Hola dragones y vikingos!

Aquí les traigo el prologo del nuevo "El Amor Duele"

Con esto se darán cuenta de los cambios que hay

Estoy asustada.

Esta... era mi idea original.

Que el drama se desarrolle.


Prologo: Patética.

¿Como te definirías en una palabra? Una pregunta tan simple, pero con mucha controversia, ¿como definir lo que yo era en una simple palabra?, nadie sabía lo que yo sentía y muchos de los que ahora me ven con expresión expectante sin duda en mi lugar dirían "ruda", "simple", "fría", sin siquiera saber como es que yo me siento al respecto. "Las apariencias engañan" fue una de las primeras lecciones que nos enseñó nuestra profesora, es una lección que me repito, no importa que tanto conozca a alguien, nunca la conoceré al cien por ciento. He aprendido que esa lección es verdad por la fuerza, que una persona sea gentil y amable no quiere decir que no pueda arrancarte mechones de pelo incontables veces. Que una persona sea callada, reservada y fría, no quiere decir que por dentro no sea cálida y no tenga sentimientos. Señora, no quiero responder a eso. Sabe lo que me esta pasando ahora. ¿No puede preguntar algo más simple?

Que patética.

Abro mi boca para responder lo que cualquier persona "normal" respondería, aunque afortunadamente la campana de fin de clases se hizo sonar por toda la escuela, salvándome de tal atormentadora pregunta. Termino sin decir nada, apretando mis labios mirando a la profesora, la cual parece que tenía fe en que iba a decir algo de lo que de verdad sentía. Como si fuera tan fácil. Guardo mis libros en mi mochila y salgo del salón hacia los casilleros. Tantas personas, y ninguna sin conocerse realmente, todos pasan y algunas pretenden que no existes, otras piensan que ellos son más importantes o que tu eres mas importante que ellos, algunos ni siquiera les importa. Todos separados como pandillas o bandas, todos con sus estereotipos, con sus iguales. Positivos con positivos, negativos con negativos. Guardo mis libros en mi casillero y me dirijo al gimnasio. Es una pena que el último día de clases venga con educación física incluido. Disfruto los deportes, se podría decir que de alguna manera me calman, me mantienen concentrada en balones, aros, arcos, palos, lo que sea. Por ejemplo hoy, gracias a el profesor que nos perdonó por ser el último día de clases, nos dejó con el deporte que a la mayoría de nosotros nos gustaba: voley. Al escuchar esto todas mis compañeras gritaron por su suerte y todas fuimos a los casilleros del gimnasio a cambiarnos. Mi mejor amiga Heather me tomo por el brazo cuando me estaba adelantando, y desde ahí fuimos juntas. Es cliché decir que es mi mejor amiga cuando en realidad, es la única que tengo.

Que patética

Fue la primer persona que me escuchó y me ayudo en cierta forma con mis múltiples problemas. A pesar de que a mirada de muchos soy una persona fría y cerrada, con ella me he descubierto de a poco, como una cebolla en capas.

Patética.

Nos pusieron en equipos contrarios, siempre pasaba lo mismo, el profesor siempre quería ver acción, y sabía que ambas estando en un mismo equipo seria un partido muy rápido. En deportes me encantaba atacar, y era pésima para defender, por lo cual este juego no era la excepción, aunque mi equipo termino ganando por una diferencia de diez puntos. El profesor nos felicito a todas, nos deseo unas buenas vacaciones, le respondimos un "igualmente" y cuando me giraba para volver a los casilleros, este me llamó para ayudarle a desarmar la red. Acepte y le ayude además de eso a acomodar un poco más el gimnasio, y a juntar los balones, así como a preparar los aros ya que luego los varones jugarían básquet como su recompensa. Me dio las gracias y esta vez si volví hacia los casilleros, el mio estaba en una fila la cual solo unas pocas mujeres las usaban. Del otro lado podía escuchar claramente la voz de Heather que se encontraba ya en la ducha, así como las de sus propias amigas. Ella no solo tenía contacto conmigo.

Que patética.

-Ella en algún momento se volverá completamente loca, tiene problemas con su madre, su padre murió, y ahora no le queda nadie. La ayudo por mera lastima, no me gusta involucrarme con gente con tantos problemas.

-Debe de ser muy estúpida para no darse cuenta de cosas tan simples, y además de llorar con personas que apenas conoce, es decir, ¿por que no se consigue un psicólogo?

-Mejor un psiquiatra.-

-Se ve patética cuando llora.

Otra desilusión, otro sentimiento incrementado, otra vez esto. Ya no lo soporto. Termino de cambiarme lo más rápido posible y cierro el casillero con fuerza, Heather intenta llamarme detrás mio, pero no volteo. Salí de la escuela, y camino rápido hacia mi casa, queda a unos veinte minutos a pie, pero a la velocidad que voy llegare en unos quince. Las nubes grises que se pintaban ese día comenzaron a quejarse de dolor, y luego de unos minutos empezaron a llorar de forma incesable, empapándome de pies a cabeza, tanto con sus lágrimas como con las mías. Me sorprendió que no fueran tantas mías, pero supuse que ya estaba acostumbrada a la desilusión, al dolor.

Al ser patética.

Entre a mi casa y mi madre estaba en la cocina sentada frente a la barra, tenia una botella de whisky, otra de vodka y estaba fumando cigarrillos. Deje la mochila a un costado de la puerta para no mojar más de lo que ya estaba mojando.

-¿Por que llegaste tan temprano?

-No quiero ducharme en la escuela.

-¿Y por eso lo hiciste afuera?

Que sarcástica. Eso es lo que odio. En momentos puede ser la persona más infeliz, molesta y maltratadora del mundo, pero en otros solo es mi madre, siendo una gran madre. Y ella lo sabe. Sabe que su problema está en su alcoholismo, más de una vez después de un ataque, cuando llega al punto de sobriedad, me dice que sea fuerte, que por más cosas que ella me grite, que no la escuche, que termine mis estudios, y luego ella me dejara en paz, eventualmente, ya que estoy pensando en irme a otro lugar.

Subí a mi habitación sin nada más que decir. Cruzo la puerta y comienzo a desvestirme dejando la ropa mojada en un rincón que esta al lado de mi mesita de noche, encima de esto hay una foto de mi madre mi padre y yo, hace un año y ocho meses. Sacudo mi cabeza y entro al baño a darme una ducha de agua caliente. Mi padre, falleció frente a mi hace un año y medio en un cruce de bandas, el no tenía nada que ver, solo estábamos en el momento erróneo, en el lugar equivocado. La foto que esta en mi mesita de noche la tomamos una semana antes. Mi madre realmente lo amaba, tanto que cuando se entero estuvo mes y medio sin decirme nada, solo llorando y abrazándome. Se pasaba las noches despierta, y cuando dormía, lo hacia conmigo en mi cuarto. Después de esa etapa, llego la de culpa, y consigo, la de las bebidas. Terminaba de trabajar e iba tomar a algún bar, yo llegaba a mi casa y nos hacia de cenar, comía sola, mi madre llegaba a la madrugada, y se recostaba, su plato de comida quedaba para cuando se despertara. Otra días llegaba igual, pero si me encontraba despierta me regañaba, hubo veces en las que me golpeó, o me decía que la muerte de mi padre fue culpa mía. Llegaba la sobriedad y se disculpaba conmigo, diciendo que solo recordaba pocas cosas, pero las suficientes para saber que algo había hecho mal, además de mis múltiples moretones y alguna vez un ojo morado o un labio roto. Nunca le dije que estaba mal lo que hacia, nunca me desquite, pensaba que aun seguía en etapa de duelo.

Que patética.

Cierro la ducha, me envuelvo en la toalla, y salgo del baño buscando un poco de ropa en mi armario. Remera manga corta gris, pantalón corto negro. Amo estar descalza. Me hace sentir libre.

Que patética.

Me recuesto en mi cama cansada, ¿cuantas veces van a repetir lo mismo? Me encantaría que alguna vez se callaran, que me dejaran escuchar lo que es el silencio, algo que la mayoría de las personas tienen el privilegio de escuchar, pero que lo menosprecian y no le dan el provecho. Algo que me gustaría recordar. ¿De que hablo? En cinco meses, tras la trágica muerte de mi padre, mi madre golpeándome y gritando, mi alejamiento social y el que nunca diga lo que siento, me llevo a la esquizofrenia. Escuchar voces sin sentido, que me alertan, me advierten, me hacen sentir inútil, débil, pequeña.

Patética.

Creo que esa es la palabra que más usan, aunque se que tienen razón, tengo la esperanza de que si alguna vez cambiara un poco más mi actitud, por lo menos dejarían de decirme de esa manera. Luego de unos meses me acostumbre a estas voces, y me di cuenta de que no siempre me hacían sentir como una completa imbécil, si no que también me advertían, me cuidaban.

No me llevaron a un centro de rehabilitación por mera suerte, no he tenido recaídas fuertes o agresivas, ni intentos de suicidio, cosa que a mi anterior psicóloga le sorprendió, por un momento pensó en que no había nada mal conmigo y que solo seguía en duelo, pero al contarle sobre mis voces y de que a veces me decían que haga cosas que yo no quería, me dio el diagnóstico de esquizofrenia. Me explico lo que era y lo que podía llegar a suceder si tengo recaídas, si es que le hago caso a mis voces, si me dejo llevar, si no tomo mis pastillas, etc. Nunca pensé en encariñarme con esta persona, puesto a que creía que a espaldas mías pensaría que estoy loca y sin remedio, pero en unos cuatro meses la señora Haddock me mostró que ella es una persona realmente apasionada por su trabajo, que es una gran persona, mujer, y también por lo que se, una gran madre. Una vez conocí a su esposo, es el gobernador de las islas de este archipiélago por lo tanto vive en Berk, esta del otro lado de las islas cercanas, Outcast en una punta, Berk en la otra. Todo ese viaje solo para verme a mi, ya que yo era la única a la cual atendía. Ninguna de las islas tenía demasiados habitantes, algunos apenas llegaban a los mil, otros solo a unos quinientos, pero tengo entendido que hay unas cuantas personas en mis mismas condiciones o con otros trastornos mentales, y que son atendidos y refugiados en la capital. Creo que es la isla donde más habitantes tienen, superarían los diez mil supongo, pero no llegarían a trece mil. ¿Por que ahora me pongo a pensar en eso?

Pate-.

-Paren un poco chicos.- Muchas veces no me hacen caso cuando les respondo, usualmente solo hace que suenen mas fuerte, como si hablar con ellos les diera mucha más vida. Esta vez agradecí que cesaran un poco, aun no se callaban, pero susurraban, no hablaban tan alto. ¿En que estaba?. Ah, si. Después de siete meses la señora Haddock me dijo que había mejorado mucho y por lo tanto me dejaría tranquila, sin más sesiones. No sabia si sentir alivio o asustarme, no la sentí mi psicóloga, sentía que era una persona con la que podía confiar, contarle lo que me plazca y ella me ayudaría. Era como una amiga para mi.

Solté una risa sarcástica. -Que patética.- Esta vez fui yo, ¿lo ven? En algún momento, lo que dicen las voces tiene sentido, sea en dos horas, o en una semana. Por eso no puedo dejar de prestarles atención. Cuando mi psicóloga se fue, volví a sentirme sola, por más que en ese tiempo tenía a Heather no podía decirle de todo, ella no sabia de mi esquizofrenia, y gracias a Odín nunca se lo dije. Comencé a darme sesiones a mi misma, me recostaba en mi cama, decía en vos alta lo que sentía, e imaginaba que seria lo que la señora Haddock me diría.

Lo se, no hace falta decirlo.

No se imaginan lo difícil que es pensar con todas estas voces, no se en que momento soy yo la que piensa, o en que momento las voces piensan por mi.

Escuché el sonido de un cristal rompiéndose, me levante asustada y corrí escaleras abajo. Mi madre había tirado sus bebidas al piso, dejando un charco y un inmundo olor a alcohol. Se levantó con tres cajas de cigarrillos, fue hacia el lavabo, sacó todos y los hizo pedazos mientras hacía correr el agua. No entendía que hacia, si no podía estar ni dos horas sin fumar o beber, ¿que se supone que estaba haciendo?, ¿tan borracha estaba?. Aun con el agua corriendo y viendo como los trozos de cigarrillo eran succionados, se lavó la cara con el agua fría y suspiro sonoramente. Se dio media vuelta quedando frente a mi, sus ojos rojos y cristalinos, como la primera vez que se enteró de la muerte de papá, solo que esta vez me miraba con cierto ¿orgullo?. Camino hacia mi y me abrazo. Creo que, hacia unos seis meses que no lo había hecho con tanta sinceridad, era como si se estuviera aferrando a mi, como si ya no le quedara otra cosa. Sollozando en mi hombro, aun con olor a sus cosas favoritas, me abrazaba y me pedía perdón por todo, me dijo que iba a remendar el daño, que iba a recuperarse por mi, y que para eso, yo debía irme.

Hizo que me sentara sobre la barra para quedar frente a ella y me planteo su idea. Con quince años aun no tenia una altura favorable, mido al menos un metro sesenta y dos. Al parecer ella se había dado cuenta que me sentía muy bien con mis sesiones con Valka, además de que no tenía a nadie en el que pueda confiar a parte de ella. Me habló sobre irme a Berk, donde tenía un tío y una prima hermana, la cual perdí contacto con ellos hace ocho años, la última vez que los vi fue para el funeral de mi tía, su esposa y madre. Se supone que, mientras yo este allí, mi madre entrará a un centro de rehabilitación para alcohólicos, dejaría de fumar y cuando ya este en recuperada, yo volvería con ella. Por lo tanto yo seguiría con mis estudios, volvería a las sesiones con la señora Haddock y haría nuevos amigos, viviendo en casa de mis parientes.

Vamos vamos vamos vamos vamos.

Yo me aburrí de estar aquí.

Será lo mejor.

Es lindo.

Esperó a que lo pensara bien, creo que ambas estuvimos calladas durante dos horas, mientras ella recogía los cristales rotos y limpiaba el liquido del piso, me decidí. Además de que mis voces parecían estar más entusiasmadas de lo que nunca había escuchado, yo también quería irme. Ya no tenía nada aquí, y por más que mi madre intentara, no lograría remendar todo el daño que me ha hecho.

Ese día lo decidí, iba a irme, a tratar de cambiar.

No falles, o volverás a ser patética.


Tengo un miedo que ni se imaginan, espero que los cambios les hayan agradado al menos un poco. Si preguntan por lo de Astrid y su sadismo, simplemente me metí a informarme un poco más luego del primer capítulo ("Basta") me di cuenta de que "Sadismo" no significaba lo que creía que era, para cuando quise acordar ya era tarde. El capitulo estaba subido y a ustedes ya les había gustado. Informándome más estos últimos meses sobre trastornos mentales encontré el que quería para darle a Astrid principalmente, el cual como vemos es la esquizofrenia, al igual que otros trastornos los cuales me llevaron a otras grandes ideas. Valka ya ha sido psicóloga de Astrid, y Astrid ya a conocido a su marido, enterándose de que tienen hijos. ¿Cuantos? No lo sabe. Esta vez vemos a la madre de Astrid muy diferente, no tan preocupada por su hija, solo hundiéndose en su soledad. Astrid apenas tiene quince años, nunca se ha relacionado con un chico, nunca se ha enamorado ni interesado por alguien más, su única amiga siempre ha sido Heather desde hace tres meses antes de la muerte de su padre. Astrid se mostrara MUY fría, casi sin sentimientos, hasta que...

Dejando las aclaraciones de lado, quiero decirles que espero que les gusten estos cambios, siento que he madurado mucho personalmente.

Además, ahora el género "Dolor/consuelo" tiene mucho más significado.

Nos vemos.