Este fic se llamaba Amortentia, pero he decidido cambiarle el nombre. Esa pócima ya no es el plot principal porque soy débil y sucumbí a la idea de hacer de esto un multichapter que ni siquiera sé hasta dónde llegará. Ahora el plot es Nijimura y Himuro teniendo trepidantes aventuras en Hogwarts (jeje) y uno que otro personaje haciendo de las suyas junto a ellos.
Este capítulo iba a estar bajo el punto de vista de Nijimura, pero es cumpleaños de Himuro y pues nada ¡Feliz cumpleaños, Himuro!
La noticia de que Nijimura Shuuzou había confesado su atracción por Himuro Tatsuya en plena clase de Pociones era uno de los chismes más candentes de la semana. Claro, confesar tal vez no era exactamente la palabra, sin embargo, sí era un hecho que el pobre muchacho se había echado de cabeza gracias a su ignorancia y a las malas artes del profesor de la asignatura del mal. Esa, definitivamente, podía contar como una de las más vergonzosas confesiones jamás registradas en las paredes del castillo de Hogwarts.
Es que decir que un filtro de amor, donde se supone que hueles lo que más te gusta, olías a Himuro Tatsuya no sólo era comprometedor, sino que también gritaba moral distraída ¿Acaso Nijimura usaba su tiempo libre olisqueándolo? Penoso.
Lo peor es que esos comentarios los hacían sin discreción alguna.
─Me parece injusto que solamente se burlen de mí ─comentó Shuu con una sonrisa falsa─. Tú también me oliste en esa pócima, pero de ti no se ríen.
Para enfatizar su furia, Shuu apuñaló sin piedad la chuleta que tenía en el plato. Había tanta furia en ese simple acto que hasta Tatsuya se llegó a pensar que aquél pobre marranito se estaba retorciendo en el cielo de los animales.
─Bueno, normal ─metió su cuchara Taiga─. Es que según dicen, Tatsuya no dijo ni pío sobre la poción, pero tú sí diste detalles y todo.
Era impresionante la habilidad que tenía Kagami Taiga para hablar con la boca llena y aun así hacerse entender. Shuu lo miró con asco y furia, mientras que Tatsuya se limitó a sonreír.
─Hazle entender eso. Shuu, es que no es mi culpa que no se burlen de mí.
─Calla, que aún te puedo echar otro maleficio moco-murciélago.
Tatsuya supo que ese era buen momento para cerrar la boca. Su última experiencia con un Shuu enojado había sido demasiado asquerosa como para querer recordarla. Incluso al pobre de Taiga se le revolvió el estómago al recordarlo.
─Muro-chin daba asco ese día ¿No?
A la mesa de Gryffindor se unió Atsushi, exudando desidia por cada poro de su piel. Con una actitud tan vaga, muchos se preguntaban por qué Murasakibara Atsushi había quedado en Hufflepuff, la casa de los trabajadores incansables. Incluso Tatsuya se había preguntado eso varias veces, eso hasta que el mismo Atsushi le contó que había escuchado en el tren que los dormitorios de esa casa estaban cerca de las cocinas de la escuela. Con esa información en manos se negó a que el Sombrero Seleccionador lo mandara a otra de las casas ¡Qué pereza le hubiera dado colarse allí desde la torre de Gryffindor, por ejemplo! No era práctico.
Cuando conoció a Tatsuya se arrepintió un poco de no haber quedado en Slytherin como el sombrerucho ese había sugerido. Había descubierto gracias a los partidos amistosos que organizaban que ambos hacían un buen equipo. Y ambos se caían bien.
─Se lo tenía bien ganado.
─En realidad creo que ni a mi peor enemigo le desearía ese castigo, Shuu.
─Eso no se le desea a nadie ─asintió Atsushi en cámara lenta─. Nijimura necesita a Jesús en su vida ¿A que sí, Muro-chin?
─Definitivamente.
─Ah, olvidaba que antes ibas a un colegio cristiano, Murasakibara ─comentó Shuu, sin importarle ni un rábano la salvación de su alma─. Quien necesita a Jesús en su vida es Tatsuya, en todo caso.
─Yo concuerdo con eso. Necesita a Jesús en su vida ─asintió Taiga, con aires solemnes.
Tatsuya entrecerró el ojillo visible. Taiga y Shuu no es que fueran los mejores amigos, pero los unía dos que tres cosas, como el quidditch y las ganas de incordiarlo ¿En qué momento habían formado esos dos la Alianza Anti-Himuro? Ni idea, pero iban que pisaban fuerte.
Qué suerte tenía al poder contar con el incondicional Atsushi.
─Ah, bueno, da lo mismo ─se desentendió del tema Tatsuya, antes de que la crítica fuera insostenible─. ¿Listos para el partido del fin de semana?
─Ajá ─asintió Taiga, con la llama de la competencia ya encendida en su mirada─. Vamos a aplastarlos ¿Verdad que sí, Nijimura?
─Yo creo que más bien Aka-chin y Muro-chin van a darles una tunda ─opinó Atsushi.
─Nah ¡Gryffindor ganará la copa este año! ─aseguró Taiga─. El año pasado nos derrotó Slytherin por muy poco. Y toda la culpa es de Aomine.
¿Que quién era Aomine? Oh, bueno. Cazador y estrella de Gryffindor, imparable e idiota. Sólo a él se le había ocurrido inventarse un maleficio un día antes del partido decisivo el año pasado, con resultados tan catastróficos que no sólo había requerido los cuidados de la enfermería, no. Lo había mandado directito al Hospital de San Mungo.
─No seas así, Taiga ─lo regañó Tatsuya, meneando la cabeza─. Mejor hay que alegrarnos de que no pasó a mayores.
─Bueno, no es motivo para preocuparse ─comentó Nijimura, frunciendo el ceño─. Digo, ya está correteando por allí como si nada ¿No? Fresco como lechuga. Igual apoyo a Taiga, sé que el equipo de Slytherin será más fuerte este año que el anterior, pero eso no significa que los vayamos a dejar ganar tan fácilmente.
─Bueno, eso ya lo veremos, capitán Shuu ─contestó Tatsuya, ganándose la miradas inquisidoras de los demás. Normal, ese "capitán" había sonado impúdico de más.
─Ah. Eso me recuerda ¿Están saliendo juntos ya o algo? ─preguntó Taiga, fallando estrepitosamente en su intento por sonar casual─. Digo… no por ser chismoso, pero la mis amigos estaban en su clase cuando pasó lo que pasó, y bueno… eso. Yo los veo normal, así que no sé.
Ah, sí. Tatsuya había olvidado que casi toda la pandilla de Gryffindor de sexto año con la que Taiga se juntaba estaba presente ese día. Y ya había atrapado alguna vez a Kiyoshi Teppei y Aida Riko mirándolos con curiosidad.
─No, no estamos saliendo juntos ─aclaró Shuu, encogiéndose de hombros.
─Ah, yo pensé que ya salían juntos desde el año pasado ─admitió Atsushi, más concentrado en un panque de miel que estaba comiendo─. ¿No era así? Raro.
─Ah, bueno. Lo de la clase de Pociones fue un incidente, en realidad Shuu y yo no hemos hablado nada sobre salir juntos.
Tatsuya ni siquiera tuvo que dignarse a mirar a Shuu para saber que el pobre estaba avergonzado de más. Era comprensible, de aquél incidente era él quien había salido peor parado, la mera idea de tocar el tema para aclarar las cosas debía ser insoportable. Tatsuya sabía esto perfectamente bien, por eso había tenido que morderse la lengua y hacer como que era agua pasada, por mucho que se muriera por sacarse el sentimiento de su ronco pecho. No tanto porque no deseaba que le volvieran a echar una maldición encima, simplemente era que no deseaba incomodarlo más.
Esperaría un tiempo antes de intentar aclarar las cosas con Shuu, ese era un hecho.
─Pues qué cosas. Mientras ustedes estén bien vale, creo ─dijo Atsushi, sirviéndose otra ración más de papas fritas en el plato. Era obvio que pasaba mil de la situación y había soltado una de esas frases que sonaban bien pero no significaban ni una mierda.
─Sí, qué cosas ─asintió Kagami.
Él tal vez sí estaba más preocupado por la situación de su hermano putativo.
─Entonces ¿Qué tal les va, chicos?
─Lo siento, Alex, hoy tenemos que hacer los deberes, no podemos ir a la Sala de los Menesteres contigo.
─¡Pero si no he dicho nada aún!
Tatsuya y Taiga intercambiaron una mirada antes de sonreír. Sabían perfectamente bien que de hecho eso era para lo que Alex les había detenido en el vestíbulo. Ya era casi como una tradición reunirse con ella en la Sala de los Menesteres para echar algunas partidas de naipes explosivos o simplemente charlar sobre algunas tácticas y consejos sobre quidditch. Alex era una de las mejores compañías, definitivamente, lo supo desde que ella fue su profesora en la clase de Vuelo durante el primer año.
─¿Y son muchos los deberes que tienen que hacer? ─preguntó Alex, como quien no quiere la cosa.
─Bueno, yo tengo que entregar varios ejercicios de Aritmancia para mañana ─se disculpó Himuro, con una sonrisa.
─Y yo tengo que entregar una redacción de sesenta centímetros para Defensa Contras las Artes Oscuras ─se quejó Kagami─. Kuroko ya terminó la suya, pero es la hora que no me deja echarle una miradita y ya… Ni modo, la haré con la letra más grande posible.
Taiga era todo un caso.
─Bueno ¿Por qué no vienen conmigo a la Sala de los Menesteres? ─preguntó Alex, sin darse por vencida─. Allí ustedes hacen sus deberes y charlan un rato conmigo.
─Y robaremos comida de las cocinas para traerla ─asintió Taiga─. Lástima que en la Sala de los Menesteres te dé de todo excepto comida.
─Bueno, es que la Ley de Transformación Elemental de Gamp…
─Tatsuya, no.
─Pues eso, yo también llevaré comida ─aseguró Alex─. Los veo a las cinco en el quinto piso, entonces.
Tatsuya la observó irse. Alex era una mujer sola, por muy engañosa que fuera su alegre actitud y prueba de ello era que acudiera a sus ex alumnos para pasar el tiempo. Era un pensamiento demasiado depresivo, así que Tatsuya lo echó de su mente. Ella había hecho mucho por ellos, lo menos que podía hacer para compensarlo era aceptando la propuesta.
─Bien. Y tal vez sea mejor quedarnos allí a dormir, así no nos atrapará el celador en la madrugada ─asintió Tatsuya.
─ ¡Perfecto! Oh ¿Invitarán a alguien?
─Tal vez Kuroko quiera venir.
─Taiga, tú sólo quieres seguir molestándolo para que te deje copiar sus deberes.
─¡Mentira!
Por mucho que Tatsuya intento concentrarse en Taiga y en su expresión ofendida, algo, o mejor dicho, alguien, llamó su atención: Shuu caminaba hacia las escaleras junto a su amigo Kubota, hablando a saber qué.
Aparentemente Alex había notado que lo miraba, porque enseguida recibió un codazo de su parte.
─Won't you ask him out?
─No, I won't.
Taiga levantó sus cejas y luego siguió la trayectoria de las miradas indiscretas de esos dos. Al ver quién estaban analizando asintió y volvió su atención a sus interlocutores. Tatsuya hizo lo mismo, Shuu y Kubota ya habían desaparecido de su campo de visión.
─Es que Alex, Tatsuya está pasando por una situación con Nijimura ─dijo Taiga, quedando como indiscreto al fingir discreción─. No es que estén molestos. Es más complicado.
─Ya ¿Es por lo que pasó en su clase de pociones y ese filtro de amor?
Tatsuya arqueó una ceja, la que le tapaba el flequillo, él de discreción sí sabía.
─Podría ser ¿Cómo te has enterado de eso?
─Bueno, es que yo siempre estoy al pendiente de ustedes ─declaró Alex, con unas sonrisa orgullosa─. Eso y que el chisme corrió como pólvora. Entonces ¿Salen juntos o algo así?
─No ─contestó Himuro, soltando un suspiro─. Sería un poco forzado llegar a algo con lo que sucedió ¿No? Además, él la está pasando mal por lo que cotillean sobre él.
─Tatsuya, quién te viera, tan maduro y tan considero con Shuuzou y sus sentimientos ¿No crees que ya creció, Taiga?
─A mí no me metas en tus cosas.
─Muro-chin ¿Por qué no invitaste a Nijimura?
En la Sala de los Menesteres estaban ya reunidos Alex, Atsushi, Taiga y, cómo no, Kuroko. Como dato curioso, Taiga aún no había conseguido copiarse ni una línea de la redacción del traidor, como lo llamaba él.
─Creo que él tiene deberes que hacer con Kubota ─explicó Tatsuya, con suma paciencia─. Y creo que está bien que de vez en cuando hagamos cosas por separado, especialmente ahora. Le hará bien.
─Ah. Suena dramático, como era de esperarse de Muro-chin.
Tatsuya se tragó el insulto con dignidad envidiable y se encogió de hombros, continuando con los ejercicios de Aritmancia en los que estaba trabajando. Le gustaba esa materia y mucho, aunque probablemente no tanto como a Shuu, que era así de bueno con los números. Seguramente él sería de mucha ayuda con ese ejercicio particularmente difícil con el que se estaba atorando.
Tal vez debería dejar de pensar en él o no iba a concentrarse.
─Creo que hace lo correcto, Himuro-san ─aseguró Kuroko, alejando su redacción lejos de la mirada de Kagami─. Lo que necesita Nijimura-san es despejarse un momento de todo lo que se ha comentado del incidente de la Amortentia.
─En serio es el cotilleo de la semana ¿No? ─comentó Alex, bebiendo un trajo de su cerveza de mantequilla─. Bueno, es Hogwarts, seguramente la semana que viene será otro.
─Confío en que Kise-kun será candidato a ser el blanco de los chismorreos la semana que viene. Me parece que él y Aomine-kun tienen un plan estúpido entre manos.
─Normal en ellos ─soltó Kagami, resignándose a terminar la redacción por sus propios medios con una letra escandalosamente grande─. Eso o se va a comentar el partido de Gryffindor contra Slytherin, ese que vamos a ganar ¿Verdad, Kuroko?
─Daré mi mayor esfuerzo.
─Ya les digo que Aka-chin va a ganar, él nunca pierde. Además tiene a Muro-chin y a ese chico que se parece a Kuro-chin en el equipo, el del nombre que no recuerdo.
─Te refieres a Mayuzumi-san, Murasakibara-kun.
─Ese mismo.
─Va a estar muy reñido, me muero por ver el partido ─asintió Alex, emocionada─. Mis pequeños Tatsuya y Taiga van a enfrentarse ¡Y por si fuera poco también Tatsuya tendrá que enfrentarse a Shuuzou!
─Cuando lo dices así suena a romance trágico ─añadió Kagami sin apartar la vista del pergamino─. Y sólo es quidditch. Lo único que va a pasar es que ninguno de los dos va a dar su brazo a torcer ¿No?
─Pues sí. No quiero perder ante nadie, ni siquiera contra Taiga o Shuu. Y creo que ellos también piensan lo mismo.
Tatsuya sonrió y volvió su atención a los ejercicios que se suponía estaba resolviendo. Eso de intentar no pensar en Shuu era de todo menos fructífero, especialmente si seguían hablando sobre él, así que lo dejó por la paz. En ese momento era tan tentador lanzarle un hechizo obliviate a Shuu para que el asunto de la Amortentia quedara por la paz y no tuvieran esas interacciones tan lamentables como torpes.
─Típico de Nijimura-san y Kagami-kun. Ellos son más de acciones que de palabras, demasiado impulsivos.
─Mira, estoy aquí, Kuroko, así que no hables de mí como si no estuviera.
Tras eso Taiga y Kuroko se enzarzaron en una disputa, o mejor dicho, Taiga hablaba a grito pelado con él, recriminándole que no le dejara copiar la redacción. Kuroko simplemente se dedicaba a ignorar todas esas acusaciones. Parecía una situación banal, pero fue ese comentario de Kuroko lo que le dio una idea a Tatsuya.
Ya sabía qué iba a hacer para quedar en mejores términos con Shuu.
Notas finales: Sé que estoy cavando mi propia tumba con esto. Especialmente porque no tengo ni idea de las casa en las que acomodaré a los personajes que vayan surgiendo en la historia, madre mía.
En fin ¡Nos leemos!