¡Hola!, lamento la tardanza. He estado bastante ocupada con la universidad (me sorprende decirlo, porque antes decía que no actualizaba porque estaba ocupada en la primaria, jajaja) y ahora por fin, les presento el último capítulo.

¡Disfrútenlo!


Capítulo 16: Epílogo

—Y así es como se pone un condón —dijo alegremente Ino Yamanaka.

Los niños de la Academia la miraban fijamente y algunos susurraban a sus vecinos.

—¿Tienen alguna pregunta?

Nadie levantó la mano.

—Vamos, es obvio que tienen preguntas —dijo Ino—. Nunca les han hablado de esto.

—¿Podría ponerse el condón con la boca?

Una voz masculina se escuchó al fondo del salón. Los demás comenzaron a reír. Seguramente lo había dicho el típico bromista del salón; uno con mucha valentía porque ni siquiera Naruto de pequeño hubiera pronunciado aquellas palabras.

Ino Yamanaka comenzó a reírse.

Todos la miraron sorprendida, inclusive el profesor a cargo de los niños.

—¡Por supuesto que sí! —dijo levantando el pepino con el condón puesto—. Es lo mismo que con las manos, pero solo utilizan sus labios y la lengua. Nunca usen los dientes.

Al unísono se escuchó un "¡Oh!" por parte de los alumnos e inclusive el maestro.

Una niña levantó la mano.

—¿Si? —dijo Ino.

—¿Por qué no los utilizaríamos?

—Porque...

Tocaron la puerta y los niños se quejaron. Ya sabían que su instructora tendría que irse.

—Disculpe, profesor —dijo Sakura Haruno—. Ino Yamanaka tiene que retirarse.

—Descuide, Haruno-sama —Hizo una reverencia.

Sakura devolvió el gesto.

—¡Nos vemos dentro de dos días! —dijo Ino despidiéndose con una mano alzada— ¡Y háganle caso a su maestro!

Los niños gritaban varias despedidas y otros decían que no se le olvidara contar el gran misterio de los dientes rozando el miembro viril.

Una vez en el pasillo, Sakura suspiró cansada.

—Tienes suerte de estar con los alumnos de grado menor —dijo Sakura—. Es más complicado con los chicos pubertos.

—¿No debería ser más fácil con los que posiblemente van a convertirse en genins?

—Son más callados, pero les da demasiada vergüenza preguntar —dijo la mujer—. Inclusive los chistositos del salón no hacen bromas.

—Si quieres, podemos cambiar de salones —dijo Ino.

—Estaría bien un equilibrio —sugirió Sakura—, cada quien con unos salones de grado mayor y grado menor.

—Bien —Sonrió la rubia.

Caminaron fuera de la Academia y platicaron de las preguntas de algunos alumnos con bastante imaginación. Les sorprendía la poco que conocían acerca del sexo, pero no los culpaban. Ellas seguían aprendiendo.

—Mamá, ¿qué es esa tienda? —escucharon a un niño apuntando al oso que estaba pintado en una puerta de madera.

—No digas eso en voz alta —dijo la señora avergonzada—. Vámonos a casa.

Ino arqueó una ceja. Había pasado un año desde que Sakura y ella, junto con la ayuda de los ninjas médicos y Tsunade, estuvieron dando clases en la Academia y aún había adultos que se sobresaltaban ante una simple pregunta. Por alguna razón Tsunade daba clases a los adultos, era bastante complicado que se acostumbraran, después de todo, ellos crecieron con otras ideologías.

—¡No te preocupes! —exclamó Ino.

Sakura la miró un poco enfadada. Su amiga estaba haciendo escándalo y los aldeanos que pasaban miraban a la señora de forma extraña. Ella sí entendía que no todos querían que se enteraran de sus asuntos.

—Habla en voz baja —dijo Haruno dándole un golpe ligero en el hombro.

—Lo siento —respondió su amiga—. A veces lo olvido.

Corrió hacia la señora antes de que se fuera y le susurró: "No tenga miedo de hablar de estos temas a su hijo". Ante esto, la mujer sonrió apenada y se retiró con su hijo.

—No le dio una respuesta a su hijo, pero al menos no se enfadó con él —dijo Ino.

—Sí —Sonrió Sakura—, es un progreso.


Sakura Haruno ya estaba cerca de su casa y podía saberlo gracias al cumulo de plantas y flores coloridas. Era lo que más sobresalía a pesar de los enormes árboles del bosque.

Cuando llegó a su casa sintió un cosquilleo en su estómago. Parecía revivir el primer día en que Naruto se iba a vivir con ella, pero solamente era la emoción de poder ver a su persona favorita.

—¡Sakura-chan! —dijo Naruto levantándose del sofá. Tenía sus ojos entrecerrados y rojos.

—Naruto, sigue durmiendo —dijo ella riéndose. El hombre no había dormido lo suficiente porque se la paso leyendo. Sí, leyendo. Pero había una explicación lógica para ese acontecimiento y era que su novia le había recomendado una novela de humor y pronto se convirtió en una lectura de novelas de acción. Piratas, alienígenas, astronautas, fantasmas, todo aquello que no se veía en el mundo ninja.

—Cuéntame cómo te fue —Se acomodó en el sofá para que su pareja se sentara a su lado.

—Sigue siendo complicado, los niños se quedan callados. Hasta quienes hacen bromas.

— Que extraño —dijo Naruto—. ¿Acaso no hay?

—Los hay, solo que no tienen el valor de hablar —Suspiró Sakura.

—Supongo que solo necesitan acostumbrarse. Hay que darles tiempo.

—Sí, eso falta, pero no lo harán si no cooperan —Colocó la mano sobre su barbilla—. Tal vez necesite cambiar de estrategia.

Ella trataba de pensar como su versión de niña, pero era imposible. Lo único que ocupaba su mente eran los muchachos, especialmente Sasuke Uchiha. Además, nunca se preocupaba por la manera en que enseñaban, ya que se le facilitaba el aprendizaje. Tenía que pensar como alguien distinto...

—Naruto, ¿qué hacías para concentrarte en clase?

El hombre comenzó a reírse y la mujer fue contagiada por eso.

—Tienes bastante expectativa de mi pequeño yo.

—En eso tienes razón —Sacó su lengua.

—Te diría que no te burlaras de mí, pero es verdad —Sonrió ampliamente.

Tenía razón, pero cada quien es bueno en algo. Naruto simplemente no pertenecía a un aula para escuchar y escribir, sino afuera para actuar.

—Bien, mejor hay que concentrarnos en otro asunto —dijo Sakura—. ¿Qué tal si…?

—¿Me podrías enseñar a cocinar? —dijo tocándose la pansa. Había sentido gruñidos desde hacía un buen rato.

Eso tomó desprevenida a la muchacha. Sin embargo, no dejaría algún rastro de sorpresa, sino que le daría un giro inesperado al asunto. Daría a entender lo que quería decir antes de ser interrumpida.

—Por supuesto —dijo Sakura—, pero primero necesito que aprendas algo más que preparar ramen. No me gustaría que te alimentes solo de eso.

Posó su dedo índice sobre los labios de Naruto.

—No vayas a morir de hambre.

El hombre sintió un cosquilleo recorrer su espalda. Sabía lo que su pervertida novia estaba pensando. Aquello era un juego de palabras con doble sentido.

—Créeme que no, Sakura-chan.


Lamento si encontraron algún error en este escrito, pero es que estaba muy emocionada por publicarlo de una vez.

Nos vemos, espero que les haya gustado mi fanfic.

¡Los quiero!


Fecha de inicio: 18 de septiembre de 2015.

Fecha en que terminó de escribirse: 17 de febrero de 2017.

Hecho por: o-Gale-o.