En la Hermandad había turnos para vigilar el perímetro de la base. Esos turnos iban rotando y se hacían por parejas. En mi caso, lo de pareja era literal.
—Johnny, vamos al abismo —lo invité esa noche, mientras hacíamos el recorrido. Él jugaba con su guante de chispa, sin parar.
Prende, apaga. Prende, apaga. Prende, apaga.
—Estamos trabajando, QuickSilver —replicó remarcando la firmeza en sus palabras, aunque la burla repicaba en ellas. Sabía que me estaba molestando; si yo decía Johnny, él decía Pietro, porque era mi novio y no el maldito segundo al mando de la Hermandad, cuando estábamos a solas.
Resoplé.
—Daré una vuelta ahora —anuncié. Solo tardé una fracción de segundo en regresar, encontrándome con una sonrisa torcida en los labios de mi novio—. Todo en orden. Ahora vamos. —Lo tomé de la cintura, haciéndolo reír, para correr hasta el abismo.
Me gustaba el lugar. Hace un tiempo que íbamos en la noche y me sentaba en el borde, dejando colgar mis piernas.
Lo genial era que a Johnny también le gustaba. Quizás porque yo podía quedarme quieto un rato, mirando la luna y él revolotear a mi alrededor con el prende, apaga. Prende, apaga. Prende, apaga.
—Oye, Johnny ¿Crees en el "felices para siempre"? —pregunté sin pensar. Las desventajas de ir tan rápido siempre, era que ese problema que tiene la gente normal de hablar sin pensar, en mi caso se multiplicaba por millones, dejándome en estas situaciones en que mi novio sonreía burlón y pensaba que yo era "lindo". Y así era como yo perdía cualquier halo de chico malo o arrogante insufrible. Que bueno que Johnny sabe guardar secretos.
Había pensado en que una luna llena como la que veía era como de una película, luego pensé que las películas eran muy clichés y no me simpatizaban, para luego pensar que había visto una de princesas con mi hermana una vez, y todo siempre terminaba en "felices para siempre" cuando la princesa encontraba al príncipe, porque era su verdadero amor. Terminé razonando que amaba a Johnny; con todo y el Pyro que obedecía a mi padre por sobre todas la cosas; de ahí vomité la pregunta.
—No —dijo seco.
Prende, apaga. Prende, apaga. Prende, apaga.
—¿Por qué? —Arrugué el entrecejo, sin dejar de mirar la luna. Así eran las conversaciones cuando estábamos ahí. Yo miraba la luna y él gravitaba a mi alrededor con el prende, apaga.
—Somos los malos de la película. —Giró a verme con una sonrisa pretenciosa, obligándome a observarlo—. Nosotros la pasamos bien durante el film y tenemos un final trágico. —Se sentó a horcajadas sobre mí, sosteniendo mi rostro entre sus manos, obligándome a levantar el mentón para verlo a los ojos—. Así que disfruta de la función… —concluyó besándome en los labios.
No me molestaba su perspectiva.
N/A: Esto es una extracción de un fic más largo que en algún momento publicaré, una vez termine con el otro que estoy terminando.
Me gustan las parejas que no son rentables, siempre lo dije. ¿Esto es mundo alterno, verdad? Digo, las edades de Pyro y QuickSilver no coincidirían jamás, pero bueno...
¿Reviews? Porque no puedo mejorar si no me dicen qué tan mal escribo. Gracias.