El título es el de la primera canción de la Saga ∞ NighT de Vocaloid porque fue mientras veía estos videos que se me ocurrió la idea de éste nuevo fic. Lo siento si no tiene mucho que ver, a mi alocada mente se le ocurrió.

En cuanto al Fic de De risas y lágrimas, traté de escribir los siguientes capítulos pero mi imaginación no colaboró ya que tenía esta idea en mente. Pensé que si la exterioraba habría espacio para Mikasa bebé y Levi kawaii.

Disfruten pls.

Bad∞End∞Night

Toda mi vida la he pasado bajo este techo, viviendo junto con mi tío Kenny y su molesta esposa. Él siempre regresaba a casa tarde y ebrio, que era peor, y es por esa razón que pensé que estaba tomado cuando me dijo eso:

—Te conseguí pareja— había dicho él con su típica mirada de superioridad. A pesar de que no sonaba del todo borracho, yo pensé que lo estaba.

—¿Es... en serio?— pregunté sin poder creerlo. Si me casaba, podría salir de una vez por todas de esa maldita casa en la que había trabajado de sirvienta (por no decir esclava) personal de mi tío desde que murieron mis padres en un intento de robo. Yo habría preferido mil veces haber muerto junto a ellos en lugar de vivir cerca de mi asqueroso familiar. Él solo me maltrataba y me dejaba todos los deberes del sucio hogar aparte de que la salida de este sin su permiso estaba totalmente prohibida. Si llegaba a hacerlo a escondidas y él se enteraba... me golpeaba y me torturaba casi hasta el punto de herirme de gravedad. Si cometía un error, por mínimo que fuera, la mayoría de las veces me pegaba, y eso era correr con suerte. Otras ocasiones me dejaba sin comer por una o dos semanas, dependiendo de qué tan buen humor estuviera. Su mujer no hacía nada en esos momentos, solo se posicionaba en frente de nosotros y observaba cautelosamente el "espectáculo" que consecutivamente le daba Kenny. En los mejores casos, ella intervenía diciendo que era suficiente, que ya me había dado mi merecido.

A veces llegué a intentar suicidarme; ya sea con un simple corte en la muñeca con un cuchillo de la cocina o con una soga colgándola de mi ventana para atarla a mi cuello y luego saltar hacia el vacío esperando el fin. Todas las veces que lo intenté, el tío Kenny logró "salvarme" mencionando cosas como "No escaparás de mí tan facilmente" o similares. No había escapatoria.

Lo único que me daba fuerzas para seguir día a día y levantarme en las mañanas era mi querido Eren. A él lo había conocido poco antes de que llegara el tío Kenny, casi después de la muerte de mis papás. Él me había regalado su bufanda roja ya que el día que nos conocimos hacía demasiado frío, era invierno, y yo llevada por la tristeza estaba muy poco tapada esperando congelarme, pero entonces apareció mi luz. Eren me devolvió las esperanzas para que después fueran arrebatadas de nuevo por el "hombre de mi vida", rango que presuntamente pronto le sería tomado por una persona hasta entonces desconocida para mi. El tío Kenny al principio, cuando fue a recogerme a la comisaría para llevarme a mi nueva casa, se había mostrado como un hombre muy amable y extrañable al apenas verme abrazarme efusivamente y repitir constantemente "Que bueno que estás bien". Recuerdo haber pensado "Tal vez no sea tan malo vivir con él" aunque obviamente después me arrepentí de aquella idea. Él era prácticamente un hijo de puta y su esposa igual así que, después de conocerlos durante 7 años, no me dejaría engañar tan fácilmente por simples palabras que seguramente eran mentiras, aunque la mirada de ella se veía muy seria.

—Por supuesto que es en serio, niña estúpida. ¿Acaso dudas de mi voluntad? Te estoy diciendo que te casarás y te podrás largar de aquí. ¿No es eso lo que has querido obtener desde hace más de 5 años de la manera que fuera? Incluso si esa manera era pasar a otra vida. Hieres mis sentimientos, querida sobrina. ¿Tan detestable soy?— dijo con un falso tono de tristeza y decepción. Yo sabía que si le respondía lo que quería decirle en verdad lo único que recibiría como respuesta sería una paliza por hacerlo enfadar, así que mentí:

—No es eso. No estoy tan desesperada como parece, tío. La verdad es que gusta ser servicial y ayudarte a tí y a Amelia siempre que pueda.— traté de convercerle, pero la mujer que estaba detrás de él rompió el silencio.

—¡Vaya! Sí que no sabes ni mentir. Sé que nos odias con tu alma. ¿Piensas que tu mirada de desprecio tiene tan poca fuerza que no la alcanzo ni a percibir? Eres patética.— dijo mirándome de arriba a abajo, examinándome arrogantemente.

—Oye, perra. ¿Quieres callarte de una buena puta vez? Me duele la cabeza.— escupió Kenny sin el menor pudor en llamarle de esa forma a su mujer, y ella sin ofenderse. "Este lugar es repugnante" pensé mientras veía como mi tío avanzaba hacia mí.

—Tío...—comencé temerosamente tratando de ser respetuosa para no salir malherida. —¿Con... con quién dices que me casaré? ¿Cómo has conseguido un matrimonio arreglado? ¿Es con el hijo de algún amigo tuyo?— empecé a interrogarle. Quería respuestas y la única forma de saberlas era preguntando.

—No cuestiones demasiado, idiota. Será con un buen hombre, no lo conozco pero se veía de dinero... aparte ¿eres tonta? Dime, ¿qué amigos podría tener una peste como yo?— dijo para finalizar señalándose a sí mismo. "Es verdad, él es el más odiado del poblado, acusado de ladrón, asesino y alcohólico aparte de que siempre ha sido muy contradictorio con las autoridades. Si el oficial que me entregó a Kenny se creyó su papel de 'buen hombre' había sido porque estábamos en un pueblo muy alejado a éste, alejado también de los rumores (verdaderos) que había de él." Yo bajé la mirada recordando que había olvidado un detalle... "Espera... ¿Kenny dijo que... que con quien me iba a casar se... veía de dinero?" Memoricé el comentario de mi pariente y descubrí que no había escuchado mal. No es que me interesara solamente por el dinero del hombre y no por éste en sí, sino que, si era de clase alta era como matar a dos pájaros de un tiro. "¿Pasar de 'clase baja' a 'clase alta' además de salir de esta posilga? ¡Es como un sueño!" Pensé mientras mis ojos se iluminaban de la emoción.

—Tío, ¿cuando y dónde será la boda? ¿Podré conocerlo?— no pude evitar preguntarle entusiasmada. A lo que él solo volteo a verme con desdén y abrió la boca para hablar e inició:

—Dijo que lo más pronto posible. Mencionó que si querías la boda podía ser en su mansión. Que por si era necesario, ahí tendrían todas las cosas requeridas desde hoy.— dijo calmadamente. Todo era tan irreal, que en algo tendría que estar mintiendo. Era imposible que Kenny hiciera alguna acción buena, por pequeña que fuera, sin querer algo a cambio... seguro quería que cuando me hiciera la esposa de ese Anhelado señor con el que estaba comprometida, le diera el dinero que me fuera otorgado. Sí, seguramente era eso. No todo podía ser miel sobre hojuelas, algo tenia que haber y si no era eso no se me podría ocurrir qué otra cosa sería.

—¿M-mansión?— dije sin poder creermelo. Eso también tenía que ser mentira. A lo mejor todo era una farsa de mi tío, queriendo ilusionarme y darme esperanza para quitarme todo de nuevo como hizo hace casi 7 años al recibirme con los brazos abiertos. —¿Se puede saber dónde vive?— quería asegurarme de que la dirección de la ubicación fuera real, a pesar de no conocer todo el pueblo ya que las veces que se me permitía salir era solo al mercado y a la farmacia para cuando él tuviera resaca después de beber todo el día.

El "hombre de la familia" me miró extrañado, como si yo fuera la que le estaba diciendo alguna mentira o algo parecido. Luego dijo:

—¿Qué? ¿Sorprendida por la mansión? Te dije que tenía dinero, babosa. Yo solo quiero lo mejor para ti así que... ¿por qué no vas esta misma tarde? De todas formas él dijo que tendría todo preparado para cuando decidiésemos ir a celebrar. Pero... jeje. Recuerda que tienes una familia que te "quiere", ¿eh? No te quedes con todo el botín para ti sola, jeje.— entre risas forzadas. Pero claro. Sabia que diría algo parecido. "Claro, como ustedes son las personas que más me adoran en todo el mundo." Pensé sarcásticamente.

—Pero... ¿no es algo apresurado que sea hoy mismo?— dije indecisa. Él estaba sonando bastante convincente aunque había algo que no encajaba del todo todavía.

—Ahh. Y sigues insistiendo. ¡¿No puedes aceptar de una maldita vez las cosas que se te dan en la mano y quedarte callada como niña buena?!— inició alzando la voz y dejando de lado los modales y la amabilidad con la que había estado hablando momentos antes "Se acabó el cuento de hadas, joder."

—Lo siento tío, pero... todavía no me has dicho la ubicación de su mansión.— dije tratando de evitar hacerlo enojar más de lo que ya estaba. Él me miró con su mirada enfadada y suspiró.

—¡Maldita sea! Empaca tus cosas. Te haré un mapa para que no te pierdas... ¿Qué esperas? ¡Muévete, rápido!— pegando con su puño en la mesa para evitar exteriorar su ira (más de lo que ya había hecho).

Yo corrí subiendo las escaleras para tomar la primera maleta que hallé en mi habitación y guardar la poca ropa de la que disponía. No tenía muchas pertenencias así que no tardé demasiado. Eché una última mirada a la que había sido mi alcoba desde los 9 hasta los 16 años y, aunque no fuera a extrañar nada de esa casa, me sentí nostálgica al recordar aquella vez que me escapé por la ventana para ir a ver a Eren en su cumpleaños. Ese día el tío Kenny enfureció demasiado. Me dejó en el suelo muy lastimada y no me permitió comer durante una semana... pero valió la pena -u-.

Me apresuré a regresar a la planta baja antes de que alguien pudiera enojarse más y al llegar a la cocina, donde se encontraba sentado mi tío terminando el mapa, me percaté de que ninguno de los dos estaba preparado para salir lo que significaba que no pensaban acompañarme.

—¿Tío?— mencioné tratando de no interrumpir en nada.

—Aquí tienes el maldito mapa. Vete ya.— dijo él entregándome en la mano un papel enrrollado que tenía el objetivo de guiarme hacia lo que sería mi nuevo y próximo hogar. Yo lo aprecié con la mirada un poco mientras recapacitaba en lo que él había dicho al último. "¿Que me vaya ya?" Pensé volteándolo a ver sin poder creer que todo eso estuviera pasando, esperando a que de repente me dijera que todo era una broma o algo así. Él me regresó la mirada y me preguntó:

—¿Qué esperas? ¿Un carruaje? ¿Acaso después de todo no quieres separarte de mi lado?— mencionaba con ironía "Jaja, qué gracioso. Como si fuera cierto."

Entonces, al no ver que fuera a detenerme, comencé a encaminarme hacia la puerta preparándome para salir de una vez por todas de ese sitio. Al tocar el picaporte de la puerta, como si hubiera sido una corriente eléctrica la emoción recorrió mi cuerpo dos veces, asegurándome que mi vida apenas empezaba.

Abrí la puerta y respiré profundamente, llenando mis pulmones de aire fresco. "...Ahí voy." Fue el último pensamiento que tuve antes de comenzar a caminar sobre el pasto y el camino de tierra para dirigirme a mi destino.

KENNY: (narra él)

Cuando mi sobrina salió por la puerta y la cerró detrás de sí, exhalé y escuché la voz de mi mujer.

—¿Estás seguro de que ella no sabe 'qué' vive en la mansión de la colina?

—Amelia, esa idiota sólo conoce el camino al mercado y de vuelta. Ha vivido la mayoría de su vida dentro de esta casa. Obviamente no se dará cuenta de que la mandamos con ese sombrío hombre. Ya no te preocupes más, ¿entendido? Ya nos deshicimos de ella.

—¿Pero y si se da cuenta y trata de volver? ¿Qué pasa si lo logra?— insistió ella.

—No lo hará. Dudo que ese monstruo deje escapar una oportunidad como ésta. Creeme, no podrá volver nunca más.— finalicé la conversación decidido.

MIKASA: (vuelve a ser normal)

Como todavía no sabía hacia dónde tenía que ir, abrí el mapa que me dí cuenta de que se había esmerado en hacer lo más entendible posible el camino a seguir (aunque no fuera muy complicado). Sólo tenía que salir del pueblo y aventurarme hacia el bosque, atraversarlo e ir hacia lo más alto de la montaña. "Sencillo, Já". ¡¿Cómo demonios iba a hacer eso?! ¡Nunca había ido más lejos de 15 metros de la casa! Esto estaba como a un kilómetro y medio... "Tal vez debería ir a buscar al tío Kenny para que me guíe...-" comencé a imaginar.

—No.— dije en voz alta sin que nadie pudiera escucharme, interrumpiendo mis propios pensamientos. —Si quiero hacerlo... ¡tengo que hacerlo sola! ¡No puedo depender de todos todo el tiempo!— seguí mi conversación con la nada mientras acercaba mi mano a la bufanda de mi cuello para acariciarla suavemente. "Es lo que Eren haría." Pensé cuando una voz a mis espaldas me sacó de mi ensueño.

—¿Mikasa? ¿Qué haces afuera?— era Eren. Yo me giré para verlo mientras le sonreía tiernamente. Él tenía un tono preocupado. —No me digas que te escapaste de Kenny otra vez... sabes lo que pasará si se entera. —ahora entendía el por qué de su preocupación.

—Eren, yo...-— pensaba decirle pero imaginé que ser mejor revelárselo más tarde, cuando estuviera listo. Así que arrugué el mapa importándome poco si se maltrataba, poniéndolo detrás de mi espalda antes de que Eren pudiera darse cuenta de su existencia. —Es complicado... pero lo mejor es ¡que no escapé!— dije lo último con una enorme, brillante y alegre sonrisa. Solo Eren era merecedor de verme sonreír. Nadie más.

—¿Cómo es eso posible?— preguntó sorprendido. Era la primera vez que se presentaba algo así.

—No estoy muy segura... creo que el tío Kenny al fin esté razonando.— dije tratando de dar una razón comprensible.

—Más le vale que así sea... no quiero que te haga daño.— acercándose para abrazarme tiernamente. Éste tipo de comportamiento tampoco era común en Eren así que lo correspondí aceptando el momentáneo cariño que demostraba el castaño.

—Eren, tengo que irme. Debo hacer... algo.— traté de excusarme aunque tampoco esperaba que él se fuera tranquilo con una explicación tan absudar como ésa.

—Está bien. Cuídate, Mikasa.— respondió rompiendo el abrazo que hace momentos manteníamos; mientras iba tomando distancia, comenzó a despedirse con la mano con una sonrisa en el rostro.

Yo me extrañé por su buena reacción e imite el acto que él estaba haciendo. Cuando se dió la vuelta para retirarse y comenzó a caminar hacia la dirección contraria, yo abrí mi cerrada mano a modo de puño para averiguar qué tan maltratado habia quedado. Por fortuna, seguía casi intacto. Volví a ubicarme y seguí con mi viaje.

...

Ya llevaba un rato caminando y mis pies comenzaban a mostrarse cansados. Ya estaba entrando la noche por lo que decidí apurar un poco más mi paso, aunque no era muy bueno sobre-esforzarme ya que no sería muy cortés dormirme totalmente exhausta al llegar a la mansión (una casa que todavía contaba como ajena).

El bosque se tornaba tétrico, como sacado de un cuento de terror o de la típica escena de los cuentos de los niños en la que el protagonista se adentraba en una zona de peligro y las cosas se complicaban para éste mismo. "Yo no soy para nada una protagonista. Más bien sería como un personaje terciario además de que debido a 'mi historia' parecería como un cuento de terror y tragedia en la que el protagonista solo sufre y sufre. Eren es quien debería ser el protagonista principal, el héroe. Él tiene muchísima dedicación y valentía. Sus ojos siempre demuestran determinación. Si mi vida fuera un cuento, Eren sería mi personaje favorito. Él ha sido el héroe en mi cuento. Él ha sido mi 'caballero en armadura' quien salva a una desdichada 'princesa' de su trágica y terrible vida..."

Pérdida en mis pensamientos, no me pude dar cuenta de que ya había llegado a divisar la mansión en donde residía mi próximo esposo. "Aqui es..." dije silenciosamente antes de continuar con mi camino para llegar a lo que sería mi nueva casa.

De lejos no se notaba, pero de cerca por el tamaño y la forma de la estructura, parecía más un castillo que una mansión. "Sí que es grande". Seguí caminando por la senda y cuando estuve frente a la imponente y reforzada puerta pude recaer en sus detalles. Era una puerta que medía como 2 metros y medio de alto y 2 de ancho. Tenía una aldaba* con forma demoníaca, era tenebroso. No es que yo tuviera miedo sino que por la falta de luz y por lo solitaria que estaba en esos momentos, le daba un aspecto terrorífico. Debido a que inició a lloviznar de un momento para otro, para evitar mojarme y enfermarme posteriormente, jalé de ella para así llamar a la puerta. Y no hubo respuesta.. espere un poco más pero todavía no se daban señales de que hubiera alguien dentro dispuesto a abrirme. Volví a tocar y esta vez fui paciente y esperé hasta que un joven de cabello de dos colores, uno claro y otro más oscuro, más alto que yo, me abrió la puerta. Estaba impidiendo el paso por lo que aguardé a que dijera algo.

—Mh... él se pondrá feliz de verla.— dijo con un aire de sosiego en su voz. Se hizo a un lado y abrió un poco más la fuerte puerta para que yo pudiera pasar.

Al ingresar pude reparar en que por dentro se veía más grande que por fuera. Adheridos a las paredes había armaduras de metal, como de caballeros. Todas tenían una figura temible; tenían hachas o espadas en sus manos que probablemente serían reales. Yo no pude seguir observando por mucho tiempo más ya que el mayordomo comenzó a caminar haciéndome de espaldas un gesto de que lo siguiera. Yo decidí obedecerlo.

—Mi nombre es Jean, para servirle, señorita.— mencionó todavía sin voltearse mientras seguía caminando. Jean me estaba guiando por una especie de recorrido del castillo, cosa que me estaba alterando. La supuesta "mansión" poseía demasiadas decoraciones lúgubres. Era tétrico y la lluvia con rayos y truenos de afuera no ayudaba.

El mayordomo me llevó hasta lo que parecía un corredor largo y estrecho, que al final daba vuelta hacia la izquierda por lo que no se podía ver a donde llevaba. Jean me tocó el hombro y se preparó para hablar:

—Camine por este pasillo, señorita. Yo me retiro.— dijo dando una corta reverencia al último. Yo le hice caso y seguí sus indicaciones.

Al girar a la izquierda, una ola de brillante luz me deslumbró un poco. Después me dí cuenta de que era el paso a un salón enorme al que Jean no me había llevado antes. En el techo había muchos candelabros hermosos bañados en oro. "De ahí es de donde proviene la luz."

Había mucha gente vestida elegantemente con vestidos y trajes festejando, bailando, charlando animadamente o simplemente bebiendo. Era como una especie de paraíso y en cuanto lo vi no pude evitar sonreír. "Por fin, libertad." había pensado, pero de repente, todos en el muy bien decorado aposento se callaron momentáneamente, dejando totalmente silencioso con la lluvia de fondo como el único sonido audible. También se quedaron inmóviles pero no como si de repente se hubieran convertido en estatuas, no... eso era lo peor. Porque me habían volteado a ver a mi, con miradas expectantes aunque no por eso menos animadas.

Entre el constante sonido que formulaba la lluvia y uno que otro trueno, se alcanzó a escuchar una apacible y aterciopelada voz decir:

Que se levante el telón*.

Fin del capítulo.


Ufff... hasta ahora ha sido el capítulo más largo que he escrito pero es que todo fluyó muy fácilmente UnUr (mi imaginación voló aparte de que de esta historia hay mas jugo de donde exprimir(?) díganme qué les ha parecido y si quieren que lo continúe. No sabía muy bien si hacerle varios capítulos o un One-Shot. De todas formas queda bien si lo dejo con este. Igual, díganme si quieren continuación.

Traté de hacer que algunas cosas se asemejaran a la Saga de las canciones... como por ejemplo lo de los protagonistas y lo último que dice Levi del telón (?

Bueno he hecho lo que he podido (´Д`。). Por cierto, no sabia a qué personaje poner como la novia de Kenny así que inventé uno, imagínense una puty y ya. Ggg. Oh, si... tío Kenny (?) No sé de donde lo saqué xDDD

Aldaba*: Pieza de metal, especialmente de hierro o de bronce, que se sujeta en la parte exterior de la puerta por una base articulada y con la que se golpea para llamar. Ej: "llamaron a la aldaba de la puerta principal del castillo". Sinónimos: aldabón, picaporte.

Telón*: Cortina grande que puede subirse y bajarse, y que cubre el escenario de un teatro o la pantalla de un cine. Que se levante el telón*: Ésta expresión se usa cuando va a iniciar la obra de teatro.

Hasta luego~ ( ̄∀ ̄)/