Un breve escrito en una trasnochada ocasión de inspiración. Me hace bien hablar contigo, monito. Espero les agrade.
Dragon Ball Z ni sus personajes me pertenecen son creación de Akira Toriyama. Yo solo escribo o intento hacerlo.
–Vegeta, ¿me amas?– una simple pregunta rompío la tranquilidad del momento.
–¡Hmp!– su frente se llenó con su característico ceño fruncido.
–Yo sé que si, Vegeta. Lo noto cuando me miras. Cuando tus celos te invaden al ver a cualquiera cerca de mi. Lo siento cuando por las noches te es cada vez más difícil marcharte a tu habitación. O cuando regresas cada noche a saciarte de mis caricias. Lo sé cuando caes rendido a mi lado después de un largo día de entrenamiento. En la excitante faena entre nuestros cuerpos. Cuando me tomas entre tus brazos con la fuerza suficiente para retenerme sin hacer daño y también lo sé cuando posas tu cabeza sobre la mía sin darte conciencia de tu acto. Incluso lo sé con ese "¡Hmp!" que es capaz de decirme miles de cosas. Aquellas que se que nunca dirás.
–¡Cállate, mujer!... No sabes nada. Dices puras tonterías.
–¿Vegeta?...– tomó entre sus manos el rostro del príncipe que le negaba su profunda y oscura mirada
–¿Qué quieres, mujer?– giro su musculoso cuerpo, a manera de darle la espalda. No quería verla de frente.
–Te amo.
–¡Hmp! Duerme de una maldita vez. Ya no digas idioteces...
Ella simplemente acurrucó su cabeza en la espalda de su amante. Cerró los ojos y murmuró entre dientes.
–Yo sé que si me amas, Vegeta.
–¡Hmp!...
–Con ese "Hmp" me das la razón.
Se que tengo una historia inconclusa, no la abandonare, lo prometo. Este breve escrito no podía quedar sepultado como otros.
Mayra Paola ~ Vegitta May
Terrícolas amantes de Vegeta no Ouji