Desclaimer: Los personajes no me pertenecen, son del sensualista Masashi Kishitroll, los he usado para entretenimiento mío y el suyo.
Advertencias: Violencia, escenas fuertes.
Jaaku
Autor: Meh18
—"Ella es todo para mí; un sueño no respondido, un imposible, un mito en el que tengo que creer…"
—Sakura despierta. — mueve ligeramente el delgado brazo. Sasuke lleva despierto aproximadamente diez minutos, minutos en los que ha intentado despertarla. Ya no es extraño para él, desde aquel suceso traumático, ella ha sufrido pesadillas y ataques de pánico casi todas las noches.
Se le ha vuelto costumbre permanecer largas horas cuidando de su sueño, protegiéndola de los monstros que acechan su mente.
—Sakura… todo está bien… estoy aquí. — sus palabras no dejan de tener ese tono grave y frio, su voz es lo único que parece surtir efecto en ella. Dos orbes verdes lo miran llenos de lágrimas y terror. La única forma con la que ella se siente segura es estando junto a su cuerpo. Pasa sus fuertes brazos bajo la pequeña cintura y la levanta sobre su regazo. Acunándola entre su pecho y el cobertor la arrulla.
—No me dejes. — su protección es todo lo que necesita, se aferra a su pecho y aspira con vehemencia su aroma a menta.
—No lo hare, siempre te protegeré. — ya no es raro decirlo, tomo el hábito de repetirlo cada vez que ella quiera escucharlo, es una promesa muda. —. Nunca te dejare… Sakura…
…Te protegeré…
— ¿Sasuke?
Su caótica mente escucha el llamado de su nombre, arruga las cejas, siente mareo. ¿Qué es esto?, la mitad de su cuerpo se siente adormecido, ¿Dónde estoy? Frunce el ceño, sus parpados están pesados.
— ¿Sasuke? — reconoce la voz, es su hermano. Su boca se siente pastosa, hace fuerza y abre los ojos de golpe. La fuerte luz provoca que los cierre casi de inmediato. —. No te muevas, llamare al médico.
¿Médico?
El sonido hueco de sus pasos se pierde en la habitación. Esta vez con más calma abre los ojos, forzó su mirada durante unos momentos mientras trata de enfocar el techo pálido. La confusión no se hace esperar, repasa con la mirada todo lo que su vista alcanza a mirar. Hay aparatos a un costado, un sillón al fondo, busca insistentemente, no sabe que espera encontrarse solo busca.
— ¡Mi amor! — el repentino chillido lo sobresalta. Su madre se lanza encima de su entumido cuerpo, llorando y agradeciendo a los dioses lo llena de besos. —. ¿Está bien? ¿Te duele algo?
—M-madre me asfixias. — su voz es rasposa. Poco a poco su mente se reinicia haciéndolo recordar.
— ¿¡Sasuke!? ¡Tienes que sacarla de ahí!
—Mikoto déjalo respirar. — su padre acude en su ayuda. La expresión de Fugaku es de completo alivio, mira con afecto a su hijo menor. Por su naturaleza solo toca su brazo, su madre frunce los labios y se limpia las lágrimas.
Sasuke los mira como si esperara algo; no sabe cómo ni de dónde vino, pero una sensación de inquietud se ha posado en sus manos. Itachi entra con una mujer rubia, Tsunade, la doctora de la familia se hace espacio entre sus padres. También puede ver a Shisui y Óbito, sus primos lo miran detenidamente.
—Déjenme checarlo. — Tsunade pasa por los orbes oscuros una pequeña linterna, le toma la presión y checa su ritmo cardiaco. —. Tus signos vitales son perfectos, es un buen comienzo. ¿Sientes esto? — pincha su mano con una aguja, solo basta con ver saltar a la piel para confirmar su análisis. —. Escúchame Sasuke te hare preguntas ¿de acuerdo?
El Uchiha menor asiente, una pequeña pulsada en su cabeza lo incomodad, es experto en ocultar las molestias, — ¡El verdadero está haya fuera! ¡Date prisa!
— ¿Cuál es tu nombre? — Tsunade se cruza de brazos y espera paciente la respuesta, necesita descartar posibles cuadros de amnesia.
Todos en la sala esperan impacientes. Itachi lo mira con seriedad.
—Uchiha Sasuke. — responde con profundidad y sin dificulta.
— ¿Sabes qué día es hoy?
Parece que la pregunta ha provocado incomodidad en la sala.
—Viernes. — no le agrada la forma en la que lo están mirando, frunce los labios. —. ¿Qué sucede?
— ¿Qué es lo último que recuerdas?
Silencio… — ¡Mierda! — golpea las puertas del elevador, su desesperación por llegar a su departamento hace que vaya por las escaleras de emergencia. De dos en dos sube cada jodido escalón.
Sasuke arruga la nariz, cierra los ojos, fugaces recuerdos abordan su mente. Se lleva una mano a la nuca, y siente una venda. ¿Qué demonios?... la inquietud es persistente. Lo recuerda, ese día, ese día….
—Kakashi me marco al celular. — click abre los ojos y se sienta de golpe. Observa sus manos. Itachi se acerca a la camilla, lo mira directamente. —. ¿Dónde está?
El Uchiha se detiene abruptamente en el décimo escalón, al final de las escaleras está de pie un hombre, sus ropas le recuerdan a Deidara. No le da tiempo de actuar, lo último que alcanza a mirar es un martillo acercándose a su rostro.
—Fuiste atacado probablemente con un martillo o palanca, quien sabe, el golpe que recibiste en la cabeza fue casi mortal. — Tsunade dice mientras señala la venda. —. Caíste por las escaleras, afortunadamente solo fue un piso, casi fue un milagro que no te hayas fracturado los huesos.
No deja de tocar la venda en su cabeza, aprieta las sabanas con frustración. Mikoto se acerca y toma su mano. — Has estado inconsciente durante mucho tiempo mi amor.
Mira de golpe a su madre, — ¿Cuánto tiempo? — la ansiedad en su voz preocupa a su familia. —. ¿Ella está bien?
—Has estado inconsciente desde hace dos meses, el golpe dejo secuelas que te provocaron este coma. — Tsunade contesta y mira de reojo a su padre. —. La herida ha sido sanada y te retiramos la cicatriz.
«No puede ser… ¿¡Dos… meses!?» una violenta sacudida de furia carcome sus entrañas. ¡Maldita sea! Si ella no está aquí, eso solo quiere decir una cosa. Abruptamente se desase del suero que tiene su brazo izquierdo. Quita las sabanas azules y trata de ponerse en pie.
—Tranquilo hijo. — dice Fugaku mientras evita que Sasuke se ponga de pie. —. Tómatelo con calma.
— ¿Cómo se supone quieres que lo haga? — su profunda voz bufa. —. ¡Suéltame!
Con esa fuerza que usa para empujar a su padre existen dudas sobre si en verdad estuvo inconsciente, Itachi lo toma del otro brazo y lo jala hacia la cama, Óbito y Shisui lo toman de las piernas y lo sujetan.
—Necesito que te tranquilices, si no lo haces tendré que inyectarte. — dice Tsunade.
—Espere, espere, no podemos dormirlo de nuevo — Mikoto mira fruncida a la doctora. —, hablaremos con él por favor déjenos solos.
Tsunade asiente, mira una vez más a los hombres forcejear, ella comprende plenamente lo que en esto momentos debe sentir el chico Uchiha, es una pena que no puedan hacer nada. Ahora mismo que se precipite con bruscos movimientos puede traer problemas para su salud. Cofia en que su familia lo haga entrar en razón y se retira de la habitación.
Sasuke deja de forcejear, eso no significa que se ha rendido. Impaciente se saca la venda y mira a su padre.
—Se ha abierto una profundad investigación — es momento de hablar con profesionalidad. —, los encargados son Kakashi y su equipo. Aun no hay resultados precisos de quien pueda ser quien se la llevo.
—El día que caí inconsciente ¿que encontraron en el departamento? — pregunta Sasuke.
Itachi suspira, se toma el puente de la nariz, y dice: — Solo unos cuantos rastros de sangre, deducimos que probablemente ella intento escapar. Algunas cosas como muebles y cojines se encontraban en el suelo, llegamos muy tarde no pudimos hacer nada. Encontramos las grabaciones del edificio, igual que la vez anterior no conocemos su rostro, hasta el momento solo tenemos confiscado su departamento.
—El tío Madara está ayudando a la investigación. — dice Óbito.
La expresión de Sasuke es de completa seriedad, una vez libre sus extremidades se sienta por completo en la camilla. Los mechones de su cabello caen sobre su cara, apretuja la venda con sus fuertes manos. Su mirada se posa en un punto ciego de la habitación, siendo reinado por el silencio.
—Todo estará bien, estoy segura que la encontraran sana y salva. — consuela Mikoto al ver la expresión de su hijo.
¡Son dos jodidos meses! Tanto tiempo y aun no hay respuestas o pistas de su paradero, ahora mismo debe estar…. Aprieta la mandíbula, la impotencia de su debilidad lo ponen colérico.
—Seré parte de la investigación. — no está pidiendo permiso. Mira directamente a su padre.
Fugaku retiene la mirada retadora de su hijo, lanza un suspiro, será inútil si le prohíbe mantenerse alejado de toda esta situación. Lo conoce perfectamente no dudara ni un segundo en investigar por su cuenta.
—Qué más da, tu amigo chillón también está dentro.
No necesita más detalles para saber quién es ese chillón, pasa sus manos por su cabello y lo revuelve. Su cabeza siente ligeras pulsadas de dolor, mira hacia la ventana, el cielo azul con pocas nueves le dicen que no debe ser más de medio día.
—No quiero estar aquí. — dice con fastidio.
—Mi amor no hace mucho que despertaste, descansa por hoy y mañana después de una extensa revisión en la que me digan que todo está bien, podrás ir con ellos. — Mikoto señala a Itachi y Shisui.
—Me tengo que ir a la Universidad, nos vemos en un rato. — Óbito revisa su Smartphone y con una sonrisa de oreja a oreja se despide con un gesto de mano.
No es que no le preocupe la novia de su primo, todo lo contrario a esa chiquilla la conoce toda la familia Uchiha. Las cenas familiares son acompañadas por ella, es una muchacha muy simpática y muy bonita para ser sincero, aunque la mayoría de veces en las que han tratado o visto, no se han llevado muy bien que digamos. Lo que está pasando es una cuestión en la que él no puede interferir pues a diferencia de sus primos y tíos a él no le interesa ser parte de la comisaria o detective. Ayuda preguntando o buscando cualquier cuestión con el uso de la tecnología.
—Ve por Tsunade, dile que la necesito. — Como era de esperarse Sasuke no se quedara un día más en el hospital, ya no será un mísero inútil. Hace caso omiso a su madre quien ha hecho una expresión de ojos vidriosos.
—Yo voy por ella. — informa Shisui.
—Debes tener hambre corazón, vamos Fugaku compremos comida decente. — Mikoto revisa su bolso de cuero negro. —. No escapes mientras voy por comida.
El amor que siente por sus hijos no se compara con nada, ignorando los gruñidos de Sasuke deposita un rápido beso en su frente. Itachi tampoco se salvó de aquello, de igual forma recibió un beso de esa bella mujer. Fugaku quien no tiene fuerzas para pelar contra su esposa la sigue fuera de la habitación.
Itachi mira detenidamente a su hermano, el silencio solo dura unos cuantos segundos, una vez solos Sasuke decide pararse de la camilla. Con pasos un tanto calmados se acerca al mueble que está en un costado. Toma el mochilón que se encuentra dentro de este y se dirige al baño, da un vistazo dentro de la mochila, es ropa la que viene ahí.
—Descansa esta noche, Sasuke. — habla Itachi con tranquilidad. —. Nos reuniremos mañana con Kakashi y Madara.
—Ya descanse dos meses.
Una vez dentro del baño chasquea la lengua, su cabeza no deja de pulsar. Deja el mochilón sobre el retrete y se mira con ojos inquisidores el rostro. Su piel está más pálida, unas ligeras ojeras color oscuro surcan bajo sus parpados. Abre el grifo, con agua fría se lava la cara. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué ella?, todo iba tan bien. Toma una gran bocanada de aire. Ella debe estar bien, la conoce, no es una mujer débil; solo tiene que esperar por él, pronto ira por ella. La buscara hasta los lugares más recónditos del mundo.
Su adolorido cerebro se inunda de un par de ojos, son ojos marrones los que lo miraron cuando recibió el golpe en la cara.
—Marrones… ese bastardo tiene ojos marrones.
El reflejo de su expresión lo motiva, el exquisito sentido de la venganza recorre cada una de sus venas. Le hará pagar hasta el más mínimo rasguño que tenga Sakura, hasta la última gota que derrame sus lágrimas, se las hará tragar. Esto es personal, está en juego todas esas promesas que una vez le dijo. Ahora es cuando tiene que demostrar lo que ella significa para él.
Seca su cara con una toalla pequeña, saca los pantalones negros del mochilón. La camiseta negra se desliza por su fuerte torso, se calza un tenis azul marino y se coloca las botas. La sudadera gris oscuro fue un regalo de ella, inconscientemente se la lleva a la nariz y aspira el aroma. El rastro de su olor fresco aún sigue impregnado en la prenda, recuerda cuando se la obsequio, él la esperaba en la estación en un día común para ir a cenar, cuando la vio correr hacia él a toda velocidad, y emocionada gritando que se había ganado algo. Cuando saco la sudadera inmediatamente se la entrego alegando que ella había concursado en una prueba de conocimiento matemático y ese era el premio.
Hasta este momento solo la uso dos veces, ¿Cómo puede hacer sentir remordimiento algo como esto?, no le interesa saber la respuesta. Se coloca la sudadera y se mira una última vez en el espejo, esto apenas comienza.
—Dime todo lo que saben hasta el momento. — dice una vez fuera del baño. Itachi quien no se movió de la camilla lanza un suspiro.
—Tsunade te dejo estos analgésicos, dijo que lo más seguro es que tengas malestares — lanza un pequeño frasco a las manos de Sasuke. —, toma una cada vez que sientas alguna incomodidad.
Sin responder nada, toma una botella de agua y se toma dos pastillas. Tiene un poco de dolor, cosa que no dirá. Con la mirada encima de su hermano toma asiento en el sillón frente a él, se cruza de brazos y espera – no con paciencia – a que Itachi hable.
Itachi pasa sus manos por su rostro y se acomoda en la camilla.
— ¿Por dónde empiezo?... umm… casi después que desapareciera Sakura y a ti te encontráramos en las escaleras de emergencia, Kakashi encontró el verdadero departamento de Deidara. — se toma la barbilla recordando. —. La cosa es que el primer escondite que encontramos, ¿recuerdas el lugar donde viste el libro…?
—Si. — responde secamente, no quiere pensar mucho en ese tema, si lo hace la ansiedad se apoderara de él.
—Bueno pues ese departamento no era de Deidara como todos creímos, en realidad era de este tipo. — su Smartphone vibra, lo ignora completamente. —. Toda esa situación nos obligó a reabrir la investigación de Deidara pues no encontramos nada de ese hombre. Hace un mes Kakashi confisco su verdadero escondite, la ubicación del lugar queda muy lejos de aquí casi topa con la frontera.
La mirada de Sasuke deja muy en claro que vaya al grano.
—Deidara era un tipo muy inteligente debo admitirlo, en su computadora se hayo archivos e información de todos sus clientes — por fin dice algo que le interesa, se reclina en el sillón y pone más atención. —, Guardaba la información por si alguno de sus clientes no le pagaba completo el dinero, de esa forma podía ir a cobrar en el momento que él quisiese.
— ¿Lo encontraron? — pregunta con seriedad.
—Estamos en eso. — responde Itachi. —. La forma en la que él trabajaba o mejor dicho si alguien quería contratarlo, tenían que ir directamente con él, dejabas la mitad de la cantidad ese mismo día, y daban toda la información de la persona que quisieran muerta. Obviamente mientras el trato cerraba Deidara pedía información clave de su cliente.
—….
—El hecho es, con ayuda de Óbito hackeamos todos sus archivos. Dividimos los clientes antiguos y dejamos los que ese mismo año hicieron un trato con él. — desafortunadamente no trae consigo su IPad. —. Al final de todo, solo nos quedaron tres tipos. No hay fotos de los clientes y su información personal como nombres o direcciones vienen en código.
— ¿Código?
—Sí, es por eso que Madara entro en la investigación — es bien sabido que su tío Madara es una aficionado de los misterios. —, Casi de inmediato descartamos a los dos hombres que nos sobraban pues en cada expediente de los clientes, venia un foto resiente de su víctima. Madara se llevó dónde estaba la foto de Sakura.
«Víctima…» esa insignificante palabra retumba en su cabeza. No permitirá que ella sea una víctima de ese bastardo enfermo.
—No te preocupes, hace unas horas Madara nos llamó. — Itachi mira hacia la puerta. —. Al parecer ya tiene información, nos citó mañana en la comisaria.
— ¿Por qué no hoy?
— Tuvo que salir de viaje… mañana es cuando llega y además para ese entonces tú ya deberías estar mejor.
—Tía Mikoto casi compro todo el restaurante. — Shisui entra a la habitación. —. Vaya… si no llegamos pronto ya estarías a kilómetros.
Casi enseguida sus padres entran a la habitación cargados de bolsas, comen todos juntos. Unas cuantas enfermeras los miran, casi reprochándoles que este no es un lugar para un picnic. La ignoran, Tsunade ha dicho que Sasuke está en condiciones para salir, pero que tenía que venir a constante revisión para descartar problemas a futuro. Todos miran la expresión de completa frialdad en Sasuke, su familia no ha querido preguntarle a profundidad que es lo que piensa con toda esa situación, es bien sabido por todos que fue él quien encontró el libro donde venía paso a paso lo que querían hacerle a la pequeña Sakura. Era mejor no hablar del tema, mantenerlo así como hasta ahorita era la mejor opción, de esa forma se podrían evitar dificultades y actos repentinos.
/*/*/*/
Tap… Tap…
No quiso tomar el elevador, sabe que no es sano que camine por donde quedo inconsciente. De uno en uno y con las manos en los bolsillos sube las escaleras, hace horas que la noche cayó. El silencio no hace más que recordarle la soledad del lugar. Se detiene exactamente donde recibió el golpe, aprieta los puños, solo faltaba subir cinco escalones para llegar a su piso.
Tsk, realmente es humillante que lo haya derribado de esa forma, humillante de mi parte y cobarde de la suya. Retoma sus pasos, subiendo los últimos escalones que sobran, abre la puerta de emergencia, y sale directamente al pasillo. Su departamento queda frente a él, la puerta negra se mira indiferente. El largo pasillo está solo, sin ninguna persona que pase ahora mismo.
El chirrido al abrir inunda el ambiente, no prende la luz. Su vista tarda unos segundos en acostumbrarse a la oscuridad. El sitio no es nada a como era antes, el calor de hogar se ha perdido, mira hacia el suelo, ya no hay rastros de sangre.
—Sakura…. — susurra, sabe que es inútil llamarla.
Sus piernas lo llevan a la habitación, todo está en el lugar como en aquella tarde lo dejo. Toma la manta azul de la cabecera, no hay nada que mirar. Parece que fue ayer cuando le dijo que la esperaba en la cafetería… regresa al living, el sofá no tiene los cojines de sobra, lo más seguro es que la policía los tenga. Se deja caer al sillón, y con la manta se cubre. «Que patético soy…» La mirada de Sasuke se posa en el balcón, ahí fue donde la vio por última vez.
Solo tiene que esperar unas horas, pronto sabrá quien es ese hijo de puta. Los ojos fríos de ese bastardo lo cabrean.
Después de estar vagando durante un largo rato, decidió venir a su departamento. Ignoro los llamados de su madre, y prácticamente escapó de la casa de sus padres. Toma su Smartphone de su sudadera, apenas se prende vibra para avisar que tiene cuatro llamadas perdidas de Naruto. Sus ojos se posan en el contacto que dice Sakura, una foto de ellos juntos es lo que mira.
En todo el tiempo que lleva consiente no ha dejado de recriminarse por haber permitido su secuestro. ¿Cómo iba a saberlo?... si tan solo…
Basta, de nada le servirá pensar en los "hubiera."
Su pulgar se posa en el teléfono verde para marcar, es una estupidez él lo sabe muy bien. ¡Al demonio! desliza su dedo e inmediatamente se enlaza la llamada.
Tuuu… Tuuu… Tuuu…
No puede evitar la ansiedad, a quien está marcando es al teléfono de Sakura. Cuarto timbrazo, nada. Sus manos cosquillean, aprieta la mandíbula, su cuerpo se está poniendo tenso.
…Tuuu…
Se pone de pie como si de un resorte se tratara. Han contestado. Sus oídos se agudizan, escucha el mormullo de la otra respiración.
— ¿Dónde está? — pregunta en un susurro completamente siniestro.
El atmosfera del aire se vuelve pesado, Sasuke aprieta el aparato negro. Su estómago da tirones violentos, adrenalina es lo que comienza a fluir en su sangre. Con los dientes apretados, y su voz contenida murmura con sadismo:
—Escóndete donde quieras maldita rata... — su mirada se posa en las lámparas que están fuera el balcón. Controla su respiración de una forma que se escucha completamente tétrico el solo suspiro de su exhalación. —, por qué voy a encontrarte. Usare cada uno de tus latidos para hundirte en tu propia mísera… y hare que tu muerte sea tu único deseo bastardo… — pausa sus palabras y sonríe al disfrutar el desliz de estás. — Solo espera mi llegada.
Tuuu.
Sin despegar su mirada de las lámparas quita el teléfono de su oreja, le colgó casi enseguida de terminar de escucharlo. Sabe perfectamente que es ese bastardo quien contesto. Totalmente ido y como si nada hubiera sucedido retoma su lugar en el sillón. Algo cambio en él, no investiga a profundidad que es, pues se hace una idea. Ya se deshizo de uno, y ni siquiera sintió lastima; está vez todos conocerán esa faceta de frialdad e instintos que ha guardado toda su vida.
La oscuridad de la noche envuelve sus pensamientos, se siente tranquilo, no sabe por qué.
/*/*/*/
— ¡¿Dónde estabas?! — grita Naruto apenas lo ve en la sala de interrogatorios. —. ¡Te estuve marcando casi toda la noche!
—Necesitaba dormir. — es lo único que contestara.
Naruto frunce las cejas, lo mira extrañado algo en su mirada no le da buena espina. Con un portazo entran Kakashi, Itachi y Madara.
—Me alegro que te encuentres bien. — dice Kakashi, deja su portafolios en la mesa de metal y toma un lugar en una silla de madera. —. ¿Es sano que estés aquí?
—Como sea.
Madara ríe disimuladamente, ese crio se parece todo a él. De una carpeta café, deja frente cada uno de ellos, unos sobres azules. Toma la silla que encabeza la mesa y prepara su garganta.
—Esperen, perdón por la tardanza. — precipitadamente entra Shisui.
Sasuke no le hace caso y se apresura en abrir el sobre. ¡Marrones! Su mirada mira directamente el papel, todo a su alrededor se esfumo, sus oídos se hacen sordos; todos sus sentidos se enfocan en lo que sus ojos están mirando. Tenía razón, ese maldito tiene ojos marrones. Sus habilidosos ojos leen con apresuro el papel… se llama…
—Sasori Akasuna. — Madara llama la atención de Sasuke, este lo mira insistente.
— ¿Cómo lo descubriste? — pregunta Kakashi quien apenas está mirando su sobre.
Madara levanta la comisura de su labio, de su carpeta café desliza más hojas. Se acomoda en su silla, y mira especialmente a Sasuke.
—El código con el que estaba asegurada la información, es famoso en Grecia, su antigüedad ayudo a esconder información bélica de suma importancia. — explica con altanería.
—Lo he visto antes…. — Naruto susurra, escrudiña la foto del pelirrojo. Se ha ganado las miradas de todos ellos. La memoria de Naruto no es muy precisa.
— ¡Naruto! — grita con entusiasmo una pequeña Sakura de diez años. —. ¡Mira, tengo un nuevo amigo!
El pequeño rubio se baja del columpio y corre hacia donde escucha los gritos de Sakura, se detiene a unos metros del señor de los helados. Siente escalofríos al ver con quien esta Sakura… un joven le regala un globo rojo. Da pasos apresurados hacia su amiga y la toma de su manita.
— ¡Aléjate de él, Sakura-chan! — sus padres le han dicho que no debe hablar con extraños. El joven lo mira con fastidio, Naruto al darse cuenta de cómo lo fulmina corre con Sakura, haciendo que el globo flote.
— ¿Eh?— La pequeña Sakura gira su mirada y se despide del extraño con una gran sonrisa. — ¡Adiós! — grita mientras se pierden entre los árboles.
—Fue hace mucho tiempo, cuando íbamos en primaria. — Naruto se cruza de brazos y mira a Sasuke.
—Recuerden que encontramos fotos de Sakura cuando apenas tenía 11 años. — dice Itachi. —. Parece que la empezó a acosar desde esa edad.
— ¿De dónde lo conoce? — Shisui está más intrigado que antes.
La interrogante hace pensar a más de uno, Sasuke ni siquiera tiene alguna idea de donde podría conocerlo, pues Sakura nunca le dijo algo al respecto. ¿Cómo iba a decirle? Si lo más probable es que ella ni lo recuerde.
—Es extraño porque él es de la Arena. — Madara retoma la palabra. —. Miren para encontrar su nombre tuve que quitar todos los símbolos innecesarios, en esta parte — señala a un costado de la foto. —, es donde venía su nombre. Es lo único que hay de él.
—Entonces ¿Cómo sabes que es de la Arena? — pregunta Kakashi.
—Un poco obvio ¿no crees?, recuerden, cuando confiscaron su computadora, en cada uno de los clientes venía el símbolo respetivo de su nación.
—Es cierto, solo que en ese entonces no le tomamos importancia. — Itachi ha comprendido todo.
—Exacto, el símbolo de este chico es el de la cuidad de la Arena, la foto pude conseguirla de su expediente aunque no viene nada más en su información. — Madara guarda todos sus documentos. —. Fue todo lo que pude conseguir, no tengo idea de donde pueda vivir… bueno si la tengo. Vayan al área central, busquen a un mocoso con nombre Gaara, es un delincuente pero muy bueno en información.
Recarga sus manos en la mesa, y mira a su sobrino chico. Sasuke ha estado en silencio escuchando con extrema precisión cada palabra que tenga que ver con Sasori.
— ¿Cómo es ese tal Gaara? — pregunta Naruto.
—Pelirrojo. — responde con simpleza.
Las expresiones incrédulas de Naruto y Shisui no se hacen esperar, ¡Pelirrojo!
— ¡¿Acaso todos los de la arena son Pelirrojos?! — Naruto pregunta exaltado.
—No, pero él si es pelirrojo, búsquenlo en los videojuegos "Shukaku"
— ¿Shukaku?
—Sí, les aseguro que ahí es donde lo encontraran.
La sala se queda en silencio y cinco pares de orbes se colocan sobre la cabeza de Sasuke. Está muy tranquilo con todo lo que han descubierto, algo le pasa. Itachi mira a Kakashi.
—Es todo lo que puedo hacer por ustedes… o mejor dicho por ti, Sasuke. — Madara se pone de pie y camina hacia el asiento de Sasuke, recarga su mano en su hombro. —. Espero la encuentres.
Sin esperar respuesta de su sobrino se despide de todos con un "Tengan buena tarde Señores" la sala es invadida por el silencio, Sasuke aún no ha dicho ni hecho nada.
—Iré por el permiso de cateo. — Kakashi guarda en su portafolio la hoja que le ha dado Madara. —. Preparare a mi equipo y mañana partiremos hacia la Arena.
— ¡Mañana! ¡Vamos hoy, Joder! — grita Naruto.
—No se puede tenemos que preparar…
El sonido de la silla al arrastrase llama la atención de todos, Sasuke se ha puesto de pie. Con su expresión de seriedad hace bola la hoja y la lanza hacia el basurero. No perderá el tiempo con informes estúpidos. Naruto parece comprender al instante.
—Traje mi auto. — dice con una sonrisa zorruda.
—Hey… tranquilos, tomémoslo con calma. — Shisui se pone de pie y mira a su primo Sasuke. —. No pueden irse así como si nada, tienen que prepararse… como armas y demás cosas.
—No voy a dejar que siga con ella un día más. — Sasuke habla mordaz.
—Solo denme unas horas, en lo que consigo la orden. — es inútil discutir y Kakashi lo sabe. —. Tengo que coger el equipo necesario por si nos topamos con Sasori o por si las cosas se salen de control.
Itachi no dice nada, solo mira duramente a su hermano, ambos saben que el tuerto de Kakashi dice la verdad. No quiere admitirlo, frunciendo las cejas se da media vuelta.
—Tienes hasta el atardecer. — impone Sasuke.
No espera a nadie, sale con pasos desinteresados de la sala. Naruto no tarda en alcanzarlo, no hablan de nada ni tampoco se hacen preguntas. Por esta vez deja que lo acompañe, Sasuke baja al estacionamiento y quita el seguro a su Audi negro.
—Voy contigo. — dice Naruto una vez ocupa el asiento del copiloto. No le gusta la seriedad de su amigo, a pesar de que lo ve y sabe que lo está escuchando, siente como si Sasuke estuviera en otro lado. Tal vez no sea tan raro pues a cualquier persona que le pase lo que a él, estaría en esas mismas condiciones.
No quiere ser aguafiestas o fastidioso pero no puede evitar dejarlo de mirar. Siente escalofríos solo de ver lo que sus ojos expresan… y es que no está exagerando porque… la mirada de Sasuke no expresa nada.
El ambiente dentro del auto se siente frio y puede sentir el aire que respiran muy pesado. Casi después de cruzar grades avenidas Naruto se da cuenta de a dónde se dirigen, es a su departamento. Es inteligente y no pregunta el ¿por qué? Es más que obvio que no es sano que él vaya al lugar donde Sakura fue… mmm… ¿atrapada? El auto se estaciona y sin decir ninguna palabra Sasuke baja de su auto.
Naruto comienza a seguirlo con pasos silenciosos, es extraño, no hay nadie en el edificio. Cree que tomaran el elevador así que se apresura a teclear el quinto piso, sus dedos se detienen al ver la dirección que toma Sasuke, sin míralo su silueta se pierde después de la puerta que dice "Salida de Emergencia"
— ¿Qué rayos? — las puertas del elevador se abren, lo piensa unos segundos. Corre hacia la puerta de emergencias y mira hacia las escaleras blancas. No ve a nadie.
Se siente un estúpido al tener miedo… a partir de este momento declara que odia las escaleras silenciosas y tétricas. Sube con calma, uno, dos, tres, cuatro escalones. ¿Qué está pasando? Siente la incertidumbre de hace un año, cuando la mayoría de sus compañeros perecieron.
¡Pass!
¡Mierda! Su corazón se ha disparado del pánico. Corre como si su vida dependiera de ello, mira el pequeño aviso de 5to. Piso. Abre la puerta con manos temblorosas y su cuerpo tenso; no es un idiota sabe que alguien está en las escaleras. Una vez en el pasillo cierra la puerta de un portazo y se aleja mirándola fijamente. Todos sus sentidos se agolpan en su estómago.
El cosquilleo en su nunca le dice que alguien está detrás de esa puerta, ¡Me estoy volviendo loco! Y si… levanta la mano… y da un paso hacia el pórtico…
— ¿Qué estás haciendo?
— ¡Waaa! — grita con todas sus fuerzas. Sasuke lo mira con una ceja alzada, su corazón late con velocidad, respira apresuradamente. Se toma unos momentos en pronunciar alguna palabra. —. Alguien… o… algo… está ahí. — su dedo señala hacia la puerta.
Sasuke frunce el ceño, sin dudarlo se acerca y abre de un rápido movimiento. No hay nada. Asoma su cabeza por el barandal, sus profundos ojos buscan con habilidad cualquier cosa inusual, obtiene el mismo resultado.
— ¡Lo juro! — Naruto parece indignado, empuja a Sasuke y él mismo inspecciona las escaleras. Con un puchero regresa al pasillo.
—Deja de ver películas.
Por lo menos ya me habla, piensa Naruto. Cruzado de brazos espera a que Sasuke abra la puerta de su departamento, el chirrido al abrirse inunda el pasillo. Se detienen en el living.
— ¿Q-que… d-demonios…?
El habla se les ha ido, pasmados se quedan de pie observando. La cabeza de Sasuke siente una horrible pulsada de dolor. Siente en sus oídos como si miles de abejas rodearan su cabeza… Tssst… Tssst… Tssst, no deja de oírlas.
Sin parpadear si quiera, se acerca donde se supone estaba su sillón, sus manos sienten cosquilleo. Tssst. En la pared… hay un… Títere.
— ¡Estuvo aquí! — grita Naruto, de inmediato corre por todo el departamento buscándolo.
Sasuke se detiene a unos metros del muñeco… levanta su mano y estira los dedos. No tiene expresiones o cabello… solo es un Títere de madera. Es ¿sangre? Lo que cae por todo el cuerpo del muñeco. Sus yemas se ensucian del líquido rojizo, su corazón late con lentitud. Acaricia el dije que tiene puesto esa asquerosa cosa.
—Sakura…. — susurra completamente ido. El dije es un pequeño símbolo del clan Uchiha, se lo dio en su cumpleaños… iba a pedirle matrimonio esa temporada. Arranca el collar y lo envuelve en su fuerte puño, siente caliente en el estómago.
Corre… corre… corre. Ignora los gritos despavoridos de Naruto y corre hacia las escaleras de emergencia. Los baja a una velocidad increíble, llega al estacionamiento y mira a todas partes. ¡Tssst! Gruñe colérico, el maldito dolor se ha hecho más fuerte.
Sale hacia la calle, busca desesperado a cualquier hijo de puta. ¡Maldita sea!
—Sasuke, debemos irnos. — Naruto lo toma del antebrazo y lo jala. Mientras lo perseguía le llamo a Kakashi, ya tiene la orden de cateo.
«Voy a encontrarte… bastardo…» mira todas las caras, mira todos los autos. ¡Tump, Tump! sus latidos son molestos. Siente taquicardia, mierda… Títere, no quiso pensar en esa mordida opción, no quiso creer en lo que sus ojos vieron. Títere, ese maldito quiere convertir a Sakura en un Títere… no, no, no. Tiene que darse prisa.
Se gira y regresa al estacionamiento, ya ni le importa si dejo la puerta abierta en su departamento. Ambos se embarcan hacia la comisaria, la forma en la que maneja es muy rápida, Naruto tiene que agarrarse al cinturón de seguridad. Esto ha tomado un rumbo diferente, lo ha dejado sin palabras lo que recién ha visto, el muñeco simplemente es enfermo.
Sasuke aferra el dije en su mano, no lo suelta. Su mente se ha bloqueado, la furia reemplaza el dolor de cabeza. En unos minutos se detienen con un fuerte ruido, las llantas del Audi causan marcas en el asfalto. Itachi está fuera del edificio.
—Vámonos. — dice sin preguntar nada. Solo basta con una mirada de Sasuke para que él sepa lo que está sintiendo su hermano.
Naruto trae su Jeep, en la camioneta es donde irán todos. Kakashi mete unas bolsas negras en la cajuela. Shisui, Naruto, Kakashi e Itachi se preparan para el viaje.
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—De acuerdo, tomen esto. — Kakashi pasa a cada uno de ellos unas bolsas de plástico negras.
Itachi es quien maneja, llevan dos horas de viaje. La carretera y el desierto se alzan solitarias frente al Jeep negro. Sasuke sujeto el dije en su muñeca izquierda, si antes estaba serio ahora no ha dicho ni una palabra desde que salieron de Konoha. No tarda en oscurecer, será una noche larga pues ni uno piensa en detenerse o descansar.
—Supongo que no querrán pasar a un hotel. — menciona Itachi. —. Pónganse los chalecos, son ligeros así que no se verán bajo sus ropas.
Sasuke especialmente toma uno, es de color negro, ajustable al cuerpo. Se quita la sudadera gris oscuro y se pone el chaleco, pasa las correas a través de su pecho y las aprieta de una forma en la que sus músculos se ven más saltados. Hurga entre las cosas y encuentra un arma de fuego, es una Pistola COP calibre .357 Magnum: tiene cuatro cañones en vez de uno. Al parecer sabe manejarla ya que revisa si está cargada. Toma balas del estuche y llena su cartucho hasta el tope.
Perdido en su trabajo no se da cuenta que todos lo están mirando, Kakashi no iba a dejar que él y Naruto tomaran un arma, pues creía inútilmente que no sabían absolutamente nada. Naruto decide usar una normal de color plateada.
— ¿Todavía te acuerdas? — pregunta Naruto mientras se pone un chaleco. —, No quiero que te lastimes.
No responde, guarda su arma y se pone de nuevo la sudadera. Shisui sonríe burlón pues la expresión de Kakashi es muy divertida.
—No te preocupes, mi tío Fugaku le enseño muchas cosas — dice llamando la atención del peli blanco —, créeme si te digo que estos críos saben mucho más de lo que aparentan.
—El que fuera parte de un faculta de pelea dice mucho sobre él. — Itachi sonríe a través del espejo. —. Mi pequeño hermano es una máquina de guerra.
—Y ahora mismo está muy furioso. — apoya Shisui. Tienen que pensar en que hacer cuando se topen con Sasori, lo más seguro es que Sasuke quiera matarlo.
—No quiero tonterías… y lo quiero… vivo. — Kakashi mira directamente a Sasuke.
Sonríe para sus adentros, Tonterías es lo menos que cometerá.
Las yemas de sus dedos acarician el dije en su mano izquierda, su mirada se posa en el desierto. Recuerda cuando tuvieron su primer encuentro, mucho antes de que se hablaran él ya había decidió que ella seria suya. Pasaron por muchas cosas y miles de personas se interpusieron en su relación, a pesar de todo, ambos supieron salir de todos los conflictos. Este no será la excepción.
—Eres virgen ¿cierto? — pregunta con un puchero tierno.
Sasuke amenaza con romper en risas. — ¿Qué?
La cara de Sakura se prende furiosamente, la habitación es oscura y aun así él puede ver su hermoso sonrojo. Ella mueve sus caderas y se apega a él todo lo que puede, eso provoca una fricción en el cuerpo de Sasuke muy excitante, aprieta los dientes y soporta la sensación.
Sentada en horcajadas sobre él, con la separación de una única prenda busca su mirada. No recuerda cómo es que llegaron a ese punto, en lo único que puede pensar es en los nervios que se agolpan con insistencia en su vientre. Aun no la toca, ella sabe que él solo espera una minúscula señal.
—Sí. — responde con voz grave. Sasuke no miente, esta es su primera vez.
Esa inocente palabra provoca un vuelco violento en el corazón de Sakura, sonríe con aprecio. En una danza lenta junta su húmeda lengua con la él. Sasuke puede sentir el temblor en sus labios.
—Puedo esperar. — dice con voz contenida.
Sakura niega repetidas veces, ella ya no quiere esperar. Pasa sus delgados brazos por su cuello, y enreda sus dedos en el suave cabello oscuro.
—Hagamos el amor… — el deseo en la voz de Sakura prende un mecha en el cuerpo de Sasuke. —. Mi cuerpo y alma te pertenecen…
No necesita decir algo, junta sus labios y deja un tierno beso. Abraza su delgado cuerpo y la recuesta en la suave cama, el vapor de su aliento puede verse en el aire. Por primera vez en toda su vida está nervioso…, siente caliente su cara. Esconde su rostro en el hueco de su cuello y deja un camino de humedad con la punta de su lengua, le mostrara con actos lo que no puedo decir con palabras.
—Llegamos, Kakashi guíame. — la voz de Itachi lo trae a la realidad.
—Este es nuestro chico. — Shisui entrega una foto a Naruto y Sasuke.
Es un mocoso de unos diecisiete años, su cabello es más rojo que el de Sasori, tiene ojos color verde agua y una línea oscura surca en la línea de sus parpados. Parece un tatuaje o tal vez una marca de nacimiento en su frente, el símbolo significa amor.
Atraviesan las grandes avenidas de la Arena, sus edificios se alzan prepotentes. Las luces nocturnas de la ciudad iluminan su camino. Entre dos edificios, Kakashi indica en un callejón oscuro y solitario. En el final de aquel pasadizo hay locales de comida, no hay paso tienen que bajarse y caminar.
Sasuke va al frente, Itachi mantiene la distancia prudente, no van muy juntos para no despertar sospechas. Cruzan cada local, algunas personas los miran con desconfianza. Kakashi hace un gesto con la cabeza y señala una bodega, en la cima tiene escrito con letras grandes "Shukaku", luces de colores hay por todas las paredes, se escucha ruido, tal vez música y gritos de jóvenes precoces sin vida.
La bodega está llena de máquinas de juegos, puestos de dulces y alcohol. Todo está amodorrado de gente, niños, jóvenes y hasta señores. Sasuke pasa con actitud fría entre las personas, más de una se muerde los labios al ver la sensualidad de su persona. Su fría mirada busca en cada uno de los rostros a ese tal Gaara. Casi a mitad del lugar, hay una bola de mocosos.
Sus sentidos se concentran en una única persona, tiene suéter verde, parece que el chico huele el peligro. Casi por instinto voltea y mira al depredador acecharle. Es él, la marca en su frente se lo dice. Empuja a toda la bola de sus amigos y comienza a correr entre los juegos de mesa, Sasuke sonríe con malicia.
Gaara corre en diferentes direcciones para confundirlo, grave error. Solo basta con un brinco por parte de Sasuke para subirse sobre las mesas, sus largas piernas lo llevan casi de inmediato hacia Gaara, no sabe de dónde vino solo ha sentido un fuerte tirón en el gorro de su suéter. Con un sonido sordo Sasuke lo estampa contra el billar, aprieta con fuerza su cuello y lo mira con expresión asesina.
— ¡Lo siento viejo! ¡Te juro que pagare! — comienza a implorar. —. ¡No me mates!
Todos alrededor se alejan del Uchiha, Shisui llega a su lado y lo toma del hombro. Sasuke alza una ceja ¿De qué está hablando?
—No quería robarte… de verdad. — palidece al ver llegar a cuatro hombres diferentes. —. ¡Oh, dios mío!
Casi está al borde de las lágrimas, Itachi mira fruncido a Sasuke, él solo se encoje de hombros.
—Tranquilo, solo queremos hacerte unas preguntas. — dice Kakashi tratándolo de calmar.
Naruto ríe a carcajadas. — Perdona nuestra gentileza.
Sasuke suelta su pescuezo alejándose. Gaara se frota el cuello, su respiración recupera la compostura, mira con miedo al Uchiha.
—Me golpearas si no quiero contestar ¿verdad? — pregunta en un hilillo de voz. Sasuke no responde, solo basta con la expresión de su rostro, y la piel fruncida alrededor de sus ojos para responder. —. Está bien lo hare… pero no dejen que me torture.
—Descuida haremos todo lo que esté en nuestras manos. — Kakashi muestra la foto de Sasori. —. ¿Lo conoces?
Gaara toma la foto y se queda en silencio. Antes de negar con la cabeza, Sasuke se acerca y lo fulmina con la mirada.
—Tus ojos me dicen que sí. — susurra con voz sombría.
—Conozco a su abuela… a él no le he visto hace mucho tiempo… — el sudor del nerviosismo recorre su cara.
— ¿Cómo se llama? — pregunta Itachi. El chico se toma su tiempo para responder, a simple vista se ve el conflicto que tiene en su mente.
—Eh… que… ¿qué hizo? — se pasma al recibir por cuarta ocasión de la noche, la mirada de frialdad de Sasuke.
—Es mejor que respondas, nada de esto tiene que ver contigo. — Shisui le sonríe para calmar sus nervios.
Si no se apresura agotara la paciencia de más de uno. Naruto bufa frustrado.
—Su abuela se llama Chiyo Akasuna, vive en la zona colonial de la cuidad. — comienza a decir con derrota. —. A Sasori ya no le he visto desde hace años… dijeron que se fue a estudiar al extranjero.
— ¿Extranjero? — Naruto siente un nudo en la garganta, lo único que les falta es que ese estúpido no esté en la ciudad.
Gaara asiente, regresa la foto, y mete sus manos en sus bolsas. — En Konoha… creo, apenas se graduó del instituto decidió estudiar la universidad en la hoja.
Entre ellos se miran, cuestionándose sin necesidad de decir palabras.
—Llévanos con su abuela. — Itachi lo toma del gorro.
— ¿Ah?... ¡Yo!… si, si quieren les dibujo un croquis.
—Oh, no te molestes nos bastara contigo. — Naruto mueve las llaves de su Jeep.
Ignoran las protestas del chico y lo transportan hacia donde dejaron el auto. Ni un alma inteligente pregunta adonde llevan a Gaara, es más, se hacen los sordos, y ciegos antes los manoteos y gritos de ayuda del pelirrojo.
Una vez dentro del Jeep, se pone en jarras y de mala gana comienza a guiarlos. Nos es tan estúpido como para engañarlos, atraviesan la cuidad, salen en una calle con desierto en los costados. Las casas tienen una distancia considerable, unas cuantas tienen césped, los faroles alumbran la oscuridad del lugar. Sasuke ignora al chico, sus manos cosquillean sabe que está cerca.
Una constelación de estrellas brillantes llama su atención, la brisa de la noche es fresca y mueve sus cabellos. Nunca ha sido muy expresivo y muy pocas veces ha perdido la compostura… bueno cuando está celoso es otra cuestión ¿cierto? En este momento su mente se hace una pregunta que le es difícil de responder… ¿Que hará si se encuentra con algo… diferente?
Solo dos opciones son de las que está completamente seguro, tal vez su salud mental colapse, y se hunda en un profundo abismo de dolor y soledad.
Todos bajan del coche y caminan por el césped verde; la casa en antigua, y grande. Gaara toca la puerta al borde de los nervios, se escucha movimiento dentro.
— ¿Gaara? — una anciana abre la puerta y mira confundida a todos los hombres que están de pie en su pórtico. —. ¿Sucede algo malo?
Itachi se acerca con una sonrisa casi perceptible. — Buena noche Señora Chiyo, permítame presentarme mi nombre es Uchiha Itachi y soy detective de la cuidad de Konoha.
Listo, solo han bastado las últimas palabras para que la señora inexplicablemente solloce. Kakashi se toma la barbilla y mira con seriedad sus lágrimas, ella debe saber el por qué están aquí.
Sin mirarlos a la cara los invita a pasar, todos entran; son recibidos por una estancia acogedora, llena de sillones. Toman asiento en los dos primeros, Gaara se mantiene alejado de Sasuke. Chiyo desaparece detrás de una puerta, nadie hace ningún comentario. Regresa con una bandeja, llena de tazas de Té, con manos temblorosas y a punto de tirar la bandeja la coloca en la mesita del centro. No beben ni comen nada.
— ¿Q-que… hizo? — pregunta casi con temor.
Kakashi recarga sus brazos en sus rodillas y se inclina hacia ella.
—Necesitamos encontrarlo, usted sabe ¿Dónde podría estar? — habla con tranquilidad, cuidadoso en sus palabras.
Asiente con más lágrimas, busca en su bolsillo del delantal y saca un pañuelo. Trata de limpiarse pero sus dedos tiemblan haciendo la tarea más difícil.
—Él se culpa por la muerte de sus padres… por favor… por favor… — al único que mira a la cara es a Sasuke. —. No… no… le hagan daño…
Sasuke la mira duramente, con la mandíbula tensa dice: — ¿Sabe por qué lo estamos buscando?
Niega con la cabeza, se aclara la garganta, y toma una gran bocanada de aire. —No, no lo sé… pero lo conozco y sé que ha hecho algo malo. Me dio mucha felicidad cuando regreso… solo ha venido una vez a visitarme… m-me dijo que abriría su propio museo de… Títeres. Le dije que lo apoyaría… se veía contento…. pero algo en él… cambio, sus ojos ya no brillan.
Todos ellos no saben qué hacer ante el dolor de la señora, solo se quedan ahí, mirando el caer de sus lágrimas llenas de miedo. Las yemas de sus dedos acarician el dije que cuelga de su mano izquierda.
—Debió haber hecho algo muy malo… para que personas como ustedes vengan desde muy lejos.
—Secuestro a mi prometida. — Sasuke cierra su puño con el dije. Chiyo lo mira, parece que no cree tremenda atrocidad, mira a Itachi esperando que lo desmienta, no lo hace.
—Lo siento… lo siento tanto… — hace una reverencia ante Sasuke. —. Él solo… solo…
No termina de decir pues es invadida por las lágrimas de nuevo. Naruto no lo soporta, se pone de pie y aprieta los puños.
—Él no merece sus lágrimas… así que por favor deje de llorar. — pide con el ceño fruncido.
—Es como un hijo para mí. — dice entre un gemido. —. A las afueras de la ciudad, casi a diez minutos de aquí, verán una bodega enorme… ahí es donde está… sé que se encuentra ahí.
Como robots todos a excepción de Gaara se ponen de pie. No se despiden, antes que Sasuke deje la sala, Chiyo lo toma de la muñeca y lo detiene en el marco de la puerta. No se gira solo se queda de espaldas.
—Te lo pido… no… no lo mates… — susurra.
—No puedo prometerle nada.
La puerta se cierra tras él, se dan prisa e inmediatamente Itachi arranca el Jeep. Maneja al doble de la velocidad normal, Sasuke se saca la sudadera y ajusta de nuevo su chaleco. Kakashi marca por teléfono, da aviso de su ubicación, en cuestión de horas la bodega estará rodeada por todas las unidades de investigación.
Al final de la avenida los faroles se acaban, solo hay uno con una iluminación que deja mucho que desear. Apenas se apaga el motor, Sasuke sale disparado. Hay una cerca de casi dos metros, un alambre de púas cubre todo el superior de está. Saca el arma y su mirada busca cualquier entrada.
—Esperemos hasta que lleguen las unidades. — Kakashi mira a Naruto.
—No, Sakura-chan se encentra en alguna parte de este inmundo lugar… tenemos que sacarla de ahí.
Naruto carga su arma, frunce el ceño.
— ¡Hey! Tranquilos, no podemos entrar así como si nada, necesitamos un plan. — Itachi carga sus armas. —. El lugar es grande así que tenemos que separarnos.
—Tómenlos, si se topan con él, repórtenlo inmediatamente. — Shisui entrega a cada uno, radios pequeños de color negro.
—Iré al frente. — Sasuke guarda el radio en su chaleco, ha tomado una linterna de las bolsas negras, la prende de unos cuantos golpes.
Manda todo a la mierda, da grandes zancadas hacia la entrada. Patea la cerca con fuerza, el ruido no se hace esperar.
—Nos descubrirá. — Kakashi trata de detenerlo.
—Me importa un carajo.
Naruto mira fruncido a Sasuke, su amigo esta perdiendo la compostura. ¡Pass! ¡Pass! ¡Pass! No deja de patear.
—Naruto tu vendrás conmigo. — Itachi lo llama. El rubio asiente. —. Tú ve con mi hermano.
—De acuerdo. — Shisui pasa por su espalda un pequeño morral.
—Es mejor que yo, vaya solo. — Kakashi prende una linterna y carga una escopeta. —. Soy el más capacitado para…
¡Chusk!
— ¡Oi espera, Sasuke!
Las patadas del Uchiha provocaron que una valla cayera, el espacio es suficiente para que entre. No espera a nadie, camina rápido, el jodido lugar es de dos pisos; su extensión es casi al igual que el terreno. Las ventanas están tapadas con periódico y cartón, solo hay una entrada, una puerta de metal le prohíbe el paso.
¡Bamg! ¡Bamg!
Definitivamente perdió la compostura. Dispara contra la chapa de la puerta, con una patada la abre de par en par, ni siquiera se ha dado cuenta que Shisui le sigue los pasos. Itachi y Naruto tomaron el ala oeste, Kakashi se dirige hacia la parte trasera.
Cajas, es lo primero que ve al entrar al lugar. Shisui se posa a su lado y alumbra aun costado, Sasuke alumbra a ambos lados. Se mueve con extrema precisión, sus oídos se agudizan al cien, su cuerpo se tensa al prepararse para lanzarse al ataque. Las cajas están amontonadas en pilas que llegan hasta el techo, revisan cada fila, asegurándose de no dejar ningún lugar descubierto.
La habitación está dividida, en un parte están las cajas, en la otra hay objetos cubiertos por una manta blanca. Aquello da una visión bastante sospechosa, con pasos silenciosos revisan cada mueble que es cubierto por la tela.
Toc… Toc…
Giran su cabeza de golpe, están a mitad del lugar. Sasuke alumbra hacia el frente, puede verse una puerta, están seguros que alguien toco. Apunta con su arma, y camina hacia la puerta. Se detiene a unos pasos de ella, se queda en silencio esperando oír cualquier cosa, mira a Shisui, este asiente. Estira su mano y gira con cuidado el pomo.
Click
La puerta se abre, todo está en penumbras, salen al otro cuarto. Escaleras en forma de caracol es lo que hay, al parecer solo fue alguna rata. Sasuke mira el espacio libre, más cajas amontonadas; se dirige hacia las escaleras, sube dos escalones.
— ¡Mierda! — el grito de Shisui hace que voltee precipitadamente. Las cajas se han caído, corre hacia donde escucho el grito, quita todas las cajas. Se aleja casi por instinto.
Reacciona, es una mujer lo que cayó encima de Shisui. Siente bajar escalofríos por su columna, sus dedos sueltan la linterna. «No… es…» su mente repite constantemente que no puede ser posible. La oscuridad no le deja ver el color de cabello, sabe que está desnuda. Sus músculos sienten electricidad, toma el brazo de la mujer y la jala. No puede apartar su mirada del rostro. Shisui se pone de pie.
— ¡Santo cielo! — la piel de Shisui se pone chinita, su estómago siente un horrible tirón.
¡Tiene la boca cosida! Petrificado trata de hacer llegar aire a sus pulmones. Sasuke parpadea, no es Sakura, aunque no tenga cabello sabe que no es ella, el color de sus ojos es café. Shisui la toma en brazos, al borde de un ataque de nervios revisa si tiene pulso.
— ¡Está débil, debemos llamar a una ambulancia! — saca el radio. —. ¡Kakashi!, ¡¿Kakashi me copias?!
—Es un enfermo…. — a Sasuke le cuesta creer lo que está mirando. El cuerpo desnudo de la mujer tiene múltiples torturas, sus labios están cocidos con un horrible hilo rojo.
¿Qué es esto? ¿Un aviso? No quiere ni pensar en lo que… ¡No! Ella debe estar bien, tiene que estar bien. ¡Maldito seas! La adrenalina llega furiosa reemplazando la sangre que recorre sus venas. Su quijada truena al apretar los dientes con demasiada fuerza, cierra sus puños al grado de poner sus nudillos de un color blanco.
Sus sentidos le avisan que alguien lo está mirando. Mueve con lentitud su mirada. Un par de ojos marrones lo observan desde lo alto de las escaleras. Sus miradas se cruzan, ni uno de los dos hace movimiento alguno.
Sasori mueve sus labios, Sasuke sabe leerlos. —Estoy… esperándote… sonríe con altanería y corre despareciendo de su vista.
No lo piensa dos veces, sube las escaleras. Su mente no escucha los alaridos de Shisui, todo en él se concentra en la cacería de aquel bastardo. Llega a la planta de arriba. Mira a todas partes, las paredes, el techo, y el piso están llenos de miembros de Títeres. Los brazos de muñecos están colgados en las paredes, las cabezas en el techo, los torsos y piernas están amontonados en el piso. Su habilidosa mirada se acopla a la oscuridad en cuestión de segundos, se guía con la pistola. Una gota de sudor frio baja por su rostro. En el cuarto solo se oye su respiración y sus sutiles pisadas. Con una mano quita de su vista las cabezas sin expresiones, camina alerta de toda vibración.
Tap…
Detiene todo movimiento, se ha percatado de algo. Quita las cabezas y mira hacia un costado, no alcanza a ver más allá de esos jodidos cuerpos de madera. Da un paso, mira a todos lados. Da otro paso, escucha otro movimiento.
— ¡Hmn! ¡Hnn! — escucha gemidos.
Una mujer sin cabello y desnuda corre hacia él. Sus instintos de guerrero hacen que esquive a la loca mujer, su mirada se mueve con ella. No deja de correr, con un fuerte golpe su cabeza azota contra la pared, ¿Qué les pasa a esas mujeres? Se levanta con la frente completamente partida, como si no tuviera conciencia se da media vuelta y mira a Sasuke. De nuevo corre contra él, Sasuke guarda su arma. Estira los brazos, ella también tiene los labios cosidos, apenas se acerca a él la rodea con sus manos y la tira al suelo.
— ¡Hmn!
Gimotea como una desquiciada. Lleva los delgados brazos por encima de la cabeza sin cabello, y la mira. Son ojos verdes. Siente un retorcijón en sus entrañas. Con sus muslos controla las piernas que no dejan de moverse, con una mano toma las de ella y con la otra limpia la sangre de su cara. No es Sakura.
Sssshss
Llega a sus pies una pequeña lata, un gas sale de está. Suelta a la mujer y se pone de pie de un brinco. Cubre su nariz, si inhala ese gas caerá inconsciente en cuestión de segundos. Corre donde disipa la siguiente puerta, no abre, poco a poco la habitación es llenada de ese pestilente gas. Saca su pistola y dispara contra la chapa. Sus pulmones exigen oxígeno. De una patada abre.
Corre dentro de la otra habitación, se aleja de la puerta y toma una gran bocanada de aire. Su pecho sube y baja al controlar su respiración. De la nada se prenden las luces. Se queda sin palabras.
— ¿Qué… mierda?
Parpadea un par de veces al pensar que está alucinando. Es una sala de teatro, los asientos son de color rojo, bajan en cascada hasta toparse con un telón rojo-vino de terciopelo. El lugar es elegante. Escucha un crujido, con lentitud el telón comienza a levantarse. Anonado da pasos calmados hacia el escenario. Se olvida de la pistola, el ruido del arma al caerse no lo hacen reaccionar.
El telón termina de levantarse, algo negro hay sobre el escenario. La ansiedad invade sus sentidos. Siente una pulsada en las cienes, las ignora. No puede evitarlo sus pasos son más apresurados. Es un cofre de metal lo que había detrás del telón. Sube sobre el escenario, estira su mano hasta el cofre… se detiene a centímetros de tocarlo. No sabe por qué pero de la nada ha sentido una sensación sofocante en el pecho…
Hace uso de sus dos manos, toman parte del cofre. Quitan la tapa, un agudo dolor ilumina cada parte de su cuerpo. La tapa cae con un sonido sordo. Es un ataúd, el cojín es color púrpura.
—No…
Sus manos cosquillean, quiere acercarse pero no se atreve… No…, el aliento se le ha ido, sus ojos están tan abiertos que amenazan con salir saltando de sus orbitas.
—…Sakura… — siente un nudo en la garganta.
De nuevo la sensación de las abejas invade sus oídos, todo a su alrededor ha desaparecido. ¿Es real? ¿Esto está pasando? Estira su brazo, toma la tela del vestido blanco y jala. Cae en sus brazos, sus orbes oscuros se posan en el rostro, sus yemas acarician el cabello rosado.
Es una muñeca… la muñeca… es Sakura….
Se deja caer de rodillas, sus brazos aprietan el cuerpo de madera. Sus dedos no hacen más que acariciar el cabello rosado; mira petrificado las orbes verdes… busca desesperado cualquier cosa que le diga que no es ella… que le indique que no ha llegado tarde… quiere creer que solo es su imaginación y lo que está abrazando es a la verdadera Sakura. El dolor le hace ver que no hay nadie ahí que le diga que todo es una mentira.
Los ojos de la muñeca son idénticos a los de ella… o tal vez… son los mismos… No puede ser… su susurro hace eco en el gran salón de Teatro. Pasa su mirada por todo el cuerpo de… de… Sakura…
Sus manos se entumen, siente una ráfaga salvaje de dolor… odio… ¿miedo?... No tiene idea de lo que siente, apega a su pecho la cara del Títere.
—Títere.
Ella es un… Títere, llegue demasiado tarde… no pude salvarla. Se lleva una mano a la boca y reprime algún gemido que quiso escaparse de su garganta. Siente húmedo en la cara, ¿está llorando?
—Su belleza jamás se marchitara. — escucha una voz detrás de él. No se gira. —. ¿Verdad que es hermosa?
—Sí, es muy hermosa.
Mira perdido la cara sonrojada de Sakura, su mente se aísla en alguna parte de su ser. Vacío… solo un vacío es lo que siente su cuerpo.
—Bella... de finas manos y delgados pies…. — Sasori habla excitado. —. Cuando mis ojos miraron tanta belleza no lo creí… sentí tanto regocijo cuándo su cantarina voz dijo mi nombre.
—….
—Sakura… mi Sakura…, su voz, su piel, sus uñas… bella, mi bella, su ser, su luz, su sombra — se muerde los labios y cierra los ojos disfrutando del placer al recitar aquellas palabras. —, bella… Sakura… toda ella me pertenece…
Sasuke estrecha a la muñeca de madera contra su cuerpo, aspira con profundidad… no encuentra el aroma fresco y delicado que alguna vez fue suyo.
—Ser poseedor de tanto encanto y primor ha sido mi obsesión. — abre los ojos, levanta el mazo que tiene entre las manos. —. Soporte tus asquerosas caricias sobre su cuerpo, jamás lo habrías entendido. No podía dejar que algo tan esplendido como ella se acabara con un ser como tú. Debiste estar ahí para que miraras cuando sus hermosas joyas jades lloraban por mi causa…
Cállate... tensa la mandíbula… Maldito…
—Oh… — el solo hablar de Sakura lo ha llevado al estaxis, el orgasmo ha roto su alma en miles de pedazos. Disfruta de la sensación en sus huesos, deja que recorra hasta el más mínimo centímetro de su piel. —. Su hermosura quedara encapsulada para toda la eternidad… jamás volveré a perderla, y sus ojos ya no me miraran con miedo.
Hace fuerza en sus brazos y levanta el mazo contra la nuca de Sasuke. Abre los ojos de par en par. Sasuke ha detenido el golpe con solo una mano, puede ver las venas de sus brazos saltarse al usar tanta fuerza al parar el golpe. Escéptico se queda de pie.
—Ella no es tuya. — la voz de Sasuke es grave.
Deja al títere y se levanta con lentitud. En un veloz movimiento estampa toda la palma de su gran mano contra la boca de Sasori, este se llena de pánico. Sus piernas tiemblan al ver la mirada del Uchiha, tal vez el inesperado cambio de situación le está haciendo ver de un color rojo los orbes que antes eran negros.
Le quita el mazo, aprieta la cara de Sasori al grado que está apunto de arráncale el rostro. Con un poco más de fuerza lo azota contra el piso del escenario, su mente no escucha advertencias, su conciencia se ha ido ya hace bastante rato, su cuerpo actúa por sí solo. Un único sentimiento lo invade… odio y repulsión.
Sasori levanta sus manos e intenta zafarse del asfixiante agarre. Su cabeza vuelve a azotar, siente vértigo. Lo suelta, no por mucho tiempo. Sin darle tiempo a nada, patea la cara una y otra vez. La sangre del rostro de Sasori comienza manchar el piso, inultamente entierra sus uñas en los chamorros de Sasuke, el dolor de las fracturas faciales es insoportable.
—Muy divertida la sorpresa en mi departamento. — Sasuke deja la cara y patea el estómago. Un profundo gemido de dolor invade toda la sala. —. ¿Quieres jugar?
Se ha vuelto loco, eso es seguro. Sasori se encoje así mismo y trata de cubrirse del próximo golpe, no lo hay. Sus hinchados ojos miran la siniestra silueta de Sasuke, el pavor tensa todos sus nervios. Él solo lo está mirando con una expresión irreconocible.
—Juguemos, corre. — se aleja unos pasos del mancillado cuerpo de Sasori. El mazo descansa a un costado de él. —. ¡Que corras, mierda!
Su fiero grito lo levanta de un salto, casi de inmediato se doblega. Tienes costillas fracturadas de la sola patada que ha recibido. Mira con extremo miedo esos ojos rojizos, llenos de odio. Sasuke levanta la comisura de su labio y señala hacia un lado.
Sasori sabe que es una trampa, pero que puede hacer… se da media vuelta, y trata de ignorar las pulsadas y contracciones que da su cuerpo.
¡Pass!
— ¡Ghyaa! — grita con todas sus fuerzas. Lágrimas comienzan a caer por su cara.
Sasuke mueve el mazo como si se tratara de un juguete. Apenas dio unos pasos le ha dado un golpe de muerte con el mazo en la rodilla izquierda. Se queda de pie a un lado del cuerpo tirado de Sasori.
— Usare cada uno de tus latidos para hundirte en tu propia mísera… — la voz de Sasuke es distante y fría.
Sasori reconoce esas palabras… se las dijo hacía apenas unas horas. Mira desesperado su rodilla, la tiene fracturada… mierda… se arrepiente de haber subestimado a ese chaval.
— ¿Qué debería hacer?... ¿Ah? — coloca el mazo aun lado de la cabeza de Sasori.
Levanta su pie, detiene la planta sobre la rodilla fracturada. Se jacta de los gritos de dolor que con desesperación salen de la boca sangrante de Sasori. Mueve su pie como si aplastara a una cucaracha, tal vez así sea. Siente bajo la planta de sus pies el tronar de los ya fracturados huesos.
— ¡Sasuke detente! — Shisui ha llegado, escucho los gritos descontrolados y se dio prisa en llegar. Lo toma del brazo y lo jala. —. ¡Vámonos!
No hace caso, parece que entre más lo jale más hace presión en la rodilla de Sasori. Se horroriza al ver el rostro de Sasori, casi esta desfigurado, bolas tiene por todas partes. Su mirada se posa en lo que esta tirado en medio del escenario.
—No puede ser… — comprende la actitud de su primo. —. Sakura.
Siente nauseas, mira a su primo. La expresión de Sasuke le asusta, debe estar sufriendo demasiado… Oh dios… Tiene que sacarlo de aquí antes de que pierda la cabeza por completo. Con fuerza en sus brazos abraza a Sasuke y lo aleja de Sasori.
— ¡Suéltame! — Sasuke ruge como un animal salvaje. Se desase del agarre de Shisui y lo mira con desprecio.
Shisui mueve sus manos tratándolo de calmar. —Escúchame… ya no puede moverse… vendrán las unidades y le daremos el castigo que se merece.
—Lárgate. — Sasuke pasa de Shisui.
—No…
¡PUM!
Todo tiembla, ha explotado el techo sobre ellos. Shisui se mueve rápido y alcanza a mover a Sasuke, todo se llena de polvo. Estruendos surcan por todo el lugar, los pedazos de techo caen destruyéndolo todo.
Sasuke mira por encima del polvo y humo, Sasori tiene un control en sus manos, él provoco la explosión. El telón se prende fuego casi al instante.
— ¡Salgamos de aquí! — Shisui lo lleva a rastras bajándolo del escenario.
No puede quitar su mirada de Sasori, lo mira cómo se arrastra hasta el Títere de Sakura. La abraza, susurra algo y besa el lugar donde están sus labios. El telón cae sobre él.
Sasori recuerda el día que conoció a Sakura… — Juntos por siempre… bonita. — susurra y besa los labios de madera.
—Oye… ¿Te encuentras bien?
Sasori levanta su cabeza, una niña de nomas de diez años lo está mirando. Se limpia las lágrimas, hace unas horas le dieron la noticia, sus padres fallecieron en el accidente automovilístico, él iba manejando. Fue hasta ese puente para acabar con su vida.
—Debe dolerte… — Sakura saca de su pequeña mochila una cinta. —. Toma con esto ya no dolerá.
Sus ojos no caben en su cara, son grandes y tienen un color muy hermoso, jamás había visto algo como aquello. Mira la cinta, tiene caritas sonrientes. Quita el envoltorio y lo coloca bajo su parpado, ahí tiene abierto.
— ¿Cuál es tú nombre? — pregunta en un susurro el muchacho.
—Sakura. — responde con una gran sonrisa. El vestido rojo acentúa el color de su cabello. —. ¿Y tú?
—Sasori…
—Me tengo que ir… ¡Adiós Sasori!
Embelesado mira la trayectoria de Sakura hasta que su vista ya no alcanza a mirar. Ese pequeño gesto le ha salvado la vida… siente un latido en su corazón.
—Es hermosa…
Shisui baja las escaleras con velocidad, no ha soltado a Sasuke. Todo se está prendiendo como el mismísimo infierno. Esta apunto de cruzar la puerta para llegar al cuarto donde están las cajas, su cuerpo siente un tirón. Sasuke se ha detenido, su mirada está perdida en el suelo.
—Sasuke… vámonos… — intentar retomar sus pasos pero él no se mueve.
—Tengo que ir por Sakura. — susurra, levanta su mirada.
Siente un retorcijón en el estómago al oírlo decir eso. Shisui observa la mirada de Sasuke, no es el mismo, algo anda mal.
—Sasuke… reacciona… debemos irnos o moriremos quemados.
—No, tengo que ir por ella, aun esta allá adentro. — parece que ha perdido los estribos.
¿Habla de la muñeca?... Siente dolor al darse cuenta que a Sasuke le es difícil aceptar la realidad. Controla sus ganas de llorar y vuelve a jalarlo. No se mueve, otra vez… tampoco tiene resultado. Ahoga un gemido… No puede ser ¿Por qué dios permite una cosa así?... su cara se moja ante lágrimas de impotencia.
—Ella ya no está… — susurra con dolor. —. Se ha ido Sasuke… así que por favor para…
—Cállate. — Sasuke tensa la mandíbula. —. Tengo que salvarla.
— ¡Maldita sea! ¡¿No lo entiendes?! ¡Está muerta! — grita desesperado.
Sasuke siente una pulsada de dolor… «No» Ella está esperándome… lo siento en mi cuerpo. Se da la vuelta y sube las escaleras… tengo que ir… ella me necesita…
— ¡Joder, detente!
Shisui ve aproximarse el puño de Sasuke, siente un golpe en el estómago. Pierde el sentido, todo se vuelve negro alrededor.
Sasuke lo jala de los pies y lo introduce en el cuarto de cajas, cierra la puerta detrás. Tiene que salvarla, el prometió protegerla y así lo hará. No quiere estar en un sitio en donde ella… no este. Corre hacia las escaleras, sube a donde todo está siendo consumido por las llamas.
/*/*/*/
—¡Shisui! ¡Shisui! — Itachi da palmaditas en la cara de su primo. Abre los ojos aturdido trata de enfocar su vista.
Mira el cielo nocturno, está fuera de la bodega. Se sienta y se agarra el estómago.
— ¿Qué paso? — pregunta confundido. Mira alrededor, solo esta Kakashi. —. ¿Dónde está Naruto?
Itachi chasquea la lengua. — Lo perdí… corrió gritando que había visto a Sakura. — mira hacia la bodega. —. ¿Dónde está Sasuke?
Kakashi da dos pasos hacia un costado, alguien viene. El recuerdo del golpe llega como un balde de agua fría, Shisui se pone pie.
— ¡Allá dentro! — grita al borde de una crisis. —. ¡Sasuke perdió la cabeza! ¡Esta como loco!
Itachi mira hacia las llamas, ese lugar se está cayendo a pedazos. Su hermano… está... ahí…
—Sasuke…. — comienza a correr hacia la puerta.
Kakashi lo detiene tomándolo de los brazos. —. No puedes entrar.
— ¡No voy a dejarlo! — grita colérico. Se mueve tratándose de zafar. No lo dejara…no lo hará… se rehúsa a perder a su hermano.
— ¡No pude detenerlo! — Shisui no sabe qué hacer.
Itachi se suelta y corre ¡PUM! La onda expansiva lo lanza varios metros de la entrada. Kakashi y Shisui se cubren las caras, la cocina exploto. Ambos corren a socorrer a Itachi.
— ¿Estas bien? — pregunta Kakashi.
Itachi no responde, sus ojos pican. Mira pasmado la bodega, las llamas pueden verse en el aire, el humo está llenando todo el lugar.
—Miren… — Shisui señala hacia un costado.
Todos miran hacia aquella dirección, Naruto trae en brazos a alguien. Se acercan a él, la mirada del rubio está perdida.
—Sakura-chan… todo está bien.
Itachi jala la manta que cubre aquel cuerpo, siente una sensación desagradable por todo el cuerpo. ¡Mierda! Mira hacia la bodega.
— ¡Sasukeeeeh! — su fiero grito se oye por todo el terreno.
/*/*/*/
Cof… Cof…
Cubre sus tosidos con su brazo, entrecierra los ojos, le es difícil ver algo con el humo. La explosión le provocó una pequeña cortada en un costado de la costilla. Se cubre la herida con su mano, está de pie en medio de los sillones del teatro. No ha despegado su mirada del telón que es consumido por las furiosas llamas.
Poco a poco los sillones tienen el mismo destino que el telón. Se acerca al escenario, ve una mano que sobresale de entre las llamas.
Es el títere, estira sus brazos e intenta alcanzarlo, no puede, las llamas no le dejan tocar esa mano. ¿Qué estoy haciendo?... su corazón ha dejado de latir, no sabe si está vivo o ahora mismo está en el infierno. Sube al escenario, ¿Por qué? ¿Por qué no puedo?... Mira la sangre de su palma…
~ ¡Está muerta! ~
Su mente grita una y otra vez las palabras que dijo Shisui… ¿Es una mentira? Mira todo a su alrededor, el humo que está pegándose en sus pulmones le dicen la realidad. Es él quien se empeña en creer… que ella… es eso… mira la mano del Títere.
—La he perdido… — murmura. —. En verdad la he perdido… no llegue a tiempo…
Su ser se da cuenta de la situación, siente el vacío profundizarse en su alma. Se apega a la pared… joder… ¿Qué voy hacer?... se muerde los labios. Aprieta la herida de su costado, ni siquiera siente dolor. No quiere ser una cascara vacía… sin ella a su lado todo está perdido. Mira el dije en su muñeca.
Cierra los ojos, se deja llevar por el dolor que está reprimiendo con tanta fuerza. —Hmn… se siente más pesado dejar que los gemidos de su llanto salgan. Maldita sea… ~ Ella ya no está ~… se limpia las lágrimas con la mano libre. Dolor… siente dolor con solo respirar…
Las llamas comienzan a acorralar su cuerpo. No tiene fuerzas para huir, cierra en su puño el dije. Pega un puñetazo a la pared… ¡Quiero verla!... otro golpe… ¡Quiero verla! … solo una vez más, mira hacia el techo, el cielo oscuro es tapado por el humo.
—Sakura… ¿Por qué me has dejado solo? — pega con más fuerza… ¡Por favor… no me dejes aquí!
Toc
Abre los ojos como platos, un sonido diferente a la destrucción del lugar ha llamado su atención, se gira y mira la pared. Da varios golpes… se oye hueco.
Toc
El sonido del golpe ha regresado. Se aleja unos pasos y mira la desolada pared ¿Me he vuelto loco?... mira buscando el mazo, lo encuentra a un costado. Lo levanta y pega a la pared, de inmediato de hace un hoyo. Si estoy loco… no me detendré hasta agotar mis fuerzas. Una pequeña llama de esperanza acaricia su corazón.
Asoma su cabeza por el hueco, al fondo puede verse una luz. Se aleja y vuelve a pegar, una, dos, tres veces seguidas. Hace un hueco lo suficientemente grande para que su cuerpo quepa. Se pone en el límite, mira hacia abajo la distancia no es grande, deja caer el mazo.
Toc
Salta, con un sonido sordo aterriza en el suelo. Observa hacia arriba, el humo comienza a escabullirse por donde entro. Una puerta, frente a él hay una puerta de acero. Levanta el mazo, la puerta sufre golpes catastróficos. Deja de usar el mazo, patea la puerta. Se abre. Es un pasillo, corre hacia dentro, no sabe a dónde lo llevara, a estas alturas ya nada importa.
Llega a otro cuarto, parece un consultorio, camina despacio mirando cada centímetro del lugar. Utensilios, cadenas, una camilla, parece que aquí es donde torturo a esas mujeres. Empuja el carrito con frascos y se petrifica.
Siente un tirón violento en el estómago. Se apresura a llegar, en una esquina, hay un cuerpo acurrucado. Bruscamente lo toma de los hombros y lo gira.
—….
¿Puede ser cierto?, ¿Esto es verdad? … ¿No se ha vuelto loco?
Mira la melena rosada, no, no, esto es real. Sus manos tiemblan, quita la venda que tiene en los ojos, quita la cinta de su boca. Oh… rayos…. Con fuerza estrecha el cuerpo al suyo, es…. Sakura.
Tump… Tump…
Siente los latidos de su corazón apresurarse, ha vuelto a la vida. Sasuke siente un gran alivio… no es tan fuerte, un par de lágrimas caen mojando el rostro pálido de Sakura.
—Estás aquí… estás aquí… — repite una y otra vez.
Necesita sentirlo, necesita confirmarlo, toma el rostro de Sakura y pega sus labios a los de ella, la sensación acaricia toda su piel. Su autocontrol ha regresado, ya no se siente perdido ni confundido. Se levanta con Sakura en brazos, las cadenas que aprisionan sus brazos y pies crean un fuerte estruendo.
La deja en suelo y se dirige al pasillo, en segundos esta devuelta con el mazo. No se detiene, con golpes fuertes rompe cada una de las cadenas, los grilletes los quitara una vez estén afuera.
Sakura hace gestos débiles, con lentitud abre sus hermosos ojos. Sasuke no lo aguanta y vuelve a besarla, esta vez es correspondido.
— ¿Eres… real? — pregunta con un gemido ronco.
—Sí… — Sasuke besa sus mallugadas muñecas, ella rompe en llanto.
La carga, no le importa tener una herida en su costado. Sale al pasillo, corre en dirección contraria por donde vino, encuentra la salida.
Están en la parte trasera, la satisfacción llega como un placer afrodisiaco. Camina con pasos lentos, escucha sirenas y muchas voces, Sakura se acurruca a su cuerpo, se aferra a él como si pensara que no es más que un sueño. Divisa a su hermano.
Itachi lo mira al borde del colapso, teme ver lo que su hermano trae en brazos. Cuando Naruto llego, lo que traía era un títere de ella… Sasori drogo a Naruto con Gas lacrimógeno, por eso él creyó que era Sakura.
Sasuke se acerca, Shisui llega corriendo. Naruto se pone de pie y sale de la ambulancia, Kakashi se acerca a Itachi. Escépticos esperan ver lo que trae con él.
Sasuke se acerca y exhausto se deja caer de rodillas, por fin respira tranquilo.
— ¡Un doctor! — grita Itachi al ver a Sakura.
Naruto rompe a llorar, corre hacia ellos y los abraza con su cuerpo dando convulsiones por la emoción. Shisui aplaude conmovido. Kakashi asiente y da órdenes de que apaguen el fuego.
—Lo hiciste… bien hecho Sasuke. — creerlo muerto ha sido la peor cosa por la que ha pasado.
Sasuke vuelve a mirar los ojos aturdidos de Sakura, acaricia su rostro.
—Todo acabo… Sssh tranquila… — susurra al escuchar los sollozos de Sakura.
—Gracias por no abandonarme… — su voz es casi inaudible.
—Jamás lo hare… siempre estaremos juntos.
~ Lo juro ~
¿Qué les pareció?
Sé que les dije que no haría la continuación, pero es que la imaginación me invadió. Y Pum, ya tenía la otra parte de esta historia loca. Me he llevado una gran sorpresa al ver esos Reviews, pensé que no les gustaría, gracias por el apoyo. Verán un poco Ooc en Sasuke, espero comprendan pues imaginense creer que tu novia a sufrido una muerte atroz no es fácil.
Espero lo disfruten.
Besos y Abrazos Meh.