-Este es el código de seguridad –. En un callejón oscuro con el ruido de la ciudad casi apagado por completo se encontraba un hombre de gafas vistiendo un traje oscuro extendiendo un papel hacia otra persona que lo tomo con una sonrisa discreta en su rostro –Me entregaran mi parte pronto ¿no?

-Claro que si... déjame darte un anticipo.

Y sin más, un par de disparos penetraron su pecho empujándolo hacia atrás. El cuerpo sangrante cayo en el cofre de su auto platinado y se deslizo poco a poco hasta el suelo sintiendo como la sangre se escapaba por los orificios al igual que su vida.

Segundo a segundo, minuto a minuto hasta que exhalo su último aliento frente a los ojos de su asesino que con una sonrisa observo cada momento hasta que la vitalidad abandono el mirar de su víctima...

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-Ma, no me hagas esto.

Angela le sonrió a su hija mientras le entregaba una taza humeante de café –Veras como te encanta pero has lo que te digo.

Jane Rizzoli bufo con fuerza y negó con decisión –¡No! No pienso mentir y menos cuando estoy siendo coaccionada para asistir.

-¿Coaccionada?

Maura Isles apareció por el pasillo con una sonrisa, su brillante cabellera cobre ondeaba al viento contrastando perfectamente con su conjunto blanco de pantalón y blusa de diseñador al igual que su saco azul que coloco elegantemente sobre sus hombros mientras su mirada aceituna resplandecía con solo ver a la detective frente a ella.

-No es nada.

Bufo Jane mirando significativamente a su madre que sonrió con inocencia alejándose para tomar algo del refrigerador mientras la morocha se ponía de pie con taza en mano girando para a ver a su amiga pero de pronto se quedó inmóvil sonriendo.

-Buenos días, Jane.

-Buen día, doc... el blanco te queda de muerte.

Susurro lo último casi para ella misma pero la doctora la había escuchado y amplio su sonrisa ocultándola al girándose a tomar una fruta regalándole a la detective un visión perfecta de su trasero que obligo a un silencioso suspiro a escapar hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y golpeándose mentalmente se giró de nueva cuenta hacia su madre.

-Bueno ¿y de que discuten tan temprano?

La doctora miro hacia las italianas notando de inmediato como la incomodidad golpeaba de nuevo a la detective a la vez que la sonrisa brillante volvía al rostro de su madre.

-Oh, Maura querida ayúdame...

Los ojos de la cobriza regresaron a su amiga que casi con violencia dejo su taza en la barra de la elegante cocina –No la ayudes... quiere que mienta sobre mi profesión.

-No que mientas Janie… –. Angela hizo un gesto raro mientras movía las manos como sopesando algo hasta que encontró las palabras que buscaba -Solo que la ocultes hasta otra conversación.

-¡Eso es mentira! –. Señalo Jane.

-No a menos que te pregunten, depende tu respuesta es que sería una mentira.

Agrego Maura recibiendo enseguida un gruñido por parte de su amiga a la vez que una sonrisa feliz por el apoyo de parte de Angela que estuvo a punto de decir algo más hasta que el sonido de los móviles la hicieron callar y bufar a la vez.

Jane suspiro aliviada sacando su móvil –Rizzoli...

A la vez, a su lado Maura hacia lo mismo mientras revisaba visualmente que todo lo necesario se encontrara en su bolso –Isles...

Finalizaron la llamada a la vez y sin más Jane beso la mejilla de su madre que se encontraba a su lado recogiendo la taza sin finalizar de su hija, Maura lanzo su móvil al interior del bolso que luego colgó de su brazo. Ambas se dirigieron hacia a la puerta y Jane que llego primero la abrió hacia su amiga que sonrió como agradecimiento. Caminaron por una calle donde a metros en una principal se encontraba estacionado el auto oscuro de la oficial.

-¿De qué se trataba todo aquello?

Jane bajo la mirada suspirando –Ma quiere que vaya a una cena...

-¿Y eso que tiene de malo? Te despejaras un rato... un ambiente nuevo es bueno para...

-...quiere presentarme al hijo de una de sus amigas, es una cita con público –. Bufo la morocha tomando la manija de la puerta del acompañante abriéndola para la cobriza que se introdujo en el auto con la mirada tensa y su sonrisa jovial abandonada pasos atrás.

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Frankie Rizzoli ya se encontraba en la escena del crimen charlando amenamente con el patrullero que llego primero al lugar pero con una casi silenciosa disculpa se alejó al ver arribar el auto de su hermana acompañada de la forense pero eso no era nada extraño.

-Hola Janie... ¿Qué tal? Maura.

Le abrió la puerta a la dama que descendió y con una sonrisa casi forzada lo miro –Buen día, Frankie.

De inmediato el hombre noto que algo estaba mal, en especial cuando la mujer no espero a su amiga y simplemente se dirigió hacia el cadáver. Se giró a ver a su hermana y pudo notar la misma confusión en su mirar pero ninguno toco el tema.

-¿Que tenemos?

-Hombre caucásico muerto a tiros... lo encontró un pasea perros...

-Eso comienza a ser demasiado común, deberíamos tener a un oficial canino que ronde por ahí buscándonos trabajo cuando estemos aburridos...

Bromeo Jane mientras se acercaban al cuerpo, su viejo amigo y compañero Vince Korsak sonrió.

-Seria genial aunque tendríamos mucho que hacer...

Agrego sonriente y se quedó en silencio mirando hacia la forense, usualmente ese era su momento para instruirlos sobre la ciencia de su argumento pero el comentario simplemente no llego. La morocha se acuclillo frente a su amiga al otro lado del cuerpo observando las heridas aunque de reojo miraba como Maura lo revisaba superficialmente.

-¿Que tenemos? –. No hubo respuesta y Jane la miro descolocada totalmente. Sabia cuanto le gustaba a su compañera discutir sobre cadáveres pero ahora no había nada, ni siquiera una mirada –Maura ¿que tenemos?... ¡Maura!

La forense dio un brinco en su lugar y miro a todos lados sorprendida hasta entender porque las miradas de los detectives se concentraban en ella. Se fijó en los ojos marrones y profundos que la analizaban en silencio, podía sentir algo en su interior estremecerse a la vez que una sonrisa forzada volvió a instalarse en su rostro.

-Maura ¿está todo bien?

-Oh, sí, lo siento solo me distraje un poco –. Desvió su mirar de aquella que podía verle hasta el alma o al menos eso era lo que sentía aunque en realidad esto fuera imposible ya que el alma es...

-Maura...

Llamo de nuevo Jane arrebatándola de su debate interior –Lo siento... varón caucásico de aproximadamente 40 años, tiene una doble penetración en la caja torácica sin orificios de salida y por la cantidad de sangre y la dirección de las balas sin duda el corazón resulto dañado gravemente... estimo su hora de la muerte entre la 1 y las 3 de la madrugada...

Jane asintió almacenando la información en su mente pero sin dejar de lado el comportamiento de su amiga –Gracias... –. Vio de reojo que su hermano y compañero se encontraban distraídos así que con suavidad sujeto la muñeca de la cobriza obligándola a detenerse y la miro con amabilidad –¿Estas bien?

Maura miro la mano que la sujetaba y se deleitó con el tacto solo unas milésimas de segundo antes de saltar obligando a la morocha a que la dejara ir –Si, no es nada –. Jane iba a decir algo más pero ella lo vio venir –Fue un disparo cercano, no sabré la distancia exacta hasta que analice su ropa pero hay rastro de pólvora alrededor de los orificios...

Jane asintió y en ese momento que se distrajo guardando el detalle la forense aprovecho para alejarse de ella guardando su equipamiento. Realmente la italiana lo noto pero estaban en una fresca escena del crimen, no era el momento para perseguir a su compañera que se alejó hacia sus ayudantes del laboratorio que tomaban muestras.

Se giró hacia sus compañeros que inmóviles habían observado el intercambio pero al ver su mirar se hicieron los desentendidos. Korsak se acercó mirando detenidamente el suelo al igual que Jane dirigiéndose hacia el capo del auto.

-Muy bien, disparo de cerca y reboto en su auto... ¿una compra que salió mal?

-El barrio es malo pero no tienen esos problemas...

Respondió Frankie pero Jane miraba el cadáver –Si pero el luce en mal estado... ¿exceso de fiestas o drogas?

-Tiene argolla de matrimonio, tal vez solo trabajaba mucho –. Agrego Korzak.

Jane se giró hacia la forense y suspiro sin entender lo que ocurría –Puede ser pero ¿qué hace en un callejón oscuro a mitad de la noche? si tiene un hogar al cual volver...

-Tal vez no quería volver...

-Cerca de aquí hay una zona de prostitutas, tal vez andaba buscando diversión –. Frankie sonrió levemente.

Su hermana lo miro con orgullo silencio –Si y la diversión fue demasiada para su corazón...

Los detectives asintieron, Korsak se acercó a uno de los técnicos para solicitarle que buscara algún casquillo mientras Frankie revisaba el interior del auto encontrando las credenciales del occiso en la guantera. Jane por su parte camino hacia la forense que en todo momento había permanecido dándole la espalda hasta que sintió aquella mano fuerte pero a la vez delicada que se posaba sobre su hombro obligándola a girarse un poco.

-Me voy a la comisaria a iniciar la investigación… ¿te llevo?

-Lo siento Jane pero en esta ocasión me quedare un poco más... tu... adelántate...

La detective solo sintió como el hombro de la forense escapaba de su agarre casi con aversión y miro su sonrisa fingida que se desvaneció en un segundo al igual que su presencia cercana a ella. Algo en su interior se estrujo al verla marcharse pero a la vez un revoltijo de ideas se movían intentando hallar cual había sido su error para ser merecedora de aquella helada ley del hielo.


Rizzoli & Isles no me pertenecen, solo las tome un rato prestadas para jugar.

Para los que siguen mis otras historias, no me maten. Solo quería despejar un poco mi mente y salió esto ya que amo la serie y va a ser corta, tranquilos, también sigo trabajando en las demás aunque no se sorprendan que escriba algo sobre Castle (también es de mi series favoritas)

Por cierto, es la primera vez que escribo algo de asesinatos o misterio así que agradeceré muchísimo sus opiniones así sabre que esta bien o no.

Saludos a todos y espero que les guste, tal vez mas adelante idee algo mas hacía el romance.