Disclaimer: Magi y sus personajes no me pertenecen, son creación de Shinobu Ohtaka.


...

Capítulo 7
Maldición

...


Una sombra extraña comenzó a emerger del brazo que Hakuryuu recién había perdido. Yo aún estaba muy asombrada, sentada en el suelo, por la caída de sorpresa que tuve. Al parecer no era la única, porque la mayoría de las personas que estaban alrededor también tenían expresiones de asombro y horror; el príncipe pelinegro era el más afectado, ya que se tomaba el brazo con una cara terrible.

Entonces, poco a poco, la silueta rara comenzó a cambiar hasta volverse un humano; ahora tenía la forma de un hombre adulto. Mi mente estaba en blanco, tan sólo podía observar con incredulidad lo que estaba sucediendo.

¿De qué se trataba?

—¡¿Quién es esa persona?! —escuché gritar a Alibaba con completa confusión. Al parecer, el rubio y el pequeño magi también se habían dado cuenta del hombre.

—Oh, ¿no me reconoces con esta apariencia? —casi siento mi boca abrirse por tanta sorpresa, porque no esperaba que esa persona rara que emergió de una silueta pudiera hablar.

El hombre extraño entonces cambió su apariencia una vez más; casi de la nada, unas ropas muy parecidas a las de todos cubrieron su cuerpo. También, una máscara le apareció en el rostro, que tenía una decoración de rombos. En ese momento, me di cuenta de que Alibaba reconoció a esa persona, al igual que Aladdin.

Casi de inmediato, ambos se pusieron en posición de defensa.

Notando que ellos tenían un poco de control sobre lo que pasaba, me logré tranquilizar lo suficiente como para poder incorporarme. Claro, no hice nada más, me quedé de pie ahí, observando todo con curiosidad y miedo a la vez. Todo eso de la magia y los poderes especiales eran cosas nuevas para mí, así que no iba a acostumbrarme a ellas tan rápido, ¿cierto? Prefería no tener nada que ver con lo que estaba ocurriendo.

—Magi, Rey Alibaba, y Rey Sinbad —la voz del hombre era muy tranquila, aunque una pizca de burla se podía sentir en ella. Los tres mencionados tan sólo observaron con cautela—, vengo aquí a ofrecerles una invitación.

Ninguno dejó atrás su posición de defensa, seguían mirando a esa persona con mucha desconfianza. No le respondieron, y el hombre simplemente se puso a mirar alrededor, como alguien que ve algo por primera vez.

—Ya veo... así que este es el Reino de Sindria, ¿eh? —el sujeto raro hablaba con mucha calma, a pesar de que todos le miraban de una forma enojada. Sonrió levemente después— Tengo problemas para respirar aquí.

Casi de la nada, y tomando a todos por sorpresa, el hombre lanzó un ataque, parecido a una explosión. Mis ojos se abrieron como platos, y sentí mi cuerpo temblar un poco al observar que varias personas habían sido dañadas por ese poder. Me tapé la boca con las manos, tratando de aguantar el asombro, cosa que no pude hacer. Algunos se reunieron alrededor de las víctimas para ayudarlas, mientras maldecían a la persona rara.

Entonces, un chico moreno con cabellos blancos y una espada, apareció rápidamente y partió al hombre a la mitad con su arma. Fue algo tan desagradable que sentí que lo que hace poco había comido subía hasta mi garganta. Era verdad que antes había visto películas de terror, pero mirarlo en el mundo real no era algo que pudiera soportar tan bien.

Pero, lo peor llegó después, cuando las partes rebanadas de ese sujeto comenzaron a formar unas criaturas extrañas, como siluetas. Mis piernas ya me temblaban, sentía que si no me sujetaba de algo, me caería.

—¡¿Qué?! —exclamó Alibaba al poco tiempo, igual de sorprendido que todos los que veían a las siluetas tomar más forma.

Al final, terminaron convirtiéndose en otros tres hombres parecidos al primero que había salido del brazo de Hakuryuu. Aunque mi cerebro estaba en blanco, pude notar que los tres empezaron a acercarse a Aladdin, Alibaba y Sinbad a una velocidad increíble; casi ni los pude ver bien, por lo rápido que iban.

—Rayos, ¡¿qué pasa con estos chicos?! —se quejó el rubio, mientras se ponía en una posición de ataque y se preparaba para usar su pequeña espada.

En el momento en que las siluetas llegaron hasta las personas que tenían como blanco, todas fueron derrotadas. En el caso de Alibaba, él cortó con su arma al hombre que le atacó; con Sinbad fue un poco distinto, fue uno de sus sirvientes, uno de cabello blanco, el que lo defendió y partió la silueta por la mitad. Aladdin, por otra parte, pareció notar algo, y tan sólo se defendió con algo que se veía como un campo de fuerza invisible. El hombre que atacó al niño magi no sufrió cortaduras, simplemente se alejó enseguida.

Me quedé tan atónita observando a Aladdin, que hasta varios segundos después me di cuenta de que Alibaba y Sinbad habían sufrido un ataque algo extraño; sí, vencieron a los tipos raros, pero algo parecido a sangre oscura se impregnó en partes de su cuerpo. Sinbad quedó con la cara manchada, mientras que a Alibaba le afectó un brazo. Entonces supe que por eso el pequeño magi no había cortado a su atacante, porque seguro sabía que algo así iba a pasar.

¿Qué era esa extraña sangre? ¿Era algo malo? Todo estaba sucediendo tan rápido que no podía ni procesarlo en mi mente.

—Heh, sólo el magi se dio cuenta... —el hombre que quedó confirmó mi teoría de que, sin duda, en realidad la meta era que los terminaran cortando para que ese líquido oscuro saliera de las siluetas— Siguiendo la voluntad de nuestro padre, ¡les presentamos la maldición de la muerte!

Me mordí el labio con nerviosismo al escuchar la última palabra pronunciada por el extraño hombre peliverde. Eso sonaba terrible, y ya que estaba segura de que la magia era algo real en ese mundo, sabía que podrían existir cosas como maldiciones también. Pero, ¿quién era ese sujeto? ¿Por qué atacaba a Aladdin, Alibaba y Sinbad? ¿A qué se refería con "padre"? No entendía nada, pero estaba aterrorizada.

Un extraño humo oscuro comenzó a salir de las manchas que quedaron en el cuerpo del rubio y el rey de Sindria. Las partes afectadas habían quedado de un color morado, como si la piel estuviera asfixiándose con veneno o algo parecido. Era algo terrible de ver.

—¡¿Una maldición...?! —Alibaba se quedó mirando su brazo morado, con una cara de frustración.

—Pero qué... ¡¿qué le has hecho a nuestro Rey?! —comenzaron a gritar los guardias al hombre raro, amenazándolo con sus armas.

—¡Deténganse, no deben cortarlo! —exclamó Aladdin rápidamente, posicionándose entre ellos y el sujeto peliverde.

Como suponía, todo ese líquido extraño había sido porque cortaron a los clones del primer hombre.

—El magi tiene buena percepción —dijo el hombre, con una gran sonrisa. ¿De verdad estaba disfrutando todo eso? —. Esa es nuestra "carta de invitación"... —la mirada del peliverde se dirigió al rubio y al rey— ...para la "singularidad de primera clase", el Rey Sinbad. Y, para el contenedor que fue elegido por la arrogancia de Solomon, el Rey Alibaba —su sonrisa se volvió una expresión de seriedad absoluta antes de continuar—. Vuélvanse reyes oscuros, ¡y ríndanse ante nuestro padre!

Volvía a hablar del padre. Las expresiones tan serias de Alibaba y Sinbad me hicieron notar que era un tema muy difícil de tratar. ¿Acaso ese "padre" suyo era un enemigo? Pero, ¿quién era, y por qué hacía eso? Tantas preguntas sin una posible respuesta se formaron en mi cabeza, y sabía que no iban a ser respondidas muy pronto. Apenas me habían explicado sobre el rukh, los contenedores metálicos, la magia y otras cosas. ¿Cómo se suponía iba a retener tanta información en mi mente con tanto caos y confusión?

—Esa cosa poseerá su sangre y teñirá de negro su rukh... —siguió explicando el hombre, mientras todos se mantenían callados y le querían dañar con la mirada— Antes de que se den cuenta, renacerán como personas completamente distintas. Porque no hay una sola persona en este mundo que no posea ni un poco de oscuridad en su corazón...

—¡¿Caer en la depravación...?! —mi vista se fijó completamente en Aladdin cuando gritó eso. ¿El peliazul entendía a qué se refería? Depravación sonaba muy mal para mí, y más de la forma en que ese sujeto lo estaba diciendo.

—No se pueden oponer al flujo, si tratan de hacerlo, el rukh de Solomon y su rukh negro se destruirán mutuamente dentro de sus cuerpos —con las palabras de ese tipo raro tan sólo me imaginé lo peor para Alibaba y Sinbad. Ni siquiera quería pensar en qué podría pasarles realmente—. Bueno, entonces... —en ese instante, el hombre se elevó y comenzó a alejarse por los aires, con una sonrisa que catalogué como burlona— Tendrán que disculparme. Este país está tan lleno de rukh blanco que se me hace difícil el respirar —su vista se dirigió hacia Hakuryuu—. Pero, debo decir que fue muy cómodo vivir dentro de usted, príncipe —el pelinegro abrió sus ojos como platos, como lleno de rencor y confusión a la vez. Me sentí muy mal por él, ese hombre raro le estaba diciendo eso a propósito, ¿cierto? —. ¡Nos veremos de nuevo!

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, el sujeto peliverde desapareció, se esfumó por completo. Sentí como si acabara de ver una película que terminó tan pronto como había empezado. Mi mente se quedó en blanco, no entendía nada, y tan sólo podía observar los rostros de todos, en silencio y confundidos. Claro, había varios que estaban frustrados, quizás por no poder hacer nada en contra de ese hombre.

Aún así, el que me pareció peor, mucho más que Alibaba y Sinbad, fue Hakuryuu.

—¡Ayuden a los heridos! ¡¿Qué rayos fue esa maldición de la muerte...?! —muchos guardias comenzaron a gritar cosas, todas tratándose de lo que recién sucedió.

Noté que Ka Koubun se acercó muy rápido a Hakuryuu. También, Sinbad, Alibaba y Aladdin se retiraron, acompañados de varios guardias que creo que eran los más cercanos al rey. Quería seguirlos, pero también estaba preocupada por el príncipe pelinegro, pues su expresión no había cambiado, ni siquiera minutos después de que había acabado todo.

No sabía qué hacer. Lo que era seguro, no podía seguir al pequeño magi, pues al parecer iban a hablar de cosas que quizás yo u otras personas ajenas a Sindria no podían saber. O eso me hizo pensar cuando se alejaron de todos.

Al final, terminé acercándome a Hakuryuu. Algunos sirvientes le estaban vendando la herida del brazo, uno que ya no tenía. Lo había perdido por completo, como si se lo hubieran cortado. Era horrible lo que el hombre raro le había hecho, se debía sentir muy feo perder una extremidad de esa forma.

—Hakuryuu... ¿estás bien? —fue lo único que pude decir cuando ya estuve junto a él.

No se movía nada, tan sólo miraba al frente, perdido. Esperé por unos segundos que me respondiera, hasta que vi que Ka Koubun me negó con la cabeza, como diciéndome que no era el momento. Entendí perfectamente, así que di unos pasos hacia atrás. Para mí, todo había sido muy traumante, así que imaginé que para él lo había sido aún más.

Miré cómo poco a poco atendían al pelinegro, pero me perdí un poco en mis pensamientos.

La maldición aún me tenía intrigada, y me preocupaba mucho la situación de Alibaba y Sinbad. Mientras miraba a todas las personas correr de un lado a otro por el rabillo del ojo, me pregunté si habría alguna manera de romper esa maldición de muerte que el sujeto malvado había mencionado.

¿De verdad habría una forma? Cerré los ojos y la cara de Aladdin apareció justo enfrente... ¿acaso él, siendo un magi, podría hacer algo por ellos?

Sólo esperaba que así fuera.


xxxxxxx


Mis pies se movían de un lado a otro, pues no podía dejar de caminar. Mi cerebro, cada parte de él, se encontraba concentrado en intentar comprender ciertas cosas que no entendí antes, con todo lo sucedido en la fiesta. Bueno, lo que pasó al final de ella, por supuesto. Todo había estado bien hasta que el hombre raro de cabello verde había aparecido del brazo de Hakuryuu. Se arruinó todo gracias a él.

Habían pasado unas horas desde que ocurrió, pero el pensamiento de la maldición que afectó a Alibaba y Sinbad no se me iba de la mente. Ka Koubun, que estaba junto a mí, tan sólo me miraba caminar de derecha a izquierda, mientras me mordía el pulgar de la mano. Estaba muy nerviosa, porque me sentía tan impotente; no podía hacer nada por ellos.

Aún así, quería saber más.

—Princesa, por más que se mueva así, no logrará nada —la voz de mi sirviente me sacó un poco de mis pensamientos. Volteé a verlo con una expresión de frustración—. C-Claro, que usted puede hacer lo que desee...

—Ya sé eso, Ka Koubun —dije con un suspiro, deteniendo mi caminata en círculos—. Pero, es algo que no puedo evitar, aún estoy muy preocupada por ellos.

—¿Se refiere al príncipe Alibaba y al rey Sinbad? —asentí con la cabeza al escuchar su pregunta— Ellos estarán bien, no hay problema. Usted sabe que tienen a los mejores magos para ayudar.

—¿Los mejores magos? —inquirí, poniéndome un poco curiosa.

—El pequeño magi está con ellos, y también tienen a una buena maga... —el rostro de Ka Koubun pareció recordar algo que no quería— Estarán bien —terminó diciendo al final, con una leve sonrisa.

—Aunque me digas eso... no puedo estar tranquila.

Mis cejas no dejaban de estar juntas. Sabía que Ka Koubun sólo trataba de calmarme, para que me sintiera mejor. Me pregunté si él sabría algo de la magia que podría ayudar a los afectados, pero supuse que no. También, me puse a pensar en cómo sería esa maga que mencionó, y por qué puso esa expresión cuando la recordó. Y, además de las víctimas de la maldición de la sangre oscura, estaba Hakuryuu. Él también me preocupaba, porque para mí era como Ryuuji; el de mi mundo era mi primo, y, aunque no sabía qué relación tendría el príncipe con la verdadera princesa, para mí seguía siendo como un familiar.

Sacudí mi cabeza, tratando de evitar pensar en personas que me causaran ansiedad, y esos eran todos los que tenían problemas. Claro, no sirvió de nada porque de todas maneras seguí imaginando cosas en mi mente, de la maldición y lo que les podría pasar. De nuevo, comencé a caminar en círculos por el pasillo, hasta escuché a Ka Koubun dar un suspiro de resignación.

Así pasaron varios minutos, que no supe cuántos fueron, por lo desconcentraba que estaba. Y, cuando de casualidad alcé la mirada y observé hacia el pasillo que conectaba con donde yo estaba, pude ver a cierta chica pelirroja pasar caminando, con un rostro algo serio.

Sin pensarlo dos veces, corrí hacia ella, con mucho apuro para no perderla. Mi sirviente me siguió enseguida, gritando el nombre de la princesa, pero yo no quise detener el paso, así que avancé lo más rápido que pude.

—¡Morgiana! —exclamé a la chica, cuando vi que estaba a punto de alejarse más de mí.

La mencionada volteó, sorprendida. Quizás no esperaba encontrarse con la princesa del Imperio Kou llamándola, supuse que no era común, quizás no se conocían tanto. Aún así, no vacilé en acercarme a ella. Respiré profundamente cuando por fin estuvimos frente a frente, para recuperarme un poco. Correr con ese vestido que siempre llevaba la "realeza" era una gran proeza.

—¿Pasa algo? —me preguntó, casi sin poner expresión alguna. Me sentí un poco nerviosa por eso.

—¿Q-Qué sabes de la situación de Aladdin, Alibaba y el señor Sinbad? —respondí con otra pregunta, lo cual tal vez sería algo descortés, pero era una cosa que realmente quería saber— ¿Ya están mejor los afectados? ¿Aladdin sigue con ellos?

Si pensara en una persona cercana al rubio y al peliazul, sin duda sería Morgiana. Desde la vez que la vi en el patio hablando con ellos, supe que tenían una conexión especial, algo en mi corazón me lo decía. No sabía si era porque en mi mundo todos éramos buenos amigos, pero era lo que yo percibía.

A pesar de todo lo que pensaba, la pelirroja negó con la cabeza.

—En realidad, no sé mucho sobre eso.

Al escuchar su respuesta, mis cejas se volvieron a juntar con preocupación. De verdad, de verdad quería saber sobre ellos, y su respuesta negativa me hizo sentirme algo frustrada, más de lo que ya estaba. Y también triste. Era cierto que no eran mis amigos de siempre, pero con lo poco que había convivido con ellos, sabía que eran buenas personas y me sentía muy mal por lo que les pasaba. Sólo esperaba que no fuera grave, y pudieran salir de ello. Pensar en Aladdin, que era un magi, me tranquilizaba un poco, porque sabía que quizás él podría hacer algo. Aunque, al final, sólo era un niño, justo como Arata.

De pronto, oí a Morgiana aclararse la garganta. Eso me sacó de mi mente y me hizo concentrarme en ella. Estaba mirando a otro lado, cubriendo su boca con un puño, como en señal de vergüenza.

—No soy muy buena animando a la gente, pero... —abrí mis ojos, asombrada, ya que no esperé escuchar esas palabras de ella— ...sé que Alibaba y el rey Sinbad estarán bien, porque son muy fuertes.

Tardé un poco en procesar lo que me había dicho. ¿Me había visto tan deprimida como para querer darme palabras de aliento? El rostro sonriente de Rina se me cruzó por la cabeza, y no pude evitar sonreír alegremente. Mientras más pasaban los días, más sentía que mi mundo estaba más lejos, pero... al ver a Morgiana animarme, me hizo sentir mejor. Y más por tanta preocupación acumulada desde lo del hombre extraño y la maldición.

Tenía que confiar en ella. Y también en Alibaba, Aladdin y Sinbad.

—¿Sabes? Me recuerdas mucho a una buena amiga —comenté sin pensarlo, en voz alta. Quizás mis ocurrencias mentales me traicionaron e hicieron que hablara sin darme cuenta—. Eso me tranquiliza, gracias.

La pelirroja se sorprendió, tanto como yo cuando escuché sus palabras de ánimo. Después, volvió a desviar la mirada, esta vez para otro lado, y luego hizo una pequeña reverencia hacia mí.

—Gracias —susurró casi, un poco menos de volumen y no la escuchaba.

—¡No tienes que hacer eso! Sólo era algo que quería decir —expliqué, negando con las manos, para luego ayudar a Morgiana a incorporarse. En eso, se me ocurrió algo que no pude evitar decir— Puede que esto sea repentino, pero... —ahora fui yo la que miré hacia otro lado— ...Ya he conocido un poco mejor a Aladdin, pero me gustaría llevarme bien también con Alibaba y Morgiana. Espero que podamos ser amigas.

Extendí mi mano enseguida, como ofreciendo un saludo. Morgiana pareció dudar, pues se quedó mirando mi mano y luego me observó a mí, con las cejas muy juntas, como sin entender de qué se trataba. Yo no dejé de sonreír.

—¿Habla en serio? —su formalidad al hablarme hizo que me diera cuenta de que yo le estaba platicando como si nos conociéramos de toda la vida. Me sentí algo apenada, pero asentí con la cabeza a pesar de eso— ¿Le interesa tanto ser mi amiga?

—Claro que me interesa —quise convencerla lo mejor posible, así que extendí aún más mi brazo, sin perder la alegría.

La chica pelirroja siguió dudando, pero, al final, poco a poco fue acercando su mano a la mía. Cuando por fin pude sentirla, le di un apretón suave y la agité de arriba a abajo. Aunque, quizás fui algo torpe, ya que noté que Morgiana comenzó a sonreír un poco. Yo, por mi parte, comencé a reírme, llenando de eco los pasillos.

Me sentí muy bien, porque sentí que estaba recuperando una parte de mi mejor amiga, Rina. Sí, sabía que no era ella, porque Morgiana era distinta en personalidad... pero, no podía evitarlo. Tal vez en realidad estaba buscando no sentirme tan sola en ese mundo, estaba buscando la amistad de la gente que se parecía a mis amigos. Aunque, en el fondo, esperaba que ellos también se volvieran parte importante de mi vida. Ya no había pasos hacia atrás a los que pudiera volver.

Cuando terminamos de agitar nuestras manos, nos separamos, y la chica volvió a su expresión habitual.

—Si descubro algo sobre Aladdin, Alibaba o el rey Sinbad, se lo diré apenas pueda —oír eso de ella me hizo sonreír aún más. Me sentí muy relajada.

—Muchas gracias —hice una leve reverencia, que ella correspondió.

Esa fue nuestra despedida de la noche. Se alejó lentamente, y yo me quedé ahí de pie, observándola irse. No fue hasta que ella dobló por el pasillo que Ka Koubun se acercó a mí; de tanta charla interesante con Morgiana, no había notado que él estaba ahí. Pero, era cierto, él me había seguido.

Con una sonrisa más tranquila, volteé hacia el sirviente y di un suspiro.

—Ka Koubun, tienes razón —mi hablar repentino le asombró un poco. Aún así, continué, posando mis manos sobre mis caderas—. No conseguiré nada simplemente dando vueltas por aquí. Ya iré a dormir.

—Eso estaría muy bien, princesa —el pelinegro juntó sus palmas, sonriendo un poco torpemente. Reí levemente por eso.

—Buenas noches.

Así, comencé a caminar hasta mi habitación. Ka Koubun se quedó en el pasillo, un poco más tranquilo tal vez, porque yo por fin había decidido dejar la preocupación atrás. Hablar con Morgiana me había servido mucho. Era cierto que no podría olvidar el miedo que sentí con todo lo ocurrido, con el hombre extraño y su maldición, pero al menos ahora ya podía estar calmada y superarlo.

Aunque, al recordar a Hakuryuu, mi mente de nuevo comenzaba a divagar en los rincones de la preocupación. De verdad esperaba que se encontrara bien, ya que había puesto una cara de total culpabilidad cuando el sujeto desapareció.

Quería que todo eso fuera dejado atrás, y poder sentir de nuevo el ambiente agradable que había al principio de la fiesta, un ambiente de paz y alegría.

¿Cuánto duraría en regresar?

...


¡Hola a todos! Realmente quiero disculparme por tardar en actualizar uwu la semana pasada tuve muchas cosas qué hacer xDU por eso no tuve tiempo de escribir. Y luego, la inspiración se fue, las ganas de tener el Word enfrente xDU pero ya, al fin pude terminar este capítulo uvu

Como verán, como la mitad de éste es basada del manga... claro, con los pensamientos de Kotori uvu el hombre peliverde... supongo que ya se imaginarán quién es xDU

El siguiente capítulo probablemente lo publique entre esta semana, para reponer el que no hice la pasada... no lo sé, pero lo intentaré ;V; también, disculpen a los que esperan que Judal aparezca xDU pero ya lo hará, lo prometo, y a partir de ese momento en que salga, se pondrá mucho mejor, porque podré explicarme más xD hahaha y viene la saga del laberinto de Vinea, con Judal 83 tendremos Judal para rato uvu

Bueno, responderé algunos reviews que me dejaron! Siempre me animan mucho, gracias por comentar QvQ

...

Tenchou-Fliqpy: Bueno, la princesa sin duda aparecerá, y hablo de la real hahaha xD pero igual su paradero será secreto por ahora, pero quizáaas esté en el mundo de Kotori! O quizás no uvu Igual Joumei tendrá sus momentos de protagonismo, pero eso será en un futuro, aún falta algo para eso xD espero puedas ser paciente. Muchas gracias por comentar!

kirara213: Con Judal probablemente... tenga algunos problemas xD haha, pero ya los superará! Gracias por comentar!

Olwem: Sé lo mucho que quieres que llegue Judal QvQ pero prometo que no falta tanto, ya cuando Kotori llegue al Imperio lo verá, y no falta tanto para eso...! Espero puedas ser paciente y sigas leyendo! Muchas gracias por dejarme comentario! ;V;

...

Eso es todo por este capítulo uvu Gracias a todos los que siguen la historia! Hasta el próximo!