Disclaimer: Digimon no me pertenece.
Epílogo –Un año después –
Un secreto entre dos
—¡Al fin, te estuve esperando todo este tiempo, Ken-kun! ¡No verte todos los días por un año fue una tortura!
Miyako estrangulaba al recién graduado, este luchando para no ahogarse entre los brazos de su novia. La chica de cabello lavanda había pasado por la misma experiencia el año anterior, separándose de sus queridos amigos mientras atendía clases de la universidad.
—M-M-Miyako-san—logrando respirar, se aleja un poco de ella, para lanzarle una sonrisa llena de bondad. Su cabello había vuelto a crecer en ese año libre de ella, feliz de poderlo tener en una pequeña cola de caballo como siempre.
—…¿Miyako-san?—irritada, arquea una ceja—¡Ken-kun! Llevamos saliendo tres años y sigues usando honoríficos conmigo.
—Pero tú también lo haces.
—Solo porque tú no dejas de hacerlo.
—De acuerdo…—echando un suspiro de derrota, alza su vista hacia un despejado cielo azul, hecho especialmente ese día para que todos lanzaran sus togas y diplomas. Sus labios se abrieron, avergonzado—Mi… Miya… Miyako.
—…
—¿L-Lo hice mal…?—cerró sus ojos, temeroso.
—Debiste haberlo hecho hace mucho, Ken—tomándolo de las manos, prosiguió—Ahora espero que tomes más iniciativa en nuestra relación.
El muchacho de cabello azabache tan solo se sonrojó más de la cuenta.
—Ok, ok… vayan a ser dos aves enamoradizas a otro lado—agitando su diploma, Daisuke aparece, echándolos como si fueran dos animales repulsivos, rodando los ojos.
—¡Solo dices eso porque estás celoso!—con una sonrisa victoriosa, Miyako empieza una de sus legendarias discusiones con el moreno.
—Miyako… será mejor que…—Ken da lo mejor de sí para interrumpirla.
—¿Celoso?—aguantando una risa burlona, fue el turno de Daisuke de sentirse superior.
—¡Sí, celoso porque no tienes novia!—cruzando sus brazos, creyendo que tendría su victoria asegurada, ladea el rostro.
—¡Miyako!—Ken se encontraba algo furioso, al ser incapaz de detener la boca de su novia.
—¿Y quién ha dicho que no tengo novia?—extendiendo su mano, una chica que conocían a la perfección, se colocó a su lado.
Catherine Deneuve se apoyó al lado de Daisuke Motomiya, riendo debido a la impactada expresión de Miyako.
—¡¿Desde cuándo?!—sus gafas se resbalaron por la cantidad de información que acababa de recibir en tan poco tiempo.
—Inicios de este año—responde la francesa—Aunque mantengo mi teoría que debo de tener cuidado con Ichijouji-kun.
—¡Cath, ya te dije que no es así!—avergonzado, Daisuke oculta su rostro entre sus morenas manos.
—¡Y TÚ NO ME CONTASTE!—lanzándose hacia su novio, Ken suspira al saber que la fiera había sido desatada.
—Miyako, Daisuke es mi amigo. Le prometí no contártelo hasta que él te lo dijera personalmente—contestó con seriedad.
—Hmm…—dándole la espalda, se dirige hacia Catherine, hablándole—Pequeña, estoy de acuerdo con tu teoría respecto a estos dos. ¿Alianza para vigilar a nuestros novios?
—Alianza.
Ambas extendieron sus manos, formando un pacto entre mujeres.
—¡QUE NO SOMOS ASÍ!
Los gritos de ambos mejores amigos se perdieron entre carcajadas.
Aquellas voces se hicieron paso a los oídos de Hikari y Takeru, ambos en sus uniformes listos para despedirse de la escuela que los había unido en segundo año, gracias a un extraviado y maleducado gato. Perdidos en su belleza, lado a lado, esbozan una melancólica sonrisa. Perdida en el rubio cabello de él, la mancha negra que había sido el primer secreto se había esfumado.
—No te sienta para nada mal—dijo ella, recordando.
—Pero desde que me quité el sombrero atraje mucho la atención… en especial de chicas—responde apenado—Y también al cortarme las puntas de mi cabello.
—Ah, bellos recuerdos de atemorizarlas en los pasillos. Hermoso segundo año, en verdad—sonriendo con negatividad, Hikari recordaba cómo las había espantado a la distancia de su novio.
Él se perdió en el cuello de ella, aquél corto castaño creciendo de a pocos. Recordó que un requisito suyo de tener novia era que tuviera cabello más largo que el suyo. Hikari Yagami había roto ese cuadro pero, aún así, ella se lo estaba dejando crecer y, pensaba, que largo tampoco le caería mal.
La chica de ojos canela lo admiró, dando lo mejor de sí para recordar ese torso. El segundo secreto se estaba esfumando al pasar las estaciones, las heridas cerrándose. Lo podía comprobar las veces en las que se hundían en un amor que no conocía límites, compartiendo cada rincón de su alma mutuamente.
Claro, todavía les quedaba un secreto entre los dos.
—¿Cómo va tu novela?—las palabras de Hikari fueron cargadas con el viento.
—Muy bien, pensaba llevarla a alguna editorial. Mi mamá tiene conocidos por su trabajo.
—Ya veo. Me alegra muchísimo.
El silencio reino, para que la niña lo rompiera dando una pirueta entre las flores de cerezo.
—Sabes, me gustaría que este tiempo durara para siempre. Que este último año de escuela se repita para que podamos estar juntos por mucho tiempo más.
El nudo que se formó en su garganta se hizo evidente para Takeru. Acercándosele, extiende sus brazos para, al final, guardarlos en su pecho, quedando frente a frente.
—Entonces... ¿por qué no nos casamos?
Takeru sonreía, ladeando el rostro, su evidente amor desbordándose.
—No sé si eres alguien increíble o simplemente un idiota—dando lo mejor de sí para mantener un acto fuerte, Hikari tuvo que sobarse los ojos conteniendo las lágrimas de alegría que deseaban escapar.
—Eso me trae muchos recuerdos.
—Cállate… tonto…
El rubio le da la mano, ella recibiéndosela. Estuvieron bajo los petalos de cerezo, hipnotizados en la belleza del uno del otro.
—¡Chicos, vengan para acá!—Miyako gritaba a la distancia, moviéndoles la mano indicando que acudieran—Tomémonos una foto.
—Tú no deberías salir, vieja—la insultó Daisuke una vez que Takeru y Hikari llegaron.
—¡Soy mayor, pido respeto!
—Un año mayor, por favor. Eso no es nada. Creo que hasta solo nos llevamos meses de diferencia.
—¡Inoue-senpai! ¿Por qué no toma la cámara y nos toma la fotografía?—Catherine se entromete, arreglando la disputa.
—Ay, pequeña. Eres demasiado amable para él, deberías ser mi novia—abrazándola, empieza a llorar un poco, conmovida.
—¿Alianza para que eso no suceda?—Daisuke se había colocado al lado de Ken—No quiero que rapte a mi novia.
—Alianza. No quiero perder a la mía—su mejor amigo contesta.
—¡Bueno, Hikari-chan! ¡Takaishi-kun! Júntense para la foto—Miyako se había puesto en posición.
Los dos chicos unidos por un solo secreto se colocaron entre los árboles de cerezo. Hikari, tan solo llegándo a sus hombros; Takeru, robándole una cabeza. Colocó un brazo detrás de él, sonriendo con alegría. Él hizo lo mismo, su felicidad brillando mucho más que su cabello. Ambos hicieron una señal de victoria, sonriendo a ojo cerrado ante la cámara.
Definitivamente, ambos chicos se conocieron de una manera inesperada pero, ese encuentro, lo repetirían por toda la vida si llega al mismo resultado. Un secreto entre los dos. Un secreto que los une hasta el día de hoy, por siempre y para siempre.
Un secreto para dos.
¡Y esta historia ha acabado! Un epílogo simple, pero espero que hayas disfrutado esta historia de inicio a final. Esta fue toda una aventura. Feliz cumpleaños, Ciel querida. Espero esta historia la guardes en tu corazón, y que muchas más lo hagan en el futuro. (escuchen la canción "Wishing" por Kana Nishino, me inspiró mucho y creo que le va bien al epílogo -¿-, Bah, tan solo la recomiendo porque es bella!)
Y sí, la portada de la historia es la foto (ha ha ha!).