Inesperado

Capítulo 3


La puerta de su consultorio se abrió, seguro era su secretaria viniendo a despedirse. Había pasado una hora desde el cierre de la clínica y ya era hora de volver a casa. Sin embargo la persona que acababa de entrar era una que no estaba esperando en absoluto.

—¿Qué haces aquí? — lo último que quería hacer era verlo, a pesar de que inconscientemente su presencia la hacía sentir algo aliviada. Quería seguir molesta con él, pero también deseaba encontrar consuelo en su persona. —Sí es por los papeles de divorcio ya…

—No estoy aquí por eso — la interrumpió. Ino se tensó ligeramente cuando él se acercó, pero su atención pronto se centró en el sobre que puso frente suyo. —Es del hospital.

Tomó dicho sobre con manos temblorosas. No cabía duda de que el contenido de éste estaba relacionado con Inori y con los eventos de los días consiguientes a su parto, no sabía sí estaba preparada para ver lo que sea que estuviese dentro. Notó que el sello seguía intacto y miró a Sasuke en busca de explicación. Él desvió la mirada y ella agradeció silenciosamente. La había esperado para abrirlo.

—Ven — pidió ella y cuando se puso de pie él se sorprendió de verla tan delgada, casi no parecía haber estado embarazada un par de semanas atrás. Ino se sentó en el sofá que decoraba su oficina. Sasuke se sentó al lado suyo y juntos rasgaron el sello del sobre.

El primer documento que resaltó fue el resultado de la autopsia. Autopsia, la palabra sonaba tan seria y era difícil concebir cómo era posible realizar un procedimiento así de grave en un ser tan chiquito. Definitivamente era una palabra que ningún padre debía leer con respecto a un hijo.

Al parecer la causa del aborto había un defecto del corazoncito de Inori. El cuerpo de Ino había rechazado el embarazo porque este no habría podido ser viable. Inori nunca había estado destinada a sobrevivir. No era fácil de asimilar, pero al menos su niña no había tenido que sufrir. Ino se mordió el labio inferior, eran palabras duras para una madre pero era la información que necesitaba oír para quitarse un peso de encima. No tendría que vivir con la incertidumbre de no saber que le había pasado a su hija.

El siguiente había sido una cortesía del hospital. Un certificado de nacimiento. No era un requerimiento legal, ya que técnicamente no contaba como un bebé, pero sabían que ese no era el caso para los padres. Ino recorrió con si índice el nombre impreso Inori Uchiha Yamanaka. También había una carta adjunta diciendo que el hospital estaba guardando las cenizas de su hija y que en cualquier momento podrían pasar por ellas. Sasuke y ella habían acordado en una cremación como método de deposición de su cuerpecito antes de su salida del hospital.

No le importaba llorar, pero no quería que la situación con Sasuke se incomodará más, así que para evitar las lágrimas sacó el último contenido del sobre, un papel con las huellas de las manitas y piecitos de Inori impresas en tinta negra, venía acompañado de un CD que escrito en marcador leía 'Fotos-Bebé Uchiha'.

Ese había sido un gesto personal de la enfermera, e Ino hizo una nota mental para agradecerle en el futuro por su bondad. Aquellos recuerdos de su hija eran verdaderos tesoros. No dudó un instante en regresar a su escritorio para encender la computadora. Extrañaba a su hijita, sería doloroso revivir aquel día, pero tenía que ver su carita una vez más. Sasuke no se movió de su asiento, parecía muy concentrado en la punta de sus zapatos. Pero ella no esperaba ni más ni menos de él. Ya no esperaba nada de él.

Hizo click en la carpeta que contenía las fotos. La imagen de ella sosteniendo a su pequeña se agrandó en la pantalla. A Ino normalmente le gustaban sus fotos, siempre había sido algo vana, pero ésta en especial le había causado orgullo… con el cabello revuelto, los ojos hinchados, la nariz roja y los labios partidos por la sequedad. Era la más hermosa foto que había visto suya, y la causa era la pequeña entre sus brazos, el amor que sentía hacia Inori se veía reflejado en sus facciones opacando el dolor que sentía por su pérdida. Muchas veces había oído que las mujeres brillan radiantes durante su embarazo, sin embargo ella jamás lo había visto reflejado hasta ese momento. Inori era su brillo.

Las siguientes tomas fueron acercamientos del pacifico y durmiente rostro de Inori, de su manita sobre la de Ino, de sus piecitos. Su hija de verdad que era hermosa, sintió las lágrimas acumularse en sus ojos, era muy hermosa. Sin embargo, la siguiente foto fue la que más le conmovió y que le hizo soltar el llanto que había estado conteniendo.

La enfermera había capturado los primeros momentos de Sasuke sosteniendo a Inori. De pronto se sintió como la peor persona en la faz de la Tierra. Había sido tan injusta con él ese día. El Sasuke en la foto era uno roto, con los ojos rojos, los hombros caídos y frustración e impotencia plasmada en su normalmente indiferente rostro. El brillo de Inori también lo había iluminado a él. Con la foto de él agarrando su manita Ino lo vio por primera vez como el padre de su hija.

Mientras ella había tenido el apoyo de su padre durante esas difíciles semanas después del aborto espontaneo, Sasuke había tenido que sufrir esa pérdida sólo. De hecho, Sasuke siempre había estado sólo. Y no tenía que estarlo, no cuando Inori había sido hija de ambos. Su padre tenía razón, la única persona en el mundo que sabía como se sentía estaba sentada al otro lado de su consultorio mirando al suelo. Ya no era el sujeto que la había dejado embarazada y luego desposado bajo obligación. Era un hombre que había amado a su hija y que sufría por haberla perdido.

Regresó a sentarse a su lado y tomó una de sus manos. Las palabras no fueron necesarias para consolarse, y los minutos se pasaron en silencio. Era el primer contacto físico no sexual que tenían y para ella con que él no se apartara era suficiente.

Sasuke tenía la sensación de que debía hacer algo por ella, Ino estaba llorando suavemente a su lado, pero él no tenía la menor idea de que hacer. Opinaba que había hecho suficiente con haber ido ahí, pero la mano de ella se sentía tan reconfortante sobre la suya y quería encontrar la manera de transmitirle a ella que él también la apoyaba.

—Mañana podríamos ir al hospital juntos —Ino se abrazó a su lado, ahora lloraba más fuerte y él tentativamente colocó un brazo sobre sus hombros. Estar así con ella era diferente, él no estaba acostumbrado a ese tipo de afecto y no iba a cambiar de la noche a la mañana, pero no podía negar la conexión que tenía con ella. En ese momento, no había otra persona en el mundo con la que querría estar.

El teléfono de la oficina sonó, interrumpiendo ese poco común momento especial. Ino se paró nuevamente para contestarlo. Era su padre que se había preocupado cuando ella no había vuelto a casa y no le contestaba el celular. Ella le aseguró que estaba bien y que pronto lo vería. Cuando colgó Sasuke la estaba mirando con una expresión consternada. Más bien estaba mirando el área de sus pechos. Bajó la mirada y mortificada se encontró con que la parte frontal de su blusa de satín estaba mojada formando una mancha oscura.

Avergonzada se volteó. Su doctora le había dicho que sus hormonas pronto detendrían la producción de leche, pero que era probable que esta brotara espontáneamente (especialmente durante momentos emotivos) ya que el cuerpo buscaría una manera de deshacerse de ella. Porque no hay bebé que se la tomé, recordó inevitablemente y entró en llanto.

Sasuke no entendía de los procesos por los que pasaba el cuerpo femenino pero lo que vio había sido bastante obvio. Quizás fue muy brusco con ella en el hospital, no había parado a pensar que ella tenía que lidiar con las consecuencias fisiológicas de haber perdido a Inori. Todo ese tiempo él la había juzgado de condescendiente, pero ella tenía que enfrontar más problemas que él, y por ende sufrir más que él.

—Está bien — le dijo Sasuke, y se sacó el saco para colocarlo sobre los hombros de ella. Ino sujeto la prenda de manera que cubriese su torso y Sasuke sintió una punzada al verla tan frágil, tan innatural a ella. Quería decirle que no tenía que avergonzarse u ocultarse, quería pedirle que se abriera a él, pero cómo hacerlo cuando él no podía hacer lo mismo con ella.

—Comenzó hace una semana — Ino necesitaba desahogarse, y la mano acariciando su espalda fue el empujón que la motivo a abrirse con él. —Es insoportable, vivo de ibuprofeno, me digo que es solo para calmar el dolor físico pero sé que lo tomo para insensibilizarme, quiero olvidar que estoy lactando. Todas las mañanas despierto pensando que fue una pesadilla, que Inori no murió y que sigue dentro mío, y las señales que me manda mi cuerpo me dicen que no me equivoco, que ella esta viva. Los diez segundos antes de caer en cuenta de que no es así son los mejores de mi día.

La vio acariciar su estómago inconscientemente y sintió el molesto ardor en las palmas de sus manos que relacionaba con tristeza. Tenía que decirle algo, quería consolarla.

—Cuando mis padres murieron, pretendí por meses que se habían ido de viaje. Un día los extrañaba mucho y empaqué una maleta para irlos a visitar, pero no pude dejar la casa porque no tenía su dirección. Itachi me encontró rompiendo los retratos de las fotos de ellos que habían en la sala, me dijo que ellos no habían mandado la dirección porque no querían que fuéramos donde ellos estaban todavía, que algún día muy lejano encontraría el camino a ellos. Pienso que Inori ya los encontró.

Ino paró de llorar por lo perpleja que estaba. Con el saco y las palmadas en la espalda ya se había sorprendido bastante, pero esa revelación había sido más de lo que jamás se hubiese imaginado de Sasuke. Todo el mundo sabía que el Uchiha había quedado huérfano en primaria, pero nunca había escuchado de su boca sobre nada relacionado a ese incidente. Que Sasuke le hubiese contado un detalle tan intimo de su niñez la había conmovido.

—Estoy segura que sus abuelos la están cuidando muy bien — le dijo con una sonrisa triste, limpiando la solitaria lagrima que Sasuke había llorado.

§§§

Ino llevaba las cenizas de Inori en su regazo, Sasuke manejaba. La última vez que habían estado en ese auto juntos conducían camino al hospital una madrugada gris. Ahora regresaban del mismo lugar, pero sin rumbo alguno. O al menos eso pensó ella.

Un par de cuadras atrás reconoció que el camino que tomaban llevaba al hogar de Sasuke. Retiró su vista de la ventana y lo interrogó con la mirada.

—Me gustaría enterrarla en el cementerio de mi familia — como propio de las familias adineradas, la mansión Uchiha conectaba con un terreno privado donde se encontraban sepultados sus ancestros.

Inori había sido parte del clan Uchiha e Ino entendía lo que significaría para Sasuke que ella descansase junto al resto de sus familiares. Sin embargo, la propuesta le había causado algo de rabia. Primero porque no lo había consultado con ella antes, y segundo porque no quería que su herencia Yamanaka fuese olvidada.

Bajaron del auto cuando llegaron al portón del sepelio. Ino iba a protestar cuando Sasuke abrió el maletero de su camioneta y sacó una maceta y una pala.

La planta aunque todavía pequeña, fue fácil de reconocer. Amor optimista*. Era el arbusto familiar de los Yamanaka. Era tradición amor optimista sobre el entierro de un miembro del clan.

—Inoichi me contó sobre su tradición, y pensé que sería una buena idea honrar a tu familia también.

Ino asintió en silencio, era un gesto que significaba mucho para ella y que no iba a olvidar jamás.

Y así los dos comenzaron la labor por la que ningún padre debía pasar: enterrar a su hija.

Después de verter las cenizas en la tierra fresca, Ino se arrodilló frente a la pequeña porción de suelo escarbada. Y abrazó la urna que contenía los restos de su pequeña.

—Inori, tu nombre significa oración. Ni tu padre ni yo oramos por concebirte, pero cuando estuviste en peligro jamás he orado más fuerte. Y a pesar de que te perdimos, tenerte fue una oración escuchada y aunque desearíamos poder haber pasado más tiempo contigo el tiempo que tuvimos tocó nuestras vidas — las lágrimas brotaron libremente, y Sasuke se puso de cuclillas junto a ella y sacaron la tapa de la urna para voltear las cenizas sobre la tierra. — Y estamos orando por el día en el que te veremos de nuevo.

Terminaron su labor plantando el arbusto, sin más que decir, las palabras estaban de más.

§§§

Ese día se cumplía un año desde el nacimiento de Inori. El tiempo había aliviado un poco el malestar, pero la herida nunca cerraría del todo y eso estaba bien, significaba que el amor por su hija seguía vivo. Ino se sentó en la banca que Sasuke había mandado a construir junto al arbusto de 'amor optimista'. Había florecido, y era un espectáculo de ver. Las flores fucsia caían hasta el suelo como una cascada y era bastante coposo. Lo podía admirar por horas, y eso era lo que planeaba hacer.

Sasuke le había dado una llave al cementerio privado de los Uchiha, y ella lo visitaba con regularidad. Entre los dos se habían divido el mantenimiento del arbusto. Al principio tuvo que enseñarle, porque él no tenía ni la menor idea de cómo cuidar una planta, pero aprendió con rapidez y dejó de necesitarla. Aun así, muchas veces visitaban los restos de su hija juntos.

Ino sabía que era él cuando escuchó el crujido de la verja de metal. No que hubiesen planeado reunirse, pero sabía que él no dejaría de visitar a Inori en esa fecha. El azabache se sentó a su lado, estuvieron en silencio por unos minutos hasta que él dijo algo. Ya no era tan insólito para ella cuando Sasuke comenzaba las conversaciones.

—¿Cómo has estado? — preguntó sin voltear el rostro, mirándola de lado.

—Todo va bien en la práctica — contestó devolviéndole la mirada y su piel se erizó. Era hermoso. Era increíble que después de todo lo que habían pasado todavía tuviese ese efecto sobre ella. Lo amaba.

Curiosamente se había enamorado de él meses después de divorciarse. Comprendió que los sentimientos que tenía por él antes de Inori eran superficiales, le gustaba su aspecto y actitud distante. Después del fallecimiento de su hija fue que lo llegó a conocer a fondo, de vez en cuando se reunían a cenar o caminar en el parque, a veces él pasaba por la clínica y otras ella le llevaba almuerzo a su oficina porque sabía que sí no lo hacia él se saltaría esa comida embebido en el trabajo. En esos encuentros se ayudaban a sanar mutuamente. Y cuando ella descubrió al verdadero Sasuke cayó de bruces por él. Pero su divorcio se finalizó y prefirieron conservar su relación en amistad. A veces las personas se amaban, pero estar juntos no era una opción.

—No pregunté por tu trabajo, pregunté por ti.

—Algunos días son fantásticos, otros una mierda — él medio que sonrió de lado –lo más cercano a una sonrisa suya –, Ino no parecía de la clase de mujeres que maldecía pero podía ser muy colorida con sus expresiones. Cada vez que estaba con ella se arrepentía por no haber luchado por su matrimonio. La vida era más tolerable cuando ella estaba a su lado, y podía olvidar todas las penas que lo atormentaban cuando ella le agarraba la mano (un hábito que se había vuelto común cuando venían al cementerio). Pero tal vez las cosas eran mejor así, su relación no había funcionado una vez, lo más probable es que no funcionaría una segunda.

—¿Puedes creer que ha pasado un año? — Ino rompió el silencio que se había creado después de su respuesta. Sasuke negó con la cabeza, su mirada ahora en el arbusto.

—Han pasado tantas cosas — continuó Ino, — ¡Naruto se convirtió en Hokage*! No es difícil de creer con lo tanto que se esforzó, pero a veces no lo asimilo.

—Dímelo a mi — definitivamente era extraño ver a su mejor amigo como líder electo de la nación.

—Mi padre se retiró, mi clínica ha florecido, tú expandiste la firma, Sakura está embarazada… — Ino calló abruptamente después de decir eso. Estaba feliz por su amiga, pero era inevitable el dejo de tristeza que la llenaba al pensar en su futuro sobrinito — Su hijo e Inori habrían sido de los mejores amigos. Desearía que ella estuviese aquí.

—Yo también — entrelazó sus dedos con los de ella, y se quedaron así hasta que cayera el sol. Soñando despiertos con su hija, con el mundo que sería de ella estar presente.

Epílogo

Ochenta por ciento de las parejas que pierden un hijo se divorcian. Eso fue lo que leyó en la internet una noche. El porcentaje le había parecido demasiado alto, por lo que no creyó la cifra y siguió buscando. Encontró un sitio que decía que era el sesenta, otro que decía era el cincuenta y cinco, y otro que el veinticuatro por ciento.

De entre el sin fin de 'investigaciones y estudios psicológicos' que inundaban la internet no encontró un porcentaje de separación exacto, pero sí halló que la muerte de un hijo pone una tensión muy terrible en un matrimonio. Aunque, honestamente, no necesitaba leer ningún artículo para saber eso. Era sentido común. No era de sorprender que Sasuke y ella se hubiesen divorciado. Pues sí bien, aquellos números reflejaban casos de matrimonios felices, parejas que habían planeado la llegada de un nuevo miembro a su familia y que habían acabado con los brazos vacíos y los corazones rotos.

En cambio ellos… bueno, ni siquiera había habido un ellos. Sasuke la había odiado por quedar embarazada. Ella lo había odiado por comportarse tan distante durante el embarazo. Su divorcio no se podía contar entre los casos de matrimonios acabados porque nunca fue un matrimonio verdadero.

Y sin embargo, surgieron contra todas las posibilidades.

Ino abrió los ojos cuando sintió un agudo codazo a las costillas. Volteó su cuerpo de manera que encaraba en medio de la cama y encontró que al otro extremo su esposo también había despertado víctima de los atacantes. Él bufó cuando el más pequeño de los Uchihas rodó en sus sueños y quedó encima de su brazo. Ino rió, hasta que una patada en la cadera la detuvo. Entonces fue el turno de Sasuke de reír. Ella se le unió y pronto sus carcajadas despertaron a los tres dormilones en medio de sus padres.

A Sasuke e Ino les tomó pocas semanas después dl aniversario de muerte de Inori (y mucha insistencia de Naruto y Sakura) para caer en cuenta que separarse había sido un error. Tener a Inori había hecho que naciera entre ellos amor puro y sería muy estúpido (citando a Naruto) sí dejaban eso ir. Así que no lo hicieron.

Su segunda boda tampoco fue el evento extravagante con el que ella soñó, pero fue mil veces más perfecto. Su padre la llevó de su brazo hasta el altar de la pequeña capilla, la ceremonia fue corta y tan solo sus amigos más cercanos habían asistido. Y aunque Ino se estaba casando con el mismo hombre con quien se había casado por primera vez, el Sasuke que dijo 'acepto' en esa ocasión era uno muy distinto. Era el hombre indicado.

Curiosamente, Ino había estado embarazada durante esa boda. La diferencia es que ninguno de los dos se enteró hasta la luna de miel, donde Ino pasó la mitad del tiempo inclinada sobre el retrete gracias a las nauseas. Al principio, las noticias les cayeron como balde de agua fría. Después de lo que habían vivido con Inori, no se creían preparados para un segundo embarazo por miedo a que acabase igual que el primero. Pero el miedo dio paso a emoción en pocos días. Y a pesar de que pasaron muchas noches en vela, al final de las cuarenta semanas de gestación Ino dio a luz a un perfecto y sano bebito.

Al igual que su padre y hermana mayor, Tsuyoshi heredó el cabello oscuro de los Uchiha, pero sus ojos eran azules como los de Ino. Desde mucho antes de su nacimiento su hijo se había robado sus corazones, que todavía seguían rotos por la pérdida de su pequeña pero que se enmendaron un poco al sostener por primera vez a Tsuyoshi.

Dos años y medio más tarde la familia de tres le dio la bienvenida a su cuarto integrante: Itoku, otro niño de cabello negro y con ojos como la noche. Sasuke se había quejado de que Ino consentía mucho a Tsuyoshi (cosa que él también hacía) y decidieron que sí no querían criar a un mocoso malcriado sería mejor dividir la atención teniendo otro hijo. Obvio, también porque querían agrandar su familia.

Con dos hijos sentían su hogar completo. Bueno casi, siempre existiría ese espacio que Inori había dejado. Ino y Sasuke habían encontrado verdadera felicidad, siempre extrañarían a su hija pero también vivían por sus pequeños.

Teniendo en mente que Ino ya había pasado por tres embarazos y que no se estaba haciendo más joven, decidieron que un cuarto intento sería muy riesgoso y Sasuke se hizo una vasectomía. Solo para encontrar a Ino con una prueba de embarazo que leía positivo cuando regresó a casa después del procedimiento. Uno creería que para esas alturas ya sabrían como planificar mejor sus embarazos.

Kazan fue el único de sus hijos que heredo el cabello rubio platino Yamanaka. Sasuke e Ino agradecieron haberlo tenido, porque una vez entró a sus vidas no se la podrían imaginar sin él.

Tres varones. Como era común en cualquier caso de una familia en la que todos los hijos eran del mismo género, los Uchiha recibían varias preguntas sobre tener una niña. La primera vez que alguien le preguntó a Ino sí no le hubiese gustado tener una hija, la rubia rompió en llanto. Estaban en el centro comercial, y la viejita que le hizo la pregunta fue bien intencionada, pero aún así la alteró. Sin embargo, con el tiempo la sensibilidad se fue aplacando. Para la próxima vez que alguien le comentó 'tus hijos son tan lindos, una niña sería preciosa', Ino contestó con una sonrisa 'lo es'.

No se podían quejar, habían sido bendecidos con creces. Todos los días deseaban poder tener a Inori con ellos, ese sentimiento no se iría nunca. A veces les daban muchas libertades a sus hijos, pero solo lo hacían porque para ellos tenerlos con vida era un tesoro.

Por eso a pesar de que ya estaban muy grandes para compartir cama con ellos (¡Tsuyoshi ya había cumplido ocho!), ellos se lo permitían los fines de semana.

Ino besó a los cuatro hombres en su vida junto con un alegre buenos días, al cual solo Itoku respondió igual de alegre ya que sus hermanos habían salido medio hoscos como Sasuke. Se iba a levantar para preparar el desayuno, pero Sasuke se lo impidió jalándola de vuelta su cama y la besó. Tres sonoros 'ewww' resonaron en la habitación. Ino les tiró una almohada, y así comenzó la guerra.

Ni Ino ni Sasuke imaginaron que algún día pasarían las mañanas del sábado así, pero lo inesperado ya no les sorprendía.


Aclaraciones:

*Amor optimista no es una planta, pero no pude encontrar traducción al bush clover que es la planta representada por el clan Yamanaka. Busquen en google lespedeza thunbergii (nombre científico) para visualizarla.

*Como es un AU el título de Hokage es como el de presidente


¿Cómo no podía darles un final feliz? Después de todo lo que vivieron! Disculpen sí encontraron ooc a Sasuke, pero moldee su personaje de acuerdo a como creería yo que reaccionaría a la situación.

Gracias a Uchiha-hyuga love, paosu, Kunieda Hatake,Von Fugaz, Mia, Eri, Ellie, Zumekqi, Guest y Lady Indomitus. Sus reviews significaron mucho para mi!

Gracias por leer, por favor déjenme saber que opinan del final!

Alessa