Los personajes aquí usados no me pertenecen, son obra de Rumiko Takahashi.

Ciclo Lunar

Luna Nueva I

Linajes, poder y la pureza de la especie. Ese, era un credo que cualquier daiyōkai debía aprender desde la cuna.

El cielo brillaba con timidez gracias a la tenue luz de las estrellas. Una joven de ojos dorados contemplaba el cielo mientras sus sirvientes terminaban de arreglar el kimono que sus padres habían ordenado que usara ese día. Al finalizar, la dejaron sola para que arreglara a su gusto su largo cabello plateado. Ella sonrió presuntuosa al verse en el espejo, era digna de su especie, podía entender porque el esfuerzo de seres inferiores a obtener sus favores. Pero claro, ella se encargaba de siempre hacerles entender su lugar. Rió. Eran tan indignos.

Pero ya no podía seguir huyendo al matrimonio, siempre supo que debía continuar con su linaje. Aun así no entendía la prisa de sus padres por casarla, después de todo su vida sería larga, y ella apenas llevaba un siglo y algo en el mundo. Chasqueó la lengua molesta mientras con ligera fuerza acomodaba su cabello en dos elegantes coletas. No necesitaba más adorno, un maquillaje ligero era suficiente para hacer resaltar lo obvio. Su belleza e inteligencia eran atributos que nadie podía negar.

Salió de la enorme habitación que era su cuarto y comenzó a caminar a paso lento, con las manos juntas al frente y el rostro en alto. Esa noche era su omiai* y conocería al que sus padres habían considerado el mejor candidato a ser su esposo. Sentía lástima por ellos, no es que creyera en el amor, pero tampoco iba a ceder a sus deseos con tanta facilidad. Le divertía ver la cara de desilusión de los hombres cuando los rechazaba, y esa no sería la excepción. Era un comportamiento inmaduro, y estaba consciente de ello, pero sólo así se permitía ser boba, aniñada.

Dio vuelta y entró al sitio predispuesto para la cena. Todas las miradas se dirigieron a ella, excepto una. Entró sin más, decidiendo que los había hecho esperar demasiado. Sus padres la presentaron con los invitados: Los padres del aspirante, y el aspirante. No prestó demasiada atención, pero le sorprendió que el joven frente a ella tampoco le prestara demasiada. Permaneció inmutable, continuando con la cena, que de hecho le pareció en extremo aburrida. Ni sus padres ni los de su aspirante les permitían hablar demasiado. Ellos eran los que hacían y respondían preguntas. De pronto encontró su mirada con el del joven invitado. Quien le hizo un ademán de también estar aburrido, e incluso sacó la lengua -cuidando nadie más lo viera- como muestra de estar sofocado por los que eran más viejos que ellos. Le sacó una sonrisa, y por poco deja escapar una risa, una reacción que la sorprendió. Normalmente odiaba las boberías.

Se detuvo a examinar al joven, era guapo. Sus ojos eran tan dorados como los de ella, el cabello plateado estaba arreglado en una cola de caballo, lucía gallardo y a pesar de estar sentado podía adivinar que era bastante más alto que ella. Un buen ejemplar de su especie, sin duda. Sus marcas eran diferentes a las de ella, y era, claramente mucho más bobo. Una lástima para alguien que podría haber sido interesante.

Sin darse cuenta, gran parte de la cena se le había ido en miradas y ademanes cómplices.

Había llegado la hora de que ella y su compañero de tragedia salieran a dar un paseo. Ambos se pusieron de pie, se despidieron y una sirvienta les indicó en donde podían salir a andar. Dejaron así, a un par de muy entusiasmados padres seguir hablando.

La sirvienta hizo una reverencia y los dejó en un bosque. Ella se sentía molesta, cualquier demonio de baja clase, o hasta humanos podrían llegar a ese lugar, uno de los jardines del palacio de sus padres le habría parecido mejor. Pero entonces, su acompañante tuvo la osadía de tomarla del brazo y jalarla para que caminara. El infeliz tenía valor, de eso, ya no le quedaba duda.

Al pasar de los minutos su cuerpo se destensó, él resultó ser divertido, podía no mostrar demasiado respeto, y ella hablaba poco. Pero pronto había logrado hacerla reír a carcajadas, por más que se había resistido.

—Admítelo, Irasue. Te molestaste cuando no te miré fijamente al hacer tu entrada triunfal—El cuerpo masculino se dejó caer en la base en un árbol, e hizo un ademán a su compañera para que se sentara a su lado.

—¡Deja de tutearme!—Acomodó su cabello y lo miró con desdén al notar que quería que se sentara en la suciedad del piso—Y no. No me molestó, me da igual. Eres bastante engreído InuTaisho.

—También me tuteas, así que no encuentro el problema—Tomó la delicada pero fuerte mano femenina y con un tirón hizo que la dueña de esta terminara a su lado. Era claro que no le estaba poniendo resistencia o terminaría descuartizado sin poder moverla un milímetro de su lugar, y lo sabía —.Te diré algo: Al principio me pareció de lo más estúpido venir a conocer a una extraña con la que mis padres quieren que me case. Además de que no tienes buena fama, eres bastante engreída y superficial, eso es lo que dicen— La mujer a su lado lo miró con cierto fastidio —. Pero a mí más bien me pareces una chiquilla mimada que se las da de mala, pero en el fondo eres bastante divertida. No importa que no te guste demostrarlo. Y creo que está de más decir que eres hermosa, incluso ese caro kimono desmerece estar puesto en ti.

Irasue intentó, sin éxito, reprimir el sonrojo que ahora adornaba sus mejillas. El sujeto era, en realidad muy interesante. Y el paseo con él terminó siendo el mejor que hubiera tenido, incluso fue mejor que los que solía dar sola.

Lo decidió, le daría una oportunidad. Cuando se cansara, lo mandaría lejos. Pero todo a su tiempo, ahora quería disfrutar de su compañía un poco más.


Palabras según Word, sin contar notas de autor, título y summary: 996

*Con la palabra omiai nos referimos a una costumbre japonesa, que todavía sigue bastante vigente en la actualidad, a través de la cual se presentan a dos jóvenes desconocidos entre ellos con la idea de matrimonio. La idea principal es que los jóvenes se reúnen en una comida o cena formal con los padres de ambos para conocerse. Posteriormente, los jóvenes dan un paseo, los dos solos, para poder hablar así con más privacidad. A partir de ahí, que la relación continúe es una decisión exclusiva de los jóvenes, aunque los padres puedan presionar en muchas ocasiones. Si no se gustan, aquí acaba la historia, pero si se gustan, pueden decidir seguir viéndose y acabar la relación en matrimonio, algo llamado miai-gekkon o matrimonio por omiai. (Información proporcionada por japonisimo . com)

Hola. Muchas gracias por pasarse a leer, esta idea surgió como consecuencia de la actividad estacional del foro Siéntate (link en mi perfil), que consistía en drabbles, de ahí que me haya quedado con ganas de escribir más.

Yumi, sé que si llegas a leer esto dirás: Nuez, debes escribir mi regalo de cumpleaños. Lo sé, lo sé pero tenía atascada esta idea y decidí sacarla para que se despejara mi cabeza. Pronto tendré el primer capítulo de tu regalo.

A los demás, quiero agradecerles por darle una oportunidad a este escrito. ¿Te ha gustado la historia? Antes de agregar a favoritos e irte te pido que por favor dejes un review, ¿qué no sabes cómo? Permíteme ayudarte, sólo tienes que copiar y pegar el siguiente link en tu navegador (quitando los espacios): www . fanfiction topic / 84265 / 141218516 / 1 / Gu%C3%ADa-C%C3%B3mo-alimentar-al-ficker-hambriento

Es una guía proporcionada por el bello foro de Siéntate, en donde podrás encontrar como ayudar a los escritores con algo tan sencillo como un review bien hecho. Nos vemos en el próximo capítulo.


Aprovecho para invitarlos al reto de Halloween del foro: La aldea Sengoku, se divertirán bomba retando a su imaginación, pásense, no se van a arrepentir.