Hola!

La verdad es que este es mi primer fic de algo cinematográfico... Y se me salió un poco de control. En inicio iba a ser un drabble, luego pasó a one-shoot largo y ahora han salido dos capítulos cortitos. Y se han desmadrado a medida que escribía...

En fin, este es el resultado final, que no me disgusta del todo, del primer capítulo. Y si queréis la semana que viene subiré el segundo más o menos similar a este en forma.

¡Espero que os guste!


Disclaimer: No, definitivamente Star Wars no es de mi propiedad. Y no, definitivamente no me importaría que lo fuera.


Capítulo 1

Leia odiaba el frío.

No era capaz de imaginar que a alguien en toda la galaxia conocida pudiera resultarle agradable la sensación de miles de infinitos cubitos de hielo haciendo estragos con sus terminaciones nerviosas.

El frío era la sensación de la respiración pesada de Vader cerca de ella. Era Alderaan desapareciendo como miles de lágrimas en la lluvia en medio de la noche eterna de la galaxia, sin un sonido para despedirlo. Era el brazo mutilado de Luke perdido para siempre entre las nubes de Bespin. Eran los gritos de Han clavándose en su cerebro.

Por eso, estar en Tatooine debería ser una especie de alivio para ella. Y lo sería de no ser porque estaba en una guarida de mafiosos disfrazada de caza recompensas, no sabía dónde estaban sus amigos y los que sí sabía dónde estaban desearía no haberlo sabido nunca.

Jabba había sido considerado con ella, irónicamente. Le había proporcionado más o menos a regañadientes una habitación para pasar la noche e "invitado amablemente" a no compartir con los suyos la fiesta que ella misma había propiciado.

Porque sí, les había dado a Chewie.

Una sensación horrible de un puño de hielo aferrando todas sus entrañas le recordó de nuevo dónde estaba, por si no lo tenía aún del todo claro.

Se encontraba en Tatooine, en la fortaleza de un hutt (conocidos en toda la galaxia por su amor por los sitios húmedos, sucios y agobiantes). Lando también estaba ahí, aunque no lo había visto, y 3PO, que no la había reconocido, y R2… Y Han y Chewie. Presos.

La culpa le cortó de golpe la inspiración y la hizo sisear de dolor.

Porque habían capturado al capitán por su culpa y ella misma había entregado a su primer oficial. Porque el humano estaría libre de no ser por ella y le había pagado entregando a su mejor amigo al lobo, bueno, al gusano.

También estaba Boba Fett, pero él no le importaba. O, para ser exactos, desearía que no le importara. Deseaba no haberle conocido nunca.

Si él no hubiera aparecido… ¿qué habría hecho Vader en Bespin?

Otro puño en sus vísceras, sumándose al primero.

Leia odiaba el frío porque le recordaba a Hoth y a base Echo y le susurraba al oído que si ella no hubiera sido tan cabezota entonces, tan creída, tan arrogante, habría huido del Imperio con el resto de los rebeldes y no habría obligado al corelliano (que era un sinvergüenza, pero a veces sabía ser un caballero, sobre todo si no había nadie más cerca) a esperarla y llevarla consigo.

Y no habrían estado a punto de cogernos. Y el Halcón estaría bien. Si yo no hubiera sido una idiota, Han no habría tenido que ir a Bespin a buscar algún experto de confianza para hacer las reparaciones, y Boba Fett no le habría capturado. Y ahora estaría libre y vivo… Y lejos de mí.

Ese era, con diferencia, el puño que más se le clavaba a Leia Organa. Saber que, realmente, la culpa de su situación actual no era de Vader o del Emperador. Podía culparles de mil cosas más, y de hecho tenía una lista de los crímenes cometidos que eventualmente restregaría por la máscara oscura del discípulo de Palpatine, pero no podría nunca acusarles de eso siendo sincera con ella misma. Y tanto Bail como Luke le habían enseñado a ser honesta consigo.

Ni tampoco podría culpar jamás a nadie del pensamiento que se colaba a veces cuando bajaba la guardia y susurraba en lo más profundo de su cerebro que, de no ser por eso, Han no la habría besado. Y le había gustado ese beso, cálido entre las frías paredes del Halcón.

Reprimiendo un suspiro, agudizó el oído con uno de los aparatos incorporados de su casco. No oyó nada y, a juzgar por la hora de su crono, dedujo que la fiesta había acabado por esa noche y todos estarían durmiendo la borrachera de modos más o menos salubres. Por lo menos hasta el día siguiente.

Luke había insistido hasta el agotamiento en la importancia de los tiempos del rescate, incidiendo hasta que Lando amenazó con pegarse un tiro en que era importante que todos siguieran su papel al segundo para poder estar juntos en el momento adecuado y huir de ahí enteros. La princesa no pensaba ser ella la que lo echara todo al contenedor, así que se aseguró hasta cinco veces de que era el momento fijado y abrió la puerta.

Salió de la habitación lentamente y se dirigió a la "sala de las audiencias" donde ese día había entregado a Chewbacca. Ese pensamiento la desconcentró unos segundos y su cabeza impactó ligeramente con uno de los múltiples objetos descuidadamente colocados de cuya procedencia no querría oír hablar jamás.

Concéntrate, Organa.

Le fue difícil, no obstante, no mirar al frente una vez llegó a la habitación de destino. Se forzó a sí misma a mirar al suelo, segura de que no podría seguir si estiraba el cuello.

Lo había visto al entrar esa tarde.

Todas las paredes de la sala estaban abarrotadas de morralla, agujereadas y en diferentes estados de insalubridad. Excepto la pared del fondo, la primera que se veía al entrar en la mazmorra del hutt. A diferencia de las otras, estaba completamente lisa y limpia, despejada de cacharros excepto por un solo "adorno".

Han.

Frente a él, tuvo ganas de descubrirse y besarlo. Se contuvo y a duras penas miró de nuevo el reloj.

Justo a tiempo.

Desconectó todos los sistemas de hibernación y esperó con paciencia unos segundos eternos, rogando porque ninguno de los acompañantes de Jabba decidiera que era momento de hidratar la garganta antes de echar otra cabezada.

Tan distraída estaba, que no reaccionó a tiempo y el contrabandista cayó al suelo con un golpe seco.

Se apresuró a incorporarlo levemente, ayudándole a sentarse mientras poco a poco recuperaba la consciencia de sí mismo y de su entorno. Su corazón se saltó varios latidos al notarle frío aún a través de los guantes, al no notar reacción en su cuerpo.

No por favor, no por favor…

Empezó a reaccionar, temblando sin control. Helado y completamente débil e indefenso.

Despacio, despacio.

- Descansa un momento.- Su voz, extraña por el sintetizador, no ayudó al desconfiado humano a relajarse, por lo que percibió por el intento de los músculos de sus brazos, algo atrofiados por los meses en desuso, de tensarse.- Estás libre de la carbonita. Son los efectos de la hibernación.

Han aún temblaba, y ella lo único que quería era abrazarle con fuerza y decirle que estaba allí por él, aunque no tuviera claro del todo por qué. Aunque aún se negara a aceptar de modo pleno que AQUELLO que le gritó en Bespin era cierto.

- No veo nada.

- Recobrarás la vista dentro de poco.

No sabía si intentaba calmarle a él o a sí misma, pero necesitaba hacer eso. A pesar de que ni tan siquiera supiera si era cierto o no. Porque debía ser cierto, él no podía haber perdido tanto sólo por ella, a consecuencia de ella.

- ¿Dónde estoy?

- En el palacio de Jabba.

La mano de Han se alzó al lugar de la voz, a la altura de los labios de Leia, pero tocó casco y no piel humana.

Y la princesa notó cómo su boca latía y, paradójicamente, se enfriaba, al darse cuenta de eso.

- ¿Quién eres tú?

No lo soportó más. Olvidando las precauciones y los horarios se deshizo del casco para mirar con sus verdaderos ojos, para poder hablar con su voz real y no a través de un sintetizador.

- Alguien que te quiere.

- ¡Leia!

Seguridad. A través de esa única palabra ella notó la seguridad del contrabandista. Pero no se parecía a la chulería de otras veces, como aquella vez que la picó con que deseaba besarle.

Era seguridad en ella. En que le quería de verdad. En que se preocupaba por él de verdad. Sin poder evitarlo, le tomó el rostro aún tembloroso de la congelación y pasando por alto su aversión al frío le besó.

Sus labios estaban helados y deseó por una milésima de segundo ser la única que pudiera calentárselos en toda la galaxia.


Supongo que aquí es donde sale un "to be continued (?)" para que quede más peliculero.

Bueno, os agradezco a los que hayáis leído hasta el final que lo hayáis hecho, y supongo que a los que no lo acabaran por intentarlo.

Críticas, sugerencias y demás, son completamente bienvenidas y están a un click de distancia.

Un beso!