Disclaimer: Percy Jackson pertenece a su autor Rick Riordan y la foto de portada a quien haya hecho el collage y sacado las fotos :) que a mí me gustaron mucho.

Este fic trata algo de la relación padre/hijo de Poseidón y Percy desde cierto punto, o bueno, esa es la idea o no sé, creo... ¡Qué va! lean y juzguen por ustedes mismos que el título de por sí ya dice mucho xD

Nos vemos abajo


Regalos para el día del padre.

—Percy, ¿crees poder quedarte mientras voy a dejar un paquete? —Sally preguntó a su pequeño de 7 años. El menor frunció sus labios y dirigió una mirada entre incómoda, reprobatoria y, también, algo temerosa hacia el sillón donde una gran masa que él reconocía como el apestoso Gabe estaba sentada viendo la televisión, ignorándolos hasta que encontrara ocasión de beneficiarse si hablara. Nop, Percy definitivamente no quería quedarse solo con él.

Hizo una mueca—¿No puedo ir contigo?.

Su madre negó con la cabeza, ella tampoco quería dejarlo allí pero no tenía otra opción más segura, y es que en las noticias habían dicho que por esos días era mejor pasar menos tiempo en la calle dadas ciertas revueltas. La seguridad primero.

—No cariño, me temo que debo ir sola. Pero cuando regrese jugaremos juntos un rato, lo prometo.—Agregó con una sonrisa para luego guiñar un ojo— Además, aún tengo que admirar el trabajo que hiciste con la tarjeta que me contaste.

El pelinegro se sonrojó un poco y con su mano recorrió la bolsa que cargaba desde el colegio con lápices, cartulinas, objetos decorativos y, lo más importante, la tarjeta del día del padre que había hecho para la fecha que sería el fin de semana, pero que estaría destinada a quedar guardada en una caja. Era de color celeste con dibujos hechos por él mismo, decorada con escarcha y pegatinas plateadas y verdosas. El dibujo principal destacaba por ser un mar y una pequeña fogata con tres cuerpos alrededor que conversaban y reían. Él, su mamá y su papá en Montauk.

La había hecho con igual esfuerzo que la de los años anteriores. Aunque no tuviera a quien entregárselas todavía.

—¿Debo cuidar al niño? —Inquirió molesto Gabe Ugliano, ganándose una mirada de advertencia de Sally Jackson que olímpicamente él ignoró.

Percy notó cómo su madre pareció tensarse—Será por un breve tiempo.

El hombre soltó un resoplido.

—Mientras no me moleste... Bah, como sea, invité a unos amigos para jugar a las cartas— «Y apostar» agregaron ambos Jackson en su cabeza. Sally suspiró y acarició la espalda de su hijo.

—Prepararé algo cuando llegue.

«¡No!» Pensó Percy mordiéndose la lengua para no replicar, siempre que esos hombres estaban allí su madre tenía que atenderlos hasta que se fueran y él tenía que soportar sus feos comentarios y risotadas sobre temas que no entendía.

—Espero sea algo bueno y no como lo que me diste ayer— Dicho eso se volvió a concentrar en su programa de televisión subiéndole el volumen hasta hacerlo ensordecedor. Su forma de comunicar 'Me importa un bledo qué es lo que hagan ahora. Déjenme tranquilo'

Percy gruñó un poco antes de darse la vuelta y despedirse de su mamá, que había suspirado y tomado el paquete entre sus brazos, lista para irse. 'Quédate en tu habitación' creyó verla pronunciar antes de cerrar la puerta tras ella, consejo que por supuesto seguiría, pero mientras tanto se encaramó a la ventana junto a la puerta para verla alejarse. Después, dejó su mochila del colegio en el suelo y sacó de la bolsa la tarjeta con cierto orgullo, ya que esa le había quedado más bonita que las anteriores y la profesora le había felicitado, sorprendentemente.

Imaginó la reacción de su verdadero papá cuando la viera, porque la vería, porque él volvería, o así lo deseaba desde el fondo de su corazón. Y los deseos, cuando uno cree de verdad en ellos, se cumplen, así le había dicho su mamá en un cuento para dormir.¿Pero y si no lo deseaba con suficiente fuerza?

Percy sintió un revoltijo en su estómago.

Era en esos momentos cuando se preguntaba si en verdad su padre regresaría algún día.

Sin embargo, si estaba solo perdido en el mar, aún tenía posibilidades de regresar, tal vez en el mar viese un faro –que así había aprendido se llamaban las cosas que guiaban barcos y personas a orillas seguras– y volviera.

¡Sí, eso podía ocurrir!

Pidió con todas sus esperanzas, como cada año, que su padre encontrara al camino de regreso a él y su madre tal como los héroes de las historias que le encantaban. Así al fin estarían los tres juntos, echarían al oloroso Gabe de allí, su padre y su mamá tendrían una bonita boda y él por fin lo conocería y le daría todas las tarjetas y regalos del día del padre que había acumulado.

Solo él podía tenerlos.

—¡Eh, mocoso! ¿Qué tal si me alcanzas una cerveza?

Allí fue donde Percy salió de su ensoñación y se arrepintió de no irse rápido a encerrarse en su cuarto, se mordió el labio y volvió a mirar la tarjeta en sus pequeñas manos, aquella que tanto había decorado con azul y escarcha, destacando un mensaje especialmente dirigido a su progenitor. La abrazó protectoramente por si al horrible hombre que tenía por padrastro se le ocurría quitársela—si primero la veía— cosa que no estaba dispuesto a permitir. Suspiró fastidiado cuando escuchó otro grito de Gabe deseando que tan solo se callara y los dejara tranquilos, tanto a él como a su madre, y quien sabe, a toda persona de Nueva York que tuviera la desgracia de conocerlo.

«Papá, apúrate en regresar»

Y hasta entonces, le guardaría todas las cosas que le tenía guardadas para él y le perdonaría por la gran tardanza que se había dado. Bueno, primero lo reprocharía y después lo perdonaría.

Era un buen plan.


Notas de autora: Para mí que Percy seguramente guardó los regalos del día del padre para pasárselos algún día si tenía la oportunidad, quien sabe, a lo mejor cuando pequeño conservaba la esperanza de que este volviera a rescatarlos de Gabe. Y sí, me siento mal por escribir algo con Percy medio triste, pero era lo que se me ocurrió para soltar un poco la mano después de varios exámenes en el colegio, necesitaba escribir algo ligero.

Y, por si alguien quiere saber, si me dan las ganas y el tiempo, uy, sobre todo el precioso tiempo que escasea ya que noviembre para mí es igual a pruebas y trabajos (;v; Lloraré) escribiré la pequeña secuela que tengo planeada, cuando Percy le entrega todos esos regalos a Poseidón, cosa que, debo admitir, me hace un poco de gracia en mi mente por cómo la tengo planeada xD Seguramente la publique por aquí en vez de como una historia aparte, así que atentos (a los que todavía no he espantado), solo puse por ahora la historia en modo 'completa' por si acaso.

Espero les haya gustado y cualquier comentario es recibido. Qué tengan un buen/a día/noche :)

¡Bye bye!