¡Hola a todos! Lamento mucho haber tardado tanto en actualizar, se me juntaron los exámenes, el trabajo, las fiestas y todo. Aquí les dejo otro capítulo más, les agradezco mucho por leer mi historia, disfruto mucho escribiéndola y espero que les guste. Por favor dejen sus reviews para saber qué opinan y para ayudarme a mejorar. Contestaré a cualquier duda que vaya surgiendo referente a la historia, ansío leer sus comentarios, Saludos y que lo disfruten!

-Capítulo 9: Mi nuevo amigo serpiente -

Hermione despertó, se encontraba en su cama, le dolían todas las extremidades, se movió un poco y notó un peso sobre su pierna; recostado y profundamente dormido a sus pies estaba Theo, éste se incorporó abruptamente y la miró

—Te desmayaste al regresar a tu torre, te seguí y encontré, te traje aquí tuviste fiebre pero dormiste bien — se estiró y le sonrió

—¿Cómo?...—

—Todos tenemos nuestros secretos, no soy tu enemigo, y ahora que somos "equipo" quisiera ser tu amigo — Sonreía sincero y eso solo confundía más a la chica — Y además eres especial para mí, ¿sabes por qué?—

Ella solo enarcó una ceja, incrédula

—Fuiste la primera chica con la que pasé la noche— esbozó una pequeña y pícara sonrisa de medio lado, comenzó a caminar a la salida —Deberías permanecer aquí y descansar, tómate el día Hermione —de nuevo esa sonrisa y salió de la torre sin decir más.

La castaña estaba roja hasta la raíz, no comprendía nada y no sabía si el mareo era por la noche que había tenido o por el comportamiento de Nott, ¿Cómo demonios había entrado a la torre? Y ¿Por qué se había quedado toda la noche?, ¿Qué con ese comportamiento?. Se sentía tan confundida que escondió la cabeza debajo de la almohada, esperando que así todo encontrara un poco de lógica.

Theo salió de la torre de la castaña, profundamente avergonzado por lo que le había dicho a Hermione, no le dio tiempo ni de sonrojarse pues vislumbró una silueta recargada en el pilar del pasillo, la luz aún no iluminaba el lugar, pero sabía de quien se trataba.

—No sé qué planeas, pero lo averiguaré— Declaró Draco con voz helada y mirada asesina

Theo cambió su semblante cuando el rubio se alejó por el corredor, suspiró afligido, sabía que era jugar sucio y ya había sospechado que Malfoy se enojaría muchísimo con él, pero valía la pena; la amaba más a ella y Draco tenía que perdonarlo en algún momento ¿no?. Además con la guerra a cuestas no podía darse el lujo de seguir ocultando sus sentimientos a la chica de la que había estado enamorado desde segundo año; seguiría con su plan aún si este implicara que uno de sus mejores amigos lo odiara.

Hermione permaneció en cama un rato más después de que Theodore Nott se fue, ¿Qué le pasaba a ese chico? En su vida le había pasado algo así, no podía evitar sonrojarse intensamente al recordar la situación y la sensación de calidez que le transmitía el chico al mirarla, era como si con solo verlo a los ojos sintiera plena confianza de él.

Se tornó nerviosa, debía consultar con Sakura lo que le había pasado el día anterior, esa intensa sensación no podía ser buena, pero era imposible, ella juró jamás regresar y si sólo la visitaba a ella no confiaba en que no le diría algo a Naruto, Sasuke o Kakashi.

Tomó un baño, se sentía débil, sus extremidades le pesaban y la cabeza le dolía mucho, pero ella no faltaría a clases, una vez que hubo terminado bajó pero se saltó el desayuno porque no quería que sus amigos le dijeran lo mismo que Theo esa mañana. Las primeras clases fueron tranquilas, pero para la tercera sintió un bajón, sus energías fueron en picada, salió del aula y caminó por el pasillo en dirección a su siguiente clase, cuando sintió a alguien detrás de ella.

—Te dije que te quedaras en cama— le sentenció Theo al oído tomándola por detrás, apretando despacio pero con firmeza sus hombros.

—Tengo clases Nott, suéltame — replicó, pero agradeció internamente que él la sostuviera pues sus fuerzas se esfumaban.

—Nada de eso— Y en seguida la levantó en vilo, y la pegó a su pecho.

—¡¿Qué crees que haces?! —Espetó la castaña con toda la energía que pudo pero dado el estado en que se encontraba, Theo la percibió como una simple pregunta

—Te llevo a la enfermería, te dije que no debías bajar a clase hoy, estás enferma— Por alguna razón Nott se mostraba molesto, Hermione no lograba comprender lo que ese chico pensaba.

Iba a exigirle que la bajara pero al mirarlo a los ojos se calmó con el océano azul que de éstos destellaba. Theo continuó caminando con ella en brazos, al pasar por los pasillos los alumnos los miraban, era lógico pues una serpiente cargaba a la leona del trío de oro. Nott dio la vuelta en una esquina del corredor y se escuchó un grito

—¡Hermione! — La castaña se avivó un poco y miró por el hombro del chico, Luna la observaba con los ojos desorbitados y llenos de preocupación, la rubia caminó tras ellos para alcanzarlos pero Theo al darse cuenta, aceleró el paso.

—Espera, es Luna— Explicó con serenidad la chica, que luchaba contra el sentimiento de comodidad que experimentaba al estar en su pecho

—No hay tiempo Granger —Y corrió entre pasillos para llevar a Hermione con la Sra. Pomfrey. Llegaron a la enfermería y Theo acostó a la castaña en una cama, dejando caer delicadamente su cuerpo y asegurando su cabeza con una mano; algo se le removió dentro a Hermione, nadie la cuidaba así, a excepción de la Sra. Weasley cuando se quedaba en la madriguera durante las vacaciones, raramente se enfermaba en el colegio y cuando así era, ella misma acudía con la Sra. Pomfrey y en Konoha, bueno, lo único que Kakashi hacía era llevarla con el grupo de ninjas médicos que la estudiaban por su magia, aún si fuera solo por un resfriado.

Pero una remembranza acudió a su mente recordándole quién una vez la había cuidado de esa manera

En una ocasión se sintió mal cuando estaba en la academia, tenía alrededor de seis años, no encontraba a Sasuke por ningún lado y Kakashi estaba en una misión, por lo que ella debía cuidarse sola durante esos días en los que su padre había dejado Konoha; recordaba como la sensei le decía que tenía fiebre y que debía irse a casa, "llamaré a tus padres". Pero la niña salió corriendo, sabía que nadie iría por ella, salió de la academia y caminó hacia el barrio Uchiha, quería estar con su hermano pero ya hacía un par de días que no lo localizaba. Se cansó y decidió recostarse en el pasto de un parque, cerró los ojos y se quedó dormida.

Un movimiento la despertó, abrió los ojos débilmente y pudo visualizar a la persona que tenía sobre ella; Naruto, el compañero de clase de Sasuke. ¿Qué estás haciendo? preguntó la niña a lo que el rubio no contestó y solo le sonrió. La pequeña observó como él se quitaba la chamarra naranja y la envolvía sobre su cuerpo, posó sus manos debajo de las piernas de la niña y le dijo Toma mi cuello lo miró a los ojos, estos océanos azules le infundieron confianza y ella obedeció sin saber siquiera porqué, él la levantó en vilo, la acomodó contra su pecho y comenzó a caminar; en el trayecto Hermione iba y venía de la consciencia por la fiebre que tenía. Naruto la llevó a su casa, la acostó sobre su cama, la cubrió con sus cobijas y le puso unos paños de agua fría sobre su frente.

¿Por qué lo haces? preguntó la castaña

No podía dejarte ahí Afirmó Naruto como si fuera lo más simple del mundo

Si podías, no estamos relacionados, ni siquiera somos amigos Inquirió débilmente la niña

Tienes una relación con Sasuke, como si fueras su hermanita, él es mi amigo

Creí que ustedes se odiaban Refutó confundida la pequeña

No, no sé él, pero… para mí es mi amigo, no podía dejar a la hermana de mi amigo tirada en el pasto contestó rascándose la nuca y con una sonrisa tímida Y aunque no fueras nada de Sasuke, aunque no somos amigos, tú eres como yo… Miró a la ventana mientras continuaba Todos me dan la espalda y sé que tu pasas por algo parecido, no me gusta estar solo y no quiero que tú lo estés

Hermione extendió su brazo hasta tomar la mano de Naruto, lo miró a los ojos y sonrió con la mayor alegría que recordaba haber sentido nunca —Gracias — le dijo con los ojos llorosos y la voz quebrada, para caer dormida al segundo.

—Hermione, cariño ¿Qué pasa? —Preguntó la mujer sacándola de sus cavilaciones, pero antes de que ella pudiera hablar, Nott le explicó la situación desde la noche anterior, le expuso los síntomas que presentó mientras dormía, a lo que la mujer enarcó una ceja, pues no había pasado por alto ese detalle de que ambos habían pasado la noche juntos. Terminó de escuchar todo lo que Theo tenía para decir y se acercó a un estante en el cual mezcló varios brebajes y se los dio a beber a la chica. La mujer regresó a su estancia y dejó a los dos solos.

—Debiste hacerme caso— Regañó Theo

—No molestes Nott, no me gusta perder clases—

—Debes conocer tus límites, si no te tomo yo, caes desmayada de nuevo— Su tono de voz y la expresión de su rostro dejaba ver que estaba realmente molesto.

—¿Y desde cuándo te importa eso a ti? Nos llevamos bien desde un par de días, te infiltras en mi cama y ¿Crees que ya somos amigos como para estarme regañando? — repuso la chica, más que nada porque le molestaba que la estuviera reprendiendo, pero también estaba curiosa por su respuesta, ellos nunca habían sido realmente amigos, y él había estado actuando muy extraño en los últimos días.

—…— Theo no contestó, su semblante cambió y Hermione pudo notar que sus palabras lo hirieron, y se arrepintió; él siempre había sido amable con ella, la única serpiente con la que había estudiado en la biblioteca y quien de corazón le agradaba.

—Lo siento— se ahincó su corazón, y pudo sentir cuando pasaba, lo cual la descolocó ¿Desde cuándo era tan sensible? Después de pasar años en el mundo mágico pudo notar que su frialdad y seriedad intrínseca aprendida de Kakashi y su hermano de hielo Sasuke, habían disminuido pero no desaparecido, últimamente sentía ese tipo de cosas a menudo y por personas que jamás pensó que podría hacerlo.

—Lamento haberte molestado— y Theo caminó decidido a la puerta

—¡No, espera! —Exclamó —Lo lamento, solo por favor no te vayas — Quiso sonar cálida y arrepentida, pero la frialdad de la que se había rodeado por su padre y queridísimo hermano no eran algo fácil de quitarse, por lo tanto fue lo único que reflejó su voz. Sin embargo gracias a Kami-sama dio resultado y él volvió al pie de su cama.

—Eres un lío Granger— dijo con una pequeña sonrisa —Pero sé que en el fondo me adoras— se burló

—¡Si Theo, Te amo! —Exclamó sarcástica mientras sentía como sus medicamentos la adormecían

—Hermione— Se escuchó la voz de una rubia chica, tanto Hermione como Theo voltearon, pues ninguno se había dado cuenta de la presencia de la muchacha; Luna se acercó a la castaña, llevaba los ojos llorosos y estaba sonrojada —¿Cómo estás? ¿Qué sucedió? —

Hermione se enterneció, Luna estaba preocupada por ella, miró a Theo quien fulminaba con la mirada a la chica, con el rostro ruborizado y las orejas coloradas.

—Solo estoy un poco enferma Luna, lamento preocuparte—

—Vi qué "él" te cargaba hacia acá —anunció intensamente el pronombre como si le costara decirlo — Y me asusté, busqué a Harry, pero no pude encontrarlo, le dejé un mensaje con Cho y vine y…— comenzó a sollozar quedamente.

—Luna… — la castaña intentó tomar su mano pero la chica alejó la suya sumiendo a Hermione en la confusión

—¡HERMIONE! — Llegó el convoy, Harry, Ron, Ginny y Neville entraron atrancados por la puerta —¡¿Qué sucedió?! — Harry parecía que iba a explotar

—Nada Harry, estoy b…—

—¡¿QUÉ LE HICISTE?! —El azabache tomó a Theo por el cuello de la camisa

—¡Harry! —Hermione intentó argumentar en protesta, pero las medicinas habían surgido efecto, su mente se nubló y sus ojos cedieron, apenas si podía escuchar un poco.

—¡NO! — Escuchó a Luna gritar —¡Harry Potter! … — luchaba contra la inconsciencia pero no podía —¡Él no le hizo nada! — y agradeció a Luna internamente antes de dejarse llevar.

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Abrió los ojos, el sol en lo alto la cegó por un momento, se incorporó y se dio cuenta que se hallaba en un pequeño claro en el medio del bosque, dentro de un circulo de piedras blancas brillantes; miró a su alrededor y se encontró con una figura parada a unos metros delante de ella, después vislumbró otra, a la misma distancia de ella pero por un metro al lado de la primera, después otra y otra más, estaba preparada para atacar, analizando la situación.

—No te alteres— escuchó esa voz familiar, intentó responder pero no pudo hacerlo.

—Míralos bien, no van a lastimarte — Hermione levantó la vista y dio un respingo, tres de las cuatro figuras tomaron identidad, Harry, Sasuke y Kakashi se encontraban frente a ella, ninguno sonreía lo cual habría sido normal si solo fueran los shinobis, pero Harry siempre le regalaba una sonrisa, algo estaba mal.

—Acércate — Le indicó, y como siempre no dudó en seguir la orden, dio un paso y Kakashi y Sasuke retrocedieron, dio otro paso y Harry también lo dio pero en dirección a ella, por el contrario los hombres ninjas retrocedieron, siguió caminando hasta llegar a Harry, su mirada estaba pérdida, ella alcanzó su rostro y tomó su mejilla con la palma de la mano, los ojos brillaron y el azabache sonrió, después paso por su lado y se posicionó en el lugar en el cual ella había despertado, dentro del circulo de rocas. Continuó caminando y los dos hombres siguieron retrocediendo; después de unos pasos más, se mantuvieron estáticos y logró alcanzarlos, se acercó a su hermano hasta quedar frente a él.

—Adiós— pronunció el pelinegro y dio un salto hacia atrás, ella caminó a él, no podía dejarlo irse, el chico comenzó a correr lejos y ella lo siguió, volteó para ver a Harry pero ya no se encontraba ahí. "!SASUKE!" quería gritar, quería rogarle que no se fuera, por alguna razón sentía que si lo perdía de vista, sería el fin para él; el joven se adentró en el bosque mientras ella lo seguía con fiereza, siguió corriendo, ya no podía escuchar los pasos del chico, llegó a una intersección, debía escoger entre dos caminos, pero no tenía idea de por dónde había ido su hermano, lágrimas corrían por sus mejillas, su respiración era caótica, la inundaba el pánico.

—Tranquilízate — la voz la hizo sobresaltarse

Optó por un camino y continuó la marcha, tropezó con una roca y al levantar la cabeza, se ubicó en la aldea de la hoja, estaba llena de gente pero parecía que nadie la notaba, era imposible hallar a Sasuke ahí, se llevó las manos a los cabellos de la desesperación. Entonces lo localizó en la entrada de la aldea y corrió hasta llegar a él, pero en ese momento Sakura y Naruto aparecieron delante de ella.

—Se fue — Sakura la miraba enojada

—Te esperó, pero no llegaste — expresó Naruto con tristeza

"¡NO! ¡Ya estoy aquí!, ¡Ya llegué!, ¡SASUKE!" quería gritar, quería encontrarlo "¡SASUKE LO SIENTO!"

—Solo tú puedes hacerlo volver, sólo tú puedes ayudarlo a sanar ese corazón —

"! Lo sé!, ¡Lo siento!, ¡ES MI HERMANO!"

El silencio llegó y todo se volvió negro, no podía ver nada, un camino de faros se iluminó y al final se encontraba Sasuke, la miraba con ojos decaídos, se encontraba de rodillas con un brazo extendido en su dirección. Se escuchó el latir de un corazón, pero no del suyo, sino el del Uchiha que cada vez se hacía más lento, él estaba muriendo, si figura comenzaba a desvanecerse.

—No dejes que se pierda—

Corría a su dirección pero no lograba alcanzarlo, corrió y corrió con todas sus fuerzas, al fin llegaba a él, sufría; estaba cerca, muy cerca, se lanzó al chico con los brazos abiertos para protegerlo y cayó al suelo, la figura había desaparecido, escuchó un grito desgarrador que provenía de la garganta de su hermano, había fallado, había llegado tarde.

—¡SASUKE! —

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—¡SASUKE! — gritó y se incorporó de inmediato.

—Herms, tranquila, relájate ¡estás bien! — Harry la tomó por los hombros y la recostó de nuevo. Miró a su alrededor y recordó lo sucedido y la razón por la que estaba en la enfermería.

—Lo siento — Fue todo lo que pudo decir

—Tuviste una pesadilla, no te preocupes yo las tengo siempre — sonrió cálidamente —Me diste un susto enorme pequeña —

—No es nada Harry, estoy bien— le aseguró, sin embargo aún sentía el corazón acelerado por la horrible pesadilla que había tenido, tenía un gran nudo en la garganta y los ojos acuosos, nunca había soñado algo parecido, Sasuke, su hermano…

—Si, Madam Pomfrey nos dijo que solo tenías fiebre, y te habías privado del descanso, llevas aquí dos días pero estas bien, solo debes dormir más, ¿entiendes? —

Y por el tono de voz, el semblante y la intensa mirada sabía que no podía ni debía rechistar —Si Harry, lo siento —

—Espera, ¿dos días? ¿Y las clases? ¿Mis deberes…? — pero Harry la cortó

—Todos los maestros de tus clases están al tanto de la situación, hablé con la profesora McGonagall y me ayudó a entrar a tu torre para obtener todos tus deberes y ella personalmente se los entregó a los maestros correspondientes, también me mandó a decirte que te tomes las cosas con calma y pases a verla cuando te recuperes — anunció con suficiencia

—Vaya, te enseñé bien — comentó graciosa la chica

Se sonrojó y rascó la nuca —Solo no quería que te preocuparas, bastante con el lío en que me metiste, casi mato a Nott por tu culpa — rió

—¿Qué le hiciste? — inquirió molesta

—Eso mismo le pregunté yo, verás Cho me dio el mensaje de Luna de que algo te había pasado y Nott te traía aquí, pero cuando Ron y yo veníamos en camino, Ginny se nos unió y nos comentó que escuchó que ustedes habían estado en duelo y él te dirigió un maleficio, después Neville llegó diciendo que te lanzó un crucio — Hermione puso los ojos en blanco — Ahora entiendo que alguien más comenzó esos rumores, pero en el momento perdí la cabeza; de no ser porque Luna estaba aquí yo realmente hubiera hecho algo, ella nos dijo que Nott te ayudó porque te sentías mal y él nos explicó que te encontró casi desmayándote — Suspiró —¿Desde cuándo son tú y él amigos? — interrogó

—Ay Harry, Theo no es malo — Reprochó cansada

—Es una serpiente — dijo como si dejara claro algo obvio y suficiente para desconfiar del joven.

—¿Y eso qué? Harry Potter estas luchando contra un mago tenebroso que discrimina a los muggles, hijos de muggles, mestizos, y ¿tú eres condescendiente con las serpientes? No todos los Slytherin son malos, ni todos los Gryffindor valientes, ¿o ya olvidaste a Colagusano?; el punto es que Nott me agrada, es amable y nunca me ha tratado mal por mi estatus de sangre, así que sí, es mi amigo, queremos erradicar la distinción de sangre contra los hijos de muggles, no la creemos en contra de los de familias de sangre pura—

Harry guardó silencio, amedrentado por las palabras de la chica, pues sabía que tenía toda la razón —Lo siento —