Dipper haciendo que su hermana se golpeara la frente en frustración—. Pero no te preocupes, estamos bien.

—Si ustedes lo dicen… —dijo Ford—. Miren, chicos, quería agradecerles por el buen trabajo que hicieron hoy, así que como recompensa, pueden tomar un artículo del museo.

Los ojos de ambos hermanos parecía que estaban brillando como un par de estrellas.

—¡¿EN SERIO?!

—Sí, pero solo de la sección de recuerdos.

—Oh —dijo Mabel algo decepcionada, pero a su hermano eso no le importó ni un poco y empezó a revolver entre las cajas que había. Mabel buscó con la mirada algo que le pudiera interesar y encontró una camisa blanca con el diseño de un pino color azul en el pecho, la cual sería un excelente reemplazo para la camisa que fue desgarrada en la pelea con los zombies.

—Creo que me quedare con esto —dijo Mabel.

—¿Segura? ¿No crees que es algo grande para ti? —le preguntó su tío al notar que la camisa le llegaba casi hasta las rodillas.

—Así me gusta más.

—Muy bien, como quieras

Dipper salió de entre las cajas y dijo:

—¡Yo me quedare con ESTO! —mientras mostraba un arma de electrochoques.

—Tio, ¿por qué tienes eso en las sección de recuerdos? —Mabel le preguntó a su tío.

—Eso NO debería estar aquí, se suponía que Robbie la pondría en el sótano —dijo Ford, el cual se escuchaba bastante molesto con el mal trabajo de su empleado.

Luego de haber visto el episodio estreno de Patotective, Dipper y Mabel subieron a su habitación en el ático y se prepararon para dormir. Dipper tenía una camiseta azul con unas zetas en el pecho y unos bóxers. Mabel, por su parte solo llevaba su nueva camisa de pino y sus botas (casi nunca se las quita). Su chaqueta estaba colgada a un lado de su cama.

Dipper estaba probando su nuevo "juguete" mientras Mabel escribía su más reciente experiencia en el diario (para empezar agregó el conjuro a la sección de 'debilidades' de la pagina de los zombies)

"Este diario me dijo que en Gravity Falls no hay nadie en quien puedas confiar" levantó la mirada para ver a Dipper ". Pero cuando peleas con un grupo de zombies codo a codo con alguien, te das cuenta de que esa persona siempre cuidara tu espalda"

—Oye Dipper, ¿puedes apagar la luz?

—Yo me encargo —dijo mientras disparaba su taser hacia la lámpara, provocando una sobrecarga y haciendo que la bombilla explotara (y que se fuera la luz en varias partes de la casa).

—¡Jejeje! ¡Genial! —se rió Mabel.

—¡Arma taser!

Mientras los hermanos se iban a dormir, su tío Ford aun seguía despierto en su estudio llenando un cuaderno con cálculos y ecuaciones.

—Mmm…si aun tuviera los otros dos, esto no sería tan complicado —susurró para sí mismo Stanford—. Pero no importa, no importa cuánto tiempo me tome, no pienso rendirme…después de todo, estoy seguro que el habría hecho lo mismo por mi…

Si están mas interesados en conocer más sobre este fascinante AU también pueden revisar la cuenta de Nelauk en deviantart ( CREO que esa es la cuenta DA de sorophora, pero como no estoy seguro no quiero hacer afirmaciones falsas ) o simplemente busquen Gravity Rises AU en Google XD.

Agradecimientos a: ScaleneCandy y Siletek