Bueno he decidido hacer BoruxSara... yo creía que sería en octubre pero voy a estar muy ocupada en estas semanas... malditos parciales.
Disfruten la lectura
Disclaimer: Todos los personajes de este fic pertenecen a Masashi Kishimoto de su manga Naruto
Cuatro shinobis se encontraban regresando a Konoha luego de una misión por demás decir exitosa. El líder del equipo, se encontraba algo nervioso, tenía razones para que obviamente. Konohamaru Sarutobi, dentro de exactamente una semana se casaría con la segunda hija del líder del Clan Hyuga, Hanabi. Habían tenido un noviazgo bastante largo, casi cinco años, pero después de mucho insistirle a ella, finalmente decidieron formalizar su unión. Ahora llegando a la aldea, el consumado jonin sentía que le temblaban las piernas, sin siquiera haber pisado el templo dónde se llevaría a cabo la ceremonia dentro de unos días. Sus alumnos, que hacia varios meses habían ascendido a chunin, lo miraban con muecas de extrañeza ante su actitud, sobretodo Boruto Uzumaki de quince años ya, qué no admitiría bajo ningún motivo que el futuro esposo de su querida tía mostrase signos de debilidad.
-Sensei si sigue usted de esa forma jamás llegaremos a la aldea, me muero de hambre- le dijo tratando de acelerar el paso
-¿Tan nervioso parezco?- preguntó el shinobi tocándose la frente
-Sí- respondieron sus tres alumnos al unísono. No había dudas que parecía una gelatina en vida, siendo él de una templanza formidable ante cualquier tipo de situación… pero esta vez no.
-Konohamaru-sensei ¿acaso le tiene miedo a su prometida por actuar de esa forma?- cuestionó Mizuki parando la caminata para escuchar con claridad la respuesta del Sarutobi
-¿Miedo a Hanabi? Bueno claro que sí sus golpes son mortales, cuando luchan contra alguien del Clan Hyuga puede dejarlos inconscientes si les dan un golpe certero en un punto vital. A mí me pasó una vez, después de eso nunca más y si mal no recuerdo al Séptimo también hace varios años- dijo él con una sonrisa y jugando con sus dedos
-¿Al Séptimo? No me digas que…- Sarada no podía entender a que se refería su maestro hasta que Boruto la interrumpió
-Himawari… ella golpeó al viejo cuando estábamos por ir a su nombramiento como Hokage- aclaró la situación el joven de ojos azules.
-Vaya, era de saberse que Himawari-chan era fuerte pero que hiciese eso con el séptimo es de sorprender- exclamó Mizuki volviendo a continuar el paso con los demás
-Aún así, Konohamaru-sensei… sólo espero que haga feliz a mi tía, ella…- Boruto no era muy bueno en las cosas del amor, se sonrojaba con extrema facilidad, más cuando quería tratar de calmar a su estimado sensei que se volvería parte de su familia.
-¿Ella?- Konohamaru se hallaba curioso ante lo que iba a decir Boruto. Aunque lo intuía, quería escucharlo de su boca.
-Lo ama mucho- susurró Boruto mirando hacia el otro lado, no quería que se notase que sus mejillas habían cambiado de color
-Lo sé, pero…- El Sarutobi se adelantó a sus alumnos dejándolos atrás, los cuales rápidamente lo alcanzaron. En una rama de un árbol, él concluyó su frase. – …sólo espero ser un buen esposo ante ella- dijo con una expresión de tristeza en su rostro. El lado más humano de un ninja podría ser este, miedo ante no cumplir con las expectativas. Sus alumnos querían darle muestras de apoyo, los tres pensaron individualmente, y justo cuando Boruto encontró las palabras perfectas, la Uchiha se le adelantó.
-Sensei… su actitud me recuerda a la de mi padre- dijo Sarada
-No sé si eso puede animarme Sarada-
- Sólo déjeme terminar. Mi madre me dijo que cuando se casaron él se sentía de esa forma. Si podría ser un buen esposo con ella a pesar de todo lo que había ocurrido entre ellos. Mamá ama mucho a mi padre, y ella lo perdonó por todo lo que pasó cuando eran jóvenes. Además se que a pesar de que siempre se encuentran distanciados, ellos se aman mucho. Usted es una gran persona sensei, no se deje llevar por eso- afirmó ella a viva voz. Su sensei le dedicó una sonrisa, tocándole la cabeza cariñosamente. Mizuki y Boruto sonrieron.
-Gracias, Sarada. Chicos, ser su maestro es una de las mejores cosas que pudieron ocurrirme- dijo mirando hacia el frente con una grata expresión de tranquilidad.- Bien, ¡si nos apresuramos los invito a cenar!- exclamó adelantándose ante ellos.
-¡Espere!- dijo Mizuki
-¡Konohamaru-sensei!¡No nos deje atrás!- gritó Boruto
-Increíble-musitó Sarada siguiendo el paso
Entrada la noche, Boruto llegó a su casa. Como era de esperarse, su padre no había llegado. Su madre ya estaba acostada, su hermana seguro estaba estudiando para los exámenes de la semana que entra. Fue a la cocina para ver si había algo dulce para comer. No se equivocó. Su madre, había dejado un delicioso pastel a la espera de ser cortado. Boruto se deleitó para sus adentros y cuando estaba por cortar un trozo sintió como alguien golpeaba la ventanilla de la sala. Se dirigió hasta ya, movió las cortinas encontrándose con Sarada que le hacía señas para que la dejase pasar. En un principio se sorprendió al verla pero lo mejor era dejarla pasar ante todo.
¿Por qué no tocas la puerta principal?- preguntó él cerrando la ventana
No quiero molestar, tu madre seguro está descansando- respondió ella sentándose tranquilamente en el sillón cruzando las piernas.
No entiendo que haces aquí, sería mejor que vayas a tu casa- le reprendió él volviendo hacia la cocina para cortar el pastel
-Papá regresó a casa. Conozco a mis padres, seguro querrán tener un tiempo solos esta noche- dijo ella poniendo su brazo sobre su rodilla, dando un resoplido
-Oh… creo que sé a dónde quieres llegar- dijo Boruto algo avergonzado.
-Sí mejor no preguntes. ¿Eso es pastel?- preguntó ella mirando desde lejos el delicioso postre que tenía Boruto en su poder
-Sí… ¿quieres que te parte un pedazo?- dijo él hijo del Séptimo mirándola de reojo
-¡CLARO!- exclamó ella emocionada
-Bueno… ahora te aparto uno- le respondió buscando otro plato para ella
-¿No quieres mi ayuda?- preguntó ella acercándose a él
-No, no. No necesito tu ayu..¡Auch!- exclamó Boruto alejándose de la mesa. Se había hecho un corte con el cuchillo
-Boruto, te has lastimado- dijo ella preocupada al ver la sangre en el piso
-No te preocupes es una herida superficial sólo debo detener…-
-…la hemorragia, soy ninja médico ¿no recuerdas?- le preguntó ella sosteniendo la mano y llevándola al fregadero.- Mantenla ahí un momento- ordenó ella
-Como usted ordene, sensei- bromeó él ante su herida.
-¿Hay vendas en el baño?- preguntó
-¡Sí ve rápido Sarada he de morirme desangrado!- gritó él volviendo a bromear
- Eso no suena tan mal- dijo ella sonando pensativa ante la "inminente" muerte de su amigo
-¡Estoy bromeando! Vamos Sarada no quiero hacer un desastre aquí, mi madre se enojara- dijo Boruto
-Ok, ok… ya vuelvo-. Sarada no tardó mucho en volver con lo necesario para tratar el corte del Uzumaki. –Estate quieto Boruto- volvió a ordenar ella. Con mucha delicadeza, Sarada colocó la venda en la palma abierta del shinobi. Amaba curar a las personas heridas más si eran cercanas a ella. Boruto se sintió más calmo ante la situación pero ahora Sarada parecía perdida en su mundo porque no soltaba su mano. Se sentía algo incomodo así..
-S-Sarada- el nerviosismo lo estaba invadiendo, ella parecía no escucharlo. Tocó su hombro y la despertó de su estado pensativo, pero ella reaccionó sorprendida cuando la tocó. Él notó eso, asustándose pero sus manos seguían juntas.- Tu mano…Sarada…- Boruto lo sabía pero le era muy difícil aceptarlo. Sarada tenía unos ojos verdaderamente lindos. Ella hace unos años le había dicho que los suyos eran más azules que los de su padre, cosa que lo avergonzó. Pero ahora él, siendo ya más grande para entender las cosas, sentía una necesidad que no sabía de dónde salió para decirle que sus ojos…le gustaban. O tal vez…
Ella recordaba perfectamente haberle dicho algo de sus ojos, pero ahora al tenerlo tan de cerca sentía algo diferente. Niños, dejaron de ser hace bastante. Sarada, se consideraba una persona muy directa pero cuando estaba cerca de Boruto había momentos en los que se desconectaba y no parecía ser ella. Se sentía libre e indefensa ante alguien que la conocía muy bien. Eras amigos desde que tenían razón de pensamiento, pero aún así era como una relación fraternal ¿no? Una relación de camaradería, pues claro han sido compañeros de equipo desde que se volvieron genin. No había razón para no volver a recordarle que sus ojos eran más azules que los del Séptimo…pero su boca no podía articular palabras al verlo. Se sentía tiesa atrapada, como si en esa habitación o más bien en el mundo sólo existieran sus miradas conectándose.
Ambos no contaron cuantos segundos estuvieron mirándose, ni en qué momento Sarada soltó la mano de Boruto. Ninguno dijo nada, sólo respiraban. Segundos interminables cortados por la presencia de alguien
-Ahem...- llamó esa persona desde la entrada del salón comedor.
Los jóvenes reaccionaron a esa presencia mirándolo con los ojos más que abiertos.
-Perdonen si estoy interrumpiendo algo- dijo el Séptimo Hokage de la Aldea Oculta entre la hoja: Naruto Uzumaki.- Vi que las luces de aquí estaban prendidas, no pensé que estuvieras aquí Sarada- dijo acercándose a los dos chicos.- Hijo, ¿qué te pasó en la mano?- preguntó Naruto al ver la venda y luego la sangre en el fregadero.
-Sólo me corté papá, no hagas tanto drama, no eres mamá- dijo Boruto poniéndose a la defensiva
-Pero debo preocuparme por ti, ¡eres mi hijo-ttebayo!- refunfuñó uno de los shinobis más fuertes del mundo
-Séptimo no se preocupe sólo es una herida superficial, nada grave- aclaró Sarada al mejor amigo de su padre
-Bueno si tú lo dices, confiaré en tus palabras. Sin embargo, es algo tarde para ti… ¿no deberías estar en casa, sabes que Sasuke regresó verdad?- cuestionó el hokage
-Lo sé me alegro de su regreso, pero prefiero que esta noche se quede con mi mamá… tal vez quieran estar solos- Naruto, aunque sea increíble, le costó entender el significado oculto de la acción de Sarada, hasta que su hijo de quince años le dedicó una mirada en el sentido de…¡MALDITA SEA REACCIONÁ VIEJO! Digamos que el hokage entendió el escenario por el cual estaban ocurriendo las cosas, atreviéndose a preguntar.
-¿Quieres quedarte a dormir a aquí? Boruto puede darte su cuarto, no hay problema- dijo un Naruto bastante animado ahora
-¡Maldito viejo, no entregues mi cuarto tan fácilmente!- vociferó Boruto a su padre por su actitud
-No se preocupe, ya acordé con ChouChou para quedarme en su casa- aclaró Sarada
-Perfecto, Boruto acompáñala hasta ya- pidió Naruto a su hijo mayor
-¿Qué?¿Por qué debería?- preguntó él extrañado
-No es necesario Séptimo, usted sabe que puedo cuidarme perfectamente sola. Mejor me retiro usted debe estar cansado y Boruto… me debes un pedazo de pastel. Nos vemos mañana en el entrenamiento. Séptimo que descanse, le enviaré saludos de usted a mi padre mañana- dicho esto salió del salón hacia la puerta de entrada. Cuando la puerta se cerró, Naruto le lanzó una mirada pícara a su hijo que al instante se hizo el desentendido
-P-Papá… ¿no quieres pastel?- preguntó él con la voz temblorosa esperando que su padre no hiciese preguntas al respecto
-No gracias, comí bastante hoy en el trabajo- esclareció el shinobi contemplando como su hijo guardaba el pastel en la heladera. Ahora sí… tenía que irse a su habitación sin que su padre lo interrogase por ver cómo estaban él y Sarada hace unos momentos. Debía pensar en algo sumamente pragmático para salir de esta situación.
-Hijo ¿acaso te gusta Sarada?- preguntó yendo al grano del asunto directamente.
-¿Q-Qué?- inquirió Boruto ante esa pregunta que ahora mismo no sabía responderle.
-Tal vez me hice una idea errónea al verlos así, pero si te gusta espero que no tengas sentimientos impuros hacia ella- dijo el hokage rascándose la cabeza
-¡Tu sabes que yo no soy de esa clase de personas!- dijo un Boruto algo molesto por el comentario de su padre
-Bien, bien ya no te acusé de nada, sólo cálmate. Como dijo Sarada estoy bastante cansado, iré a dormir, espero que tú hagas lo mismo. No quiero escuchar regaños de tu madre por estar jugando videojuegos hasta altas horas de la madrugada- dijo Naruto saliendo de la habitación, pero en las escaleras se limitó a decir algo- ¡Si la invitas a salir toma en cuenta que su padre es casi tan fuerte como yo!- luego de eso se escuchó como una puerta se cerraba nuevamente
En la cocina, un Boruto bastante avergonzado por todo, se sentó en el sillón a comer pastel, deseando que ni su madre ni hermana hubiesen escuchado algo…
-Boruto-nii ¡¿Escuché bien?! ¡¿Con quién estas saliendo?!- dijo Himawari apareciendo casi de una forma irreal desde la entrada del comedor a su puesto en el sillón
-Mierda, papá en que me metiste- se dijo a sí mismo, ahora tenía que mediar con hermana menor que no se iría hasta que él le diese una respuesta coherente.
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Perdon pero me tomé la libertad de agregar mi otra otp a la historia KonohamaruxHanabi... ¡culpen a tumblr por los fanarts! Espero que les halla entretenido espero poder retomarlo pronto un saludo y dejen reviews para apoyar la historia