Disclaimer: Avatar: la leyenda de Korra no me pertenece, todos los derechos reservados a sus autores. Eso sí, el fic es mío, corto manos a los plagiadores.

Cantidad de palabras: 486 (sin contar título, notas de autora y lo demás).

Mi palabra fue: luz.

Este fic participa en el Reto Drabble "¡Dame mi palabra!" del Foro ¡El Cometa de Sozin!

Luminosidad

Ella lucía el encanto de todas las estrellas cuando la vio de aquella forma por primera vez (una muy inesperada primera vez).

Tenía el cabello un poco más largo que en el encuentro anterior, un semblante mucho más tranquilo, pero sin que faltase esa pizca de intensa energía que siempre la había caracterizado. Le había parecido fuego mismo y por un momento olvidó que ella era varios años menor, perteneciente a la Tribu Agua y, principalmente ante todos los demás elementos, una maestra agua.

Olvidó todo y se dedicó a fundirse en su presencia única. Al tacto era calor, era agonía para su respetable cordura y no podía sino pasarla por alto o prestarle excesiva atención. Ella misma le había dicho que el fuego, antes de serle complicado, le resultó como si fuera parte de ella al aprenderlo.

Y le había dicho también que el elemento más invasivo de todos, no solo era invasivo, dañino y mil cosas malas; tenía también su parte buena. Porque iluminaba y calentaba, porque sin fuego nadie podía vivir en el mundo y, porque sin él, que era su fuego, jamás podría haber seguido viviendo luego de aquella primera noche (en la que la vio distinta por primera vez).

Más madurez en su porte personal lo había vuelto un niño nervioso ante la joven. Claro que solo fue hasta que ella inundó el ambiente de ambos con su infantil impaciencia y dio por finalizado el juego de miradas, de sentimientos ocultos y solo sueños de estar junto al otro, para volver todo una realidad.

—No puede ser que mi reflejo casi no entre en el espejo —Había gruñido ella en voz baja, para que solo él la escuchara. Y la hubo tomado de la cintura, abrazándola de lado para sentirla rozar su cuerpo (tan distinto a aquella vez de primeras miradas), acariciado con sus labios la frente de la muchacha y luego, con una de sus manos, el enorme (y a punto de explotar) vientre de la misma Avatar.

—Yo creo que así te ves mejor que nunca.

Korra hizo un puchero y arrugó el entrecejo, como quien no se cree la mentira. Llevó su propia mano sobre la de su esposo (que aún reposaba en aquella parte de su cuerpo donde el hijo de ambos descansaba), sintiendo removerse en su interior a quien sería el futuro de la Nación, como muchos exagerados decían.

—Yo creo que tú me quieres mucho —medio se quejó, sonriendo ante la risa que su mismo compañero, el Señor del Fuego Iroh II, dejaba escapar de entre sus labios.

Él sabía que el fuego no solo era maldad, de hecho, ya en su memoria de siempre tuvo el reconocimiento de sus buenas cosas. Pero no esperaba que aquella niña de dieciséis, una terca Avatar impulsiva, lo entendiera. Y menos que fuera todas aquellas cosas buenas que el fuego tenía, en especial la luminosidad de su vida.

Fin.

Cómo quería de mucho escribir algo (aunque sea cortito) de éstos dos antes de terminar de arreglar un futuro fic largo de ellos, mismo con el anterior drabble Baavira, son como la antesala de dos futuras obras largas de estas parejas x3

Muchas gracias a quienes leyeron. No vienen mal los comentarios.

¡Besos y abrazos!

Ciao~