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6.- Bipolaridad
A esto se le llamaba allanamiento de morada. Pero él prefería llamarlo "la venganza se sirve fría".
El inmenso miedo se reflejaba de muchas maneras en los ojos de aquella pelirroja.
Para ella, era ese maldito desgraciado que le quitó la vida a su Peter, y ahora venía por ella. No le extrañaba para nada. Le daba tanta furia como miedo, sobre todo porque ahora no estaba sola. No se trataba solo de ella ya.
Se aproximaba con lentitud, como si quisiera torturarla. Y realmente eso es lo que quería. M.J. no podía hacer más que arrinconarse en una esquina de su sala.
—Eres un monstruo...
—¿Yo soy un mostruo? No estaba enterado...
De solo oír su voz con esas cínicas palabras, la pelirroja quería tirársele encima. Pero no era conveniente de ninguna manera.
Solo podía quedarse quieta en el mismo lugar, esperando ser salvada. ¿Pero quién la salvaría? Su héroe ya no estaba.
—Eres la peor escoria que pueda existir... no te bastó con quitarme a Peter tú...
—¡Fuiste tú quien me quitó a Peter bastarda infeliz!
La confusión invadió a la mujer al oír esa respuesta. ¿Qué quiso decir con eso? Ella no lo entendía. Peter era su novio, su prometido, ¿de qué diablos estaba hablando?
—Mira no sé quien eres, no me interesa... ¡pero tengo una vida que cuidar y yo...!
—¡Ya lo sé estúpida! ¿Para qué crees que vine? Esa porquería que traes dentro fue el principal detonador para que Spidey te eligiera, ya lo sé todo. Debí imaginarlo.
La presión de la chica se elevaba cada vez más, las lágrimas corrían sin cesar por el profundo miedo que sentía en ese momento. Con ambas manos, cubrió su crecida barriga de ya ocho meses. Temía por ella y su bebé.
Y aun, seguía sin entender de que rayos hablaba ese tipo.
—¿Pero adivina qué? No te daré el gusto de ver crecer el motivo de mi desgracia.
El filo de una de sus espadas se escuchó al ser desenfundada, y en ese mismo momento las pupilas de Mary Jane se dilataron.
Dicen que cuando vas a morir ves toda tu vida pasar por tus ojos. Recuerdos de su niñez comenzaron a correr por su mente, y entonces, se soltó a llorar.
—¡NOOOOOOO!
No importaba que tanto rogara, Wade ya tenía sus planes, y no eran nada bonitos.
No tuvo delicadeza en quitarle las manos del estómago, para dirigir su afilada arma al vientre bajo. Hundió solo la punta de la espada en el sitio, y lentamente comenzó a hacer una incisión como si de una cesárea se tratase.
Los gritos de la pelirroja inundaron las cuatro paredes, el dolor y la desesperación se mezclaban en ella de una manera desesperante.
Se estaba desangrando, y el dolor de una herida así sin anestesia pronto la dejaría desmayada.
Una vez terminó su primer cometido, se arrodilló cerca de ella, observando su obra de arte.
—Ya sabe, un mercenario demente con una bocaza... no debió meterse conmigo señorita.
El siguiente movimiento si la terminó de desmayar, y seguramente de mandarla hacia el otro mundo.
Deadpool metió sus manos dentro de la herida que él mismo hizo hasta sacar el bebé y cortarle el cordón umbilical. Era una masa morada, hinchada y babosa a ojos del mercenario, y era una niña.
Solo la dejó a un lado de su madre, pronto morirían ambas sino es que ya lo estaban.
Volvió a guardar sus armas manchadas de sangre, para girarse con una mirada llena de dolor pero sobre todo odio.
Su trabajo estaba terminado.
—Lo he hecho Spidey, he vengado nuestro amor, he vengado tu muerte, he...
El ultimado y renovado Deadpool se calló. Sus oídos escucharon algo a lo cual no supieron reaccionar muy bien.
Un llanto.
La bebé estaba llorando.
¿No sé supone que estaba muerta? Al parecer no, porque lloraba, y fuerte. Quería sentir coraje, callarla de un balazo y asunto arreglado. Pero le fue imposible.
Peor aún, mas neuronas se descolocaron en su cerebro.
Volvió a girarse, mirando su perfecto desastre y a la niña en el suelo llorando.
—¡Cállate! ¡Cállate ya! — Gritó a la tonto, como si la pequeña fuera a responder algo.
Se acercó un poco más a ella y entonces pudo verla con detenimiento. No era solo una masa hinchada. Era una nena de cabellos castaños, y además, descendiente de Peter.
Tomó una manta que se encontró cerca del sofá para envolverla.
—¿Es suficiente con eso? ¿Ya te callarás?
Por más que quisiera hacerse el frío, oír llorar a esa pequeña no lo dejaba en paz.
Pasó saliva, y alzó a la menor en brazos, meciéndola un poco.
—Shhh shhh, ¡ya! ¡Guarda silencio Petra!
Se le salió decir. Fue casi inconsciente, al igual que su tono de voz cambiaba. La tonada tan representativa de él hacía aparición otra vez.
Pero funcionó. La niña se calló y comenzó a reír, muy poco.
Eso bastó. Eso fue suficiente para decidir que se quedaría con ella.
Porque seguramente eso es lo que su Spidey habría querido.
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Lo sé, en este fanfic Wade es todo un yandere. Y está terrible lo sé, no parece un especial de halloween, sino un especial de cosas enfermizas o algo así. (?)
Y es por mucho de lo mas deprimente que he escrito. No se si es tan deprimente que es malo, o tan malo que es deprimente.
Pero tenía que publicarlo porque ya lo había acabado.