~ Soyez…
Parejas Principales:
● Ulquiorra Cifer & Orihime Inoue.
● Grimmjow Jaegerjaquez & Nelliel Tu Odelshwanck.
Género: Humor / Romance.
Categoría: M.
Universo Alterno.
Autora: Aika Yami
● Aviso: Los personajes no me pertenecen, sino aTite Kubo.
● Advertencia del capítulo: Menciones ligeras de temas sexuales y palabras soeces.
●.●.●…Soyez…●.●.●
Como perros y gatos.
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Ulquiorra sostenía con su diestra la suave esponja de baño. La frotó constantemente contra la piel pálida de su brazo contrario para que la espuma hiciera el trabajo de limpiar su piel.
Sus hombros estaban tensos, cansado después de un día arduo de trabajo. ¿Quién diría que los libros y dulces se venderían al por mayor? Y pensar que Urahara rara vez iba a ayudarle con la clientela.
Ulquiorra pensó que, el tipo era un holgazán de primera. Y ni qué decir sobre la mujer gato. Ella se llevaba el premio de los holgazanes al estar todo el día durmiendo y comiendo como si no hubiese un mañana.
El pelinegro alzó su brazo hacia el cielo para poder frotar mejor su axila y costillas. Por ahora, pensó, terminaría de bañarse y se iría a dormir en su muy caliente cama para dejar atrás ese día y pensar que el día de mañana jamás llegaría.
—¡Grimmjow, aléjate de mí!
—¡Yo no hice nada!
A sus oídos los gritos de Nelliel y el peliazul llegaron. Seguramente estaban por irse a dormir y se encontraban peleando, –como de costumbre- antes de meterse a su cama.
Ulquiorra rodó los ojos verdes. Su mano derecha dejó la esponja y tomó el tarrito con agua para echárselo por sobre la cabeza.
El sonido del agua se oyó al chocar contra el suelo de forma estrepitosa. La silla de Ulquiorra volvió a sonar cuando él se agachó a tomar más agua fría para volverse a verter más sobre su cuerpo y quitar los restos de espuma.
De forma automática, él estiró su mano para agarrar el bote de shampoo con olor a menta para poder lavarse el pelo. Frotó el líquido entre sus manos y se dispuso a esparcirlo por sobre sus cabellos azabaches. El sonido de las gotas de agua cayendo desde el grifo inundó el baño por ahora. Ulquiorra encontraba relajante aquel momento de privacidad pero, no contaba que unas manos extras se unieran a las suyas para frotar la parte baja de la nuca, esparciendo su espuma por el cuello hasta los hombros y los omoplatos.
Un escalofrío recorrió su columna entera y por inercia, giró su cabeza de forma rápida para ver al intruso que osaba tocarlo.
Sus ojos verdes se ampliaron al ver la sonriente cara de Orihime Inoue, quien acariciaba sin pena alguna su espalda; resbalando sus palmas desde ahí, por sus costillas hasta su abdomen marcado, rodeándolo con un abrazo—. ¿Qué… qué estás haciendo aquí…? —Preguntó anonadado, sintiendo sobre su espalda cómo ella apretujaba sus senos contra él sin pena alguna. Sus ojos se abrieron de nuevo mientras su piel se erizaba—. ¿Por qué estás desnuda?
De la boca de la pelirroja no salió sonido alguno, solo la misma sonrisa que él vio. Más sin embargo, ella soltó el abrazo que tenía contra Ulquiorra y se deslizó hasta posicionarse frente a él.
El pelinegro desvió la mirada al ver que Orihime no estaba portando prenda alguna, rehusándose a verla como vino al mundo.
Ella, sin decir más, se arrodilló frente a él, volvió a llenar el tarro con agua e irguió lo suficiente su espalda para poder alcanzar su cabeza y verter el líquido para quitar el shampoo.
El ojiverde cerró sus ojos por inercia, retuvo la respiración por unos segundos mientras sentía el agua deslizarse sobre él.
Su cuerpo se tensó cuando los labios y dientes de la chica alcanzaron su cuello; dejando besos y mordidas sobre su piel. Sus uñas negras se aferraron sobre sus rodillas. Orihime volvió a acariciar su espalda con una mano mientras que la otra serpenteaba por su abdomen lentamente—. Detente, mujer. —La chica no obedeció. Deslizó sus besos por el mentón ajeno hasta llegar a la barbilla, propinándole un camino de besos y marcas que se iban adhiriendo a su dermis pálida.
La mano izquierda de ella mantuvo la mejilla del chico y lo obligó a que la mirara. Ulquiorra sostuvo la mirada de la chica por unos segundos, aunque sus ojos se volvieron a abrir cuando ella lo besó.
La mano libre de la chica serpenteó un poco más hacia abajo y sin advertirle al chico, tomó su miembro y comenzó a acariciarlo de forma lenta; intentando darle placer lento y prolongado al mismo con su palma.
Los ojos de él se cerraron con fuerza y se obligó a no jadear por la sorpresa. Sus dientes se apretaron mientras que su cuerpo se mantenía tenso, pensando internamente qué rayos estaba pasando. Las manos de él fueron hacia los brazos ajenos para obligarle a que se alejara de su persona.
Consiguiéndolo, el ex arrancar le miró molesto. ¿A qué se debía dicho atrevimiento? Ellos sólo se besaron una vez. ¿Qué se creía es humana para haberle tocado de la forma en que lo hacía?
Los pensamientos de Ulquiorra hervían como la lava misma, dispuesto a alejarse de ella, se colocó de pie y caminó desnudo hacia el lavamanos para tomar su toalla y envolverse la cintura.
Orihime lo observó caminar con una sonrisa traviesa en los labios mientras que le seguía en silencio y, al estar detrás de él, con una fuerza que el pelinegro jamás creyó que ella poseía, le hizo voltearse para encararlo. Mirándose a los ojos, nuevamente, de forma lenta, ella lo tomó de las mejillas y se colocó en puntitas para alcanzar sus labios.
Ulquiorra posó las manos sobre la estrecha cintura para empujarla, pero no contó con que ella volviese a apretujar sus senos sobre él.
Ante eso, los escudos del hombre comenzaron a debilitarse, el calor que ella emanaba provocaba que su respiración se acompasara. Tenía una sensación nueva recorriéndole todo el cuerpo. ¿Era eso lo que los humanos llamaban excitación?
Ulquiorra deslizó su diestra por la cintura de la chica hacia arriba, apreciando con más detalle la textura de su tersa piel.
Entre una de sus manos tomó el seno derecho de la chica sin pudor y la amasó suavemente como una pelota.
Contra su rostro sólo sentía las lentas respiraciones ajenas acariciando su piel, pero ni un sonido salía de los labios de Orihime.
¿Por qué no gemía? ¿A caso él no era suficiente para provocarle aquello?
Envalentonándose a ser un poco más atrevido de lo que alguna vez creyó lograr ser con una humana, tomó a la fémina por las caderas y la alzó hasta hacer que se sentara en el lavamanos.
Se incorporó entre las piernas de la chica y deslizó su mano por sus muslos, obligándole a que ella enrollara sus extremidades en su cadera; reanudando el beso anterior. Orihime sin dudar le abrazó por el cuello mientras él se apegaba más a su cuerpo; provocando que ella llevase su torso hacia atrás.
La palma izquierda de Cifer sirvió como un punto de apoyo en el lavamanos, mientras, giraba lentamente su rostro hacia un lado para amoldarse perfectamente a los labios sabor fresa.
Su hombría rozaba por completo con la intimidad femenina; sintiendo por primera vez la humedad que ella emanaba por su excitación. Separó sus labios de ella un instante y miró los ojos castaños brillantes—. Mujer… —Un susurro salió sin pensar, su lengua salió para humedecer sus labios un instante; bajando su rostro hacia el cuello ajeno para besar y morderlo.
Él, deseó mover inexplicablemente sus caderas contra la mano ajena. Ulquiorra Cifer quiso probar más por esa ocasión, quería explorar más sobre el cuerpo ajeno, pero un fuerte dolor en el pecho le atacó; provocándole un grito de dolor.
Sus ojos verdes se abrieron, divisando el techo de la habitación que compartía con la pelirroja. El golpe se sintió de nuevo contra su tórax, haciéndole girar los ojos hacia abajo, dándose cuenta que era el pequeño puño de la chica somnolienta a su lado.
Durmiendo plácidamente, soltando ruiditos indescifrables mientras babeaba su pecho, Orihime mantenía el brazo y la pierna izquierda sobre el cuerpo del ojiverde. Sin olvidar mencionar que su rodilla rozaba con su hinchada erección.
Una vena en la cien de Ulquiorra se infló, la luz que se colaba por la ventana le daba a entender que ya era de día y que lo que pasó anteriormente era un puto sueño.
Joder.
Maravilloso.
Perfecto.
¿Ahora alguien podría explicarle cómo desaparecer esa cosa dolorosa de entre sus piernas?
Su cuerpo, duro como roca, se movió lentamente hasta quitarse dichas extremidades de la mujer a su lado para que pudiese levantarse de la cama. Recordando lo que ocurrió el día con Rangiku Matsumoto cuando le enseñó los odiosos videos, decidió tomar su toalla marrón e irse lo más rápido de la habitación para llegar al baño de invitados.
Abriendo y cerrando la puerta con fuerza, caminó a prisa hacia dicho lugar, importándole poco si la causante de su pesadilla se despertaba asustada; ignorando por igual los sonidos a sus espaldas.
Ulquiorra cerró la puerta del baño y colocó llave en la misma.
Si algo había aprendido sobre su sueño, es que había que cerrar todo muy bien.
…
La luz de la ventana se coló entre las cortinas de la habitación y chocó contra los ojos de la peliverde. Ella frunció su ceño y frotó por inercia sus ojos para desperezarse.
Como de costumbre, supuso que el cuerpo de Grimmjow estaría sobre ella. O más bien, rodeándole el suyo.
Sus ojos avellana bajaron hacia el fornido brazo que rodeaba su cintura pequeña mientras que a sus oídos llegaba un suave respirar. ¿Era su idea o Grimmjow ya no roncaba como de costumbre?
Restándole importancia, se dispuso a quitar el brazo sobre ella pero, con fuerza, él atrajo el cuerpo de ella hacia sí mismo para que eso no ocurriera. Los dientes del peliazul raspaban suavemente la piel del cuello de la chica, dejando la zona un poco enrojecida. Nel suspiró cansada y aplicó más fuerza para removerse y zafarse de él.
Grimmjow mordió con fuerza el cuello de Nel hasta dejar una marca morada en su dermis—. ¡Auch! ¡Idiota! —Nelliel palmeó agresivamente el brazo del peliazul hasta hacerlo gruñir y despertarse.
El ojiazul retiró su brazo sobre la chica y se estiró en el resto de la cama como un minino mientras bostezaba ruidosamente. Nelliel, refunfuñando, se levantó de la cama y caminó hacia la cocina para poder hacerse el desayuno antes de ir al colegio.
Detrás de ella, le seguía un perezoso Grimmjow que se rascaba lentamente el abdomen, observando cómo la chica saludaba y besaba alegremente al gato "Galleta" —. Vamos, pequeño. Te daré tu desayuno~. —Canturreó la chica feliz.
El peliazul se acercó al frigorífico para abrirlo y sacar un jugo de manzana para verterlo sobre un vaso de cristal—. ¿Y prepararás el mío?
—No. —Sentenció Nelliel mientras bajaba rápidamente el traste con el atún para su gato. Oyó a sus espaldas que Grimmjow gruñía sonoramente, repitiéndose constantemente un: "Siempre es primero ese gato." y un: "Nunca me tomas en cuenta."
Sonriente tras oírlo, se giró sobre él y apoyó el peso de su cuerpo sobre una de sus piernas—. Está bien, pero invítame de tu jugo. —Ella le arrebató el vaso del jugo y acercó sus labios para beber de él.
El fuerte sonido de una puerta al abrir y cerrarse, llamó la atención los dos llevaron su vista hacia la persona que salía de dicho lugar.
Nelliel escupió parte de su jugo al ver el estado de Ulquiorra, Grimmjow abrió los ojos por un segundo y al siguiente comenzó a partirse de risa—. ¡El murciélago de "Badman" alzó el vuelo!
Nel miró al peliazul reírse a carcajadas, espantando al gato por tanto golpe que le daba a su propia rodilla. Pero había algo que ella no entendió: ¿A qué murciélago y a qué vuelo se refería? ¿Y quién es Badman?
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Después.
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Pese al incómodo momento que Nel y Grimmjow pasaron esa mañana en su ahora casa, el día transcurrió tranquilo y sin muchas novedades. O al menos se divirtieron un rato al ver cómo Orihime salía de su habitación con una cara de espanto mientras se sobaba su cabeza.
Al recordar su expresión, Nel no pudo evitar reprimir una pequeña risa; dejando dentro de su mochila escolar su libreta de apuntes.
La clase de matemáticas al fin terminó y la hora de receso comenzaba. Así que la ex arrancar guardaba sus pertenencias para poder ir a comer. A su lado, escondido bajo sus libros se encontraba un peliazul dormitado. Nelliel pensó, que seguramente se aburrió demasiado en la clase y prefirió dormir de infraganti.
—Hey, gato. Despierta. —Murmuró ella mientras que con la punta del zapato daba leves golpecitos en el tobillo ajeno para que se levantara—. ¿No que tenías hambre y querías comer?
—Nelliel~. —La estridente voz de unas compañeras de clases llamaron la atención de la chica, poniéndola nerviosa por un instante.
Mientras terminaba de cerrar su mochila, la chica les sonrió, manteniéndose sentada en su banca—. ¿Oui? ¿Sugcede algo?
Oyendo el ligero tono francés, las chicas se emocionaron levemente. Se aproximaron a la peliverde y le murmuraron—. Teníamos curiosidad sobre algo… relacionado a tu novio y tú. ¿Podrías complacernos a charlar un rato? —Dijo una de ellas, de pelo y ojos castaños. Nel la reconoció como Mahana Natsui.
Al ver que le señalaban a otro lado, la chica entendió que no querían que Grimmjow las escuchara.
Aun con sus leves nervios, Nel asintió sonriente y se levantó con cuidado para que su falda no se alzara de más—. Cla-clagro, vamos a otra pagrte. —La chica siguió a paso lento hacia la puerta del salón a Mahana y a Michiru Ogawa, preguntándose internamente qué es lo que deseaban de ella… o más bien, de Grimmjow y ella.
Al cruzar por la puerta y avanzar unos pasos, la fuerte voz del profesor Kagine de educación física resonó en el pasillo; poniéndole los pelos de punta a las tres estudiantes—. ¡Nelliel Tu Odelshwanck! —La chica nombrada giró su cabeza unos grados para poder ver al maestro alto, musculoso y de piel broceada. De las orejas del susodicho pendía colgada una pluma mientras que una tabla de madera se posaba bajo uno de sus brazos enormes—. ¿Dónde está Jaegerjaquez?
La chica boqueó un momento mientras que por inercia señalaba hacia la silla en la que el peliazul se estaba levantando; frotándose uno de sus ojos perezosos—. Ahí está… —Murmuró la peliverde. El maestro de educación física asintió en silencio y se atrevió a adentrarse un poco al salón de clases.
—¡Jaegerjaquez, te veo en cinco minutos en el gimnasio! —El hombre gritó a todo pulmón, dándose media vuelta con la misma para partir de ahí, ignorando el: "Tché" que hizo el peliazul, fastidiado.
…
Al cabo de unos minutos, las tres chicas se encontraban sentadas en la azotea de la escuela, solas y disfrutando de la brisa mientras abrían sus almuerzos para comer. Nelliel se encontraba nerviosa, puesto que nunca se imaginó que la "relación" que "mantenía" con Grimmjow podría atraer personas curiosas.
La peliverde observó de soslayo cómo entre las otras dos chicas se cuchicheaban entre sí, como si se animaran una a la otra para hablarle.
Nelliel sorbió su jugo por un momento, oyendo segundos después que Mahana se aclaraba la garganta antes de hablar—. Nelliel-san… —La chica miró a la contraria, dejando un segundo su jugo—. ¿Usted lleva mucho tiempo con Grimmjow-san?
La ex arrancar palideció por un instante, tragando pesado—. ¿Tiempo? O-o-o sea… ¿Cómo novios? —Inevitablemente la risa nerviosa salió de sus labios mientras sus manos temblaban y jugaban entre sí. Casi podía adivinar que sus mejillas se encontraban rojas de vergüenza—. Sí… algo así… ¿Pogrqué? ¿Qué quiegren sabegr?
Las mejillas de Michiru se sonrojaron como manzanas y miró esperanzada a la peliverde—. Es que tengo novio y quiere que lo "hagamos"… pero yo estoy muy aterrada, no sé si eso duele a la primera vez, qué hacer si me pide que… —La chica calló un momento, mordiendo su labio inferior. Después, se acercó a la oreja de Nelliel para susurrar—. Se la chupe… ¿Me entiendes? —Segundos después, se cubrió su sonrojado rostro con sus manos—. ¡Ay, no! ¡Tener sexo ha de ser horriblemente vergonzoso!
En las entrañas de la peliverde se retorcían de miedo. ¿Qué podría responder? Grimmjow y ella no eran pareja de verdad. Así que jamás llegaron ni a agarrarse las manos.
Internamente, algo en su interior le provocó vergüenza por seguirle la mentira al peliazul desde el principio en vez de haber puesto un alto.
Nelliel se aclaró la garganta y pensó qué podría decir para zafarse de ello ya que ni tenía idea de qué era el sexo—. ¿Pogr… pogr qué pensagron que yo podría ayudagrles?
Ambas chicas se miraron entre sí, pestañeando, después, Mahana habló—. Es que vimos que tienes un moretón en el cuello. Eso te lo hizo tu novio, ¿verdad?
¡Maldito Grimmjow!, pensó la peliverde. Si no le hubiera mordido el cuello nada de esto estaría pasando—. Oui… pe-pegro no es lo que piensan. Él me mogrdió cuando estábamos…
—¡Nel-chan, aquí estás! —Gritó la alegre pelirroja desde la puerta de la azotea—. Te he estado buscando. Vamos o llegaremos tarde a clases. —Y toda la vergüenza y miedo de la chica se formó en alivio al sentirse salvada por Orihime. Rápidamente y sin dudar, tomó sus cosas y se levantó del suelo para ir con ella—. Je suis désolé! Parlons plus tard! *Lo siento. Hablemos más tarde.* —Corriendo de forma maratónica, se adentró al pequeño cuarto de las escaleras de la azotea, encontrándose con la pelirroja. La peliverde la miró aliviada y se llevó una mano al pecho, sintiendo como si su corazón estuviera a punto de salirse de él—. Gracias, me salvaste.
Orihime rió por lo bajo y negó—. Sin querer las escuché y decidí sacarte de eso. —Ambas chicas rieron por un segundo. Pero al escuchar las voces de las otras chicas confundidas, Orihime tomó la mano ajena y comenzó a tirar de ella para echarse a correr—. ¡Vamos, Nel-chan!
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Mientras tanto.
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Con toda la pereza del mundo, Grimmjow Jaegerjaquez caminaba por los pasillos del colegio. Había días en los que se arrepentía en ir a ese lugar. Preferiría pasarse todo el día durmiendo que despertarse temprano, hacer actividades dentro del recinto y además, quemarse un poco las pestañas para hacer los deberes.
Pero reconocía que se aburriría demasiado si se la pasara todo el día en casa, encerrado como su pseudo-hijo "Galleta".
Además, si había algo entretenido en ese lugar, era precisamente sus encuentros de rivalidad con Ichigo. Lo único malo, entre todo lo mencionado, es que también tenía que soportar a un grupo de niñatas que se emocionaban cada vez que lo veían pasar. ¿Qué carajos le veían? ¿Tenía un sarnoso perro en la cara o qué?
Elevó una de sus manos hacia su boca y bostezó como un león somnoliento. Al aproximarse a las puertas del gimnasio, divisó que no sólo él, sino varios chicos más estaban reunidos alrededor del profesor de educación física.
—¡Muy bien, reúnanse frente a mí! —Gritó el profesor—. Los llamé porque en las últimas semanas en las que les he dado clase, he observado a varios de ustedes con bastante potencial para formar el nuevo equipo de Atletismo. Por lo cual, quería que cada uno de ustedes se integrara a ello. Tendrán beneficios sobre sus calificaciones, además de que podrán tener justificativos cada vez que vayamos a competir. Por lo cual, no se verán afectados en sus otras materias. ¿Les parece la idea?
El cuchicheo entre alumnos comenzó a hacerse presente, mirándose unos a los otros como preguntándose si era buena idea.
El peliazul metió las manos en los bolsillos de su pantalón y volvió a bostezar, aburrido. Entre el alumnado, un brazo pálido se elevó para llamar la atención del profesor. Grimmjow arqueó la ceja al ver que era Uryuu Ishida; y que junto a él, estaba Ichigo y un par de chicos más que no recordaba—. Si nos unimos, ¿cuándo serían los entrenamientos?
—Será en la pista de atletismo de la escuela durante dos horas después de clases. —El profesor revisó la lista que tenía en su tabla de madera para corroborar los horarios—. La competencia más próxima es en dos semanas.
Nuevamente, el cuchicheo comenzó en el gimnasio. Algunos alumnos se negaron a participar y comenzaron a irse del lugar, mientras que otros, permanecían en su sitio. El peliazul frunció los labios y dio media vuelta, dispuesto a irse de ahí, hasta que escuchó la voz de Ichigo—. ¿Qué? ¿Tienes miedo de participar, Morita-kun?
Grimmjow detuvo su paso, mirando de reojo hacia el chico mientras escuchaba la pequeña risa de los presentes—. No estoy interesado. —Él se encogió de hombros y, volviendo su mirada hacia el frente, dispuesto a irse de nuevo, pero, nuevamente fue detenido por una voz masculina.
—Si te quedas, tu única competencia sería Ichigo. —Y como si le hubiera calado lo que oyó, un cosquilleo le recorrió el cuerpo; de pies a cabeza. El profesor sonrió triunfante y se cruzó de brazos—. Además, serías uno de los más fuertes del equipo. Corres como un jaguar tras su caza. Debe-…
—Pantera. —Interrumpió el peliazul. Mirando de reojo al hombre mayor. Una sonrisa amplia más el brillo juguetón apareció en su mirar.
Estaba divertido. Muy, muy divertido y quería jugar—. Lo pensaré.
Y diciendo su última palabra, partió del lugar para ir a comer algo.
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Horas después.
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Por fin libre de la escuela, Grimmjow se encontraba respirando el aire "limpio" de las calles mientras caminaba a casa. Extrañamente se encontraba solo cuando normalmente regresaba con Orihime y Nelliel.
Restándole importancia, ingresó su mano hacia uno de sus bolsillos para sacar unas cuantas monedas. Su garganta estaba reseca y ahora deseaba una de esas gaseosas que Orihime le había mostrado alguna vez.
Durante el camino, encontró una máquina expendedora de refrescos y botanas, así que no dudó en acercarse a ella. Contempló cada producto y, al ver que había una lata sabor cereza, se dispuso a ingresar la moneda en la pequeña rondana.
Aunque, los gritos de unos felinos peleando al fondo de un callejón lo detuvieron por un instante. Curioso como un gato, se asomó un par de pasos para ver qué es lo que ocurría ahí.
Una de sus cejas se arqueó al reconocer un pequeño quejido de cierto felino—. ¿Galleta?
El ruido de latas caer más arañazos contra la tierra volvió a hacerse presente. A lo lejos, el ojiazul divisó a un trío de gatos de edad avanzada acorralando al pequeño gato de tres meses.
Grimmjow apretó los dientes y se asomó de mejor forma para gritarle al minino—. ¡Carajo, saca las garras y golpéalos también!
El pequeño gato amarillo alzó las patas hacia los otros felinos, su pelo se erizó para intimidarlos pero, como resultado, los otros tres más grandes que él lo golpearon y mordieron diversas ocasiones. Grimmjow apretó los puños y volvió a gruñir—. ¡Defiéndete, maldita sea! —Ante sus ojos, los otros gatos revolcaron al suyo hasta hacerle perder la conciencia.
El ex arrancar chasqueó su lengua y caminó sin pensar hasta ellos, dispuestos a patearlos y golpearlos—. ¡Largo de aquí, gatos pulgosos! —Rugió enojado, ahuyentando a los animales para que corrieran por sus vidas.
Volviendo a chasquear su lengua, el peliazul se agachó en cuclillas cerca del minino amarillo para tomarlo entre una de sus manos—. ¿Y así te dicen que eres hijo del Rey? —Apretándolo entre su pecho con suavidad, se levantó y caminó de nuevo hacia su casa. Con suerte Orihime o Nelliel lo curarían.
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Después.
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Sumida en sus pensamientos, Orihime contemplaba una camisa de Ulquiorra que tenía entre sus brazos. Pese a los centímetros de distancia, el olor suave y masculino del pelinegro le llegaba hacia su nariz.
Después del beso que ambos se dieron en la playa, las cosas entre ellos se han puesto algo tensas. Prácticamente ambos se ignoran todo el día, evitan tocarse mientras duermen en la misma casa y ella intenta estudiar o pasar más tiempo con Nelliel para no ver tanto a Ulquiorra.
En el fondo, sentía que le estaba haciendo daño al pelinegro. Ella desconocía sus sentimientos o sus pensamientos hacia su persona. O lo que pudiese pensar respecto a lo ocurrido.
Orihime pensaba que era una egoísta por pensar sólo en ella y no en Ulquiorra. Pero le era inevitable.
Ella creía fielmente que aún estaba enamorada de Ichigo, por lo cual, lo que la tenía muy desconcertada era su actuar. El por qué correspondió el beso de Ulquiorra, o el por qué se dejó llevar.
¿Será acaso que ya no le gustaba el Kurosaki como pensaba?
Era algo más que obvio que a él le gustaba otra persona. Así que, ¿no era lo correcto que ella tratase de hacer su vida con alguien más?
Pero, ¿qué pensaría Ulquiorra? ¿Será que él estaría igual de confundido que ella?
Llevando un par de dedos a sus labios, la pelirroja casi sintió el mismo cosquilleo que quedó plasmado en su boca el día que fue besada por Cifer.
Secretamente… quería que volviese a ocurrir aquello, pero… ¿y sus sentimientos por Ichigo?
La puerta de la entrada resonó por la casa, causando que saliera de su ensoñación y dejara la ropa limpia del pelinegro sobre la cama.
—¡Oye, mujer! —Exclamó el peliazul—. ¡Ven aquí!
La chica caminó hasta la sala, observando con atención cómo el peliazul arrojaba su mochila en el piso mientras dejaba recostado al minino amarillo en la mesita de café. Grimmjow suspiró con cansancio mientras tomaba asiendo en el sofá, mirando a la chica con seriedad—. ¿Qué le pasó? ¿Por qué está arañado? —Dijo preocupada mientras se arrodillaba frente a la mesa—. Souten Kisshun… ahora, yo rechazo. —Extendió sus manos hacia el resplandor naranja que aparecía sobre el gatito. Con el pasar de los segundos, los rasguños y mordidas en su pelaje desaparecieron y el abrió los ojos verdes, como si estuviera confundido.
La chica desapareció la luz de su poder mientras observaba sonriente cómo el minino se ponía de pie para caminar hacia ella. Riendo suavemente, lo atrapó entre sus brazos y lo abrazó mientras besaba la pequeña cabeza peluda—. ¿Ya estás bien?
A los oídos de Grimmjow, llegaban las pequeñas risas de la chica junto a los maullidos del animal. Suspiró cansado y recostó su espalda en el respaldo del sofá. Orihime miró sonriente hacia él y, dejando que el gato vaya hacia su plato de comida, se puso de pie y caminó hasta posarse detrás del mueble.
En silencio, posó sus manos sobre los hombros de Grimmjow para darle un pequeño masaje. Éste, se tensó enseguida. Abrió los ojos y le miró sorprendido—. ¿Qué estás haciendo?
—Sólo es un pequeño masaje. Rangiku-san me enseñó a hacerlo. Sólo cierra los ojos. —Explicó con calma.
La pelirroja era consciente de que Grimmjow estaba bajo un poco de estrés. Para ella, de los tres arrancars que residían en su casa, él era al que más le costaba adaptarse cómo humano. El peliazul siempre había sido salvaje e independiente y, ahora con su falta de poderes, le era difícil acoplarse entre la sociedad de Karakura. Además, por lo que supo, tenía en puerta a unirse a una actividad en la escuela, quitando el hecho de que él trabajaba por las tardes. Aunque no sabía en qué y en dónde.
Ella pensó, que quizás un pequeño masaje sería premio a todo el esfuerzo que estaba poniendo en su vida nueva. ¿No?
El Jaegerjaquez movió su cabeza de lado a lado, haciendo que su cuello tronara un par de veces.
Notó que las manos de la chica estaban haciendo magia porque nunca había sentido algo parecido como aquello.
Los masajes eran geniales. Pensó el chico. Sin embargo, cuando los pulgares de la chica comenzaron a masajear su nuca, sintió que estuvo a punto de derretirse en el sofá—. Maldición… sigue así, mujer. Tus manos son geniales…
—¿En serio? —Preguntó ella con una sonrisa, divertida por su reacción, sobre todo por los ruiditos que salían de sus labios.
A espaldas de ambos, un fuerte portazo en la entrada, seguido de un crujido de manos les hizo separarse por un instante. Orihime se sonrojó al ver la expresión anonadada de Ulquiorra, como si estuviera enojado mientras avanzaba lentamente hacia ellos.
Por otro lado, Grimmjow palideció un poco y apretó la mandíbula. Esa expresión en el pelinegro la conocía perfectamente. Era hombre muerto.
—Toma. —El Cifer extendió una bolsa llena de víveres hacia la chica, sin mirarla o prestarle atención.
Nerviosa, la chica la aseguró contra su pecho y rió temblorosamente—. ¡Ah, gracias, Ulquiorra! Iré a hacer la comida. —La muchacha caminó despreocupada hacia la cocina, no siendo consciente de la matanza que se llevaría a cabo en la sala.
Los ojos de Ulquiorra casi expedían rayos laser para carbonizar al peliazul. No quitaba la mirada encima mientras que el otro hombre, tragaba saliva—. ¿Por qué rayos me ves así, eh?
—Te gusta Orihime. —Dijo sin rodeos.
Incomodo, el peliazul aclaró su garganta mientras desviaba su mirada del ojiverde—. ¿De qué rayos hablas? —Volvió a toser y lo miró de reojo—. Me gusta, pero no es lo que piensas. No voy a quitarte a tu princesa.
El ex número cuatro entrecerró sus ojos, analizándole con la mirada—. No es mi princesa.
—¡Entonces deja de actuar como un puto celoso! —Exclamó. Grimmjow gruñó sonoramente, abriéndose incómodamente los primeros botones de su camisa—. No estábamos haciendo nada malo, el gato tuvo una pelea y ella le ayudó y ya. —Se cruzó de brazos e hizo un mohín con los labios, tomando el control remoto para encender el televisor—. Deja de mirarme cómo si me fueras a matar.
La música del opening de la caricatura de Badman sonó, calmando un poco más el ambiente tenso. Ulquiorra apretó sus manos y después, soltó un suspiro para calmar sus instintos de querer golpear al hombre frente a él. Caminó lentamente hasta poder sentarse a lado del mismo en el sofá, cruzando sus piernas para estar más cómodo.
Al paso de los segundos, la caricatura fue transcurriendo. Ulquiorra intentaba prestar más atención al programa que a sus impulsos de querer clavarle un cuchillo a Grimmjow en el pecho mientras que este estaba embobado en el televisor.
La puerta volvió abrirse pero esta vez de forma suave, dejando que a su paso Nelliel entrase con unas bolsas de pan entre sus brazos.
En silencio, ella se acercó hacia la meseta de la cocina, dejando los panes en ella para después, regresar a la sala.
Grimmjow la vio pensativa y callada, cosa que le extrañó porque usualmente la ex número tres era muy parlanchina.
La chica se aclaró la garganta cuando llegó a lado de Ulquiorra. Tímidamente se arrodilló a un lado de él y susurró—. ¿Tienes un minuto?
Los ojos verdes giraron hacía ella para mirarla con más atención—. ¿Para qué?
Nel mordió su labio inferior mientras que jugaba nerviosamente con sus manos—. Es que… O-Orihime me dijo que tú podías sacarme de dudas sobre… algo… —Ulquiorra frunció ligeramente su ceño, Grimmjow se acercó un poco más a ellos para prestar atención a la charla de esos dos—. Qué… quería que me explicaras… —Nelliel llevó sus manos hacia los costados de su boca y murmuró apenada—. Qué es sexo…
Los ex arrancars masculinos abrieron sus ojos ante la pregunta de la chica, se miraron entre sí un instante para después, observarla a ella—. ¿Para qué quieres saber eso? —Cuestionó curioso el peliazul.
La peliverde tragó saliva un instante y jugó nerviosa con los dedos—. Es que en la escuela… un par de chicas me preguntaron si ya lo "he hecho" con Grimmjow, si ya hice 'esto' y lo 'otro' con él… —Frunció ligeramente su ceño y le apuntó con el dedo—. Y todo porque este gato me mordió el cuello en la mañana y las chicas notaron la marca.
El Jaegerjaquez comenzó a partirse de risa mientras que Ulquiorra rodaba los ojos. Después, miró a la chica, incómodo—. ¿Y por qué tengo que explicártelo yo? ¿Qué nunca lo has…? —Ambos hombres vieron a la chica negar con la cabeza, sorprendiéndose.
—Orihime me dijo que tú viste unos videos que Rangiku-…
Ante la mención de la rubia, Ulquiorra la detuvo y se levantó del sofá para ir hacia la habitación de Orihime, en busca de su laptop y audífonos—. Siéntate aquí. —Señaló el sofá.
La chica de ojos avellanas obedeció, extrañada pero aun así, quiso creer que Ulquiorra le mostraría tal cosa. A su lado, el peliazul le miró de forma burlona mientras reprimía su risa—. Ahora sí eres toda una niña.
Ella frunció el ceño y le miró molesta—. ¿Y tú sí sabes qué es?
Grimmjow agitó su mano, restándole importancia a la pregunta—. Por supuesto que sí, lo hacía todo el tiempo en Hueco Mundo. —Él aproximó su cara a la de ella, casi acortando la distancia entre sus labios para susurrarle pícaramente—. Y no sabes lo bien que se siente…
Nelliel, con el ceño fruncido, posó sus manos sobre el pecho ajeno y lo alejó de su persona por invadir su espacio personal—. Perdóname por no ser cómo tú, Don Juan. —Dijo mientras rodaba sus ojos, cruzándose de brazos.
El ojiazul volvió a reír a su lado, adivinando qué sería lo que haría Ulquiorra a continuación.
Tras uno segundos, Ulquiorra regresó hasta ellos, se arrodilló frente a la mesa de café mientras posaba el portátil sobre la misma para buscar "ciertas páginas" en el internet—. Grimmjow, vigila. —Sonriente, el peliazul obedeció, poniéndose alerta por si la dueña de la casa se acercaba hacia ellos—. Ponte esto y presta atención. No me hago responsable de tus futuros traumas. —Explicó mientras pasaba los audífonos a Nelliel. La chica se los colocó y fijó su vista en la pantalla.
En el video que él le colocó, empezaban un par de personas, hombre y mujer, con una sesión de besos y caricias por el cuerpo. La peliverde observaba con curiosidad cada acto que hacían entre ellos. A su lado, Grimmjow intentaba aguantarse la risa mientras que Ulquiorra mantenía su estoica expresión, mirando hacia la ventana detrás del televisor.
Ante cada instante y cosa más íntima o atrevida que pasaba en dicho video, Nelliel se ponía más incómoda y anonadaba con cada postura o agresividad con el que esa pareja tenía "sexo".
Un tanto asqueada, tapó la pantalla con sus manos para después, quitarse los audífonos—. Está bien, suficiente. —Ulquiorra se acercó a cerrar la laptop y dejando los audífonos sobre la mesa. Nelliel se quedó en silencio por unos instantes, aunque después, miró seria hacia Ulquiorra—. Ya entendí… y me doy cuenta que ni siquiera debo dejar que Grimmjow me toque.
—¿Qué? —Preguntaron ambos en unísono.
—Me refiero… a que él cuando duerme siempre me abraza, me muerde, toca mis… pechos y cosas por el estilo. —Explicó, provocando que la risa de Grimmjow cesara y le viera como si estuviera loca—. Ahora entiendo que el cuerpo desnudo de un hombre y una mujer es íntimo y que no cualquiera debería tocarlo. ¿Cierto? —El Cifer asintió silenciosamente—. Bien, entonces mañana les diré la verdad a esas chicas sobre Grimmjow y yo.
El nombrado, gruñó mientras fruncía el ceño—. ¿Qué les dirás? ¿Qué tu novio es un puto afeminado que no ha tenido relaciones con su novia porque es virgen?
—Sí.
—¡Pero no es buena idea! —Exclamó molesto—. ¡Me harás quedar mal, como si fuera un impotente cómo Ulquiorra!
—A mí no me metan en sus peleas. —Exclamó Ulquiorra de forma seria mientras tomaba la laptop para llevársela a su lugar en la habitación de la pelirroja.
Grimmjow volvió a gruñir mientras Nel fruncía el ceño, dispuesta a no dar su brazo a torcer—. Nelliel, no tienes que darles explicaciones. No les digas nada de nada.
—¿O sabes qué podemos hacer? —Ella le miró enojada, señalando su pecho con su dedo—. Mejor les diré que terminamos porque eres un incompetente en la cama. ¿No te parece? —Refunfuñando por lo bajo, Nel se levantó del sofá para irse a la cocina con la pelirroja. Grimmjow se acercó a ella y la tomó del brazo.
—Mejor les diré que eres una inepta y que no me satisfaces como hombre. ¿No te parece mejor? —Dijo con una sonrisa burlona.
—¡¿Ah, sí?! ¡Pues yo-…! —Ulquiorra salió de la habitación con un aspersor en la mano, lleno de agua que usaba Orihime para peinarse. Lo alzó a la altura de ambos ex arrancars y los mojó varias veces en la cara para que se callaran.
—Cierren la boca, par de idiotas.
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Al día siguiente.
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El profesor Kagine observaba al Jaegerjaquez con una sonrisa, atreviéndose a darle una palmada en el hombro. Éste por su parte, lo contemplaba con una expresión aburrida mientras todo el murmullo del pasillo y la cafetería ensordecía el ambiente—. ¡Me alegra que te hayas decidido por unirte al equipo! —El hombre rió jocosamente y aseguró su tabla de madera debajo de su brazo izquierdo—. Te veo mañana después de la escuela, trae ropa deportiva y tenis.
El peliazul asintió lentamente y miró de soslayo como el hombre mayor desaparecía por el largo pasillo.
Esa mañana decidió unirse a ese equipo porque creía que podía sobre llevar ese horario. Y, por si le daba algún problema, el profesor le aseguró que podía salirse de él sin problemas. Así que no habría inconvenientes con su trabajo actual.
Él ingresó su mano hacia su bolsillo derecho y se cercioró de que su dinero aún esté ahí. Tenía ganas de un sándwich y una soda antes de entrar a clases.
Caminó con tranquilidad por el pasillo, observando sin prestar interés real en las cosas o personas a su alrededor.
—¿Estás hablando en serio?
—Sí. Él y yo no hemos hecho nada de eso.
Los pasos del ex espada se detuvieron de inmediato al reconocer la voz de Nelliel. Su ceño se frunció ligeramente y se escondió para poder escuchar con atención la plática entre esas chicas.
—La verdad no te creo. —Respondió Michiru—. Pensé que con semejante cuerpo que tienes, él no se aguantaría tanto tiempo en no "hacerlo" contigo. ¿Me explico? —Grimmjow notó las mejillas rojas de Nelliel, llena de vergüenza cuando él sabía que no debería tenerla.
—No es eso… es que él… Grimmjow me respeta y no me presiona… —El Jaegerjaquez arqueó su ceja al oírle decir esa pequeña mentira.
Pero, al oír la risa de las otras dos chicas, su ceño se frunció.
—O será que te está poniendo "los cuernos" con otra. ¿No crees?
Los labios de Nelliel boquearon un momento. Grimmjow apretó sus manos y chasqueó su lengua. ¿Cuántas veces ya iban que le salvaba el pellejo a Nel? No lo sabía, pero ahí va él a meter su cuchara en dónde no le concierne.
Lentamente caminó hacia ellas, a espaldas de la peliverde y dejando anonadadas a las chicas con su presencia ahí.
Las dos chicas se intimidaron ante el impotente hombre, que estuvieron tentadas a tragar grueso—. Te dije que no tenías que dagrle explicaciones a nadie sobgre nosotros… —Murmuró con su acento francés.
La chica se tensó al oír la voz del Jaegerjaquez detrás de ella. Grimmjow la sostuvo de su cintura y la estrechó hacia sí, haciendo que la peliverde quedase frente a él—. No sé qué tgrato les dan sus pagrejas pero es una pena que no las grespeten. —Dijo seriamente, apretando más el abrazo que tenía en la cintura de Nelliel—. Yo espegragré a que Nel esté lista y no tiene pogrqué impogrtarles a ustedes. No es de su incumbencia nuestra intimidad. —La ex espada le miró sorprendida, incrédula de que esas palabras las haya dicho alguien como Grimmjow Jaegerjaquez.
Él bajó su mirada hacia la chica, mirándole a los ojos mientras apartaba un mechón verde y posarlo detrás de la oreja izquierda—. Tu vas bien, mon amour? *¿Estás bien, amor mío?* —Susurró el chico cerca de sus labios. Ella asintió de forma lenta y, por consecuente, Grimmjow bajó sus labios de forma fugaz a los ajenos para dejar un pequeño beso en ellos—. Vamos.
Nel cerró su mano contra la ajena cuando fue tomada por él. Caminó sorprendida por los hechos que acaban de pasar, haciéndole inevitable voltear para ver lo boquiabiertas que quedaron esas chicas en medio del pasillo.
Después de unos segundos, cuando esas dos quedaron fuera de la vista de Grimmjow, detuvo su andar y sin decirle nada a Nel, la tomó de la cintura y la cargó sobre uno de sus hombros como si fuera un costal de papas. Esta chilló, replicando constantemente para que la bajara mientras le golpeaba la espalda con sus puños.
Pero él, no detuvo su andar hasta llegar a la azotea. Nelliel gruñó molesta—. ¡Bájame, Grimmjow! —El peliazul abrió la puerta para salir a la azotea y de un movimiento rápido, bajó a la chica enfurecida, aplicando muy bien sus reflejos para sostener sus puños que estaban a punto de golpearle. La peliverde gruñó, mirándole con el ceño fruncido—. ¡Ay! ¡¿Por qué siempre tienes que ser un bruto conmigo?!
—¡¿Y por qué siempre tienes que ser tan tonta?! —La chica acalló sus labios y réplicas, prestándole más atención al chico que tenía frente a ella—. ¡Te dije que no les dijeras nada, pero no! ¡Tú nunca me escuchas! ¿Ahora qué? ¿Les vas a platicar cómo será tu primera vez o qué?
Nelliel forcejeó un poco para liberar sus muñecas y separarse un poco de él—. ¡No, déjate de tonterías! —Grimmjow soltó sus manos y gruñó, acariciando sus cabellos frustrados—. ¡Además, ¿por qué me besaste?! ¿Eso era necesario?
—Pues si querías que todo fuera creíble, sí. —Sonrió con autosuficiencia, burla, cruzando se de brazos por sobre el pecho mientras la observaba—. Las dejé anonadadas. Así que ya no volverán a molestarte.
—¡Pues sí! Pero… —Nel cerró los labios y prefirió darse la media vuelta para ver la valla de rejilla que protegía al alumnado de las alturas de dicho lugar—. Aun así no era necesario… —Murmuró. Después, soltó un gruñido y cerró los ojos—. ¡Besas horrible! —Los ojos del Jaegerjaquez se abrieron cuando oyó su grito a todo pulmón. Después detrás de Nelliel se oyó cómo él se partía de la risa. Ella se giró para verlo, sorprendiéndose de que se estuviera sosteniendo el estómago—. ¿Qué? ¿De qué te ríes?
Él palmeó su rodilla de nuevo, intentando incorporarse de pie, caminó un par de pasos hacia la chica, colocando su brazo derecho a la altura de la cabeza contraria y acortando la distancia de sus cuerpos—. Eres una tonta, niñita. Eso no fue un beso real. —Su risa se aplacó y a su paso quedó una sonrisa torcida.
Ambos se vieron a los ojos un segundo. Grimmjow acercó sus labios hacia los de Nel y los atrapó con posesividad. Por ahora, no le importaba lo que ella pensaba o si tenía experiencia o no haciendo ese tipo de cosas. Grimmjow Jaegerjaquez se sentía internamente insultado porque, él no era de ayudar a nadie.
No…
A nadie.
Más sin embargo, ha ayudado muchas veces a esa mujer que tenía en frente y jamás se lo agradecía.
Eso hería un poco su orgullo.
Además, nadie en su vida le dirá que besa horrible. No si él puede evitarlo.
Entre su mano libre, atrapó la cintura de la chica y apegó un poco más su cuerpo contra el de él.
El peliazul ladeó su cabeza para amoldar mejor sus bocas, delineando los labios femeninos con la punta de su lengua. En su pecho sentía presión debido a que ella le empujaba con sus manos para que se alejase de su persona, pero, como amante de todos los retos que se ponían enfrente, Grimmjow no la dejaría escapar.
Los ojos de Nelliel fueron entrecerrándose poco a poco al dejarse llevar por aquel beso. Sin pensar, sus brazos fueron subiendo poco a poco hasta el cuello de él mientras que las puntas de sus pies se elevaban cada vez más.
Grimmjow tronó sus labios con los ajenos mientras que ambas manos iban repartiendo caricias suaves por la espalda de la fémina.
Sus palmas y brazos la apretujaron contra sí y, debido a la diferencia marcada de alturas, él la sostuvo de las caderas y la elevó hasta que ella enrolló sus piernas con su propia cintura; apoyando su espalda contra la valla metálica.
El beso de ambos fue tornándose más y más intenso. Los labios de Nel ardían debido a la boca de Grimmjow pero, en su nublada mente, eso no le importó. Simplemente se aferró más a su cuello y abrió la boca para dar paso a la lengua contraria.
Pequeños gemidos y jadeos sonaron en el ambiente de la azotea. El ex arrancar comenzó a sentirse caliente debido a la situación mientras que ella sentía que se ponía más sensible y ansiosa; como si su cuerpo le reclamase algo más.
Sin pensar, Grimmjow acarició las piernas de la chica mientras que rompía el beso para ir hacia el cuello de ella; degustando de su piel.
Su boca fue subiendo hacia la mandíbula de la mujer, lamiendo con la punta de su lengua el lóbulo de su oreja—. Eso… es un beso, niñita… —Susurró, dejando una pequeña mordida en el cartílago.
Nel salió de aquel estado en el que él la indujo, sintiendo cómo sus palabras la golpeaban como si fuese agua fría. Mientras él dejaba a la chica en el suelo, ella contempló su sonrisa torcida; además de su agitado estado.
El rostro de la chica se tiñó de rosa y por instinto llevó sus manos hacia su boca y cuello.
En silencio, el Jaegerjaquez contempló cómo ella se iba de ahí. No le impidió que hiciera lo contrario. En todo caso, optó por apoyar su espalda en la valla metálica y que el aire le refrescara todo el bochorno que sentía en su cara; deslizándose hasta quedar sentado en el suelo.
╰✵●๋⌇Fin capítulo 06.
Notas de autora:
¡Holiiiii! *^* ¿Cómo están? *corazón*
Me siento rara por este capítulo. Es una mezcla de todo pero a la vez de nada y es más GrimmNel que UlquiHime pero a la vez no. (¿?) Yo me entiendo xD
En cuanto al capítulo, les diré que según yo no creí que me saliera taaaan largo XD Pero bueno, todo cambia cuando se pasa a la redacción. Espero que les haya gustado. Ya sea por lo que pasó con Ulqui o por lo que pasó con el GrimmNel xD Si tienen dudas o sugerencias referente a lo que pasó o puede pasar por el fic, díganme en los reviews :33 Me encanta leerlos y saber si la historia es de su agrado o no xD.
Siento que ya era hora de que el tema sexual (para Nel) sea tocado ya, xD Creo que ella es como una niña que debe saber de lo que es el mundo real. Pero poco a poco lo irá descubriendo con Hime, Ulqui y Grimmjow :33
Les agradezco sus reviews a: Karin-chan150301, Sagawinchester, Ankapoar, Yatzura, Al Shinomori, Violeta, 777thHeaven y Micaelavargas107 :D Muchas gracias por el apoyo constante, por tomarse unos minutos para dejarme un comentario y palabras de aliento.
También a las que me felicitaron por haberme graduado. El 26 de Julio fue mi graduación así que oficialmente soy Lic. En Gastronomía :33
Aclarando dudas del capi anterior: Grimmjow le dice "Badman" a Ulquiorra (es su apodo). Y mencioné que iban a salir los otros capitanes en la playa, pero si me ponía como que… a redactar actividades para ellos también para que sean "activos", el capi me iba a salir en dos partes y no iba traer este hasta la próxima vez XD Por eso los mencioné de "pasada" XD.
Perdonen las faltas de ortografía y líneas sin sentido xD También espero que les haya divertido las peleas entre Grimmy y Ulquiorra y Nelliel xD Jajajaja.
¡Nos vemos! –inserte corazón! C:
Aika Yami.