Mi nombre es Hinata Hyuuga, tengo 17 años mido menos de 1.60 aproximadamente y hoy comienzo mi primer día ya como estudiante universitaria en el área administrativa después de haber aprobado el examen hace un mes, estoy un poco deprimida de que no tendré los mismos compañeros que en mis prácticas y lo único que espero es tener buenos compañero y profesores flexibles.

Al entrar al curso sentí algunas miradas que al momento desaparecieron y siguieron su curso, lo primero que debía hacer era buscar asiento, ¿acaso me sentaba sola y esperaba que alguien tomara haciendo junto a mí? O ¿me sentaba junto alguien? Recorrí mi mirada a todo el lugar y me percate de una chica que miraba a la ventana, cabello castaño corto y me le acerque.

-Disculpa me puedo sentar a tu lado- le pregunte a ella con un poco de miedo.

- Claro no tengo problema- me contesto muy amable- soy Matsuri un placer.

- Soy Hinata, ¿también te ubicaron con algún compañero con el que tuviste las prácticas?- pregunte tenía dudas si podía entablar una buena amistad con ella.

- en realidad estoy sola en el curso, por lo que veo algunos aquí ya se conocen- Matsuri me dijo con el rostro un poco distraído- a mi amiga Temari la ubicaron en el curso 301 pero decidimos toparnos a la salida para ir juntas a casa.

-Estamos en el 306 pero después de todo tienen mucha suerte, mis compañeras no pasaron el examen , me tocara regresar sola- suspire un poco y al verla me respondió.

- no regresaras sola, a la salida te la presentare y regresaremos todas juntas- me respondió muy alegre.

Al pasar el día charlamos más y nos conocimos, preguntando donde habíamos estudiado, donde vivimos, percatándonos que vivíamos muy separadas una a la otra, por lo menos hasta la mitad del camino podíamos acompañarnos, a la vez nos hicimos amigas de los demás compañeros que estaban en nuestra fila, una chica casi de mi estatura, de cabello verde corto su nombre es Fuu, junto a ella estaba Karui una chica de cabello rojo ambas se llevaban muy bien, muy animadas y pasaban riendo, al pasar los días y semanas se había vuelto rutinario, pensé que sería un semestre sin ninguna novedad p eso creía yo, hasta que lo vi.

estaba subiendo las escaleras junto con Matsuri y lo vi en el corredor, un chico muy alto, ojos azules pero lo que más me llamo la atención era su cabello, siempre me habían parecido atractivo los chicos con un cabello revuelto pero que les quedara bien y él lo era, se encontraba con vestimenta formal algo que le sentaba muy bien, al parecer tenía que dar alguna exposición ya que se encontraba con un papel en la mano estudiando y junto a él se encontraba un chico con cabello en forma de piña en la misma situación, algo me decía que no habían estudiado con anterioridad. Era gracioso verlo mientras se revolvía el cabello pero cuando pase a su lado me avergoncé tanto que voltee mi rostro y mi corazón palpitaba muy rápido tanto que un poco más y volaba a esconderme a mi curso, no sabía quién era el, ni su nombre, ni edad, ni de qué curso provenía, pero no mentiré que tenía toda la curiosidad de saber todo de él, Matsuri me observo ella sabía que mi mente no se encontraba en clases pero decidió no preguntar nada aun, el día continuo y las clases terminaron con muchas tareas, me despedí de Matsuri, Temari, Karui y Fuu en el cambio de parada, ¿ tan mala suerte tenía yo? Era la única del grupo que debía ir en otro camino aunque eso me daba tiempo de pensar más en aquel chico.

Pero desde ese momento mis ojos se posaron sobre él, tal vez era ingenua, no lo conocía, no debía subir mis expectativas de esa manera o crearme una falsa imagen ¿qué debería hacer? Pensaba yo mientras miraba a la ventana, por solo un momento gire a la derecha y lo vi de nuevo, estaba al final del metro riendo junto a una chica de cabello rosa que iba de la mano con un chico de cabello azabache y también estaba el mismo chico de cabello en forma de piña, los cuatro reían sin ningún problema y yo solo me dignaba a mirarlo a él, su sonrisa brillante y se acomodaba las mangas de su camisa hasta sus codos pero se dio cuenta de que lo miraba y por un momento me observo creo que fui muy obvia al girar mi rostro muy rápido que hasta me dolió un poco el cuello, que tonta que fui, mi cabeza estaba por explotar, la vergüenza me carcomía, con la cabeza gacha volví a posar mis ojos sobre él, al parecer no se dio más que unas miradas por error ya que él estaba conversando con sus amigos, el metro paro y gracias que era mi parada, este será un largo semestre.