Resumen: Harry al morir creyó que al fin podía descansar en paz pero la muerte no se lo permitió, en vez de eso manda a Harry atras en el tiempo y para sorpresa de este renace como el hermano mayor de su padre, James Potter. Cuando Harry llega a Hogwarts es reconocido como un prodigio. ¿Como reaccionaran James, Lily, Sirius, Remus, Peter, Regulus, Severus entre otros ver a un Gryffindor siendo amistoso con los Slytherin, respectado por los Ravenclaws y admirado por los Hufflepuffs? ¿James Potter soportara la presión de tener a un hermano tan perfecto?

Lo que nadie sabe es que Harry nunca, pero NUNCA, quiso ser conocido por ese nombre... ¿por qué la gente es tan rara?

Bien, lo prometido es deuda!

El Rey de Hogwarts ha llegado para quedarse y espero que les guste!


Todo era oscuro, completamente oscuro, y a Harry no le gusto la sensación ni lo que empezaba a sentir en esos momentos.

Se sentía mareado y perdido... y extrañamente cálido...

-¡Vamos señora Potter! ¡Puje!

¿Quién estaba gritan?

-Tu puedes cariño

¿Qué era esto?

-¡Querido Merlín! ¡No puedo hacerlo!

¿A quién le pertenecían estas voces?

-¡Ya veo su cabeza! Solo un poco más

¿Veía una cabeza? ¿Qué cabeza? ¿Y porque empezaba a ver una extraña luz?

-¡aaahhh!

-¡Es un niño! ¡Felicidades señores Potter!

¿Potter? ¿Acaba de decir Potter, cierto? ¿Hace cuanto que no oía ese nombre?

-Lo hicisteis increíble Dorea, gracias

… No puede ser…

-Qu-quiero verlo!

-Aquí tiene señora

-¡Es tan apuesto!

-Se parece a su padre- dijo la señora Potter con orgullo.

-Disculpen señor y señora Potter pero... ¿Qué nombre le pondrán al niño?

-Harrison... Harrison Jacob Potter, ese será su nombre. El nuevo heredero de la casa Potter.

¡Oh! ya entendió, ¡acababa de volver nacer como el hermano mayor de su padre! Como… irónico, ¿no?

….. ¡Maldita seas!

¡Estúpida muerte!

*~Salto en el Tiempo/ Harrison de 1 años/ Mansión Potter~*

-Vamos Harry, ¿Es que acaso no quieres ver a tu nuevo hermanito?- pregunto la afable voz de Charlus Potter a su joven primogénito de tres años, el cual se hallaba sentado en el piso de su cuarto, hojeando uno de sus muchos libros de dibujo.

El pequeño Harrison o "Harry" (como le decía la familia) era un joven, efectivamente, encantador. Sus rasgos aristocráticos pura sangre habían sido bellamente tallados en su rostro regordete de tal modo que podrían rivalizar con la belleza de un Veela, sus penetrantes y extraordinarios ojos eran un extraña mezcla de color avellana y un verde esmeraldas (cosa que los hacía únicos) y llamaban la atención de las mayoría de las niñas, adolecentes, mujeres mayores, madres y abuelas, las cuales no tenían reparos en señalar lo bonitos que eran y de cómo desearían tener unos parecidos. Muy a la vergüenza de su pobre hijo.

Charlus no podía dejar de impresionarse cuando lo veía, ya que, para ser honesto, nunca había conocido a un niño, que fuera completamente humano, tan bonito.

Tan bonito y adorable… su niño era tan perfecto, se merecía lo mejor…

Por desgracia, Charlus no creía que hubiera una mujer que fuera lo completamente digna para estar al lado de su hijo…

Charlus se quedo pensativo ante ese pensamiento. Levanto una mano y recargo su barbilla en ella mientras sus dedos rodeaban la punta del mentón y optaba por una postura pensativa.

Hm… ¿estaría desarrollando algún complejo para con su hijo?

Esperaba que no.

-Ya voy papá- la tierna voz de su hijo reclamó a Charlus de sus pensamientos. Al levantar la vista hacia su hijo, lo vio dejando su libro y caminar hacia él, y la adorable mirada curiosa y llena de cariño que su bebé le estaba dando era demasiado. Charlus no pudo soportarlo. Lo estrujo en un abrazo rompe huesos… maldición…

¡Era demasiado lindo!

¿Qué debía de hacer ahora?

Por su parte, Harry solo pudo suspirar, en esta vida, ya no le estaba gustando mostrar sus emociones…

*~En otra parte de la mansión~*

Dorea Potter sonreía con cariño a su hijo más pequeño.

Llevaba de nacido pocas horas y ya sentía como lo amaba con todo su corazón. Sí, bueno, no tenía la impactante belleza de su hijo mayor, pero eso no evitaba que él fuera lindo. Su sonrisa se ensancho en pensar en su hijo más grande. Hacía pocos años creía que nunca conocería la dicha de ser madre, pero cuando se entero que estaba embarazada… una nueva esperanza lleno su corazón y por ello se prometió que nada le pasaría a ese bebé, se cuido y no corrió ningún riesgo y ochos meses después nació su pequeño príncipe se sintió afortunada, ¡Al fin era madre!, y le dio las gracias a todos los dioses del mundo por darle a un ser tan perfecto como su niño de oro y con eso ella creyó que podría morir en paz, entonces los dioses decidieron darle otro hijo.

¡Era doblemente madre!

Ciertamente, se sentía como una mujer completa.

Vio al niño que tenía en brazos y lo aplasto más contra su pecho en un gran abrazo. Soltó un suspiro feliz y pensó en Harry.

-Tienes un hermano muy guapo, James- le dijo en un mormullo a su bebé, este le respondió con un alegre gargajeó- Pero ya verás. Él te querrá mucho y tú lo cuidaras de todas esas lagartonas que quieran acercarse a él, ¿verdad?.

El bebé James se quedo callado, posiblemente se preguntaba quieran ese "Harry" que su madre había mencionado. Los ojos avellana del bebé se movían de un lado a otro viendo todo curioso cuando alguien llamo a la puerta. Un hombre mayor entro con alguien cargado en brazos.

Los ojos de James no los perdió de vista.

Él… parecía haber sentido algo.

-¡Hola James!- dijo alegre el hombre- Yo soy tu papá, me llamo Charlus. CHAR~LUS.

James vio como el hombre, ahora identificado como Charlus, le hablaba de forma graciosa y su gargajeo se hizo a un más ruidoso. ¡Ese hombre era divertido!

-¡Ah! ¡Mira, lo acabo hacer sonreír!- había orgullo en su voz- ¡Ven Harry, mira a tu nuevo hermanito!

De repente, un borrón negro nublo su visión, James se espanto y estuvo de llorar cuando el borrón tomó forma y un niño apareció delante de él. Y era un niño muy bonito. Sus extraños ojos eran muy cálidos, transmitían una seguridad sorprendente que lo confortaban, su cabello (aunque espeso y desordenado) parecía suave y cómodo, le dieron ganas de dormir arriba de él. En pocas palabras… ¡parecía alguien sorprendente!

-Hola pequeño James- dijo en voz baja. ¡Su voz era asombrosa también!- Soy Harry y soy tu nuevo hermanos mayor. Prometo que apartar de ahora te protegeré y no dejare que nadie te haga daño.

Entonces, buen dios, él sonrió. El cuarto donde se encontraban pareció iluminarse y ellos podrían haber jurado que detrás del joven Harrison aparecieron muchas flores en florecieron y, con eso, todos los Potter presentes (tanto los cuadros, como la actual familia y los elfos domésticos) se ruborizaron. Si, incluso bebé James se ruborizo. ¿Quién diría que un bebé puede hacerlo?

Harry solo sintió que como se tensaba cuando vio tanto rubor. Empezaba a molestarle.

Comenzaba a odiar su cara de "niño bonito"

Su cara de "chico bueno"

Su cara de "viólame por favor" (como le dijo una adolescente rara)

Su cara de "uke que va para suke y seme de grande" (otra adolescente rara, ya averiguaría el significado de esas palabras cuando fuera más grande, por el momento le costaba leer)

Su… su… su cara de "príncipe encantador"

Él, o al menos su rostro original, no era así. Si, era bien parecido pero de una manera tan… tan… extraña. Es decir, ¿Quién puede hacer ruborizar a los bebés? O a los ancianos? O a las mujeres y hombres adultos al año de vida?

¿¡DÍGANME QUIÉN!?

-¡OOOWW~ HARRY! ERES TAN LINDO~!

-¡MI HARRY ES TODO UN PRINCIPE~!

-¡BAUU~!

-¡Esta generación sí que se lucio con los retoños!

-¿¡Qué demonios!? ¡Sentí como si mi corazón hubiera latido!

-Pero eres un cuadro… no tienes corazón, además, es un bebé. Eso es asqueroso…

-¡Presiento que no debemos preocuparnos por la continuación del apellido Potter en esta generación!, ¿no creen?

-¿Han visto su sonrisa?

-Obvio que sí, con esa ganara muchas damas!

-La sonrisa del amo Harrison…- se oyó un coro de susurros embelesados al fondo, todos pertenecientes de un grupo de elfos que se encontraban arreglando la habitación.

Harry, en vez de sentirse alagado, sintió como una vena se hinchaba en su frente. Ya se decidió, ya se canso. ¿Querían un príncipe? Él les daría un príncipe.

¡No más sonrisas y no más emociones!

¡Les daría un príncipe frió!

Sí, eso les daría, de seguro con eso se detendrían y dejarían de adorarlo de forma tan enfermiza. Él sería un príncipe frió que se volvería un Rey…

¡ÉL SERÍA CONOCIDO COMO EL REY DE HIELO DE HOGWARTS!

Así posiblemente consiga estar solo, ya que nadie quiere estar al lado de alguien que fuera frió e indiferente con los demás… ¿No?


¡GRACIAS POR LEER! ;3

N/A: Sí, ya sé. Me tarde en publicarlo, pero en mi defensa, estaba pensado en una forma de publicarlo sin que se pareciera a los otros que ya tengo, creo que lo logre, y espero no sientan que están leyendo lo mismo y les guste Harry que tratara de ser frió con los demás pero obtenido un efecto adverso del que quería.

¿Creen que soy mala con nuestro Harry?... yo creó que no *°*