Pensando prioridades

Kagura estuvo al menos cinco minutos dubitiva hasta que decidió abrir la boca para decir lo que sea que se le viniera a la mente. Pero no había nada, solo una gran confusión y un profundo apetito.

— ¿Qué? ¿No vas a entrar?—. Le cuestionó aquella persona que estaba de pie a un lado de ella mientras que introducía su dedo meñique en el orificio izquierdo de su nariz.

Kagura quiso responder pero de nuevo simplemente no pudo hacerlo. Entonces ese hombre solo prosiguió a abrir la puerta introduciéndose al interior de la pequeña y algo destruida casa, eso sí, dejaba la puerta abierta detrás suyo a la espera de que la poderosa capitana se adentrara. Lo siguiente que ocurrió fue que vio como ese hombre miraba a todos lados y después se dirigió a ella sonriéndole de una forma que Kagura no pudo comprender.

—Oye ya te lo dije, entra que no voy a dejar la puerta abierta toda la noche—. Le dijo aquel hombre, ese tono de voz.

Ese modo de hablarle de alguna forma le recordó a un par de personas que conocía. Pero definitivamente a ese hombre de plateada cabellera jamás lo había visto entonces… entonces…

— ¿Qué demonios está pasando aquí?—. Escupió Kagura al fin las palabras que no había podido decir desde hace media hora.

Recapitulando…

Hace exactamente media hora la chica se encontraba en ese lugar que descubrió que se llamaba Shinsengumi, donde de alguna manera mientras era transportada a ese lugar, había dormido una maravillosa siesta luego de tanto estrés por un día. Cuando sus ojos se abrieron descubrió que estaba entre los brazos de aquel sujeto policía que peleaba con su hermano, el cual no pudo recordar su nombre por lo que solo lo llamó Sádicoademás también estaban otros dos tipos vestidos de una forma similar a ese sujeto, uno tenía el cabello azabache y mirada celeste, el otro más bien parecía un gorila así que decidió llamarlo de aquella manera.

Su confusión no era eso, tal vez la parte en la que despertó y se dio cuenta de que estaba siendo cargada por el "sádico", otra vergüenza para la poderosa capitana. Lo que si comenzó con su confesión fue encontrarse al hombre de plateada cabellera que hace unos momentos la había "traicionado" pronunciando tales palabras heroicas que a ella le dieron ganas de vomitar.

Ya lo dije, tengo que llevarme a la niña…

Fue lo que dijo ese hombre. Niña ¿ella? Era algo para echarse a reír. Lo siguiente que ocurrió fue un intercambio de diálogos entre agresivo/amistosos, unos cuantos insultos y cuando ella se dio cuenta las esposas que tenía le eran retiradas. No es que ese asunto le aliviara, pero bien sabía que ella era buscada en algunos planetas y no precisamente porque quisieran invitarle un pastel, entonces ¿ser liberas solo porque ese hombre llegó? ¿Qué clase de súper abogado era ese sujeto? Y eso que ella ya había planeado un escape digno de una película.

—No puedo creer que sean tan idiotas como para creer que esta pequeña niña sea alguien relacionado con el Harusame—. ¿Qué significa ese maldito comentario? —Es la hermana de Kamui, está demasiado preocupado y la pequeña mocosa vino a visitar a su oni-chan así que sería bueno de su parte que no interfieran en ese bello encuentro familiar-. Agregó revolviendo los cabellos de Kagura, se ganó un golpe.

….

Volviendo a la realidad, Kagura seguía parada exactamente en el mismo lugar luego de haber hecho su pregunta. El hombre de plateada cabellera tenía una mirada extraña luego de escuchar la pregunta de Kagura, ¿acaso ella no entendió la parte en la que fue a sacarla de la cárcel? ¿O tal vez no podía comprender muy bien el idioma? O… también estaba la posibilidad de que ella esperara que su "estúpido hermano" fuera por ella en vez de un hombre que apenas conocía; se inclinaba más por las últimas dos, después de todo ella parecía bastante joven.

Lo cierto era que Gintoki dijo aquello de ¡Llévatela, ni siquiera la conozco! esperando ver como el chico que vivía gratis en su casa sonriera estúpidamente emocionado y corriera detrás de la patrulla que se llevaba a su hermana "matando dos pájaros de un solo tiro" pues aquello acabaría en una pelea y después en el rescate de ella. Pero lo que realmente ocurrió fue que el chico solo sonrió pronunciando un bye-byemientras la patrulla se alejaba; eso sí, no fue todo lo que ocurrió pues el chico rápidamente se dirigió a Gintoki sonriéndole de una forma que el denomino "estúpida".

—Gin-chan, creo que es hora de que me pagues—. Demando ese chico, bien, de todas las tonterías que pudo haberle dicho, esa fue la más irracional y estúpida.

¿Qué demonios? ¡Tu hermana se acaba de ir por ahí! ¿Y tú piensas en dinero? Eres un muy mal hermano—. Le respondió.

—Por supuesto…—. Le dijo Kamui.

—Mocoso idiota—. Murmuró como respuesta, Kamui le sonrió.

—En ese caso… ¿Qué tal si Gin-chan trabaja para mí?

"A su manera, ese chico idiota me ha mandado por su hermana, ¿Qué debería decirle?" pensaba Gintoki mientras Kagura seguía a la espera de una respuesta. Habían pasado ya varios minutos desde que llegaron, el silencio reinaba por lo que Gintoki supuso que Kamui se habría quedado dormido o se había largado al saber que Gintoki terminaría llevando a su hermana menor a la casa. Era un mundo de posibilidades.

—Pues… me dijiste que te llevarías al mantenido que vive aquí, te arrestaron y tu hermano me mando por ti—. Respondió Gintoki al fin.

¿Kamui ha mandado a este tipo por mí? Eso fue lo más gracioso que Kagura escucho en toda la semana y no pudo ocultarlo pues antes de poder hacer otro movimiento ya estaba riéndose como una desquiciada.

—Oye viejo, ¿Qué diablos piensas de mí? ¿Acaso crees que me echare a llorar si me dices la verdad?—. Preguntó —Se cómo es ese tremendo idiota…—. Agregó, después se arrepintió de haber pronunciado aquello.

—Bien, bien tranquila…—. Le dijo él, supuso que la pequeña chica estaba molesta y si era sincero, no le sorprendió tanto, ya llevaba bastante tiempo conociendo al chico del que hablaban.

Kagura no dijo nada más, estaba pensando en demasiadas cosas y una de ella tenía que ver con su objetivo inicial, la razón por la que llego a ese planeta de locos… llevarse consigo a su estúpido hermano mayor ; la otra cosa en la que pensaba era en ese molesto dolor que había sido provocado por ese tipo "sádico". Que insulto, que insensatez, que idiota… el pobre tipo se ha metido con la poderosa capitana, cualquiera en su lugar estaría temblando ante la capitana de la "casi" tripulación más poderosa que existía. Y era "casi" debido a que Kagura estaba completamente segura de que su hermano era lo suficientemente fuerte para completar a la tripulación perfecta, ese era su motivo por el que quería llevarlo consigo, no había nada más, solo estaba eso y el objetivo de ser la Reina de los Piratas.

—Kamui…. ¿está aquí?—. Cuestionó Kagura luego de varios minutos de silencio, adentrándose de una vez a la casa semidestruida.

El hombre frente a ella estaba sosteniendo un recipiente algo curioso y con una cuchara llevaba el contenido del recipiente a su boca, luego de masticar el alimento, murmuro unas palabras que Kagura no entendió pues el hombre aun no tragaba lo que tenía en la boca. Kagura le hizo algunas señas diciéndole que no lo comprendía por lo que el hombre prosiguió a señalar constantemente una puerta.

—Debe estar ahí—. Le dijo despreocupado. Kagura esbozo una sonrisa antes de dirigirse apresuradamente a ese sitio, excelente, aprovecharía que estuviese domino para llevárselo la paliza se la daría una vez que estuvieran en la nave ya demasiado lejos del planeta. O ese era su plan hasta que el hombro la detuvo del hombro evitando que avanzara. — ¿Acaso piensas que voy a dejar que los locos hermanos terminen de destruir mi casa?—. Cuestionó Gintoki.

—Sería muy amable de tu parte…—. Respondió Kagura. El solo suspiro.

—He hecho mi buena acción del día y me pasa esto…—. Suspiro molesto de nuevo —Bien me importa una mierda, pero como te saque de la cárcel pequeña mocosa peleonera, al menos espera a que sea de mañana para romperle el culo a ese idiota.

¿Por qué no pudo mandarlo al diablo? Cierto, de alguna manera retorcida le agradecía haberla ayudado a salir de ese lugar sin tener que romper huesos. Además estaban aquellas palabras que ese hombre le había dicho mientras caminaban hasta llegar a la casa en la que se encontraban.

Como eres la hermana pequeña de Kamui, puedes quedarte en la casa, seguro cabes en el sofá…

Amabilidad, eso nunca lo había escuchado. Si bien cuando tuvo cierto problema un tipo "emo" le ayudó no podía definir aquello como amabilidad, era más bien interés.

—Vale—. Respondió sonriéndole, no pudo permitirse ser grosera.

—Oh la hermanita es más educada que el oni-chan—. Pronuncio con cierta ironía.

Ese hombre hablaba de Kamui con demasiada familiaridad, incluso y muy posiblemente más familiaridad con la que ella podría hablarle. Después de comerse casi todo el contenido de la nevera, el hombre entre quejas del porque no la dejaba dormir en la calle le indicaba donde dormiría aquella noche la invitada, luego él se dirigió a lo que parecía ser su habitación. Kagura pensó que esa podría ser su oportunidad para ir por su objetivo pero… ese sujeto podría ser distraído pero malditos sean sus reflejos.

Así que su única opción era dormir…

Un día, un día en ese planeta y ya había conocido a un par de policías en la estación, se topó con unas gafas flotantes que habían iniciado su camino a su objetivo, un hombre extraño la había sacado de la cárcel y prácticamente le estaba vendiendo a su objetivo y por ultimo estaba un sujeto "sádico" que aunque fue lo segundo que se encontró, también fue lo que desgraciadamente vio en varias ocasiones…

—Tremendo idiota…. —. Murmuro lo más bajo que pudo.

Ese tipo le había hablado de un modo vulgar, le retó, le provoco una herida que seguramente le tomaría al menos un día sanar y lo peor… cuando despertó la estaba cargando. A ella… si su asistente se enteraba seguramente la molestia el resto de los días, era un hombre viejo pero podía ser molesto. No, no podía permitirse tal vergüenza ¿Qué tal si su tripulación se enteraba? ¿Un simple humano haría todo eso?

—Definitivamente no—. Murmuro, esta vez sintiendo la sangre hervir.

Nuevo plan para el día siguiente:

Paso 1: Desayunar aquella deliciosa comida que se encontró en la nevera del hombre despeinado.

Paso 2: Salir de ese lugar antes de que alguien despierte.

Paso 3: Comunicarse con Abuto e informar su éxito en la misión (Solo para alardear)

Paso 4: Romper su regla de oro (por única vez) y matar a ese sujeto de mirada rojiza que habia osado tocarla. Oh si, el sádico se muere.

Paso 5: Comprar recuerditos por si Shinsuke se enoja.

Paso 6: Darle una paliza a Kamui (ultra necesario)

Paso 7: Volver a casa.

Mañana seria el día definitivo.


Estoy vivo