¡Hola a todos!

Sí, lo sé, no debería estar publicando cosas nuevas cuando aún no continúo las que tengo en emisión -losiento-. Pero ¿qué decir? esta pareja me encaaaaaaaaaaaanta, la amo demasiado. Amo a Oikawa y más a Iwaizumi.

Es un pequeño one-shot shota(? del momento en que Iwa-chan conoció a Oikawa.

Es algo simple y nada del otro mundo. Espero que lo disfruten c:

Posible Ooc, aunque no creo(?.

¡Disfrútenlo!

Haikyuu es de Furudate Haruichi.


Niña bonita.


Para Iwaizumi Hajime, con tan solo cinco años de edad, el término "gustar" ya se había presentado en su cabecita. Aún así ante la corta edad no entendía del todo bien aquel concepto pero sí lo básico. Que una persona te guste para él significaba agrado y felicidad al estar a su lado; algo así como cuando veía a sus padres una vez que cenaban juntos luego de tener largos días de trabajo. Podía notar claramente la felicidad de su madre y la iluminación en los ojos de su padre al estar juntos. Para él, eso significa "gustar"; agrado, comodidad y felicidad.

Y aquello era lo que había estado sintiendo hacía cierta persona desde hace ya unas semanas.

Había entrado a primer año de primaria y con ello se le presentaba –posiblemente– el primer gran desafío de su vida; tener a su alrededor a pequeñas personas como él, pero desconocidas. En ese momento, aplicó concientemente el término de "socializar" y "hacer amigos", por lo que no le costó mucho trabajo conseguir simpáticos amigos con los cuales pasar todos los recesos jugando.

Hasta que luego de una semana de haber entrado a clases, se presentó ante su salón una persona nueva de su misma estatura y edad. Tenía un cabello ondulado y voluptuoso, lo cual llamó la atención de todos los niños en el salón al ver tan peculiar forma de cabello. Su color era comúnmente café, pero ante los jade orbes del pequeño Hajime se veía tan marrón como el chocolate. Tuvo que fregar un poco sus ojos con su antebrazo al deslumbrar pequeñas y brillantes luces alrededor de esa personita, confundiendo a su cabeza por la colorida y casi fantástica imagen que tenía ante sus ojos en ese momento.

–Niños y niñas, él es Oikawa Tooru su nuevo compañero. Se implementara desde hoy a las clases, así que démosle una gran bienvenida ¿sí?

–¡Sí! – respondieron todos los niños al unísono, excepto Hajime.

Pero no es como si no hubiera querido responder, simplemente, la voz no le había querido salir. Ni siquiera había escuchado lo que la profesora había dicho.

–Bien Oikawa-kun, puedes sentarte delante de Iwaizumi-kun. – el susodicho asintió y deslumbró el único asiento que quedaba vacío en la fila situada al lado de la puerta del salón.

El trayecto que tomó hasta situarse en el lugar mencionado por su profesora fue observado por completo por el pequeño de piel más morena, lo que causó cierto interés en el recién llegado. Hajime por su parte no se resistió para nada a observar al chico, por lo que una vez sentado frente suyo no pudo evitar inclinar un poco su cabeza y olfatear –desde una distancia prudente– el olor a shampú de manzanilla que irradiaba desde ese ondulado cabello. De inmediato, sin entender porqué, se sintió inmensamente avergonzado por lo que rápidamente se posicionó bien en su puesto y comenzó a prestarle atención a su profesora.


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La campana del receso ya había sonado y Hajime había salido del salón no para jugar, sino que, siguiendo a la persona nueva que había llegado a su salón hace horas atrás. No sabía bien porqué lo estaba haciendo ni porqué se sentía tan feliz al verla, pero siguió su recorrido por un buen rato hasta que se dio cuenta que no iba a un lugar en específico, sino que estaba dando vueltas sin sentido por el patio de la escuela.

–Disculpa – pero de repente, algo lo tomó por sopresa. Le había hablado a unos chicos de grado más alto.

–¿Qué quieres? – preguntó uno de los mayores, molesto.

–¿Puedes decirme donde está el baño? No sé donde esta.

–¿Porque debería, niñita? – dijo el más alto, mientras se agachaba un poco para quedar a la altura de "ella".

–Yo... l-lo siento – tartamudeó, asustado.

–Deja de moles–

–¡Hey! ¡Déjala en paz! ¡Cerdo!

–¿¡Qu-Qué me has dicho mocoso!?

No dudo en ningún en momento, por lo que saltó y se interpuso entre su nueva compañera –según Hajime– y el chico de grado más alto, enfrentándose a éste mientras detrás suyo sentía el cuerpo tembloroso de "ella". Luego, lo único que hizo fue tomar a la chica de uno de sus brazos solo para salir arrancando de ese lugar sanos y salvos, ya que el chico más alto que ellos era de más o menos cuarto grado, por lo que lo más inteligente sería salir de ahí. Ya una vez que tuviera la edad suficiente podría enfrentarse a él, por ahora no.

Detuvieron su arranque un poco cerca de los baños, en unas pequeñas bancas, en donde Hajime pudo notar aún más bien la belleza de su compañera nueva. Porque ahora lo podía decir con seguridad, la nueva persona de su salón era una niña. Cuando recién la había visto, su cabeza no supo si era niño o niña ya que se veía tan bonito que sería imposible que fuera un chico. Pero solo le bastó el comentario del grandulón hace solo minutos, confirmando completamente la sospecha del pequeño morocho.

Era una niña, pero una niña muy bonita.

–Gra-gracias. – escuchó de repente la dulce voz de su compañera, agradeciéndole, por haberla salvado.

–N-no te preocupes – le respondió avergonzado ante la chocolate mirada que le brindaba ella, desviando la verdosa suya.

–¿Cómo te llamas? – le preguntó sentándose en una de las bancas para quedar frente a su salvador quien mantenía su cuerpo firme frente a "ella".

–Iwaizumi Hajime – le contestó mirándola a los ojos.

–Iwaizumi... – exclamó pensativo mirando hacía el azul cielo – es muy largo como para decirlo. ¡Ya sé! ¿Puedo llamarte "Iwa-chan"? – y le miró emocionado.

–¿I-Iwa...chan? – repitió confundido, hasta que se dio cuenta del recién apodo, sintiendo como su rostro se acaloraba rápidamente – ¿¡Qu-Qué dices!? ¡No soy una chica!

–Pero~ Iwaizumi es muy largo. Es mejor Iwa-chan, es corto y muy lindo – le dijo con una gran sonrisa en sus labios y con las mejillas un poco teñidas de rosa.

–Pe-Pero a mí no me gusta... – le respondió intranquilo ante esa sonrisa.

–Vamos Iwa-chan~, además te viene ¡y mucho! – le exclamó sincero.

–¿Me viene?

–Suena lindo, como tú.

¿Qué... qué le pasaba a esa niña? ¿Desde cuando eran así? Lo poco que recordaba de su jardín era que las niñas eran muy tímidas y dulces; pero ninguna le había dicho "lindo" a él. Le observo en silencio, como queriendo entender su comportamiento, pero la niña solamente le miraba con una tierna sonrisa en sus labios. Y en sus ojos también.

No entendía nada, ni siquiera las cosquillas que sentía en su estómago.

–¡Ah! – exclamó con sorpresa – yo quería ir al baño, ¿sabes donde está Iwa-chan?

–Sí, ven. – decidió no prestarle atención al apodo y la dirigió a los baños – es aquí.

–¡Gracias!

La niña le tomó ambas manos entre las suyas y las alzo a la altura de su boca, solo para pronunciar aquel "gracias", provocando que su cálido aliento chocara en los morenos dedos del chico un poco más alto, y que esos achocolatados ojos le miraran con un brillo peculiar, lo cual causó en Hajime que sus cosquillas en la panza aumentarán y que su corazón se moviera más rápido de lo habitual.

"Pero qué niña más extraña"

Sintió como las pálidas y tibias manos de la chica le soltaban las morenas suyas, solo para darse vuelta y dirigir sus pasos hacia los baños, entrando al que tenía el símbolo que indicaba que el baño era de los niños.

Sí, la niña era muy extraña. Pero bonita.


¡Muchas gracias por leer! Espero que les haya gustado c:

Posiblemente subiré una parte dos, algo así como un omake de ellos grandes.

Sin más, ¡nos leemos y cuídense mucho!

Atte: ChiisanaOjou.