Nota inicial: Para no complicarnos demasiado con sucesos históricos reales, ésta historia será totalmente ficticia en varios aspectos. Utilizaré algunos hechos que en realidad sucedieron como base, pero por ningún motivo deberán tomarse en serio.
Disclaimer: Beyblade y sus personajes no me pertenecen
Advertencia: Yaoi, lime y posible Lemon explícito en próximos capítulos
Parejas principales: Kai x Yuriy, Bryan x Yuriy, Kai x Rei, Robert x Johnny, entre otras
MOSCOVIA
Capítulo 1 – Lobo Rojo
En 1613, el consejo nacional de Rusia eligió a Michael Romanov como el primer Zar, poniendo fin a un largo periodo de inestabilidad. Casi 70 años después, Pedro el Grande introdujo amplias reformas, incluyendo la creación del Ejército rojo, cuya expansión ayudaría a Pedro a subordinar la iglesia ortodoxa bajo su mando, así como la reorganización de muchas estructuras gubernamentales a lo largo de dinastías europeas.
En 1721, Rusia conquistó Estonia y Letonia después de décadas en guerra con Suecia, estableciendo una imponente presencia naval en el Mar Báltico, y una ventana a Europa.
Rusia imperial, 1748…
Voltaire Romanov asciende al poder, y después de una visita diplomática a Japón regresa con su primera esposa y madre de su heredero, al cual se le empieza a llamar por su apellido, con el fin de fortificar la alianza entre Rusia y Japón.
Tan sólo 24 años después y tras la muerte de ambos padres a manos de asesinos ucranianos, Kai Hiwatari asciende al trono.
El Zar Hiwatari, como es llamado, instauró en su primer decreto la posibilidad del matrimonio homosexual, y desposó al heredero de una de las familias más ricas de Rusia y amigo de la infancia, Yuriy Ivanov, a quien se le dio el título de Rey, por debajo de Zar, pero por encima de todos los demás.
Tan sólo medio año después del comienzo de su reinado, el país experimentó un enorme crecimiento económico, el cual se reflejó en mejores condiciones de vida para sus habitantes. El Zar se volvió en un ícono de poder y respeto como nunca antes para todos los habitantes, el ejército rojo creció y se fortaleció con el paso del tiempo.
Finalmente, en el año de 1775, Kai Hiwatari juntó a su enorme ejército y salió al campo de batalla, conquistando Crimea, Ucrania, Georgia y Polonia, finalmente obteniendo venganza tras cortar por sí mismo la cabeza del rey que ordenó el asesinato de sus padres. Esto le tomó al zar 3 largos años y muchas vidas rusas, pero con el territorio recién ganado y los impuestos, fue una decisión que le trajo muchos beneficios al imperio.
Era hora de regresar a la capital, Moscovia, y ver a su país, su gente y su esposo tras tres años de ausencia.
Agosto, 1775, Crimea.
Ahí hay algo pensó el Zar, levantándose de un brinco, regando el vino sobre la mesa.
Con espada en mano, salió por la ventana, intentando ver algo entre la maleza frente a él.
Escuchaba ruido, como pisadas y movimiento de un animal muy rápido.
No son asesinos, puesto que ellos no harían ruido, y es demasiado ágil para ser un humano cualquiera…
Alzó la espada un poco más cuando el ruido se acercó a él, pero se detuvo.
Finalmente, una pata blanca salió de entre los altos arbustos y un enorme tigre blanco con rayas negras se dejó ver.
Kai sonrió. Miró a los lados y después abrió la puerta, por la cual entró el tigre seguido del Zar.
Mientras el bicolor cerraba las cortinas, la silueta del animal proyectada en la pared comenzaba a desfigurarse, una sombre mórbida y sin sentido se hacía más alta y esbelta, hasta que obtuvo la forma de un joven con un cabello tan largo que acariciaba el cálido piso de madera y sin prenda alguna.
-Rei… - Kai mantuvo su distancia, pero el tigre notó cómo sus ojos se suavizaban, como lo hacían siempre con él
-Llévame contigo – pidió, arrodillándose – te lo daré todo
-Ya me lo has dado – El bicolor colocó la espada en su funda y se agachó para que el chico se levantara – pero si Yuriy te ve…
-¿Qué hará? Tú eres el zar. Son tus órdenes, y él tiene que vivir siguiéndolas.
Kai se mordió el labio.
-… si te ve no será feliz
-¿Y crees que lo será contigo? Ya tiene a alguien más, así como tú. Kai, tu matrimonio es tan sólo una unión que mantiene el dinero en la corona y viceversa.
Suspiro. Un ligero gruñido y después otro suspiro más.
-Estoy casi más emocionado por conocer a su amante que por verlo a él…
-Lo sé. Pero tranquilo, todo es muy sencillo. Solamente tienes que decretar que estás en tu derecho de tener tantos esposos como desees, nombrarme rey, y así podremos estar juntos.
Los ojos rojos se cerraron por unos segundos.
-Supongo que se me ocurrirá algo en el camino – tomó la mano del chico de enigmáticos ojos dorados y lo dirigió a la cama, donde lo recostó y comenzó a acariciar con dedos y labios.
-¿Entonces tenemos un trato?
-¿Y qué obtengo yo a cambio?
-A mí, mi cuerpo y mi inteligencia – El chico suspiró cuando el peliazul dirigió sus labios a una zona más íntima - ¿Lo harás?
Kai no respondió, y Rei no insistió. Después de todo, algo más placentero que títulos y poder estaba deshaciendo las cobijas.
Moscovia
Lacio y brillante cabello rojo regado en la almohada. Piel blanca cubierta en sudor, una suave respiración y tenue olor a lavanda.
Eso era lo que el halcón en la ventana pudo observar por varios minutos, pero echó a volar tan pronto la puerta se abrió y una figura entró, despertando al durmiente chico.
-Vamos, Yuriy. ¿Has vuelto a dormir hasta tarde? Es lunes, y tienes más de sesenta audiencias hoy, a las cuales ya vas retrasado.
-… - un bostezo y un vistazo rápido a la ventana
-¿Aún lo esperas?
-Soñé con él – respondió y se levantó - ¿Está listo mi baño?
-Desde hace horas. El agua está fría, lo cual sería satisfactorio para mi puesto que mereces un castigo por despertar tan tarde, pero ya que te gusta, no veo nada de…
-Shhh- pidió el pelirrojo – es muy temprano para esto.
El Rey caminó hasta la ducha, la cual quedaba al otro lado del cuarto. Ahí esperaban tres chicos, los cuales lo ayudaron a entrar y comenzaron a asearlo.
El hombre que lo había despertado sacó un pergamino y comenzó a leer.
-Si terminas las audiencias a las dieciséis, tienes tiempo para elegir la comida del banquete que se servirá cuando su serenísima alteza el Zar regrese.
-Si es que regresa – respondió el ojiazul - ¿Y si mejor se queda por allá? Aquí estamos muy bien sin él
-Podrían cortar tu lengua por decir esas barbaridades.
-Sólo que lo ordene yo mismo – respondió y dejó que uno de los tres chicos tallara su cuerpo
-¿No estás ni un poco emocionado por ver a tu marido? Después de todo, siempre te hizo muy feliz.
-No lo he visto en años. Y por lo que sé, el chino está con él. ¿Crees que no sé lo que han hecho? No eres el único que tiene espías. Es capaz de regresar y divorciarse de mí para desposar al asqueroso chamán.
-¿No te mordiste la lengua? Estoy seguro de que cambiarías tu anillo nupcial por uno de B…
-Basta – Yuriy agitó la mano – fuera todos. Yo terminaré mi baño. Bajaré tan pronto termine, y quiero mi desayuno en el trono.
Los tres chicos salieron despavoridos. El hombre mayor hizo una pequeña reverencia y se dio la vuelta, pero antes de salir, dijo…
-No olvides que Kai es tu Zar. Si quieres mantener tu posición, será mejor que pienses bien lo que harás con él cuando regrese.
-Lo sé, Boris. Ahora, fuera.
El mayor salió y el pelirrojo se quedó solo.
Se sumergió en el agua jabonosa y apretó los puños. El anillo en su mano izquierda comenzaba a molestarle.
Minutos después, el Rey salió a la sala de trono vestido y perfumado, con un desayuno de cuatro tiempos esperando por él.
Naranja, melón, incluso papaya, los cuales eran verdaderamente raros en esa parte del mundo hacían el primer tiempo. Salmon y pan el segundo. Papas con tocino el tercero. Y finalmente, pay de limón.
Tan pronto comenzó a comer, llegó el primer súbdito.
Se agachó frente a él y pronunció las palabras que le habían indicado tan pronto llegó al palacio.
-Su majestad, gracias por recibirme. Mi nombre no importa, pero soy un adinerado mercader. Lo que acontece es que tengo quinientas cabezas de ganado, y estoy dispuesto a venderle la mitad en los días venideros. No quiero el pago ahora. En lugar de eso, quiero que acabando el invierno y tan pronto comience la primavera, se me sean entregados la misma cantidad de becerros. Éste ganado que poseo ya está listo para alimentar al ejército, por lo que prefiero deshacerme de él ahora y asegurar nuevos activos el próximo año.
-La guerra ya terminó, el ganado será usado para alimentar los orfanatos. Boris firmará el decreto con el cual podrás reclamar los becerros el próximo año. Siguiente.
El campesino hizo una referencia y se marchó sonriente.
Después de él apareció un chico, bastante joven, quizás de unos dieciséis años.
-Su majestad, gracias por recibirme. Mi nombre es Max Mizuhara, y vengo de Japón a estudiar la lengua y cultura rusas. Humildemente solicito una ayuda monetaria para comenzar mis estudios, la cual pagaré en un lapso de diez años tras mi graduación.
-Hecho. Siguiente.
El chico hizo una referencia y salió dando pequeños brinquitos de felicidad.
-Su majestad, gracias por recibirme. – Una mujer de mediana edad con lágrimas en los ojos se postró ante él – mi hermana me ha robado todas las joyas que poseía y las vendió, por lo que ya no puedo recuperarlas. Hablé con el juez, pero no quiso condenarla a muerte. ¿Hay algo que pueda hacer para asegurarme de que sea ejecutada en vez de sólo encarcelada?
Yuriy se levantó y se plantó frente a ella.
-Abolí la pena de muerte hace dos años, y ningún crimen será sujeto a dicho castigo. A todos los que vengan por eso, será mejor que salgan de la sala antes de que haga una excepción con ustedes.
La mujer hizo una reverencia y salió, así como otros veinte súbditos.
-Bien, eso ya me redujo la mitad del trabajo, tal vez después de todo si pueda ir a cazar hoy – Le comentó Yuriy a Boris en voz baja una vez que regresó al trono
-Su majestad, el banquete…
-Su majestad, gracias por recibirme…
Tanto Boris como Yuriy reconocieron la voz y observaron al joven, el cual se acercaba altanero al trono, a una distancia que hizo sentir a los guardias reales incómodos.
El pelirrojo hizo su mejor esfuerzo por no mostrar la sonrisa de felicidad que ahora amenazaba con asomarse.
-¿Puedo obtener una audiencia privada al finalizar su sesión?
Yuriy susurró algo a Boris y el hombre, no muy animado, le indicó al joven de ojos lavanda que lo siguiera.
El pelirrojo lo siguió con la mirada hasta que se perdió de vista, y después continuó con las preguntas, ansioso por terminar.
Casi dos horas después llegó a su cuarto, y tan pronto abrió la puerta divisó al chico, quien comía uvas mientras leía un libro sobre ruiseñores.
-Bryan…
El mencionado se levantó y ambos corrieron al encuentro. Se abrazaron y besaron como si no si hubieran visto en mucho tiempo, y luego permanecieron uno en brazos del otro mientras se acariciaban los rostros.
-Te extrañé – dijo el chico cuyo color de cabello y ojos tiraban al mismo tono de lavanda – fue casi un mes…
-Veintinueve días – respondió el pelirrojo – Dios… no vuelvas a hacerme esto
-Pero te traigo nueva información
-Eso lo discutiremos luego… - apretó su suéter – por favor bésame de nuevo
El más alto asintió y lo levantó un poco para unirse a él apasionadamente, y después se dirigieron a la cama, donde pasaron el resto de la tarde.
Después de asearse, ambos fueron requeridos en la sala donde se probarían los platillos del banquete de recibida del Zar.
Yuriy no le daba mucha importancia, pero Boris hacía énfasis en que era importante que el Zar se sintiera bien recibido.
-Después de tres años de andar en campamentos, no creo que a Kai le importe mucho el platillo – comentó Yuriy, quien disfrutaba de un plato de camarones con crema de almendras
Boris se aclaró la garganta –Emm, le recuerdo que el su alteza serenísima odia los mariscos, para él lo mejor sería un filete de…
-¿De China? He escuchado que Kai goza al devorarla… - comentó Bryan buslonamente
-Para usted, el Zar debe ser mencionado como alteza real, su alteza, Zar o su alteza serenísima no Kai
-Qué va, si el que ha mandado aquí por 3 años ha sido Yuriy…
-Supongo que en las aldeas no se les educa a los críos bastardos – comentó Boris
Bryan y Yuriy se miraron a los ojos. El pelilavanda alzó una ceja y con su mano izquierda tomó el cuchillo cerca de él.
-Boris, por favor trae papiro, voy a escribir algo para Kai – pidió el pelirrojo y el mencionado salió de la sala
-Qué imbécil – dijo Bryan – te digo, no me vendría mal marcarlo un día de éstos
-Lo necesito – respondió el ojiazul – Es el único aquí que realmente sabe lo que hace
Poco después, Boris apareció con papiro, tinta y pluma.
Yuriy escribió dos palabras y después lo enrollo, entregándoselo y sonriendo. A Boris no le causó mucha gracia, pero hizo una referencia y lo colocó a un lado.
-Supongo que mañana se tomará el día – comentó el consejero
-Supones bien – respondió Bryan – De hecho, nos tomaremos dos días
Boris hizo una mueca de desagrado, pero después de una mirada autoritaria del ojiazul, no dijo nada.
Cayó la noche y ambos chicos llegaron a la alcoba del pelirrojo.
Se sentaron frente a una mesa de madera y se sirvieron un par de copas de vino. La ventana estaba abierta, y una leve brisa entraba por ella, dándoles la idea de que el cuarto se sentía bastante acogedor.
-Esta mañana te observé dormir por un rato – dijo Bryan – hasta que Boris entró y me tuve que ir
-¿Te vio?
-No lo creo
-Bien – Yuriy comenzó a jugar con su anillo nupcial
Bryan tomó su mano y observó la armella. Era de oro, con un fino trabajo de hojas labradas alrededor del dedo, y en medio un enorme rubí, a su vez rodeado de diamantes. La sortija de los Romanov.
-¿Lo usas siempre?
-No, sólo cuando Boris me ve… sino me regaña y no se calla hasta que me lo pongo
-Es insoportable
-Te acostumbras
Bryan se acercó al pelirrojo y tomó su rostro entre sus manos. Observó sus delicadas facciones y el leve sonrojo de sus mejillas. Los labios de Yuriy se fruncieron en señal de que esperaba un beso, pero no se dio.
En vez de eso, sólo se escucharon unas palabras en el cuarto, que hizo ambos corazones latir con fuerza.
-Eres lo que más amo en éste mundo
La afirmación se convirtió en un abrazo.
-Cómo quisiera escuchar esas palabras todos los días
-Tú puedes – Bryan acarició su mano y removió el anillo – Siempre estaré contigo
Yuriy sonrió y se levantó.
-¿Quieres ir a cazar? Ya es de noche y hay luna llena
-Vamos
Ambos chicos comenzaron a desvestirse y dejaron la ropa en la cama.
Se tomaron de la mano y abrieron la ventana, la cual daba a un enorme bosque que se encontraba en los terrenos del palacio.
Tres días después
-¡Lo juro! ¡Vi a un lobo rojo con un cisne en el hocico! ¡Media como 4 metros! ¡Tenía los ojos del mismísimo diablo!
La mujer imploraba frente al trono que la guardia indagara en los bosques alrededor de la ciudad, jurando por su vida que había visto a un lobo gigante ya entrada la noche.
-¿Ah sí? ¿Y de qué color tiene los ojos el diablo? – Preguntó Bryan
-¡Silencio! Sólo el rey y el visitante pueden hablar durante la audiencia – presionó Boris
-¿Y tú? Estás hablando, ¿No?
-¿Qué más sobre el lobo? – Interrumpió Yuriy
-Sus ojos eran azules… tan azules como un zafiro recién pulido y brillantes… como un diamante
-Debe ser un lobo muy hermoso entonces – comentó Bryan
Yuriy lo miró, pero no tuvo ninguna reacción.
-Mandaré a una patrulla ésta noche. Y usted debería evitar salir a ésas horas sola. Siguiente
La mujer agradeció y se retiró.
En ése momento las trompetas comenzaron a sonar. Era una melodía majestuosa, anunciando la llegada del Zar.
-Su alteza serenísima está a cien kilómetros de la capital – se dirigió un guardia a Yuriy
-¿Tan pronto? ¡Preparen el salón, traigan el banquete! El Zar deberá estar aquí en unas dos horas y media. Todos los súbditos fuera, se suspenden las actividades públicas el resto del día – ordenó Boris
Yuriy palideció y sintió un escalofrío. Su garganta se secó y se puso de pie inmediatamente, sus piernas temblaron e, inconscientemente, apretó el anillo en su dedo.
-Boris, haz que preparen mi atuendo, tengo que ir al aseo.
Yuriy le hizo una seña al pelilavanda y éste lo siguió a la habitación.
El pelirrojo se sentó en la cama, pero se levantó. Fue al tocador y se sentó. Se levantó y se asomó por la ventana, colocando una mano en su pecho.
-Yuriy, ¿Estás bien? – Bryan se colocó tras de él y notó que estaba frio, sudando y temblando.
-No puedo respirar – dijo el pelirrojo entrecortadamente, inhalando profundamente al intentar llenar sus pulmones con demasiado aire
-Tranquilo – dijo el joven – todo está bien, yo estoy contigo
Lo ayudó a sentarse en la cama, pero el pelirrojo se desesperó y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Bryan removió su playera y la de Yuriy y lo abrazó para darle calor.
-Recuerda… ningún animal puede sobrevivir al invierno… pero el lobo sí. Tú puedes hacerlo todo… Estarás bien
-¿Estarás… conmigo?
-Hasta el final, Yuriy
El pelirrojo se levantó y tambaleante se dirigió al aseo, donde devolvió medio desayuno y después de asearse finalmente logró recuperarse un poco.
-Quiero descansar. Dormiré un rato y después me alistaré.
-Iré a buscar a Boris. Él debe saber lo que te pasó. - Yuriy asintió. - ¿Estarás bien solo?
El pelirrojo asintió y se acostó en la cama. Su ataque de pánico lo dejó exhausto.
Bryan lo observó una última vez antes de salir del cuarto y dirigirse al salón.
Había sobrevolado esos pasillos varias veces durante la noche y conocía sus secretos, así que tomó un atajo hacia el salón.
El día estaba nublado, y las velas reflejaban siluetas tenebrosas en las paredes. Como si no estuviera ya lo bastante nervioso, escuchó un susurro. Se detuvo en seco y miró detrás de él, pero ahí no había nada.
Sonrió para sí mismo por su miedo y continuó caminando.
-Halcón
Ésta vez sintió cómo algo estaba acechándolo. Se detuvo una vez más y permaneció quieto.
-La carne. No coman la carne.
Extrañado, buscó de dónde venían los susurros, pero no vio nada, ni detrás de las paredes, ni del otro lado del pasillo.
Caminó lentamente, esperando escuchar algo más, pero ya no hubo ninguna otra advertencia.
Finalmente llegó al salón y divisó a Boris, se dirigió hacia él y le comentó lo de Yuriy, manteniendo lo que había escuchado en secreto para sí mismo. Después de que el consejero insistiera en que debería marcharse de la ciudad, Bryan sólo estuvo más decidido a quedarse.
MOSCOVIA
Bienvenida(o) a una más de mis historias, que espero continuar pronto.
La idea surgió tras una conversación de casi 1 hora con mis colegas ucranianos sobre Rusia, y la escribí en una tarde mientras comía chocolate.
Espero que te haya gustado, de ser así por favor déjame un review con tus comentarios, es la mejor motivación para escribir, puesto que una retroalimentación es la mejor manera de saber qué expectativas se tienen de la historia.
Quiero hacer una invitación abierta a ideas. Cualquier cosa que te gustaría que incluyera, puesto que éste capítulo surgió espontáneamente y no estoy segura de qué rumbo vaya a tomar la historia.
Algo que es seguro es que el encuentro de Kai y Yuriy estará lleno de drama, pasión y conflicto, como la mayoría de mis fanfics.
Así que espero nos veamos pronto.
Gracias por leer.
Cloy Jubilee~