Porque me gustas

.

.

.

1

.

.

.

Sus pies se movían con rapidez por la habitación, su frente comenzaba a llenarse de sudor y sus ojos se movían con desesperación buscando algo en la habitación que pudiera hacerla sentir menos nerviosa.

¿Qué acababa de hacer? ¡¿Qué demonios acababa de hacer?!

Se detuvo y tomó una gran bocanada de aire, la retuvo unos segundos y luego la dejó salir lentamente.

-Está bien, está bien, está bien… No-no es tan malo- se dijo, tratando de no sentirse tan mal.

En su vida había hecho muchas bromas, demasiadas para el gusto de algunos, especialmente de su más reciente victima hasta ahora.

-¿A quién engaño? Esto es en verdad malo, cuando ella… -

-¡Amatista!- El grito de su compañera la distrajo.

-Oh no, muy tarde-

Con fuertes pasos, una muchacha esbelta entró en la habitación de Amatista, azotando la puerta tan fuerte que costaba creer que sus menudos brazos podrían cuartearla, justo como lo hizo.

-Está molesta, esta vez enserio está molesta- Se escuchó a sí misma tragar saliva -¿Q-Qué hay, P?- trató de parecer inocente, pero el nervioso tono que salió de su garganta no ayudó mucho.

-Esta vez enserio te has pasado- Su tono de molestia no disminuyó en lo absoluto.

-No sé de qué hablas, P. Por cierto, lindo color- fingió una sonrisa. Ya había sido descubierta, lo menos que podía hacer ahora era fingir que la broma le había gustado; gran mentira.

-¿Por qué has hecho eso? Sabes que Peri llegará en cualquier momento, si me encuentra así no sé qué…- El timbre la interrumpió a la vez que la horrorizó –Está aquí- Dijo más a sí misma que a Amatista.

-Oye, P, yo…-

-¡Cállate! Esta vez enserio te has pasado- La vio con cólera plasmada en la mirada, Amatista no podía sentirse peor.

Perla abandonó la desordenada habitación de Amatista, dejando un rastro de líquido amarillento de dudosa procedencia, aunque por el olor que desprendía, podría apostar que era queso para nachos.

Amatista se quedó estática, apretando sus puños sin poder contener su enojo contra sí misma. Lo sabía, se había pasado esta vez y por mucho. Jamás había visto a Perla tan molesta contra su persona como en ese momento, su puerta nunca había sido tan dañada al igual que sus sentimientos.

Sintió sus mejillas arder de la vergüenza y no pudo evitar comenzar a llorar.

-¡Perla, ¿Estás bien?!- Al parecer, Peridot ya había visto su broma.

-Sí, sí, no te preocupes- Su tono se suavizó, llegando a parecer dulce -¿Quieres pasar? Tengo que tomar una buena ducha si quiero quitarme éste desagradable olor-

Amatista se asomó por su puerta, vio a Peridot entrar y verla directamente con reproche. Inmediatamente volvió a meterse en su habitación. Con desesperación buscó su celular, hallándolo debajo de una pila de ropa sucia. Marcó el número más conocido para el móvil.

-¿Qué pasa, cariño?- La voz del otro lado de la línea se oía serena, pero Amatista sabia diferenciar el toque de preocupación que había impregnada en ella.

-Vid, la he cagado- No le importaba que Vidalia la escuchara sollozar, no era algo nuevo.

-Tranquila, dime, ¿Qué ocurrió ahora? No pudo haber sido tan malo- Amatista negó con la cabeza, aun sabiendo que Vidalia no podía verla.

-¿Puedo ir a verte?- Pidió.

-Sabes que sí- Apenas obtuvo esa respuesta, tomó su chaqueta y salió de su habitación, terminando la llamada. No necesitaba despedirse de Vidalia para que ella supiera que debía ir preparando el té para cuando llegara.

Antes de que pudiera tomar el pomo de la puerta de entrada, escuchó la irritada voz de Peridot, lo que le faltaba.

-Esta vez te has propasado, Cuarzo- Amatista se volvió, viéndola fijamente. La odiaba.

-Ese no es asunto tuyo, Peri- Vio a la chica de cabello rubio apretar los dientes con fuerza, odiaba que Amatista la llamara así.

-Esta vez la convenceré de hacerlo- Ahora Amatista apretaba los dientes, sabiendo a lo que se refería –Esta vez lo has hecho en grande, dudo mucho que le queden ganas de seguir viviendo contigo-.

-Cállate- Rugió –Conozco a P, jamás me abandonaría- Vio la burlona sonrisa de Peridot, y sólo pudo apretar los dientes.

-Tal vez antes no, pero dudo mucho que le queden ganas de seguir viviendo contigo después de esto, nadie sabe qué serás capaz de hacer después- Amatista trató de reprimir sus inmensas ganas de golpearla –Cuando la convenza de irse y vivir conmigo, querida Amatista…- Se detuvo de hablar y avanzó a paso lento hasta ella, acercándose a su oído –Será totalmente mía- Eso era todo lo que podía soportar.

No había sido conscientemente, pero en definitiva, había golpeado a Peridot tan fuerte como había querido hacerlo desde hacía meses. Escuchó su trasero golpear el suelo y la vio colocar la mano en su roja mejilla con lagrimillas en los ojos.

-¡Amatista!- ¡Tenía que ser una maldita broma! ¿Tanto la odiaba quien quiera que estuviera allá arriba que le hacia esas cosas?

Vio a Perla correr en auxilio de Peridot, agachándose para examinarla y luego mirarla a ella con reproche. Amatista no pudo soportar esa mirada por más tiempo y abrió la puerta, dispuesta a irse. Lo habría hecho inmediatamente, de no ser porque Perla la detuvo.

Amatista esperaba que le pidiera una explicación, que le dijera sus motivos y, cuando supiera cuanto la cabreaba Peridot, quizás no estaría tan molesta con ella.

-Discúlpate con Peri-Exigió Perla.

-¿Q-Qué?- Creyó haber escuchado mal.

-Que te disculpes-

Amatista apretó los dientes, frustrada –¿Sabes siquiera por qué…?-

-¡Eso no importa!-Gritó exasperada –Nada justifica que la golpees o que me hagas bromas de tan mal gusto, ¡Nada justifica lo que haces!- Cuando Amatista estaba por hablar, Perla la ignoró para ayudar a Peridot, con tanta dulzura y cuidado que exasperó a Amatista.

-Veo que tomaste tu decisión- Amatista salió de ahí, azotando la puerta y dejando a Perla demasiado confundida.

Corrió por el pasillo, escaleras abajo y de cuadra en cuadra hasta haber recorrido las doce cuadras para llegar a casa de Vidalia. Tocó la puerta con desesperación hasta que la rubia la abrió.

-Ama…- Antes de que pudiera terminar, Amatista se lanzó a sus brazos, haciendo que ambas cayeran arrodilladas.

-Se irá, Vid, esta vez enserio se irá- sollozó Amatista –esta vez me odia enserio-.


Bueno, este es mi primer fanfic de Steven Universe que me atrevo a subir Espero que les guste y que disfruten el leerlo tanto como yo disfruto el escribirlo. Subiré el siguiente capitulo en cuanto pueda, mientras tanto, dejen comentarios sobre qué les pareció.

Disclaimer: Los personajes de Steven Universe no me pertenecen, son de Rebecca Sugar. Yo sólo me abasto con ellos para mis locas ideas.

Hasta pronto.