El sol apenas salía por el horizonte, una línea débil entre naranja, amarillo y un casi rojo se mostraban esplendorosamente, no existía mejor retrato para un naturalista, no habían motivos para pensar en que aquella mañana sería diferente a las anteriores, más allá claro de los cincuenta y pico estudiantes graduados de Canterlot High; era ese día después de la gran fecha, olvidado por algunos, pues la importancia que tiene con respecto al día anterior casi siempre suele ser mínima, tanto así que se olvidan detalles importantes, como por ejemplo los primeros pensamientos de ese día; para muchos se hallan con una seguridad, otros recién adquieren consciencia de que ya no deben ir a la escuela, quedando ese ¿Y ahora qué?

Big Mac despertó, después de un tiempo que se le hizo casi eterno en ese preciso momento de la madrugada, cuando el amanecer era presentado en un esplendor inigualable, los primeros rayos de luz acariciando su rostro, el frio matutino que bien pronto se abriría a la frescura de la mañana, el rocío visible en el pasto del jardín le daba un tono más obscuro al verde, el cielo despejado daba la bienvenida a quien quisiese apreciarlo; las primeras señales de actividad tenían lugar en el camión de la basura, en el repartidor de periódicos, algún cartero, sí una mañana común de una ciudad como Canterlot, con montañas en el horizonte.

Ver el amanecer sentado desde su cama, observar el sol salir, vigorizaba al mancebo, hasta el punto de ponerle los pelos de los brazos de punta, ah no, era el frío… en fin, con un aire renovado tomó su toalla y fue al baño. Por la cocina todavía se podía apreciar los restos de la comida que tuvo junto con su hermana, unas presas de pollo con patatas fritas, sí, vaya que mimaron el paladar con aquel bocadillo nocturno; todavía le quedaba aquella dulce suave y subrepticia fragancia a vainilla en el cuello de la camisa. Vaya recuerdo tan hermoso que se plasmó en su mente, lo seguía hasta ese mismo instante.

Esa suavidad, lo llevadero de la situación, el placer indescriptible que podía ser el verse y saberse como alguien vencedor, en más de un sentido; pronto, bien pronto la vería de nuevo. Ansiaba con todas sus ganas el estrecharla nuevamente, tomarla de las caderas, acercar sus labios y plantar un atrevido pero intenso beso, sentir el roce de su piel del cuyo color le era recordado constantemente por un vaso pintado que hacía de recipiente de agua en el baño, por la pintura del tapiz del sótano… el color de su pelo… ese era el más difícil de ver de una sola vez, mas al asomarse por la ventana, en algunas precipitaciones ocasionales, podía verla perfectamente, a veces solo lo hacía para sentir el frio de las gotitas de agua, así como de la ducha que estaba tomando en ese preciso instante.

Había asociado el nombre de aquella muchacha con el frio que por mucho tiempo los separó, es cierto, el color de aquella piel era considerado como frío; claro que no era así, la intensidad con la cual su vida había cambiado durante el último tiempo fue ciertamente eso… intenso, sentimientos de todos los tipos, todo enfrascado en una sola chica, eso era Rainbow Dash para él, era especial por esa y muchas otras razones.

Estaba necesitado de esos labios, estaba necesitado de llamarla, necesitaba escuchar su voz, necesitaba ver aquellos ojos violáceos otra vez, un mero roce, un aroma, un simple contacto entre sus cuerpos, su voz llamándole, diciendo su nombre, susurrando aquellas dulces palabras… "te quiero" era aquello algo tan mágico.

Pero, regresando a su habitación cayó en cuenta de un hecho importante, apenas eran las siete de la mañana, conociéndola, seguramente despertaría a las nueve… o a las once para ser realistas; no importaba, tomó unas cuantas camisas, unas poleras, dos pares de sus mejores vaqueros, sus tenis menos usados, todo para ser cotejado y decidir cuál ponerse, era extraño hacerlo, no estaba acostumbrado a tener que tomar decisiones de moda; pero bien valía la pena verse… lo más aceptable posible para aquella muchacha.

Tomó una serie de objetos, sabía cuáles eran, se tomaba su tiempo para organizar bien todos los objetos, una billetera, algo de dinero, monedas, su celular… no, mejor dejaría ese aparato justo en su velador. Ahí estaba, se había distraído, volvió en sí para terminar de cambiarse de ropa, todo era tan confuso, estaba nervioso, sumamente nervioso… sí, la vería dentro de poco tiempo. Entre más pronto pudo hallar todos los objetos que buscaba más pronto pudo sentirse menos nervioso.

Pero tan pronto como aquella sensación se fue, regresó porque pronto llegó otra razón para estarlo, no se había peinado… de hecho no acostumbraba hacerlo, era más un dejar que su pelo tomara las decisiones, la amiga de su hermana se lo había dicho muchas veces a modo de plática, de las pocas que tuvieron. Bueno, sí ella lo decía probablemente era porque era verdad, tomó el cepillo que casi nunca uso y le dio unas pasadas a su pelo aún mojado… bien, 7:30 de la mañana, salió con un gran cuidado de su habitación, bajó las gradas y se encontró con una Applebloom adormilada con la caja del cereal entre manos; pero… ¿Por qué estaba despierta tan temprano? Desde hace semanas atrás que no tenía responsabilidad alguna para levantarse temprano, de hecho hasta parecía más feliz de poder levantarse a las ocho o nueve de la mañana; en fin, qué sabía él. Pasando por su lado y tratando de no chocar con la adormilada jovencita, tomó un tazón y se dispuso a buscar la leche.

- Buenos días. – Obtuvo de la de ojos ámbar.

- Buenos. – Le respondió en tono jovial, al cual la pelirroja contestó moviendo la cabeza en señal de que compartía el sentimiento de ánimo, pero todavía no estaba activada del todo. Una vez vació algo de leche y se dispuso a vaciar el cereal sus ojos se abrieron unos milímetros para ver a su hermano con un aspecto casi formal.

Una camisa que parecía planchada, una polera blanca que contrastaba con el rojo de su piel, unos vaqueros azules de aspecto novedoso, sí, su hermano saldría a algún lado, lo cual era sorprendente; pues incluso estando incómodo dentro de esa casa, simplemente salir no era lo suyo.

- No esperes que la trate bien… Scootaloo no lo hizo con Soarin y no esperes que lo haga yo. – Afirmó en tono pícaro la fémina, tomando por sorpresa al mancebo.

Exacto, la vida estaba llena de sorpresas, seguramente medio colegio se enteraría para la mitad del día, si es que no lo hizo la noche pasada, cómo esperarse aquel encuentro entre el chico más reservado de Canterlot High y una de las chicas más populares que además tenía poderes mágicos, bueno, no es como si no lo hubiera hecho antes, pero dos veces era una exageración. Menos con Rainbow Dash, eso sí que era inesperado, después de todo, ambos estaban en polos opuestos.

Se diría entonces que en el amor nada hay mejor que el contrario, que los opuestos se atraen o que hay cierta afinidad en lo divergente, sí… se podía decir aquello en ese caso. Pero era más que eso, al final cuando ambos liberaron sus corazones, supieron que eran la una para el otro y el uno para la otra, así… y solo así sus labios se pudieron unir conjeturando un bonito futuro. Claro, no se puede esperar que Rainbow Dash piense a largo plazo todo el tiempo, ni que él mismo viva el momento todo el tiempo, pero por ese solo instante sintió que ambos compartieron tan aquella inexpresable sensación, como la visión de un futuro, una historia que debía ser escrita pero que prometía.

- ¿Código? – Le inquirió con una sonrisa de complicidad.

- Sí, es parte del código de hermanas menores, estar en guerra con las parejas de nuestros hermanos.

Vaya creatividad, pero lo hacía sentir especial, siete y cuarenta, no podía esperar para que llegar el momento y a la vez estaba tan nervioso que el tiempo se le hacía infinito, parecía querer detenerse en contra de todos sus deseos porque pase de una bendita vez.

Oyó entonces los pasos de su hermana bajando por las escaleras, casi de inmediato los ojos verdes de ambos se cruzaron, con una sonrisa en ambos casos, incluso aquel detalle comenzaba a arreglarse, volvían a acercarse otra vez, tanto que hasta existía cierta complicidad en sus gestos.}

No era necesario decir que ver a Soarin con sin aliento ante un impulsivo beso por parte del joven Apple no tuvo precio, tampoco hacía falta expresar la aceptación que tenía esa pareja dentro de la familia, a esas alturas, Applejack se encontraba bien sabiendo que el corazón de alguien tan atento y dulce como su hermano era resguardado por una muchacha leal y firme como Rainbow Dash, es más, hasta la consideraba como una opción igualable a Sunset Shimmer; allí estaba otra vez, el recuerdo de esa amiga tan valiosa para ella. Era una completa lástima que no pudiera estar allí el día pasado. Rarity había imaginado darle a la pareja un conjunto contrastable… lástima realmente.

Imitando a sus hermanos la Apple se sentó a la izquierda de Big Mac, solo para darle una palmada en la espalda, suponiendo lo que se venía, seguramente estaría nervioso, bueno, ella también lo estaría. Casi siempre lo estuvo las veces que Trent fue por ella al final de las clases o hasta esa casa, aunque en parte era raro ver los celos de su hermano y el instinto de supervivencia de ese muchacho tratando de salir del lugar y quedándose porque, según sus palabras, realmente valía la pena recibir una paliza si con ello podía estar a su lado. Cursi, claro que sí, pero si el poder de las palabras no se hallara en alterar la realidad o mostrarse como la realidad, los escritores dejarían de escribir, las recitaciones perderían el sentido todo sería absolutamente frio, insípido.

- Espero que al menos no le aplastes el pie con una carreta de manzanas.

- Que fue accidental… - respondió de inmediato la menor haciendo un puchero al recordar ese momento tan… vergonzoso.

- Oye Big Macintosh, apenas has tocado tu cereal, ¿Te ocurre algo?

- Nop. – Fue la respuesta inmediata del mancebo, quien, comenzó a tomar el desayuno. Trataba de matar ese tiempo que lo separaba del momento que tanto anhelaba y que al mismo tiempo tanto le preocupaba.

No pasó mucho tiempo hasta que una pequeña muestra de afecto se inició entre hermano y hermana, algo simple como una sonrisa y un roce de la palma de su hermana con su hombro bastaba, después de todo, ambos estaban acostumbrados a ese trato; todo la mayor cantidad de cariño estaba destinado a Applebloom, quien ya despierta no dejaba de ver a su hermano.

- Big Mac. – enunció de pronto con algo de timidez en su voz… - ¿Es cierto que Rainbow Dash y tú?... – pero apenas supo terminarla pues era un área inexplorada el meterse en aquellas relaciones de sus hermanos… menos, mucho menos las de Big Mac que hasta parecía ser alguien a quien nunca le gustaría otra persona.

Al final la pregunta no fue respondida, solo un silencio se presentó ante las hermanas, siendo la cuestión principal el terminar el desayuno, no obstante el semblante de la menor cambió para mostrarse algo más triste al respecto.

- ¿Es cierto que tú?...

- Sip. – Afirmó con inmediatez el de ojos verdes continuando con su tazón de cereal.

- No… no es cierto… no puedes.

- Applebloom ya hablamos sobre esto. – Advirtió la mayor más con un tono maternal que de regaño.

- Pero no puedes dejar que pase esto sin hacer nada al respecto…

El joven Apple se limitó a poner su mano en la cabeza de la que alguna vez fue la niña de la casa, ya había crecido un montón, claro que… en ese aspecto todavía no dejaba de ser una pequeña. No tenía novio de momento y al menos para la mayor resultaba un alivio que todavía pensara que los chicos eran asquerosos. Por su parte Big Mac, apreciaba los rasgos en cambio de su hermana menor; su rostro estaba en transición, había dejado el precioso moño rosa que llevó por un buen tiempo en el cabello; sí, definitivamente las cosas estaban cambiando bastante.

8: 22 el tiempo había pasado con cierta lentitud, con un ánimo y frescura inadvertidos, el joven Apple se levantó de la mesa, para subir a su cuarto y tomar una mochila, para después bajarla hasta la sala y dejarla en el sofá.

- Nos vemos luego. – Le dijo Applejack, mientras que Applebloom no dejaba de mostrar ese semblante decaído, no obstante, el mancebo continuó con su marcha sin prestarle mayor importancia, era un día alegre… pronto ella también lo estaría, pues ciertamente en ese día en específico con el clima, el ambiente era imposible tener una cara larga por mucho tiempo.

Así pues sus pasos bailotearon por la calle, recorriendo las aceras cercanas a su casa con un ímpetu desconocido, había tiempo. Rodeó el camino principal para desviarse hasta un parque, el mismo en el que conoció a Rainbow Dash por primera vez, el mismo en el que jugó por un tiempo y al mismo que olvidó hasta ese instante.

En el aire había un no sé qué algo melancólico, turbio pero al mismo tiempo intensamente emocionante, se sentó en una de las bancas para respirar algo de aire más o menos puro, observando algunas personas paseando a sus perros, eso sí, pocos muchachos jugando en el parque…

Se levantó a los cinco minutos para caminar en dirección al colegio, al pasar, pudo constatar la enorme cantidad de confeti que quedaba en el césped, los restos de la última fiesta como estudiantes del colegio; después vendrían los reencuentros; pero eso es punto y aparte. No deseaba ir al menos en cinco o siete años; limitándose a sonreír al recordar los hechos anecdóticos de aquella última fiesta pasó de largo.

Contuvo la respiración por unos segundos, dobló a la izquierda para poder ir al lugar donde bien sabía le esperaban dos brazos abiertos, un corazón que le correspondió a último momento pero que no por eso dejaba de ser asombrosamente dulce. A fin de cuentas ¿Acaso no hacía que valiera la pena tantas desventuras, aventuras, vuelcos y contratiempos? La respuesta no podía ser más clara, definitivamente sí.

Sus pasos se hicieron más lentos, cortos, solo para ganar algunos minutos, pasó por la barda blanca, recibiendo casi de inmediato la sorpresa de hallarla en su puerta, caminando de un lado a otro. Cuando la mirada de ambos se encontró, fue quizás el momento más intenso desde la noche pasada, como desesperados volvieron a juntarse, los fuertes brazos del joven Apple estrecharon a la fémina, quien con un impulso inexplicable simplemente saltó para ser atrapada entre ellos, así como la vez en que jugaron con nieve al igual que unos niños, ahora Big Mac cargaba en sus brazos a una Rainbow Dash impulsiva, de emociones fuertes y que se había dejado llevar. Pero tan pronto como todo ello ocurrió, ambos cayeron en cuenta de que el repentino cambio de peso y ángulo forzó a Big Mac a caer en el piso.

Una carcajada por parte de ambos se pudo escuchar a lo largo de aquella calle, si el amor viejo es sabio, el joven es atrevido, inexperimentado, ansioso de más… así eran ambos, dos desconocidos en aquellos ámbitos, poco experimentados, pero con una idoneidad inexplicable, hacía falta ver la manera en la cual las manos de ambos se entrecruzaban, la forma con la cual se observaban, la una con intensidad, con una energía y atrevimiento compensado con una jovialidad, serenidad y entusiasmo de un Big Mac que estrechaba la distancia para acercar sus labios a los de la fémina.

Oh, si es que acaso alguna vez la dulzura del amor no ha logrado colmar la expectativa de los amantes es porque nunca ha existido realmente, si un beso, una caricia, una mirada no sirve para despertar un corazón joven es porque se ha enceguecido.

El tiempo era precioso, la fugacidad pronto se iría…

Se separaron para tomar aire, hace dos años Rainbow Dash no hubiera podido imaginarse acariciando los cabellos de un muchacho, sentada cerca de él, con una preocupación por verse bien para él… por agradarle por gustarle. Pero así era, el olor a vainilla pronto contentó al de piel roja para después sentir la necesidad de hablar.

- Hola… - Dijo este, extrayendo una sonrisa de esa muchacha.

- Cómo estás. – Prosiguió esta en tono de burla y soso.

- Bien… muy bien. – Expresó sin pensar el mancebo observando los ojos violáceos de Rainbow Dash.

Pero, tan pronto como aquel encuentro se llevó a cabo, la fémina se levantó junto con este, el tiempo era precioso, por lo cual la fémina tomó al joven del brazo y lo impulsó a seguirla fuera de la barda blanca a caminar por la calle.

- Y… cómo va a ser esto. – Cuestionó de pronto sin tapujos, cosa que Big Mac agradecía.

- Te quiero… - Supo expresar el mancebo. – Es todo lo que sé. – Terminó alargando sus palabras.

- Mac… no te entiendo. – Alcanzó a decir la de cabello multicolor mientras su mano buscaba instintivamente la de Big Mac.

Con un deseo profundo el de piel roja entrecruzó los dedos de su mano con los de la fémina, había tanto que quería decirle; deseaba poder explicar más. Pero no tenía palabras.

Pronto el rostro de la muchacha viró para sonreír sarcásticamente.

- ¿Me quieres?

- Sip.

- Entonces tú… - No… claro que no, ella sabía bien que Big Mac no le haría lo mismo que ella deseaba hacerle en ese instante. No podía terminar… realmente estaba confusa por lo que sucedía, profundamente confusa. ¿Por qué? se preguntó durante toda la mañana, desde que despertó hasta ese momento en que lo tenía de frente.

- Mi corazón es tuyo… - Dijo de pronto el mancebo interrumpiendo los pensamientos de la de ojos violáceos, el andar de ambos frenó secamente.

8: 45

- Entonces, ¿Por qué? – Interrogó Rainbow parándose frente al joven Apple

Por un momento Big Mac calló, para después mirar de frente a la muchacha a la cual se había declarado tantas veces. Pensó bien sus palabras, esperando que estas no lo traicionaran.

- Porque necesito hacerlo… - estaba a punto de volver a avanzar cuando la fémina volvió a tomarlo de la mano.

- Prométeme… que después de todo lo que has hecho… no vas a romperme el corazón; te juro que no voy a soportarlo de nuevo.

- Te lo prometo… - Le respondió Big Mac sintiendo sorpresivamente los labios de la fémina nuevamente; tentado, absolutamente extasiado por las emociones eróticas que despertaban el sabor de esos labios, la textura, el aroma… el cabello de Rainbow revoloteando y acariciándole el rostro hasta producirle cosquillas. Aquello no tenía igual.

Los pasos de la pareja continuaron hasta que finalmente llegaron. Allí estaban, su hermana, algunas de sus amigas… el lugar de encuentro. Applejack le pasó la mochila verde que había preparado y dejado en el sofá, Applebloom hacía un puchero, no le perdonaría lo que estaba haciendo. Pero lo haría de todas formas, era necesario, era parte de lo que ahora debía hacer.

En el fondo había mucho más que un momento de felicidad o gozo, en el fondo sabía bien que no podía vivir tranquilo hasta liberar su mente de más de una carga, tenía tantas cosas acumuladas, tenía tantas necesidades que no serían satisfechas con su vida actual… que al final no le quedaba más que aceptarlo y seguir adelante.

Tomó la mochila, se inclinó para ver a su hermana menor a los ojos, esta, sin poder soportarlo lo abrazó con todas sus fuerzas.

Vuelve pronto. – Le susurró, este, sintiendo sus lágrimas, afirmó con la cabeza.

Sí, todo estaba bien. Su prima pronto se sumó al abrazo que no tardó en transformarse en un abrazo grupal, allí estaban Rarity y Fluttershy, que o bien se habían colado al momento o bien le tenían como un buen amigo, sea cual fuere la razón, el abrazo terminó y Rainbow Dash se quedó parada, un último beso fue emitido entre ambos; entonces y solo entonces Big Mac pudo seguir adelante, se los había dicho, no quería que estuvieran presentes porque seguramente lo pensaría otra vez y bajaría del tren.

Todo estaba listo, su boleto, ropa, algunos objetos de valor… sí, todo estaba bien.

Sin mirar atrás ingresó por la puerta de la estación de trenes, justo a tiempo para ver cómo este se acercaba.

- Oye, que tengas buena suerte. – Oyó una voz hablándole, la pudo identificar pero no lo creyó.

¡Era Soarin! Qué tenía que pintar ese sujeto allí. Momento, qué tenían que ver todo el grupo de niños bonitos.

- Sé que no somos precisamente buenos amigos, pero… solo quise despedirme de ti… me diste buenos consejos y fuiste un buen amigo. – Aclaró el de cabello añil extendiendo una mano.

No/ quedaba más que aceptar de buena gana aquella muestra de lo que sea que fuere. Flash Sentry, Cheese Sandwich y Trent se acercaron, este último tenía una relación mucho más… difícil que los otros. Pero Big Mac no pudo evitar dejarse llevar hasta cierto punto.

- No seas estúpido, cuídala. – Fueron las palabras de despedida del joven Apple que apretujó con fuerza la mano de Trent... quien se limitó a afirmar, estaba acostumbrado a las amenazas por parte del hermano de su novia… claro que se lo tomaba muy enserio, pues Applejack no era cualquier chica.

Así pues, el joven Apple llegó al andén para finalmente subir… pero antes de hacerlo, se topó con Cheerilee, quien le extendió una bolsa.

- Tiene algunos dulces… espero que te vaya bien amigo. – Se despidió dándole un abrazo.

- Gracias. – Le respondió sinceramente, era irónico que durante el último tiempo se hubiese olvidado de esa amiga.

Finalmente, buscó su asiento, se sentó, y en menos de quince minutos la locomotora se puso en marcha, había empacado pocas cosas en su mochila, pero entre ellas había un recuerdo algo de lo cual esperaba deshacerse pronto y que no había podido dejar en casa en el bolsillo superior delantero se hallaba la figura completa, metió su mano para sacar la que podía ser una escultura de una flor en marfil.

La flor comenzó a adquirir movilidad gradualmente y de la misma forma el blanco se transformaba en un rojo intenso y en un amarillo al cual poco le faltaba para convertirse en dorado; una sonrisa se escapó por los labios del mancebo, quien arrojó la flor a través de la ventana que estaba a su lado, esperando que el viento se llevara todo así como lo hacía con las hojas marchitas al llegar otoño.

FIN


Esta es la parte donde el autor sale para mirar al público y sincerarse; este ha sido un fic que constantemente me ha traído problemas, la forma en la cual lo hice fue no tener un esquema, es decir no tener pensado un final de antemano – que es como siempre trabajo – sino de darle más libertad, más creatividad; justo por eso ha sido un dolor de cabeza, pero finalmente lo he terminado. Agradezco a todos, especialmente a los que comentaron, sin cuya participación no podría haber salido de constantes bloqueos que me llegaban.

Aspros D'Lars: Estuviste desde el fic previo a este fic y como autores no puedo evitar sentir que nuestros fics tienen mucha afinidad e influencia entre nosotros, y ciertamente sin tu apoyo ni siquiera habría iniciado con este fic; pero ya sabes, en mi opinión tu eres mejor en esta línea de fics.

Skull Pyro: Por apoyar el MacDash como ningún otro y en parte los últimos dos capítulos estuvieron influenciados por ti.

Kerix: En general tuviste observaciones que me ayudaron a darle mayor concordancia al fic.

NAZH045: Tuviste un poco de los tres anteriores más una sugerencia y observación envidiables, enserio me diste buenas ideas.

Vwallacerother: No pude creer que otro boliviano se dignara en leer uno de mis fics, tu apoyo tuvo un efecto bastante estimulante.

Darkteon: Mi estimado, espero haber hecho un final apropiado para un lector que se identificaba tanto con Big Mac.

Fanático Z: Tu eres uno de mis lectores más antiguos, tu apoyo es bienvenido y enserio me halaga saber que todavía puedo mantener el interés entre mis primeros lectores.

Diox Fenix: Formaste parte de los que abogaban por el MacDash, de hecho, de seguro me estás odiando en este preciso instante; no tengo nada que decir en mi defensa, salió como salió.

Tzeentchaos: En varios aspectos, tus comentarios cortos resaltaron los detalles que me costó bastante trabajo componer y que algunos no notaron, gracias por ello, mi estimado lector antiguo.

Missmanga: Tus observaciones estilísticas me fueron de gran ayuda, de hecho eres la única que me dio una crítica en ese aspecto.

Yunikoon – Lil: Por un cumplido bastante halagador que me sacó de un bloqueo en el capítulo 30.

James Anderson: Por tu apoyo al MacDash que si bien no fue como en otros fics, al menos espero haberle dado un toque único.

The One – R: Eres el último de los que comenzó a comentar, y enserio me pregunto ¿todos hasta aquí son partidarios de MacDash?

Y finalmente un tal Guest [invitado en inglés, palabra con la que se etiqueta a quién no tiene perfil ni coloca su nombre] si mi sospecha es correcta eres otro paisano y eres la misma persona, y si no pues gracias a todos esos "anónimos".

Ahora bien, mi tiempo en fanfiction se está acabando; pero no me iré sin antes terminar la que a mis ojos será mi obra maestra, una conjunción de más de al menos diez fañéis con un núcleo argumentativo que los articula, eso sí, se compone de una variedad muy extensa como para hallarse en un solo fic, sus personajes son distintos y las tramas propias de cada fic los pueden separar del resto; y esa es la idea, que al final se pueda leer cada uno de dos maneras, como un solo fic o como una parte articulada.

En fin, hasta la fecha, inicié la primera parte con cuatro fanfics: El Legado, La tragedia Rich, Código Cero y Crónica de la Caída de las Coronas.

Así es, Sunset Shimmer, Filthy Rich (poni), las princesas de Equestria, Discord (MLP FIM y Equestria Girls), los changelings, Sweetie Drops (Bon Bon) y Lira Heartstrings. Tragedia, comedia, romance, acción, ciencia ficción, intrigas políticas, caos y mi enfoque propio – que espero sea reconocido como un sello propio de mis fanfics – todo unido de tal forma que mostrará una trama variada, pero con sentido, sin un personaje principal único. Así, verán las cosas desde la tragedia de un empresario como es Filthy Rich; a la obscuridad a través de los ojos de una Sunset Shimmer que descubre que en realidad es una demonio – que no es una obra de satanismo ni provocación contra religiones como el catolicismo o el cristianismo -; el particular punto de vista en papel real de las princesas de Equestria ante la llegada de una príncipe de un reino recién conformado – por favor, no confundir ni pensar que tiene influencia con Game of Thrones del cual solo me hizo falta ver un solo capítulo para "dejarlo pasar"– de un señor del caos a quien ningún poni cree que Equestria esté amenazada – los que leyeron el fanfic Discord, sabrán que no desarrollo a este personaje de forma… común - ; de agentes secretos ponis de Equestria que son perseguidas– fanfic en proceso que pronto será publicado – de agentes secretos humanos en Equestria Girls – donde habrá Discord x2 Sunset Shimmer x2 ; ciencia ficción, magia, acción y obscuridad. – Así pues la idea es que vean todas estas tramas y formas de abordar/relatar articuladas en una historia ambiciosa.

Regresando a la despedida del fic – perdonen por haber puesto una propaganda más atrevida que perfume caro – mi enfoque para ver las cosas no es ideal, ni romántico, no me guío por el esquema de Hollywood, Disney o de los animes; con el debido respeto, nunca he ocultado mi escepticismo ante todos ellos; aunque admito que no es posible crear un mundo de entramados, argumentos, ideas, valores, emociones o las complejas formas de entender las cosas que pueda estar al margen de estos, porque, así como a todos, me han influenciado de una forma u otra. Actualmente, lo he visto en muchos fics, casi siempre predomina la idea de que el amor lo puede todo.

En el fic me propuse estudiar el amor, y esto es a lo poco que he podido llegar: el amor nunca fue algo puro, tampoco lo es en nuestro tiempo, el amor no es una capacidad divina que de por sí cobre vida o influya en todos nosotros mujeres u hombres (como se identifique). Así pues, este es el final más propio que he podido darle al fic. Pues el amor nunca ha ganado batallas por sí solo, hasta donde pude ver, nunca se ha sentido de forma pura, pues no se puede sentir solamente amor hacia una sola persona, ideal o incluso a uno mismo

El debacle del amor "idealizado" es necesario para ver que nuestra vida se lleva a cabo por esferas que superan al amor y también que lo dominan, le dan forma, la economía, la guerra, la posición social, la forma de pensar, las experiencias previas.

El amor es el resultado de un esfuerzo por parte del/ de la amante, del amado/ amada y lo que está fuera de esta relación, es una construcción; no hay una misma ni única forma de amar, porque el amor es una composición de una cantidad enorme de momentos, afectos, emociones, elecciones, etc. Al final mi estudio concluye con lo siguiente, el amor es una relación construida por el amante, el amado, su sociedad y más que todo la realidad bajo la que se hallan (material, cultural, económica, política, religiosa, estética, etc).

Así pues, con esta forma fría e inesperada de dar mis últimos comentarios, espero que ustedes, mis muy estimados lectores, no piensen que esta conclusión es final ni que deba ser verdadera para ustedes. Pero tampoco piensen que trato de menospreciar al amor, obviamente es algo intenso, grande, pero a mi forma de ver, no es lo único que importa y no basta con solo sentirlo, hay que hacer todo el intento por entenderlo.

Me despido del fic y de ustedes estimados lectores, esperando poder leer sus comentarios en otra ocasión. Nos leemos pronto.