¡Hola!

Antes que nada, gracias por decidirse a leer ésta historia.

Estuve bastante tiempo ideando algo para hacer un Crossover entre éstos dos doramas tan hermosos y, a pesar de la idea un tanto trágica, he decidido escribirla.

Esta historia está dedicada a: Andreea Maca, quien no sólo es mi Beta, sino una grandiosa persona y amiga.

Los personajes de Playful Kiss y Boys Before Flowers NO me pertenecen, así como tampoco la historia anterior al universo que he creado en éste FanFiction.


La brisa que me guía a ti


Prólogo: Momentos de Impacto.

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"Son como destellos de mucha intensidad,

que te cambian la vida por completo

y terminan definiendo quién eres".

The Vow

Recuerda el viento; era frío, y golpeaba contra sus rosadas mejillas hasta helarlas. Entonces él se quejó entre dientes, por lo bajo, y subió automáticamente el vidrio, ella sólo atinó a sonreír mientras escuchaba la reprimenda. Estaba acostumbrada, y no le importaba, porque había aprendido a conocerlo tan bien que de sólo pensarlo, su corazón estallaba de alegría. Lo conocía tan bien que sabía que detrás de ése "¿Por qué eres tan torpe?, te dije que no bajaras la ventana. Toda la madrugada molestarás si te resfrías, y no quiero limpiar tu nariz mocosa hasta el amanecer" se escondía un: "Me preocupa cuando enfermas, no me gusta verte así. La última vez me quedé a tu lado tres días, y falté a cirugías importantes... Tonta".

—¡Deja de reírte!—Reclamó él, dando vuelta al volante. Regresaban del hospital; ya era bastante tarde pero ambos habían tenido un par de días duros. Él había tratado de convencerla de que regresara a casa, sin embargo, obstinada como ninguna otra persona, ella se negó rotundamente y se aferró a quedarse con él para cuidarlo. "A él y los pacientes, claro", se repitió por dos días completos.

—Yo también me preocupo por ti, Seung Jo.—Murmuró la joven, e imprevistamente se acercó a él para besar su mejilla. Aunque el soltó un bufido de molestia, no se apartó del gesto cariñoso, y se limitó a no decir mucho más sobre el tema.

—¿Quién está preocupado? No digas cosas extrañas.—Respondió él después de unos segundos de silencio, y ella frunció el ceño, con cierta indignación.

—Yah, Seung Jo-ah, eres un mal marido.—Se quejó, cruzándose inmediatamente de brazos. Él soltó una leve risa, y detuvo el auto cuando la luz roja se encendió en el semáforo. Ella estuvo a punto de replicar: ("¿Por qué te detienes? Es madrugada, no hay autos, puedes avanzar..."), cuando él habló primero, y no tuvo otra alternativa que guardar silencio.

—Ha Ni...—Susurró, en un tono tan cálido que Oh Ha Ni sintió sus pies cosquillear, incluso sus manos y cada parte de su cuerpo. Su marido se había girado a ella, mirándola fijamente, y ella sólo alcanzó a tragar saliva. A pesar del tiempo, seguía sintiéndose como la niña torpe con la carta de amor no aceptada.—Sé que no soy como los demás...—Murmuró, en ése todo que solía usar cuando no entendía algo.—No digo demasiado.—Carraspeó ligeramente, pero en ningún momento apartó la mirada de su esposa, a pesar de que ella notó que comenzaba a sentirse incómodo. No era un hombre que hablara de sus sentimientos.

—N-No necesitas explicar, yo te entiendo, y soy feli...—Pero él alzó la mano, pidiéndole que guardara silencio por un momento. Ha Ni torció los labios, pero obedeció, no diciendo alguna otra palabra de más.

—... Aún sigo aprendiendo.—Estiró el brazo, y lo extendió hacia ella para acariciar su mejilla, la joven cerró los ojos por un segundo, disfrutando de su tacto que, aunque usualmente fuera frío, en ella se sentía tan cálido.—Gracias a ti puedo aprender a ser humano.

—Seung Jo...—Murmuró ella, conmovida, y las lágrimas se habían acumulado en sus grandes ojos dormilones.

—No chilles, mocosa.—Reclamó, y le acarició la mejilla para retirar una lágrima que había resbalado.—Vamos mañana al cine. Hace un mes dijiste que querías ir.

—¿De verdad? ¡Sí, vamos! Y podemos cenar algo, ¡oh! ¿Y podré elegir la película?—Habló rápidamente, y se juntó las manos con una gran sonrisa en el rostro. Baek Seung Jo rodó los ojos, y una apenas visible sonrisa se presentó en sus labios, mientras volvía su atención al frente: La luz verde se había encendido.

—Claro que no.—Respondió divertido.

—¡Ah, Seung Jo! ¡Eres malo!—Se quejó ella, con un particular puchero marca Oh en sus labios. Él la miró de reojo, y su sonrisa volvió a presentarse en sus labios. Por supuesto que dejaría que ella eligiese la película, aún fuera una tontería romántica que a Ha Ni tanto le gustaba. Pensó en si debía llevarle rosas, ¿eso era lo que se llevaba en las citas, no? ¿O los chocolates serían mejor?

Su esposa seguía hablando, algo sobre una película romántica que le recomendó Min Ah; y a pesar de que no le prestaba demasiada atención, la escuchaba. Le gustaba oírla, no importaba el tema, la voz de Ha Ni, su entusiasmo y su calidez, eran suficientes para hacerlo sonreír. Quizá le era difícil demostrar su amor en ocasiones, pero intentaba aprender lo más posible sobre ese sentimiento. Y no le importaba seguir aprendiendo el resto de su vida mientras fuera ella quien estuviera a su lado.

Pisó el acelerador, antes de que la luz cambiara nuevamente a rojo.

Sí, le llevaría rosas al día siguiente. O quizá le daría aquel lindo collar que había comprado días antes. Era el momento indicado.

Lo siguiente que recuerda es el impacto.

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Cuando abrió los ojos sólo podía escuchar su voz. Era débil, como un murmullo, como si pudiese tratarse de una brisa susurrante. "Ha Ni... ¿Estás bie...?"

—Seung Jo...—Se quejó débilmente; la fuerte punzada en su cabeza era tan fuerte que quería llorar. O quizá ya estaba llorando.—Seung Jo, responde... Cariño...—Un sollozo se escapó de sus labios, sentía su cuerpo pesado, y al mover ligeramente la cabeza notó la razón. Unos brazos la rodeaban, y ella aumentó el sonido de su llanto.—¡Seung Jo! ¿¡Estás bien!? ¡Seung Jo, responde! ¡Responde! ¡Hazlo por favor!

Los gritos de la joven aumentaron, y las lágrimas se mezclaban con la sangre que resbalaba de su sien. Todo era borroso, y de pronto, sólo podía distinguir completa oscuridad. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba pasando eso? ¡Debían estar llegando a casa! ¡Cenando en silencio para no despertar a nadie! Poniéndose aquellos pijamas de pareja para tener un largo y profundo sueño... Debían estar bien. Juntos.

No así; no podía cambiar todo así. No en un segundo.

—Seung Jo, por favor... Escúchame. ¿Me oyes? Dime que lo haces.—Su voz se agotaba, y el dolor de cabeza que iba en aumento le impedía pensar con claridad.—Seung Jo, hace frío... ¿P-Puedes... abrazarme?

No escuchó la sirena de la ambulancia aproximarse, ni tampoco los cristales del auto romperse cuando los paramédicos intentaban desesperadamente sacar los cuerpos del auto. Ha Ni no pudo escuchar nada más. Caía en la inconsciencia.

Y si no era la voz de Baek Seung Jo quien la llamara, despertar de nuevo no era algo que estuviera en sus planes.


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Éste es sólo el prólogo, y sí, bastante... ¿Rápido? Bueno, así son los momentos de impacto; la historia sólo está comenzando. Traigo un nudo en la garganta por escribir tal cosa, pero, ¿qué se le puede hacer? Empecé la historia, ahora sólo queda... Seguir.

Nina fuera,

Paz.