Prologo

Esfera de Realidad

El calor era insoportable, el desierto sin lugar a dudas era un infierno, aun no sabía cómo es que la gente podía habitar un lugar tan inhóspito, había pasado por mucho lugares distintos siguiendo mi camino, en donde la gente sufre por culpa de un hombre con riqueza y poder, un combinación común que termina guiando a la gente a la corrupción, no puedo permanecer inmóvil al ver como la milicia de este país maltrata a la gente, haciéndolos trabajar sin descanso solo para cumplir con los caprichos de su líder, ya que estoy aquí debo hacer algo por la gente de este lugar.

Aquel escorpión se veía imponente, su cuerpo acorazado le hacía tener la ventaja ante cualquier enfrentamiento posible, sin embargo fue atrapado y devorado por una pequeña y rápida araña que emergió desde bajo la arena, no le dio una oportunidad a su titánica presa de defenderse, aun cuando esta contaba con el arma definitiva, el veneno en el aguijón capaz de acabar con cualquier forma de vida en este paraje….pero aun así, fue derrotada.

El sonido de las espadas chocando aun resuena con fuerza en mi cabeza, a pesar de que no soy un mago con muchas aptitudes, he logrado avanzar bastante en mi tipo de magia, mi afinidad a crear espadas aumenta día con día, las proyecciones ya no se desvanecen en días, ahora pueden durar semanas, el prana necesario cada vez es menor, y por alguna extraña razón siento algo presente en mi interior, puede parecer una tontería, pero es similar a la sensación de estar junto a Saber.

Después de casi tres semanas de vagar en este mar de arena, hoy me encontré con otra persona, un mercader que viajaba a una lejana ciudad a tres días de distancia, montaba un camello el cual llevaba sobre el todo lo necesario para que el viaje fuera seguro, tal vez se alegraba tanto como yo de ver otra persona que no escatimo en compartir algo de comida conmigo, sin duda aun hay bondad en la gente, mientras exista esperanza, todos merecen ser salvados.

Está obscureciendo, el cambio de temperatura es radical, el frio poco a poco parece calar directo a los huesos, mis ropas están hechas un lio, por poco y no la cuento, fui atapado por unas arenas movedizas cerca de unas ruinas de un campamento militar, no había lugar al cual sujetarse, ni la más fuerte de mis espadas pudo ayudarme, fue en ese momento que fui consciente de algo que llevo mucho tiempo haciendo de manera natural, el refuerzo en mis piernas me dio la fortaleza para salir de mi apuro de un poderoso salto, también puedo usarlo en mis ojos para ver a distancias considerables, ¿me pregunto si ocupar esa magia en mi cuerpo tendrá algún riesgo?

Parece que me acerco a mi destino, hoy me tope con una cuadrilla militar, al parecer me veo inofensivo ya que ni siquiera se molestaron en acercarse a mí, están muy bien armados, incluso vi un lanza cohetes en aquel vehículo, la lógica indica que una espada no es rival para un arma de fuego, pero jamás he sido lógico, además mi espadas no son simple metal forjado, son lo que necesito para vencer a mis enemigos.

Mi hombro cosquillea un poco, la cresta mágica permanece conmigo como el primer día, el circuito que Tosaka me ofreció esta cargado de Prana, sin duda ella está bien, a pesar de estar separados, este es un vinculo eterno entre nosotros. Soy egoísta por pensar en ella ahora, y más por apartarla para seguir mi camino, pero siento que la respuesta que busco esta cada vez más cerca, soy un héroe de la justicia, pero siento que estoy parado en un delgado hilo, ya que ver el horizonte de mi camino no es tan fácil de ver como en aquella batalla, la extraño.

Desde aquí puedo ver a la perfección el centro del campamento, reconozco al líder aun a la distancia, acabar con uno para salvar a muchos, sin duda es parte de lo que él me dijo, sin dudas no estaba equivocado, pero yo tampoco lo estoy. Materialice mi arco junto con una delgada fecha negra, el sonido de las espadas chocando se ha silenciado, apunte con seguridad, tense el arco, respire profundamente y dispare.

Era increíble lo que estaba ocurriendo, había dado con algo más grande de lo que jamás hubiera imaginado, mi golpe fue certero y definitivo, pero el líder del ejercito resulto ser solo una marioneta de un ser más siniestro, y lo que complicaba mas mi situación es que el enemigo era un mago, llevaba casi tres horas escabulléndome por las dunas de arena, ya estaban por alcanzarme, mis capacidades físicas aumentadas no eran suficiente para aventajar vehículos motorizados, los disparos rosaban mi cuerpo, tenia al menos dos heridas en mi hombro, que si bien eran leves, eran la prueba que debía tener cuidado.

¿Quién eres tú? Pregunte a la mujer de cabellos dorados, ella parecía ser menor en edad que yo, pero tenía una capacidad impresionante, y además una gran ventaja estratégica. El silencio fue mi respuesta, al parecer ella no estaba interesada en entablar una conversación, o al menos eso pensé.

-Emiya, el héroe de la justicia-

Su repentina respuesta me tomo por sorpresa, pero el desconcierto de que supiera quién era yo me dejo en blanco, si bien en los últimos años había ayudado a muchas personas en muchos lugares del mundo, jamás había dado mi nombre, no era de mi interés ganar fama, por ello no podía siquiera imaginar cómo sabia mi identidad

-Este mundo no necesita héroes- sus palabras eran desconcertantes, no sabía quién era ella, pero al parecer ella sabía quién era yo, los soldados me dispararon con todo lo que tenían disponible, pero pude bloquear la gran mayoría de los disparos, podía al menos confiar en que a la distancia mis reflejos eran más veloces que una bala.

A penas podía respirar, no vi venir ese ataque, por suerte logre apartarme, de lo contrario habría sido fatal, mi cuerpo tenia la resistencia del acero, pero la magia me afectaba con particular eficacia, la mujer podía lanzar rayos eléctricos desde sus manos, usaba una especia de gema como fuente de Prana, era muy similar a la magia enjoyada de Tosaka.

-I am the bone of my sword-

Debía ganar tiempo, mis espadas parecían ser ineficaces a distancia, pero si lograba hacerme un espacio podía dar un golpe definitivo.

-Steel is mi blood and glass my heart-

Lance incontables flechas, elimine a la gran cantidad de los soldados, pero su líder seguía de pie sin siquiera un rasguño, había desintegrado mis flechas con su magia eléctrica, era evidente que le acomodaba mantenerse a la distancia, pero no podría permanecer así por siempre, ya había identificado el patrón de sus ataques, no volvería a caer en sus artimañas.

Mi cuerpo parecía fortalecerse a medida que avanzaba el enfrentamiento, aquella mujer tenía un completo arsenal de magia eléctrica, a distancia, cuerpo a cuerpo y defensiva, estaba claro que para obtener la victoria debía sobrepasar su poder, no podía darme el lujo de pensarlo demasiado, tenía el arma definitiva y la usaría.

-Unlimited Blade Woks-

Las llamas de la esfera de realidad cubrieron la arena del desierto, la cual desaprecio ante mi voluntad, una interminable colina cubierta de espadas, el máximo poder de Emiya Shiro.

-¿Una esfera de realidad? Salió de la boca de la mujer la cual dio un paso hacia atrás, no podía creer lo que sus ojos veían, debía pensar que era imposible manifestar algo así. Rin me lo había dicho en la torre del reloj, a pesar de mi baja aptitud mágica, había logrado algo imposible, manifestar el mundo que existe en mi interior en la realidad, un poder que nos esforzamos en mantener en secreto.

Cientos de espadas se levantaron por los aires, la mano de la mujer resplandeció con rayos, la lluvia de espadas cubrió el yermo, chispas productos de choque de magia caían por el lugar, todo se detuvo por un segundo, el sonido de las espadas había vuelto, era imposible no sentirlo, el frio del temple chocando sin parar, eso era la prueba irrefutable

-Mi cuerpo está hecho de espadas-

Capitulo 1

El Emisario y el encuentro

Estaba amaneciendo en Fuyuki, los rayos del sol se filtraban por la comisura de las cortinas, aunque no eran bien recibidos por la perezosa maga que aun no deseaba levantarse, si hubiera sido un día común se quedaría cubierta por las mantas un buen rato mas y habría ignorado la luz del sol, pero estaba algo inquieta, no se podía considerar una persona con sueños frecuentes ni mucho menos proféticos, pero el que había tenido en la noche le había llamado la atención, había soñado con Shiro, el chico que con solo recordar le hacía ponerse de mal humor, en su sueño el caminaba por el borde de un inmenso precipicio, su cuerpo estaba ensangrentado y en sus manos llevaba las dos espadas que usaba Archer y que había hecho suyas. Debajo de la enorme quebrada habían cientos de espadas, una visión muy familiar, pero también habían mucho cuerpo de personas, los cuales estaban tirados sin vida, por alguna razón el chico caminaba de manera irregular, a veces tropezaba y daba la impresión de que estaba a punto de caer, se veía débil, pero su mirada estaba llena de determinación, eran los mismo ojos que había visto en él cuando la lucha consigo mismo había acabado. Repentinamente caía sobre sus rodillas, y algo murmuraba ya que sus labios se movían, pero no lograba escucharlo, entonces el suelo frente a él se rasgaba, y terminaba por engullirlo, en ese momento fue que se despertó, aunque no podía darle demasiada importancia a un sueño, había algo que sin duda le dejaba inquieta, desde que había implantado con éxito su circuito mágico en Shiro tenía una leve sensación en su cuerpo, una calidez en su pecho, la cual atribuía al bienestar de su circuito mágico, pero en los últimos días esa sensación se había incrementado incluso llegaba a sentirse un leve cosquilleo, no era algo doloroso ni mucho menos, pero tenía la impresión de que algo podía estar sucediendo.

Al darse cuenta las tonterías que estaba pensando, se rasco con fuerza los ojos y dio un gran brinco fuera de la cama, abrió las cortinas de par en par y miro con una sonrisa el sol que brillaba en el cielo, había otras cosas importantes en que pensar el día de hoy, pues hace dos meses había recibido un carta de la Torre del Reloj, la cual le avisaba que un representante de esta viajaría a Japón a visitarla, pues habían asuntos que tratar sobre la pasada quinta guerra del grial, Rin aun sentía que era extraño, pues durante su pasada estancia en la torre no había surgido mucho interés sobre el asunto, después de todo, la guerra del grial era un evento mágico mas, de mucho que ocurrían en el mundo. Además ya habían pasado cuatro años desde que eso había ocurrido, pero como líder de la familia Tosaka debía atender los asuntos relacionados con la diplomacia, por lo que de inmediato se dirigió al baño a darse una ducha, eran las ocho de la mañana, y la fecha de la visita era ese día, además deseaba intentar un par asuntos en el taller antes que cualquier otra cosa y según la carta el emisario estaría en su casa al medio día, tiempo más que suficiente para tener todo en orden.

La ciudad Fujyuki estaba en sus mejores momentos, los incidentes de la cuarta guerra ya casi se habían olvidado, y las muertes de civiles habían sido atribuidas a accidentes, sin duda los seres humanos tienen la gran capacidad de seguir adelante sin siquiera preguntarse el motivo de los sucesos que ocurren a su alrededor, eso pensaba en ese instante Weaver Velvet, el emisario de la torre del reloj, y también un anterior participante de la cuarta guerra del grial, este había arribado a Japón hace casi una semana, pero en este tiempo se había mantenido en constante movimiento, pues la investigación que motivaba su presencia en Fuyuki cada vez se respaldaba mas, había visitado el templo, lugar en el cual había encontrado leves rastros de magia, remanentes de pasados enfrentamientos entre magos y servants. Aunque ese día era especial, ya que tenía una reunión con la legítima ganadora de la quinta guerra, Tosaka Rin, la líder de la casa de magos Tosaka, y también una de las alumnas de la torre del reloj, una chica de mucho talento sin duda, no podía poner en duda su triunfo, ya que el mismo fue un sobreviviente en instancias finales de aquella guerra, sin tener la misma capacidad o talento a esa edad, desearía haber platicado mas sobre el grial en su estancia en Londres, pero no se habría imaginado que dejaría la torre apenas terminara su formación avanzada, su futuro era brillante en aquel lugar, pero sin más decidió marcharse junto con su aprendiz, su instinto le decía que había algo importante que desconocía, pero ya llegaría el momento. Las teorías que tenia se concretaban casi en hechos, a pesar de que en la ciudad la armonía se mantenía, pequeños incidentes, casi imperceptibles eran su motivo de estar en Japón. Aunque no podía negar que visitar ese país le hacía sentirse nostálgico, había pasado por muchas experiencias en aquel lugar del mundo, pero esa experiencia había marcado su vida de una forma muy positiva, y ahora caminar por las afueras del castillo de los Einzbern parecía remontar al lejano pasado. Todo el ambiente era tranquilo, pocos vehículos transitaban por esa ruta, según estaba informado el castillo había quedado reducido a ruinas a causa de una gran batalla seguida de un incendio. La reja de la entrada tenía el símbolo de la familia de magos, pero estaba rota, casi fuera de su posición, sucia y con algunas plantas silvestres enredadas en el metal, era evidente que no había sido reparado, ni siquiera visitado en años, por lo que se metió dentro por una abertura provocada por el deformación de las barras de metal, la castillo se veía a lo lejos, aunque en el camino pudo ver diversas trampas mágicas, aun activas, por su estructura estas no eran mortales, más bien eran simples distracciones, remanentes de protecciones mágicas, aunque parecían ser haber sido creadas por un niño ya que eran en esencia bastante simples, el mago de Londres levando tu mano derecha frente a ellas, pues no estaba dispuesto a caer en ellas cuando podía hacer algo al respecto, además evitaría que algún civil se viera afectado por ellas.

-Interfecire Magicae-

Un destello leve salió desde sus dedos, y varios destellos azulinos resplandecieron por todo el extenso camino, indicando que todas las trampas se desactivaron, sin duda no eran para nada peligrosas, aunque le sorprendía que se hubieran mantenido activas por tanto tiempo sin una fuente de prana, tal vez el mismo castillo poseía una fuerza mágica que permitía la duración de los hechizos de esa manera. Una vez retomada la marcha avanzo sin problemas, el bosque era hermoso, verde por toda su extensión, hasta que sus pasos lo llevaron hasta el castillo, sin duda alguna era imponente, nadie esperaría una estructura así en suelo japonés, pero el bosque ayudaba en gran manera a mantenerlo oculto, la gran puerta de entrada estaba desecha, solo quedaba el portal agrietado, sin más entro, en su interior se encontró con un el enorme cuarto central, que había sobrevivido a la destrucción del incendio, aunque con escombros en su alrededor, la escalera a la segunda planta estaba desecha, y el fuego había destruido la gran parte del techo, sin duda el lugar estaba en ruinas, al mirar con atención pudo ver muescas en el piso y en los pilares, sin duda la prueba del choque de espadas por pasadas batallas. Para saber si quedaba algo de la magia de los Einbern, Weaver avanzo hasta el centro del salón y se agacho colocando sus dos manos en el piso.

-Ostendit-

Una ola de magia se proyecto rápidamente por todo el piso del lugar, luego por las paredes y finalmente por el techo, para luego consumirse y desaparecer, el mago hizo una mueca y apunto hacia los escombros que estaban más adelante, sin duda alguna había algo bajo ellos.

-vaya vaya, no esperaba ver un mago por este lugar- una voz hizo que Weaver subiera la mirada son sorpresa, de pie de una de las vigas que quedaban del techo había un hombre, la silueta se veía algo borrosa ya que el sol estaba a su espalda.

-¿Quién eres tú?, acaso…¿eres un Einbern?- el mago de Londres estaba seguro que la familia Einbern no había comunicado su presencia en Japón, no desde hace mas de tres años, pero tampoco era algo sobre lo que podía estar seguro.

-¿Einsbern?...no, nada por el estilo, yo solo vigilo este lugar- la respuesta fue inmediata, el sujeto no se movía de las alturas, no estaba seguro de que esperar, pero estar en guardia era lo más lógico.

-Si no eres un Einsbern, ¿Quién eres?- ante la pregunta de weaver, el sujeto se dejo caer y con una fuerza sobrehumana aterrizo en la base de la escalera, como si esa distancia no significara nada, ahora podía verlo con claridad, aquel sujeto no parecía ser un mago, aunque su cuerpo estaba cargado de Prana, solo había una respuesta, pero parecía imposible.

-¡un…s-servant!-

-Vaya, eso no es algo que cualquiera podría deducir- el sujeto vestía con un atuendo de color azul, tenía una mirada algo siniestra y en su mano tenía una lanza de color rojo.

-Lancer- fue lo que pudo decir Weaver, el servant que estaba frente a él soltó una leve sonrisa, sin duda la lanza era similar a la que había visto en el servant Lancer de la cuarta guerra.

-Sabes muy bien con quien tratas, pero saberlo no te será de utilidad, ya que mi Master me ordeno que no podía dejar no vida a nadie que entrara al castillo- el mana comenzó a desbordarse por toda la lanza, el servant iba a atacar.

- ¡Espera¡…no puede existir un master, ni mucho menos un servant, como es que puedes estar aquí- Weaver dio un paso atrás mientras que lancer se ponía en pose de ataque, este solo soltó una nueva sonrisa

- Que acaso no es obvio, el grial vuelve todo posible – esa respuesta dejo desconcertado a Weaver, era imposible que el grial exista, este había sido destruido.

Lancer entonces comenzó su ataque, lanzo un estocada la cual Weaber apenas y pudo esquivar moviéndose hacia un lado, el servant volvió a sonreír mientras que con su propia lanza se apoyaba en el piso para detener su marcha como si de un freno se tratara para luego propinarle una patada en las costillas al mago el cual se precipito con fuerza al suelo.

-buena reacción, para ser un mago tienes bueno reflejos- lancer se detuvo, al parecer estaba satisfecho con el golpe que había propinado, por su parte weaver se levanto atontado, la fuerza de un servant sin duda era algo fuera de toda lógica, pero un mago jamás debía ser tomado a la ligera, si usaba su noble phantasm estaba acabado, pero podía hacer lo suficiente para poner la situación a su favor, al menos este lancer solo llevaba una arma.

-no creas que me dejare matar sin pelear- respondió Weaver con autoridad, algo que lancer sintió en su piel, el mago frente a él era alguien que había sobrevivido en muchas batallas, solo alguien así le hubiera provocado esa sensación de emoción.

-así debe ser- lancer volvió a carga contra el mago, esta vez con menos poder que antes, sin duda confiaba que hasta el más débil de sus golpes le haría daño, lo cual era cierto, pero al menos le daba la oportunidad que necesitaba, la lanza paso rosando su cabeza, el mago dio un salto hacia atrás, por unos segundos el atacante como del defensor quedaron frente a frente mientras la lanza embestía de manera horizontal y el mago caía de espalda al suelo. Weaver movió sus manos y sujeto la lanza de su oponente, cosa que hizo reaccionar de inmediato al servant el cual con su mano libre le dio un fuerte golpe en el estomago, dejándolo estampado en el suelo.

La vista de Wever se nublo, no supo cuantos segundos pasaron, pero lancer ya estaba de pie junto a él, sostenía su arma justo en el aire, al parecer esperaba que recobrara el sentido para que se enterara del como seria liquidado

-¿Qué intentabas hacer mago?- Lancer sabía que un mago evitaría a toda costa un enfrentamiento físico, cosa que hasta ahora no se había dado en el combate.

-solo, generar una oportunidad- Weaver tenía una leve sonrisa en el rostro, a pesar de estar muy adolorido por los golpes que se había llevado, no podía perder la atención de su oponente por un solo segundo.

-iluso, debiste usar tus hechizos directamente en lugar de tratar cosas inútiles-

- no soy tonto, sin importar lo fuerte que pueda ser mi magia, no podría compararse con el ataque máximo de un noble phantasm, por ello debía asegurar que el resultado de la batalla se inclinara a mi favor-

-bueno, tal vez pueda ser cierto- lancer levanto su arma preparándose para su golpe definitivo – pero no salió como esperabas –

Cuando la lanza se encontraba en el punto más alto el mago se apresuro a sujetar la pierna de lancer con la mano izquierda, entonces murmuro unas palabas tan bajo que el servant no logro escucharlo, acto seguido apunto con su mano derecha directo al pecho del Lancer.

-Ignis Draconis-

Desde la punta de sus dedos se encendió una llama de color azulina, la cual aumento de tamaño en un instante abalanzándose sobre el servant, el cual tenía la mirada desencajada, pero no precisamente por las llamas, ya que su lanza se había soltado de sus manos y caía pesadamente al suelo, justo junto a Weaber el cual aumento el poder en las llamas, el servant se vio obligado a apartarse si no quería acabar hecho cenizas.

El calor que desprendían las llamas era abrazador, y además cubrió toda la habitación, aunque lancer se aparto lo suficiente como para no ser lastimado en lo absoluto, pero observo con disgusto que cuando las llamas desaparecieron el mago no estaba en el castillo, había desaparecido, lancer solo miraba con sorpresa, que rayos había ocurrido, cuando estaba por dar su golpe, su arma aumento su peso, volviéndose imposible de sujetar, tanto así que escapo de su mano, y no tuvo tiempo para descubrir que ocurría ya que el ataque de fuego le hizo tener que alejarse y abandonar su arma ya que no tenía como bloquear la magia de su oponente. Su rival ya no estaba en el lugar, pero su lanza permanecía en el suelo, con algo de desconfianza se acerco e intento levantarla, pero le era imposible, ni con toda su fuerza pudo moverla.

-creo que tome a ese mago muy a la ligera, tendré que cazarlo luego- el servant se dejo caer junto a su arma, sin duda le emocionaba luchar contra alguien que pudiera sorprenderlo, por ahora tenía que disipar el hechizo de aquel mago antes de poder volver a usar su noble phantasm.

-solo un poco mas- Rin tenía su mano extendida, estaba concentrando su prana en una gota de su sangre, está dentro de un circulo de transmutación, el proceso para crear joyas mágicas era simple, pero el experimentar con nuevas ideas no siempre daba el resultado deseado. La gota de sangre comenzaba a cristalizarse, la chica puso una expresión alegre pues todo indicaba que esta vez tendría éxito.

-ahora debo concentrarme en el núcleo – La joya estaba casi lista, pero al momento en que Rin concentro su prana en el centro de la misma, esta comenzó a agrietarse, la maga intento estabilizarla pero en cosa de un instante esta estallo, provocando que cayera de espaldas al suelo.

-pero que …- sin dudas el fracasar le molestaba bastante, pero el hecho de que la explosión de su joya destruyera la mesa en que trabajaba y que ella misma fuera arrojada al suelo acabando con la cara tiznada con el rojo de la joya le hacía ponerse particularmente de mal humor.

-No entiendo porque no funciona- Rin daba fuertes golpes al piso con su pie, el nuevo fundamento se veía factible en la teoría, pero esta era la sexta joya que le estallaba en la cara. Con resignación comenzó a ordenar, la placa con los símbolos de transmutación se había partido en dos, la pequeña mesa también, incluso algunos libros y recipientes que estaban en la estantería junto a ella habían acabado en el piso, sin duda se sentía desalentada, el poder acumular prana de distinta concentración en una misma pieza parecía ser algo totalmente posible, pero cada vez que lo llevaba a cabo la piedra perdía el equilibrio y se destruía, aunque presentía que la falla no era su manipulación, sino mas bien del método. Debería volver a repasar un par de libros antes de volver a intentarlo.

-creo que una taza de té me relajara un poco- mientras subía las escaleras el reloj comenzó a sonar, ya eran las diez de la mañana, aun tenía tiempo para relajarse un poco, cuando salió del sótano fue directo al baño para limpiarse del desastre de la joya explosiva. Cuando salía del tocador sintió tres fuertes golpes en la puerta, se extraño un poco, primero que todo en la puerta había un timbre, el que llamaba debía estar ciego para no haberlo visto, una vez mas de mal humor llego a la puerta, la cual volvió a ser golpeada firmemente.

- ¡Ya voy…no estoy sorda!- molesta abrió, y se encontró con un hombre vestido con un uniforme de color rojo, una gorra del mismo tono y un gran bolso negro colgando a un costado.

-Buenos días- saludo con mucha energía, casi gritando, luego metió su mano a su bolso y extrajo una tabla de madera con una hoja pegada a ella – ¿Esta la señorita Rin Tosaka en casa?- pregunto con normalidad mientras sacaba un paquete de color amarillo de su bolso.

-soy yo- fue la única respuesta, el sujeto era un trabajador del correo, su atuendo era muy característico, pero por lo general no llamaban a la puerta, solo dejaban las cartas en el buzón de la entrada.

-Este envió es para usted- el sujeto extendió el paquete amarillo a Rin, la cual lo recibió rápidamente, entonces guardo la tabla en su bolso hizo un gesto de despedida con la cabeza y se dio la media vuelta marchándose del lugar. Rin lo observo un instante para luego mirar en el paquete el remitente, abrió los ojos de par en par cuando leyó en el "Shiro Emiya", sin más se metió a la casa y cerró la puerta tras de ella, casi corriendo llego a la sala y se sentó en el sofá, miro una vez más el envoltorio para luego rasgarlo como si una niña abriera su regalo de cumpleaños, dentro se encontró con una manta de color rojo la cual envolvía a su vez algo que parecía ser una caja, Rin quito la manta, la cual era mas gran de de lo que esperaba, en el centro había una caja de madera, con timidez retiro la tapa para encontrar en su interior un carta sobre algo que le hizo sorprenderse, era el medallón que había dado a Shiro, el cual hace años había usado para reconstruir su corazón perforado por Gae Bolg.

El recibir el pendiente que el mismo Emiya había afirmado que mantendría con el toda su vida era desconcertante, sentimientos confusos se alborotaron en su corazon, dejando el colgante dentro de la caja tomo la carta la cual no estaba sellado, así que la abrió con solemnidad, saco el papel y comenzó a leer.

"Querida Rin

Esta es la primera vez que te escribo desde que continúe mi viaje solo, sé que no tengo derecho a decírtelo pero te he extrañado mucho, las cosas no acabaron muy bien cuando nos despedimos y es algo que lamento, a pesar que te dije que no te contactaría hasta que volviera a Japón he luchado todos los días contra esa decisión, es difícil estar sin ti.

Pero en mi viaje también he descubierto cosas increíbles, mi sueño no es algo equivocado, solamente no me había dado cuenta que es lo que un héroe de la justicia debe proteger, ahora lo sé, pero te lo diré cuando te vea cara a cara, cuando leas esta carta ya estaré camino a Fuyuki, aunque no se cuanto me tarde ya que no estoy en las mejores condiciones, tampoco sé si te abras dado cuenta, pero he utilizado el circuito mágico que me diste. He tenido bastantes dificultades, pero la más reciente es la que me impulso en contactarte, no sé si el sudario protegerá de manera adecuada el colgante, pero confió en que lo recibirás sano y salvo, mantenlo junto a ti, puedes necesitarlo ahora que los problemas volverán a comenzar, por favor cuida de Fuji-nee y Sakura, tu también se cuidadosa y mantente a salvo, eres la maga mas extraordinaria que he conocido, pero aun así me preocupo por tu seguridad, no dudes en llamarlo si es necesario.

Aun hay mucho que decir, pero es poco mí tiempo, espero con ansias poder verte una vez más.

Con amor, Emiya"

Rin ya sostenía la carta a escasos centímetros de su cara, al bajar el papel se notaban sus mejillas sonrojadas, aun con su expresión de enfado, Shiro tenía la capacidad de sacar lo mejor y peor de ella, como se atrevía a escribirle con tanto afecto cuando prácticamente él había roto con ella cuando comenzó su viaje en solitario, sin duda le plantaría cara cuando lo volviera a ver, además no había sido claro en el por qué le enviaba el colgante, sin duda su viaje lo debió dejar paranoico por que las cosas en Fuyuki estaban cada día más aburridas, entonces Rin reparo en el detalle de la manta que cubría el paquete, ¿era eso realmente un sudario, o Shiro no encontró mejores palabras?, lo levanto con recelo y lo observo detenidamente, sin duda la tela parecía vieja y gastada, pero también se mantenía resistente, aunque no detectaba nada especial en el, tal vez solo fue un error de su parte, de un salto de puso de pie camino al estante de la sala y en el dejo la tela y la carta, pensó en dejar allí también el colgante, pero finalmente lo guardo entre sus ropas.

-que habrá querido decir con que "lo llame si es necesario"- la carta de Shiro le hizo sumergirse en diversos pensamientos, sentada en el sofá, el tiempo pasaba velozmente sin que ella fuera consiente. Todo lo demás había perdido importancia, aunque le alegraba saber que el volvería a Japón.

Mientras tanto en otro lugar, en el mirador de la ciudad, un extranjero miraba con detenimiento el lugar, sin duda Japón tenía una arquitectura algo antigua, pero también un encanto muy particular, los arboles, el viento, no solo de esencia mágica rebosaba la ciudad, también de una tranquilidad armoniosa

-Master, cuáles son sus ordenes- una mujer de cabello rubio estaba tras del hombre que observaba apacible la ciudad, llevaba puesta ropas casuales, un chaleco de color blanco y un pantalón de tela de un tono crema, a simple vista una chica normal de no más de 25 años.

-tranquila Saber, aun no están los siete presentes, no tiene sentido apresurarse- el hombre también era joven, de mirada tranquila, ojos verdes tras unos anteojos rectangulares, vestía pantalones de tela de color café una camisa blanca con rayas negras y una corbata roja y zapatos café, en su mano derecha estaban los tres sellos de comando que le identificaban como un master, no se molestaba en ocultarlos, el hombre tenía mucha confianza en sus habilidades y en las de su acompañante.

-Master, no debe confiarse, todos sus oponentes son dignos de atención- saber parecía molesta con la tranquilidad de su maestro, el grial estaba en juego y no era para tomárselo a la ligera.

-no te enfades saber, no es exceso de confianza, más bien es de información, conozco a los cuatro master que ya están en la ciudad y ninguno es digno oponente para mi, y tu eres el servant mas equilibrado de entre todas las clases, sin lugar a dudas tenemos una ventaja considerable-

Saber contemplo en silencio a su maestro, tal vez en una batalla entre magos se podía anticipar el resultado, pero entre servants no era tan sencillo, y ella podría ser catalogada como el Servant con los parámetros más equilibrados, pero también era la más expuesta, su identidad sin duda era fácil de deducir, aun con su noble phantasm oculto.

-En esta ciudad hay dos familias de magos, Los Matou y los Tosaka- Saber se tenso al escuchar el apellido de la segunda familia nombrada – es posible que ambas familias se involucren en la batalla –

-No tiene de que preocuparse, yo seré su espada y derrotare a sus enemigos- La determinación de Saber era indiscutible, su deseo era su principal impulso, y ahora todo era diferente pues podría alcanzar su anhelo sin crear una calamidad como medio.

-Confió en ti Saber, muy bien, es hora de continuar nuestro camino- el mago se acomodo los anteojos y camino por el mirador, saber observo el paisaje antes de seguirlo, una vez mas estaba frente a la misma ciudad, ¿esta vez cuanto tiempo había pasado desde la última vez?

Ya estaba obscureciendo, Rin estaba apaciblemente dormida en el sofá, mientras pensaba en la carta de Shiro se había dormido sin planearlo, y por un buen tiempo, sin duda su desarrollo de un nuevo tipo de joya mágica la había agotado más de lo que ella misma había pensado, el sonido del timbre le hizo abrir los ojos con pereza. En un instante reacciono y dio un brinco poniéndose de pie, estaba todo obscuro, no podía creerlo, al ver la hora noto que ya eran casi las ocho de la noche, como era posible, además hoy tenía una visita, era imposible que el timbre no la hubiera despertado al medio día, con esa y otras tantas cosas más en mente fue hasta la puerta y la abrió sin reparo alguno.

-Lamento presentarme a esta hora, pero asuntos inesperados se presentaron- el profesor de la torre del reloj, Lord El-melloid II, el representante de Londres, estaba en su puerta, aunque estaba visiblemente herido, de su cabeza descendía un delgado hilo de sangre, sus ropas estaban maltrechas y su cabello y cara con polvo, sin duda una imagen poco esperada para quien había concertado una cita con la líder de la casa de los Tosaka.

-Me disculpo por mi apariencia, y por el retraso, pero nuestra reunión ahora tiene carácter de urgente- sin esperar a ser invitado, entro a la casa y se sentó con aparente dificultad en uno de los sillones de la sala, Rin cerró la puerta de inmediato, y con dudas le siguió a la sala, si bien le había conocido durante su estancia en la torre del reloj, sus breves y algo molestas platicas no le acercaban siquiera a ser una visita agradable o de confianza, pero de lo que podía estar segura es de que no era un mago con malas intensiones.

- Lord el…-

- Solo Weaber – interrumpió rápidamente el hombre quien se aplicaba magia curativa en su cabeza, poco a poco la sangre desaparecía, aunque su expresión dura no cambio en absoluto

-Ejem, Señor Weaber, ¿Qué es lo que ocurre?- Rin se sentía un poco descolocada, ya que su visitante estaba lastimado, cosa que le provocaba bastante curiosidad.

-como bien sabe por mi carta, mi motivo para venir a Japón es discutir asuntos de la pasada quinta guerra por el grial, mi retraso y apariencia sin embargo se debe a ese mismo asunto- el mago de acomodaba un poco su chaqueta tratando de verse en mejores condiciones que en las que había llegado.

Rin tenía un mal presentimiento, si bien había platicado en más de una ocasión con él en su estadía en Londres jamás se había dejado ver tan impersonal, la batalla de grial fue investigada por la torre del reloj, pero habían aceptado su testimonio sin objeción alguna, después de todo ella era la legítima ganadora.

-bueno esto se escuchara increíble pero todo acaba de cambiar, pues acabo de ser atacado por un Servant- la expresión de Rin en efecto cambio de molestia a sorpresa, imágenes fugaces de pasados enfrentamientos vinieron a su mente.

- no es posible – fue lo único que se escabullo de su boca

-es verdad, hoy visite el castillo de los Einzbern y allí fui atacado por lancer- el mago de Londres tenía una expresión dura, su magia curativa había hecho efecto y parecía mucho mas repuesto que en un comienzo.

- tal vez fue atacado por un mago – Rin no estaba convencida del todo, pero tampoco era simplemente poner en duda las palabras de un mago de renombre – aunque en Fuyuki no es común la presencia de algún mago extranjero, si guarda relación con los Einzbern es posible-

- Era un Servant, no un mago- la respuesta se sintió algo agresiva, era claro que le molestaba que pusieran en duda su historia, antes de hablar carraspeo su garganta y cruzo los dedos de sus manos – He estado involucrado en esta guerra antes, se en carne propia identificar un Servant – Eso sin duda era algo que desconocía, la única posible opción era la batalla anterior a en la que ella había participado, la cuarta guerra.

Ambos se miraron unos segundos en silencio, dos sobrevivientes de aquella batalla de magos reunidos, sin duda la perspectiva de Rin cambio, pero aun no podía creerlo, se negaba completamente a aceptar la idea.

-Pero el grial fue destruido- agrego con molestia la joven maga, eso era innegable ella misma lo había visto.

-Es cierto, pero en la cuarta guerra también fue destruido, y aun así volvió a manifestarse- esa información era desconocida para Rin, ya que a pesar de que su familia estuvo ligada a aquella batalla, poco sabia en concreto de lo que había ocurrido.

-eso….no lo sabía- odiaba perder una batalla de argumentos, pero ese no era precisamente el momento para ofuscarse ante lo que estaba descubriendo.

-no puedo darte detalles, porque yo mismo no los sé, hoy antes de venir a nuestra reunión fui a visitar el castillo Einzbern, y allí fui atacado, pude identificar al Servant como Lancer, cosa que él no negó, por suerte pude burlarlo y escapar- Weaber tenía esa sensación de inquietud en su pecho, luego de la pelea con Lancer se refugió bajo el puente que está en el centro de la ciudad, allí atendió sus heridas internas y cuando estuvo en condiciones se encamino a la casa de los Tosaka, en donde termino con su labor curativa.

-no estoy segura, no pongo en duda su historia, pero en la ciudad nada a parecido extraño, no ha habido incidió alguno de que algo de esta magnitud se estuviera sucintado- lo que decía Rin era la verdad, la ciudad había estado en calma, nada fuera de lo normal parecía estar ocurriendo.

Entonces un fuerte golpe hizo a ambos voltear, la puerta de la entrada fue arrancada de una potente patada y voló por el espacio que había entre los dos magos para terminar estrellándose en la pared, de pie en la entrada estaba un rostro familiar, un servant que había estado presente en la pasada guerra del grial, su ropa de color azul, su mirada de superioridad y en sus manos aquella lanza demoniaca que desprendía prana lista para atacar.

-¡Lancer!- exclamo Rin con sorpresa, la prueba definitiva estaba frente a ella, Weaber observo al servant con mucha atención, este miro de arriba abajo a los dos magos y luego soltó una sonrisa

-vaya, no pensé que vendrías por la ayuda de una chiquilla- La actitud era la misma que recordaba, pero su mirada era claro indicador que para él ambos magos eran sus enemigos, pero aun así Rin intento hablar.

-espera lancer, que está ocurriendo, como es posible que estés aquí-

-hmmm, creo que esas preguntas escapan a lo que puede exigir un enemigo como cortesía- respondió el servant de azul mientras daba dos pasos hacia adelante

-que estás diciendo, una vez fuimos aliados- la sentencia de Rin hizo que lancer pusiera una mirada de sorpresa

-que estás diciendo chiquilla, esta es la primera vez que te veo- la respuesta de lancer dejo a Rin sorprendida, entonces weaber la sujeto del brazo y la tiro hacia atrás

-No importa que se vea como el mismo servant de la pasada guerra, te aseguro que no es quien tu recuerdas- Weaber sabía cómo funcionaba la invocación de un servant, solo en el trono de los héroes permanecía el original espíritu heroico, y una copia de su esencia era la que aparecía en la invocación hecha por un máster, una vez el servant desaparecía o moría en batalla, la esencia volvía al espíritu heroico original, pero una nueva invocación solo provocaba la aparición de una nueva sombra de ese héroe, con sus recuerdos de vida pasados, pero no con los nuevos recuerdos adquiridos por la invocación, es decir, era el mismo servant, la misma clase, el mismo poder, pero no conservaba los recuerdos de su pasado encuentro.

-al parecer ustedes saben bastante de los servant a pesar de que no son masters, bueno no hay mucho que pensar, después de todo, ambos morirán- la lanza empezó a emitir un brillo carmesí, lancer se puso en una clara postura de ataque

-tenemos que defendernos- Weaver alzo su mano derecha -Ignis Draconis- la llama azul ardió hacia lancer, pero este no la esquivo esta vez, giro rápidamente su lanza la cual contuvo las llamas y las desvió hacia los lados finalmente el mago tuvo que detenerse porque su ataque no dañaba al servant, solo provocaba que la casa comenzara a prenderse en fuego

- ya me mostraste cómo funcionaba ese hechizo, y déjame decirte que Gae Bolg no puede ser dañada por el fuego- la lanza parecía resplandecer apoyando las palabras de su amo, sin duda para un mago era difícil enfrentarse a un servant sin una planificación previa.

Lancer entonces arremetió, con la precisión justa dio un fuete corte con su lanza para liquidar a ambos magos, Rin reacciono y reforzó sus piernas, con ello dio un gran salto hacia atrás llevándose a Weaver con ella, lancer mostro sorpresa por el movimiento, pero no dejo de atacar pues enseguida fue tras sus presas, Rin soltó a Weaber quien por su parte alzo su mano y murmurando algo que no logro escuchar la chica, de la punta de sus dedos salió una llama, esta vez de color amarilla, lancer solo la esquivo dando un salto y apoyándose en el techo para salir disparado como una bala hacia ellos, Rin hizo lo mismo y fue al choque contra el servant, este con su arma por delante trato de empalar a la chica, pero para su sorpresa está sujeto la lanza y la uso para maniobrar en el aire, impulsándose con sus brazos y golpeando a lancer en el estomago hacia arriba lanzándolo a través del techo, para finalmente aterrizar al el centro del salón.

Weaber miro con admiración, sin duda los magos que usaban su potencial para aumentar sus habilidades físicas eran capaces de logros impresionantes, y en este tipo de enfrentamiento destacaban ejemplarmente, aunque él no era hábil en esa clase de combate, ya que se había dedicado al sentido más convencional de la magia, en lo cual era muy hábil, después de todo, no había dado aun no mejor de él en el combate. Lo termino por sacar de sus pensamientos lancer que bajo de la planta superior por el mismo agujero que hizo al ser lanzado por Rin, su expresión aun era divertida, sin duda alguna estaba jugando.

-Impresionante, jamás me habían lanzado así, mucho menos una mujer- el servant ni siquiera resentía el golpe que le había dado Rin, el cual era capaz de destruir el concreto mismo.

-un servant es realmente un ser muy poderoso, ya que aun no ha usado su noble phantasm como es debido-

-Oh, de verdad te interesa el poder de mi lanza- lancer apoyo su arma en el suelo mientras reía ligeramente –esto se ha puesto tan divertido que no me gustaría matarlos, pero mi tiempo se agota y debo volver con mi master-

Una presión se sintió en el ambiente, era como si la gravedad hubiera aumentado, Rin sabia que se trataba de la presión del prana de lancer, el cual por primera vez lanzaría un golpe mortal. En ese momento pocas alternativas venían a su mente, si bien su aliado era un mago reconocido, no conocía el alcance de su poder como para poder idear un plan, en ese momento hubiera deseado tener un servant de su parte. Fue en ese momento en que recordó el colgante que había recibido, sin duda aquel era el catalizador perfecto para un servant, para uno de clase archer, no estaba segura si a eso se refería Shiro, pero eran pocas al opciones y lancer ya estaba una vez más en pose de combate, con un semblante serio, que vaticinaba lo peor.

-cielos no tengo tiempo, el circulo aun está en la planta baja, la chica miro hacia las escaleras, si corría para tratar de realizar la invocación seria asesinada sin duda, una distracción, eso era lo que necesitaba. Para su buena suerte, Weaber levanto sus dos brazos al aire, desde la punta de su mano derecha aparecieron llamas azules, mientras que desde su mano izquierda eran amarillas, no estaba segura de que tipo de magia era esa, pero si la reforzaría para tener una oportunidad, Rin levanto su brazo izquierdo y apunto, era todo o nada.

-lamento mucho lo de su casa- Weaber miro de re ojo a Rin la cual no comprendió por que decía aquello, el mago entonces miro fijamente a lancer el cual parecía contenerse esperando para ver que intentaba hacer

-Duplex Ignis-

En un instante ambas llamas crecieron de tamaño, y como si se tratara de dos polos opuestos se combinaron en cosa de un segundo, un haz de color rojo cruzo el salón en un instante, lancer ni siquiera pudo reaccionar, el calor llego como consecuencia de la luz y luego un gran estruendo seguido de obscuridad, cuando Rin volvió en sí, Weaber la sujetaba de su brazo derecho, a su alrededor había una especie de barrera de prana, la chica al mirar a través de esa tela de magia transparente cayó en cuenta de lo que había ocurrido, el salón completo de su casa, no mejor dicho, toda la casa desde el lugar desde donde había salido aquella magia había sido destruido, la mitad de la casa estaba en completas ruinas, además no había rastro de lancer, realmente ese había sido un ataque descomunal, Rin jamás había visto algo así antes, solo podía compararlo con el golpe que uso saber para destruir el grial, aunque a menor escala.

-¿que fue eso?- Rin ya se sostenía por sí misma y weaber disipo el campo de fuerza, realmente la casa estaba en ruinas.

-esa fue una de mis mejores cartas - el mago miraba a los alrededores buscando a lancer, si bien confiaba en el poder de su ataque, dependía demasiado de los atributos del servant si había o no sido eliminado

Rin por su parte miro alarmada a su alrededor, sabía que la situación era critica, pero gracias a ello se había quedado prácticamente sin casa, alarmada enseguida recordó la carta y el sudario que le había enviado Shiro, pero se tranquilizo al ver que por milagro el estante en que lo había guardado estaba justo en el límite del área del ataque, pues se sostenía casi en equilibrio entre la mitad de la casa intacta y la que estaba en ruinas

-vaya, es la primera vez que un mago me lastima de esta manera- la voz de lancer alarmo a ambos, el servant súbitamente emergió de bajo los escombros, aunque por primera vez estaba lastimado, la ropa en sus brazos estaba rasgada y ensangrentada, mientras que de la comisura de sus labios caía un hilo de sangre, además parecía que uno de sus brazos estaba roto ya que colgaba inerte.

-has sobrevivido, sin duda alguna eres poderoso- Weaber se esperaba un desenlace similar, aunque su enemigo no había sido derrotado, ya no estaba en condiciones de ser la amenaza que en un comienzo

-Ese ataque clasificaría como anti armada, realmente me tomo por sorpresa, tus ataques anteriores habían sido muy débiles, no me imagine algo así - a pesar de todo lancer sonreía, era evidente que aun disfrutaba del combate

-¿y ahora que lancer?, aun piensas matarnos-

- jejejeje, es cierto que estoy lastimado, pero no eso no me impide seguir peleando- con una velocidad asombrosa lancer agito su arma, al parecer solo necesitaba un brazo para luchar –y dime, podrás tu soportar uno de mis ataques- esta vez fue distinto, lancer tomo su arma desde casi el extremo y con solo dos veloces pasos ya estaba sobre los magos, Weaver pudo ver el ataque, pero no tenía la capacidad física para reaccionar, Rin por su parte reforzó sus extremidades y se lanzo hacia Weaver, justo cuando el extremo de la lanza estaba rosando su pecho Rin logro empujarlo hacia un lado, un as de luz fue lo siguiente y el mago de londres voló por los aires estrellándose en las escaleras de la casa, su hombro estaba perforado y la sangre fluía libremente, lancer entonces miro fijamente a Rin

-Eres más hábil de lo que pensé, normalmente no me enfrento a mujeres..pero- con una media vuelta lancer pateo a Rin quien a pesar de cubrirse termino estrellándose con mucha fuerza en el suelo, el colgante se deslizo por su cuerpo y callo justo frente a los pies de lancer el cual se detuvo a observarlo.

-vaya, no me digas que esto es un catalizador- lancer miro con atención el objeto, por alguna razón no le agradaba en lo absoluto –con que tú ibas a convocar a un servant-

-R-Rin…- Weaver apenas y estaba consciente, la chica le había salvado de aquel golpe mortal, pero su hombro estaba perforado y perdia mucha sangre, su visión estaba borrosa, pero no podía permitir que Rin muriera, después de todo, lancer estaba allí por su culpa, no tenía otra opción debía ocupar "eso" si quería detener a lancer.

-bueno, creo que es mejor así, mi master tendrá una amenaza menos, y también puedo acabar con el sujeto que espiaba en el castillo- lancer alzo su arma, estaba por dale el golpe final a Rin la cual no tenia como escapar, solo observo fijamente el colgante frente a ella.

-maldición, necesito más tiempo- Weaber sentía la desesperación de no poder hacer su movimiento, su cuerpo no le respondía, intento ponerse de pie pero termino tirado en el suelo, con sus escasas fuerzas aplico magia curativa a la herida para tratar de detener la hemorragia, pero esta no se cerraba.

-Una herida hecha por Gae Bolg no puede ser curada- la respuesta de lancer fue determinante, si no podía detener el sangrado entonces todo había acabado para él, solo pudo mirar a Rin con pesar, no podía hacer nada, y eso le dolía aun mas que la herida.

-Adiós chiquilla- la lanza bajo rápidamente, Rin solo pudo cerrar los ojos esperando que fuera rápido, en ese pequeño lapso de tiempo, Shiro Emiya estaba en sus pensamientos, le hubiera gustado verlo una vez más.

El sonido de armas chocando hizo que Rin abriera los ojos, lo que vio fue a Lancer alejándose de un salto, en el suelo estaba frente a ella estaba clavada una enorme cuchilla a la cual se unía una cadena.

-Llegamos a tiempo- una voz familiar hizo a Rin voltearse, a su lado se encontró con Sakura quien la miraba son una sonrisa en el rostro.

-Adelante Rider- al lado de Sakura estaba de pie una ágil servant de cabellos rosa, la cual tenía sus ojos cubiertos, Rin la identifico enseguida, era la misma servant que había usado Shinji en la pasada guerra, esta entonces tiro de la cadena y la cuchilla retorno a su mano, luego avanzo algunos pasos poniéndose entre Rin y lancer, el cual observaba en silencio como un nuevo enemigo se hacía presente

-Como usted ordene, Master- La servant se agacho colocándose en una extraña pose, la cuchilla estaba firmemente sujeta en sus manos, el escenario había cambiaba nuevamente, y las cosas seguían volviéndose cada vez más confusas, ahora sakura estaba allí con una servant bajo sus órdenes, y esta enfrentaría a lancer, lo cual convertía esa pelea en una legitima batalla entre servants.