holi! :D este es un U/A VxB espero que les guste


Prólogo

Inhaló una bocanada de su cigarro nervioso, ya no había más tiempo, miró hacia fuera, como si con eso consiguiera las respuestas a todas sus dudas. Debía resignarse a morir… ¿no había salida entonces?

En ese momento escuchó entrar a alguien a su laboratorio, vio a su esposa con una bandeja de pastelitos y un par de tazas a juego con la tetera.

-ya no hay más tiempo querida-la mujer lo observó detenidamente, su esposo lucía agotado, no recordaba haberlo visto así antes

-oh… ya veo-sonrió como de costumbre, se sentó en el asiento del escritorio y dio un sorbo a la taza de té-¿no podemos hacer algo aunque sea por nuestra hijita?

-¿Qué intentas decir?-se acercó a su esposa y se quedó de pie en frente de ella

-la primera nave es para una persona…-sonrió al hombre con gafas.

-Claro… -asintió con la cabeza y tomó una rebanada de pastel, decidido, si ellos no podrían salvarse, harían lo que fuese para que su hija si pudiese. No temía por la seguridad de su hija, aunque sonara despreocupado, su hija era mucho más inteligente que él, podría apañárselas. Tenía la esperanza que ella pudiese sobrevivir, no importaba que le pasara a él o a la tierra, mientras su pequeña pudiese vivir, él podría irse en paz…

Estaba decidido… ahora solo debía buscar un planeta con las condiciones atmosféricas parecidas a la de la tierra, mandaría a su hija fuera del planeta, en unos días, un meteorito de proporciones descomunales daría impacto con el planeta, y no habría escape. Había dado el aviso a las autoridades, pero lo ignoraron, por lo que decidió crear una nave espacial para salvarse, pero no contó con un error de cálculo, el planeta no golpearía en tres meses como había predicho, sino en tres días… en esa cantidad de tiempo no podría hacer nada. Solo quedaba la nave que había construido hace un año. Y esa sería el salvavidas de su pequeña.

Cerró sus ojos y pidió a alguna deidad que la cuidara, y que velara por ella, que le diera fuerzas y que no la abandonara, la necesitaría…

Capítulo 1

La niña del espacio

Era un día cálido como de costumbre en el planeta Vegeta, los nuevos habitantes dueños del planeta habían comenzado con sus labores como todos los días. Hace unos cuantos años que habían erradicado a toda la raza nativa del planeta.

Antes que los saiyajin vivieran en el planeta Vegeta, este era habitado por otra especie, los tsufur, esta raza eran bastante pacíficos, tenían una muy buena tecnología, la situación para ellos cambió cuando descubrieron en el espacio cercano una nave rudimentaria, en esta habitaban los saiyajin. Los tsufur les cedieron el otro hemisferio para qué los dejaran en paz, pero la convivencia entre ambas especies se volvió problemática. Los saiyajin era una especie guerrera, con escasos avances tecnológicos, orgullosos y bastante fuertes. Los tsufur consideraban a los saiyajin como una especie descerebrada y los trataron como esclavos, para una raza tan orgullosa, esto solo provocó discordia y rencor hacia la raza nativa. Los guerreros iniciaron una rebelión, pero los tsufur le ganaban en número y tenían armas poderosas en su contra. Por mucho tiempo la rebelión de los saiyas no dio frutos, hasta que un saiyajin, considerado el más fuerte, los guió en la mayor revuelta hasta el momento, en aquella ocasión, tuvieron un factor de su lado.

La luna… el satélite aparecía en el planeta cada ocho años, dándoles el impulso de la victoria, los saiyajin pudieron hacer uso de su transformación bajo los efectos de la luz reflejada en el satélite, y convertidos en ôzarus, asesinaron a todos los tsufur. El saiyajin más fuerte en ese entonces, se autoproclamó Rey de los saiyajin, y en su honor, bautizaron al planeta, como planeta Vegeta, (anteriormente llamado planeta Plants).

Todavía había muchas cosas por hacer para convertirse en un imperio poderoso, el sistema de administración era aún muy deficiente, el rey contaba un liderazgo sin igual, pero aun así no era suficiente para levantar el imperio en su plena prosperidad. La raza saiyajin no contaba con muchas cosas, una de ellas era la tecnología, habían optado por seguir un sistema de trueque con otras especies, donde se dedicaban a vender planetas a cambio de alimentos, armas, y sobre todo tecnología.

En el área tecnológica, el planeta Vegeta estaba bastante retrasado, optaron por acercarse a los arcosianos, esta especie rica en avances tecnológicos les otorgó lo necesario para avanzar en sus purgas.

En la actualidad, los saiyajins se hacían cada vez más conocidos por el espacio, gracias a su nivel de pelea y por sus prolijos trabajos. El Rey Vegeta era respetado y admirado por su gente.

El Rey estaba en la sala de trono revisando documentos llenos de valiosísima información sobre planetas para futuras purgas, estaba ensimismado en los detalles de los documentos, aunque en el fondo, había un interés en especial… pronto enviaría a su hijo de cinco años a su primera purga individual, tenía mucha fe puesta en él, el mocoso había nacido con el nivel de pelea más alto registrado hasta el momento, habían muchas esperanzas puestas en el príncipe.

Su hijo era un prodigio de saiyajin, era considerado el más poderoso de los infantes, y el carácter del pequeño dejaba mucho que desear, era arrogante y orgulloso, digno de la estirpe real. Con su hijo Vegeta como heredero al trono, se sentía más que tranquilo y satisfecho por el futuro de su naciente imperio.

Oyó unos pasos acercarse y alzó la vista, vio a un soldado de clase élite reverenciarlo, frunció las cejas y se acarició el bigote.

-alteza-se inclinó y con su mano en el pecho izquierdo alzó la mirada al monarca-hemos registrado una nave espacial en dirección al planeta, por las coordenadas de viaje, aterrizará en unos quince minutos-tragó saliva cuando vio el semblante serio del rey

-¿en quince minutos?-repitió- y ¿Por qué me avisan ahora?-preguntó poniéndose de pie, dejando a un lado los papeles de sus manos y colocándolos en una mesa en el centro del salón.

-uhm lo que sucede señor-volvió a tragar saliva-es que a nuestros radares les costó bastante poder esquematizar el tiempo y las coordenadas…

-ya veo…-le indicó con su mano que se levantara-llévame donde la nave aterrizará.

Ambos saiyajin salieron del palacio, el calor golpeo la piel del monarca, estrechó sus ojos por la iluminación del día, se les unieron tres soldados de clase media, el soldado Zorn, quien fue él que le avisó al monarca sobre la nave, llevaba en su mano las coordenadas exactas del aterrizaje, las ingresó en su scouter y se pusieron en marcha.

Los cinco saiyajin volaron a velocidad rápida, durante el tiempo que perdieron en avisar al monarca y reunirse, ya habían perdido diez minutos, y por la distancia en que se supone caería el invasor, llegarían unos minutos después que la nave completara su aterrizaje, y así fue…

Mientras iban volando pudieron ver una circunferencia ingresar a la atmosfera, rodeada de energía de color roja, producida por la velocidad a la que iba, el monarca apresuró su ritmo y se adelantó al grupo de saiyajin, sentía una ola de adrenalina recorrer su cuerpo, no todos los días alguien se atrevía a invadir el planeta Vegeta, era digno de ver de qué se trataba, moría de curiosidad. La sed de pelea y sangre que corría por sus venas se hizo presente. Sonrió maliciosamente y voló a toda velocidad que su cuerpo le permitía.

Pudo oír (gracias a sus sensibles sentidos) el impacto de la nave cuando entro en contacto con la superficie, a unos cien metros de distancia, en la zona deshabitada del planeta, agradeció a nadie en particular que se diera de ese modo, sería un problema reconstruir las viviendas.

Descendió a unos diez metros de la zona de colisión, pudo escuchar a los cuatro saiyajin aterrizar detrás de él, caminó a paso lento y se encontró con un cráter de unos cincuenta metros de diámetros, dentro de él, había una nave en forma de esfera mucho más grande que las naves personales que ellos utilizaban, frunció el entrecejo intentando estudiar el artefacto.

La esfera era principalmente blanca, en sus polos unas franjas negras la cubrían, en medio tenía escritas unas letras que no reconocía, presionó el botón de su scouter, pero este no registró ningún poder de pelea. Cuando iba a dar la orden a los soldados que investigaran la esfera, de esta salieron unas especies de patas y se abrieron paso hacia la superficie. Los saiyajin observaban con la boca abierta la escena, la escotilla se abrió lentamente y de ella una rampa bajó de la nave hasta el suelo. Inevitablemente, los saiyas se colocaron en pose de combate, de forma alerta a lo que sea que saliera de la extraña nave.

El rey observaba fijamente la abertura, con el ceño fruncido, atento a cualquier detalle, sus sentidos se agudizaron y escuchó unos breves pasos, de la entrada de la nave se asomó un ser de baja estatura, creía, que por la distancia, era más o menos del porte de su hijo. El sujeto lucía un especie de traje que lo cubría por completo, en sus manos portaba un arma, lo vieron sacar un aparato del bolsillo de su traje, presionar unos botones y luego volver a guardarlo. Dio pasos pequeños por la pendiente, bajaba con cuidado.

-¿alteza?-la voz del soldado de clase media lo sacó de su trance

-Zorn…-musitó despacio

-¿Qué hacemos?-preguntó nervioso, por lo general el rey daba órdenes adelantándose a los hechos, pero la situación del invasor los tenía nerviosos a todos.

-esperemos para investigar esa cosa-la "cosa" ya había tocado el suelo del planeta, miró para todos lados, hasta que se encontró con los ojos del grupo de saiyajin. El ser se quedó de pie observándolos, después de unos minutos alzó su mano en forma de saludo. Los saiyas se quedaron viendo los unos con los otros-bajemos…-dijo el monarca, los cinco saiyas volaron y descendieron hacia el cráter a unos cuantos metros en distancia del invasor.

El rey entrecerró sus ojos analizando al pequeño alíen, su cálculo había fallado por unos centímetros, el ser era un poco más chico que su hijo, vieron al individuo alejarse unos pasos hacia atrás, levantó su mano y presionó un botón en su mascarilla, y la esfera que rodeaba su cabeza se bajó hasta esconderse dentro del traje espacial.

Los saiyajin abrieron sus ojos sorprendidos cuando vieron un rostro infantil, parecido físicamente a su misma raza, pero lo que les fue más curioso fue el color del alíen, su piel era igual de blanca que sus guantes, y su pelo sujetado en dos coletas era de un exótico color que en su planeta nunca habían visto. Sus grandes ojos azules los miraban desafiantes, sus pequeñas y delgadas cejas fruncidas, el infante alzó el arma y los apuntó.

Uno de los soldados apuntó al invasor con su scouter, pero esté no registró ningún poder de pelea.

-¿Cuánto?-preguntó el monarca

-ninguno, alteza-respondió el soldado, el rey alzó una ceja y sonrió burlesco. Dio un paso adelante y antes que diera el siguiente un rayo fulminó el suelo en que iba a pisar, abrió los ojos con sorpresa y miró al sujeto en frente.

-no te acerques ¡a la otra no erraré!-habló el infante-¿Dónde estoy?

-primero deberías presentarte, tú llegaste mocoso-habló el soldado Zorn

-¡no soy un niño! Soy una linda niña-gruñó la ahora pequeña, el grupo de saiyas se quedaron viendo nuevamente-¿me dirán dónde estoy?

-niña… deberías decirnos primero que haces aquí-dijo serio el monarca, los cuatros saiyas restantes observaron a su rey nerviosos.

-me llamo Bulma-dijo sin bajar su arma-vengo de la Tierra

-¿la tierra?-preguntó uno de los soldados de clase media

-es un planeta lejano… sus habitantes son los terrícolas-habló Zorn-pero fue destruido por un asteroide hace unos cinco meses aproximadamente

-¿Por qué sabes todo eso soldado?-preguntó el monarca

-íbamos a enviar al hijo del soldado Bardock… pero por la destrucción de este, no lo concretamos-respondió serio

-¿Qué haces aquí mocosa?-siguió con el interrogatorio el Rey

-mi nombre es Bulma viejo-gruñó la menor-y mi padre me envió a un planeta con la condición atmosférica parecida a la de la tierra-observó a su alrededor con curiosidad-este planeta está bien feo

-estás en el planeta Vegeta, aquí vivimos los Saiyajin-la pelituquesa se volteó a ver al hombre más alto-y aquí es donde dejarás de existir-sonrió malévolamente, pero la niña no se asustó, frunció su entrecejo y le apuntó con el arma en sus manos. El rey sonrió, le hacía gracia ver a una mocosa tan valiente.

-inténtalo ¡te atravesaré el pecho con mi pistola láser! Que yo misma hice-se dibujó una mueca en sus labios, el saiyajin abrió los ojos en sorpresa ¿le acababa de decir que ELLA había hecho esa arma? Parpadeo confuso y se borró su sonrisa maliciosa

-¿Qué acabas de decir niña?-la escudriñó con la mirada

-que te atravesaré el pecho-repitió la menor

-no… lo del arma ¿de verdad tú la hiciste?-la niña asintió efusivamente-no lo creo… ¿cómo una mocosa pudo crear algo así?

-já… incluso en mi planeta era increíble-alzó su barbilla redonda al cielo-soy una de las mentes más inteligentes de mi planeta

-eras-corrigió un soldado, la menor lo miró e hizo una mueca, sus ojos se volvieron vidriosos y comenzó a llorar ruidosamente, los saiyas se miraron entre todos, agobiados y tapándose los oídos por el ruido de la niña.

-¡CÁLLATE!-gritó el rey-ahora dime… ¿construyes cosas?-no podía creer lo que tenía en frente a él, jamás imaginó que se encontraría con una joya así, ¡una mente inteligente! Eso era lo que necesitaba el departamento de tecnología de su planeta, si la niña era tan prometedora como decía… sería un gran avance para los saiyajin

-snif… si-se limpió los ojos con la manga de su traje espacial-¿quién es usted?-preguntó con sus mejillas sonrosadas por el llanto

-soy el Rey Vegeta-Bulma abrió los ojos en sorpresa ¡era un Rey! Y ¿su corona?-mocosa te propongo un trato

-¿un trato?-preguntó interesada

-trabaja para mi imperio-la niña lo observó fijamente, aunque estaba cansada de tanto mirar hacia arriba, los soldados se miraron nuevamente entre ellos-hacen falta mentes brillantes, si eres tan inteligente como dices… nos serás de utilidad

-¿a cambio de qué?-preguntó interesada

-de tu vida-la niña abrió la boca y pestañeó dos veces seguidas-vivirás si trabajas para nosotros, morirás si no lo haces-sonrió mostrando sus dientes, la menor meditó las palabras del ahora rey, de todas formas no tenía donde ir…

-mm bien… pero tengo condiciones-ahora fue el rey quién pestañeó dos veces seguidas, la mocosa sí que era especial, ni siquiera se intimidaba con las palabras ni su presencia-me tratarán como a un igual

-ajajajajjajajaja-rió estrepitosamente el monarca, y se le unieron a las carcajadas el resto de saiyajin, la niña los miró molesta, frunció las cejas y pisó fuerte el suelo, meciendo sus cachitos de pelo, apuntó al grupo y disparó entre ellos, haciendo un agujero de veinte centímetros aproximadamente entre los pies de uno de los soldados, los cinco saiyajin detuvieron las burlas y miraron a la terrícola

-ese disparo fue en la potencia intermedia-dijo seria con sus cachetitos inflados, apuntó al horizonte y disparó un rayo de unos quince a veinte metros de diámetro-y esa la máxima potencia… yo creo que quema saiyajin ¿ustedes que piensan?-sonrió dulcemente al grupo de hombres

-esta mocosa es aterradora-susurró un soldado de clase media, el Rey miró sorprendido a la niña.

-prosigo… me tratarán como a una igual-levantó su dedo índice-quiero comodidades-apuntó nuevamente al grupo-no trabajaré para usted si me tratan como una esclava y me explotan

-eres una humana… no podemos tratarte como un saiyajin-replicó el rey

-soy una científica-corrigió la menor, el rey sonrió, la mocosa era inteligente, tenía el don con las palabras, era manipuladora y astuta.

-bien… en lo material no te preocupes-asintió el monarca-pero no exigiré a mi pueblo que te respete-se volteó dándole la espalda-eso puedes ganártelo tu misma-la niña liberó su pose defensiva-Zorn

-si majestad

-llévala contigo-el soldado asintió y caminó hasta la niña, la miró dudoso ¿era bueno confiar en ella?

-dame un segundo ¡mi nave no se quedará acá!-el monarca se volteó a verla rápidamente

-mocosa… después puede venir alguien por ell-decía el soldado de clase elite, pero se quedó con la palabra en la boca cuando la niña corrió hasta la esfera y presionó algo en la parte baja, lo siguiente que presenciaron fue una nube de humo que cubrió toda la esfera, abrieron los ojos asustados e impactados, escucharon los pasitos de la terrícola acercarse y la vieron con un tubo pequeño que caía justo en las manos enguantadas de la niña.

-¿Qué?... ¿Qué acabas de hacer?-balbuceó el Rey

-encapsulé mi nave-se encogió de hombros-como la atmosfera de aquí no tiene nada dañino me sacaré el traje-musitó mientras dejaba la capsula en el suelo, ponía sus manos en su espalda y bajaba el cierre de la prenda, la vieron sacarse el traje espacial y presionar un botón, y la tela desapareció así como lo hizo la nave, la niña tomó ambas capsulas y las guardó en una caja metálica, la metió a una carterita pequeña que llevaba, sacudió su vestido primaveral y sonrió a los presentes-ya… ¡llévenme al palacio!

-¿Qué fue lo que hiciste?-preguntó interesado el soldado de elite mientras la tomaba en brazos

-es un mecanismo de encapsulamiento, fue creado por mi padre-dijo con un toque de melancolía, tomando con cuidado su cartera entre sus delicadas manos-las hizo con el fin de transportar cosas grandes de forma sencilla-le sonrió al soldado-aunque en los últimos años las usamos para encapsular cualquier cosa-el saiyajin asintió pensativo y emprendió el vuelo, la niña exclamó sorprendida y se agarró al cuello de él-¡wow! Puedes volar-gritó en el oído del saiya, este cerró los ojos abruptamente cuando el grito de la niña resonó en sus tímpanos.

El rey sonreía por el descubrimiento, si esa chica era capaz de innovar la tecnología de su planeta, la amaría, y definitivamente le daría los beneficios que pedía. Para ser tan pequeña tenía un léxico bastante amplio, eso reflejaba claramente la mente de la terrícola, era una mocosa, pero bastante inteligente, bueno, quizás esas cosas eran normales en su planeta, así como en el suyo era normal que a temprana edad purgaran planetas y exterminaran especies. ¿Cada cultura es diferente, no?

Llegaron al palacio después de unos veinte minutos, esta vez volaron con calma, además, habían usado bastante energía para llegar rápido al lugar del aterrizaje, bajaron hasta la superficie, y el soldado de clase elite dejó a la niña en el suelo, los mechones de pelo de la niña iban desparramados, la niña estornudó y gruñó por lo bajo, ordenó su pelo con sus manitas y miró hacia los lados, habían muchos sujetos observándola fijamente, algunos movían su nariz como si olfatearan, miraban a la niña y al grupo asombrados. Algunos murmuraban entre ellos, otros miraban extrañados y con desprecio a la niña.

-¿Qué rayos me ven todos?-balbuceo con un puchero en sus labios, Zorn bajó la mirada hasta la pequeña y sonrió, la niña era interesante, creía entender porque estaba haciendo todo eso su Rey, pero no sabía si a futuro sería un problema que la niña se quedara en el planeta.

-eres un extranjero al fin y al cabo-se encogió de hombros y le indicó que entraran al palacio.

Bulma observó pensativa el lugar, el edificio era descomunal, hecho de piedra, una piedra azul oscura, que resaltaba entre el paisaje rojizo del lugar, su pecho se encogió de ansiedad, siempre le llamó la atención la realeza, y era la primera vez que visitaba un palacio, "aunque el rey fuese un rey sin corona", pensó su mente infantil.

Caminó detrás del grupo mirando para todos lados, sin perderse ningún detalle del inmueble, era bastante observadora para ser una niña, pero no podía evitarlo, su personalidad entrometida y curiosa la incitaba a actuar de ese modo. Se sentía intimidada rodeada de tantos hombres, no lo podía negar, aunque se mostrara segura de sí misma y valiente, por dentro estaba asustada, estaba en un planeta desconocido, rodeada por extraterrestres, bueno… ahora era ella la extraterrestre, pero esos seres eran intimidantes, ¡volaban! Y eran tan grandes, y su pelo tan oscuro… alzó su mirada a los soldados que estaban delante de ella y notó algo que le llamó profundamente la atención. Cuando los vio creyó que llevaban una correa en la cintura, pero ahora que los veía de espaldas, comprobó que la "correa" salía de la parte baja de su espalda, del coxis ¿quizás? Entonces… ¡eran colas! ¿Tenían colas? Pestañeó asombrada por su descubrimiento, intentó tocar el apéndice de uno de los guerreros, pero por más que alzó su mano no pudo siquiera alcanzarla.

Los saiyajin se detuvieron de repente, la niña chocó con el sujeto al que intentó tocar su cola, y cayó al suelo frío por el impacto. El soldado se volteó a verla y la fulminó con la mirada, la niña en el suelo, hizo una mueca de dolor y lo miró feo, pero este ya había salido del salón, abrió los ojos con sorpresa cuando notó que solo estaba el rey en frente de ella, caminando hasta una gran silla, su trono. A su lado estaba de pie el soldado que la llevó en brazos cuando volaron. Se puso de pie y sacudió su vestidito.

Miró la sala y tragó saliva al sentirse tan pequeña. Las murallas estaban erguidas como a quince metros aproximadamente, la sala era algo oscura debido al color de la piedra utilizada, la luz entraba por unos vitrales coloridos como los de alguna iglesia o templo, ubicados en la muralla donde residía el trono del rey. La alfombra roja que cubría el camino hasta el monarca parecía de una tela suave, al fin podía ver algo diferente en su corta estadía en el rojizo planeta.

-bien mocosa…-habló el rey mientras rascaba su barbilla-¿crees poder enseñarle a nuestros técnicos el método de capsulas?

-encapsulamiento querrá decir-corrigió la niña-primero me gustaría visitar los laboratorios… estudiar su tecnología y empezar con lo primordial para cubrir alguna necesidad-el saiyajin en el trono quedó sin palabras. La niña era buena… bastante, tragó saliva intimidado, sí, estaba intimidado, la inteligencia de la terrícola le asustó.

-oh… me parece buen inicio…-musitó tratando de sonar convincente, la niña asintió efusivamente

-quisiera instalarme primero-el monarca miró al soldado a su lado y luego a la niña

-primero debo discutir algunas cosas con mi consejo-sentenció-Zorn, llama a Bardock y Turles-el soldado asintió y salió de la habitación a paso firme.

-¿Por qué no tienes corona?-el monarca miró a la niña sin entender, iba a preguntarle de qué estaba hablando cuando la puerta se abrió abruptamente, ambos miraron en dirección de la entrada, unas manos pequeñas enguantadas se asomaron, el rey comprendió inmediatamente de quien se trataba, solo un saiyajin en todo el planeta entraba así a su salón.

Bulma miró atenta, abrió los ojos cuando vio al rey en versión niño, se volteó a ver al monarca y luego al saiyajin pequeño que caminaba arrogante hacia ellos, los miraba buscando diferencias, el pelo del niño era negro, el del Rey era marrón rojizo, el niño era de piel más clara que el monarca, el pequeño saiyajin no usaba un traje entero, sus brazos estaban descubiertos, usaba guantes y armadura al igual que todos los individuos que había visto en el planeta, la mirada del niño era oscura e intimidante, sus mechones que desafiaban la gravedad lucían imponentes y majestuosos, tenía unos cabellos rebeldes que caían en su frente.

-¡quiero que aumenten la cantidad de saibiamans!-exigió con un demandante tono de voz mientras se acercaba al trono de su padre, se sintió observado y volteó hacia un lado, abrió los ojos de par en par cuando notó a la extraña-¿y esa cosa quién es?-preguntó frunciendo las cejas, la miró de pies a cabeza, estudiándola, nunca había visto semejante criatura antes, era parecida a los de su especie, a excepción del color de su pelo y piel, sus ojos grandes lo miraban fijamente, todo en ella era extraña, su ropa era una tela envuelta, apretó el botón de su scouter, y alzó una ceja cuando este no registró poder alguno de pelea.

-no soy una cosa-gruñó la menor, sin despegar la mirada del niño.

El rey observó a ambos infantes y suspiró, no había contado con ello… la terrícola podía ser muy inteligente, pero al fin de cuentas era una niña, sería problemático mantenerla en el palacio, ya empezaba a hacerse la idea con solo observar como su hijo y la niña se observaban desafiante, esa chiquilla no sabía que estaba en frente de seres que podían pulverizarla en un segundo, había muchas cosas que tendría que enseñarle… esperaba que la situación no se le escapara de las manos. Porque, realmente deseaba que la niña se quedara en el planeta y revolucionara la tecnología saiyajin, sería un gran paso para convertirse en un imperio digno de respeto y lleno de gloria. Sonrió con solo pensarlo, no dejaría que esa mocosa se fuera, tendría que aprender a tratarla y llenarse de paciencia para ser capaz de tolerar a dos niños, que por lo visto… bien no se llevarían.


bien! hace un par de meses que leí jaco el patrullero galáctico, y me enamoré de Bulma pequeña ajajaj, ver al príncipe de niño también fue un encanto, he estado leyendo el manga de DB y pensaba que Bulma tuvo tanta participación entretenida cuando era una adolescente y que hubiera sido genial ver a Vegeta tratando con ella como una adolescente xD estuve mucho tiempo con la idea de involucrarlos en una época en que ambos convivieran con el otro desde temprana edad xD y así surgió esta idea xD si has leído hasta acá, espero que te haya gustado xDD y cualquier duda o consulta, crítica lo que sea, bienvenida sea C: gracias por leer y chai chai