NO ME TARDE TANTO, EN FIN, AQUÍ EMPIEZA LO CHIDO MUAJAJAJAJAJJDSGFDSHF (QUE ME AHOGO) LOS DEJO PARA QUE LEAN ESTA LINDA HISTORIA, POR CIERTO, NOTÉ QUE CIERTAS COSAS… NO SE QUITARON CUANDO SUBÍ EL ANTERIOR, TRATÉ POR TODOS LOS MEDIOS DE EDITARLO, CAMBIARLO, BORRARLOS, PERO NO ME DEJÓ LA PAGINA, BORRE EL CAPITULO VARIAS VECES Y PUSE UN DOCUMENTO NUEVO CON EL CONTENIDO PARA VER SI ASI ME DEJABA, NO FUNCIONÓ, SIGO LUCHANDO POR CORREGIRLO, SI ALGUIEN TIENE UNA IDEA ME LA MANDA POR INBOX.


Capítulo 20: Summer wiht you.

Ese año escolar había sido una completa locura para Twilight, demasiadas emociones intensas para solo una adolescente en su opinión, en ese momento podía mirar con ironía y humor por todos los cambios y sucesos por los que había pasado, trayendo así las memorias de todos ellos y lo que cada uno le enseñó, aun recordaba el día en que conocía a Sunset Shimmer, aquella rebelde y violenta joven que entró a su vida y la cambio para siempre, fue tal el impacto que ella misma se sorprendía con los cambios, ya no era la misma persona que el año pasado.

Twilight contemplaba la ventana de su salón de clases, poniendo su atención por primera vez a algo que no fuera la escuela estando dentro de ella, habían pasado meses desde que Flash dejó la escuela, sorprendiendo a todo el mundo en el proceso, solo sus amigas y ella sabían los motivos, tuvo que convencerlas de que guardarán el secreto, pues la primera reacción de sus amigas fue de indignación, pues para ellas parecía que el guitarrista había escapado, tardó mucho en convencerlas de lo contrario, aunque algunas no quedaron muy conformes con el resultado.

El maestro hablaba pero caían en oídos sordos, no faltaba mucho para que las tan esperadas vacaciones de verano dieran comienzo, su grupo también ya había hecho sus propios planes, muchos eventos próximos ocurrían ese verano, emocionando a todo el alumnado en el proceso. Para Twilight era un poco distinto, ella también esperaba ansiosa el inicio del largo descanso, pero más que todo ansiaba pasar más tiempo con Sunset, aunque ya pasaban juntas muchísimo tiempo, cosa que le hizo ganarse la burla de sus amigas sobre lo empalagosas que se habían vuelto, por no decir cursis y ridículas.

El timbre dio aviso del final de la sesión, todos se levantaron de los asientos hacia sus respectivas clases, debía de preparar sus próximos proyectos, muchas signaturas e incontables horas de trabajo, uno de las cosas que más disfrutaba. El sonido de su teléfono la alertó de un nuevo mensaje, por el tono del mismo debía der ser de Sunset, decir que leerlo le provocó un gran asombro fue decir poco, estaba en shock y por poco sentía que le daba un ataque respiratorio en ese momento, ya lo habían hablado antes, ambas estuvieron de acuerdo, pero con el pasar de las semanas pensó que dejarían el tema a la larga, por ello leer que Sunset quería contarle a Celestia de su relación esa misma tarde la dejó catatónica.

Tenía mucho que hacer, esa sería la primera vez que la vería después de tantos meses, pues no habían quedado en buenos términos después de que Sunset perdiera el control delante de toda la escuela el semestre pasado, la directora nunca dijo nada, pero se notaba la desilusión en su mirar cuando fueron a su oficina para interrogarla. El perder la confianza y cercanía con su modelo a seguir fue devastador para ella, sin embargo la vida le daba una segunda oportunidad de enmendar las cosas con la madre de su novia y no lo echaría a perder, solo esperaba que no se opusiera a la relación.


Sunset se encontraba en el café donde vivía Vinil, el sitio se volvió de sus favoritos, a pesar de que el gerente le negara servirle alcohol por ser "joven" todavía seguía siendo un agradable sujeto, la razón de su visita al lugar era para pedir consejo a cierto grupo de amigas en particular. La gente las miraba extraño cuando todas juntas pasaban por la escuela, como si de alguna atracción se tratase, cosa que molestó al grupo, aun si nadie les decía nada todas sabían perfectamente que era lo que pasaba por sus cabezas, cosas buenas y otras… no tanto.

El tintineo de la campana de la puerta delantera la sacó de sus pensamientos, allí, Vinyl y Octavia junto con BonBon y Lyra la saludaron con alegría, hacía tiempo que no se juntaban. Después de un cordial saludo las cinco tomaron asiento en una mesa que tuvieron que adaptar para que todas estuvieran juntas, Sunset se puso al corriente con todas y sobre todo lo que ellas hicieron, se alegró mucho al saber que todo iba perfecto en sus vidas, ninguna paraba de agradecer a Sunset, cosa que ya le estaba dando vergüenza al no estar acostumbrada a recibir las gracias de forma constante.

— Los padres de Lyra siempre creyeron que fuimos pareja —decía BonBon contando una anécdota— de hecho se sorprendieron mucho cuando fui a su casa para presentarme ante ellos como su novia.

— Mis padres son… un poco especiales —decía Lyra roja de vergüenza ante la reacción de sus padres— te dije que no era necesario hacer todo ese show.

— Lo siento, yo soy de la vieja escuela —decía BonBon tomando un sorbo de su café.

— Eres solo tres meses más grande que yo —se quejó su pareja.

— Y por eso soy la más madura de las dos —dijo muy ufana la de cabello bicolor— eso y entre otras cosas.

El grupo rio y negó ante aquello, su amiga sin duda parecía muy seria y alegre por fuera, pero por dentro era todo un anciano ermitaño.

— ¿Es eso tan necesario? —todas miraron a Sunset— ¿Presentarse ante los padres? Suena algo… anticuado.

— Por alguna razón a los adultos les gusta —respondió Vinyl— aunque no todos se toman demasiado bien la noticia de que su hija sale con otra chica.

El semblante dela DJ decayó ante el recuerdo de los padres de Octavia la primera vez que se enteraron, la segunda vez, cuando Octavia la llevó a su hogar de nuevo su reacción no fue diferente, rechazo e indignación, de no ser por enorme amor que le profesaban a su hija seguramente su pareja hubiera pasado por lo mismo que ella con los suyos, los cuales por cierto no había vuelto a ver desde hacía casi un año.

— Esas son cosas del pasado —Octavia tomó la mano de Vinyl y la beso con ternura— lo único que me importa que estás aquí, conmigo.

— Me van a hacer llorar —decía Lyra sonándose la nariz con un pañuelo.

— ¿Por qué la pregunta Sunset? —inquirió BonBon un tanto extrañada con la pregunta.

— Oh, eso, olvide que no lo sabían —se rascó la cabeza incomoda ante lo que iba a decir la peli fuego— verán…

Debido al acuerdo que tuvo con Twilight solo el círculo cercano de amigas sabía de su relación actual con la amante de los libros, por eso dejó pasar el tiempo antes de contárselo a sus otras amigas, claro, obviando ciertas cosas que no les concernía saber, sin embargo ellas no estaban del todo, por así decirlo, contentas con Twilight, no la odiaban, simplemente no les caía bien luego de que la propia Sunset les contará todo lo sucedido entre ella y Twilight, cosa que solo empeoró la imagen que las cuatro tenían hacia la chica más brillante de la escuela.

Después de una larga charla contando todo lo ocurrido hasta el momento la reacción del grupo no se hizo esperar.

— Amiga, estás enferma —le dijo Lyra sin miramientos— volver con ella… después de todo, cielos.

— Odio decirlo pero Lyra tiene razón —siguió BonBon— créeme, me siento insultada al enterarme hasta ahora y eso que el resto de las amigas de Sparkle lo sabían y nosotras no, eso te resta bastante a mi parecer.

— Si… supongo que no fui del todo una amiga con ustedes —decía Sunset sintiéndose fatal al respecto.

— No solo es Sparkle, también lo son el resto de sus amigas, ninguna de ellas se te acercó para brindarte su apoyo después de tu loca confesión —decía molestia la chelista— te dejaron a un lado y tú las perdonas así de fácil.

— Diciéndolo así las haces ver como unos monstruos sin corazón —a Sunset no le gustaba que hablaran mal de sus otras amigas, sin embargo se merecía aquella reprimenda después de habérselo guardado por tanto tiempo.

— Lo que queremos decir Sunset… —Vinyl se quitó sus gafas para que la viera a los ojos— es que nos preocupamos por ti, pasaste por muchas cosas, no queremos que sufras una recaída , ni mucho menos que te vuelvan a lastimar.

— Nos has ayudado tanto —continuó Lyra— te has vuelto una importante persona para todas nosotras y odiaríamos verte sufrir de nuevo.

— Lo sé y lo agradezco —dijo Sunset con una sonrisa— pero ya me decidí, quiero estar con ella, yo… la amo.

Y allí fue donde la discusión acabó, dos simples palabras para resumir el sentir de una persona, palabras poderosas que eran mal utilizadas por todo el mundo, las cuatro se miraron y liberaron la tensión en sus cuerpos, su amiga había tomado una decisión y sería hipócrita por parte de ellas el no apoyarla cuando ella misma las había ayudado tanto en el pasado, para bien o para mal, para eso están las amigas.

— Si ella te hace así de feliz no entiendo para que buscas nuestra aprobación —decía Lyra estirándose perezosamente en su asiento— solo… cuídate ¿sí?

— Si te vuelve a partir tu corazón puedes venir a beber todo lo que quieras —decía Vinyl— le pediré al jefe un par de botellas para todas.

— ¡Sabes que no debemos! —le reprochó su novia.

— ¡Ey, no te molestó aquel vino dulce que nos bebimos aquella noche en…!

Octavia la silenció antes de que terminara con un fuerte rubor en el rostro.

— La buena Octavia se portó mal, que sorpresa —decía divertida BonBon con una sonrisa de burla total ante la "seria" del grupo.

— ¡Por eso te dije que no dijeras nada! —reprendió Octavia a Vinyl quien solo reía nerviosa ante lo que le esperaba después.

Sunset sintió un gran alivio ante el apoyo dado por las chicas, era cierto que Twilight y sus amigas serían sus primeras amigas, pero ellas serían las primeras en aceptar quien era ella después de su caída, fueron sus escalones que la impulsaron a seguir y cambiar, aunque nunca se los diría, bueno, quizás algún día.


Rainbow Dash mensajeaba con Quibble, su dedos veloces y agiles escribían más rápido de lo que ella formulaba la oración en su mente, riendo de vez en cuando por las ocurrencias del muchacho llevando un buen rato conversando, ella no era la clase de chicas que pasara horas en el celular, era más de hablar directamente, pero Quibble ya la había reprendido una vez por marcarle en plena clase, a palabras del universitario su profesor casi sufre un ataque debido al estridente sonido de su teléfono al recibir la llamada de la deportista, por lo cual ambos quedaron de hablar por pura mensajería.

Aun recordaba los eventos ocurridos en su cumpleaños como si hubieran sido ayer y la emoción generada por ese día no desaparecía y estaba lejos de hacer, sonreía sin querer al recordar lo bien que la pasó. Tan absorta estaba que no notaba que su mejor amiga la estaba llamando hacia buen rato.

— Umm… Rainbow Dash —musitaba de nuevo Fluttershy— sé que pareces ocupada pero prometiste ayudarme hoy en el refugio.

Efectivamente, había hecho esa promesa hacía tiempo atrás, pero estaba tan ensimismada que no la notaba.

— Aja, sí —decía Rainbow sin prestar atención realmente.

Fluttershy suspiró con resignación, normalmente no hacia ese tipo de cosas pero la situación lo requería, retirándose unos momentos a la parte trasera, la amante de los animales, volvió con una serpiente enorme enrollada en su cuello, con mucho cuidado se lo coloca en los hombros a su despistada amiga quien en un principio no sintió al reptil reptar sobre ella hasta que el animal siseo en su oreja rozándola con su lengua.

Para Rainbow el mundo se congeló dejando al instante de escribir su mensaje para luego poner una expresión de terror puro en su rostro, su cuerpo se tensó como piedra y su sangre se volvió hielo, no encontraba el valor para voltearse y mirar al animalejo en su hombro, aunque bien ya sabía que era.

— Fluttershy, quítame esta cosa de encima —decía tratando de mantener toda la calma posible.

— Se llama Jerry —corrigió divertida su amiga, algo que nadie sabía era del temor de Rainbow hacia las serpientes más que ella.

— Puede llamarse como un ratón de fantasía de mierda, pero sácamela de encima —la voz de Rainbow temblaba mientras la serpiente se enrollaba más y más en ella.

Fluttershy decidió que ya era castigo suficiente, con cuidado desenredando a la serpiente con cuidado, justo en el instante que se lo quita de encima, Rainbow, sale corriendo gritando hacia el baño para quitarse la suciedad imaginaria que le había dejado la serpiente, Fluttershy solo rio por lo bajo mientras rosaba su nariz con el animal quien correspondió el gesto.

— Buen chico— Fluttershy dejó al animal en su jaula justo a tiempo para la llegada de su amiga.

— Te he dicho mil veces que detesto las serpientes —Rainbow no estaba para nada feliz.

— No parecías querer escucharme —se justificó Fluttershy continuado su labor, siendo ayudada al fin por Rainbow— ¿De nuevo hablando con Quibble?

— Lo haces sonar como si no hiciera otra cosa —se defendía la atleta.

— Porque realmente es lo único que haces —contraatacó la amante de los animales.

— Está bien, está bien, puede que hablemos mucho pero es porque somos amigos, solo eso.

— No recuerdo que hablemos tanto por teléfono, además yo no pregunte nada sobre su relación.

Rainbow quiso auto palmearse la cara.

— Últimamente estás siendo más osada.

— Puede ¿pero y tú? Nunca creí que te enamorarías perdidamente de un chico… o de alguien en particular.

— ¡EY!

— Perdona si te ofendí, esa no era mi intención, el verte tan feliz… me hace recordar a como yo me sentí la primera vez que me enamoré.

El ambiente se puso incomodo al instante, nadie del grupo mencionó lo ocurrido entre Fluttershy y Discord de nuevo, siendo sepultado en el rincón de las cosas de las que nadie debe de hablar, todas creyeron que con el tiempo su amiga se recuperaría y así lo hizo… parcialmente, aquella lección de vida marcó a su tímida amiga, haciéndola cambiar ligeramente a su ver, como si un aura de madurez la rodeara ahora. Rainbow no estaba aún del todo a gusto con la idea de imaginarse a su querida amiga con un hombre tan mayor, aparte de los motivos legales y éticos implicados el pensar en ello le causaba dolor de cabeza.

Pero allí entraba su dilema, ella misma estaba viéndose con alguien mayor que ella, claro, no es que estuvieran en una relación amorosa o algo así, aunque la diferencia de edad no era tanta, ni por el hecho de que Quibble le hiciera sentir especial de una extraña manera… debía de dejar de darle vueltas al asunto, ella no estaba enamorada de Quibble, no había punto en compararse con el caso de Fluttershy, pues entre ellos dos solo había amistad… ¿verdad?

— ¿Estás pensando en algo mucho no? —Le preguntó Fluttershy— siempre frunces el ceño cuando te concentras en algo mucho tiempo.

— ¿Eh? Perdón.

Fluttershy negó con la cabeza.

— ¿Sabes? Si tú quieres, podría yo ayudarte con tu pequeño problema —le sugirió amablemente.

— ¿Y cuál sería mi problema exactamente?

— El negar que estás enamorada.

Rainbow casi se ahoga con su propia saliva, tose frenéticamente tratando de respirar con regularidad otra vez, nunca hubiera creído escuchar algo así de su amiga de la infancia.

— N-No sé de qué me estás hablando —dijo una vez recuperada.

— No sé si realmente te estás mintiendo o si realmente no te das cuenta.

— Fluttershy, yo ya me he enamorado antes ¿sabes? Creo que sabría perfectamente si Quibble me gusta o no, lo cual no es así.

— Ya veo, es cierto que te viste muy triste cuando Soarin empezó a salir con Spitfire, creo que solo era mi imaginación entonces.

— Así es.

— Me alegro, no creo que lo suyo hubiera funcionado.

— Sí… ¿a qué te refieres?

— Ya sabes, son tan diferentes, a él le gustan mucho los libros y esas cosas, a ti los deportes, sería como poner a un reptil con un mamífero en comparación.

— ¿A qué quieres llegar?

Fluttershy sonrió, su amiga había mordido el cebo.

— Solo estoy siendo racional, parejas así no sueles durar y lo que es peor, solo terminan dañándose mutuamente, odiaría que algo así te pasara.

— Agradezco tu preocupación, pero eso no pasará —a Rainbow ya le estaba fastidiando aquello— no llevamos muy bien.

— Lo sé, mandarse 200 mensajes al día habla muy bien de ambos, se ven como dos grandes amigos —enfatizo la palabra amigos intencionalmente.

— Amigos —repitió casi de forma autómata la deportista.

— Sí, después del todo no creo que sea tu tipo para empezar.

— ¡C-Claro que no! —Exclamó Rainbow— si tuviera que escoger creo que debería de ser alguien atlético, que sea asombroso y sea gracioso… un poco inteligente, que le guste Daring Do, honesto, que esté allí cuando lo necesite… que me vea como a alguien especial… y que nunca me decepcione.

Fluttershy miraba con asombro lo que había sacado de su amiga a la luz, realmente no esperaba generar ese tipo de reacción, pero no podía dar marcha atrás.

— Y no contamos aun con el tipo de chica que prefiere Quibble —soltó la bomba la de ojos calipso.

Algo hizo crack en el cerebro de Rainbow Dash, haciéndola sentir inusualmente ansiosa de un momento a otro por alguna extraña razón.

— ¿Y… que tipo de chica le gusta a los chicos? —preguntó Dash fingiendo no importarle aquello.

— Bueno… —Fluttershy hizo el ademan de pensarlo— supongo que a todos les gusta una chica femenina.

— Aja, femenina —realmente no le gustaba esa palabra pero parte de ella sabía que influía mucho en la mayoría de los casos.

— A muchos les gustan tiernas, agradables y dulces —siguió enumerando Fluttershy.

— ¿No sería mejor ponerse una correa y dar la pata?

— Bueno ¿Por qué no le preguntamos a un chico a ver que responde?

— ¿A quién le preguntaríamos?


Quibble se encontraba preparando la próxima reunión del club de fans de Daring Do cuando un mensaje le llegó, al ver que se trataba de uno de Rainbow no pudo evitar sonreír.

"Ey, una amiga tiene una duda que esperaba que respondieras"

Decía el mensaje. Quibble pensó que alguna de sus amigas necesitaba algo de ayuda de una tarea de su especialidad, siempre estaba dispuesto a hablar de las cosas que le apasionaban.

"Claro, ¿en qué puedo ayudarla?"

Escribió al acto.

"¿Qué tipo de chicas prefieren los hombres?"

La pregunta fue una bomba en su mente, en ninguna realidad se hubiera imaginado un día en el que alguien le preguntara sobre eso, más aun una chica, peor aún, era Rainbow Dash quien preguntaba, estaba a punto de negarse pero luego entendió que el consejo era para una amiga de ella, eso lo alivió un poco.

"Eso depende ¿de qué clase de chico hablamos?"

"… ¿uno un poco más grande que ella?

Quibble meditó su respuesta, si comparaba las edades de las amigas de Rainbow definitivamente el tipo debía de tener casi su misma edad, no esperaba algo así pero tampoco es que fuera tan raro ver a universitarios saliendo con chicas más jóvenes que ellos, aunque en su parecer los tipos que se aprovechaban de jovencitas eran basura, pero tampoco es que pudiera decir eso.

"Mmm… creo que por lo general buscan a chicas lindas"

"¿Te mataría no ser tan ambiguo?"

Quibble exhaló una gran bocanada de aire para calmarse antes de proseguir.

"A los hombres les gusta que las chicas se vean lindas, bonitas, bellas, que tengan una gran personalidad, con una buena figura, femeninas podría reducir todo eso"

"¿Acaso todos los hombre son iguales? :/ "

"Tú eres la que preguntó, por lo regular los hombres prefieren a las chicas un poco más tiernas y dulces que a las agresivas"

Lo siguiente que le mandó Rainbow fue una cara enojada y un dedo medio, eso fue el colmo para Quibble, él le estaba ayudando y ella solo se enojaba.

"Sabes, olvide mencionarlo, a ningún chico le gusta una chica brusca y con poco gracia, agresiva, osca y malhumorada, así nunca le gustaras a ningún chico"

Quibble contempló el mensaje que acababa de mandar segundos atrás, lo escribió por el calor del momento, pero ahora se sentía terrible y no sabía porque, pasaron algunos minutos y sin respuesta, ahora el remordimiento lo carcomía, no quiso ofenderla de ninguna manera, estaba a punto de escribirle de nuevo pero ella ya se le había adelantado.

"¿Así prefieres a las chicas, tiernas, dulces y bonitas?"

Quibble se tomó su tiempo analizando la pregunta, ahora era sobre su preferencia personal, no la general, él tenía un estándar si alguna vez llegaba a tener una novia, cosa que se hacía más poco probable con cada año que pasaba, una mujer atractiva, con buenos atributos físicos, amable, gentil e intelectual, aunque realmente en su situación no estaba como para ponerse exigente. Trató de imaginarse a él mismo con alguien así, podía imaginarse saliendo con una chica así, riendo y conversando sobre sus gustos, ambos yendo a varios lugares a pasear y divertirse, sin siquiera intentarlo, la imagen de aquella mujer imaginaria se esfumo siendo reemplazada por la de una joven de cabellera como el arcoíris.

Lejos de detener a su mente por el rumbo tan abrupto que tomó la dejó fluir, su imaginación lo ponía en todo tipo de escenarios románticos con esa nueva fémina, todo lucía perfecto pero se sentía todo menos eso, se sentía irreal y para nada grato, su mente lo llevó por el rio de sus memorias, recordando el día del cumpleaños de Rainbow.

Ese día estaba lejos de salir perfecto, pero… no podía evitar sonreír y reír al recordarlo, a pesar de lo caótico que pudo llegar a ser lo disfrutó, el estar allí, con ella, viéndola sonreír y reír, aquel momento en el que ella le sonrió le dio las gracias por ese día, por estar allí, con ella, jamás olvidaría la sonrisa que le dedicó, se veía… tan hermosa.

"Bueno… no creo que mi opinión sirva demasiado para ello"

Escribió Quibble.

"¿Por qué no?"

Quibble comenzó a escribir una larga respuesta, se tomó un par de segundos antes de mandarlo, esto no saldría nada bien para él.

"Sí tuviera que elegir preferiría a una chica con carácter, más bajita que yo, bromista, atlética, divertida y sobre todo honesta y leal"

Ese era su funeral. Por largos minutos espero con tensión y ansiedad, preguntas se formulaban a gran velocidad en su mente ¿Por qué lo hizo? ¿La asustó? ¿Fue demasiado directo? Tal vez era lo mejor, se había dado cuenta de lo que sentía la noche del cumpleaños de Rainbow, aquella chica tan gruñona le estaba empezando a gustar y eso era muy malo en miles de aspectos, había decidido dejarlo así, vivir con ese sentimiento esperando que estos desaparecieran, ya lo había hecho en el pasado y por si solo el sentimiento se desvanecía, pero ella seguía insistiendo en verse, era raro el día en que no hablaran, esas insistencia por parte de ambos era lo que lo obligaba a seguir con aquel absurdo sentir, como si guardara alguna clase de esperanza, por más fantasiosa y poco probable que fuera.

Él seguía sin saber qué era lo que ella sentía respecto a él, no era tonto, la cercanía que ambos tenían no era solo pura amistad y eso lo aterraba, si ella en el hipotético caso de que sintiera algo por él se lo dijera… ¿Qué pasaría después? Cabe decir que muchos problemas serían acarreados con cualquier indicio de relación, más de un miembro del club de fans los veían con ojos inquisidores en cada reunión, como si olieran que algo más estaba pasando y lo último que deseaba era meter a Rainbow en problemas, era una chica de brillante futuro y él no quería ser un obstáculo, no sabía qué hacer.

"Eso fue bastante específico"

Respondió ella devolviéndole el aire que estaba aguantando Quibble sin saber.

"Pareciera que estabas hablando de mí"

Estaba muerto, pero llegando a ese punto…

"Y sería extraño que te guste alguien tan asombrosa"

Ni el mismo supo de dónde sacó el valor para escribir y mandar aquello, miró la hora y se dio cuenta de que pronto iniciaría la reunión.

"Me tengo que ir, le deseo suerte a tu amiga"


Fluttershy observaba a su amiga sentada dándole la espalda hace momentos atrás Rainbow le había mandado un mensaje a Quibble, las expresiones que puso Rainbow en un inicio fueron muy cómicas, preocupada, dudosa e inquieta, pero de un momento a otro pareció molestarse con algo y luego puso una expresión de profunda aflicción y tristeza, como si le hubieran dado una terrible noticia, la propia Rainbow se dio la vuelta para que no la mirara, aumentando la preocupación de su amiga, llegando a arrepentirse por lo que había hecho pues solo quería darle un empujón a su amiga de la infancia, ahora parecía que estaba a punto de llorar.

Rainbow siguió mandando mensajes de espaldas a ella y ella respeto su distancia, pero ya habían pasado unos minutos y esta seguía sin moverse, sin poder soportarlo más se acercó a ella para verla a los ojos y fue grande su sorpresa ante lo que vio, frente a ella una muy sonrojada Rainbow miraba con los ojos bien abiertos la pantalla de su celular, nunca llegó a creer que Rainbow Dash pudiera hacer ese tipo de expresión, se veía tan tierna, el rubor de su rostro más el brillar mágico que despedían sus ojos en ese momento solamente aumentaban más su lindura. No pudo resistirlo.

El sonido de un click y un leve flash devolvió a la realidad a Rainbow Dash, frente a ella, Fluttershy, sostenía su teléfono, no era necesario ser un genio para saber que le había tomado una fotografía, eso detonó la alarma en su cabeza, no había un espejo cerca pero incluso ella sabía que estaba poniendo una cara rara segundos atrás, el rubor subió de tonalidad ahora producto de la vergüenza.

— ¡Dame ese #$%& celular! —Rainbow se lanzó hacia su amiga quien corrió al instante de ella con su teléfono en el aire.

Ambas comenzaron su pequeño juego del correr y atrapa, entre risas y gritos Rainbow se dio cuenta… no, por fin lo admitió, ella se había enamorado de ese tonto nerd, ese sería su primer amor de verdad… su primer amor.


Estaba nerviosa, muy nerviosa, intento su ejercicio de respiración pero seguía estando igual, luchaba para no demostrarlo pero estaba aterrada, Twilight viajaba aferrada a la espalda de Sunset esperando que los fuertes latidos de su corazón no fueran escuchados o sentidos por la conductora, "todo saldrá bien, todo saldrá bien", repetía cual mantra. Iban camino a casa de la directora de CHS, pudo haber objetado, dar alguna excusa, pero no quería romper las expectativas de su amada… de nuevo, para Sunset aquel acto era sumamente importante, no podía defraudarla, a pesar de todas las inseguridades y temores que pudiera ella misma tener.

El viaje duró menos de lo que esperaba, ambas bajan y se encaminan al umbral de la madre de Sunset, Twilight observaba el hogar de Celestia, una casa preciosa, un hermoso jardín con rosales rojos escarlatas, había llegado el momento y no sabía cómo sentirse al respecto, dudas sobre lo que sucedería inundaron su mente, el rechazo era una opción, aunque sentía que la princesa no tenía nada en contra de las relaciones entre personas del mismo sexo la causa más probable de su negación posiblemente fuera ella, pues no es que estuvieran en muy buenos términos en ese momento al no arreglar aun lo sucedido tiempo atrás, eso para Twilight era otro clavo más en el ataúd que ella misma se confeccionó.

— ¿Estás bien? —preguntó preocupada Sunset.

— ¡¿Q-Qué?! ¡No… digo, estoy bien! ¿Por qué no debería de estarlo? —ni ella misma se lo creyó.

— No has dejado de mirar de reojo a la motocicleta desde que llegamos, tu pulso está completamente loco y las piernas te tiemblan como gelatina —enumeró Sunset.

— … Puede que esté un poquitín nerviosa —confesó Twilight.

— No te preocupes, ya verás que todo estará bien.

— ¿Y si no lo está? —la parte de Twilight que pensaba que todo saldría mal se había apoderado de ella— ella bien podría no aceptarlo, tal vez siga resentida conmigo por lo que te hice, yo lo estaría, es solo que…

— No quieres que vuelva a alejarme de mi madre —adivinó Sunset, Twilight asintió con la cabeza— Twilight, quiero hacer esto, más de lo que yo creía realmente, pero no pienso obligarte a hacerlo si no te sientes cómoda al respecto, puedo esperar el tiempo que desees, incluso aceptar que esto se mantenga oculto de todos y todo, solo me basta que estés aquí, junto a mí.

Twilight le toma de la mano y entrelaza los dedos con los de ella, una vez más Sunset Shimmer le había demostrado el por qué se había enamorado de ella, tenía miedos e inseguridades, pero al lado de ella estaba segura que podría con todo lo que viniese, no dudaría más, lo haría por ella… no, por ambas, quería que todo el mundo se enterara de los suyos, que el planeta entero supiera que ella amaba a Sunset Shimmer y este era el primer paso para lograrlo.

Sin necesidad de palabras ambas se encaminan a la puerta transmitiéndose el coraje que la otra necesitaba, Sunset tocó el timbre esperando con el aire contenido en su pecho, los segundos se les hicieron eternos, de hecho ya se estaba tardando demasiado, lo cual era extraño en Celestia quien siempre estaba atenta a todo lo que le rodeaba, incluso empezaron a creer que no estaba, pero una ligera mirada al coche de Celestia en frente les recordaba que eso no era muy probable, Sunset estaba a punto de tocar el timbre cuando unos fuertes pasos provenientes del segundo piso se hicieron sonar.

El sonido se fue intensificando y la velocidad de su graduación consigo, como si alguien estuviera corriendo con desesperación para llegar a la puerta. La puerta de la casa se abre entre medias, la cabeza de Celestia se asoma por la apertura, se veía agitada y muy, muy desarreglada, su larga cabellera que siempre se encontraba en perfecto estado se encontraba hecha una maraña de colores, incluso parecía levemente roja, como si estuviera enferma, cosa que preocupo mucho a su hija.

— ¿Mamá, te encuentras bien? —preguntó Sunset.

— ¡S-sí! —exclamó sin querer la mayor, al darse cuenta del volumen de su voz se aclaró la garganta antes de continuar— perdonen, estaba… ocupada.

— Sentimos la interrupción —dijo Twilight— si está muy ocupada podemos volver otro día —adiós a toda la valentía reunida.

— No, no hay problema ¿en qué puedo ayudarles?

— Más bien es que tenemos algo que decirte —dijo Sunset— pero creo que sería mejor hacerlo adentro y…

— No —dijo de forma seca y cortante la docente, al darse cuenta de su tono se apresuró a corregirse— no, es que… es un bello día, mejor charlemos aquí.

— ¿De… acuerdo? —Sunset estaba confundida— tengo algo que decirte.

— Oh, adelante cariño, sabes que puedes decirme lo que sea.

— Mira, sé que tal vez esto suene un poco de improviso pero… quería que fueras tú la primera en saberlo, estoy enamorada y puede que te molestes un poco.

— Sunset, mi cielo ¿Cómo podría molestarme por algo tan maravilloso? —Decía con una sonrisa— enamorarse es algo maravilloso y estoy muy feliz de que me lo dijera —internamente Celestia estaba a reventar de dicha por compartir ese momento con Sunset, cosa que no se molestó en disimular— dime ¿de quién se trata? ¿La conozco?

Ninguna de las adolescentes dijo nada, el silencio se apoderó de la atmosfera, si bien fueron ellas las que decidieron contarle todo ya no sabían que decir, las palabras las habían abandonado, Celestia observó el semblante nervioso en las chicas, apenas en ese momento la principal se dio cuenta de la presencia de Twilight, hacía meses que no hablaba con ella pero aun así la presencia de ella no le pareció extraña por alguna razón, como si fuera algo cotidiano. De otra cosa que se percató es que ambas se sostenían fuertemente las manos, después de eso los cabos se unieron solos.

— Oh… ya veo, debo decir que es una gran sorpresa para mí —decía sumamente impresionada la directora.

— Directora Celestia, sé que esto puede ser extraño —empezó a hablar Twilight— sé que lo que hice en el pasado y mis acciones ahora son completamente contrarias, pero debe creerme cuando le digo que lo lamento mucho, me equivoqué y tiene todo el derecho del mundo a estar molesta conmigo, yo…

Celestia levanto su mano y automáticamente Twilight se calló.

— ¿Tú estás bien? —le preguntó Celestia a su hija.

— Sí —dijo con determinación la de cabello de fuego.

Tanto madre e hija se miraron por lo que le pareció a Twilight una eternidad, a pesar de solo pasar un par de segundos, era como si la mayor buscara cualquier indicio de duda en los ojos de su mayor tesoro, después de eso sonrió.

— Entonces yo no tengo ningún problema —dijo finalmente Celestia.

Twilight jadeó de alegría liberando el aire apresado en sus pulmones, Celestia aceptaba su relación, decir que estaba contenta sería decir poco, ni Einstein debió de ser tan feliz cuando creó la teoría de la relatividad.

— Aunque francamente no esperaba esto, ya saben, por lo regular los jóvenes de ahora no buscan tanto la aprobación de los padres, creo que la palabra es "anticuado" —bromeó la mayor.

— Lo hicimos porque quería que se resolvieran las cosas entre ambas —dijo Sunset revelando por fin el porqué de ese singular evento.

— No hay nada que arreglar en primer lugar —Celestia miró a Twilight— aunque debo de admitir que en un principio si te culpe, no fue correcto ni maduro de mi parte la forma en que te traté, luego me di cuenta que toda la responsabilidad recaía en mí y por eso te pido perdón, Twilight Sparkle —Celestia inclinó su cabeza hacia Twilight— me has ayudado de tantas formas que nunca podría pagártelo, me ayudaste a recuperar a toda mi familia y mi razón de ser, gracias.

Twilight estaba muda y completamente ruborizadas ante aquel acto de la docente, quería decir algo pero las palabras no salían de su garganta, como si tratara de tragar una sandía a través de un cuello de botella. Guiada más por sus emociones que por su mente se abrazó fuertemente con Sunset, quien recuperada de la sorpresa, inicial devolvió el abrazo.

Celestia sonrió conmovida con tan tierna escena, las adolescentes se separan avergonzadas ante la muestra de afecto delante de la directora, tratando de recuperar en vano la compostura.

— Les deseo todo lo mejor a ambas, que el futuro que tengan sea brillante y…

Celestia no pudo terminar su oración pues el sonido de un objeto de vidrio rompiéndose la interrumpió, la fuente de dicho sonido era de la parte superior de la casa, cosa extraña pues la única persona que parecía estar en casa en ese momento era Celestia, pues Luna ya habría hecho acto de presencia.

— ¿Qué fue eso? —preguntó Sunset sin saber a quién se lo decía, pero entrando en estado de alerta total.

— … ¿Mi gato? —dijo con voz trémula la directora.

— Tú no tienes gato —la tensión en la voz de Sunset se intensificó al tiempo que entraba de golpe a la casa de golpe con su arma de autodefensa desenfundada.

Twilight corre detrás de Sunset, el tranquilo y bello ambiente cambió a uno de total tención, ni siquiera escuchó bien lo que decía Celestia aunque está les hubiera gritado, más por inercia que por lógica siguió a Sunset por el pasillo deseando con todas sus fuerza que no fuera un ladrón, ambas atraviesan la puerta de donde parecía proceder aquel ruido y no se equivocaron, dentro de la habitación si había alguien, pero no era lo que esperaban.

Solo vestido con un par de pantalones, Discord, tenía medio cuerpo metido por la ventana yendo hacia afuera, el singular profesor miraba con una sonrisa nerviosa a las jóvenes que miraban boquiabiertas al consejero escolar, muy tarde se percataron de que la habitación era el mismísimo cuarto de la directora, la cama estaba revuelta, prendas desperdigadas en todas direcciones, no era necesario adivinar qué era lo que estaba pasando allí. En ese momento aparece la dueña de la casa, las jóvenes pudieron por fin mirarla de cuerpo completo, su larga cabellera hecha un lio y vistiendo únicamente una camisa blanca demasiado grande para ella.

Tanto Sunset como Twilight miraban a intervalos a ambos adultos sin poder creer lo que sus ojos acababan de presenciar, Celestia sonreía nerviosa como adolescente descubierta por sus padres mientras que Discord permaneció permanecía en donde lo habían encontrado, como si tratara de encontrar una solución ante aquella situación, cuyo caso paso segundos después, pues este, saltó por la ventana aterrizando en unos arbustos para luego emprender su huida, siendo más que obvio que no pensaba quedarse para la explicación, siendo maldecido por Celestia mentalmente.

Algún tiempo después ambas jóvenes caminaban por un parque cercano, el atardecer refulgía bañando de sus colores al entorno, Celestia les había contado que su relación con el alocado profesor había trascendido la amistad tiempo atrás, pero para no agobiar a su hija habían optado por mantenerlo entre ellos y Luna y esperar el tiempo para aclimatar las cosas, a palabras de la directora.

Por su parte, Twilight, se encontraba completamente traumatizada, su ídolo, su mayor modelo a seguir, su heroína junto con Discord, una imagen que por más que tratabas de juntar con la serena, impresionante e increíble Celestia no podía ni con adhesivo industrial.

— Créeme, no es tan raro una vez que te acostumbras —dijo Sunset adivinando los pensamientos de su pareja.

— ¿En serio? —preguntó esperanzada Twilight.

— No, solo lo dije para hacerte sentir mejor —confesó Sunset pues al igual que ella se encontraba bastante catatónica por la revelación— se suponía que la sorpresa la daríamos nosotras jeje.

— Debes estar muy feliz por ellos.

— Lo estoy… es solo que —Sunset tomó aire para continuar— si a la yo de hace seis meses alguien le hubiera dicho que se reconciliaría con su madre, recuperaría a su familia y de pasó se enamoraría de una increíble e inteligente nerd posiblemente me hubiera reído. Tantas cosas en tan poco tiempo, se siente casi irreal.

— Pero lo es —Twilight la toma de la mano— yo lo soy, lo que siento por ti lo es, el amor de tu familia, el aprecio de tus amigos, todo eso es real.

— Deberías escribir un libro de auto ayuda, de haber tenido uno como tú creo que no me hubiera metido en tanta mierda.

— ¡Sunset! —le reprendió Twilight por su vocabulario.

— Ya, lo siento… sabes, parte de mí esperaba un drama por parte de mamá, supongo que la parte que aun quiere darle problemas aún sigue dentro.

— Tienes más que ofrecer que solo eso, míranos, yo fui la que empezó todo esto —se señaló a ambas— si bien en un principio fue una obligación al final fuiste tú la única que me impulsó a no dejarte, a ser tu amiga —el semblante de Twilight decayó— yo fui quien lo terminó, te abandoné y te hice daño, pero a pesar de todo eso tu seguiste adelante, de pie y firme, cambiaste y con ello cambiaste la vida de muchos otros… me cambiaste a mí, me dejaste volver a tu lado y me perdonaste.

— Nunca hubo nada que perdonar, Twilight —Sunset le acaricia la mejilla con delicadeza, Twilight se recarga en el tacto de Sunset.

— Tienes el corazón más grande que haya visto.

— Ocupo uno grande para poder amarte como mereces.

Ambas sonríen y se dan un largo beso con las sombras proyectadas por el amanecer detrás suyo, el ocaso termina dando pie a la noche, los faros se encienden trayendo consigo el segundo día, ambas se separan y caminan pegada a la otra en dirección a la casa de Celestia, pues ella las había invitado a cenar esa noche en su morada.

— Sunset —la llamó Twilight.

— ¿Sí?

— Quiero contárselo a mis padres.


Spike caminaba con por los pasillo con una alegría inusual, no había pasado nada relativamente importante, era solo que por fin se habían librado de los molestos proyectos y los tediosos exámenes que lo habían torturado a él y a todo el cuerpo estudiantil durante las últimas semanas. Libre de aquellos grilletes se sentía mucho más relajado, lo único que faltaba era la el inicio de las vacaciones de verano dentro de unos días y estaba más que ansioso por ellos, pues sería su primer verano con Applejack.

Hablando de ella aun podía sentir la tremenda cachetada que le dio cuando le contó lo del beso con Rarity después del desfile, sintió que su cerebro daba vueltas y su mejilla ardía como si la hubieran puesto contra el rojo vivo, antes de siquiera procesar el dolor la propia vaquera lo toma del cuello de la camisa y le da un fuerte y apasionado beso, que, a palabras de Applejack, era para "limpiar", no supo si fue castigado o recompensado.

Otra cosa que rondaba su cabeza eran sus amigos.

— Hola, Spike —lo saludó Thorax.

— Ey —dijo Buttom molesto y con cara de desagrado.

Desde aquello, más que nada Buttom, no lo habían tomado muy bien, obviamente ninguna mentira convencería al gamer de que lo que vio no fue real, sin más remedio que contarle la verdad a su amigo sobre su relación con la modista, cosa que no terminó nada bien pues no se lo tomó para mejor, al final el pobre pasó una semana entera en su cuarto encerrado víctima de la horrible enfermedad de la envidia y eso que llevaba tiempo tratando de hacerlo sentir bien al llevarlo a muchos lugares para que lo olvidara.

— No puedo creer que sigas molesto —dijo Spike.

Buttom escupió al suelo.

— Déjalo, se le pasará algún día —dijo Thorax restándole importancia— cambiando de tema ¿Qué harán estás vacaciones?

— Pues tengo un par de planes —confesó el peli verde rascándose la cabeza.

— Yo igual, Applebloom quiere que vaya con ella a un festival en Appleloosa pero dudo que mi madre me deje ir tan lejos.

— Sí, sí, hablen de sus estupendas vidas y de sus amoríos delante de mí, al fin al cabo pertenezco a otro mundo alejado al suyo —se quejaba Buttom como ebrio de bar de cuarenta años.

En un principio verlo comportarse así fue gracioso, luego molesto, ahora estaban preocupados por la salud mental de su amigo, quien, sin duda alguna, pasaría perfectamente sus vacaciones encerrado en su guarida jugando videojuegos, una situación lamentable y triste.

— No te desanimes, es más prometo que iremos a varios lugares todos juntos —dijo Spike para animarlo.

— ¿Solo chicos o invitarán a chicas?

— ¿Importa?

— Un buen amigo diría: "solo machos"

— Bueno, solo nosotros.

— Pero también podrías presentarme a alguien, ¿sabes? pareces tener suerte con las damas y tú —señaló a Thorax— podrías hablar de mí a las de curso superior, desgraciado.

— ¿Quieres que te consigamos una novia? —comprendió Spike a donde tiraba las piedras su amigo.

— Ya que lo mencionas eso no estaría tan mal, listo, prometido, ya no se pueden retractar.

Tanto Spike como Thorax sentían que se avecinaba un largo y pesado verano.


El tan esperado día había llegado, Sunset y Twilight se encontraban frente de la casa de la segunda, habían esperado el domingo donde toda la familia de Twilight se reunía, incluso Shining Armor y su esposa Cadance estaría allí, ambas se sentían nerviosas aunque no lo dijeran. Twilight estaba muy confiada de que todo saldría bien, pero presentarles formalmente a Sunset a sus padres era algo que deseaba, sabía muy bien que sus padres la amarían.

— Vamos —dijo Twilight casi tirando a Sunset de la mano.

— Podemos hacer esto otro día… o el mes próximo —decía Sunset con un nudo de tención en su cuello.

— ¿No me digas que la rebelde Sunset Shimmer tiene miedo? —se mofaba Twilight de ella para provocarla.

— La primera impresión que les generé no fue la mejor.

— Pero luego supiste ganártelos.

— Solo porque quería llevarte a la cama.

— Sí… mejor omitamos esos puntos en nuestra conversación con mis padres.

— Tú mandas.

La familia de Twilight se encontraba en la sala, Shining y su padre se encontraban charlando sobre el juego de ayer mientras Cadance ayudaba a servir la mesa con su suegra, al oír la puerta abrirse, Velvet, habló.

— Twilight, al fin llegas, por poco pensé que te saltarías otra comida familiar, tu hermano está arriba ¿puedes…? —La madre de Twilight calló al ver que tenían visitas — oh, no esperábamos visitas, es un placer verte de nuevo, Sunset.

Ante la mención del nombre los presentes el resto de los adultos miraron fijamente hacia la recién llegada, quien, casi por inercia, se apartó un poco de Twilight, la sorpresa no era para menos, pues ninguno de los presentes, exceptuando Twilight, habían vuelto a ver a la chica desde hacía meses, la única que tenía cierto conocimiento de la joven de cabellos de fuego era Cadance, solamente historias y rumores y algunos no eran del todo buenos.

— Hola señores —saludó con cortesía la de ojos turquesa— es un placer verlos igualmente.

— Nos hubieras dicho que vendría una amiga, Twilight —le dijo su madre, justo en ese momento llega Spike— Spike, cariño, ¿puedes ir por otra silla para nuestra invitada?

Spike, quien había bajado como bala por las escaleras al oler el delicioso aroma de la comida, se quejó con un gemido de dolor, pero como un hijo obediente realizó la petición que le hico su madre.

— No se moleste, señora —dijo Sunset.

— Llámame Velvet, por favor, me hace sentir vieja —bromeó la madre de Twilight sacándole una risa a los presentes menos a sus hijos que habían tenido que lidiar con esa faceta de su madre desde más jóvenes.

— Gracias, la verdad no pensaba quedarme mucho.

Twilight entendió que Sunset se estaba echando para atrás y eso no lo iba a permitir, Spike llegó con la silla para la invitada y Twilight, ni lenta ni perezosa, arrastra a Sunset hacia su asiento y casi a fuerzas la obliga a sentarse. Una vez tomados todos asientos la familia y la invitado comenzaron a charlar y a comer, comentaban las diferentes actividades que tenían planeadas ese verano cuando las vacaciones comenzaran.

— ¿No planean ir muy lejos? —preguntó Sunset, la gente por lo regular hacia largos viajes y por lo que sabía la familia de Twilight realizo uno el año pasado.

— Así es —respondió Velvet— el año pasado sucedieron… cosas que agitaron un poco las cosas, por lo que este año lo tomaremos un poco con calma.

— Ahora estoy curiosa.

— Un día te lo contaré —le dijo Twilight dando por concluido ese tema.

— ¿Y tú que harás Sunset? —preguntó el padre de Twilight.

— Tampoco pienso salir de la ciudad, pienso pasar tiempo con mis amigas y con mi familia.

— ¿La directora Celestia? —preguntó Cadance.

— Sí, además de eso y alguno que otro evento que vendrá a la ciudad no pienso hacer mucho.

— Supongo que es mejor que pasar las vacaciones jugando videojuego y leyendo comic ¿No, Spike? —dijo Shining.

— ¿Eh? —el aludido tenía la boca llena de pan con mantequilla y puré de papa.

La habitación estalla en carcajadas, Twilight miró a sus padres y hermano muy felices, el ambiente era perfecto, ese era el momento.

— Papá, mamá —ambos miraron a Twilight— tengo algo que contarles.

Por el tono serio de su hija debía de ser un asunto muy importante, el ambiente alegre cambió en un giro de 180°, incluso Shining y Cadance, por su parte Sunset le hacía señas con la mirada de que no dijera nada. Twilight tomó aire antes de continuar.

— Actualmente me encuentro en una relación.

Shining escupe el vaso de refresco que estaba tomando al suelo, Spike se comienza a atragantar con el puré, mientras que Cadance y su madre tenían la boca abierta mientras que a su padre parecía que se le saldrían los ojos de la cuenca, nadie de la familia esperaba aquella nueva información.

Recuperado una vez de la conmoción inicial el primero que habló fue Spike.

— ¡Mierda, le debo a Scootaloo 20 Bits!

Al instante su madre le da un leve golpe con la mano abierta en la boca, no fue para lastimarlo, era más como una medida correctiva que siempre había usado con sus hijos para evitar ese tipo de vocabulario y ese toque les indicaba que hicieron algo malo.

— Wow… Twilight, cariño… —su madre apenas podía hablar— debo decir que estoy sin palabras.

— ¿Desde cuándo? —preguntó de inmediato su padre quien no se encontraba para nada contento.

— … ¿Un par de meses? —ahora Twilight no estaba del todo segura si el haberle contado a sus padres fue buena idea.

El padre de Twilight cerró sus ojos y regularizó su respiración, como si digiriera algo muy pesado, al cabo de un eterno silencio volvió a hablar.

— Bueno… supongo que esas cosas son bastantes comunes con los jóvenes de tu edad —dijo reflexivo— como nunca mostraste intereses de esos tipos supuse que eso jamás pasaría, aunque me hubiera gustado que nos hubieras dicho esto antes.

— Vaya, mi hermanita tiene novio —decía Shining Armor— recuerda decirle que tu hermano es capitán.

— ¡Shining! —le recriminó su mujer.

— ¿Qué? Es solo un consejo —con mímicas el hermano mayor le dijo a su pequeña hermano "no lo fue", a veces podía ser un hermano muy celoso.

— Estoy feliz por ti Twilight —le decía su madre emocionada— aunque debía a verlo visto venir, te veías tan feliz últimamente, debí suponer que algo estaba pasando.

— Lo siento por ocultarlo, pero habíamos decidido mantenerlo en secreto un tiempo.

— Los jóvenes y sus amores secretos, parece que algunas cosas nunca cambian —decía Shining con ironía, toda su familia lo miró con cara de "¿En serio?"— ¿Qué?

— Bueno, ya que nos tuviste la confianza de contárnoslo al menos dinos de quien se trata ¿lo conocemos? —preguntó Cadance.

— ¿Es el guitarrista? —preguntó Spike recordando a Flash Sentry, pues era el único hombre con el que su hermana se juntaba.

Al instante Twilight pone una expresión de incomodidad y temor al volver a escuchar el nombre del que posiblemente fue su primer amor, la mirada que puso preocupo a la familia, pero antes de que alguno preguntara algo Twilight respondió.

— No, no lo es, de hecho justamente por eso invite a Sunset.

Ninguno de los presentes sabía que quería decir, salvo Cadance que al parecer estaba uniendo los hilos.

— Mamá, papá, hermanos, Cadance —Twilight toma la mano de Sunset— estoy saliendo con Sunset.

El mundo quedó en silencio como si le hubieran lanzado alguna clase de maleficio, todos tenían cara de desconcierto e incredulidad, como si lo dicho recién hubiera sido producto de su imaginación, la única que había reaccionado había sido la propia cuñada de Twilight, pero al ver la reacción de todos guardó silencio.

— ¿Es una broma, verdad? —dijo Shining con una sonrisa forzada.

Y allí el mundo perdió sus colores y adquirió un tiente gris para los ojos de Twilight.


Las CMC se encontraban en casa de Applebloom, era el día en el que todas ellas iban a su casa club para su reunión semanal, pero lejos de la usual y clásica reunión donde decidían que hacer era más una mezcla de risillas por parte de la dueña de la pequeña base. Durante todo ese tiempo, Applebloom no se había despegado de su teléfono, sin parar de reír y poner una boba sonrisa en su rostro, cosa que tenía ya hartas y asqueadas al resto de los miembros.

— Sabes, llegó al punto de ser molesto e insoportable —decía Scootaloo mirando con desagrado la imagen frente a ella.

— Mph —secundó Sweetie mirando de la misma forma a su amiga.

— ¿Podríamos empezar ya? —la exasperación de Scoot era notable.

— Oh, sí, claro… denme un segundo, chicas.

Applebloom volvió de lleno a su teléfono.

— Si tengo que pasar el resto de la tarde mirando a una tonta enamorada mejor me voy a ver mi novela —dijo Sweetie Bell a punto de marcharse.

— Sí, hoy Johana de la Purísima Concepción decidirá si contarle a sus padres adoptivos que está saliendo con el mozo de la familia que resulta ser su hijo perdido.

Sweetie miró sorprendida a su amiga y a su comentario tan poco propio de ella como lo era un tiburón caminando.

— ¡D-Digo…! Es lo que me dijo un amigo.

— ¿Qué amigo? —le cuestionó Sweetie.

— ¡Chicas, vengan a ver esto! —dijo rápidamente Applebloom.

— ¡Sí es esa foto de Thorax de nuevo juro que tomaré tu teléfono y…! —Scootaloo no terminó su amenaza cuando la pelirroja la volvió a interrumpir.

— ¡Solo vengan!

Las dos amigas se miraron escépticas, pero hicieron caso a la petición, con Applebloom en medio ambas miraron la pantalla del móvil quedando con la boca totalmente abierta con la imagen que estaban viendo, la foto había sido tomada cerca del anochecer, pero aun con la oscuridad a sus espaldas se podía ver perfectamente a dos chicas besándose en algún parque, algo para nada nuevo ni sorprendente, de no ser porque se trataba de Twilight Sparkle y de Sunset Shimmer.

Ninguna del trío dijo nada ¿y que poder decir ante aquello? Ni en sus más locas fantasías alguien podría haberlo visto venir, la foto había sido publicada en el foro de la escuela por alguien anónimo, pero en solo minutos de su publicación ya tenía cientos de vistos e innumerables comentarios de casi todo el alumnado escolar.

— Spike me debe mucho dinero —dijo Scootaloo sin creer que había ganado la apuesta con el chico.


Twilight no creía lo que estaba pasando, sus oídos debían de haber escuchado mal, ella miraba a su hermano con incredulidad, la cara de Shining delataba sus pensamientos, no le creyó… no, mucho peor que eso, no quería creerle, su único hermano mayor prefería ver su confesión como una broma a enfrentar la realidad ¿por qué? Esa pregunta la aterraba pues creía conocer la razón.

— No es ninguna broma, hermano —Twilight no supo cómo sacar esas palabras del nudo que se había formado en su garganta.

— Twilight, no es gracioso —el tono del capitán pasó a uno serio.

Sunset soltó a Twilight y puso un gesto serio, bien dicen, piensa lo peor y sucederá, aunque no lo esperaba de esa forma.

— Twilight… —Sunset no terminó de hablar pues fue interrumpida por el padre de su novia.

— Guarda silencio jovencita.

En otro tiempo Sunset le hubiera tirado los dientes al que le hubiera hablado así, incluso se contuvo de cualquier comentario pues solo echaría más leña al fuego.

— ¡No le hables así! —le espetó Twilight a su padre.

— ¡Y tú no me hables así a mí! —gritó su padre poniéndose de pie.

Esa fue la primera vez en su vida que algún miembro de su familia le había gritado, dolía, dolía como nunca se pudo llegar a imaginar, tuvo que hacer un esfuerzo para no soltar ninguna lagrima.

— ¡Dejen de discutir, por favor! —suplicaba la madre de Twilight abrazando a su marido para intentar apaciguarlo, pero como un volcán en erupción parecía que su esposo no se iba a calmar— calmémonos y hablemos de esto en otro momento…

— ¡No! —Exclamó Night— ¡quiero saber cómo pasó eso! —Señaló a su hija y a su pareja— ¿Qué es en lo que nos equivocamos?

— ¡No es culpa de nadie! —Dijo Cadance hablando por primera vez— estas cosas son completamente normales.

La directora de la preparatoria Crystal estaba escandalizada por las reacciones de sus suegros y esposo, debía de calmar los ánimos antes de que sucediera algo peor.

— ¿Es en serio? —Le preguntó su marido— ¿¡La defiendes!?

Y la bomba acababa de estallar.

— ¡Tal vez fuimos demasiados permisivos, Velvet! —Le decía Night a su mujer— tanta libertad, la confianza, te creía más lista que esto Twilight.

— ¡No tienes ningún derecho a decirle nada! —Sunset se levanta encarando al padre de Twilight, los demás miembros sentados imitan la acción— su hija es más lista de lo que usted jamás será.

— ¡No tolerare que me insulten en mi propia casa! —El rostro del mayor estaba completamente rojo— ¡Es culpa tuya todo lo que está pasando, no sé qué le hayas hecho a mi hija pero ni creas que dejaré que continúe las cosas así, largo, largo de mi casa, aquí ya no eres bienvenida, zorra asquerosa!

— ¡No te atrevas a hablarle así! —gritó Twilight.

— Me tienes completamente decepcionado, jamás en mi vida creí sentir tanta vergüenza de tener una hija… como tú —fulminó su padre con la mirada, como si viera la cosa más grotesca que hubiera visto en su vida— me enfermas.

— Yo nunca he hecho algo para avergonzarlos —la voz de Twilight temblaba— yo siempre di lo mejor de mí para hacerlos sentir orgullosos, no es justo que digas cosas como si fuera alguna clase de monstruo, no lo estoy, estoy enamorada, de una chica, si ¿y que tiene eso de malo? Ustedes me enseñaron a escoger mi camino y a las personas que quiero en ellos, gracias a ustedes soy quien soy ahora, quería compartirles lo que siento, mi felicidad, pero ahora me doy cuenta de que me equivoqué. Creía que serían mejores.

— No volverás a verla de nuevo —sentenció su padre— ¿me oíste?

— No me vas impedir estar con ella.

— ¡Eres mi hija y harás lo que yo diga mientras vivas en mi techo! Así que decide ¿tu familia o ella? —ese fue su ultimátum.

— ¿Me estás haciendo escoger? —una lágrima de dolor surcó el rostro de Twilight— ¿Ustedes o ella?

— Así es.

.

.

.

—… Entonces la escojo a ella —su alma se partió en ese momento.

Por largos segundos nadie dijo nada, solo los sollozos de madre de Twilight y el rechinar de dientes de su padre, su rostro se deformó en una mueca de ira y decepción.

—… Largo… ¡Fuera! —Señaló su padre a la salida— No quiero volver a verte.

Twilight miró a su madre llorar, a su hermano mirarla con tal desconcierto como si le hubiera crecido un cuerno y un par de alas y a su cuñada tapándose la boca ahogando sus lágrimas, lo había hecho, había renunciado a su familia, todo por ella, sintió su corazón partirse en dos con tal fuerza que pensó que le moriría en ese instante, las lágrimas salían como cascadas salinas de sus parpados, pero no mostraría dolor, no ahora.

— Si es lo que deseas, padre —Twilight lo miró con el ceño fruncido aun derramando lágrimas— nunca creí que sentiría tanta vergüenza de llamarlos mis padres.

— Twilight, espera —Le dijo Sunset alarmada saliendo del estupor de aquella situación tan irreal— no tienes que hacer esto, no me importa, quédate, no pienso dejar que…

Fue silenciada por los labios de Twilight contra los suyos, aquel beso no duró ni siquiera un segundo, pero bastó para transmitir lo que sentían.

— Está bien, Sunset, yo lo decidí así —le dijo Twilight con una sonrisa.

— Me das asco —negó su padre con la cabeza sin creer lo que sus ojos veían.

— Tus eres el que me causa repugnancia —le dijo Twilight con tono frío— me avergüenzo de ser tu hija.

¡PAF!

Todo pasó muy rápido, nadie pudo reaccionar a tiempo, Twilight con la cara volteada y una mejilla enrojecida, la mano de su padre en el aire y una mirada de enojo por parte de él cambio a una de incredulidad, observó su propia mano con la que momentos antes había abofeteado a su hija, le pegó a su hija, nunca en su vida le había levantado la mano a ninguno de sus hijos por más travesuras que hubieran hecho, tuvo que hacer a un lado los sentimientos de culpa que lo embargaban, debía de permanecer firme incluso en ese momento.

Por su parte Twilight no podía creer que su propio padre la hubiera golpeado, sin decir nada ni mirar atrás, Twilight, corre a la salida tratando de aguantar en vanó los sollozos que salían de su garganta. Sunset miró a Twilight salir por la puerta dejándola abierta, la sangre le hervía como lava, quería golpear al bastardo pero tenía prioridades, igual que Twilight, salió a toda prisa por la puerta dejando a la familia en un silencio abismal, debía estar con ella, más ahora que nunca.

Twilight corría lo más rápido que sus piernas le permitían, el viento fresco golpeaba su rostro y le dificultaba respirar, las lágrimas no dejaban de brotar y se preguntó si era físicamente posible que alguien pudiera llorar tanto, no se detuvo, siguió corriendo, cuando sus piernas ya no pudieron más se dejó caer de rodillas, la acera la lastimó pero más le dolía el pecho.

El rechinar de una moto y su segadora luz no detuvieron su llanto, Sunset se baja sin ni siquiera quitar las llaves y por poco le cae la moto encima pero poco le importó, se arrodilló a su lado y la abrazó con fuerza tratándole de trasmitir seguridad y cariño que bien necesitaba. Twilight se aferró a la chaqueta de Sunset con fuerza y descargó con fuerza todo lo que tenía dentro, duraran lo que bien podrían ser horas, Sunset esperaría lo que fuera por ella.

Una vez más calmada, Twilight, limpió sus lágrimas con un pañuelo que Sunset le ofreció, su pareja le revisó la mejilla donde la golpearon y se mordió el labio al punto de hacerse daño y saborear su propia sangre, quería volver y matarlo, por fortuna Twilight vio en sus ojos sus pensamiento y se aferró a ella para que no volviera y cometiera una locura.

— No, por favor —le suplicó Twilight— no me dejes.

Sunset soltó un largo suspiró cargado de resignación.

— ¿Y ahora que harás?

— No lo sé —dijo Twilight, jamás se hubiera imaginado abandonar su hogar a tan corta edad.

— No tienes que hacer esto sola, tienes a las chicas, a mi madre… a mí.

— Lo sé… gracias.

Ambas se levantan del piso sin dejar de abrazarse.

— ¿Segura que no quieres ir a un hospital… o a la policía?

— ¡No! —Twilight se tomó unos segundos para calmarse— solo quiero… descansar.

— No se diga más, vamos.

— ¿A dónde iremos?

— A mí casa ¿no es obvio? —Twilight miró con asombro a Sunset— ¿Qué?

— Sunset, mis padres me echaron de casa, no sé qué es lo que haré ahora y lo último que deseo es causarte problemas y abusar de tu generosidad pero…

— Yo sé lo que se siente vivir sola, es una mierda, créeme, y ni loca pienso abandonarte debajo de un puente, no después de haberme escogido a mí.

— Pero es tu casa, tu hogar…

— Mí hogar eres tú y es nuestra casa ahora —le acarició la mejilla lastimada con cuidado— no podría imaginar algo mejor que vivir contigo.

Twilight se lanzó con los brazos abiertos y se aferró con fuerza a Sunset, lágrimas de alegría la inundaron, haciéndola olvidar por algunos momentos el dolor que sentía, la amaba, la amaba con todas sus fuerzas y con todo su corazón, no sabía que le depararía el destino de ahora en adelante pero sabía que con ella a su lado podría enfrentar cualquier desafío que la vida le pusiera en frente.

— Vamos a casa —le dijo Sunset.

Antes de que alguna se subiera a la moto unas fuertes pisadas sonaron a sus espaldas.

— ¡Demonios… uff… estaban… lejos! —decía un exhausto Spike con una enorme bolsa en su espalda.

— ¡Spike! ¿Qué haces aquí? —decía desconcertada Twilight.

— Ten — puso la enorme bolsa en el suelo, a primera vista no se notó pero era ahora notorio que era una maleta sobrecargada— puse todo lo que pude dentro, más libros que nada de hecho, ¡como pesaban! —Spike estiró su espalda y esta crujió como matraca.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó Twilight de nuevo como si mirara a un fantasma.

— Pensé que necesitarías algunas cosas, cuando las cosas… se pusieron feas corrí a tu cuarto tomé lo que pude y salí sin que nadie me viera, Papá y mamá… discutían con Cadance, Shining… no quiero hablar de eso ahora.

— ¿Por qué? —decía la de ojos violeta son creerlo.

— ¿No es obvio? —Spike puso una mueca de desconcierto ante la duda— eres mi hermana, es normal que te ayude en los momentos difíciles.

— Tú…

— No me molesta que te gusten las chicas, lo único que me importa es que seas feliz, ya sea con ella o con quien sea, yo siempre estaré allí para…

No pudo terminar la oración porque Twilight rodeó su cuello con sus brazos y lo atrajo hacia ella en un afectuoso y asfixiante abrazo, saber que alguien de su familia la apoyaba le daba tal alegría que de no ser porque había agotado todas sus lágrimas hubiera vuelto a llorar.

— Gracias —dijo Twilight.

— No hay de que— palmeó su espalda el peli verde.

Ambos se separan.

— Debo volver antes de que se den cuenta, mándame un mensaje con la dirección de donde te quedarás para llevarte más de tus cosas.

— Eso haré —dijo con una sonrisa de felicidad.

— Sunset —la mencionada lo miró— cuídala.

— Eso haré.

Spike desapareció de sus vistas, la luna posaba sobre sus cabezas anunciando lo tarde que era al mundo, ambas se quedaron allí un rato más.

— ¿Y qué haremos cuando ahora? —preguntó Twilight.

— Yo me daré un baño al llegar.

— Habló en serio.

— No lo sé, lo único que sé es que el verano llegó y no imagino nada mejor que disfrutarlo contigo —le dijo de forma coqueta— tú, yo, unas largas y merecida vacaciones y mi cama.

— ¡Sunset! —chilló Twilight avergonzada.

Tal vez eso era lo que necesitaba, tal vez eso era lo único que necesita, puede que más adelante sucedan cosas peores pero con ella su lado ningún reto sería imposible y como ella acababa de decir, solo serían ellas dos y el largo verano.

Un verano contigo.


HOLA QUE TAL MIS QUERIDOS LECTORES, ESTA VEZ NO ME TARDE UN AÑO EN ESCRIBIR XD, ESPERO QUE LES HAYA ENCANTADO ESTE CAPITULO CARGADO DE DOLORRRRRRR, EN FIN, AHORA DA INICIO A UNA GRAN AVENTURA, AGRADEZCO LA PACIENCIA POR EL TIEMPO ESPERADO Y SIN NADA MÁS QUE DECIR LOS DEJO… ¡CON EL SIGUIENTE EXTRA!


Extra: Happy Birthday.

Rainbow esperaba de pie frente de su casa, se sentía ansiosa, nerviosa y emocionada a la vez, ese día era uno muy especial para ella, todos sus conocidos y familiares le mandaron mensajes y videos desde la mañana deseándole un feliz cumpleaños, algunos insistiendo en hacerle una fiesta, invitación que ella rechazó por completo pues ya tenía reservado algo para ese día, motivo que se guardó para ella misma, incluso de sus amigas y vaya que Pinkie Pie había sido insistente.

Quibble le había dicho que lo esperara temprano frente a su casa, su pie ya se encontraba mucho mejor pero aún tenía prohibido jugar, pero lo bueno era que ya podía caminar sin exigirse demasiado, perfecto para la ocasión. El muchacho se mantuvo elusivo sobre su "gran plan" que tenía preparado para ella, cosa que le generaba expectación aumentando más sus ansias, ella no era muy paciente con las cosas.

Llevaba allí desde hace casi una hora, no porque él se hubiera demorado, en realidad aún faltaban por lo menos otra hora más, se había levantado increíblemente temprano ese día, comió algo y se alistó, de hecho fue eso lo que más tiempo le había tomado, no era del tipo que se pensaban horas para ver que ponerse, sin embargo le tomo seis cambios distintos y generar un desorden en su cuarto el escoger que ponerse, unos jeans negros con rotos en la rodilla, una remera cian con un estampado de su banda favorita "Los Thunderbolts", una chaqueta de mezclilla corta y tenis blancos de suela plana, sip nada fuera de lo común, todo perfectamente normal, salvo que ahora tenía el cabelló atado en un cola de caballo alta y había pasado todo la tarde de ayer cepillándolo y esa sí que fue una dura batalla.

Su apariencia era lo que menos le importaba, solo había decidido hacerse… un cambio para ese día, aunque fuera un pequeño en realidad, sin embargo no pudo evitar verse en el reflejo de su ventana para cerciorarse que todo estuviera en su lugar, su cabello estaba bien a su parecer, se cercioro que había lavado sus dientes ni que tuviera algo atorado en ellos y contempló su rostro con detenimiento buscando algo que estuviera mal, contemplando sus labios los tocó con la punta de sus dedos y luego los mordió levemente, estaban un poco resecos, del bolsillo de su chaqueta sacó un labial, más bien un brillo labial que Rarity le había regalado y que tuvo que aceptar debido a su insistencia, no le gustaba el maquillaje, pero ahora podía darle provecho a su obsequio.

Con cuidado pasó el labial por sus labios, los frotó uno con el otro para esparcirlo mejor como su amiga le había enseñado y listo, se contempló una última vez en su reflejo, ya con el labial se veía diferente… tal vez demasiado, ella nunca usaba esos productos de belleza ¿Y si Quibble lo notaba? La alarma se disparó en su cabeza ¿Y si pensaba que hizo todo eso por él? Ahora se arrepentía de tanta preparación, lo mejor sería cancelar los planes, decirle que estaba enferma o inventarse cualquier otra excusa.

— ¿Vas a seguir haciendo muecas raras con tu reflejo todo el día? —dijo Quibble a espaldas de ella muy cerca de su oreja

Rainbow Dash pega un salto y un pequeño grito de sorpresa, acto seguido se da la vuelta con los ojos cerrados y lanza un gancho al estómago de Quibble, el pobre no lo vio venir y lo recibió de lleno sacándole todo el aire de sus pulmones, él cae al suelo con sus brazos en su estómago tratando de volver a respirar.

— ¡Eres un idiota! —le dijo enfadada la deportista.

— S-Sí... mi culpa —decía con el aire entrecortado.

Quibble había decidido llegar temprano de la hora pactada para darle una sorpresa a Rainbow Dash, la sorpresa se la llevó el pues sal llegar ella estaba fuera de su casa… mirándose por una ventana, una idea con resultados fatídicos pasó por su mente y decidió darle un susto a su despistada amiga, cabe mencionar que como terminaron las cosas no fueron para nada placenteras.

— Eso dolió —dijo con una mueca el muchacho.

— Sabes que no me gusta que me sorprendas así —hacía un puchero Rainbow, cosa que le pareció súper tierno a Quibble— llegaste temprano.

— Sí, quería sorprenderte —Rainbow lo miró con cara de "y lo hiciste"— bueno… feliz cumpleaños.

— Gracias —sonrió la de cabellera arcoíris jugando con su cabello de forma nerviosa.

— Wow ¿te ataste el cabello? —preguntó sorprendido.

— ¿Qué, es tan raro? —preguntó molesta.

— ¡No, No…! Es solo… te vez bien —dijo levemente avergonzado, sin querer admitir que lo que realmente veía eran los labios de ella.

Rainbow Dash se sonroja.

— G-Gracias… —ella miró lo que traía puesto, era exactamente la misma ropa que el traía cuando se conocieron— ¿A dónde vas explorador? —bromeó para cambiar de tema.

— Oh ¿esto? Es parte de tu festejo de cumpleaños —explicó Quibble.

— ¿Iremos de excursión? —no le agradaba mucho la idea.

— No, iremos a un lugar mucho mejor, hoy es la presentación de comics anual y este año se celebrará en el salón de eventos "Two Sisters" en Everfree.

Rainbow Dash no sabía cómo sentirse al respecto, se notaba que a Quibble la idea le fascinaba pero ella no era fanática de los comics por así decirlo, había escuchado de dicha convención por parte de Fluttershy y de Sunset pero para ella era un evento "nerd" más, realmente esperaba algo más emocionante para su cumpleaños.

— Suena bien —trató de mentir para no lastimar el entusiasmo de su amigo.

— Rainbow, te conozco y tienes cara de fastidio en este momento, la idea no te agrada ¿no?

— ¡¿No?! … bueno, realmente pensé en otra cosa —admitió apenada.

— Descuida, pero eso ya lo anticipaba —Quibble saco un folleto— el evento de este año incluye algo sumamente especial.

Rainbow tomó el folleto y sus ojos se abrieron enormemente, según el papel, ese día presentarían el tráiler de lo que sería la primera película de los libros de A.K. Yearling "Daring Do y la estatua de zafiro" donde revelarían toda una serie de películas basadas en la propia saga, lo mejor, la cereza sobre el pastel, le darán un boleto de estreno para ver el estreno de la película a los que asistan.

— Ahora si pareces emocionada —dijo Quibble con una sonrisa de lado.

— ¡¿Y qué estamos esperando?! ¡Vamos, debemos alcanzar el primer autobús! —decía impaciente Rainbow, pues el lugar donde seria estaba a un par de horas en autobús.

— Yo tengo una idea mejor —Quibble caminó hacia un auto, un escarabajo blanco de techo negro en realidad— ¿Subes?

— ¿Es tuyo? —preguntó sorprendida, en si el auto no era espectacular a la vista, estaba limpio y bien cuidado pero seguía siendo un auto.

— Mi tío repara antigüedades y yo le ayudo los veranos, me lo prestó para esta ocasión —explicaba Quibble abriéndole la puerta— por dentro es más asombroso.

Y efectivamente lo era, los asientos de cuero de color café un tablero brillantes, un suelo alfombrado, el auto parecía nuevo, como si lo hubieran sacado de la fábrica, era maravilloso. Rainbow tomó asiento y se abrochó el cinturón, Quibble se subió del lado del conductor.

— Debo decir que me impresiona —decía Rainbow con su clásica sonrisa confiada.

— Y no has visto nada —Quibble encendió el auto y jaló una manilla, automáticamente el techo empezó a retraerse.

— ¿También es convertible? —Rainbow trató de esconder su asombro— ¿ahora me dirás que puede volar?

— Ves demasiadas películas para niños —Rainbow le da un golpe en el brazo— andando.

Quibble pone en marcha el vehículo rumbo a la carretera, Rainbow veía pasar los autos y los edificios y pronto los perdieron de vista, dejando paso a la naturaleza del Everfree, un extenso bosque tan arraigado a la ciudad que todos los habitantes de la misma lo veneraban como parte de su patrimonio, miles de acres que se extendían hasta donde se alcanzaba la vista, un lugar muy frecuentados por campista o amantes de la naturaleza. Quibble encendió la radio para poner algo de música, la canción fue reconocida de inmediato por Rainbow, era un tema que ellas y sus amigas habían cantado el año pasado en una recaudación de fondos, la melodía la invadió y ella se dejó llevar, se desabrochó el cinturón y se puso de pie, el viento golpeaba su rostro y su cabelló ondeaba con fuerza y sin saberlo comenzó a cantar la canción.

Quibble se asustó por un momento cuando su copiloto se levantó de su asiento, pero cuando empezó a cantar todos sus miedos desvanecieron, nunca en su vida se imaginó ver una imagen así de gloriosa, ella parecía gozar el sentir el viento, extendió sus brazos cuales alas, su cabello y chaqueta eran arrastradas por el viento, parecía que estaba a punto volar, pero, escucharla cantar, Dios, sintió un vuelco total en su corazón, tenía una cara de tonto pero no le importaba, él quería seguir mirándola, contemplarla, apreciarla.

La canción terminó más pronto de lo que ambos desearon, Rainbow, volvió a su asiento agitado y con una sonrisa, su cabello se había desatado, por fortuna tenía otra liga para amarrarlo, no se dio cuenta de que su acompañante la miraba con devoción.

— Hermosa —dijo Quibble sin pensar.

Rainbow tenía ambas manos sujetando su cabello y la liga en la boca, que por poco se la traga, mira con grandes ojos a Quibble sin saber si lo que escuchó fue una ilusión o no. Por su parte el muchacho quiso golpearse la cabeza contra el volante y arrojarse fue del vehículo, había metido la pata profundamente.

— ¿Qué? —fue lo único que pudo decir Rainbow, en otras circunstancias hubiera golpeado enojada a quien sea que le dijera "hermosa" pero… ¿Por qué se sintió tan bien que él lo dijera?

— La canción —se apresuró a decir— fue una hermosa canción.

— G-Gracias —ahora ella estaba avergonzada, una por lo que estaba pensando segundos atrás y por su comportamiento.

— No sabías que cantaras, lo haces muy bien y parece que te gusta la banda que tocó.

— Debería, somos mis amigas y yo —dijo muy ufana una vez recuperada la compostura.

Quibble lo proceso en su mente por varios segundos, eran seis voces si no se equivocaba y si filtraba una por una efectivamente era la voz de su acompañante.

— ¡¿Estás en una banda?! —exclamó con sorpresa palpable.

— Las chicas y yo tocábamos un poco el año pasado, más que nada en diversos eventos pero… podría decirse que solo fue una fase, aun lo hacemos pero ninguna piensa en dedicarse a ello, solo un pasatiempo.

— Lo dices como quien abre un frasco lo cierra y lo deja en el refrigerador —decía Quibble anonadado ante lo normal que ella se lo tomaba— enumeremos: deportista, campeona, música, linda, fanática de Daring Do…

— ¿Dijiste linda? —interrumpió el conteo Rainbow.

—…. Mira, ya llegamos.

Quibble aparca el auto y ambos bajan un tanto incomodos, sin intercambiar palabra ambos se dirigen a la entrada, donde Quibble entrega sus pases al guardia, una vez dentro la deportista contemplo con asombro todo el lugar, a donde fuera que mirase veía personas disfrazadas, carteles, estatuas y demás cosas de ficción, comics, películas, series, todo.

— El evento de Daring tardará un poco en empezar, podemos dar una vuelta mientras tanto.

Rainbow asintió con la cabeza.

Ambos caminan en silencio contemplando los diferentes puestos sin dejar de darse miradas indiscretas en ningún momentos, Rainbow aún tenía en su mente lo dicho por su acompañante, linda, una palabra que no sentía que encajara con su descripción en su parecer, aunque todas sus amigas le decían que lo era, sus padres también pero ellos no valían, no recordaba a ningún chico que le hubiera dicho linda en toda su vida y si hubiera llegado a ocurrir lo más probable es que se sintiera molesta como si la hubieran insultado, pero Quibble no era como otros muchachos, miraba su alta figura a su lado y se preguntaba en que estaba pensando, apartando la mirada cuando creía que él iba a voltear a verla, las personas alrededor… ¿Qué pensarían de ellos? ¿Cómo los verían? ¿Amigos? ¿Pareja? El pensar aquello le hacían arder las orejas.

Por su parte Quibble tenía su propio combate interno, llevaba esperando el evento desde que fue anunciado, pero poco lo estaba disfrutando, estaba más absorto en no quedarse mirando cualquier cosa que no fuera su acompañante, pero lo volvía a hacer cada cuatro segundos, toda su atención estaba en ella, en su andar, en su rostro, demonios, se estaba convirtiendo en alguna clase de pervertido perturbador, lo que había dicho en el auto solo terminó por enterrarlo más, desearía ser psíquico para poder saber qué era lo que pasaba por la mente de ella, aunque lo más probable es que ella estuviera molesta.

Sin previo aviso Rainbow toma del cuello de su cazadora a Quibble y lo arrastra a una apertura hecha entre dos tiendas, estaba oscura y estrecha, sus cuerpos demasiado cerca del otro, antes de que pudiera Quibble decir ella lo silencia con su dedo y mira hacia afuera de la pequeña apertura, solo para segundos después volver a meter la cabeza.

— No puedo creer que sigas molesto aun después de haberte invitado la entrada —le decía Spike a su amigo Buttom quien tenía una expresión de mal genio.

— El dinero no repara una traición.

— ¡Por el amor de…! —Spike hizo el ejercicio de relajación que le enseño su cuñada— mira, estamos aquí, al menos disfrutémoslo.

—… No me molestaría ir a ver la exposición de juegos.

— Bien, vamos entonces.

Rainbow suspira cuando los mira marchar.

— Eso estuvo cerca.

Rainbow mira al frente pero solo pudo ver el pecho de Quibble debido a lo cerca que estaba de él, alzó su vista y se encontraron cara cara, sus ojos perdidos en los del otro, fue allí que se dio cuenta de lo cerca que estaban del otro, literal estaba apoyada en él casi en un abrazo. Rainbow fue la primera en alejarse un paso y se dio la vuelta para que Quibble no la viera sonrojarse.

— ¿Quiénes eran? —preguntó Quibble con tono apagado.

— Eran Spike y su amigo… el hermano de Twilight —corrigió ella sabiendo que posiblemente no sabría quién era por el nombre.

— Oh, el hermano de la chica lista —recordó Quibble—… ¿Por qué nos escondimos de él?

— No quería que me viera con… —Rainbow no terminó su oración.

— ¿Conmigo? —por alguna razón la pregunta le hizo sentir una punzada de dolor cuando la formuló.

Rainbow lo miró de vuelta y vio el rostro de aflicción que tenía Quibble, eso la desconsoló.

— ¡N-No! … bueno, es parte.

— ¿Te avergüenzo?

— Por favor, espera, no es por lo que tú crees —ni Rainbow sabía la necesidad tan urgente que salía de ella por explicarle lo que pasaba— les dije a todos que no quería tener una fiesta de cumpleaños, que me dolía mucho el pie solo para poder venir, si alguien que conozco me ve sabrá que mentí… además que no quiero que ese enano me vea aquí, se burlaría de mí el resto de mi vida.

— Ya veo —comprendió la situación Quibble para su gran alivio y el de Rainbow— espera ¿No les dijiste que vendrías? Creí que eran muy unidas.

— Y lo somos, pero si les decía ellas también querrían venir y… yo quería pasar el día contigo —dijo levemente avergonzada frotando su brazo.

El corazón de Quibble pegó un salto tan grande que sintió que salió de su pecho, atravesó la atmosfera, le dio un golpe a la luna y regreso en picada a su lugar al oír aquello, no supo cómo sentirse, pero fuera lo que fuera era bueno para él.

— Si quieres podemos irnos antes que nos vean.

— Nha, dijeron que estarían en los juegos o algo así, estaremos bien mientras no estemos cerca de allí, venga, andando, aún queda mucho que ver.

Rainbow toma de la muñeca a Quibble y lo arrastra fuera, recorriendo los pasillos con rapidez para alejarse lo más posible de Spike y su amigo. Ambos terminan en la sección al Artfan, donde creadores de todo tipo de contenido exponían sus obras, profesionales y aficionados observaban las obras con fascinación, Rainbow no era muy conocedora del tema pero sabía distinguir un buen dibujo y todo lo que veía lo era.

— Ya puedes soltarme —le dijo Quibble.

Rainbow mira su mano aun sujetando a Quibble y la aparta como si se estuviera quemando, el silencio volvió a invadirlos, aunque los dos morían por algo de conversación, un tema, algo, pero solo siguieron caminando sin intercambiar palabras, volviendo más incómoda la situación, Rainbow empezó a adelantarlo por unos pasos marcando cierta distancia entre ellos.

Rainbow estaba ahora más absorta en el suelo que en las exposiciones, pensando que decir o hacer para romper el ambiente cuando de pronto siente dos grades manos en su vientre y después un fuerte tirón hacia atrás, sus pies se despegaron del suelo y fue llevada casi colgada hacia un puesto con cortinas, antes de poder gritar o decir algo una de las manos le cubre la boca, trató de luchar, de resistirse, incluso pateo varias veces a quien la estaba sujetando para poder librarse.

— Estoy casi segura que ganaras el concurso, Sunset —decía Lyra— que bueno que pudiste venir.

— Yo también, es una pena que Rainbow Dash no quisiera festejar su cumpleaños, pero Pinkie dice que está preparando algo grande en compensación.

— Aun así te debo un gran favor ahora.

— Dímelo cuando gane, después de todo solo vine aquí porque me lo pediste.

Rainbow se mantuvo inmóvil hasta que las voces se alejaron, sin duda era Sunset junto a Lyra, estaba tan distraída que no las vio venir, una vez que se marcharon las manos que la sujetaban la soltaron, Rainbow sabía bien quien era, giró su cuello y vio a Quibble en el suelo sobándose la espinilla.

— Lo siento —dijo Rainbow arrodillándose a su lado.

— No importa, imagine que tampoco querías que ellas te vieran.

— Gracias —le dio otro golpe pero esta vez en el hombro— esto es por cargarme.

— De nada —decía aguantando una mueca de dolor.

— Vaya, no esperaba tener clientes tan pronto.

Frente a ellos se encontraba una mujer adulta, usaba lentes y tenía el cabello rojizo.

— Hola, lamentamos habernos metido sin avisar —dijo Quibble inclinando un poco la cabeza.

— No se preocupen —dijo con una sonrisa— ¿y a quien de ustedes voy a retratar?

Fue en ese momento en el que se dieron cuenta de los dibujos que se encontraban colgados dentro de la tienda y todos ellos eran de… ¿ponys?

— Disculpe ¿y usted es…?

— Lauren, Lauren Faust.

Rainbow reconoció su nombre de inmediato, ella era la creadora de varios dibujos animados que ella había visto en su niñez.

— ¡Lauren Faust! —Exclamó Rainbow— vi todos sus programas cuando era niña, eran increíbles.

— Me encanta conocer a un nuevo fan —dijo ella.

— ¿Qué haces en este lugar? —preguntó Quibble mirando los dibujos, eran muy curiosos y llamativos, todos de diferentes colores y formas.

— Hago retratos.

— ¿De ponys? —preguntó Rainbow.

— De personas que quieren conocer a su versión pony.

Y por lo visto eran muchos los que lo hacían, pensaron ambos.

— Sí quieren puedo hacerles uno.

— Mmm… no lo sé —decía Rainbow sin estar segura.

— ¿Tienes miedo de parecer un burro? —se burló Quibble.

— Cállate.

— Puedo hacer el de ambos si gustan —dijo amablemente la artista.

Ambos se miraron por unos instantes para luego asentir, estuvieron quietos en dos sillas frente a la artista cuando esta les indicó que ya podían moverse les pidió que volvieran en una hora para terminar de retocar los dibujos.

— ¿Qué hacemos ahora? —preguntó Quibble.

— No lo sé, será un fastidio tener que cuidarme la espalda para que no me descubran.

—… Puede que eso no sea del todo necesario.

Quibble le contó su idea a Rainbow, por un momento se mantuvo escéptica al respecto, pero… no sería tan mal plan, la idea del mayor fue sacada de uno de los libros de Daring Do "el festival de las máscaras", donde la protagonista tuvo que infiltrarse en todo tipo de lugares usando máscaras y disfraces para poder escapar de sus perseguidores y para fortuna suya estaban en el lugar con mayor número de disfraces del mundo en ese momento.

Durante las siguientes hora pasaron de un lado a otro mezclándose con la multitud usando todo tipo de disfraces, pelucas, máscaras, escondiéndose en monumentos, era casi como jugar a las escondidas, en un principio le pareció penoso, pero poco a poco fue adquiriendo mayor valor con cada personaje nuevo que interpretaba, incluso se topó con Sunset a quien incluso le habló estando dentro de un disfraz de dragón y pegándole más de un susto a los que pasaban cerca de ella, la cosa subió de nivel cuando empezó a gastarles bromas a quien se le cruzara, caídas, risas y estruendos resonaron por todo el lugar, incluso dos tipos rubios, uno con traje de pelea y otro de ninja empezaron a pelear, aunque claro, hacer poses raras y gritar cosas en otro idioma poco calificaba como "lucha".

Quibble contemplaba lo bien que se lo pasaba su acompañante, ese lado infantil era nuevo para él, sintiéndose afortunado de conocer otra faceta más de Rainbow Dash, un lado que sentía que no expresaba a todo el mundo, solo a las personas que ella consideraba más cercana, sonrió internamente al ver que todo su esfuerzo fue recompensado con la risa de la deportista. Mirando la hora en su teléfono se dio cuenta que el tiempo pasó volando y que ya era hora de que empezara la presentación de la película.

— Ya es hora —le dijo Quibble a Rainbow.

— ¡Aww! ¿En serio debemos ir? —hacia un puchero la de cabellera multicolor al ser interrumpida su diversión.

En circunstancias normales Quibble habría caído en aquel tierno gesto, pero el también quería ver el tráiler.

— Sin peros jovencita —imitó el tono de un padre— otro día puedes acosar nerds.

Rainbow y Quibble llegaron a la sala donde se llevaría a cabo la presentación, tomaron asientos y esperaron, al cabo de unos minutos las luces se apagaron, dos faros se encendieron iluminando a una figura que descendía con un látigo del techo, la gente se emocionó y gritó al ver que era la mismísima Daring Do o más bien la actriz que la interpreta. Después de tan llamativa entrada y una ola de aplausos, gritos y silbidos la euforia de disminuyendo para dar la palabra a la que sería la presentadora

— ¡Buenas tardes fantástico de la aventura! —Dijo con entusiasmo la ahora heroína de la pantalla grande acompañada por gritos de júbilo— ¡Es un honor para mí el estar aquí frente a ustedes representando a la mejor exploradora que el mundo literario ha conocido! ¡Cuando me dijeron que interpretaría a Daring Do en una película no lo pude creer, la emoción me embargó, pero cuando conocí a A.K. Yearling sentí que me desmayaba, pero no los entretengo más, mejor les dejó experimentarlo a ustedes mismos, reciban con un fuerte aplauso a nuestra invitada especial!: ¡A-K- YEARLING!

Si el público enloqueció con la entrada con la llegada de la autora perdieron la cabeza, ella rara vez hacia apariciones en público, salvo en las primeras publicaciones de sus libros, verla en la convención era mejor de lo que cualquiera hubiera podido imaginar y lo mejor de todo, ella también tenía un disfraz de su personaje de ficción, lo raro es que irónicamente se parecía mucho más a él que la propia actriz que lo iba a interpretar.

— ¿Saben? —empezó Yearling a hablar—cuando empecé todo esto… nunca imaginé que un día uno de mis libros tendría su propio poster, verlo ahora me llena de gran dicha, todo mi esfuerzo y dedicación fue recompensado, tal vez no con oro ni diamantes, me mayor recompensa fue el llegar a todos y cada uno de ustedes, son mi motivo y razón, sin ustedes no estaría aquí, por eso les quiero dar mi más sincero agradecimiento —hizo una breve pausa— por eso les quiero dar un regalo a todos los presentes, una copia de primera edición firmada de mi nuevo libro: "Daring Do vs el ladrón de sombras".

Si la sala fuera un volcán la erupción hubiera sido tal que seguramente habrían volado todo el bosque Everfree, incluso Quibble y Rainbow se levantaron de sus asientos gritando de emoción.

— ¡Ahora sin más preámbulos se llevará acabo el sorteo del boleto de estreno de la película! —exclamó con emoción la actriz/presentadora.

Dos sujetos trajeron una enorme caja con símbolos extraños, los más fanáticos identificaron que se trataba de la ruleta del destino de la cuarta entrega de la saga.

— El destino es misterioso y caprichoso a la vez —decía con aura de misterio— dentro vienen esferas con el número de asiento en el que están sentados ¿Quién será el afortunado ganador del gran premio? Averigüémoslo.

La caja comenzó a dar giros sobre sí mismo, lo hacía a tal velocidad que parecía haberse roto en diferentes ejes que a su vez giraban, al cabo de unos segundos la velocidad fue bajando hasta detenerse, de una figura con boca de serpiente sale una pequeña esfera blanca, la presentadora lee el número y grita:

— ¡Y el afortunado ganador es el número 43!

Todos de inmediato miraron sus asientos, los números escritos estaban revueltos y no en orden para asegurar una mayor legalidad, más de uno soltó un impropio y grito de resignación, la propia Rainbow se decepcionó al ver que su silla estaba marcada con el número 62, pero antes de decir nada alguien la quita de su sitio y la pone en la silla de al lado, con sorpresa mira a Quibble quien le hace un gesto de no decir nada.

— ¡Le tocó a ella! —gritó Quibble señalando a Rainbow.

De inmediato una lámpara iluminó a la susodicha y todo el mundo a su alrededor la miró con una mezcla de emoción y celos. La deportista miró el número de la silla de su anterior ocupante y efectivamente, el número ganador estaba marcado en ella, no lo podía creer, Quibble le había cedido lo que debería ser su premio, estaba a punto de objetar cuando la presentadora volvió a hablar.

— ¡Ven, pasa nuestra afortunada ganadora!

Rainbow mira a Quibble quien asiente con la cabeza dándole una aprobación que ella sentía que necesitaba, con cierta vacilación y trémulo se encamina al escenario, no le tenía miedo a las masas mirándola, no, su nerviosismo venía de la emoción que le generaba estar cara a cara con su autora favorita, sentía que estaba a punto de estallar. Una vez en el escenario la comentarista enunció unas palabras que ni siquiera escuchó pues su atención estaba en Yearling.

— Es un placer el saber que incluso gente tan joven disfrute de mis libros —le dijo la escritora.

— Yo… sí —sus palabras se empujaban por salir todas a la vez— es un… no parece tan mayor —dijo cayendo en cuenta del comentario, la escritora no parecía ni tener los treinta.

— Gracias por el cumplido, vestir este viejo traje me trae recuerdos —decía con nostalgia.

— ¿Qué?

— ¡Y aquí tienes tu premio! —le entregó su boleto la presentadora.

Un fotógrafo le toma un millos de fotos con las tres sonriendo a la cámara, "mierda", pensó Rainbow, ahora sabrían que si fue, pero poco le importaba ahora, estaba feliz, pero, pese a estar con uno de sus ídolos en un mismo escenario su dicha no provenía del todo de allí, su atención se centró en una alta figura en medio de la multitud quien aplaudía y sonreía con satisfacción con una mirada petulante sobre ella "disfrútalo" le decía con los ojos y sí que lo hacía, le había dado el mejor cumpleaños que jamás había tenido.

Quibble contempló la más grande y hermosa sonrisa que jamás hubiera visto, cualquiera pensaría que se debía a la emoción del momento pero parte de él sentía que esa sonrisa era para él y segundos después se lo confirmó, los labios de Rainbow se movieron y pudo alcanzar a leerlos, "gracias, Quibble".

Ella allí, tan grandiosa, como si hubiera nacido para ser admirada y ovacionada, él allí de pie mirándola con sin igual intensidad y añoro, su corazón golpeaba su pecho con fuerza y le dolía respirar pero le gustaba, fue allí, parado, frente a ella que se dio cuenta de la verdad que tanto le había costado negar y esconder, ya no podía, había pasado, debía tener miedo pero le dio igual, negárselo ya no tenía sentido: se había enamorado de Rainbow Dash.

Muy probablemente terminaría en prisión.


OK, OK, SI, AHORA SÍ YA NO HABRA MAS SORPRESAS XD, PENSE EN HACER OTRO CAPITULO EN TORNO A ESE FESTEJO PERO SERÍA DEMASAIDO CORTO, AGREGARLO COMO UN EXTRA FUE MEJOR, PUES LA TRAMA PRINCIPAL ES DE MIS QUERIDAS PROTAGONISTAS, SE QUE A MUCHOS TAMBIEN LES FACINAN ESTAS HISTORIAS SECUNDARIAS QUE DE UNA U OTRA FORMA SE MEZCLAN CON LA PRINCIPAL, LAS SEGUIRÉ INCLUYENDO, NO SE ALBOROTEN XD, SI MÁS QUE DECIR O AGREGAR Y SI POR CASUALDAD NO LOS VEO HASTA MESES DESPUES (ESCRITOR DESGRACIADO, GRITA UN LECTOR) LES DESEO UNAS MUY FELICES FIESTAS. NOS SEGUIMOS LEYENDO.