Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que actualice esta historia, pero he andado ocupada con las prácticas de magisterio y las he terminado recientemente, muchos estaréis pensando que aun así tenía las tardes libres, pero por desgracia la gran mayoría de las tardes las tenía ocupadas ya que estuve haciendo los correspondientes trabajos que nos iban mandando desde la Facultad, juro que nunca había escrito tanto en mi vida en inglés…

Dejando mis penas aparte, se acerca ya la Navidad, así que ¡ Feliz Navidad atrasada y Feliz Año Nuevo a todos mis lectores! Pues este es el último capítulo de mi historia y no subiré nada en esas fechas.


Lukas palideció y miró a sus hadas horrorizado, sin decir nada empezó a correr, tenía que darse prisa y detenerles antes de que lo hicieran o los perdería a ambos en el proceso, pues el precio a pagar por revivir al danés era algo del valor equivalente, en ese caso las vidas de sus dos hijos.

Noruega se dirigió primero a la habitación de ambos y abrió la puerta de golpe, pero no estaban ahí comprobó tras echar un rápido vistazo, no perdió tiempo y reanudó la búsqueda. Tenía que encontrarles cuanto antes.

Solo había otro sitio donde podían estar, el desván, ya que para traer de vuelta a Mathias se necesitaba un objeto que hubiera pertenecido o tuviera cierta relación con esa persona, por no hablar de que era una parte de la casa que los nórdicos solían evitar pues a ninguno de ellos les gustaba especialmente recordar el pasado.


Los dos hermanos terminaron de dibujar el círculo y colocaron en el centro el hacha del danés pues el hechizo requería un objeto que hubiera sido muy valioso para la persona que querían traer de vuelta a la vida.

Intercambiaron una breve mirada de entendimiento y Aina asintió mientras cogía con una mano una cuchilla y se hacía un pequeño corte en un dedo. Erik contemplaba como las gotas de sangre de su hermana caían en el círculo de magia y tragó saliva mientras acercaba su brazo a Aina para que repitiera eso con él.

-Sécate la mano, estás sudando-le dijo Copenhague seria y Oslo se apresuró a obedecer, solo entonces su hermana procedió a realizar ese diminuto corte. Erik dejó que su sangre cayera sobre el círculo, igual que su hermana había hecho apenas unos segundos antes.

-Bien, los preparativos ya están hechos, ahora voy a empezar con el conjuro-informó la danesa y su hermano retrocedió unos pasos para dejar a su hermana poder moverse con libertad por la sala mientras recitaba el conjuro con una cara de profunda concentración pues no quería cometer ningún fallo y estropear todo, pues ambos dudaban volver a tener una oportunidad así.

El círculo empezó a iluminarse de un color dorado que arrancó una sonrisa a Oslo, el hechizo estaba funcionando, pensó, pronto recuperarían a la persona que les trajo al mundo.


Mathias miraba a su madre en silencio, desde su muerte había estado con Escandinavia y ambos se habían dedicado a observar el mundo de los vivos, más concretamente a los nórdicos y, en el caso de Mathias, a sus dos hijos y al ruso mientras este estuvo criando a las dos capitales nórdicas.

-Espero que Norge llegue a tiempo para detenerles-reconoció Mathias-No está bien jugar con la vida y la muerte, es peligroso.

-Lo sé, pero no les puedes culpar por intentar traerte de vuelta-opinó Escandinavia-Muchos harían eso mismo si tuvieran la misma oportunidad que mis nietos, y eso lo sabes tan bien como yo, ¿me equivoco?

-No, pero me gustaría poder hacer algo más que observar-intentó defenderse Mathias.

-Lo sé, tú nunca fuiste muy paciente con este tipo de cosas por desgracia.

Mathias suspiró y no añadió nada más, ambas naciones siguieron observando a las dos capitales realizar el hechizo, a medida que este avanzaba el danés iba desapareciendo paulatinamente. Él y su madre se miraron y la nación antigua sonrió con algo de tristeza.

-Parece ser que vas a volver al mundo de los vivos-dijo la nación antigua rodeando a su hijo con los brazos y dándole un último abrazo como despedida definitiva.

-Eso parece sí. Te voy a echar de menos mor-confesó Mathias, respondiendo al abrazo antes de desaparecer por completo de ahí.

Escandinavia suspiró y volvió su atención a los acontecimientos que estaban teniendo lugar en ese mismo instante en la Tierra, pues ella no podía hacer nada más que observar cómo se desarrollaban los acontecimientos ahora que los gemelos habían muerto para traer de vuelta a Dinamarca.


Lukas entró en la última habitación que no había revisado, no logró ver gran cosa a causa del humo que envolvía la sala, lo único que pudo ver fue una silueta levantarse y su corazón dio un vuelco. No era posible….había llegado tarde pensó mientras avanzaba a tientas hacia esa figura con el deseo de que sus temores no se hubieran cumplido.

Al llegar a su lado comprobó que, efectivamente, se trataba de Mathias, quien miraba a su alrededor con cierta confusión escrita en su mirada que pronto fue cambiando a una expresión de dolor al ver a los dos jóvenes tumbados en el suelo con los ojos cerrados. El danés sintió que el tiempo se detenía mientras empezaba a avanzar hacia sus dos hijos con lentitud deseando que todo fuera una pesadilla, sus hijos no podían estar muertos, eran demasiado jóvenes para morir, se dejó caer cuando llegó a su lado.

Lukas miraba todo sin saber bien que decir, le costaba encontrar las palabras correctas en ese instante, expresarse nunca había sido su fuerte pero quería, no, necesitaba decir algo pero las palabras se negaban a salir de su garganta por más que se esforzase, lo único que se oía en ese cuarto eran los sollozos entrecortados del revivido danés, que lamentaba la prematura muerte de sus dos retoños.

Mathias alzó la cabeza y le miró, tenía los ojos rojos a causa de las lágrimas y apretaba a Aina contra su pecho como si ella fuera un bebé. Noruega reunió el valor para avanzar hacia él, algo conmocionado por el hecho de ver al danés llorar, contadas eran las ocasiones en las que Lukas había visto al alegre y ruidoso Mathias derramando lágrimas.

Se arrodilló a su lado y permaneció en silencio, aunque por fuera no lo mostrase Lukas intentaba también hacerse a la idea de que sus dos hijos estaban muertos y era culpa suya, si tan solo se hubiera dado algo más de prisa para encontrarles podría haberles detenido a tiempo y convencerles de que lo que intentaban hacer era un despropósito y un suicidio, pues ese hechizo era el que con mayor facilidad podía salir mal en condiciones normales.

Así que el estoico noruego optó por limitarse a abrazar al danés, quién, para su sorpresa, no le apartó y se apoyó en su pecho para continuar llorando. Durante un buen rato ninguno de los dos dijo nada ni se movió de la posición donde estaban. Pero lentamente Mathias se apartó de Lukas y le miró a los ojos, este tragó saliva, nervioso, esperando que el danés le dijera algo, que le recriminase no haber detenido a sus hijos a tiempo, pero el danés salió de la sala sin decir nada. Noruega se quedó ahí sin saber muy bien cómo reaccionar, dudando si seguir a Dinamarca o quedarse ahí.

Finalmente optó por lo primero y salió en busca del danés, le conocía lo suficiente como para saber dónde estaba, pues siempre que este necesitaba consuelo iba al mismo lugar. Con pasos apresurados Lukas abandonó la casa y se dirigió a la pequeña playa que había cerca de la casa. No tuvo que buscar mucho al mayor, Mathias estaba sentado en la arena mirando el suave y constante movimiento de las olas. Noruega se acercó a él y se sentó a su lado.

-Sabía que me encontrarías-comentó Mathias tras un buen rato de silencio que ninguno de los dos se había atrevido a romper.

-Lo siento por lo que te hicimos-se disculpó Lukas-Aunque entendería que no quisieras perdonarnos, en el fondo sería lo más normal y lo entenderíamos.

Mathias se quedó mirándole serio antes de responder-Os perdoné hace tiempo, pero me alegra que me pidas perdón.

Lukas le miró y asintió algo aliviado al saber eso, dirigió la mirada a la orilla del mar hasta que la voz del danés le sacó de su ensimismamiento.

-Me gustaría hacer un funeral para Aina y Erik. Algo privado, solo nosotros 5, Rusia y sus dos hermanas. Creo que es lo suyo, espero que te parezca bien Norge.

Este asintió y se levantó-Deberíamos volver, hace frío aquí, Anko-dijo tendiendo la mano al danés, quién tras unos segundos de vacilación agarró la mano de Lukas y este le ayudó a levantarse.

Ambos caminaron en silencio sin mirarse, ninguno estaba seguro de que fuera un buen momento para hablar y preferían quedarse callados, pero sabían que tarde o temprano tendrían que sentarse a hablar, les gustase o no.

Llegaron a la casa y se encontraron todo tal y como lo habían dejado, el resto de los nórdicos seguía durmiendo sin haberse enterado de lo que había ocurrido.

-Deberías despertarles-aconsejó Mathias-y traerles aquí al salón.

Noruega le miró, asintió y subió las escaleras que conducían a los dormitorios, pensando a quien debía despertar primero. Una vez en el pasillo tomó la decisión de despertar primero al sueco, era el que tenía el sueño más ligero de los tres.

Lukas entró sin mucho cuidado en la habitación de Berwald, se acercó a la cama y le observó un par de segundos dormir antes de sacudirle sin muchas ceremonias, provocando que el pobre sueco abriera los ojos sobresaltado y se incorporase de golpe. Lukas se apartó de la cama y le miró serio-Ve a despertar a Tino y luego bajad al salón, yo iré a despertar a Emil y cuando acabe nos reuniremos con vosotros.

Suecia asintió, aún confuso mientras se levantaba de la cama y se colocaba sus gafas y salía de la habitación estando todavía medio dormido. Lukas salió inmediatamente después y fue al cuarto de su hermano pequeño sabiendo que no iba a ser tarea fácil despertarle se pasó por el baño antes y rellenó un vaso con agua muy fría antes de entrar al dormitorio.

Se aproximó a la cama de Emil y le tiró el agua a la cara, ocasionando que el islandés se asustase y se cayera de la cama, aparte de tener la cara empapada. Este gruñó al ver quien le había despertado, pero Lukas no estaba de humor para aguantar sus berrinches de adolescente.

-Ven conmigo al salón-dijo cogiendo a Emil del brazo, no tenía paciencia para ponerse a discutir así que ignorando sus protestas le condujo al salón, pero se detuvieron al escuchar un grito que provenía del salón precisamente. Noruega aceleró el paso y notó que Emil ya no se resistía.


Berwald había hecho lo que Lukas le había pedido, despertó al finés y ambos bajaron al salón a esperar a los otros dos. Al entrar se detuvieron, en el centro de la estancia se encontraba el danés, quien les dedicó una sonrisa algo vacilante y un hola que casi no se oyó. El primero en reaccionar fue Tino, se acercó corriendo al danés y le dio un abrazo con tanta fuerza que el danés dio un paso atrás, tropezó y ambos cayeron al suelo mientras Mathias gritaba por la sorpresa, no se había esperado ese abrazo. En cambio Berwald seguía sin ser capaz de reaccionar, cuando escucharon pasos apresurados y Lukas y Emil entraron al salón.

-¿Qué sucede Svi? Oímos un grito y…..-Emil dejó de hablar cuando vio al danés levantándose del suelo con un lloroso finés murmurando incoherencias mientras seguía aferrado al danés como si su vida dependiera de ello.

Mathias no había terminado de levantarse cuando nuevamente fue al suelo, esta vez por el peso combinado de Berwald y Emil.

Tino se giró y miró a Lukas-¡Hay que avisar a Aina y a Erik!-dijo Tino, pero antes de que se fuera Noruega le sujeto-Sobre ellos queríamos hablaros-aclaró Lukas ante la mirada de confusión del finés-sentaos los tres por favor.

Los tres nórdicos se sentaron e intercambiaron una mirada de preocupación, sabían de sobra que iban a recibir una mala noticia a juzgar por las expresiones de los dos.

-El hecho de que Anko esté de vuelta es debido a un hechizo que ellos hicieron-empezó a relatar Noruega-pero ese hechizo tenía un precio, para traer a alguien de vuelta a la vida se debe entregar una vida a cambio de valor equivalente.

-Pero en caso de ser por eso, ¿no debería haber sido solo uno el que hubiera muerto?-preguntó Suecia pasado un rato, mientras habían estado aceptando la noticia en silencio.

- Es por el hecho de ser capitales, la vida de una capital de nación vale la mitad que la vida de una nación-explicó Lukas buscando apoyo en Mathias con la mirada, este lo captó y avanzó unos pasos hasta estar a la altura de Lukas.

-Es por eso que yo he vuelto-dijo Mathias zanjando el tema-me alegra estar de regreso pero no me agrada el método empleado.

Los 4 asintieron, a ellos tampoco les había hecho demasiada gracia. –Pero sé que seguramente estén al lado de mor ahora mismo-siguió hablando Dinamarca.

-Dan, tú estuviste con ella, ¿cierto?-preguntó Berwald recibiendo como respuesta un rápido asentimiento de parte del danés.

-Quiero organizar un funeral privado para ellos-explicó Mathias-y ya que sois sus tíos es lo lógico que asistáis, también avisaré a Rusia y a sus hermanas, solo estaríamos ahí nosotros 8, nadie más.

-Iremos-prometió el sueco con seriedad.


Mathias escuchaba al cura hablando sobre sus dos hijos, el danés intentaba contener las lágrimas, algo que no estaba pasando desapercibido para el noruego, quien estaba en una situación similar pero lo disimulaba mejor, y para el ruso, ambos se habían sentado al lado del danés. Rusia fue más rápido que el noruego y rodeo a Dinamarca con sus brazos para consolarle-Me alegra tenerte de vuelta, Daniya, las reuniones se estaban haciendo demasiado aburridas sin ti-dijo bajito para que solo él le oyese.

El danés asintió y volvió la vista al frente observando como los dos ataúdes descendían a la tierra.

"Adiós hijos míos, me hubiera gustado tener la oportunidad de haberos conocido en persona, pero me aseguraré de que vuestro recuerdo perdure entre nosotros".


¡Y fin! Me ha llevado demasiado tiempo acabar esta historia y si algo debo decir es que os merecíais un capítulo más largo en compensación por la larga espera, me hubiera gustado ser capaz de actualizar más de seguido, pero la universidad no me dejaba casi nada de tiempo además de que estuve acudiendo a una academia de inglés por las mañanas. :(

Espero que os haya gustado el capítulo y que me reventéis a comentarios, que para algo es gratis, si es que seguís leyendo esta historia claro.

Otra noticia es que pronto, espero, no prometo nada, saldrá el primer capítulo de esta historia en inglés, pues como os comenté anteriormente pienso subirla también en inglés, espero que tenga tanto o más éxito que la versión original en español. :)

Hasta la próxima. Nos leemos