¡Hi~!

He aquí el siguiente One-Shot. Tenía pensada otra idea, pero eso lo dejaré para la siguiente ocasión.

¡Notas/Avisos!

1# Cada capítulo/One-Shot/Drabble, ocurren sin orden cronológico. O sea, esto puede ir antes o después del capítulo anterior.

2# ¿Vieron el capítulo de DBS? Muchos sucesos y sobretodo, algo con qué escribir xD

3# Este es el más largo que he escrito, como que con cada capítulo aumenta el número de palabras jajaja

4# Le hice una portada al fanfic, ya que bueno, el título dice Mai, Trunks y Vegeta, y ella hacía falta en la portada. Y como no encontraba un fan-art que le encajara improvise uno.

5# Disfruten la lectura ^^

Los personajes de Dragon Ball Z no me pertenecen, le pertenecen a Akira Toriyama.


Capítulo IV

Mai seguía sin ver al rostro al niño que tenía allí, estaba bastante molesta y sobretodo, muy avergonzada. Ese pequeño pervertido había intentado tomarle la mano para después abrazarla, ¿por qué un niño de su edad tenía que actuar así con ella? Frunció el ceño, evitó girar su vista hacía él, porque si era sincera consigo mismo, de alguna manera Trunks lograba hacerla perdonarlo, dejándole pasar la mayoría casi todo.

Y aunque lo negara una y mil veces, siempre regresaba. Era una especie de círculo vicioso, donde terminaba acompañada por él, molesta por algo que le pidió y regresando al principio; porque ya sea Mai tenía que buscarlo o el pequeño Brief se las arreglaba para encontrarla. Entrecerró los ojos al escuchar su voz de nuevo diciéndole que estaba aburrido de estar viéndola sin hablar, exhaló y siguió ignorándolo.

—¿Seguirás molesta, Mai? —preguntó quejumbroso—. No fue para tanto… en serio… —se acercó a ella, le tocó el hombro y ésta se alejó de él.

—Ya te dije que no me gusta que hagas eso —le recordó.

—¿Qué? ¿Tocarte? —volvió a cuestionar—. Mi mamá lo hace todo el tiempo con mi papá, ¿qué tiene de malo?

La niña le miró indignada.

—¡Ellos están casados! —gritó volteándolo a ver, estaba sonrojada.

—Sí, pero tú eres mi novia —resolvió con facilidad.

—Deja de recordármelo.

Mai estaba incómoda por eso, rememorando que en efecto, ella aceptó ser su "novia" pero no porque quisiera. En realidad, Trunks se las arregló para forzarla a ser algo, porque ella era inteligente y tenía un plan efectivo que tendría que haber salido bien, pero con ese niño todo le salía al revés, hasta terminó en una incómoda cena "familiar", donde la presentó como su novia oficial; se estremeció al recordarlo. Bulma no le agradaba mucho, y el papá de su "novio" le daba miedo. Agitó su cabeza y regresó a lo que estaba.

—Entonces, ¿vienes conmigo o te quedarás aquí? —volvió a preguntar el pequeño de cabellos lila.

—Me quedaré, tengo que ayudar al señor Pilaf a encontrar las esferas.

Trunks iba a reprocharle, hasta que vio la mirada firme de ella. Suspiró resignado, no había nada con qué convencerla si Mai ya tenía todo decidido, así que prefirió hacer caso.

—Bien, iré a jugar con Goten —avisó mientras empezaba a volar.

La vio por última vez, desde donde estaba miraba su pequeño cuerpo caminar alrededor del pasto y árboles de esa montaña. No estaba muy seguro de dejarla sola; se planteó de nuevo si debía o no irse, frunció el ceño, observó que Pilaf y Shu estaban por ahí, bastante cerca o al menos lo suficiente para que Mai estuviera bien.

"No debería ni preocuparme", pensó arrancando por completo su vuelo.

Llegó a su casa, donde estaba su mejor amigo jugando con una pelota. Trunks descendió y empezó a conversar con él, luego de eso entraron a la casa, buscaron los mejores juguetes del mayor y siguieron en lo suyo. Siempre les gustaba pasar tiempo juntos, el pequeño Brief podía confiar plenamente en Goten y viceversa, se tenían para las mejores o peores situaciones, y sus familias eran las más extraordinarias del planeta.

Además, no existía ni existiría alguien más con quién jugar así, ni con quién divertirse o meterse en problemas. Siempre podría olvidarse de lo demás si jugaban un buen rato, algo similar a lo que le pasaba cuando estaba con Mai, sin embargo lo que le ocurría con la niña era extraño, divertido y hasta complicado.

¿Le gustaba? Mucho.

¿La entendía? Para nada.

¿Eso afectaba lo que sentía? No.

¿Quería quedarse con ella para siempre? ¡Por supuesto!

¿Ella lo aceptaría?

"Pues… no lo sé, pero… ¡siempre logro convencerla de hacer cosas! A lo mejor sí aceptaría", pensó mientras jugaba un videojuego con su mejor amigo.

Pasados unos cinco minutos sintió algo extraño, el personaje de pelea que había escogido se quedó sin moverse, porque él ya no había tocado el control. Algo pesado cayó en su estomago, una sensación angustiosa le pasó por la garganta y finalmente, una punzada en el corazón le llegó. No era un dolor físico que podría dañarlo, pero era horrible; sin mencionar que por alguna razón que no entendía, su novia apareció en su cabeza.

"Mai…", recordó y miró sus manos.

—Oye, Trunks —llamó su mejor amigo preocupado—. ¿Estás bien?

—No —respondió rápido, se levantó de su lugar y miró a la ventana—. T-Tengo que ver a Mai.

Goten lo observó sorprendido.

—¿No dijiste que ella no te quería cerca hoy? —preguntó confundido.

—¡Lo sé, pero algo pasó! —explicó revolviéndose en cómo decirlo.

—¿Cómo lo sabes?

—Es que sólo lo sé —volvió a responder bastante alterado.

—¿Quieres que vayamos a buscarla?

El pequeño Brief no supo que contestar, podría simplemente estar teniendo esa cosa porque sí. Sin embargo, Mai no salía de su cabeza y necesitaba verla.

—Sí.

Pausaron el juego, salieron volando por la ventana; Trunks los guió hasta donde la última vez que la había visto, cuando llegaron no había rastro de ella, ni de Pilaf o Shu. La expresión en el rostro del más grande se deformó, el pequeño Son le sugirió seguir buscándolos por separado, él aceptó tomando cada quien su camino.

El semi-saiyajin estuvo buscándola por los alrededores, hasta que llegó a una zona rocosa del lugar. Asustado por lo que se encontraría, descendió un poco y observó si no había rastro de alguno; miró a Pilaf gritándole a Shu, pero no de forma graciosa. Eso le dio mala espina, se fue tan rápido que cuando los otros dos lo vieron, se sorprendieron demasiado.

—¿D-Dónde está Mai?

Su tono tartamudo denotaba su preocupación. Pilaf miró hacía la terminación del suelo de donde estaba, mientras que Shu miró hacia abajo.

—¡Díganme! —insistió en saber.

—¡Está allá! —respondió Pilaf.

Trunks vio hacía donde él había apuntado, observó que había una especie de abismo, no lograba ver que había al final de éste, pero no se quedaría sin saberlo. Bajó volando ignorando los gritos del perro o del enano, cuando alcanzó el final del lugar notó que había un pequeño lago; sin titubear se metió en él buscándola, intentó concentrarse para encontrar su ki, así como su papá le había enseñado, una pequeña energía desvaneciéndose se encontraba cerca de él. Nadó con precisión hasta donde lo sintió, miró a Mai desmayada y la tomó entre sus brazos.

Voló de nuevo a la superficie, encontrándose otra vez con los amigos de su novia. Ellos corrieron a ver a su compañera, ésta no respondía con nada.

—¡Hay que hacer algo! —gritó Shu.

En la cabeza de Trunks pasaban miles de ideas, pero decidió tomarla en sus brazos y salir volando de ahí; en lo que volaron su novia tosió y soltó agua, algo que lo hizo sentir mejor, sin embargo escuchó que se quejaba de dolor y regresó a estar dormida.

Volvió a su casa, donde se topó con su mamá y su padre, ellos estaban conversando. Cuando lo vieron entrar, Bulma se asustó.

—¡Trunks! ¿Qué pasó?

El pequeño comenzó a lagrimear, sin poder responder con exactitud lo que sucedió.

—Y-yo, la encontré, estaba ahogándose —logró soltar.

Su mamá logró conseguir lo necesario para atender a la niña; Trunks miraba como iban y venían cosas médicas, así como a su progenitora ir de un lugar a otro, mientras llamaba a un doctor. Su vista se fue hasta la camilla donde estaba su novia, tomó su mano cuando estuvo ya cerca, la apretó y se lamentó de no haber estado ahí, para ella, protegiéndola. Así como su padre a su madre; rogaba en su interior que Mai abriera los ojos, le miraba y le reclamara cualquier cosa.

Vegeta estaba recostado en una pared, mirando a su hijo sufrir por una mocosa. Suspiró, dejó de estar ahí y avanzó hacía los niños; cuando estuvo detrás del niño le tocó el hombro y lo miró.

—Sí, papá, ya sé —reclamó el pequeño—. Los saiyajin no lloran —Trunks se limpió rápido las lágrimas—. Y yo no estaba llorando, algo en mi visión me molesta —se justificó, quitó la vista de su padre y volvió a Mai.

El príncipe resopló.

—Lo que sea, Trunks —habló como si no le importara—. No llores si quieres —susurró lo suficiente para que su hijo escuchara y funcionó.

Bulma llegó junto a los abuelos del menor, llevaron a la niña a otra habitación donde había más medicina y un doctor pudiera atenderla. A él no lo dejaron quedarse para estar con su pareja, se enfureció, le rogó a su mamá y la científica no sabía ni cómo decirle que no. Entonces, Vegeta apareció para calmar las cosas.

—Deja que tu madre se haga cargo, vete a tu habitación —sentenció y se fue.

El semi-saiyajin ya no reclamó; se fue tan triste y deprimido hasta su cuarto. Cada segundo que pasaba se sentía doloroso, estaba nervioso por si no sobrevivía; por una parte estaban las esferas del dragón… ¡sí, eso! Es decir, mientras Mai no se enfermara por la caída, todo estaría bien. Se relajó recordando que también estaban las semillas; inhaló y exhaló más tranquilo.

Por un instante había estado demasiado preocupado, escuchó unos pasos hacía él y miró a su mejor amigo.

—¿Adónde fuiste? —cuestionó un poco molesto—. Me dejaste allá, tuve que traer a ese tal Pilaf y Shu.

Vio a su amigo hacer un puchero y sonrió.

—Mai estaba ahogándose, la salvé y la están atendiendo ahora —explicó sin mucho ánimo.

—¡Ah! Entonces sí tenías razón.

—¿Cuándo no la tengo, Goten? —preguntó presumido.

—Ah, cierto —cedió sin mucha revuelta.

Trunks le pidió a su amigo irse, estaba bastante ahogado emocionalmente. Goten se fue y le dijo que volvería al siguiente día, para saber del estado de Mai; el niño de cabellos lila se fue durmiendo poco a poco.


Se levantó durante la madrugada, Vegeta solía dar un par de vueltas cuando no podía dormir, y esa noche y las anteriores había estado haciendo lo mismo. La mocosa llama Mai llevaba mucho tiempo inconsciente, y su hijo Trunks había sido insufrible; por no decir que no paraba de ir y venir de la habitación de esa niña, con cosas para hacerla despertar. Sin mencionar a ese enano y al peludo perro andando por ahí, gozando de la casa y la comida en lo que su amiga estaba sin despertar.

Pero no podía quejarse, Bulma les había dado carta abierta a andar por ahí. Y mientras eso no interfiera con él, todo estaba bien; caminó sin rumbo fijo, pero en su subconsciente presentía a donde iba.

Terminó en la puerta de aquel cuarto, donde Mai era atendida. La puerta estaba entre abierta, la abrió un poco más y vio a su hijo, sentado en la silla, con su cara recostada en la mesa totalmente dormido. Seguro se había despertado a ver a la mocosa ladrona.

Se colocó en el marco de la puerta, miró la escena con nostalgia. No entendía mucho por qué, aunque en realidad Bulma podría saber la razón.

Vegeta no tenía en cuenta que, alguna vez él estuvo inconsciente, acostado en esa cama, mientras que Bulma también se había quedado dormida, esperando a que despertara y por alguna razón, se había preocupado por un asesino.

Él entró a la habitación, buscó por ahí un sábana y se la puso a su hijo. Lo observó dormir con el rostro preocupado; ¿quién diría que una niña tan rara podría provocarle tanto a Trunks?

No le dio más vueltas al asunto, salió de ahí, cerró la puerta y se fue otra vez a su cuarto; donde Bulma ya lo esperaba.


Mai abrió los ojos con dificultad; se perturbó un poco por la luz del lugar donde estaba. Observó sus brazos y luego su cabeza, estaba vendada. Intentó sentarse, pero sólo consiguió sentirse adolorida; se quejó en voz alta y miró a su alrededor.

Cuando vio a Trunks ahí, dormido, esperando por ella, su corazón se disparó. Le latió rápido y se sintió cálida.

—No puedo creerlo —masculló acostándose de nuevo.

El niño fue despertándose también, cuando la miró su alegría se desbordó. La niña sintió como era abrazada con fuerza por su novio.

—¡Estás bien, estás bien! —exclamó alegre sin soltarla.

—¡Tru-Trunks! —se quejó sonrojada.

—Oh, sí —recordó el menor, se apartó un poco y le sonrió—. Lo siento, se me olvida lo frágil que eres —soltó sin pensar, la mueca de disgusto de Mai le divirtió.

—Hum, lo que sea —susurró Mai, la cual cruzó sus brazos alrededor de su pecho—. ¿Cuánto tiempo estuve desmayada?

—No sé, cuatro o cinco días.

—¡¿Qué?!

—Eso creo —soltó sin preocupación—. ¿Quieres comer?

La niña simplemente asintió, desviando su mirada hacía el otro lado. Pilaf se molestaría con ella, estaba preparada para oír sus gritos y todo eso; apretó con fuerza la sábana y se lamentó por eso.

—¿Te pasa algo? —volvió a preguntar Trunks, cambiando su expresión de alivio a preocupación.

—N-No…

—¿Segura?

Mai volvió a verlo, él en serio estaba preocupado por ella, una "niña" con una mentalidad de mujer mayor. Aunque, viendo el asunto y el cómo reaccionaba, empezaba a creer que su madurez se iba de vez en cuando, a lo mejor ya ni actuaba tanto como mentalmente era. Se sintió todavía peor, observó a Trunks acercársele, bastante afligido por su estado de salud.

—Sí, niño.

—Soy Trunks —le recordó molesto y preocupado—. Si es por algo que dije, lo siento, ¿bien?

Ella se río con eso, era más complicado de lo que el niño comprendería. Aunque, viéndolo desde otro punto de vista, Trunks era más listo que el promedio, mucho más fuerte que un adulto e incluso podría verse más maduro —si se empeñaba en hacerlo— de lo que aparentaba.

Recordó que no estaba actuando como ella, al menos no como la Mai adulta. Estaba siendo una niña otra vez, y no le molestó por completo. En su pasada niñez, vivió cosas más aburridas hasta que decidió trabajar con Pilaf, cediéndole toda la diversión o cualquier cosa que una joven de su edad pudiera hacer.

¿Por qué no vivir otra vez, como debía? O más bien, ¿por qué no vivir por primera vez?

Su mente se sacudió, le sonrió al niño y éste también hizo lo mismo.

—Creo que tengo hambre —le comentó tímida.

—¡Te traeré el desayuno! ¿No te importa que coma contigo?

—No, ven si quieres.

El semi-saiyajin corrió tan rápido, dejándola descansar.

No muy lejos de ahí, Vegeta sonreía por ver a su hijo otra vez sonriente y energético. Ahora, podría entrenar tranquilo sin sentirse empático por la preocupación de Trunks.


Pilaf había visto la escena y la mitad se había ido, Shu le miró con curiosidad y se lanzó a preguntar:

—¿Está molesto con Mai?

Su jefe vaciló un poco en preguntar.

—No, da igual —respondió sin ganas.

El perro sabía que el ver esa escena, donde el hijo de Bulma estaba muy preocupado por su compañera los había conmovido. No existía nadie a fuera de ellos tres que se preocupara por su estado o algo. Bien, Pilaf podría ser muy egoísta, pero aquello que vieron podría conmover a cualquiera con sentimientos.

—¿No hablará con ella? —preguntó con cautela, Pilaf parecía confundido—. Sobre lo que vio.

El enano rodó los ojos.

—Ni tú, ni yo vimos algo, ¿bien?

Shu asintió y siguieron su camino hacia el patio de la Corporación Capsula.


(¡Extra! Por la aparición de Mirai Mai, y su relación con Mirai Trunks)


Trunks contaba de nuevo las horas que llevaba esperando a que su mamá saliera de la habitación. No pudo evitar sentirse ansioso, y es que sólo Mai podía hacerlo preocupar de esa manera; ella solía arriesgarse demasiado, era capaz de dar su vida por él o su mamá. Y el que ahora, estuviera enferma desde hacía dos días le tenía preocupado, escaseaba la medicina y eso no ayudaba mucho.

Estuvo sin poder dormir bastante tiempo, sin mencionar que la había estado cuidado sin que su mamá se enterara. Tenía que hacerlo, no podía quedarse en su cuarto y hacer como que todo iba a estar bien, Mai siempre lo hacía preocuparse.

Zapateaba y zapateaba, escuchaba la voz de su mamá diciendo algo. Entonces, escuchó por primera vez desde hacía horas la voz de ella, se levantó de golpe de donde estaba sentado, vio la puerta abrirse y su madre le sonrió.

—Está mejor, puedes verla si quieres.

Trunks asintió y entró a la habitación, cuando la vio sonreírle y llamarlo por su nombre, su corazón se alivió y pudo permitirse volver a sonreír. Se sentó cerca de ella, mirándola acariciar al gato.

—Estuviste mucho tiempo dormida —comentó Trunks con torpeza.

Mai se río con eso.

—¿Sabías que los gatos domésticos duermen en promedio dieciséis horas diarias? —habló con tranquilidad, sorprendiendo al muchacho, ellos tenían una manera de conversar que siempre lo hacía sentirse muy cómodo—. Y los callejeros de tres a cinco horas.

—Eso no lo sabía —le siguió sin dejar de mirarla. Verla así, con esa energía al hablar, le comprobaba lo que ella le hacía falta, y se preguntaba si algún día eso acabaría, sacudió su cabeza y regresó a concentrarse en Mai.

—Sí, bueno. ¿Cuánto tiempo estuve enferma?

Trunks desvió la vista al suelo.

—Pues, no mucho. Un par de días, nada más —señaló tranquilo, Mai se sorprendió por ese hecho.

—Lo siento, no debí enfermarme —se disculpó, dejó de acariciar al gato y lo dejó a un lado de ella.

—Está bien, te recuperaste rápido —volvió a verla a los ojos, ambos tuvieron esa sensación tan gratificante que conseguían sólo estando solos—. Eres muy fuerte.

Mai soltó una pequeña risa.

—En realidad, tú eres el fuerte aquí.

Ahora era el turno de Trunks reír.

—Bueno, ¿tienes un poco de hambre?

—¿Hay lo suficiente para mí?

El muchacho se acercó a ella sin dejar de sonreír.

—Siempre hay para ti.

Mai ya no dijo nada, disfrutando de la vista que tenía en frente. Trunks era por mucho, la persona más linda que conoció en toda su vida, y siempre lo sería.


Notas de la autora:

En definitiva, estoy muy contenta con esta pareja. ¿Ven cuanto me hicieron escribir? ¡Increíble! xD En serio, pensé que con Trunks y Mai no podría sacar mucho, siempre solía costarme un poco y ahora, me salen ideas y me gusta que pueda ser natural el escribir sus conversaciones. (Más las de Mirai Trunks y Mirai Mai)

Sé que el capítulo de DBS los ha dejado a todos impactados, yo suponía que algo le pasaría a Mai, pero no pensé que fuese a hacerse realidad. En fin, espero que esté viva, y al menos pude ver como se llevaban estos dos. El extra es porque quería escribir algo relacionado con ambas parejas, y el resultado está de más decirlo, me gusta.

Si sigo así, terminaré escribiendo siempre una contraparte de los Mirai por cada capítulo que suba xD

En fin, ¡gracias, muchas gracias por sus Reviews(Comentarios)/Fav(Favoritos)/Follow(Alerta) y por leer!

Y este capítulo, salió más porque SophyBrief me recordó que tenía que seguir este fanfic. No es que lo olvidara, pero estoy atorada con otros fandoms, pero el de DBS se ha ganado mucho mi atención.

Bueno… gracias de nuevo por leer, espero que les haya gustado.

¡Nos leemos, suerte!

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